1 LAS CLASES SOCIALES EN LA HISTORIA http://www.campodemarte.com/clases-sociales-en-el-paleolitico.html Las clases sociales y sus roles, aunque a día de hoy, para muchos estudiosos de la filosofía y la sociología, estén claramente desdibujados (lo cual sería un tema amplio de debate) han existido desde que el hombre se integró en la sociedad. 1 Clases sociales en el Paleolítico 1.1 Las clases sociales ya habrían aparecido en el paleolítico. Los últimos descubrimientos arqueológicos en Siria no hacen sino apoyar dicha tesis, pues se han hallado los restos de un poblado de 13.000 años de antigüedad (paleolítico) cuya estructura evidencia una marcada distinción entre los distintos estratos sociales de aquella tribu. Qarassa 3, nombre que se le ha dado al poblado, se compone de 12 cabañas, dos de las cuales muestran un nivel de complejidad superior al resto. Según el investigador del CSIC en la Institución Milá y Fontanals Juan José Ibáñez, “esta característica podría indicar una diferencia en el rol social de sus habitantes”. Las dos viviendas con un mayor nivel de complejidad fueron destinadas probablemente a los altos dirigentes y contaban con la mejor orientación del poblado y las estructuras más sólidas. Una de ellas presenta divisiones internas y una pequeña plataforma interior sobreelevada y la otra consta de una fosa y dos plataformas exteriores asociadas a la puerta de entrada. Para el responsable de la excavación, el investigador del CSIC, Xavier Terradas, “la estructuración del espacio interior es un hallazgo clave en la historia de la arquitectura“. El hecho de que estas viviendas superasen en altura al común de chozas del poblado y que contasen con varios pisos y zonas destinadas al desempeño de ciertas actividades de corte social restringidas al común de la población, evidencia que ya en pleno paleolítico la separación en castas o clases sociales estaba más definida de lo que muchos creían. 2 Neolítico 2.1 Sedentarismo, motor de la disgregación social. El hombre es un ser social y por ello siempre se ha desarrollado en sociedad. La tribu primitiva del hombre prehistórico ya poseía cierta separación de las tareas sociales. Por lo general el varón se encargaba de la 2 caza y la protección de la tribu y la mujer de la educación y la crianza de los hijos. Pero en realidad, ningún conocimiento estaba vetado y todo podía aprenderse por simple observación, pues el saber no tenía valor de pieza de cambio, no estaba relacionado con el poder. Si existía un líder en la tribu no era por su especial sabiduría y conocimientos sino por ser el más fuerte, y todos los varones de la tribu poseían sus mismos conocimientos en la caza y la fabricación de herramientas. Sin embargo, cuando el hombre se hizo sedentario y la bonanza del clima permitió que la agricultura y la ganadería produjesen un exceso de producción, aquello cambió. Se inició el comercio, el almacenamiento y gestión de los bienes, la primera mano de obra esclava (son los vencidos de otras tribus rivales) aplicada al trabajo en los campos. Todo ello generó información, conocimientos, para poder desempeñar dichas gestiones y, en éste preciso momento, surge la especialización social y con ella, el poder de la información. El conocimiento se empieza a transmitir únicamente entre familias, naciendo así las castas y las clases sociales. Y por supuesto el que mayor nivel de conocimientos tenía, acaba siendo el líder de la tribu, la cúspide de la pirámide. Éste fue el punto de inicio de la disgregación en clases sociales, algo que pese a que les resulte incómodo reconocer a algunos, sigue existiendo, pues es algo intrínseco a la complejidad de cualquier sociedad. 3 2.2 Organización social Con las sociedades productivas aparecen sociedades de organización más compleja por que aparece el excedente, la división social del trabajo y la propiedad privada. El excedente: Cantidad de producción sobrante. Es el inicio de la riqueza, cuanto más excedente más rico. Aparece con la producción pero no se consolida hasta mediados o finales del Neolítico: los instrumentos de cultivo son más perfectos, se abona, se riega,... Esto produce cosechas más abundantes que dan lugar al excedente. El excedente sólo tiene consecuencias cuando se consolida: permite la división social del trabajo. División social del trabajo: En una sociedad la gente se diferencia por su trabajo. En el Paleolítico todos cazaban = todos iguales. Al principio del Neolítico todos son agricultores = todos iguales. Cuando aparece el excedente consolidado no se dedican todos a la agricultura ni a la ganadería, se necesitan productos que ninguna de estas dos cosas producen. 4 Con el excedente se puede alimentar a otras personas que se dediquen a fabricar instrumentos, tejidos, cerámica, empieza la artesanía. El artesano le cambia sus productos al agricultor por el excedente. La división social del trabajo está permitida por el intercambio de excedentes = primer tipo de comercio = comercio por trueque. La propiedad privada: En el Paleolítico no existía. Con la aparición de la agricultura empieza a aparecer. Para convertir una zona salvaje (improductiva) en productiva se requiere mucho trabajo. La gente sólo está dispuesta a hacer este trabajo si tiene la seguridad de que la tierra será suya = aparición de la propiedad privada. Con el trueque, el excedente y la propiedad privada aparece la desigualdad social y la riqueza, que en la Edad de los Metales provoca la aparición de las clases sociales. 5 3 Organización social en Egipto La mayoría de los egipcios eran campesinos y cumplían labores agrícolas, que incluían labranza, riego y cosecha. La producción obtenida era dividida en una parte que era para ellos y la otra iba a los almacenes reales. http://www.icarito.cl/enciclopedia/articulo/segundo-ciclo-basico/historiageografia-y-ciencias-sociales/origenes-del-hombre/2009/12/89-6023-9-2organizacion-social-en-egipto.shtml Bajo el faraón se situaban cinco clases sociales muy bien diferenciadas, las que permanecieron prácticamente inalteradas, debido a que los hijos por lo general ejecutaban las mismas tareas que sus padres. La rígida división de clases egipcia obedecía, también, a la necesidad de organizar y controlar, hasta en sus más mínimos detalles, la vida de los súbditos de un imperio tan vasto como el egipcio. Sacerdotes y nobles El faraón contaba con un grupo de sacerdotes y nobles, algunos eran parientes, poseedores de enormes extensiones de tierras. Los sacerdotes se caracterizaban por su sabiduría, siendo su principal tarea la administración de los templos y la atención de sus divinidades, para interpretar sus deseos y cumplirlos. Los nobles administraban el país en nombre del faraón, lo que implicaba cumplir tareas como la ejecución de las obras públicas, la supervisión de la construcción de canales y diques, la administración de los frutos guardados en los almacenes reales y el cobro de los impuestos. 6 Funcionarios y escribas Los nobles eran apoyados en sus tareas por funcionarios y escribas, quienes, al estar en contacto con los pueblos, lograban que la administración fuera más eficiente. Ellos se caracterizaban por saber leer, escribir y ser grandes calculistas, debiendo estudiar durante cinco años. Comerciantes y artesanos Los comerciantes se desplazaban dentro de Egipto en barco o en caravanas. Vendían una gran cantidad de productos, tales como incienso, resinas, esmeraldas, ébano y marfil, los que traían desde lugares muy apartados. Entre los artesanos se encontraban los carpinteros, artistas, ebanistas, orfebres, arquitectos y embalsamadores. Campesinos Los campesinos eran el grupo más numeroso, y vivían en pequeñas casas de adobe a orillas del río Nilo. Su vida estaba dedicada a las tareas agrícolas, siendo permanentemente vigilados por los funcionarios del faraón. Los frutos de las cosechas obtenidas eran divididos en dos partes: una para ellos, y otra que se depositaba en los almacenes de los faraones para alimentar a los funcionarios reales. Esclavos Los esclavos se desempeñaban en diferentes tareas, como servir en el palacio del faraón o en las casas de los nobles, guerreros y sacerdotes. Por lo general eran extranjeros, prisioneros de guerra o personas entregadas como tributo por otros países. 7 4 LAS CLASES SOCIALES EN ROMA Los hombres en Roma se dividían en hombres libres y esclavos. HOMBRES LIBRES · Patricios: clase social privilegiada. Para que una persona perteneciese a este grupo social tenía que descender de una de las cien primeras familias que fundaron Roma. A esas familias se les llamaba Gens, es decir, tenían un mismo gentilicio, y procedían de un antepasado común. Durante la monarquía y la república ocuparon los cargos políticos más relevantes. · Clientes: eran ciudadanos pobres, de origen extranjero que estaban bajo la protección de las familias patricias, que les ayudaban económicamente. · Plebeyos: eran los extranjeros de origen italiano, pertenecientes a los puebles que Roma había conquistado, y que se dedicaban a cultivar las tierras. Al principio no tuvieron derechos políticos pero, durante la república, al ser el grupo social más numeroso, fueron consiguiendo poco a poco muchos de estos derechos. · Libertos: eran esclavos que habían comprado o les habían otorgado su libertad. A la compra del a libertad se le llamaba Manumisión. El acto consistía en que el amo ponía su mano sobre la cabeza del esclavo, y con este gesto le concedía la libertad. Esclavos No tenían ningún tipo de derecho, y generalmente eran prisioneros de guerra. eran tratados como cosas, LA FAMILIA ROMANA La familia la constituían todas las personas que vivían en la casa. La familia la mandaba un hombre que generalmente era el 6 padre, al que se llamaba Pater Familias. A la casa pertenecían: la mujer, los hijos, los esclavos y los animales de carga. Solo el varón podía ser jefe de familia, que era el marido o el pariente varón más cercano. 8 El matrimonio El matrimonio podía ser de dos tipos: Cum Manu o Sine Manu. Cum Manu Este tipo de matrimonio, a su vez podía ser de tres tipos. Usus En este tipo de matrimonio la pareja pasaba a estar casada, después de estar viviendo un año juntos. Si no querían casarse la solución era que no estuvieran juntos durante unos días al cabo del año. Comtemptio Es un tipo de ceremonia, donde el hombre que se iba a casar, depositaba unas monedas en una balanza, en señal de que compraba a la mujer. Confarreatio Es la ceremonia fundamentalmente religiosa en la que se hacía un pastel, que se ofrecía al dios Júpiter, y era la forma de matrimonio más solemne. En cualquiera de los tres tipos de matrimonio Cun Manu, la mujer quedaba sometida al marido, que era el dueño de todas sus propiedades si las tuviera. Sine Manu En este segundo tipo de matrimonio, la mujer era más independiente, y no estaba sometida a la autoridad de su marido sino a la de su padre. La mujer podía tener sus propiedades. Los hijos y las hijas Igual que sucedía en Grecia, un hijo era legítimo si era reconocido por su padre. Para que esto sucediera, el padre tenía que acogerlo entre sus manos y levantarlo en alto en una ceremonia que tenía lugar 8 días después del nacimiento. Ese día el niño era purificado y se le colgaba un medallón, y en ese momento se le imponía el praenomen (nombre). El nombre de un varón romano constaba de tres partes: · Praenomen: Nombre propio. · Nomen: apellidos. Todos los miembros de la familia llevaban un solo apellido, que era el de la familia paterna. · Cognomen: mote o apodo. Ese mote tenía que ver con algún defecto físico, con alguna virtud personal o con sus méritos o hazañas. Las hijas solo tenían nombre y primer apellido, y como era frecuente ponerles el mismo nombre, se las distinguían poniéndole detrás del apellido, la mayor, la menor, la rubia, la morena... etc. LAS EDADES DE LA VIDA Los romanos utilizaban diversos nombres cuando se dirigían a un hombre o a una mujer, en función de su edad y de su estado civil. Mujer Hombre LA EDUCACIÓN La educación romana tenía como finalidad enseñar a respetar a los mayores. A partir de los siete años, el niño era educado por su padre en su casa. Le enseñaba a escribir, leer y a cazar. La niña era educada por su 9 madre que le enseñaba a cuidar la casa y a hilar la lana. La educación de un niño terminaba a los 17 años, edad que a la que se quitaba el medallón que llevaba al cuello desde su nacimiento, y además vertía la toga viril. La niña se quitaba el medallón el día de su boda. Edad Nombre que se le daba 0-7 años INFANS 7-17 años PUELLA 17-30 años VIRGO 30-60 años FEMINA + 60 años ANUS Estado Civil Nombre que se le daba Antes de tener hijos UXOR. Casada con hijos MATRONA Edad Nombre que se le daba 0-7 años INFANS 7-17 años PUER 17-30 años ADULESCENS 30-40 años JUVEINS 40-60 años SEÑOR + 60 años SENEX Estado civil. Nombre que se le daba Antes de tener hijos VIR. Casado, con hijos PATERFAMILIAS 5 ESTAMENTOS SOCIALES EN LA EDAD MEDIA Y MODERNA El Feudalismo y los estamentos sociales http://www.campodemarte.com/el-feudalismo-y-los-estamentossociales.html Marcelo Ferrando Castro El Feudalismo es una ruptura con el Antiguo Régimen que ocurre con la caída del Imperio Romano, siendo según la concepción marxista, el paso siguiente al esclavismo de la antigüedad. Todos sabemos que en los pueblos antiguos, los esclavos eran frecuentes en todos ellos, siendo los que trabajaban la tierra para sus amos. El Feudalismo, un cambio social en la Edad Media 10 En el Feudalismo, se crea una especie de “pacto” entre los terratenientes (o señores), y los siervos, que serían los que trabajaban las tierras y realizaban todas las tareas encomendadas por los primeros. A diferencia de la esclavitud, aquí existe un pacto social, un cierto contrato (aunque rara vez se documentaba) por el cual un señor se Comprometía a velar, cuidar y proteger a los siervos, y éstos ofrecían su mano de obra a cambio de dichos “privilegios“, palabra que tomamos entre comillas pues no lo eran, pero para su época era un avance… (Imagen: Siervo trabajando las tierras) En ningún caso, los siervos poseen tierras, sino que dependen enteramente de los señores feudales. Incluso cuando una tierra era adquirida, quienes trabajaban en ella lo seguirían haciendo independientemente de quien era el dueño de las mismas. Al mismo tiempo, el poseedor de las tierras era quien poseía potestad para gobernar e impartir justicia cuando así lo creía necesario, pero siempre basándose en el antiguo Derecho Romano y las reglas que regían esa época histórica, es decir, la Edad Media. Ya en el siglo XIII, el aumento del comercio hace que crezca con mucha fuerza la burguesía, logrando que los señores feudales perdiesen el monopolio del capital y por ende, de la economía en general. Esto implica la caída del feudalismo y un nuevo surgimiento de clases sociales diferentes y un nuevo pacto social entre quienes poseen los modos de producción y quienes poseían la mano de obra. Esto es lo que concierne a los estamentos sociales durante el Feudalismo, aunque la definición del término por supuesto que es mucho más extensa pero no nos interesa en este momento pues, lo que queríamos mostrar con esto, es el origen de los pactos sociales que hasta el día de hoy, podemos aprovechar aunque con otras condiciones… Sociedad Medieval http://www.arteguias.com/sociedadmedieval.htm Una sociedad rural y agraria La sociedad medieval fue durante siglos una sociedad básicamente rural. En la Edad Media el noventa por ciento de la población vivía en el campo, centro de toda actividad y vida diaria para los habitantes de aquella época. 11 En los primeros siglos medievales, los campesinos se organizaban entorno a unas tierras propias y otras comunes, como bosques, que compartían con sus vecinos. En grupos reducidos, imponían sus leyes y justicia, organizaban las cosechas y los recursos que de ellas obtenían. Poco a poco, estas comunidades fueron absorbidas por señores, laicos o religiosos, a los que habían sido entregadas esas tierras. Así da comienzo lo que hoy en día hemos llamado sistema feudal o feudalismo, instaurándose como modo de organización social La sociedad estaba dividida en estamentos: en la base encontramos a los campesinos, libres o siervos, quienes suponían la inmensa mayoría de la población; en el escalafón intermedio se encuentran los militares y los nobles, laicos o eclesiásticos. No todos tenían la misma categoría sino que el status dentro de estos dos grupos variaba. Acabamos en la cúspide con la realeza, es decir, el rey y su familia. El pertenecer a uno u otro grupo estaba marcado por el nacimiento, no pudiendo pasar de uno a otro dado el carácter blindado de los estamentos. Así lo articularon los estudiosos de la época quienes buscaron una explicación divina para la nueva organización social que se estaba produciendo. Cada uno cumplía una función, siendo importantes todas ellas ya que dependían unos de otros mediante un intrincado sistema de lazos llamado sistemas de dependencia o vasallaje, donde los campesinos juraban fidelidad o vasallaje a los señores quienes, a cambio del trabajo en sus tierras y parte de la cosecha, les proporcionaban protección. Los señores y los militares, a su vez, juran fidelidad al rey por medio de la ceremonia del homenaje, asegurando su apoyo y fuerzas en tiempos de guerra. El rey, agradecido, entregaba unas tierras o feudos a los nobles a modo vitalicio y hereditario, pasando a ser dirigidas y gobernadas por ellos desde sus castillos o fortalezas, centros de actividad no sólo política sino también económica. Cada tierra estaba dirigida de forma distinta y es que, desde que las leyes eran consuetudinarias, no estaban escritas sino que se basaban en las tradiciones y costumbres de cada pueblo, podían ser interpretadas de distintas formas. LOS ESTAMENTOS http://es.wikipedia.org/wiki/Estamento Estamento es el estrato de una sociedad, definido por un común estilo de vida o análoga función social. Es la división social que responde a los 12 criterios propios del Feudalismo y el Antiguo Régimen. Los estamentos tienden a ser agrupaciones cerradas, pues se entra en ellos normalmente por las circunstancias del nacimiento, a diferencia de las clases sociales, que se definen por intereses económicos. A pesar de ello, los estamentos no son absolutamente cerrados, a diferencia de las castas, y existe la posibilidad de promoción social por méritos extraordinarios (ennoblecimiento a cargo del rey por servicios militares o de otro tipo, incluso por compra a cambio de dinero -venalidad de oficios y dignidades-); por matrimonio (aunque las relaciones desiguales son mal vistas socialmente) y por los mecanismos de reclutamiento eclesiástico (que se justifican espiritualmente con el término vocación -llamada divina-). El estamento puede recibir también el nombre de estado (como en estado laico y estado eclesiástico -no confundir con el concepto político de Estado, referido a lo estatal y no a lo estamental-), pues se identifica con una característica definitoria e intrínseca a la persona (como el estado civil). También puede denominarse orden, y a la sociedad que se divide según ese criterio se suele llamar sociedad estamental o sociedad de órdenes.2 Los tres estamentos A pesar de que la constitución de divisiones estamentales puede verse desde la Antigüedad Tardía (el Bajo Imperio romano va otorgando a los latifundistas rurales un papel cada vez más superior a las decadentes ciudades, las invasiones germánicas definen la nobleza de sangre como estrato social superior, y el papel social y político del cristianismo, con el monacato y la institucionalización de la Iglesia), no fue hasta la Plena Edad Media que quedó definida en los reinos de Europa Occidental una sociedad estamental, dividida en nobleza, clero y tercer estado. Justificación ideológica El triestamentalismo fue el paradigma más difundido, aunque no el único, para pensar la sociedad durante la Edad Media. Las funciones de los órdenes feudales estaban fijadas ideológicamente por el agustinismo político (Civitate Dei -426 d.C-), en búsqueda de una sociedad que, aunque como terrena no podía dejar de ser corrupta e imperfecta, podía aspirar a ser al menos una sombra de la imagen de una "Ciudad de Dios" perfecta de raíces platónicas en que todos tuvieran un papel en su protección, su salvación y su mantenimiento. Tal construcción confiaba a los oratores (es decir, "rezadores": el clero) la defensa espiritual de la sociedad, a los bellatores (es decir, "guerreros", a veces llamados pugnatores o defensores: la nobleza) la defensa militar y a los laboratores (es decir "trabajadores", veces llamados aratores:6 esencialmente los campesinos) su mantenimiento. 13 La formulación primera, y acabada, de este esquema trifuncional aparece en un comentario de la De consolatione Philosophiae de Boecio, atribuido a Alfredo el Grande y datado en 892: "Debe de haber gebedmen ("hombres de oración"), fyrdmen ("hombres de guerra") y weorcmen ("hombres de trabajo"), sin los cuales ningún rey puede mostrar su poder" Posteriormente, Wulfstan, arzobispo de York retomaría dicho pensamiento: "Todo trono real que rija sabiamente se apoya en tres elementos: uno son los oratores; otro, los laboratores; el tercero, los bellatores. Los oratores son hombres de oración, que día y noche deben rezar a Dios y rogarle por todo el pueblo. Los laboratores son hombres de trabajo, que proporcionan todo lo necesario para que el pueblo pueda vivir. Los bellatores son hombres de guerra, que luchan con las armas para defender la tierra. Sobre estos tres pilares debe regirse con justicia cualquier trono real" Geràrd, arzobispo de Cambrai, Gesta episcoporum cameracensium, (1024) Triple es la casa de Dios que creemos una: en este mundo unos oran, otros combaten y otros, además, trabajan; estos tres están juntos y no toleran estar desunidos, de manera tal que sobre la función de uno descansan las obras de los otros dos, todos a su turno ayudando a los otros dos Carmen ad Robertum regem francorum, (1027-1031) En el plano ideológico, el triestamentalismo medieval suele, pero no siempre, presentarse como un esquema de solidaridad funcional, donde se pone de realce lo que cada estado aporta a los demás, lo que tiene por efecto difuminar la jerarquía y la desigualdad, tanto más cuanto que se señala lo penoso y las cargas de cada estado. Por enmascarar la desigualdad, dicho esquema pudo tener más aceptación que los paradigmas abiertamente jerárquicos. Además no es infrecuente que los autores mencionen la autoridad divina, como legitimadora de la distinción estamental. 14 En el ámbito da la cristiandad hispana, Isidoro de Sevilla, con su etimología de "tribus" puede considerarse como un precursor del paradigma de los tres órdenes, su tripartición (senatores, milites, plebs) fue retomada y adaptada por el monje Haimón de Auxerre (+865/69) (de la francesa escuela de Auxerre, en la abadía borgoñona en la que trabajan Erico de Auxerre y su discípulo Remigio de Auxerre 850-935, que siguen la tradición de Escoto Eriúgena) El surgimiento del triestamentalismo en la época feudal clásica correspondería por tanto primero a Inglaterra, pero el foco francés parece independiente y se explica por la adaptación de Isidoro en la Borgoña. Posteriormente, se halla una formulación de dicho esquema en los Fueros de Aragón, la llamada Compilación de Huesca redactada bajo Jaime I También están citados en el Código de las Siete Partidas de Alfonso X el sabio: Defensores son uno de los tres estados porque Dios quiso que se mantuviese el mundo: ca bien así como los que ruegan á Dios por el pueblo son dichos oradores; et otrosí los que labran la tierra et facen en ella aquellas cosas por que los homes han de vivir et de mantenerse son dichos labradores… (Partida 2, título XXI, introducción) Representación política Su representación política se hace en la institución de las Cortes (Castilla y León, reinos de la Corona de Aragón), Parlamento (Inglaterra) o Estados Generales (Francia). Estas instituciones, derivadas de la obligación de consilium (consejo) del vasallaje feudal, hacía partícipe de las decisiones políticas del rey a toda la sociedad, representada por estamentos, estados o brazos. El número de estos podía ser distinto de tres, subdividiéndose la nobleza en alta o baja (ricoshombres e infanzones en algunos reinos peninsulares). Lógicamente hay una clara desproporción entre la representación política de nobleza y clero y su peso demográfico. Se han estimado cifras del 3 al 6% para cada uno, quedando un resto cercano al 90%, cosa lógica dada la escasa productividad del trabajo y rendimiento de las actividades agrícolas en época preindustrial (para que diez coman pan, nueve han de sembrar el trigo). El privilegio La diferencia entre los dos primeros estamentos, o estamentos privilegiados (nobleza y clero) y el tercer estamento, tercer estado o estado llano (equivalente a común o pueblo llano) estaba en la situación de privilegio, que explicitaba la condición desigual de las personas, tanto jurídica como socialmente. Los individuos que pertenecían a estamentos superiores, se casaban entre ellos, tanto para mantener unidas las herencias como para no dejar entrar a miembros del tercer estado en él (en la evolución hacia la 15 sociedad de clases, los burgueses tendieron a buscar enlaces matrimoniales con nobles para que la familia adquiriera títulos, mientras los nobles, que poseían tierras y títulos, que en esa época dejaron de tener mucho valor material, podían unirse a una familia rica, como eran las burguesas). Hasta el siglo XVIII fueron incompatibles los llamados oficios mecánicos con la nobleza. El comercio, actividad sospechosa por la vinculación al pecado de usura, se relegaba al tercer estado o incluso a los judíos (que podían prestar a interés). Mientras duró la sociedad estamental era determinante incluso la posición entre los hermanos de la misma familia: mientras que el hermano varón mayor (llamado el mayorazgo) heredaría título y propiedades vinculadas a él, el hermano varón menor (llamado el segundón) entraría en el clero, en una posición adecuada al rango de su familia, que se medía justamente por las donaciones a la iglesia. Era habitual también que, si el hermano mayor moría, el hermano clérigo "colgaba los hábitos" para cumplir sus obligaciones familiares (caso que se dio incluso entre reyes: Ramiro II el monje). Las hijas mayores estaban destinadas a casarse con el mayorazgo de una familia de rango similar, mientras que las hijas menores también entrarían al clero, adecuadamente dotadas. Las herencias quedaban aseguradas, las propiedades concentradas, los dos estamentos privilegiados aliados inseparablemente por identidad familiar y el prestigio social de todos ellos garantizado con la posición dominante en la Iglesia, monopolizadora de la cultura y la ideología. EL CLERO El Clero tenía privilegios similares a los nobles como por ejemplo regirse por tribunales particulares y la exención absoluta del pago de impuestos. Recibían incluso beneficios del resto de la sociedad como el diezmo de todos los productos de la tierra. También poseían grandes extensiones de tierras y gozaban de rentas señoriales. Dentro de este grupo había diferencias sustanciales, por un lado estaba el alto clero (obispos, abades y canónigos) y por el otro, el clero llano, el más numeroso y extendido por todo el territorio (párrocos, etc.). El Clero tenía privilegios similares a los nobles como por ejemplo regirse por tribunales particulares y la exención absoluta del pago de impuestos. Recibían incluso beneficios del resto de la sociedad como el diezmo de todos los productos de la tierra. También poseían grandes extensiones de tierras y gozaban de rentas señoriales. Dentro de este grupo había diferencias sustanciales, por un lado estaba el alto clero (obispos, abades y canónigos) y por el otro, el clero llano, el más numeroso y extendido por todo el territorio (párrocos, etc.). 16 Los votos monásticos (pobreza, castidad y obediencia) y el celibato eclesiástico, extendido al clero secular en la Iglesia Católica durante la Edad Media (no a la Iglesia Ortodoxa), consiguen para Europa Occidental un perfecto enlace entre los estamentos privilegiados al impedir que los clérigos compitan por las herencias con sus hermanos. De la misma manera, convierten en inocua la apertura del clero a individuos no privilegiados, pues no podrían hacer hereditaria su condición. De todas maneras, el ascenso al alto clero de los no privilegiados fue excepcional. La Reforma Protestante, al hacer desaparecer todas estas características del clero en su zona de implantación (el Norte de Europa), fue un eficaz disolvente de la sociedad estamental y con ella del Antiguo Régimen Los monasterios Los monasterios, centro de oración y estudio, eran las residencias del clero. Verdaderas ciudades, suponían un elemento esencial en el paisaje medieval y es que no podemos olvidar la 17 importancia que esta clase social tuvo no sólo como guía espiritual y divina sino también por su influencia política. San Benito, ya a mediados del siglo VI, estableció un modelo de vida funcional, organizativa e incluso formal- estético- para los monasterios y el clero. La vida de los monjes giraba en torno a tiempos de rezos, a partir de los cuales se establecían de modo milimétrico el resto de actividades que se llevaban a cabo, consideradas tan importantes como la oración. Los monasterios eran autosuficientes gracias a los huertos que solían cultivar en los alrededores o a los productos que obtenían los campesinos trabajando las tierras de influencia del mismo. Eran estos productos-junto al pan y al vino y otros derivados del ganado- los únicos que consumían los monjes. Aquellos que no trabajaban el huerto, dedicaban la mayoría del día a copiar y traducir obras clásicas al latín, lengua eclesiástica, convirtiéndose en espléndidos centros de estudio y de transmisión de la cultural y el conocimiento. La familia medieval La familia era la primera unidad de producción para los campesinos medievales. En los hogares vivía la familia nuclear aunque era común encontrar a los abuelos habitando con ellos. Cada miembro de la familia tenía una función en ella, existiendo así una división del trabajo según el sexo, la edad o el status de la persona. Mientras que los hombres y jóvenes trabajaban las tierras, las mujeres eran las encargadas del ganado, del huerto, del vestido y de la preparación y conservación de los alimentos y las bebidas- como podía ser el vino, los cereales para el invierno o la mantequilla-. Importantísima era su función dado el carácter de subsistencia que tenía la economía. ESTAMENTOS EN LA EDAD MODERNA La sociedad de la Edad Moderna estaba dividida en estamentos, o grupos sociales: los privilegiados y los no privilegiados. Los privilegiados: La nobleza: duques, condes... y el clero: obispos, abades... formaban el grupo de los privilegiados: no pagaban impuestos, podían llevar armas y eran juzgados por tribunales y leyes diferentes Los no privilegiados: 18 El grupo de los no privilegiados estaba formado por los campesinos y los habitantes de las ciudades Elemento consustancial a la Edad Moderna (especialmente en Europa, primer motor de los cambios) es su carácter transformador, paulatino, dubitativo incluso, pero decisivo, de las estructuras económicas, sociales, políticas e ideológicas propias de la Edad Media. Al contrario de lo que ocurrirá con los cambios revolucionarios propios de la Edad Contemporánea, en que la dinámica histórica se acelera extraordinariamente, en la Edad Moderna la inercia del pasado y el ritmo de los cambios son lentos, propios de los fenómenos de larga duración. Como se indica arriba, no hubo un paso brusco de la Edad Media a la época moderna, sino una transición. Los principales fenómenos históricos asociados a la Modernidad (capitalismo, humanismo, estados nacionales, etcétera) venían preparándose desde mucho antes, aunque fue en el paso de los siglos XV a XVI en donde confluyeron para crear una etapa histórica nueva. Estos cambios se produjeron simultáneamente en varias áreas distintas que se retroalimentaban: en lo económico con el desarrollo del capitalismo; en lo político con el surgimiento de estados nacionales y de los primeros imperios ultramarinos; en lo bélico con los cambios en la estrategia militar derivados del uso de la pólvora; en lo artístico con el Renacimiento, en lo religioso con la Reforma Protestante; en lo 19 filosófico con el Humanismo, el surgimiento de una filosofía secular que reemplazó a la Escolástica medieval y proporcionó un nuevo concepto del hombre y la sociedad; en lo científico con el abandono del magister dixit y el desarrollo de la investigación empírica de la ciencia moderna, que a la larga se interconectará con la tecnología de la Revolución industrial. Ya para el siglo XVII, estos fuerzas disolventes habían cambiado la faz de Europa, sobre todo en su parte noroccidental, aunque estaban aún muy lejos de relegar a los actores sociales tradicionales de la Edad Media (el clero y la nobleza) al papel de meros comparsas de los nuevos protagonistas: el Estado moderno, y la burguesía. Desde una perspectiva materialista, se entiende que este proceso de transformación empezó con el desarrollo de las fuerzas productivas, en un contexto de aumento de la población (con altibajos, desigual en cada continente y aún sometida a la mortalidad catastrófica propia del el Antiguo Régimen demográfico, por lo que no puede compararse a la explosión demográfica de la Edad Contemporánea). Se produce el paso de una economía abrumadoramente agraria y rural, base de un sistema social y político feudal, a otra que sin dejar de serlo mayoritariamente, añadía una nueva dimensión comercial y urbana, base de un sistema político que se va articulando en estados-nación (la monarquía en sus variantes autoritaria, absoluta y en algunos casos parlamentaria); cambio cuyo inicio puede detectarse desde fechas tan tempranas como las de la llamada revolución del siglo XII y que se precipitó con la crisis del siglo XIV, cuando se abre la transición del feudalismo al capitalismo que no se cerrará hasta el siglo XIX. El nuevo actor social que aparece y al que pueden asociarse los nuevos valores ideológicos (el individualismo, el trabajo, el mercado, el progreso ...) fue la burguesía. No obstante, el predominio social de clero y nobleza no es discutido seriamente durante la mayor parte de la Edad, y los valores tradicionales (el honor y la fama de los nobles, la pobreza, obediencia y castidad de los votos monásticos) son los que se imponen como ideología dominante, que justifica la persistencia de una sociedad estamental. Hay historiadores que niegan incluso que la categoría social de clase (definida con criterios económicos) sea aplicable a la sociedad de la Edad Moderna, que prefieren definir como una sociedad de órdenes (definida por el prestigio y las relaciones clientelares).13 Pero desde una perspectiva más amplia, considerando el periodo en su conjunto, es innegable que poderosas fuerzas, aquéllas en que se basan esos nuevos valores, estaban en conflicto y chocaron, a la velocidad de los continentes, con las grandes estructuras históricas propias de la Edad Media (la Iglesia Católica, el Imperio, los feudos, la servidumbre, el privilegio) y otras que se expandieron durante la Edad Moderna, como la colonia, la esclavitud y el racismo eurocentrista. La Era de las Revoluciones fue un cataclismo final que no se produjo sino cuando se hubo concentrado una energía suficiente. 20 Mientras este conflicto secular se desarrollaba en Europa, la totalidad del mundo, conscientemente o no, fue afectada por la expansión europea. Como se ha visto en Secuenciación, para el mundo extraeuropeo la Edad Moderna significa la irrupción de Europa, en mayor o menor medida según el continente y la civilización, a excepción de una vieja conocida, la islámica, cuyo campeón, el Imperio Turco, se mantuvo durante todo el periodo como su rival geoestratégico. Para América la Edad Moderna significa tanto la irrupción de Europa como la gesta de la independencia que dio origen a los nuevos estados nacionales americanos. El papel de la burguesía Los burgueses, nombre que se dio en la edad media europea a los habitantes de los burgos (los barrios nuevos de las ciudades en expansión), tienen una posición ambigua en la Edad Moderna. Una visión lineal, que tome como punto de llegada la Revolución Burguesa, les buscará emplazándose a sí mismos fuera del sistema feudal, como hombres libres que, en Europa, se hicieron poderosos gracias a la creación de redes comerciales que la abarcaban de norte a sur. Ciudades que habían conseguido una existencia libre entre el imperio y el papado, como Venecia y Génova, crearon verdaderos imperios comerciales. Por su parte, la Hansa dominó la vida económica del Mar Báltico hasta el siglo XVIII. Las ciudades eran islas en el océano feudal, pero el que la burguesía fuera realmente un disolvente del feudalismo, o más bien un testimonio de su dinamismo, al crecer con el excedente que los señores extraen en sus feudos, es un tema que ha discutido extensamente la historiografía. 14 El mismo papel de la ciudad europea durante la Edad Moderna puede considerarse un proceso de larga duración dentro del milenario proceso de urbanización: la creación de una red urbana, preparación necesaria para el cumplimiento de las funciones sociales del mundo industrial moderno. A la línea de meta llegaron con ventaja metrópolis como Londres y París en el siglo XVIII; por el camino quedaron rezagadas, sin capacidad de articular una economía nacional de dimensiones suficientes para el despegue industrial, ciudades relegadas a la condición de semiperiféricas: Lisboa, Sevilla, Madrid, Nápoles, Roma o Viena; o, con otras características funcionales, independientemente de su tamaño, las de la periferia euromediterránea: Moscú o San Petersburgo, Estambul, Alejandría o El Cairo; y las de la arena exterior, tanto en espacios ajenos a la colonización europea (Pekín) como las ciudades coloniales. Aunque la diferencia de posición económica era enorme entre alta burguesía, baja burguesía y plebe empobrecida, no lo estaba en muchos extremos por su condición social: todas eran pueblo llano. La diferenciación entre burguesía y campesinado es aún más significativa, pues fuera de las ciudades es donde vivía la inmensa mayoría de la población, dedicándose a 21 actividades agropecuarias de muy escasa productividad, lo que las condenaba a la invisibilidad histórica: la producción documental, que florece de forma extraordinaria en la Edad Moderna (no sólo con la imprenta, sino con la fiebre burocrática del estado y de los particulares: registros económicos, protocolos notariales...) es esencialmente urbana. Los fondos de los archivos europeos empiezan ya a competir en densidad de fuentes documentales con enorme ventaja frente a los chinos, de milenaria continuidad. También puede verse a la burguesía como un aliado del absolutismo, o como un agregado social sin verdadera conciencia de clase, cuyos individuos prefieren la "traición" que les permite el ennoblecimiento por compra o matrimonio, sobre todo cuando la ideología dominante persigue el lucro y santifica la renta de la tierra.16 Su papel como agente revolucionario había ocasionado las revueltas populares urbanas de la Edad Media, y continuará vivo pero errático en las de la Edad Moderna, algunas teñidas de ideología religiosa, otras de revuelta antifiscal o incluso de motines de subsistencia. En otros continentes, la caracterización social de una clase definida por su actividad urbana, su identificación con el capital y la condición de no privilegiada, es mucho más problemática. No obstante, se ha aplicado el término en Japón, cuya formación económico social ha sido asimilada al feudalismo, y con muchas más dificultades en China, aunque las interpretaciones de su historia están muy vinculadas a posiciones ideológicas. 6 CLASES SOCIALES EN EL SIGLO XIX http://finea.files.wordpress.com/2010/02/clases-sociales-siglo-xix.pdf LA SOCIEDAD DEL SIGLO XIX Las revoluciones políticas y el proceso de industrialización hicieron desaparecer la sociedad estamental, que fue reemplazada por la llamada "sociedad de clases". Frente a los privilegios que caracterizaban el orden social del Antiguo Régimen, la nueva realidad se fundamentó en la igualdad jurídica proclamada por la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) o la Declaración de Derechos de Virginia (1776); la libertad de los individuos ante a la ley. 22 Los privilegiados de la vieja sociedad feudal fueron desplazados o se fusionaron con la nueva clase dominante, la burguesía, al tiempo que la industrialización dio a luz al que se convirtió en su directo antagonista, el proletariado. A lo largo del siglo XIX la clase obrera protagonizó reivindicaciones y movilizaciones que se desarrollaron en un escenario esencialmente urbano, ya que la industrialización conllevó un fuerte desarrollo urbano y la conversión de la ciudad en el centro de la vida social y política. El campesinado, un colectivo menos dinámico, continuó supeditado a los grandes propietarios, aunque desvinculado legalmente de ellos. La sociedad de clases, más abierta y permeable que la estamental, concedía mayor grado de libertad a los individuos, pero al tiempo mantenía profundas desigualdades, cimentadas no sobre la ley o la tradición, sino sobre la riqueza y la propiedad. En la sociedad capitalista se aprecian los siguientes grupos: A. - LA ANTIGUA ARISTOCRACIA Las viejas clases dominantes del Antiguo Régimen, fundamentalmente la nobleza, perdieron gran parte de su influencia a lo largo del siglo XIX. Abolidos sus privilegios legales tras las revoluciones burguesas, conservaron no obstante, gran parte de su poder económico, cimentado esencialmente en la propiedad de la tierra. Progresivamente fueron integrándose en el mundo de los negocios bancarios y comerciales, entroncándose vía matrimonial con la pujante burguesía. Su prestigio social siguió intacto y, en cierto modo, continuaron jugando un papel relevante en la administración, la diplomacia, el ejército y la política En algunos casos, como en Francia, se creó una nueva aristocracia mediante la concesión de nuevos títulos nobiliarios a las nuevas élites políticas económicas. En el Mediterráneo (España) y Europa Oriental (Rusia) su importancia se mantuvo, dado el considerable retraso que esas áreas tenían frente o a otras más modernas. En Inglaterra la gran aristocracia (los lores) siguió dominando la Cámara Alta y destacó en los más elevados puestos del ejército, el gobierno y la diplomacia. 23 En la Alemania prusiana los terratenientes nobles (los junkers) controlaron el ejército, el gobierno y gran parte del mundo de la economía. En conclusión, durante gran parte del siglo XIX formar parte de la aristocracia siguió siendo la principal y mejor forma de adquirir prestigio social. B. - LA BURGUESÍA El término burguesía fue empleado en la Edad Media para designar al grupo social compuesto esencialmente por comerciantes, artesanos libres y personas no sometidas a la jurisdicción señorial que vivía en las ciudades. En la actualidad es utilizado para designar a la clase social integrada por quienes disfrutan, en general, de una buena situación económica. Se equipararía a la muy amplia denominación de “clases medias”. En el siglo XIX la industrialización y las revoluciones liberales le otorgaron el poder económico y permitieron su acceso al político. Sin embargo, la burguesía decimonónica en cuanto que clase social, era muy heterogénea y en su seno podían distinguirse los siguientes grupos: La Alta burguesía Situada en la cúspide de la sociedad capitalista. Controlaba las industrias, la banca, el comercio y los altos cargos de la administración del Estado. Se adueñó de muchas tierras procedentes de la Iglesia y la nobleza arruinada, transformándose en terratenientes Familias de significada relevancia durante el siglo XIX fueron los Rothschild (banqueros y comerciantes), los Krupp (magnates de la siderurgia), los Thyssen o los Péreire. Este grupo se aristocratizó en ciertos casos, bien uniéndose con la antigua nobleza, bien mediante la compra de nuevos títulos. 24 La burguesía media Estaba integrada por profesionales de alta cualificación (abogados, ingenieros, intelectuales, profesores universitarios, miembros de profesiones liberales, etc.), comerciantes, agricultores acomodados, etc., y funcionarios de las administraciones de los estados en pleno desarrollo. La pequeña burguesía Constituida por pequeños comerciantes, artesanos, funcionarios de nivel mediobajo, empleados diversos. Imitaba las formas de vida de la burguesía alta y media, aunque se encontraba más cerca de la clase obrera, en la que hubieron de integrarse en más de una ocasión, cuando las crisis económicas les llevaban a la ruina. Buena parte de los problemas que aquejaron a este colectivo coincidían con los de los trabajadores. Junto a ellos intervinieron en protestas, demandas y reivindicaciones comunes, como ocurrió durante la Revolución de 1848. Nacimiento y consolidación de la burguesía Aunque ya en la Antigüedad existieron hombres de negocios dedicados a las, actividades mercantiles y manufactureras y vinculados al mundo urbano, el importante papel de los aparatos públicos en las actividades económicas no solía mucho margen para la iniciativa privada, por lo que no podemos hablar de burguesía propiamente dicha. En Europa occidental, el crecimiento económico y demográfico experimentado a partir del siglo XI permite el asentamiento de una población cada vez más numerosa en las ciudades, tanto antiguas como de reciente fundación (burgos). Estos burgueses se especializan en actividades artesanas y, cantiles, que pronto les proporcionan una fuerza económica suficiente para presionar sobre los señores feudales, de los que obtuvieron libertades jurídicas, autonomía administrativa y protección para sus actividades. Sin embargo, no consiguieron distinguirse jurídicamente de la mayoría campesina de la población, y el esquema social feudal, basado en la división en tres órdenes o estamentos (nobles, eclesiásticos y trabajadores o estado llano) se mantuvo inalterado. Esto no impidió que dentro del mismo grupo burgués se produjera una creciente estratificación, sobre todo Partir del siglo XIII, diferenciándose las oligarquías de grandes comerciantes y banqueros que normalmente controlaban los gobiernos municipales, del «común», integrado por artesanos, sirvientes y pequeños comerciantes. La oposición de intereses entre ambos grupos dio lugar a la aparición de conflictos durante la baja Edad Media. Además, esa oligarquía burguesa se asimila progresivamente a la nobleza terrateniente, cuyo estilo de vida copia y cuyo estatus social codicia. Desde fines de la Edad Media y durante toda la Edad Moderna, muchas familias burguesas entroncan con la nobleza (mediante matrimonios con familias aristocráticas empobrecidas), o 25 acceden a esa condición mediante la compra de cargos o tierras vinculadas a títulos, convirtiéndose en rentistas y asumiendo los valores conservadores de la clase noble. otra forma de ascender socialmente era mediante el servicio en la creciente burocracia estatal que las monarquías autoritarias de la Edad Moderna estaban desarrollando Los monarcas preferían emplear en su administración a letrados procedentes de la clase media burguesa, en lugar de a los miembros de la alta nobleza, susceptibles de desafiar su poder. De todas formas, los burgueses no ennoblecidos siguieron perteneciendo estado llano, y normalmente eran ellos los que acaparaban su representación Cortes y otras instituciones representativas de origen medieval, a las que los rey Antiguo Régimen recurrían lo menos posible, sólo cuando estaban necesitados financiación extraordinaria. La expansión mercantil europea desarrollada a partir del siglo XVI, con el descubrimiento y colonización de nuevos y vastos territorios ultramarinos y la apertura nuevos mercados, proporcionó unas inmensas posibilidades de enriquecimiento burguesía. Pero el mantenimiento de las estructuras tradicionales le impedía un papel social y político acorde con su poder económico. A partir del siglo XVI sé produjo también un cambio de mentalidad, con la difusión de nuevas ideas: el humanismo, el racionalismo e incluso la ética protestante (especialmente en su versión calvinista), transformaciones ideológicas, filosóficas y culturales que encuentra culminación en la Ilustración, que tuvo en la burguesía a su principal valedora beneficiaria. Se santificó el afán de lucro y el éxito en los negocios, como signo del divino y como contribución a la prosperidad general. El individualismo y la igualdad entre los hombres se elevaron a la categoría de dogmas, contradiciendo el si de privilegios estamentales que impedía a la burguesía desempeñar un pape destacado en la vida pública. Por último, el apoyo al progreso científico y técnicas a la mentalidad racionalista, también en la economía, se oponían a las viejas estructuras productivas (gremios) y comerciales (mercantilismo), que constituían una para el pleno desarrollo del capitalismo, el nuevo sistema socioeconómico que ido gestando con las actividades de la burguesía. EL ASCENSO SOCIAL: Uno de los resultados más importantes de la doble revolución de fines del siglo XVIII fue abrir las carreras al talento. Había cuatro caminos (para nada fáciles) para desarrollar estas carreras. • El estudio universitario permitía iniciar un ascenso en la sociedad de la época. Sin embargo, la educación no era generalizada y, por lo tanto, no estaba al alcance de todos y no generó la sociedad abierta que todos 26 esperaban. Al contrario, surgió una sociedad cerrada en la cual se conformó una élite intelectual y profesional. Pero para aquellos que alcanzaban la educación universitaria -médicos, abogados, ingenieros, arquitectos, profesores, funcionarios de carrera, sacerdotes y pastores religiosos- estaba garantizada cierta reputación social, bienestar económico e incluso la posibilidad de acceder al poder político. • La carrera de los negocios era el camino de ascenso social por excelencia en una economía abierta y en rápida expansión. Era también la vía más limitada y minoritaria, pues no cualquiera podía acceder al mundo de los negocios: exigía condición mental, sentido de la oportunidad y, por supuesto, recursos económicos, requisitos que la mayoría no poseía. No todos podían seguir el camino de Robert Peel. • El ejército ofrecía la más vieja de las carreras abiertas al talento. En sus filas habían progresado socialmente muchos hijos de campesinos y pobres urbanos que obtuvieron -cuando sobrevivieron a las guerras- un prestigio social y una posición económica que de otra manera habría sido impensable. Esta vía de ascenso social se había potenciado después de la Revolución Francesa y durante las guerras napoleónicas, pero se redujo sensiblemente durante el período de paz. • El arte era el cuarto camino de reconocimiento social. Escritores, pintores, actores, músicos y cantantes gozaban -en un mundo de valores burguesesdel prestigio que otorgaba el solo hecho de poseer talento, un atributo que en las sociedades nobiliarias y aristocráticas era escasamente tenido en cuenta. Las revoluciones burguesas Todas esas estructuras económicas y sociales anticuadas encontraban su mar expresión en el sistema político de las monarquías absolutistas. La burguesía utilizaba, en su beneficio el descontento de gran parte del estado llano, el estamento no privilegiado, que incluía desde los más pobres jornaleros hasta los banqueros o comerciantes más ricos. La serie de revoluciones iniciada en Inglaterra (1642-48 y 1688) Norteamérica (1773-83) y Francia (1789), y extendida durante el siglo XIX al re Europa, significó la abolición del Antiguo 27 Régimen y la instauración del estado General burgués, la sociedad de clases y el capitalismo industrial. Esta transformación social, económica y política sirvió especialmente a los intereses de la gran burguesía capitalista, convertida en clase dominante. En efecto, la revolución Industrial iniciada en la segunda mitad del siglo XVIII en Inglaterra había lugar al desarrollo de un nuevo sector económico. Los capitales acumulados por ~ comercio fueron invertidos en las nuevas fábricas, donde se empleaba a la mano de] que una transformación agraria orientada al mercado había dejado sin tierras y si bajo. La nueva economía industrial, cuyos medios de producción están en manos de la burguesía capitalista, se transforma en el motor del desarrollo de los estados occidentales. El poder económico se convierte en la pauta que marca las divisiones y jerarquías de la nueva sociedad de clases. Se produce entonces la clara separación la burguesía y las clases trabajadoras, que no tienen acceso a los bienes de producción ni al reparto de la riqueza generada por su trabajo. La recompensa que obtiene el proletariado por haber apoyado las revoluciones burguesas es el pago de un salario por su trabajo, privado de voz en los mecanismos económicos y políticos. El fin de la burguesía revolucionaria A partir de ese momento, la antigua burguesía revolucionaria se convierte en una clase conservadora. Se priman los valores del orden (además de los de la familia, el trabajo y el ahorro), se defiende a ultranza la propiedad privada, y se intenta restringir acceso de las clases populares al poder político (sufragio censatario). De vez en cuando, la presión popular en los movimientos revolucionarios (Babeuf en 1797, las revoluciones de 1848, la Comuna de París de 1871), y corrientes como el socialismo intentan despertar la conciencia de clase del proletariado y organizarlo para luchar por mejorar su posición. Ante esto, la burguesía responde con concesiones que intentan integrar a las clases populares en el sistema, instaurando el sufragio universal, extendiendo su ideología mediante la educación nacional, y creando el mito según el cual, en una sociedad de clases «abierta», cualquier individuo es capaz, por mérito esfuerzo, de mejorar su condición. En el siglo XX, la evolución económica y social de los países más desarrollados ha dominado la aparición de una amplia clase media o pequeña burguesía, que no está definida tanto por la propiedad de los medios de producción como por su formación cultural y técnica, que le permite desempeñar los puestos intermedios de la administración pública y empresarial. Por otro lado, se ha producido también una elevación del nivel de vida y formación de las clases trabajadoras, cuyos miembros más cualificados se confunden con los 28 estratos inferiores de la clase media («aburguesamiento» de la clase obrera). Al mismo tiempo, la difusión de unos hábitos culturales y de consumo homogéneos por parte de los medios de comunicación ha propiciado aparición de una «sociedad de masas» o de consumidores, que pretende desdibujar las fronteras entre clases. C. - EL PROLETARIADO El término proletariado proviene de la antigua Roma y designaba a los ciudadanos pobres que únicamente con su prole podían servir al Estado. Más tarde aludió a quienes carecían de bienes y eran contabilizados en las listas vecinales únicamente por su persona y prole. El término proletario se identificó, tras la Revolución Industrial, con la nueva clase trabajadora vinculada a las nuevas formas de producción. También se la suele denominar clase obrera. Al carecer de propiedades, se veían obligados a vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario. Quedaron integrados en el proletariado, aparte de los nuevos trabajadores de la fábricas, los campesinos que se vieron obligados a emigrar a la ciudad en busca de 3 trabajo por la disminución de puestos de trabajo, como los artesanos arruinados, etc. Los miembros del proletariado en el siglo XIX poseían características comunes. Estaban concentrados en las ciudades, donde se ubicaban las industrias, diferenciándose claramente de los trabajadores agrarios por su forma de vida e intereses. Padecían duras condiciones de trabajo (larga jornada laboral, falta de higiene) e inseguridad (paro, inexistencia de seguro médico, de desempleo o jubilación). La concienciación de su precaria situación los condujo a la protesta y la reivindicación organizadas, pero también a la alienación y la desesperanza: algunos se sumieron en el alcoholismo, el juego o la delincuencia. Pero también, al igual que en el resto de las clases sociales, existían diferencias entre sus integrantes y que venían dadas por los niveles de cualificación frente al trabajo. Los obreros de las fábricas, los más numerosos, contaban, en general, con una escasa cualificación que los hacía fácilmente intercambiables en las diversas tareas de producción y hacía su situación más precaria. Los trabajadores con un mayor grado de especialización y formación, ya fuera por la transformación de los antiguos oficios artesanales o por las propias necesidades de las nuevas empresas, contaban con una mejor 29 situación y de sus filas surgieron las primeras protestas y reivindicaciones obreras. Otros trabajaban en el sector servicios (doméstico, vendedores ambulantes, etc.). Abundaban los niños y la mujeres, peor considerados y remunerados que los adultos varones. D. - EL CAMPESINADO Durante el siglo XIX las estructuras agrarias se mantuvieron con fuerza a pesar del proceso de urbanización. Los campesinos siguieron constituyendo la mayor parte de la población. Continuaron inmersos en la tradición, el inmovilismo, las creencias religiosas y el rechazo a las nuevas ideas políticas, ya fuese el liberalismo o el socialismo. También se resistieron a las nuevas prácticas económicas. Eso sin embargo, no impidió su asimilación a las nuevas formas capitalistas de producción y su conversión en obreros asalariados rurales. Desaparecieron los vínculos legales que los había atado a sus señores, la servidumbre, algo que aconteció en algunos países muy tardíamente (1861 en Rusia). Sus condiciones de vida no mejoraron y generaron un constante flujo migratorio a las ciudades industriales, donde fueron transformados en mano de obra sin cualificar, mal remunerados y víctimas del hacinamiento urbanístico. En algunos casos esa emigración se hizo hacia países extranjeros y constituyó un acontecimiento masivo, como el protagonizado por los irlandeses hacia Inglaterra y Estados Unidos (que se prolongó hasta bien entrado el siglo XX) o los polacos que viajaron a Alemania. En el seno de este grupo podemos detectar dos realidades distintas: 1ª Los campesinos propietarios de tierras, relativamente numerosos en occidente, que se beneficiaron de las reformas liberales y se convirtieron en propietarios agrarios (Ej., en Francia a raíz de la Revolución). 2ª Los jornaleros no propietarios, cuyo número fue especialmente elevado en zonas del Mediterráneo (Italia, España) y el oriente europeo (Rusia, Polonia). Muchos hubieron de emigrar y, con frecuencia, se adhirieron a doctrinas revolucionarias vinculadas al anarquismo. 30 7 LAS CLASES SOCIALES EN LA ESPAÑA DEL SIGLO XXI La Clasificación Socioeconómica Europea (ESeC) Publicado por Javier Segura del Pozo el 12 febrero, 2012 Médico salubrista Vamos a analizar los cambios que se han producido en la clases sociales españolas en la última década (1999-2010), aprovechándonos de algunos estudios muy recientes de sociólogos españoles, como el profesor Miguel Requena. Y reflexionaremos cómo estos cambios pueden afectar a los estudios de epidemiología social. Para ello, se volverá a utilizar la aproximación a las clases sociales construida a partir de agrupaciones de ocupaciones (es decir, clases ocupacionales). En este caso, se usará una interesante adaptación a la tradicional clasificación de John Goldthorpe: La Clasificación Socioeconómica Europea (ESeC, por sus siglas en inglés). Mediante ella, discriminaremos las nuevas y las viejas clases medias, el nuevo y el viejo proletariado. Figura 1: Las 10 “clases sociales”, según la Clasificación Socioeconómica Europea (ESeC, por sus siglas en inglés). Fuente: Miguel Requena “Estratificación y clases sociales”. Capitulo V. “Informe España 2011” Fundación Encuentro. Accesible en: http://www.fund-encuentro.org/informe_espana/descargar.php?id=2011-C5 31 Clase ocupacional Para “atrapar” las clases sociales se usan diferentes aproximaciones: La clase social , la Ocupación , la Educación , los Ingresos ,la Privación social en areas geográficas . En España la más usada en los estudios de salud es la clasificación propuesta en el año 2000 por un grupo de trabajo de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) y de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFyC)[1], a partir de una adaptación de la Clasificación Nacional de Ocupaciones, que se basaba a su vez en la de John Goldthorpe[2] Hace poco tuve la suerte de escuchar una conferencia de Miguel Requena y Diez de Revenga, catedrático de Sociología de la UNED, dentro del interesante ciclo de conferencias “Demography today” que organiza periodicamente en Madrid el Dr. Diego Ramiro Fariñas, del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (por cierto, todos los videos de las sesiones de este ciclo están disponibles a través dewww.demografia.tv). En ella, Miguel expuso parte de su valioso trabajo, recientemente publicado en el “Informe España 2011″ de la Fundación Encuentro. El capitulo V de este informe, que mencionaremos repetidas veces en los próximos artículos, titulado “Estratificación y clases sociales”[3] me acercó a un interesantes esfuerzo por retratar los cambios que las clases sociales habían sufrido en España en la ultima década (19992010). Para ello, utilizó los datos de la Encuesta de Población activa del INE y la ESeC. En el mundo sociológico dominante de Europa se ha seguido con esta tradición weberiana (Max Weber), desarrollada por el británico John Goldthorpe, de retratar las clases sociales a partir de la posición de las personas en el mercado de trabajo, determinada por su ocupación y su nivel de educación. Es decir, se construyen las clases como una agrupación de ocupaciones, que por sus características (estatus de empleo, tipo de contrato, etc.) mantienen una posición similar en el mercado de trabajo. Cada una de estas agrupaciones tiene diferentes relaciones con los empleadores, diferentes niveles de salario, de autonomía y supervisión, de condiciones de trabajo, de estabilidad laboral, y diferentes oportunidades de promoción. Estas diferencias determinarían las desigualdades sociales, incluidas las de salud. Las 10 clases sociales de la ESeC La ESeC[4] tiene diez categorías o clases (ver figura 1). Aunque la ordenación del 1 al 10, y la descripción de las características de las mismas, pudiera sugerir un orden jerárquico (de clase más alta a clase más baja), esta relación ordinal no es tan clara, habiendo algunas agrupaciones de ocupaciones que tienen, por término medio, una situación social y económica similar, o inluso superior, a otras situadas por encima de ellas. 32 Goldthorpe, al parecer, insistía en este caracter más descriptivo que jerárquico de su clasificación. Reproduciremos a continuación algunas partes del texto citado de Miguel Requena[5]: La clase 1 incluye a los grandes empleadores, los altos directivos de las empresas y la Administración Pública y los profesionales de nivel alto. Los grandes empresarios (empresas de más de diez trabajadores) y los altos directivos representan una parte relativamente pequeña de esta clase, que está numéricamente dominada por los profesionales de nivel alto. Incluye ocupaciones como las de abogado, médico o ingeniero. (…) La clase 2 agrupa a los directivos y profesionales de nivel bajo, aunque también a los técnicos superiores. Incluye ocupaciones como las de maestro, trabajador social o personal de enfermería. También a los directivos y gerentes de nivel bajo (por ejemplo, los directores de departamento en las empresas) y a los llamados técnicos y profesionales de apoyo. (…) En la clase 3 se integran los empleados de cuello blanco de nivel alto. Las ocupaciones que componen esta clase, entre las que destacan sobre todo los empleados administrativos, (…) El grado de especificidad de sus cualificaciones es bajo, aunque esto no implica que los empleadores no tengan problemas de supervisión de sus empleados en estas categorías. En todo caso, tanto las retribuciones como las perspectivas de promoción de estas ocupaciones son claramente inferiores a las de los profesionales. Con las clases 4 y 5 (formadas por los pequeños empleadores y por los trabajadores autónomos no profesionales) se entra en el mundo de la pequeña burguesía tradicional. Sus relaciones de empleo son peculiares. Los pequeños empleadores (menos de diez trabajadores) compran trabajo a sus empleados, sobre los que ejercen autoridad y control. Los trabajadores autónomos trabajan por cuenta propia, es decir, no compran ni venden trabajo. Aunque a menudo se funden en una sola categoría, la clase 4 incluye a los pequeños empresarios y autónomos en ocupaciones no profesionales no agrícolas. Si ejercen sus ocupaciones en la agricultura y la pesca forman la clase 5. En la clase 6 se ubican los supervisores y técnicos de rango inferior. Esta clase incluye ocupaciones que implican trabajo manual cualificado con ejercicio de la función de supervisión sobre otros trabajadores, como los encargados, jefes o capataces. Puesto que de 33 alguna manera las relaciones de empleo en estas ocupaciones tienen elementos mixtos (servicio y contrato) y dado que se trata de una clase muy poco numerosa, se la suele unir a la clase 3 para formar la llamada clase de las ocupaciones intermedias. La clase 7 incluye a los trabajadores del comercio y los servicios de rango inferior. Sus miembros realizan trabajo no manual y sus relaciones de empleo se regulan mediante contratos de trabajo. Constituyen el mundo de los empleados de cuello blanco de nivel bajo. Además de los dependientes de comercio, agrupa a los trabajadores en los servicios personales. Se trata de una clase con una composición fundamentalmente femenina. Las “nuevas clases trabajadoras”: los trabajadores del comercio y de servicios de rango inferior. A la derecha, dependienta en comercio (http://www.trabajoensi.com/2011/10/trabajo-de-dependiente-envalencia.html); a la izquierda, ejemplo de un nuevo tipo de trabajo, alienante, precario y de bajo salario, en el sector servicios: operarias en un “Call Center”. Fuente:http://www.businessturkeytoday.com/700-news-jobs-at-new-callcenters-in-eastern-turkey/ Pertenecen a la clase 8 los trabajadores manuales cualificados. Aunque sus relaciones de empleo se rigen por contratos laborales típicos, en las ocupaciones que se sitúan en esta clase, la especificidad de las cualificaciones requeridas es relativamente alta y los empleadores tienen ciertos problemas de supervisión de la calidad del trabajo. Compuesta fundamentalmente de hombres, incluye a los trabajadores cualificados de las industrias manufactureras, la construcción y la minería. Son ocupaciones muy representativas de esta clase los electricistas, moldeadores, soldadores y mecánicos. 34 La clase 9 está integrada por los trabajadores no cualificados. Pertenecen a esta clase quienes desempeñan las denominadas ocupaciones elementales, a veces también llamadas de rutina. Se trata de trabajos que exigen poca cualificación para su desempeño –lo que hace que estos trabajadores sean fácilmente sustituibles– y en los que los empleadores no tienen especiales problemas para ejercer la función supervisora, por lo que el contrato de trabajo prevalece como relación de empleo dominante. Los peones en la industria, la agricultura y la construcción forman parte de esta clase, al igual que los trabajadores no cualificados de los servicios, como limpiadores, ordenanzas y empleados domésticos. Por último, la clasificación contempla la posibilidad de distinguir una clase 10 formada por los involuntariamente excluidos del mercado de trabajo, básicamente buscadores de empleo sin previa experiencia laboral y parados de larga duración. Las viejas y las nuevas clases medias Siguiendo citando el mismo texto de Miguel Requena: (…) Las clases medias las integran, por un lado, los profesionales de todos los niveles (clases 1 y 2), las ocupaciones intermedias o trabajadores de cuello blanco de nivel alto (clases 3 y 6) y, por otro, los pequeños empleadores y autónomos tanto agrarios como no agrarios (clases 4 y 5). Claramente, las tres primeras clases (clases 1, 2, 3 y 6) constituirían las nuevas clases medias, cuya posición en el sistema de estratificación se basa en el trabajo técnico cualificado y en una relación laboral de servicio a los empleadores, frente a la relación puramente contractual de intercambio de trabajo por salario propia de las clases trabajadoras. Las dos últimas (clases 4 y 5) se corresponden con la idea convencional de las viejas clases medias (la pequeña burguesía tradicional) y basan su posición en la propiedad de los recursos productivos que utilizan. El viejo y el nuevo proletariado Asimismo, las clases 8 y 9 representarían las viejas clases trabajadoras. Sin embargo, como veremos, el incremento del sector servicio paralelo a la perdida de importancia de la industria, ha traído consigo una disminución importante de los trabajadores manuales cualificados (clase 8), la clásica base proletaria de los sindicatos y partidos de izquierda, y un aumento de un nuevo proletariado de los servicios: la clase 7 trabajadores del comercio y los servicios de rango inferior, con unas condiciones de empleo y explotación que, en muchos casos, son comunes a los de la clase 9. Este precariado, junto con los excluidos del mercado de trabajo (clase 10), constituirían en nuevo proletariado. 35 Cómo se distribuye la población ocupada en España por clases sociales Según el análisis de Miguel Requena contenido en el “Informe España 2011”de la Fundación Encuentro[1], basado en la Encuesta de Población Activa (EPA) del 2º trimestre de 2010 y en la Clasificación Socioeconómica Europea (ver: Las clases sociales en la España del siglo XXI (I): La Clasificación Socioeconómica Europea (ESeC)), los 18.476.860 personas que constituían en ese momento la población ocupada de España, se distribuían de esta forma por clase social: Distribución de la población ocupada de España por clases sociales 2010 (Clasificación Socioeconómica Europea). Porcentaje del total de población ocupada 2010. Fuente: Elaborado a partir de datos de Tabla 3 de Miguel Requena “Estratificación y clases sociales”. Capitulo V. “Informe España 2011” Fundación Encuentro. Pag 322. EPA segundo trimestre 2010. Nueva clase media I Directivos y profesionales de nivel alto II Directivos y profesionales de nivel bajo VI III IV Pequeños empleadores y trabajadores autónomos no Vieja clase media (pequeña burguesía) agrícolas V Trabajadores autónomos agrícolas VII Trabajadores de los servicios y comercio de rango inferior X Excluidos mercado trabajo y parados larga duración VIII Trabajadores manuales cualificados IX Nuevo proletariado Vieja clase obrera Trabajadores no cualificados Las 10 clases sociales basadas en la Clasificación Socioeconómica Europea y el agrupamiento que se hace en 4 categorías (“nueva/vieja clase media” y “nueva/vieja clase obrera”), enMiguel Requena 36 “Estratificación y clases sociales”. Capitulo V. “Informe España 2011” Fundación Encuentro 1. 1. 2. 2. 1. 2. 3. Según el análisis que hace Miguel Requena, las clases medias ya habían superado porcentualmente a las clases trabajadoras en 2010: Hay un peso importante de las clases medias. Las llamadas “nuevas clases medias” (profesionales y técnicos de las clases I, II, III y VI) representan el 38,6% de la población ocupada (en el siguiente articulo explicaremos que se considera la Clase I como parte de la “(nueva) clase media” y no como “clase alta” por el absoluto predominio de profesionales frente a altos directivos en esta categoría y la dificultad de captar a los “ricos” en las muestras de las encuestas). Si se les suman las “viejas clases medias” (pequeña burguesía=autónomos y pequeños empleadores, agrupados en las clases IV y V), las clases medias suman un poco más de la mitad de la población (50,8%). En relación a la clase trabajadora. Hay una considerable y creciente presencia de trabajadores de cuello blanco de nivel bajo (trabajadores de los servicios y de comercio de rango inferior, con salarios bajos y condiciones precarias de empleo), a los que llama “nuevo proletariado” y representa el 14,7%. La vieja clase obrera está compuesta mayoritariamente (más de 2/3) por trabajadores no cualificados (24,4% del total), representado los trabajadores cualificados solo el 10,1% del total (menos de 1/3) La vieja y nueva clase obrera suman la otra mitad de la población ocupada, ligeramente por debajo de las clases medias (49,2%). La clase social X (excluidos del mercado de trabajo) es la mayoritaria en 2012 Este análisis (51% clases medias; 49% clases trabajadoras) de 2010 solo era valido si se consideraba a la población ocupada y no se incluía a la clase X: a los involuntariamente excluidos del mercado laboral, que formarían parte del nuevo proletariado junto con el “precariado” de la clase VII. En el segundo trimestre de 2010 había prácticamente 3 millones de parados en busca del primer empleo o con más de seis meses en situación de desempleo. Un año después llegaba a los 3,3 millones. En dos años (julio 2012), con una fortísima destrucción de empleo que tiene visos de seguir incrementándose, se ha añadido otro millón de personas a esta clase X. Habrá que ver a costa de qué clases sociales, aunque varios datos apuntan a que con la crisis el peso de las clases medias ha disminuido apreciablemente, además de un trasvase de efectivos desde las clases trabajadoras ocupadas a la clase X que, desgraciadamente, se convertiría en la clase social mas numerosa de España, superando a la de los trabajadores no cualificados. 37 Camiseta con el eslogan de los Jóvenes del movimiento 15-M, que forman parte de esa clase social X de excluidos involuntariamente del mercado laboral: “Sin futuro, sin casa, sin curro, sin pensión, sin miedo”. Fuente: desconocida Diferencias por sexo en la distribución de las clases sociales Como se puede apreciar en la tabla siguiente, la distribución por sexo nos aporta la siguiente información: Como dice Requena, mientras que entre los directivos y profesionales de alto nivel (clase I) son más los hombres que las mujeres (1,7 a1), las mujeres superan a los hombres entre los trabajadores de cuello blanco de nivel alto (1,5 a 1), la clase III, compuesta por técnicas y profesionales de apoyo y por algunas de las empleadas de tipo administrativo. Otra de las clases sociales con mayoría femenina (1,7 a1) y que proporcionalmente es la de mayor peso (21,2%) en la ocupación femenina, después de la de las trabajadoras no cualificadas (25,4%), es la clase VII de las trabajadoras de los servicios y comercio de rango inferior, con condiciones de empleo más precarias que la de las trabajadoras no cualificadas (clase IX). Incluye a las dependientes de los comercios y a las trabajadoras de servicios personales. Presumiblemente, es la que ha sufrido una mayor destrucción durante esta crisis (financiera y, por lo tanto, de consumo comercial) y responsable del tremendo aumento del desempleo femenino en el último año. La clase VIII de trabajadores cualificados, tradicional base de los sindicatos de clase y partidos de izquierda, con importante presencia en el sector industrial (y, como veremos, en proceso de retroceso), es abrumadoramente masculina (12,9 hombres por cada mujer). 38 I Directivos y profesionales de nivel alto II Directivos y profesionales de nivel bajo III Empleados de cuello blanco de nivel alto IV Supervisores y técnicos de rango inferior V Pequeños empleadores y trabajadores autónomos no agrícolas VI Trabajadores autónomos agrícolas VII Trabajadores de los servicios y comercio de rango inferior VIII Trabajadores manuales cualificados IX Trabajadores no cualificados Distribución de la población ocupada de España por clases sociales y según sexo, 2010(Clasificación Socioeconómica Europea). Porcentaje del total de población ocupada 2010. Fuente: Elaborado a partir de datos de Tabla 3 de Miguel Requena “Estratificación y clases sociales”. Capitulo V. “Informe España 2011” Fundación Encuentro. Pag 322. EPA segundo trimestre 2010.