MESA CUATRO Efectos de la infracción a la oralidad que debe imperar en el desahogo de las audiencias Moderador: Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Participantes: Juez Marco Tulio Muñoz Amezcua; Juez Jorge Eduardo Ramírez Téllez; Jueza Ana Luisa Beltrán González; Magistrado Carlos Hernández García; y Magistrado Mario Roberto Cantú Barajas. En esta mesa no existió consenso en lo referente al tema sobre cuáles son las consecuencias de infringir la oralidad que debe imperar en las audiencias. Sin embargo, el intercambio de ideas permitió identificar dos posicionamientos generales con, en cada caso, ciertas peculiariedades. La primera postura sustenta que procede la concesión de amparo liso y llano en el supuesto de que al momento de formular la imputación sólo se realice una lectura de la carpeta de investigación en razón de que se vulnera la oralidad. La segunda, en cambio, reconoce la importancia de la oralidad en el nuevo sistema penal pero no considera que, en todos los casos, una lectura de documentos pueda derivar en concesión de amparo, sino que en principio deben buscar métodologias de trabajo para que efectivamente se observe dicha oralidad, y sólo en aquellos casos en que de forma grave afecte otros principios y trascienda al resultado del fallo podría darse la concesión de amparo. 1 En primer término se contemplan las posturas que defienden la vulneración a la oralidad cuando se da lectura a la carpeta de investigación al formular la imputación. En este sentido, se afirmó que esta práctica es incorrecta y no debe tolerarse en razón de que la Constitución establece que el nuevo Sistema tiene como base los procedimientos orales, por lo que de no respetarse esto hay que declarar nulo todo (y no amparo para efectos) con el objetivo de que los organos jurisdiccionales efectivamente acaten las disposiciones constitucionales. Esto, en razón de que no debe entenderse a la oralidad de forma separada a los demas principios constitucionales, pues todos están interrelacionados: sí se vulnera la oralidad se afecta la inmediación y contradicción. Por su parte, también se apreciaron las posturas opuestas; esto es, donde se afirmó que si bien es importante la oralidad para el nuevo sistema procesal penal no debe implicar una concesión de amparo la lectura de constancias, sino que más bien para su observancia se deben buscar diversas metodologías de trabajo, a excepción, por ejemplo, de aquellos casos donde se incumpla la oralidad de manera grave que que tenga como consecuencia la inobservancia de algun otro principio y, por tanto, haya trascendido al sentido del fallo, pues en caso contrario implicaría una concesión para retrasar el procedimiento. Así, por ejemplo, se reconoció que más un tema de un derecho fundamental se debe reducir a un tema de conducción de la audiencia, donde el juzgador inste a las partes a respetar la oralidad y que se abstengan de leer documentos, teniendo en consideración que la lectura sería, en su caso, más bien costoso para quien leyera, en razón de podría emitirse una mejor mensaje de comunicación quien lo expusiera sin lectura al comparecer debidamente preparado a la audiencia y con una idea muy clara de lo que va a manifestar o, en su defecto, que mediante esto permitiera adviertir que no tiene dominio del tema y, por consiguiente, que sea interrumpido por el juzgador para decretar un receso para se imponga del asunto. O, en su caso, evitar sólo aquellas lecturas integras de constancias, pero permitir la discriminación de información y leer sólo lo importante y esencial para tomar la decisión, pues no debe perderse de vista que el sistema no es puramente oral, sino que aún pervive en parte lo escrito. 2