UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2000 Comportamiento de los conductos biliares en caninos. - Resultados preliminares Holovate, Rodolfo - Resoagli, Edmundo - Bode, Federico F. - Llano, Eduardo G. Millan, Sonnia G. - Cabrera, Walter R. - Fernández, Jorge Cátedra de Anatomía Comparada Primera Parte - Facultad de Ciencias Veterinarias - UNNE. Sargento Cabral 2139 - (3400) Corrientes - Argentina. E-mail: anato1@vet.unne.edu.ar ANTECEDENTES El hígado, órgano más voluminoso del cuerpo, en los carnívoros representa del 3 al 8 % del peso corporal total en los adultos y substancialmente mucho más en los animales jóvenes. El hígado es esencial para el mantenimiento de la vida y funciones en centenares de diversas actividades metabólicas que ayudan a los mecanismos hemostáticos normales, es responsable del metabolismo y excreción de bilis. Con respecto al sistema biliar, según Evans, H.E. (1979), la porción intrahepática se origina donde la bilis, elaborada por las láminas de células hepáticas rodeadas por los senos sanguíneos, es descartada dentro de los diminutos canalículos biliares que se ubican entre estas células. Los canalículos se unen dentro del tejido intersticial entre los lobulillos. Los conductos interlobulillares coalesen en conductos biliares lobales o intrahepáticos que abandonan las diferentes divisiones del hígado como conductos hepáticos. La porción extrahepática del sistema biliar conciste en un número variable de conductos hepáticos, que penetran en el colédoco en diversas localizaciones. Los conductos hepáticos de la división central del hígado ingresan en el conducto biliar en su origen junto al conducto cístico de la vesícula biliar. Los conductos hepáticos de la división derecha e izquierda del hígado ingresan en la porción libre del conducto biliar más en distal. La vesícula biliar se localiza entre el lóbulo cuadrado en medial y el lóbulo medial derecho en lateral. La falta de adecuada información, en anatomía comparada, especialmente sobre el aparato excretor hepático en caninos, crean errores de interpretación, tanto en la enseñanza, como en la comprensión de procesos patológicos, dificultando el diagnóstico de los mismos. Actualmente la incorporación de elementos para el diagnóstico por imágenes y la exploración laparoscópica, crean la necesidad de profundizar el conocimiento de estas estructuras. Es precisamente la falta de información adecuada sobre el tema en anatomía veterinaria, como en cirugía, lo que ha motivado a realizar una revisión anatómica de estas estructuras. MATERIALES Y METODOS Los trabajos fueron realizados hasta el momento en un total de 12 hígados que en su mayoría fueron obtenidos de caninos aportados por el departamento Zoonosis de la Municipalidad de la ciudad de Corrientes, animales con antecedentes que indican su eutanasia, se sacrificaron, previa sedación por vía subcutánea con Acepromacina a dosis de 0.04 mg/kg/p.v.; posteriormente a los efectos impedir la coagulación sanguínea y poder realizar una completa sangría, por E.V. se inyecta heparina sódica a dosis de 5000 UI/10000 UI p.v.; seguidamente, por la misma vía se realiza anestesia general con Thiopental sódico a dosis de 25 mg/kg/p.v., o Ketamina a dosis de 10 mg/Kg/p.v., por vía E.V. Anestesiados estos, fueron sometidos a sangría blanca a través de la canalización de la Arteria carótida común, a la altura media del cuello, incidiendo primeramente piel, tejido subcutáneo, alcanzando la gotera yugular, por encima de la tráquea se localiza la Arteria carótida común, la que se separa de los nervios vago, simpático y laríngeo recurrente, se exterioriza y se colocará una cánula de diámetro apropiado, por la cual se efectúa la sangría total del ejemplar. Se realiza la extracción del hígado, incluyendo el estomago, duodeno, páncreas y bazo de cada animal, para realizar la inyección del aparato biliar. Para esta operación se procedió de la siguiente manera: en primer lugar se localiza la papila duodenal mayor, mediante una incisión hecha en el borde anteromesentérico del duodeno, a 15 cm del píloro, una vez localizada la papila se procede a su canalización utilizando una UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2000 sonda uretral del tipo K33 o la cánula de un butrefly sin el dispositivo de las alas y aguja. Se continua realizando una ligadura, tipo en bolsa de tabaco, hecha en la papila alrededor de la cánula; con este presentimiento se asegura la inyección de la totalidad del conducto colédoco, para asegurar la replesión de la totalidad de la vesícula biliar es necesario en primer lugar aspirar en lo posible todo el contenido de la misma y luego durante la inyección colocar una aguja N° 25/8 para dejar escapar el remanente de aire que se acumula en la vesícula. Una vez obtenida la pieza con pasta de replesión en conductos y vesícula biliar, se procede luego a realizar disección de las diferentes estructuras anatómicas, previa formolización del hígado a través de la vena porta, o por inmersión de la glándula en formol al 5%, sometiéndolo luego a hervor, esto para darle más consistencia y favorecer así su disección y conservación. Los preparados anatómicos luego de haberlo procesado se documentaron fotográficamente. DISCUSION DE RESULTADOS Se observó variabilidad en la formación y número de conductos que drenan bilis de los distintos lóbulos hepáticos, también en el sitio en que se unen al Conducto colédoco, ninguno de los casos estudiados se corresponde con la descripción bibliográfica, que es muy incompleta y simplificada, por ello se tomó como patrón para la descripción los casos en que hubo más similitud, encontrando en éstos un total de 5 conductos. Este se corresponde con la siguiente descripción: La mitad derecha del hígado drena por tres conductos, dos conductos que drenan el lóbulo lateral derecho y proceso caudado, el primero desemboca a 2 cm. de la Vesícula y el segundo a 5 cm.; el lóbulo medial derecho drena por un conducto que se une al colédoco a 1 cm de la Vesícula. Con respecto a la mitad izquierda encontramos un conducto para el lóbulo lateral izquierdo que se une a 3,7 cm, el lóbulo medial Izquierdo y cuadrado, un conducto, éste se une al colédoco a 3,5 cm. de la Vesícula. Tomando como base esta descripción se comparan el resto de los casos. CONCLUSIONES A través de los resultados obtenidos se brinda un aporte importante para aquellos profesionales dedicados a la cirugía de Pequeños Animales, mediante la incorporación de información sistematizada y estandarizada según las normas establecidas por la Nómina Anatómica Veterinaria sobre el tema tanto de anatomía como de cirugía veterinaria, que brinda beneficios a investigadores, docentes y alumnos. También se espera alcanzar como resultado la posibilidad de poder inferir datos del comportamiento morfológico de las estructuras estudiadas sobre la población canina. BIBLIOGRAFIA 1 - AGUIRRE J. R. Y GIMÉNEZ, R.E (1992) “Topografía de los canales biliares y anatomía radiológica de las vías biliares, intra y extrahepáticos” “Interpretación de la radiografía tranparietal hepática y colangiografías operatorias”. Actas del XXIX Congreso de la Asociación Rioplatense de Anatomía - Año 1991 - 92. 2 - ALBANESE, E.F Y COL. 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