¿QUÉ ES EL ECUMENISMO? BREVE INTRODUCCIÓN AL ECUMENISMO COMISIÓN EPISCOPAL PARA EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO Y COMUNIÓN Responsable: Padre Hilario González García, Secretario Ejecutivo ÍNDICE: 1. Introducción a) Etimología del término ecumenismo. b) Significado actual del ecumenismo. c) Las dimensiones del ecumenismo. 2. Breve historia del ecumenismo. a) Problema actual del cristianismo. b) Historia de la división cristiana. c) La formación del movimiento ecuménico. 3. Principios católicos del ecumenismo. a) En la constitución dogmática “Lumen Gentium”. b) En decreto “Unitatis Redintegratio”. c) En la carta encíclica “Ut Unum Sint”. d) En la exhortación apostólica postsinodal “Ecclesia in America”. e) En la carta apostólica “Novo Millenio Ineunte”. 4. Espiritualidad en el movimiento ecuménico. a) Llamados a la unidad. b) El Espíritu Santo impulsador del ecumenismo. c) La conversión interior. d) La oración. e) La eucaristía. BIBLIOGRAFÍA. Introducción Etimología La palabra ecumenismo proviene de la palabra griega oikoumene, esta palabra griega tiene su raíz en oikos que significa casa, espacio habitado; oikoumene viene a significar el mundo habitado. La palabra oikoumene era utilizada en el vocabulario político romano para expresar la geografía del territorio del Imperio Romano. El término oikoumene lo encontramos también en las Escrituras del Nuevo Testamento: § Con el sentido de mundo: “...profetizó que vendría una gran hambre sobre toda la tierra...” (Hechos 11,28). § Con el sentido de imperio romano: “Por aquellos días salió un edicto de Cesar Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo” (Lc 2,1). § Con el sentido transitorio en la espera de la Oikoumene regida por Cristo: “En efecto, Dios no sometió a los ángeles el mundo venidero del cual estamos hablando”. (Hebreos 2,5). El término es usado también en las primeras comunidades cristianas para designar a la Iglesia extendida en el mundo. Más tarde evolucionará el concepto hasta entenderse como “toda la Iglesia”. En este sentido ecuménico llega a ser lo que se habla en nombre de la Iglesia como católica y que era confirmado por el Obispo de Roma, el Papa. El término se utiliza también para designar la doctrina que tiene validez en toda la Iglesia así como sus normas. En el año 325 al Concilio de Nicea se denomina como “concilio ecuménico”. También la palabra se aplicará a los símbolos de fe de los Apóstoles, de Nicea y de san Atanasio, siendo llamados “credos ecuménicos”. Significado actual de ecumenismo. El término ecumenismo ha tomado un nuevo significado ante la realidad en la que el cristianismo está inmerso. Esta realidad nos habla de un cristianismo dividido que en la conciencia eclesial de las diversas denominaciones cristianas se ha visto la necesidad de buscar la unidad querida por Cristo. El ecumenismo pasa de ser un concepto universal a una actitud o estado de ánimo ante la situación concreta de la división en el cristianismo. El ecumenismo llega a ser una relación entre las diversas denominaciones cristianas en busca de la unidad, con una actitud abierta al diálogo y formando una relación amistosa entre las comunidades cristianas. En nuestra actualidad se entiende el ecumenismo como un movimiento que tiene como finalidad lograr la unidad plena y visible entre los cristianos. El Concilio Vaticano II define al movimiento ecuménico como: “el conjunto de actividades e 2 iniciativas que, según las diversas necesidades de la Iglesia y las circunstancias ocasionales, se suscitan y ordenan a favorecer la unidad de los cristianos”. (Unitatis Redintegratio #4). Hay que tener en cuenta que el ecumenismo es un movimiento suscitado por el Espíritu Santo que busca la unidad querida por Jesucristo. Este movimiento exige una actitud de diálogo, de cooperación, de amistad y de testimonio. “Por impulso del Espíritu Santo, se llevan a efecto muchos intentos por medio de la oración, de la palabra y de la acción, de acercamiento a aquella plena unidad que quiere Jesucristo”. (Unitatis Redintegratio #4) ¿Quién participa del movimiento ecuménico? Todas aquellas personas que invocan al Dios uno y Trino y creen en Jesucristo Señor y Salvador. (Unitatis Redintegratio # 1) Las dimensiones del ecumenismo: § Ecumenismo institucional o doctrinal: esta dimensión se muestra en estudio teológico sobre los diversos temas que competen al ecumenismo, así como la realización del diálogo ecuménico. El movimiento ecuménico se sirve trabajar por medio de estructuras humanas o ministerios, desarrollando la labor intelectual. Esta labor intelectual se desarrolla dentro de la Iglesia católica en el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, así como también se da el estudio de temas teológicos por medio de Comisiones Mixtas de trabajo. El ecumenismo se esfuerza por tener el conocimiento mutuo de los hermanos de otras denominaciones cristianas, así como dar una formación ecuménica y la información necesaria sobre el trabajo y avances del propio movimiento. La unidad buscada por el ecumenismo no es suficiente si sólo se toma en cuenta la dimensión doctrinal, también es necesario implementar en conjunta armonía la dimensión carismática. § Ecumenismo Carismático o espiritual: esta dimensión ecuménica se muestra en hacer oración por la unidad de los cristianos, así como compartir los diversos momentos de oración con nuestros hermanos de otra denominación cristiana. La conversión, la santidad de vida y la oración son elementos necesarios que deben considerarse como el alma del movimiento ecuménico. Uno de los momentos privilegiados dentro del movimiento ecuménico es la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que llega a ser parte de nuestra vida eclesial y testimonio de anhelo de restablecer la unidad. § Ecumenismo Pastoral: Ante la realidad de la división de los cristianos, la Iglesia Católica “se ha comprometido de modo irreversible a recorrer el camino de la acción ecuménica” (Ut unum sint # 2). El ecumenismo es parte de la 3 pastoral y del trabajo de la Iglesia: buscar la unidad. En la acción pastoral debemos tener en cuenta: la inspiración ecuménica dentro de las acciones pastorales de la Iglesia y las acciones concretamente ecuménicas: Estudio bíblico, encuentros de oración, misiones, así como la formación ecuménica de cada fiel cristiano. Loable es la labor social que realizan en conjunto y colaboración los miembros de diversas Iglesias cristianas dando testimonio de Cristo ante las problemáticas y diversas situaciones de la sociedad. Breve historia del ecumenismo. Problema actual del cristianismo. Ante la situación tan marca de la realidad del cristianismo divido en que vivimos, los creyentes en Cristo han pensado en la necesidad de resolver el problema de la desunión. La realidad actual nos muestra un gran número de comunidades cristianas que tienen elementos de unidad pero viven la desunión, se muestra con una actitud de desconfianza entre las diversas denominaciones cristianas. Tienen un desconocimiento mutuo formando obstáculos para vivir la unidad, muchas confesiones cristianas siguen siendo misteriosas, desconocidas o ignoradas. Muchas de las divisiones con la Iglesia, se debe a rupturas y diferencias de tipo teológico y orgánicas, se ha llegado a la falta de algún elemento de unión que son: la fe, los sacramentos, la jerarquía eclesial. En diversas ocasiones se ha usado lenguaje agresivo y violento tanto para defender la doctrina propia de cada denominación cristiana, así como para quitar validez a la doctrina de otra denominación cristiana no propia. Se ha faltado a la caridad y tolerancia a los hermanos que piensan religiosamente diferente. La desunión es una contradicción de vida y anuncio de la enseñanza de Cristo. Él ora y pide al Padre celestial por la unidad de todos sus discípulos y creyentes en Cristo: “No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tu me has enviado” (Jn 17, 20-21). La desunión principalmente entre los cristianos es falta de testimonio, pues la unidad es signo de la vida cristiana, es falta contra la unidad querida por Jesucristo. Ante esta realidad es necesario sanar la historia del cristianismo, que ha llevado esta problemática por siglos. 4 Historia de la división cristiana La Iglesia desde su fundación se profesa como “una”. La Iglesia en los primeros siglos históricamente hablando era la única denominación cristiana aceptada, es a través de la historia que ha sufrido de rupturas. a) Las Iglesias no calcedonenses: La primera ruptura o distanciamiento en relación de la Iglesia se produce en los siglos IV y V. La ruptura se da por la aceptación de la doctrina del concilio de Calcedonia. A saber la Iglesia de Asia de Oriente acepta la divinidad de Cristo, pero no acepta la formulación de la doble naturaleza de Jesucristo. A esto hay que sumar el conflicto del tema de la maternidad divina de María, que se vivía en esta época. b) La ruptura entre Roma y Bizancio: En el año 1054 se da la ruptura entre Roma (católicos romanos) y Bizancio (cristianos orientales, ortodoxos). Está ruptura tiene sus antecedentes de diferencias tanto políticos como culturales que consuma su ruptura entre Roma y Constantinopla. En el siglo IX ocurre un cisma con Focio por la no aceptación de la connotación doctrinal del “Filioque”. A esto hay que sumar el hecho de que la IV cruzada en el s. XI se realizara en Constantinopla a causa de la expansión islámica. Es en al año 1054 cuando se da la ruptura definitiva. A pesar de los intentos de unión en los concilios de Lyon en 1274 y el de Florencia en 1439, sigue habiendo un distanciamiento. La razón política de la separación se debió a la rivalidad entre Roma y Constantinopla en el plano de la jurisdicción, tanto política como religiosa. Podemos afirmar que ortodoxos y católicos compartimos casi el 100% de la fe cristiana. La razón de la separación religiosa radica en la cuestión del “Filioque” y la primacía del Papa, Obispo de Roma. c) La Reforma En el siglo XVI ocurre la llamada Reforma. En este suceso de la reforma surgen otras confesiones cristianas separadas de la Iglesia católica, estás confesiones cristianas no católicas forman comunidades eclesiales bien caracterizadas y definidas. La causa aparente se debe a los abusos eclesiásticos, la falta de coherencia entre los valores cristianos y la forma de vida de los fieles de la Iglesia, tanto clérigos como laicos. Hacia falta reformar a la Iglesia en la totalidad de sus miembros. A pesar del intento de la Iglesia Por reunir a los fieles cristianos y salvaguardar la sana doctrina, se dio la separación de la Iglesia. En las comunidades cristianas no católicas, tienen sus diferencias entre ellas según sea la manera de adoptar el mensaje de Cristo en los Evangelios. A pesar de esto hay rasgos fundamentales que se comparten en cierta medida, como son: La autoridad suprema de la Biblia como Palabra de Dios, la concepción de los sacramentos tomando sólo dos como únicos instituidos por Cristo: Bautismo y Eucaristía, sólo la fe y la sola gracia son necesarios para salvar al hombre. 5 § Las Iglesias Luteranas Estás comunidades eclesiales nacen de la persona de Martín Lutero, que fue representante de la reforma y protestó en contra de la estructura de la Iglesia católica. Lutero recalcó que la salvación y la justificación sólo proceden de Jesucristo, el tema de la justificación se vuelve el centro de su participación dentro de la reforma. Lutero busco que la Iglesia se reformará en su estructura y en su pensamiento teológico. Los puntos divergentes de las iglesias luteranas con la Iglesia católica son: La teología del sacerdocio, en el cual todos los fieles participan del único sacerdocio de Cristo donde los fieles pueden realizar este ministerio, se da el rechazo del celibato sacerdotal para los clérigos; en cuanto al sacramento de la Eucaristía, no se acepta el concepto de la transubstanciación aunque se de la aceptación de la presencia de Cristo en el sacramento, se rechaza el carácter sacrificial de la Eucaristía, y se rechaza también la existencia del purgatorio. § Las iglesias calvinistas. Estas comunidades tienen su representación dentro de la reforma en la persona de Calvino, reciben también el nombre de iglesias presbiterianas. Su culto se centra en la escucha de la Palabra, en sus celebraciones también se realiza el canto de himnos. En cuanto a los sacramentos sólo aceptan el bautismo y la cena del Señor, en este sacramento de la cena del Señor se acepta una presencia espiritual de Cristo. d) La Iglesia Anglicana Esta iglesia nace en el siglo XVI después del contexto de la reforma, tienen su origen en Inglaterra. Sus rasgos comunes consisten en: tener su vinculación en la sede de Canterbury, conservan la liturgia y organización dada por la tradición de la Iglesia católica. En su cuerpo doctrinal admiten el credo Niceno – constantinopolitano, los primeros concilios de la Iglesia, la autoridad de la Biblia, los sacramentos y el ministerio episcopal. Reconocen una jerarquía en el sacramento del orden reconociendo los tres grados que son: diácono, presbíteros y obispos. En esta Iglesia confieren el sacramento del orden a la mujer incluso hasta el grado episcopal. A esta iglesia pertenecen también las llamadas iglesias episcopales. En 1795 oficialmente nace la Iglesia metodista como separada o distinta de la iglesia anglicana. Su fundador fue un sacerdote anglicano llamado John Wesley, propuso a sus seguidores un método de vida espiritual y apostolado por lo que fueron llamados metodistas o también conocidos como wesleyanos e) Otras comunidades cristianas. Aparte de las iglesias mencionadas, también se encuentran las iglesias bautistas, que ponen sus raíces en la reforma. Hay también las iglesias llamadas “Adventistas del Séptimo día” que surgen en el siglo XIX, estás comunidades tienen un régimen de vida fundamentado en el concepto teológico del cuerpo humano como templo del Espíritu Santo. Hay en nuestro continente americano una gran cantidad de 6 comunidades Pentecostales, estos tienen como característica los dones carismáticos del Espíritu Santo. Las sectas existen en nuestra realidad religiosa del cristianismo. Las sectas son diferentes a las comunidades cristianas ya mencionadas. Poseen una estructura cerrada, se mueven en el ámbito de la ignorancia religiosa y doctrinal de las personas. Carecen de tradición, pues son de libre fundación aprovechan la situación social, económica y cultural en deficiencia para propagar su ideología y ganar adeptos. En lo general están cerrados al diálogo. La formación del movimiento ecuménico. Ante la realidad de un cristianismo dividido por la pluralidad de comunidades e iglesias cristianas y la preocupación por llenar a la unidad plena del cristianismo se realizan una serie de actividades a favor de la unidad cristiana. § 1846.- En Londres se realiza una “alianza ecuménica”, en la cual participan varias denominaciones cristianas, con el fin de buscar la unidad de los cristianos. El término “ecuménico” más que a una realidad geográfica se entendió como una actitud ante los hermanos de diferentes iglesias cristianas. § 1900.- En Nueva York se realiza un Congreso mundial misionero, el cual es el primero designado como ecuménico, con el fin de realizar la misión evangelizadora en colaboración de las Iglesias cristianas y así abarcar la evangelización del mundo. § 1910.- En Edimburgo Inglaterra, se llevó acabo otro congreso mundial misionero, con el propósito de llevar una única Iglesia de Jesucristo en tierras de misión. § En 1916, Benedicto XV aprueba el octavario por la unidad de los cristianos en principio de inspiración anglicana. En la actualidad el Octavario para la unidad de los cristianos es elaborado por el Consejo ecuménico de las Iglesia en colaboración con la Iglesia Católica. § En 1927 se realiza la institución de la Comisión Fe y Constitución, con la participación de 439 confesiones cristianas, La Iglesia Católica se encontraba ausente en está institución. Está comisión ha realizado como tarea el fomento del conocimiento entre la iglesias cristianas y el diálogo. § En 1937, la Conferencia Mundial Misionera se reúne en Oxford, con la intención de estrechar una comunión entre los creyentes en Jesucristo, pone los elementos que debe de contar por lo menos las diferentes denominaciones para llamarse cristiano. El término ecumenismo se entiende para entonces 7 como las relaciones amistosas entre las diversas confesiones cristianas con el fin de lograr la unidad de una única Iglesia de Cristo. § En 1948 surge el Consejo Ecuménico de las Iglesias en Ámsterdam. El ecumenismo ya es entendido como la búsqueda de la reconciliación de las diferentes iglesias cristianas. § En 1965, el Concilio Vaticano II realizado por la Iglesia católica da a conocer su postura y empeño a favor del ecumenismo con puntos doctrinales propiamente católicos en el Decreto “Unitatis Redintegratio”. Este decreto marca el camino de la Iglesia en relación con el ecumenismo. Antes del Concilio Vaticano II, se daba la postura del regreso a Roma de todos aquellos que han protestado de la Iglesia como único medio para la salvación, sin establecer un diálogo teológico con los hermanos separados. Después del Concilio se aceptan elementos de santificación y salvación en las diferentes denominaciones cristianas, así como elementos de unidad con la Iglesia católica aunque todavía no se da una comunión plena. Principios católicos del ecumenismo. A continuación se presentan algunos textos principales de diferentes documentos del Magisterios de la Iglesia católica, que enuncian algunos principios católicos del ecumenismo. Lo que la Santa Madre Iglesia Católica afirma acerca del movimiento ecuménico, su compromiso y camino a seguir. Principios católicos del ecumenismo en la constitución dogmática “Lumen Gentium”. La constitución Dogmática sobre la Iglesia “Lumen Gentium” en los números 8 y 13 marca dos presupuestos eclesiológicos importantes: La Iglesia de Cristo, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él, aunque puedan encontrarse fuera de ella muchos elementos de santificación y de verdad que, como dones propios de la Iglesia de Cristo, impulsan hacia la unidad católica. (Lumen Gentium # 8) § Este número resalta dos ideas a mantener dentro de nuestra postura católica: La identidad de la Iglesia católica con la Iglesia de Cristo. Elementos eclesiales de santificación y de verdad fuera de la Iglesia católica en favor de la unidad. Todos los hombres, por tanto, son llamados a esta unidad del Pueblo de Dios, que prefigura y promueve la paz universal y a ella pertenecen de diverso modo o 8 están destinados, tanto fieles católicos, como los demás que creen en Cristo e, incluso todos los hombres en general llamados a la salvación por la gracia de Dios. (Lumen Gentium # 13) § La mención del concepto de “Pueblo de Dios” tiene un gran sentido ecuménico, pues enmarca en su significación a todos aquellos que son cristianos, en términos de unidad. En el número 15 afirma una comunión eclesial por medio del bautismo, además de la actitud eclesial de unión en la comunicación de bienes espirituales en busca de la unidad promovida por el Espíritu Santo: La Iglesia se siente unida por muchos motivos con todos lo que se honran con el nombre de cristianos, por estar bautizados, aunque no profesan íntegramente la fe, o no conservan la unidad de vínculo bajo el Sucesor de Pedro. (Lumen Gentium # 15ª) Existe también la comunicación de oraciones y de otros beneficios espirituales; más aún, cierta unión en el Espíritu Santo, puesto que también obra en ellos con su virtud santificante por medio de dones y gracias, y a algunos de ellos les dio la fortaleza del martirio. De esta forma el Espíritu promueve en todos los discípulos de Cristo el deseo y la actividad conducente para que todos se unan en paz, en un solo rebaño y bajo un solo Pastor, como Cristo determinó. (Lumen Gentium # 15c) Principio católicos del ecumenismo en el Decreto “Unitatis Redintegratio”. El Concilio Vaticano II define al movimiento ecuménico: Se entiende por Movimiento ecuménico las actividades e iniciativas que, según las diversas necesidades de la Iglesia y las circunstancias ocasionales, se suscitan y ordenan a favorecer la unidad de los cristianos. (Unitatis Redintegratio # 4b) El decreto conciliar contribuye en rehabilitar a los hermanos separados basada en la comunión basada en el bautismo, en afirmar a existencia de una comunión aunque no plena, en el compromiso de toda la Iglesia en la labor ecuménica de buscar la unidad con una nueva actitud ante los hermanos de otras Iglesia cristianas. Existe una comunión por el vínculo del bautismo: Quienes ahora nacen y reciben la fe de Cristo en tales Comunidades, no pueden ser acusados del pecado de separación, y a ellos la Iglesia católica los abraza con respeto fraterno y con amor. Ya que éstos creen en Cristo y recibieron debidamente el bautismo se encuentran en cierta comunión, aunque no perfecta, con la Iglesia católica. (Unitatis Redintegratio # 3) El ecumenismo es un compromiso eclesial de todos los católicos: Este Sacrosanto Concilio exhorta a todos los fieles católicos a que, reconociendo las señales 9 de los tiempos, diligentemente cooperen en la empresa ecuménica. (Unitatis Redintegratio # 4ª) El empeño por restablecer la unión corresponde a la Iglesia entera, tanto a los fieles como a los pastores y afecta a cada uno según su capacidad. (Unitatis Redintegratio # 5) No se da verdadero ecumenismo sin una conversión interior. Porque de la renovación de la mente, de la abnegación de sí mismo y de una generosa efusión de la caridad nacen y maduran los anhelos de unidad. (Unitatis Redintegratio # 7) Es necesario que los católicos bien preparados adquieran un mejor conocimiento de la doctrina e historia, de la vida espiritual y litúrgica, de la psicología religiosa y de la cultura, que son propias de nuestros hermanos. (Unitatis Redintegratio # 9) La fe católica ha de ser explicada al mismo tiempo con mayor profundidad y mayor exactitud, de tal forma y con tales palabras que también pueda ser realmente comprendida por los hermanos separados. (Unitatis Redintegratio # 11) Principios doctrinales católicos del ecumenismo en la encíclica “Ut unum sint”. El compromiso con relación al ecumenismo es afirmada fuertemente como irreversible, además de ser necesaria en la vida de los cristianos y pertenecer al caminar de la vida de la Iglesia. La Iglesia católica se ha comprometido de modo irreversible a recorrer el camino de la acción ecuménica, poniéndose a la escucha del Espíritu del Señor. (Ut unum sint # 3) La iglesia católica asume con esperanza la acción ecuménica como un imperativo de la conciencia cristiana iluminada por la fe y guiada por la caridad. (Ut unum sint # 8) El movimiento a favor de la unidad de los cristianos, no sólo es un mero apéndice, que se añade a la actividad tradicional de la Iglesia. Al contrario, pertenece orgánicamente a su vida y a su acción (Ut unum sint # 20). Uno de los temas en la doctrina católica sobre el ecumenismo es la comunión plena que se busca entre los hermanos separados y la Iglesia católica. Los vínculos de pertenencia a la Iglesia marcan el grado de comunión parcial entre las comunidades eclesiales cristianas. 10 La unidad dada por el Espíritu Santo no consiste simplemente en el encontrarse juntas unas personas que se suman unas a otras. Es una unidad constituida por los vínculos de la profesión de fe, de los sacramentos y de la comunión jerárquica. (Ut unum sint # 9) La unidad querida por Dios sólo se puede realizar en la adhesión común al contenido íntegro de la fe revelada. (Ut unum sint # 18) La Iglesia católica, tanto en su praxis como en sus documentos oficiales, sostiene que la comunión de las Iglesias particulares con la Iglesia de Roma, y de sus Obispos con el Obispo de Roma, es un requisito esencial – en el designio de Dios – para la comunión plena y visible. ( Ut unum sint # 97) Los elementos de santificación y de verdad presentes en las demás Comunidades cristianas, en grado diverso unas y otras, constituyen la base objetiva de la comunión existente, aunque imperfecta, entre ellas y la Iglesia católica. En la medida en que estos elementos se encuentran en las demás Comunidades cristianas, la Iglesia de Cristo tiene una presencia operante en ellas. Por este motivo el Concilio Vaticano II habla de una cierta comunión aunque imperfecta. (Ut unum sint # 11) Los elementos de santificación y de verdad que, de diversos modos, se encuentran y actúan fuera de los límites visibles de la Iglesia católica: Son muchos, en efecto los que veneran la Sagrada Escritura como norma de fe y de vida y manifiestan un amor sincero por la religión, creen con amor en Dios Padre todopoderoso y en el Hijo de Dios Salvador y están marcados por el Bautismo, por el que están unidos a Cristo, e incluso reconocen y reciben en sus propias Iglesias o Comunidades eclesiales otros sacramentos. (Ut unum sint # 12) El número 14 muestra el objetivo del movimiento ecuménico. El punto de partida del ecumenismo es la comunión parcial existente para llegar a la comunión plena, siendo la celebración eucarística signo visible de unidad. El ecumenismo trata precisamente de hacer crecer la comunión parcial existente entre los cristianos hacia la comunión plena en la verdad y en la caridad. (Ut ununm sint # 14) De esta unidad fundamental, aunque parcial, se debe pasar ahora a la necesaria y suficiente unidad visible, que se expresa en la realidad concreta, de modo que las Iglesia realicen verdaderamente el signo de aquella comunión plena en la Iglesia una, santa, católica y apostólica que se realizará en la celebración eucarística. (Ut ununm sint # 78) 11 Doctrina católica sobre el ecumenismo en “Ecclesia in America” Entre la Iglesia católica y las otras Iglesia y Comunidades eclesiales existe un esfuerzo de comunión que tiene su raíz en el Bautismo administrado en cada una de ellas. Este esfuerzo se alimenta mediante la oración, el diálogo y la acción común. (Ecclesia in America # 49) Las propuestas concretas de la Asamblea sinodal sobre el conjunto de las Iglesias y Comunidades eclesiales cristianas no católicas son múltiples. Se propone, en primer lugar, que los cristianos católicos, Pastores y fieles, fomenten el encuentro de los cristianos de las diversas confesiones, en la cooperación en nombre del Evangelio, para responder el clamor de los pobres, con la promoción de la justicia, la oración común por la unidad y la participación de la Palabra de Dios y la experiencia de la fe en Cristo vivo. (Ecclesia in America # 49) La doctrina católica sobre el ecumenismo en “Novo Millenio Ineunte”. En el camino de la acción ecuménica que es compromiso de la Iglesia católica, su acción y camino es guiado y fortalecido por el Espíritu Santo, ya que la laboriosidad del camino ecuménico es largo para las capacidades humanas. El camino ecuménico es ciertamente laborioso, quizás largo, pero nos anima la esperanza de estar guiados por la presencia de Cristo resucitado y por la fuerza inagotable de su Espíritu, capaz de sorpresas siempre nuevas. (Novo millenio Ineunte # 12) La invocación “ut unum sint” es, a la vez, imperativo que nos obliga, fuerza que nos sostiene y saludable reproche por nuestra desidia y estrechez de corazón. La confianza de poder alcanzar, incluso en la historia, la comunión plena y visible de todos los cristianos se apoya en la plegaria de Jesús, no en nuestras capacidades. (Novo millenio Ineunte # 48) Espiritualidad en el movimiento ecuménico. Llamados a la unidad: Cristo llama a todos sus discípulos a vivir la unidad: Ut unum sint, para que todos sean uno (Juan 17,21). Por esto los cristianos no pueden permanecer divididos. Cristo se hace así mismo elemento primordial de unidad: su muerte ha sido también “para reunir a todos los hijos de Dios que estaban dispersos” (Juan 11, 52). Cristo es la referencia principal por la cual los cristianos deben unirse entre sí, unirse a Cristo, pues el es la vid y nosotros el sarmiento el pide a sus discípulos: “permaneced en mí, como yo en vosotros” (Jn 15,4). Jesús que es nuestro maestro nos llama a permanecer en él y nos deja un mandamiento nuevo: “Este es el mandamiento mío: que os améis 12 los unos a los otros como yo los he amado” (Juan 15,12). Es la voluntad del Señor que permanezcamos unidos, compartamos el amor que Cristo nos enseñó como discípulos suyos y permaneced unidos a el como los sarmientos están unidos a la vid. Jesús pide al Padre la unidad para sus discípulos y para todos los creyentes y testimonio ante el mundo: “No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti que ellos también sean uno en nosotros para que el mundo crea que tu me has enviado”. (Juan 17, 20 –21). Los cristianos tenemos un vínculo de unidad que es el Bautismo, nos hacemos hijos de Dios, “ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gal. 3,28). ¿Cómo es posible permanecer divididos si con el Bautismo hemos sido inmersos en la muerte del Señor, es decir, en el hecho mismo en que, por medio del Hijo, Dios ha derribado los muros de la división? (UUS # 6). Los creyentes en Cristo debemos formar un solo corazón y una sola alma como nos dieron testimonio nuestros primeros padres cristianos en la fe: “La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma” (Hechos 4, 32). “Junto con todos los discípulos de Cristo, la Iglesia católica basa el designio de Dios su compromiso ecuménico de congregar a todos en la unidad”. (Ut unum sint # 5). “Creer en Cristo significa querer la unidad” (Ut unum sint # 9). El Espíritu Santo impulsador del ecumenismo. El Señor es quien comenzó a infundir la unión entre los cristianos desunidos, El Espíritu Santo impulsa el movimiento ecuménico que día a día va creciendo por obra de su gracia ( Cfr. UR # 1). “El Espíritu Santo que habita en los corazones de los creyentes y que llena y gobierna a la Iglesia, realiza esa admirable unión de los fieles y congrega a todos en Cristo tan íntimamente, que es el Principio de la unidad de la Iglesia” (UR # 2). El Espíritu Santo por medio de su gracia impulsa en muchas partes las actividades que acercan a la unidad como son la oración y la escucha de la Palabra. La gracia es un elemento esencial para el desarrollo de la vida de santidad que se encuentran en las diversas comunidades cristianos y por lo tanto en el ecumenismo que busca la unidad querida por Jesucristo. La gracia del Espíritu Santo lleva a buscar la verdad, la unidad, el perdonarse mutuamente y reconciliarse, los cristianos “están llamados a reconsiderar juntos su doloroso pasado” (UUS # 2). La iglesia católica tiene conciencia de la memoria histórica de las debilidades de su Hijos, por lo tanto no cesa de hacer penitencia. 13 El llevar una vida Evangélica nos acerca más a Cristo, entre más sea la unidad de los fieles cristianos con el Padre, con el Hijo, y con el Espíritu Santo más se acrecentará la unidad fraterna entre los cristianos. Todo los cristianos deben de confesar la fe en un Dios uno y trino La conversión interior: Para realizar un verdadero ecumenismo es necesaria una conversión del corazón en busca de la verdad y de la unidad, pues “no se da un verdadero ecumenismo sin una conversión interior” (UR # 7). Las gracias que debemos de pedir al Espíritu Santo en la conversión interior son: § La renovación de la mente § La abnegación de sí mismo. § Una generosa efusión de la caridad. § La humildad y mansedumbre en el servicio. Ante la faltas contra la unidad es necesario pedir perdón a Dios y a los hermanos a los que hemos afectado con el testimonio de la desunión, sobre todo con los hermanos separados que han sido afectados por acontecimientos históricos llevándolos a la desunión. Es necesario hacer penitencia por: ciertas exclusiones que hieren la caridad fraterna, de ciertos rechazos que deben de ser perdonados, de un cierto orgullo, de aquella obstinación no evangélica en la condena de los otros, de un desprecio derivado de una presunción nociva (UUS # 15). La conversión del corazón debe llevar a la purificación de la memoria Histórica. La conversión interior debe purificar: § § El peso de las incomprensiones ancestrales. § Malentendidos y prejuicios. § § La indiferencia. § § Un insuficiente conocimiento recíproco (Cfr. UUS # 2). “Esta conversión del corazón y santidad de vida, juntamente con las súplica privadas y públicas por la unidad de los cristianos, han de ser estimadas como el alma de todo el movimiento ecuménico y con razón pueden llamarse ecumenismo espiritual”. (Unitatis Redintegratio # 8) La oración: En el seguimiento del mandato del Señor de amarnos, encontramos en el amor la motivación para llegar la unidad, si nos amamos más perfecta será nuestra comunión. 14 “Este amor halla su expresión más plena en la oración común” UUS # 21). “La oración en conjunto es el medio más eficaz para conseguir la gracia de la unidad” (UUS # 22). La oración lleva a mirar con ojos nuevos a la Iglesia y al cristianismo. La oración hace brotar en el hombre la conversión íntima del corazón que logra un auténtico ecumenismo. La Iglesia ha hecho suyo este deber de orar por la unidad de los cristianos, que es propio de su vida. La Iglesia ha favorecido los encuentros de oración con las diferentes denominaciones cristianas, como parte de su compromiso ecuménico. En la oración nos unimos los cristianos como signo del testimonio de Cristo. Los cristianos especialmente los fieles católicos están comprometidos para participar de la oración para la conversión de los corazones y conseguir la unidad entre las diferentes confesiones cristianas. En la oración se fundamenta y se encuentran fuerzas para el diálogo ecuménico. Cada uno de los cristianos puede hacer oración por la unidad de los cristianos, ya sea individualmente o en comunidad eclesial. En la oración íntima no puede faltar la petición de la unidad en el interés de llevar a cabo la voluntad de Dios. Jesús es el principal ejemplo de oración para todos los cristianos, el ha orado al Padre por la unidad de todos sus creyentes. Los cristianos como seguidores fieles de Cristo deben unirse en esta perfecta oración de Cristo al Padre. El testimonio que se brinda al mundo, se basa en la oración que hace Cristo al Padre por la unidad de los creyentes. El ecumenismo tiene como momentos privilegiados de espiritualidad los encuentros de oración. Estos encuentros que se llevan a cabo entre las diferentes Iglesia tienen como objetivo en realizar la oración en unidad como cristianos y pedir por la unidad así como por las necesidades de los cristianos, por la evangelización y por el mundo en general. La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos se ha hecho tradición, ha llegado a ser un momento para unirnos los cristianos del mundo con motivo de la unidad cristiana. La semana de oración por la unidad de los cristianos. Ésta semana se celebra del 18 al 25 de Enero de cada año. Es un tiempo específico para pedir por la unidad es un principal medio del ecumenismo y de su espiritualidad. Tiene sus orígenes en: * Paul Watson (1908) propone la fecha del 18 al 25 de enero como semana para hacer oración. * Spencer Jones (1921) Crea el octavario de la unidad de los cristianos con el fin de que la Iglesia Anglicana y Católica lleguen a la unidad. * P. Couturier (1935) Propone la semana de oración a todas las Iglesias para alcanzar la unidad. 15 La Eucaristía: El sacramento de la Eucaristía manifiesta la comunión entre las Iglesias, pues mediante este sacramento la unidad de la Iglesia en Dios crece y se desarrolla, la comunión se hace más plena. (Cfr. UR # 15). La unidad tan esperada en la perfecta comunión eclesial tiene como culmen la celebración de la Eucaristía. El signo visible de aquella comunión plena con la Iglesia se realizará en la concelebración Eucarística. (Cfr. UUS # 78). BIBLIOGRAFÍA. “Lumen Gentium”, Documentos conciliares del Vaticano II. “Unitatis Redintegratio”, Documentos conciliares del Vaticano II. 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