DESCARTES (Meditaciones metafísicas) TEXTO 1 Soy una cosa que piensa, es decir, que duda, afirma, niega, conoce pocas cosas, ignora otras muchas, ama, odia, quiere, no quiere y también imagina y siente; pues, como he notado anteriormente, aunque las cosa que siento e imagino no sean acaso nada fuera de mí y en sí mismas, estoy, sin embargo, seguro de que esos modos de pensar residen y se hallan ciertamente en mí. Y en esto poco que acabo de enumerar creo haber dicho todo cuanto sé verdaderamente o, al menos, todo cuanto he notado que sabía hasta aquí. (…) Estoy seguro de que soy una cosas que piensa; pero ¿no sé también cuáles son los requisitos precisos para estar cierto de algo? Desde luego, en este mi primer conocimiento nada hay queme asegure su verdad, si no es la percepción clara y distinta de lo que digo. • Idea principal: – Mostrar que él es una sustancia pensante, una cosa que piensa, siendo el pensamiento la actividad de nuestra mente o espíritu. • Secundarias: – Porque aunque todo pudiera ser falso o imaginario, nunca cuestionaríamos nuestro pensar acerca de estas cosas, es decir, el hecho de que estamos cuestionándonos y poniendo todo en duda. – Por eso está seguro de ser una cosa que piensa. El pensamiento es su característica fundamental. – Pertenecen al pensamiento todas las actividades de la mente: afirmar, negar, amar, odiar, imaginar, sentir… – Además, el fundamento de esta certeza se asienta sobre dos criterios que eliminan cualquier atisbo de duda: la claridad y la distinción con que intuimos esta primera verdad, lo que hace que sea absolutamente evidente. DESCARTES (Meditaciones metafísicas) Así pues, sólo queda la idea de “Dios”, en la que debe considerarse si hay algo que no pueda proceder de mí mismo. Por Dios entiendo una sustancia infinita, eterna, inmutable, independiente, omnisciente, omnipotente, que me ha creado a mí mismo y a todas las demás cosas que existen (si es que existe alguna). Pues bien, eso que entiendo por Dios es tan grande y eminente, que cuanto más atentamente lo considero menos convencido estoy de que una idea así pueda proceder sólo de mí. Y, por consiguiente, hay que concluir necesariamente, según lo antedicho, que Dios existe. Pues, aunque yo tenga la idea de sustancia en virtud de ser yo una sustancia, no podría tener la idea de una sustancia infinita, siendo yo finito, si no la hubiera puesto en mí una sustancia que verdaderamente fuese infinita. • Idea principal: – Demostración de la existencia de Dios • Secundarias: – – – – – Parte de la definición de lo que entiende por la idea de Dios Es una idea tan grande que no puede proceder de mí Siendo yo finito no podría tener la idea de una sustancia infinita Por tanto, ha de provenir de una sustancia infinita que la ha puesto en mí Dicha sustancia ha de existir