1. Introducción al Ecumenismo.

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¿QUÉ ES EL ECUMENISMO?
BREVE INTRODUCCIÓN AL ECUMENISMO
COMISIÓN EPISCOPAL PARA EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO Y COMUNIÓN
Responsable: Padre Hilario González García, Secretario Ejecutivo
ÍNDICE:
1. Introducción
a) Etimología del término ecumenismo.
b) Significado actual del ecumenismo.
c) Las dimensiones del ecumenismo.
2. Breve historia del ecumenismo.
a) Problema actual del cristianismo.
b) Historia de la división cristiana.
c) La formación del movimiento ecuménico.
3. Principios católicos del ecumenismo.
a) En la constitución dogmática
“Lumen Gentium”.
b) En decreto “Unitatis Redintegratio”.
c) En la carta encíclica “Ut Unum Sint”.
d) En la exhortación apostólica postsinodal
“Ecclesia in America”.
e) En la carta apostólica
“Novo Millenio Ineunte”.
4. Espiritualidad en el movimiento ecuménico.
a) Llamados a la unidad.
b) El Espíritu Santo impulsador del
ecumenismo.
c) La conversión interior.
d) La oración.
e) La eucaristía.
BIBLIOGRAFÍA.
Introducción
Etimología
La palabra ecumenismo proviene de la palabra griega oikoumene, esta palabra
griega tiene su raíz en oikos que significa casa, espacio habitado; oikoumene viene a
significar el mundo habitado. La palabra oikoumene era utilizada en el vocabulario
político romano para expresar la geografía del territorio del Imperio Romano.
El término oikoumene lo encontramos también en las Escrituras del Nuevo
Testamento:
§ Con el sentido de mundo: “...profetizó que vendría una gran hambre sobre
toda la tierra...” (Hechos 11,28).
§ Con el sentido de imperio romano: “Por aquellos días salió un edicto de
Cesar Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo” (Lc 2,1).
§ Con el sentido transitorio en la espera de la Oikoumene regida por Cristo:
“En efecto, Dios no sometió a los ángeles el mundo venidero del cual
estamos hablando”. (Hebreos 2,5).
El término es usado también en las primeras comunidades cristianas para
designar a la Iglesia extendida en el mundo. Más tarde evolucionará el concepto hasta
entenderse como “toda la Iglesia”. En este sentido ecuménico llega a ser lo que se
habla en nombre de la Iglesia como católica y que era confirmado por el Obispo de
Roma, el Papa.
El término se utiliza también para designar la doctrina que tiene validez en
toda la Iglesia así como sus normas. En el año 325 al Concilio de Nicea se denomina
como “concilio ecuménico”. También la palabra se aplicará a los símbolos de fe de los
Apóstoles, de Nicea y de san Atanasio, siendo llamados “credos ecuménicos”.
Significado actual de ecumenismo.
El término ecumenismo ha tomado un nuevo significado ante la realidad en la
que el cristianismo está inmerso. Esta realidad nos habla de un cristianismo dividido
que en la conciencia eclesial de las diversas denominaciones cristianas se ha visto la
necesidad de buscar la unidad querida por Cristo. El ecumenismo pasa de ser un
concepto universal a una actitud o estado de ánimo ante la situación concreta de la
división en el cristianismo. El ecumenismo llega a ser una relación entre las diversas
denominaciones cristianas en busca de la unidad, con una actitud abierta al diálogo y
formando una relación amistosa entre las comunidades cristianas.
En nuestra actualidad se entiende el ecumenismo como un movimiento que
tiene como finalidad lograr la unidad plena y visible entre los cristianos. El Concilio
Vaticano II define al movimiento ecuménico como: “el conjunto de actividades e
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iniciativas que, según las diversas necesidades de la Iglesia y las circunstancias
ocasionales, se suscitan y ordenan a favorecer la unidad de los cristianos”. (Unitatis
Redintegratio #4).
Hay que tener en cuenta que el ecumenismo es un movimiento suscitado por el
Espíritu Santo que busca la unidad querida por Jesucristo. Este movimiento exige una
actitud de diálogo, de cooperación, de amistad y de testimonio.
“Por impulso del Espíritu Santo, se llevan a efecto muchos intentos por medio
de la oración, de la palabra y de la acción, de acercamiento a aquella plena unidad que
quiere Jesucristo”. (Unitatis Redintegratio #4)
¿Quién participa del movimiento ecuménico? Todas aquellas personas que
invocan al Dios uno y Trino y creen en Jesucristo Señor y Salvador. (Unitatis
Redintegratio # 1)
Las dimensiones del ecumenismo:
§ Ecumenismo institucional o doctrinal: esta dimensión se muestra en
estudio teológico sobre los diversos temas que competen al ecumenismo, así
como la realización del diálogo ecuménico. El movimiento ecuménico se sirve
trabajar por medio de estructuras humanas o ministerios, desarrollando la
labor intelectual. Esta labor intelectual se desarrolla dentro de la Iglesia
católica en el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los
Cristianos, así como también se da el estudio de temas teológicos por medio de
Comisiones Mixtas de trabajo. El ecumenismo se esfuerza por tener el
conocimiento mutuo de los hermanos de otras denominaciones cristianas, así
como dar una formación ecuménica y la información necesaria sobre el trabajo
y avances del propio movimiento. La unidad buscada por el ecumenismo no es
suficiente si sólo se toma en cuenta la dimensión doctrinal, también es
necesario implementar en conjunta armonía la dimensión carismática.
§ Ecumenismo Carismático o espiritual: esta dimensión ecuménica se
muestra en hacer oración por la unidad de los cristianos, así como compartir
los diversos momentos de oración con nuestros hermanos de otra
denominación cristiana. La conversión, la santidad de vida y la oración son
elementos necesarios que deben considerarse como el alma del movimiento
ecuménico. Uno de los momentos privilegiados dentro del movimiento
ecuménico es la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que llega a
ser parte de nuestra vida eclesial y testimonio de anhelo de restablecer la
unidad.
§
Ecumenismo Pastoral: Ante la realidad de la división de los cristianos, la
Iglesia Católica “se ha comprometido de modo irreversible a recorrer el camino
de la acción ecuménica” (Ut unum sint # 2). El ecumenismo es parte de la
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pastoral y del trabajo de la Iglesia: buscar la unidad. En la acción pastoral
debemos tener en cuenta: la inspiración ecuménica dentro de las acciones
pastorales de la Iglesia y las acciones concretamente ecuménicas: Estudio
bíblico, encuentros de oración, misiones, así como la formación ecuménica de
cada fiel cristiano. Loable es la labor social que realizan en conjunto y
colaboración los miembros de diversas Iglesias cristianas dando testimonio de
Cristo ante las problemáticas y diversas situaciones de la sociedad.
Breve historia del ecumenismo.
Problema actual del cristianismo.
Ante la situación tan marca de la realidad del cristianismo divido en que
vivimos, los creyentes en Cristo han pensado en la necesidad de resolver el problema
de la desunión.
La realidad actual nos muestra un gran número de comunidades cristianas que
tienen elementos de unidad pero viven la desunión, se muestra con una actitud de
desconfianza entre las diversas denominaciones cristianas.
Tienen un desconocimiento mutuo formando obstáculos para vivir la unidad,
muchas confesiones cristianas siguen siendo misteriosas, desconocidas o ignoradas.
Muchas de las divisiones con la Iglesia, se debe a rupturas y diferencias de tipo
teológico y orgánicas, se ha llegado a la falta de algún elemento de unión que son: la fe,
los sacramentos, la jerarquía eclesial.
En diversas ocasiones se ha usado lenguaje agresivo y violento tanto para
defender la doctrina propia de cada denominación cristiana, así como para quitar
validez a la doctrina de otra denominación cristiana no propia. Se ha faltado a la
caridad y tolerancia a los hermanos que piensan religiosamente diferente.
La desunión es una contradicción de vida y anuncio de la enseñanza de Cristo.
Él ora y pide al Padre celestial por la unidad de todos sus discípulos y creyentes en
Cristo: “No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que por medio de su
palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que
ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tu me has enviado”
(Jn 17, 20-21).
La desunión principalmente entre los cristianos es falta de testimonio, pues la
unidad es signo de la vida cristiana, es falta contra la unidad querida por Jesucristo.
Ante esta realidad es necesario sanar la historia del cristianismo, que ha llevado esta
problemática por siglos.
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Historia de la división cristiana
La Iglesia desde su fundación se profesa como “una”. La Iglesia en los primeros
siglos históricamente hablando era la única denominación cristiana aceptada, es a
través de la historia que ha sufrido de rupturas.
a) Las Iglesias no calcedonenses:
La primera ruptura o distanciamiento en relación de la Iglesia se produce en
los siglos IV y V. La ruptura se da por la aceptación de la doctrina del concilio de
Calcedonia. A saber la Iglesia de Asia de Oriente acepta la divinidad de Cristo, pero no
acepta la formulación de la doble naturaleza de Jesucristo. A esto hay que sumar el
conflicto del tema de la maternidad divina de María, que se vivía en esta época.
b) La ruptura entre Roma y Bizancio:
En el año 1054 se da la ruptura entre Roma (católicos romanos) y Bizancio
(cristianos orientales, ortodoxos). Está ruptura tiene sus antecedentes de diferencias
tanto políticos como culturales que consuma su ruptura entre Roma y Constantinopla.
En el siglo IX ocurre un cisma con Focio por la no aceptación de la connotación
doctrinal del “Filioque”. A esto hay que sumar el hecho de que la IV cruzada en el s. XI
se realizara en Constantinopla a causa de la expansión islámica. Es en al año 1054
cuando se da la ruptura definitiva. A pesar de los intentos de unión en los concilios de
Lyon en 1274 y el de Florencia en 1439, sigue habiendo un distanciamiento.
La razón política de la separación se debió a la rivalidad entre Roma y
Constantinopla en el plano de la jurisdicción, tanto política como religiosa. Podemos
afirmar que ortodoxos y católicos compartimos casi el 100% de la fe cristiana. La
razón de la separación religiosa radica en la cuestión del “Filioque” y la primacía del
Papa, Obispo de Roma.
c) La Reforma
En el siglo XVI ocurre la llamada Reforma. En este suceso de la reforma surgen
otras confesiones cristianas separadas de la Iglesia católica, estás confesiones
cristianas no católicas forman comunidades eclesiales bien caracterizadas y definidas.
La causa aparente se debe a los abusos eclesiásticos, la falta de coherencia entre los
valores cristianos y la forma de vida de los fieles de la Iglesia, tanto clérigos como
laicos. Hacia falta reformar a la Iglesia en la totalidad de sus miembros. A pesar del
intento de la Iglesia Por reunir a los fieles cristianos y salvaguardar la sana doctrina,
se dio la separación de la Iglesia.
En las comunidades cristianas no católicas, tienen sus diferencias entre ellas
según sea la manera de adoptar el mensaje de Cristo en los Evangelios. A pesar de esto
hay rasgos fundamentales que se comparten en cierta medida, como son: La autoridad
suprema de la Biblia como Palabra de Dios, la concepción de los sacramentos tomando
sólo dos como únicos instituidos por Cristo: Bautismo y Eucaristía, sólo la fe y la sola
gracia son necesarios para salvar al hombre.
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§ Las Iglesias Luteranas
Estás comunidades eclesiales nacen de la persona de Martín Lutero, que fue
representante de la reforma y protestó en contra de la estructura de la Iglesia católica.
Lutero recalcó que la salvación y la justificación sólo proceden de Jesucristo, el tema
de la justificación se vuelve el centro de su participación dentro de la reforma. Lutero
busco que la Iglesia se reformará en su estructura y en su pensamiento teológico.
Los puntos divergentes de las iglesias luteranas con la Iglesia católica son: La
teología del sacerdocio, en el cual todos los fieles participan del único sacerdocio de
Cristo donde los fieles pueden realizar este ministerio, se da el rechazo del celibato
sacerdotal para los clérigos; en cuanto al sacramento de la Eucaristía, no se acepta el
concepto de la transubstanciación aunque se de la aceptación de la presencia de Cristo
en el sacramento, se rechaza el carácter sacrificial de la Eucaristía, y se rechaza
también la existencia del purgatorio.
§ Las iglesias calvinistas.
Estas comunidades tienen su representación dentro de la reforma en la
persona de Calvino, reciben también el nombre de iglesias presbiterianas. Su culto se
centra en la escucha de la Palabra, en sus celebraciones también se realiza el canto de
himnos. En cuanto a los sacramentos sólo aceptan el bautismo y la cena del Señor, en
este sacramento de la cena del Señor se acepta una presencia espiritual de Cristo.
d) La Iglesia Anglicana
Esta iglesia nace en el siglo XVI después del contexto de la reforma, tienen su
origen en Inglaterra. Sus rasgos comunes consisten en: tener su vinculación en la sede
de Canterbury, conservan la liturgia y organización dada por la tradición de la Iglesia
católica.
En su cuerpo doctrinal admiten el credo Niceno – constantinopolitano, los
primeros concilios de la Iglesia, la autoridad de la Biblia, los sacramentos y el
ministerio episcopal. Reconocen una jerarquía en el sacramento del orden
reconociendo los tres grados que son: diácono, presbíteros y obispos. En esta Iglesia
confieren el sacramento del orden a la mujer incluso hasta el grado episcopal. A esta
iglesia pertenecen también las llamadas iglesias episcopales.
En 1795 oficialmente nace la Iglesia metodista como separada o distinta de la
iglesia anglicana. Su fundador fue un sacerdote anglicano llamado John Wesley,
propuso a sus seguidores un método de vida espiritual y apostolado por lo que fueron
llamados metodistas o también conocidos como wesleyanos
e) Otras comunidades cristianas.
Aparte de las iglesias mencionadas, también se encuentran las iglesias
bautistas, que ponen sus raíces en la reforma. Hay también las iglesias llamadas
“Adventistas del Séptimo día” que surgen en el siglo XIX, estás comunidades tienen un
régimen de vida fundamentado en el concepto teológico del cuerpo humano como
templo del Espíritu Santo. Hay en nuestro continente americano una gran cantidad de
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comunidades Pentecostales, estos tienen como característica los dones carismáticos
del Espíritu Santo.
Las sectas existen en nuestra realidad religiosa del cristianismo. Las sectas son
diferentes a las comunidades cristianas ya mencionadas. Poseen una estructura
cerrada, se mueven en el ámbito de la ignorancia religiosa y doctrinal de las personas.
Carecen de tradición, pues son de libre fundación aprovechan la situación social,
económica y cultural en deficiencia para propagar su ideología y ganar adeptos. En lo
general están cerrados al diálogo.
La formación del movimiento ecuménico.
Ante la realidad de un cristianismo dividido por la pluralidad de comunidades e
iglesias cristianas y la preocupación por llenar a la unidad plena del cristianismo se
realizan una serie de actividades a favor de la unidad cristiana.
§
1846.- En Londres se realiza una “alianza ecuménica”, en la cual participan
varias denominaciones cristianas, con el fin de buscar la unidad de los
cristianos. El término “ecuménico” más que a una realidad geográfica se
entendió como una actitud ante los hermanos de diferentes iglesias cristianas.
§
1900.- En Nueva York se realiza un Congreso mundial misionero, el cual es el
primero designado como ecuménico, con el fin de realizar la misión
evangelizadora en colaboración de las Iglesias cristianas y así abarcar la
evangelización del mundo.
§
1910.- En Edimburgo Inglaterra, se llevó acabo otro congreso mundial
misionero, con el propósito de llevar una única Iglesia de Jesucristo en tierras
de misión.
§
En 1916, Benedicto XV aprueba el octavario por la unidad de los cristianos en
principio de inspiración anglicana. En la actualidad el Octavario para la unidad
de los cristianos es elaborado por el Consejo ecuménico de las Iglesia en
colaboración con la Iglesia Católica.
§
En 1927 se realiza la institución de la Comisión Fe y Constitución, con la
participación de 439 confesiones cristianas, La Iglesia Católica se encontraba
ausente en está institución. Está comisión ha realizado como tarea el fomento
del conocimiento entre la iglesias cristianas y el diálogo.
§
En 1937, la Conferencia Mundial Misionera se reúne en Oxford, con la intención
de estrechar una comunión entre los creyentes en Jesucristo, pone los
elementos que debe de contar por lo menos las diferentes denominaciones
para llamarse cristiano. El término ecumenismo se entiende para entonces
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como las relaciones amistosas entre las diversas confesiones cristianas con el
fin de lograr la unidad de una única Iglesia de Cristo.
§
En 1948 surge el Consejo Ecuménico de las Iglesias en Ámsterdam. El
ecumenismo ya es entendido como la búsqueda de la reconciliación de las
diferentes iglesias cristianas.
§
En 1965, el Concilio Vaticano II realizado por la Iglesia católica da a conocer su
postura y empeño a favor del ecumenismo con puntos doctrinales propiamente
católicos en el Decreto “Unitatis Redintegratio”. Este decreto marca el camino
de la Iglesia en relación con el ecumenismo. Antes del Concilio Vaticano II, se
daba la postura del regreso a Roma de todos aquellos que han protestado de la
Iglesia como único medio para la salvación, sin establecer un diálogo teológico
con los hermanos separados. Después del Concilio se aceptan elementos de
santificación y salvación en las diferentes denominaciones cristianas, así como
elementos de unidad con la Iglesia católica aunque todavía no se da una
comunión plena.
Principios católicos del ecumenismo.
A continuación se presentan algunos textos principales de diferentes
documentos del Magisterios de la Iglesia católica, que enuncian algunos principios
católicos del ecumenismo. Lo que la Santa Madre Iglesia Católica afirma acerca del
movimiento ecuménico, su compromiso y camino a seguir.
Principios católicos del ecumenismo en la constitución dogmática “Lumen
Gentium”.
La constitución Dogmática sobre la Iglesia “Lumen Gentium” en los números 8
y 13 marca dos presupuestos eclesiológicos importantes:
La Iglesia de Cristo, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad,
subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en
comunión con él, aunque puedan encontrarse fuera de ella muchos elementos de
santificación y de verdad que, como dones propios de la Iglesia de Cristo, impulsan
hacia la unidad católica. (Lumen Gentium # 8)
§ Este número resalta dos ideas a mantener dentro de nuestra postura católica:
La identidad de la Iglesia católica con la Iglesia de Cristo.
Elementos eclesiales de santificación y de verdad fuera de la Iglesia católica en
favor de la unidad.
Todos los hombres, por tanto, son llamados a esta unidad del Pueblo de Dios,
que prefigura y promueve la paz universal y a ella pertenecen de diverso modo o
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están destinados, tanto fieles católicos, como los demás que creen en Cristo e, incluso
todos los hombres en general llamados a la salvación por la gracia de Dios. (Lumen
Gentium # 13)
§ La mención del concepto de “Pueblo de Dios” tiene un gran sentido
ecuménico, pues enmarca en su significación a todos aquellos que son cristianos, en
términos de unidad.
En el número 15 afirma una comunión eclesial por medio del bautismo, además
de la actitud eclesial de unión en la comunicación de bienes espirituales en busca de la
unidad promovida por el Espíritu Santo:
La Iglesia se siente unida por muchos motivos con todos lo que se honran con
el nombre de cristianos, por estar bautizados, aunque no profesan íntegramente la fe,
o no conservan la unidad de vínculo bajo el Sucesor de Pedro. (Lumen Gentium # 15ª)
Existe también la comunicación de oraciones y de otros beneficios espirituales;
más aún, cierta unión en el Espíritu Santo, puesto que también obra en ellos con su
virtud santificante por medio de dones y gracias, y a algunos de ellos les dio la
fortaleza del martirio. De esta forma el Espíritu promueve en todos los discípulos de
Cristo el deseo y la actividad conducente para que todos se unan en paz, en un solo
rebaño y bajo un solo Pastor, como Cristo determinó. (Lumen Gentium # 15c)
Principio católicos del ecumenismo en el Decreto “Unitatis Redintegratio”.
El Concilio Vaticano II define al movimiento ecuménico:
Se entiende por Movimiento ecuménico las actividades e iniciativas que, según
las diversas necesidades de la Iglesia y las circunstancias ocasionales, se suscitan y
ordenan a favorecer la unidad de los cristianos. (Unitatis Redintegratio # 4b)
El decreto conciliar contribuye en rehabilitar a los hermanos separados basada
en la comunión basada en el bautismo, en afirmar a existencia de una comunión
aunque no plena, en el compromiso de toda la Iglesia en la labor ecuménica de buscar
la unidad con una nueva actitud ante los hermanos de otras Iglesia cristianas.
Existe una comunión por el vínculo del bautismo: Quienes ahora nacen y
reciben la fe de Cristo en tales Comunidades, no pueden ser acusados del pecado de
separación, y a ellos la Iglesia católica los abraza con respeto fraterno y con amor. Ya
que éstos creen en Cristo y recibieron debidamente el bautismo se encuentran en
cierta comunión, aunque no perfecta, con la Iglesia católica. (Unitatis Redintegratio #
3)
El ecumenismo es un compromiso eclesial de todos los católicos: Este
Sacrosanto Concilio exhorta a todos los fieles católicos a que, reconociendo las señales
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de los tiempos, diligentemente cooperen en la empresa ecuménica. (Unitatis
Redintegratio # 4ª)
El empeño por restablecer la unión corresponde a la Iglesia entera, tanto a los
fieles como a los pastores y afecta a cada uno según su capacidad. (Unitatis
Redintegratio # 5)
No se da verdadero ecumenismo sin una conversión interior. Porque de la
renovación de la mente, de la abnegación de sí mismo y de una generosa efusión de la
caridad nacen y maduran los anhelos de unidad. (Unitatis Redintegratio # 7)
Es necesario que los católicos bien preparados adquieran un mejor
conocimiento de la doctrina e historia, de la vida espiritual y litúrgica, de la psicología
religiosa y de la cultura, que son propias de nuestros hermanos. (Unitatis
Redintegratio # 9)
La fe católica ha de ser explicada al mismo tiempo con mayor profundidad y
mayor exactitud, de tal forma y con tales palabras que también pueda ser realmente
comprendida por los hermanos separados. (Unitatis Redintegratio # 11)
Principios doctrinales católicos del ecumenismo en la encíclica “Ut unum
sint”.
El compromiso con relación al ecumenismo es afirmada fuertemente como
irreversible, además de ser necesaria en la vida de los cristianos y pertenecer al
caminar de la vida de la Iglesia.
La Iglesia católica se ha comprometido de modo irreversible a recorrer el
camino de la acción ecuménica, poniéndose a la escucha del Espíritu del Señor. (Ut
unum sint # 3)
La iglesia católica asume con esperanza la acción ecuménica como un
imperativo de la conciencia cristiana iluminada por la fe y guiada por la caridad. (Ut
unum sint # 8)
El movimiento a favor de la unidad de los cristianos, no sólo es un mero
apéndice, que se añade a la actividad tradicional de la Iglesia. Al contrario, pertenece
orgánicamente a su vida y a su acción (Ut unum sint # 20).
Uno de los temas en la doctrina católica sobre el ecumenismo es la comunión
plena que se busca entre los hermanos separados y la Iglesia católica.
Los vínculos de pertenencia a la Iglesia marcan el grado de comunión parcial
entre las comunidades eclesiales cristianas.
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La unidad dada por el Espíritu Santo no consiste simplemente en el
encontrarse juntas unas personas que se suman unas a otras. Es una unidad
constituida por los vínculos de la profesión de fe, de los sacramentos y de la comunión
jerárquica. (Ut unum sint # 9)
La unidad querida por Dios sólo se puede realizar en la adhesión común al
contenido íntegro de la fe revelada. (Ut unum sint # 18)
La Iglesia católica, tanto en su praxis como en sus documentos oficiales,
sostiene que la comunión de las Iglesias particulares con la Iglesia de Roma, y de sus
Obispos con el Obispo de Roma, es un requisito esencial – en el designio de Dios – para
la comunión plena y visible. ( Ut unum sint # 97)
Los elementos de santificación y de verdad presentes en las demás
Comunidades cristianas, en grado diverso unas y otras, constituyen la base objetiva de
la comunión existente, aunque imperfecta, entre ellas y la Iglesia católica.
En la medida en que estos elementos se encuentran en las demás Comunidades
cristianas, la Iglesia de Cristo tiene una presencia operante en ellas. Por este motivo el
Concilio Vaticano II habla de una cierta comunión aunque imperfecta. (Ut unum sint #
11)
Los elementos de santificación y de verdad que, de diversos modos, se
encuentran y actúan fuera de los límites visibles de la Iglesia católica: Son muchos, en
efecto los que veneran la Sagrada Escritura como norma de fe y de vida y manifiestan
un amor sincero por la religión, creen con amor en Dios Padre todopoderoso y en el
Hijo de Dios Salvador y están marcados por el Bautismo, por el que están unidos a
Cristo, e incluso reconocen y reciben en sus propias Iglesias o Comunidades eclesiales
otros sacramentos. (Ut unum sint # 12)
El número 14 muestra el objetivo del movimiento ecuménico. El punto de
partida del ecumenismo es la comunión parcial existente para llegar a la comunión
plena, siendo la celebración eucarística signo visible de unidad.
El ecumenismo trata precisamente de hacer crecer la comunión parcial
existente entre los cristianos hacia la comunión plena en la verdad y en la caridad. (Ut
ununm sint # 14)
De esta unidad fundamental, aunque parcial, se debe pasar ahora a la necesaria
y suficiente unidad visible, que se expresa en la realidad concreta, de modo que las
Iglesia realicen verdaderamente el signo de aquella comunión plena en la Iglesia una,
santa, católica y apostólica que se realizará en la celebración eucarística. (Ut ununm
sint # 78)
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Doctrina católica sobre el ecumenismo en “Ecclesia in America”
Entre la Iglesia católica y las otras Iglesia y Comunidades eclesiales existe un
esfuerzo de comunión que tiene su raíz en el Bautismo administrado en cada una de
ellas. Este esfuerzo se alimenta mediante la oración, el diálogo y la acción común.
(Ecclesia in America # 49)
Las propuestas concretas de la Asamblea sinodal sobre el conjunto de las
Iglesias y Comunidades eclesiales cristianas no católicas son múltiples. Se propone, en
primer lugar, que los cristianos católicos, Pastores y fieles, fomenten el encuentro de
los cristianos de las diversas confesiones, en la cooperación en nombre del Evangelio,
para responder el clamor de los pobres, con la promoción de la justicia, la oración
común por la unidad y la participación de la Palabra de Dios y la experiencia de la fe
en Cristo vivo. (Ecclesia in America # 49)
La doctrina católica sobre el ecumenismo en “Novo Millenio Ineunte”.
En el camino de la acción ecuménica que es compromiso de la Iglesia católica,
su acción y camino es guiado y fortalecido por el Espíritu Santo, ya que la laboriosidad
del camino ecuménico es largo para las capacidades humanas.
El camino ecuménico es ciertamente laborioso, quizás largo, pero nos anima la
esperanza de estar guiados por la presencia de Cristo resucitado y por la fuerza
inagotable de su Espíritu, capaz de sorpresas siempre nuevas. (Novo millenio Ineunte
# 12)
La invocación “ut unum sint” es, a la vez, imperativo que nos obliga, fuerza que
nos sostiene y saludable reproche por nuestra desidia y estrechez de corazón. La
confianza de poder alcanzar, incluso en la historia, la comunión plena y visible de
todos los cristianos se apoya en la plegaria de Jesús, no en nuestras capacidades.
(Novo millenio Ineunte # 48)
Espiritualidad en el movimiento ecuménico.
Llamados a la unidad:
Cristo llama a todos sus discípulos a vivir la unidad: Ut unum sint, para que
todos sean uno (Juan 17,21). Por esto los cristianos no pueden permanecer divididos.
Cristo se hace así mismo elemento primordial de unidad: su muerte ha sido también
“para reunir a todos los hijos de Dios que estaban dispersos” (Juan 11, 52). Cristo es la
referencia principal por la cual los cristianos deben unirse entre sí, unirse a Cristo,
pues el es la vid y nosotros el sarmiento el pide a sus discípulos: “permaneced en mí,
como yo en vosotros” (Jn 15,4). Jesús que es nuestro maestro nos llama a permanecer
en él y nos deja un mandamiento nuevo: “Este es el mandamiento mío: que os améis
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los unos a los otros como yo los he amado” (Juan 15,12). Es la voluntad del Señor que
permanezcamos unidos, compartamos el amor que Cristo nos enseñó como discípulos
suyos y permaneced unidos a el como los sarmientos están unidos a la vid.
Jesús pide al Padre la unidad para sus discípulos y para todos los creyentes y
testimonio ante el mundo: “No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que,
por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en
mí y yo en ti que ellos también sean uno en nosotros para que el mundo crea que tu
me has enviado”. (Juan 17, 20 –21).
Los cristianos tenemos un vínculo de unidad que es el Bautismo, nos hacemos
hijos de Dios, “ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gal. 3,28). ¿Cómo es
posible permanecer divididos si con el Bautismo hemos sido inmersos en la muerte
del Señor, es decir, en el hecho mismo en que, por medio del Hijo, Dios ha derribado
los muros de la división? (UUS # 6).
Los creyentes en Cristo debemos formar un solo corazón y una sola alma como
nos dieron testimonio nuestros primeros padres cristianos en la fe: “La multitud de
los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma” (Hechos 4, 32).
“Junto con todos los discípulos de Cristo, la Iglesia católica basa el designio de
Dios su compromiso ecuménico de congregar a todos en la unidad”. (Ut unum sint #
5).
“Creer en Cristo significa querer la unidad” (Ut unum sint # 9).
El Espíritu Santo impulsador del ecumenismo.
El Señor es quien comenzó a infundir la unión entre los cristianos desunidos, El
Espíritu Santo impulsa el movimiento ecuménico que día a día va creciendo por obra
de su gracia ( Cfr. UR # 1). “El Espíritu Santo que habita en los corazones de los
creyentes y que llena y gobierna a la Iglesia, realiza esa admirable unión de los fieles y
congrega a todos en Cristo tan íntimamente, que es el Principio de la unidad de la
Iglesia” (UR # 2).
El Espíritu Santo por medio de su gracia impulsa en muchas partes las
actividades que acercan a la unidad como son la oración y la escucha de la Palabra. La
gracia es un elemento esencial para el desarrollo de la vida de santidad que se
encuentran en las diversas comunidades cristianos y por lo tanto en el ecumenismo
que busca la unidad querida por Jesucristo.
La gracia del Espíritu Santo lleva a buscar la verdad, la unidad, el perdonarse
mutuamente y reconciliarse, los cristianos “están llamados a reconsiderar juntos su
doloroso pasado” (UUS # 2). La iglesia católica tiene conciencia de la memoria
histórica de las debilidades de su Hijos, por lo tanto no cesa de hacer penitencia.
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El llevar una vida Evangélica nos acerca más a Cristo, entre más sea la unidad
de los fieles cristianos con el Padre, con el Hijo, y con el Espíritu Santo más se
acrecentará la unidad fraterna entre los cristianos. Todo los cristianos deben de
confesar la fe en un Dios uno y trino
La conversión interior:
Para realizar un verdadero ecumenismo es necesaria una conversión del
corazón en busca de la verdad y de la unidad, pues “no se da un verdadero
ecumenismo sin una conversión interior” (UR # 7). Las gracias que debemos de pedir
al Espíritu Santo en la conversión interior son:
§ La renovación de la mente
§ La abnegación de sí mismo.
§ Una generosa efusión de la caridad.
§ La humildad y mansedumbre en el servicio.
Ante la faltas contra la unidad es necesario pedir perdón a Dios y a los
hermanos a los que hemos afectado con el testimonio de la desunión, sobre todo con
los hermanos separados que han sido afectados por acontecimientos históricos
llevándolos a la desunión.
Es necesario hacer penitencia por: ciertas exclusiones que hieren la caridad
fraterna, de ciertos rechazos que deben de ser perdonados, de un cierto orgullo, de
aquella obstinación no evangélica en la condena de los otros, de un desprecio
derivado de una presunción nociva (UUS # 15).
La conversión del corazón debe llevar a la purificación de la memoria Histórica.
La conversión interior debe purificar:
§ § El peso de las incomprensiones ancestrales.
§ Malentendidos y prejuicios.
§ § La indiferencia.
§ § Un insuficiente conocimiento recíproco (Cfr. UUS # 2).
“Esta conversión del corazón y santidad de vida, juntamente con las súplica
privadas y públicas por la unidad de los cristianos, han de ser estimadas como el alma
de todo el movimiento ecuménico y con razón pueden llamarse ecumenismo
espiritual”. (Unitatis Redintegratio # 8)
La oración:
En el seguimiento del mandato del Señor de amarnos, encontramos en el amor
la motivación para llegar la unidad, si nos amamos más perfecta será nuestra
comunión.
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“Este amor halla su expresión más plena en la oración común” UUS # 21). “La
oración en conjunto es el medio más eficaz para conseguir la gracia de la unidad” (UUS
# 22). La oración lleva a mirar con ojos nuevos a la Iglesia y al cristianismo. La oración
hace brotar en el hombre la conversión íntima del corazón que logra un auténtico
ecumenismo.
La Iglesia ha hecho suyo este deber de orar por la unidad de los cristianos, que
es propio de su vida. La Iglesia ha favorecido los encuentros de oración con las
diferentes denominaciones cristianas, como parte de su compromiso ecuménico. En la
oración nos unimos los cristianos como signo del testimonio de Cristo.
Los cristianos especialmente los fieles católicos están comprometidos para
participar de la oración para la conversión de los corazones y conseguir la unidad
entre las diferentes confesiones cristianas. En la oración se fundamenta y se
encuentran fuerzas para el diálogo ecuménico.
Cada uno de los cristianos puede hacer oración por la unidad de los cristianos,
ya sea individualmente o en comunidad eclesial. En la oración íntima no puede faltar
la petición de la unidad en el interés de llevar a cabo la voluntad de Dios.
Jesús es el principal ejemplo de oración para todos los cristianos, el ha orado al
Padre por la unidad de todos sus creyentes. Los cristianos como seguidores fieles de
Cristo deben unirse en esta perfecta oración de Cristo al Padre. El testimonio que se
brinda al mundo, se basa en la oración que hace Cristo al Padre por la unidad de los
creyentes.
El ecumenismo tiene como momentos privilegiados de espiritualidad los
encuentros de oración. Estos encuentros que se llevan a cabo entre las diferentes
Iglesia tienen como objetivo en realizar la oración en unidad como cristianos y pedir
por la unidad así como por las necesidades de los cristianos, por la evangelización y
por el mundo en general. La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos se ha
hecho tradición, ha llegado a ser un momento para unirnos los cristianos del mundo
con motivo de la unidad cristiana.
La semana de oración por la unidad de los cristianos.
Ésta semana se celebra del 18 al 25 de Enero de cada año. Es un tiempo
específico para pedir por la unidad es un principal medio del ecumenismo y de su
espiritualidad. Tiene sus orígenes en:
* Paul Watson (1908) propone la fecha del 18 al 25 de enero como semana
para hacer oración.
* Spencer Jones (1921) Crea el octavario de la unidad de los cristianos con el
fin de que la Iglesia Anglicana y Católica lleguen a la unidad.
* P. Couturier (1935) Propone la semana de oración a todas las Iglesias para
alcanzar la unidad.
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La Eucaristía:
El sacramento de la Eucaristía manifiesta la comunión entre las Iglesias, pues
mediante este sacramento la unidad de la Iglesia en Dios crece y se desarrolla, la
comunión se hace más plena. (Cfr. UR # 15).
La unidad tan esperada en la perfecta comunión eclesial tiene como culmen la
celebración de la Eucaristía. El signo visible de aquella comunión plena con la Iglesia
se realizará en la concelebración Eucarística. (Cfr. UUS # 78).
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