LAS CLASES SOCIALES EN LA HISTORIA

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LAS CLASES SOCIALES
EN LA HISTORIA
http://www.campodemarte.com/clases-sociales-en-el-paleolitico.html
Las clases sociales y sus roles, aunque a día de hoy, para muchos
estudiosos de la filosofía y la sociología, estén claramente desdibujados (lo
cual sería un tema amplio de debate) han existido desde que el hombre se
integró en la sociedad.
1 Clases sociales en el Paleolítico
1.1 Las clases sociales ya habrían aparecido en el paleolítico.
Los últimos descubrimientos arqueológicos en Siria no hacen sino
apoyar dicha tesis, pues se han hallado los restos de un poblado de 13.000
años de antigüedad (paleolítico) cuya estructura evidencia una marcada
distinción entre los distintos estratos sociales de aquella tribu.
Qarassa 3, nombre que se le ha dado al poblado, se compone de 12
cabañas, dos de las cuales muestran un nivel de complejidad superior al
resto. Según el investigador del CSIC en la Institución Milá y Fontanals
Juan José Ibáñez, “esta característica podría indicar una diferencia en el
rol social de sus habitantes”.
Las dos viviendas con un mayor nivel de complejidad fueron destinadas
probablemente a los altos dirigentes y contaban con la mejor orientación
del poblado y las estructuras más sólidas.
Una de ellas presenta divisiones internas y una pequeña plataforma interior
sobreelevada y la otra consta de una fosa y dos plataformas exteriores
asociadas a la puerta de entrada. Para el responsable de la excavación, el
investigador del CSIC, Xavier Terradas, “la estructuración del espacio
interior es un hallazgo clave en la historia de la arquitectura“.
El hecho de que estas viviendas superasen en altura al común de chozas del
poblado y que contasen con varios pisos y zonas destinadas al desempeño
de ciertas actividades de corte social restringidas al común de la población,
evidencia que ya en pleno paleolítico la separación en castas o clases
sociales estaba más definida de lo que muchos creían.
2 Neolítico
2.1 Sedentarismo, motor de la disgregación social.
El hombre es un ser social y por ello siempre se ha desarrollado en
sociedad. La tribu primitiva del hombre prehistórico ya poseía cierta
separación de las tareas sociales. Por lo general el varón se encargaba de la
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caza y la protección de la tribu y la mujer de la educación y la crianza de los
hijos.
Pero en realidad, ningún conocimiento estaba vetado y todo podía
aprenderse por simple observación, pues el saber no tenía valor de pieza de
cambio, no estaba relacionado con el poder. Si existía un líder en la tribu no
era por su especial sabiduría y conocimientos sino por ser el más fuerte, y
todos los varones de la tribu poseían sus mismos conocimientos en la caza y
la fabricación de herramientas.
Sin embargo, cuando el hombre se hizo sedentario y la bonanza del
clima permitió que la agricultura y la ganadería produjesen un exceso de
producción, aquello cambió. Se inició el comercio, el almacenamiento y
gestión de los bienes, la primera mano de obra esclava (son los vencidos
de otras tribus rivales) aplicada al trabajo en los campos.
Todo ello generó información, conocimientos, para poder desempeñar
dichas gestiones y, en éste preciso momento, surge la especialización social
y con ella, el poder de la información.
El conocimiento se empieza a transmitir únicamente entre familias,
naciendo así las castas y las clases sociales. Y por supuesto el que
mayor nivel de conocimientos tenía, acaba siendo el líder de la tribu, la
cúspide de la pirámide.
Éste fue el punto de inicio de la disgregación en clases sociales, algo
que pese a que les resulte incómodo reconocer a algunos, sigue existiendo,
pues es algo intrínseco a la complejidad de cualquier sociedad.
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2.2
Organización social
Con las sociedades productivas aparecen sociedades de organización
más compleja por que aparece el excedente, la división social del trabajo y
la propiedad privada.
El excedente: Cantidad de producción sobrante. Es el inicio de la
riqueza, cuanto más excedente más rico. Aparece con la producción pero no
se consolida hasta mediados o finales del Neolítico: los instrumentos de
cultivo son más perfectos, se abona, se riega,... Esto produce cosechas más
abundantes que dan lugar al excedente.
El excedente sólo tiene consecuencias cuando se consolida: permite
la división social del trabajo.
División social del trabajo: En una sociedad la gente se diferencia por su
trabajo. En el Paleolítico todos cazaban = todos iguales.
Al principio del Neolítico todos son agricultores = todos iguales.
Cuando aparece el excedente consolidado no se dedican todos a la
agricultura ni a la ganadería, se necesitan productos que ninguna de estas
dos cosas producen.
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Con el excedente se puede alimentar a otras personas que se
dediquen a fabricar instrumentos, tejidos, cerámica, empieza la
artesanía. El artesano le cambia sus productos al agricultor por el
excedente.
La división social del trabajo está permitida por el intercambio de
excedentes = primer tipo de comercio = comercio por trueque.
La propiedad privada: En el Paleolítico no existía. Con la aparición
de la agricultura empieza a aparecer. Para convertir una zona salvaje
(improductiva) en productiva se requiere mucho trabajo.
La gente sólo está dispuesta a hacer este trabajo si tiene la seguridad de
que la tierra será suya = aparición de la propiedad privada.
Con el trueque, el excedente y la propiedad privada aparece la
desigualdad social y la riqueza, que en la Edad de los Metales provoca la
aparición de las clases sociales.
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3 Organización social en Egipto
La mayoría de los egipcios eran campesinos y cumplían labores agrícolas,
que incluían labranza, riego y cosecha. La producción obtenida era dividida
en una parte que era para ellos y la otra iba a los almacenes reales.
http://www.icarito.cl/enciclopedia/articulo/segundo-ciclo-basico/historiageografia-y-ciencias-sociales/origenes-del-hombre/2009/12/89-6023-9-2organizacion-social-en-egipto.shtml
Bajo el faraón se situaban cinco clases sociales muy bien diferenciadas, las
que permanecieron prácticamente inalteradas, debido a que los hijos por lo
general ejecutaban las mismas tareas que sus padres. La rígida división de
clases egipcia obedecía, también, a la necesidad de organizar y controlar,
hasta en sus más mínimos detalles, la vida de los súbditos de un imperio
tan vasto como el egipcio.
Sacerdotes y nobles
El faraón contaba con un grupo de sacerdotes y nobles,
algunos eran parientes, poseedores de enormes
extensiones de tierras.
Los sacerdotes se caracterizaban por su sabiduría,
siendo su principal tarea la administración de los templos
y la atención de sus divinidades, para interpretar sus
deseos y cumplirlos.
Los nobles administraban el país en nombre del faraón, lo que implicaba
cumplir tareas como la ejecución de las obras públicas, la supervisión de la
construcción de canales y diques, la administración de los frutos guardados
en los almacenes reales y el cobro de los impuestos.
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Funcionarios y escribas
Los nobles eran apoyados
en sus tareas por funcionarios y escribas, quienes, al estar en contacto
con los pueblos, lograban
que la administración fuera
más eficiente. Ellos se
caracterizaban por saber
leer, escribir y ser grandes
calculistas, debiendo estudiar durante cinco años.
Comerciantes y artesanos
Los comerciantes se desplazaban dentro de Egipto en barco o en caravanas.
Vendían una gran cantidad de productos, tales como incienso, resinas,
esmeraldas, ébano y marfil, los que traían desde lugares muy apartados.
Entre los artesanos se encontraban los carpinteros, artistas, ebanistas,
orfebres, arquitectos y embalsamadores.
Campesinos
Los campesinos eran el grupo más numeroso, y vivían en pequeñas casas
de adobe a orillas del río Nilo. Su vida estaba dedicada a las tareas
agrícolas, siendo permanentemente vigilados por los funcionarios del
faraón.
Los frutos de las cosechas
obtenidas eran divididos en dos
partes: una para ellos, y otra que
se depositaba en los almacenes
de los faraones para alimentar a
los funcionarios reales.
Esclavos
Los esclavos se desempeñaban
en diferentes tareas, como servir
en el palacio del faraón o en las
casas de los nobles, guerreros y sacerdotes. Por lo general eran
extranjeros, prisioneros de guerra o personas entregadas como tributo por
otros países.
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LAS CLASES SOCIALES EN ROMA
Los hombres en Roma se dividían en hombres libres y esclavos.
HOMBRES LIBRES
· Patricios: clase social privilegiada. Para que una persona perteneciese a
este grupo social tenía que descender de una de las cien primeras familias
que fundaron Roma. A esas familias se les llamaba Gens, es decir, tenían
un mismo gentilicio, y procedían de un antepasado común. Durante la
monarquía y la república ocuparon los cargos políticos más relevantes.
· Clientes: eran ciudadanos pobres, de origen extranjero que estaban bajo
la protección de las familias patricias, que les ayudaban económicamente.
· Plebeyos: eran los extranjeros de origen italiano, pertenecientes a los
puebles que Roma había conquistado, y que se dedicaban a cultivar las
tierras. Al principio no tuvieron derechos políticos pero, durante la
república, al ser el grupo social más numeroso, fueron consiguiendo poco a
poco muchos de estos derechos.
· Libertos: eran esclavos que habían comprado o les habían otorgado su
libertad. A la compra del a libertad se le llamaba Manumisión. El acto
consistía en que el amo ponía su mano sobre la cabeza del esclavo, y con
este gesto le concedía la libertad.
Esclavos
No tenían ningún tipo de derecho, y
generalmente eran prisioneros de guerra.
eran
tratados
como
cosas,
LA FAMILIA ROMANA
La familia la constituían todas las personas que vivían en la casa. La familia
la mandaba un hombre que generalmente era el 6 padre, al que se llamaba
Pater Familias. A la casa pertenecían:
la mujer, los hijos, los esclavos y los animales de carga. Solo el varón podía
ser jefe de familia, que era el marido o el pariente varón más cercano.
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El matrimonio
El matrimonio podía ser de dos tipos: Cum Manu o Sine Manu.
Cum Manu
Este tipo de matrimonio, a su vez podía ser de tres tipos.
Usus
En este tipo de matrimonio la pareja pasaba a estar casada, después de
estar viviendo un año juntos. Si no querían casarse la solución era que no
estuvieran juntos durante unos días al cabo del año.
Comtemptio
Es un tipo de ceremonia, donde el hombre que se iba a casar, depositaba
unas monedas en una balanza, en señal de que compraba a la mujer.
Confarreatio
Es la ceremonia fundamentalmente religiosa en la que se hacía un pastel,
que se ofrecía al dios Júpiter, y era la forma de matrimonio más solemne.
En cualquiera de los tres tipos de matrimonio Cun Manu, la mujer quedaba
sometida al marido, que era el dueño de todas sus propiedades si las
tuviera.
Sine Manu
En este segundo tipo de matrimonio, la mujer era más independiente, y no
estaba sometida a la autoridad de su marido sino a la de su padre. La mujer
podía tener sus propiedades.
Los hijos y las hijas
Igual que sucedía en Grecia, un hijo era legítimo si era reconocido por su
padre. Para que esto sucediera, el padre tenía que acogerlo entre sus
manos y levantarlo en alto en una ceremonia que tenía lugar 8 días después
del nacimiento. Ese día el niño era purificado y se le colgaba un medallón, y
en ese momento se le imponía el praenomen (nombre). El nombre de un
varón romano constaba de tres partes:
· Praenomen: Nombre propio.
· Nomen: apellidos. Todos los miembros de la familia llevaban un solo
apellido, que era el de la familia paterna.
· Cognomen: mote o apodo. Ese mote tenía que ver con algún defecto
físico, con alguna virtud personal o con sus méritos o hazañas.
Las hijas solo tenían nombre y primer apellido, y como era frecuente
ponerles el mismo nombre, se las distinguían poniéndole detrás del apellido,
la mayor, la menor, la rubia, la morena... etc.
LAS EDADES DE LA VIDA
Los romanos utilizaban diversos nombres cuando se dirigían a un hombre o
a una mujer, en función de su edad y de su estado civil.
Mujer Hombre
LA EDUCACIÓN
La educación romana tenía como finalidad enseñar a respetar a los
mayores. A partir de los siete años, el niño era educado por su padre en su
casa. Le enseñaba a escribir, leer y a cazar. La niña era educada por su
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madre que le enseñaba a cuidar la casa y a hilar la lana. La educación de un
niño terminaba a los 17 años, edad que a la que se quitaba el medallón que
llevaba al cuello desde su nacimiento, y además vertía la toga viril. La niña
se quitaba el medallón el día de su boda.
Edad Nombre que se le daba
0-7 años INFANS
7-17 años PUELLA
17-30 años VIRGO
30-60 años FEMINA
+ 60 años ANUS
Estado Civil Nombre que se le daba
Antes de tener hijos UXOR. Casada con hijos MATRONA
Edad
Nombre que se le daba
0-7 años
INFANS
7-17 años
PUER
17-30 años ADULESCENS
30-40 años JUVEINS 40-60 años SEÑOR + 60 años SENEX
Estado civil. Nombre que se le daba
Antes de tener hijos VIR. Casado, con hijos PATERFAMILIAS
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ESTAMENTOS SOCIALES EN
LA EDAD MEDIA Y MODERNA
El Feudalismo y los estamentos sociales
http://www.campodemarte.com/el-feudalismo-y-los-estamentossociales.html
Marcelo Ferrando Castro
El Feudalismo es una ruptura con el Antiguo Régimen que ocurre con la
caída del Imperio Romano, siendo según la concepción marxista, el paso
siguiente al esclavismo de la antigüedad. Todos sabemos que en los pueblos
antiguos, los esclavos eran frecuentes en todos ellos, siendo los que
trabajaban la tierra para sus amos.
El Feudalismo, un cambio social en la Edad Media
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En el Feudalismo, se crea una especie de “pacto” entre los terratenientes
(o señores), y los siervos, que serían los que trabajaban las tierras y
realizaban todas las tareas encomendadas por los primeros.
A diferencia de la esclavitud, aquí existe un pacto
social, un cierto contrato (aunque rara vez se
documentaba) por el cual un señor se
Comprometía a velar, cuidar y proteger a los
siervos, y éstos ofrecían su mano de obra a
cambio de dichos “privilegios“, palabra que
tomamos entre comillas pues no lo eran, pero
para su época era un avance…
(Imagen: Siervo trabajando las tierras)
En ningún caso, los siervos poseen tierras, sino
que dependen enteramente de los señores
feudales. Incluso cuando una tierra era
adquirida, quienes trabajaban en ella lo seguirían
haciendo independientemente de quien era el
dueño de las mismas. Al mismo tiempo, el
poseedor de las tierras era quien poseía potestad
para gobernar e impartir justicia cuando así lo creía necesario, pero siempre
basándose en el antiguo Derecho Romano y las reglas que regían esa
época histórica, es decir, la Edad Media.
Ya en el siglo XIII, el aumento del comercio hace que crezca con mucha
fuerza la burguesía, logrando que los señores feudales perdiesen el
monopolio del capital y por ende, de la economía en general. Esto implica la
caída del feudalismo y un nuevo surgimiento de clases sociales diferentes y
un nuevo pacto social entre quienes poseen los modos de producción y
quienes poseían la mano de obra.
Esto es lo que concierne a los estamentos sociales durante el Feudalismo,
aunque la definición del término por supuesto que es mucho más extensa
pero no nos interesa en este momento pues, lo que queríamos mostrar con
esto, es el origen de los pactos sociales que hasta el día de hoy, podemos
aprovechar aunque con otras condiciones…
Sociedad Medieval
http://www.arteguias.com/sociedadmedieval.htm
Una sociedad rural y agraria
La sociedad medieval fue durante siglos una sociedad básicamente rural.
En la Edad Media el noventa por ciento de la población vivía en el campo,
centro de toda actividad y vida diaria para los habitantes de aquella época.
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En los primeros siglos medievales, los campesinos se organizaban entorno a
unas tierras propias y otras comunes, como bosques, que compartían con
sus vecinos. En grupos reducidos, imponían sus leyes y justicia,
organizaban las cosechas y los recursos que de ellas obtenían.
Poco a poco, estas comunidades fueron absorbidas por señores, laicos o
religiosos, a los que habían sido entregadas esas tierras. Así da comienzo lo
que hoy en día hemos llamado sistema feudal o feudalismo, instaurándose
como modo de organización social
La
sociedad
estaba
dividida
en
estamentos: en la base encontramos a los
campesinos, libres o siervos, quienes
suponían la inmensa mayoría de la
población; en el escalafón intermedio se
encuentran los militares y los nobles,
laicos o eclesiásticos. No todos tenían la
misma categoría sino que el status dentro
de estos dos grupos variaba. Acabamos en
la cúspide con la realeza, es decir, el rey
y su familia.
El pertenecer a uno u otro grupo estaba
marcado por el nacimiento, no pudiendo
pasar de uno a otro dado el carácter blindado de los estamentos. Así lo
articularon los estudiosos de la época quienes buscaron una explicación
divina para la nueva organización social que se estaba produciendo. Cada
uno cumplía una función, siendo importantes todas ellas ya que dependían
unos de otros mediante un intrincado sistema de lazos llamado sistemas de
dependencia o vasallaje, donde los campesinos juraban fidelidad o
vasallaje a los señores quienes, a cambio del trabajo en sus tierras y parte
de la cosecha, les proporcionaban protección.
Los señores y los militares, a su vez, juran fidelidad al rey por medio de la
ceremonia del homenaje, asegurando su apoyo y fuerzas en tiempos de
guerra. El rey, agradecido, entregaba unas tierras o feudos a los
nobles a modo vitalicio y hereditario, pasando a ser dirigidas y gobernadas
por ellos desde sus castillos o fortalezas, centros de actividad no sólo
política sino también económica. Cada tierra estaba dirigida de forma
distinta y es que, desde que las leyes eran consuetudinarias, no estaban
escritas sino que se basaban en las tradiciones y costumbres de cada
pueblo, podían ser interpretadas de distintas formas.
LOS ESTAMENTOS
http://es.wikipedia.org/wiki/Estamento
Estamento es el estrato de una sociedad, definido por un común estilo de
vida o análoga función social. Es la división social que responde a los
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criterios propios del Feudalismo y el Antiguo Régimen. Los estamentos
tienden a ser agrupaciones cerradas, pues se entra en ellos normalmente
por las circunstancias del nacimiento, a diferencia de las clases sociales, que
se definen por intereses económicos.
A pesar de ello, los estamentos no son absolutamente cerrados, a diferencia
de las castas, y existe la posibilidad de promoción social por méritos
extraordinarios (ennoblecimiento a cargo del rey por servicios militares o de
otro tipo, incluso por compra a cambio de dinero -venalidad de oficios y
dignidades-); por matrimonio (aunque las relaciones desiguales son mal
vistas socialmente) y por los mecanismos de reclutamiento eclesiástico (que
se justifican espiritualmente con el término vocación -llamada divina-).
El estamento puede recibir también el nombre de estado (como en estado
laico y estado eclesiástico -no confundir con el concepto político de Estado,
referido a lo estatal y no a lo estamental-), pues se identifica con una
característica definitoria e intrínseca a la persona (como el estado civil).
También puede denominarse orden, y a la sociedad que se divide según ese
criterio se suele llamar sociedad estamental o sociedad de órdenes.2
Los tres estamentos
A pesar de que la constitución de divisiones estamentales puede verse
desde la Antigüedad Tardía (el Bajo Imperio romano va otorgando a los
latifundistas rurales un papel cada vez más superior a las decadentes
ciudades, las invasiones germánicas definen la nobleza de sangre como
estrato social superior, y el papel social y político del cristianismo, con el
monacato y la institucionalización de la Iglesia), no fue hasta la Plena Edad
Media que quedó definida en los reinos de Europa Occidental una sociedad
estamental, dividida en nobleza, clero y tercer estado.
Justificación ideológica
El triestamentalismo fue el paradigma más difundido, aunque no el único,
para pensar la sociedad durante la Edad Media.
Las funciones de los órdenes feudales estaban fijadas ideológicamente
por el agustinismo político (Civitate Dei -426 d.C-), en búsqueda de una
sociedad que, aunque como terrena no podía dejar de ser corrupta e
imperfecta, podía aspirar a ser al menos una sombra de la imagen de una
"Ciudad de Dios" perfecta de raíces platónicas en que todos tuvieran un
papel en su protección, su salvación y su mantenimiento. Tal construcción
confiaba a los oratores (es decir, "rezadores": el clero) la defensa
espiritual de la sociedad, a los bellatores (es decir, "guerreros", a veces
llamados pugnatores o defensores: la nobleza) la defensa militar y a los
laboratores (es decir "trabajadores", veces llamados aratores:6
esencialmente los campesinos) su mantenimiento.
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La formulación primera, y acabada, de este esquema trifuncional aparece
en un comentario de la De consolatione Philosophiae de Boecio, atribuido a
Alfredo el Grande y datado en 892:
"Debe de haber gebedmen ("hombres de oración"), fyrdmen ("hombres de
guerra") y weorcmen ("hombres de trabajo"), sin los cuales ningún rey
puede mostrar su poder"
Posteriormente, Wulfstan, arzobispo de York retomaría dicho pensamiento:
"Todo trono real que rija sabiamente se apoya en tres elementos: uno son
los oratores; otro, los laboratores; el tercero, los bellatores. Los oratores
son hombres de oración, que día y noche deben rezar a Dios y rogarle por
todo el pueblo. Los laboratores son hombres de trabajo, que proporcionan
todo lo necesario para que el pueblo pueda vivir. Los bellatores son
hombres de guerra, que luchan con las armas para defender la tierra.
Sobre estos tres pilares debe regirse con justicia cualquier trono real"
Geràrd, arzobispo de Cambrai, Gesta episcoporum cameracensium, (1024)
Triple es la casa de Dios que creemos una: en este mundo unos oran, otros
combaten y otros, además, trabajan; estos tres están juntos y no toleran
estar desunidos, de manera tal que sobre la función de uno descansan las
obras de los otros dos, todos a su turno ayudando a los otros dos
Carmen ad Robertum regem francorum, (1027-1031)
En el plano ideológico, el triestamentalismo medieval suele, pero no
siempre, presentarse como un esquema de solidaridad funcional, donde se
pone de realce lo que cada estado aporta a los demás, lo que tiene por
efecto difuminar la jerarquía y la desigualdad, tanto más cuanto que se
señala lo penoso y las cargas de cada estado. Por enmascarar la
desigualdad, dicho esquema pudo tener más aceptación que los paradigmas
abiertamente jerárquicos. Además no es infrecuente que los autores
mencionen la autoridad divina, como legitimadora de la distinción
estamental.
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En el ámbito da la cristiandad hispana, Isidoro de Sevilla, con su etimología
de "tribus" puede considerarse como un precursor del paradigma de los tres
órdenes, su tripartición (senatores, milites, plebs) fue retomada y adaptada
por el monje Haimón de Auxerre (+865/69) (de la francesa escuela de
Auxerre, en la abadía borgoñona en la que trabajan Erico de Auxerre y su
discípulo Remigio de Auxerre 850-935, que siguen la tradición de Escoto
Eriúgena) El surgimiento del triestamentalismo en la época feudal clásica
correspondería por tanto primero a Inglaterra, pero el foco francés parece
independiente y se explica por la adaptación de Isidoro en la Borgoña.
Posteriormente, se halla una formulación de dicho esquema en los Fueros
de Aragón, la llamada Compilación de Huesca redactada bajo Jaime I
También están citados en el Código de las Siete Partidas de Alfonso X el
sabio:
Defensores son uno de los tres estados porque Dios quiso que se
mantuviese el mundo: ca bien así como los que ruegan á Dios por el pueblo
son dichos oradores; et otrosí los que labran la tierra et facen en ella
aquellas cosas por que los homes han de vivir et de mantenerse son dichos
labradores…
(Partida 2, título XXI, introducción)
Representación política
Su representación política se hace en la institución de las Cortes (Castilla y
León, reinos de la Corona de Aragón), Parlamento (Inglaterra) o Estados
Generales (Francia). Estas instituciones, derivadas de la obligación de
consilium (consejo) del vasallaje feudal, hacía partícipe de las decisiones
políticas del rey a toda la sociedad, representada por estamentos,
estados o brazos. El número de estos podía ser distinto de tres,
subdividiéndose la nobleza en alta o baja (ricoshombres e infanzones en
algunos reinos peninsulares). Lógicamente hay una clara desproporción
entre la representación política de nobleza y clero y su peso demográfico.
Se han estimado cifras del 3 al 6% para cada uno, quedando un resto
cercano al 90%, cosa lógica dada la escasa productividad del trabajo y
rendimiento de las actividades agrícolas en época preindustrial (para que
diez coman pan, nueve han de sembrar el trigo).
El privilegio
La diferencia entre los dos primeros estamentos, o estamentos privilegiados
(nobleza y clero) y el tercer estamento, tercer estado o estado llano
(equivalente a común o pueblo llano) estaba en la situación de privilegio,
que explicitaba la condición desigual de las personas, tanto jurídica como
socialmente. Los individuos que pertenecían a estamentos superiores, se
casaban entre ellos, tanto para mantener unidas las herencias como para
no dejar entrar a miembros del tercer estado en él (en la evolución hacia la
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sociedad de clases, los burgueses tendieron a buscar enlaces matrimoniales
con nobles para que la familia adquiriera títulos, mientras los nobles, que
poseían tierras y títulos, que en esa época dejaron de tener mucho valor
material, podían unirse a una familia rica, como eran las burguesas). Hasta
el siglo XVIII fueron incompatibles los llamados oficios mecánicos con la
nobleza. El comercio, actividad sospechosa por la vinculación al pecado de
usura, se relegaba al tercer estado o incluso a los judíos (que podían
prestar a interés).
Mientras duró la sociedad estamental era determinante incluso la posición
entre los hermanos de la misma familia: mientras que el hermano varón
mayor (llamado el mayorazgo) heredaría título y propiedades vinculadas a
él, el hermano varón menor (llamado el segundón) entraría en el clero, en
una posición adecuada al rango de su familia, que se medía justamente por
las donaciones a la iglesia. Era habitual también que, si el hermano mayor
moría, el hermano clérigo "colgaba los hábitos" para cumplir sus
obligaciones familiares (caso que se dio incluso entre reyes: Ramiro II el
monje). Las hijas mayores estaban destinadas a casarse con el mayorazgo
de una familia de rango similar, mientras que las hijas menores también
entrarían al clero, adecuadamente dotadas. Las herencias quedaban
aseguradas, las propiedades concentradas, los dos estamentos privilegiados
aliados inseparablemente por identidad familiar y el prestigio social de todos
ellos garantizado con la posición dominante en la Iglesia, monopolizadora
de la cultura y la ideología.
EL CLERO
El Clero tenía privilegios similares a los nobles como por ejemplo regirse
por tribunales particulares y la exención absoluta del pago de impuestos.
Recibían incluso beneficios del resto de la sociedad como el diezmo de todos
los productos de la tierra. También poseían grandes extensiones de tierras y
gozaban de rentas señoriales. Dentro de este grupo había diferencias
sustanciales, por un lado estaba el alto clero (obispos, abades y
canónigos) y por el otro, el clero llano, el más numeroso y extendido por
todo el territorio (párrocos, etc.).
El Clero tenía privilegios similares a los nobles como por ejemplo regirse
por tribunales particulares y la exención absoluta del pago de impuestos.
Recibían incluso beneficios del resto de la sociedad como el diezmo de todos
los productos de la tierra. También poseían grandes extensiones de tierras y
gozaban de rentas señoriales. Dentro de este grupo había diferencias
sustanciales, por un lado estaba el alto clero (obispos, abades y
canónigos) y por el otro, el clero llano, el más numeroso y extendido por
todo el territorio (párrocos, etc.).
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Los votos monásticos (pobreza, castidad y obediencia) y el celibato
eclesiástico, extendido al clero secular en la Iglesia Católica durante la Edad
Media (no a la Iglesia Ortodoxa), consiguen para Europa Occidental un
perfecto enlace entre los estamentos privilegiados al impedir que los
clérigos compitan por las herencias con sus hermanos. De la misma
manera, convierten en inocua la apertura del clero a individuos no
privilegiados, pues no podrían hacer hereditaria su condición. De todas
maneras, el ascenso al alto clero de los no privilegiados fue excepcional. La
Reforma Protestante, al hacer desaparecer todas estas características del
clero en su zona de implantación (el Norte de Europa), fue un eficaz
disolvente de la sociedad estamental y con ella del Antiguo Régimen
Los monasterios
Los
monasterios,
centro
de
oración y estudio, eran las
residencias del clero. Verdaderas
ciudades, suponían un elemento
esencial en el paisaje medieval y
es que no podemos olvidar la
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importancia que esta clase social tuvo no sólo como guía espiritual y divina
sino también por su influencia política.
San Benito, ya a mediados del siglo VI, estableció un modelo de vida
funcional, organizativa e incluso formal- estético- para los monasterios y el
clero. La vida de los monjes giraba en torno a tiempos de rezos, a partir de
los cuales se establecían de modo milimétrico el resto de actividades que se
llevaban a cabo, consideradas tan importantes como la oración.
Los monasterios eran autosuficientes gracias a los huertos que solían
cultivar en los alrededores o a los productos que obtenían los campesinos
trabajando las tierras de influencia del mismo. Eran estos productos-junto al
pan y al vino y otros derivados del ganado- los únicos que consumían los
monjes. Aquellos que no trabajaban el huerto, dedicaban la mayoría del día
a copiar y traducir obras clásicas al latín, lengua eclesiástica, convirtiéndose
en espléndidos centros de estudio y de transmisión de la cultural y el
conocimiento.
La familia medieval
La familia era la primera unidad de producción para los campesinos
medievales. En los hogares vivía la familia nuclear aunque era común
encontrar a los abuelos habitando con ellos. Cada miembro de la familia
tenía una función en ella, existiendo así una división del trabajo según el
sexo, la edad o el status de la persona. Mientras que los hombres y jóvenes
trabajaban las tierras, las mujeres eran las encargadas del ganado, del
huerto, del vestido y de la preparación y conservación de los alimentos y las
bebidas- como podía ser el vino, los cereales para el invierno o la
mantequilla-. Importantísima era su función dado el carácter de
subsistencia que tenía la economía.
ESTAMENTOS EN LA EDAD MODERNA
La sociedad de la Edad Moderna estaba dividida en estamentos, o grupos
sociales: los privilegiados y los no privilegiados.
Los privilegiados:
La nobleza: duques, condes... y el clero: obispos, abades... formaban el
grupo de los privilegiados: no pagaban impuestos, podían llevar armas y
eran juzgados por tribunales y leyes diferentes
Los no privilegiados:
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El grupo de los no privilegiados estaba formado por los campesinos y los
habitantes de las ciudades
Elemento consustancial a la Edad Moderna (especialmente en Europa,
primer motor de los cambios) es su carácter transformador, paulatino,
dubitativo incluso, pero decisivo, de las estructuras económicas, sociales,
políticas e ideológicas propias de la Edad Media.
Al contrario de lo que ocurrirá con los cambios revolucionarios propios de la
Edad Contemporánea, en que la dinámica histórica se acelera
extraordinariamente, en la Edad Moderna la inercia del pasado y el ritmo de
los cambios son lentos, propios de los fenómenos de larga duración. Como
se indica arriba, no hubo un paso brusco de la Edad Media a la época
moderna, sino una transición.
Los principales fenómenos históricos asociados a la Modernidad
(capitalismo,
humanismo,
estados
nacionales,
etcétera)
venían
preparándose desde mucho antes, aunque fue en el paso de los siglos XV a
XVI en donde confluyeron para crear una etapa histórica nueva.
Estos cambios se produjeron simultáneamente en varias áreas distintas que
se retroalimentaban: en lo económico con el desarrollo del capitalismo; en
lo político con el surgimiento de estados nacionales y de los primeros
imperios ultramarinos; en lo bélico con los cambios en la estrategia
militar derivados del uso de la pólvora; en lo artístico con el
Renacimiento, en lo religioso con la Reforma Protestante; en lo
19
filosófico con el Humanismo, el surgimiento de una filosofía secular que
reemplazó a la Escolástica medieval y proporcionó un nuevo concepto del
hombre y la sociedad; en lo científico con el abandono del magister dixit y
el desarrollo de la investigación empírica de la ciencia moderna, que a la
larga se interconectará con la tecnología de la Revolución industrial. Ya para
el siglo XVII, estos fuerzas disolventes habían cambiado la faz de Europa,
sobre todo en su parte noroccidental, aunque estaban aún muy lejos de
relegar a los actores sociales tradicionales de la Edad Media (el clero y la
nobleza) al papel de meros comparsas de los nuevos protagonistas: el
Estado moderno, y la burguesía.
Desde una perspectiva materialista, se entiende que este proceso de
transformación empezó con el desarrollo de las fuerzas productivas, en un
contexto de aumento de la población (con altibajos, desigual en cada
continente y aún sometida a la mortalidad catastrófica propia del el Antiguo
Régimen demográfico, por lo que no puede compararse a la explosión
demográfica de la Edad Contemporánea). Se produce el paso de una
economía abrumadoramente agraria y rural, base de un sistema social y
político feudal, a otra que sin dejar de serlo mayoritariamente, añadía una
nueva dimensión comercial y urbana, base de un sistema político que se va
articulando en estados-nación (la monarquía en sus variantes autoritaria,
absoluta y en algunos casos parlamentaria); cambio cuyo inicio puede
detectarse desde fechas tan tempranas como las de la llamada revolución
del siglo XII y que se precipitó con la crisis del siglo XIV, cuando se abre la
transición del feudalismo al capitalismo que no se cerrará hasta el siglo XIX.
El nuevo actor social que aparece y al que pueden asociarse los nuevos
valores ideológicos (el individualismo, el trabajo, el mercado, el progreso
...) fue la burguesía. No obstante, el predominio social de clero y nobleza no
es discutido seriamente durante la mayor parte de la Edad, y los valores
tradicionales (el honor y la fama de los nobles, la pobreza, obediencia y
castidad de los votos monásticos) son los que se imponen como ideología
dominante, que justifica la persistencia de una sociedad estamental. Hay
historiadores que niegan incluso que la categoría social de clase (definida
con criterios económicos) sea aplicable a la sociedad de la Edad Moderna,
que prefieren definir como una sociedad de órdenes (definida por el
prestigio y las relaciones clientelares).13 Pero desde una perspectiva más
amplia, considerando el periodo en su conjunto, es innegable que poderosas
fuerzas, aquéllas en que se basan esos nuevos valores, estaban en conflicto
y chocaron, a la velocidad de los continentes, con las grandes estructuras
históricas propias de la Edad Media (la Iglesia Católica, el Imperio, los
feudos, la servidumbre, el privilegio) y otras que se expandieron durante la
Edad Moderna, como la colonia, la esclavitud y el racismo eurocentrista. La
Era de las Revoluciones fue un cataclismo final que no se produjo sino
cuando se hubo concentrado una energía suficiente.
20
Mientras este conflicto secular se desarrollaba en Europa, la totalidad del
mundo, conscientemente o no, fue afectada por la expansión europea.
Como se ha visto en Secuenciación, para el mundo extraeuropeo la Edad
Moderna significa la irrupción de Europa, en mayor o menor medida según
el continente y la civilización, a excepción de una vieja conocida, la islámica,
cuyo campeón, el Imperio Turco, se mantuvo durante todo el periodo como
su rival geoestratégico. Para América la Edad Moderna significa tanto la
irrupción de Europa como la gesta de la independencia que dio origen a los
nuevos estados nacionales americanos.
El papel de la burguesía
Los burgueses, nombre que se dio en la edad media europea a los
habitantes de los burgos (los barrios nuevos de las ciudades en expansión),
tienen una posición ambigua en la Edad Moderna. Una visión lineal, que
tome como punto de llegada la Revolución Burguesa, les buscará
emplazándose a sí mismos fuera del sistema feudal, como hombres libres
que, en Europa, se hicieron poderosos gracias a la creación de redes
comerciales que la abarcaban de norte a sur. Ciudades que habían
conseguido una existencia libre entre el imperio y el papado, como Venecia
y Génova, crearon verdaderos imperios comerciales. Por su parte, la Hansa
dominó la vida económica del Mar Báltico hasta el siglo XVIII.
Las ciudades eran islas en el océano feudal, pero el que la burguesía fuera
realmente un disolvente del feudalismo, o más bien un testimonio de su
dinamismo, al crecer con el excedente que los señores extraen en sus
feudos, es un tema que ha discutido extensamente la historiografía. 14 El
mismo papel de la ciudad europea durante la Edad Moderna puede
considerarse un proceso de larga duración dentro del milenario proceso de
urbanización: la creación de una red urbana, preparación necesaria para el
cumplimiento de las funciones sociales del mundo industrial moderno. A la
línea de meta llegaron con ventaja metrópolis como Londres y París en el
siglo XVIII; por el camino quedaron rezagadas, sin capacidad de articular
una economía nacional de dimensiones suficientes para el despegue
industrial, ciudades relegadas a la condición de semiperiféricas: Lisboa,
Sevilla, Madrid, Nápoles, Roma o Viena; o, con otras características
funcionales, independientemente de su tamaño, las de la periferia euromediterránea: Moscú o San Petersburgo, Estambul, Alejandría o El Cairo; y
las de la arena exterior, tanto en espacios ajenos a la colonización europea
(Pekín) como las ciudades coloniales.
Aunque la diferencia de posición económica era enorme entre alta
burguesía, baja burguesía y plebe empobrecida, no lo estaba en muchos
extremos por su condición social: todas eran pueblo llano. La diferenciación
entre burguesía y campesinado es aún más significativa, pues fuera de las
ciudades es donde vivía la inmensa mayoría de la población, dedicándose a
21
actividades agropecuarias de muy escasa productividad, lo que las
condenaba a la invisibilidad histórica: la producción documental, que florece
de forma extraordinaria en la Edad Moderna (no sólo con la imprenta, sino
con la fiebre burocrática del estado y de los particulares: registros
económicos, protocolos notariales...) es esencialmente urbana. Los fondos
de los archivos europeos empiezan ya a competir en densidad de fuentes
documentales con enorme ventaja frente a los chinos, de milenaria
continuidad.
También puede verse a la burguesía como un aliado del absolutismo, o
como un agregado social sin verdadera conciencia de clase, cuyos
individuos prefieren la "traición" que les permite el ennoblecimiento por
compra o matrimonio, sobre todo cuando la ideología dominante persigue el
lucro y santifica la renta de la tierra.16 Su papel como agente revolucionario
había ocasionado las revueltas populares urbanas de la Edad Media, y
continuará vivo pero errático en las de la Edad Moderna, algunas teñidas de
ideología religiosa, otras de revuelta antifiscal o incluso de motines de
subsistencia.
En otros continentes, la caracterización social de una clase definida por su
actividad urbana, su identificación con el capital y la condición de no
privilegiada, es mucho más problemática. No obstante, se ha aplicado el
término en Japón, cuya formación económico social ha sido asimilada al
feudalismo, y con muchas más dificultades en China, aunque las
interpretaciones de su historia están muy vinculadas a posiciones
ideológicas.
6 CLASES SOCIALES EN EL SIGLO XIX
http://finea.files.wordpress.com/2010/02/clases-sociales-siglo-xix.pdf
LA SOCIEDAD DEL SIGLO XIX
Las revoluciones políticas y el proceso de industrialización hicieron
desaparecer la sociedad estamental, que fue reemplazada por la llamada
"sociedad de clases".
Frente a los privilegios que caracterizaban el orden social del Antiguo
Régimen, la
nueva realidad se fundamentó en la igualdad jurídica
proclamada por la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano (1789) o la Declaración de Derechos de Virginia (1776); la
libertad de los individuos ante a la ley.
22
Los privilegiados de la vieja sociedad feudal fueron desplazados o se
fusionaron con la nueva clase dominante, la burguesía, al tiempo que la
industrialización dio a luz al que se convirtió en su directo antagonista, el
proletariado.
A lo largo del siglo XIX la clase obrera protagonizó reivindicaciones y
movilizaciones
que se desarrollaron en un escenario esencialmente
urbano, ya que la industrialización conllevó un fuerte desarrollo urbano y la
conversión de la ciudad en el centro de la vida social y política.
El campesinado, un colectivo menos dinámico, continuó supeditado a los
grandes propietarios, aunque desvinculado legalmente de ellos.
La sociedad de clases, más abierta y permeable que la estamental, concedía
mayor grado de libertad a los individuos, pero al tiempo mantenía
profundas desigualdades, cimentadas no sobre la ley o la tradición, sino
sobre la riqueza y la propiedad. En la sociedad capitalista se aprecian los
siguientes grupos:
A. - LA ANTIGUA ARISTOCRACIA
Las viejas clases dominantes del Antiguo Régimen, fundamentalmente la
nobleza, perdieron gran parte de su influencia a lo largo del siglo XIX.
Abolidos sus
privilegios legales tras las revoluciones burguesas,
conservaron no obstante, gran parte de su poder económico, cimentado
esencialmente en la propiedad de la tierra.
Progresivamente fueron integrándose en el mundo de
los negocios
bancarios y comerciales, entroncándose vía matrimonial con la pujante
burguesía. Su prestigio social siguió intacto y, en cierto modo, continuaron
jugando un papel relevante en la administración, la diplomacia, el ejército y
la política
En algunos casos, como en Francia, se creó una nueva aristocracia
mediante la concesión de nuevos títulos nobiliarios a las nuevas élites
políticas económicas.
En el Mediterráneo (España) y Europa Oriental (Rusia) su importancia se
mantuvo, dado el considerable retraso que esas áreas tenían frente o a
otras más modernas.
En Inglaterra la gran aristocracia (los lores) siguió dominando la Cámara
Alta y destacó en los más elevados puestos del ejército, el gobierno y la
diplomacia.
23
En la Alemania prusiana los terratenientes nobles (los junkers) controlaron
el ejército, el gobierno y gran parte del mundo de la economía.
En conclusión, durante gran parte del siglo XIX formar parte de la
aristocracia siguió siendo la principal y mejor forma de adquirir
prestigio social.
B. - LA BURGUESÍA
El término burguesía fue empleado en la Edad Media para designar al
grupo social compuesto esencialmente por comerciantes, artesanos
libres y personas no sometidas a la jurisdicción señorial que vivía en
las ciudades.
En la actualidad es utilizado para designar a la clase social integrada
por quienes disfrutan, en general, de una buena situación
económica. Se equipararía a la muy amplia denominación de “clases
medias”.
En el siglo XIX la industrialización y las revoluciones liberales le otorgaron el
poder económico y permitieron su acceso al político. Sin embargo, la
burguesía decimonónica en cuanto que clase social, era muy heterogénea y
en su seno podían distinguirse los siguientes grupos:
La Alta burguesía
Situada en la cúspide de la sociedad capitalista. Controlaba las
industrias, la banca,
el comercio y los altos cargos de la
administración del Estado. Se adueñó de muchas tierras procedentes de
la Iglesia y la nobleza arruinada, transformándose en terratenientes
Familias de significada relevancia durante el siglo XIX fueron los Rothschild
(banqueros y comerciantes), los Krupp (magnates de la siderurgia), los
Thyssen o los Péreire. Este grupo se aristocratizó en ciertos casos, bien
uniéndose con la antigua nobleza, bien mediante la compra de nuevos
títulos.
24
La burguesía media
Estaba integrada por profesionales de alta cualificación (abogados,
ingenieros,
intelectuales,
profesores
universitarios,
miembros
de
profesiones liberales, etc.), comerciantes, agricultores acomodados, etc., y
funcionarios de las administraciones de los estados en pleno desarrollo.
La pequeña burguesía
Constituida por pequeños comerciantes, artesanos, funcionarios de
nivel mediobajo, empleados diversos. Imitaba las formas de vida de la
burguesía alta y media, aunque se encontraba más cerca de la clase
obrera, en la que hubieron de integrarse en más de una ocasión, cuando
las crisis económicas les llevaban a la ruina.
Buena parte de los problemas que aquejaron a este colectivo coincidían con
los de los trabajadores. Junto a ellos intervinieron en protestas, demandas y
reivindicaciones comunes, como ocurrió durante la Revolución de 1848.
Nacimiento y consolidación de la burguesía
Aunque ya en la Antigüedad existieron hombres de negocios dedicados a
las, actividades mercantiles y manufactureras y vinculados al mundo
urbano, el importante papel de los aparatos públicos en las actividades
económicas no solía mucho margen para la iniciativa privada, por lo que no
podemos hablar de burguesía propiamente dicha. En Europa occidental, el
crecimiento económico y demográfico experimentado a partir del siglo XI
permite el asentamiento de una población cada vez más numerosa en las
ciudades, tanto antiguas como de reciente fundación (burgos).
Estos burgueses se especializan en actividades artesanas y, cantiles, que
pronto les proporcionan una fuerza económica suficiente para presionar
sobre los señores feudales, de los que obtuvieron libertades jurídicas,
autonomía administrativa y protección para sus actividades. Sin embargo,
no consiguieron distinguirse jurídicamente de la mayoría campesina de la
población, y el esquema social feudal, basado en la división en tres órdenes
o estamentos (nobles, eclesiásticos y trabajadores o estado llano) se
mantuvo inalterado. Esto no impidió que dentro del mismo grupo burgués
se produjera una creciente estratificación, sobre todo Partir del siglo XIII,
diferenciándose las oligarquías de grandes comerciantes y banqueros que
normalmente controlaban los gobiernos municipales, del «común»,
integrado por artesanos, sirvientes y pequeños comerciantes.
La oposición de intereses entre ambos grupos dio lugar a la aparición de
conflictos durante la baja Edad Media. Además, esa oligarquía burguesa se
asimila progresivamente a la nobleza terrateniente, cuyo estilo de vida
copia y cuyo estatus social codicia. Desde fines de la Edad Media y durante
toda la Edad Moderna, muchas familias burguesas entroncan con la nobleza
(mediante matrimonios con familias aristocráticas empobrecidas), o
25
acceden a esa condición mediante la compra de cargos o tierras vinculadas
a títulos, convirtiéndose en rentistas y asumiendo los valores conservadores
de la clase noble. otra forma de ascender socialmente era mediante el
servicio en la creciente burocracia estatal que las monarquías autoritarias
de la Edad Moderna estaban desarrollando Los monarcas preferían emplear
en su administración a letrados procedentes de la clase media burguesa, en
lugar de a los miembros de la alta nobleza, susceptibles de desafiar su
poder.
De todas formas, los burgueses no ennoblecidos siguieron perteneciendo
estado llano, y normalmente eran ellos los que acaparaban su
representación Cortes y otras instituciones representativas de origen
medieval, a las que los rey Antiguo Régimen recurrían lo menos posible,
sólo cuando estaban necesitados financiación extraordinaria.
La expansión mercantil europea desarrollada a partir del siglo XVI, con el
descubrimiento y colonización de nuevos y vastos territorios ultramarinos y
la apertura nuevos mercados, proporcionó unas inmensas posibilidades de
enriquecimiento burguesía. Pero el mantenimiento de las estructuras
tradicionales le impedía un papel social y político acorde con su poder
económico.
A partir del siglo XVI sé produjo también un cambio de mentalidad, con la
difusión de nuevas ideas: el humanismo, el racionalismo e incluso la ética
protestante (especialmente en su versión calvinista), transformaciones
ideológicas, filosóficas y culturales que encuentra culminación en la
Ilustración, que tuvo en la burguesía a su principal valedora beneficiaria. Se
santificó el afán de lucro y el éxito en los negocios, como signo del divino y
como contribución a la prosperidad general. El individualismo y la igualdad
entre los hombres se elevaron a la categoría de dogmas, contradiciendo el
si de privilegios estamentales que impedía a la burguesía desempeñar un
pape destacado en la vida pública.
Por último, el apoyo al progreso científico y técnicas a la mentalidad
racionalista, también en la economía, se oponían a las viejas estructuras
productivas (gremios) y comerciales (mercantilismo), que constituían una
para el pleno desarrollo del capitalismo, el nuevo sistema socioeconómico
que ido gestando con las actividades de la burguesía.
EL ASCENSO SOCIAL: Uno de los resultados más importantes de la doble
revolución de fines del siglo XVIII fue abrir las carreras al talento. Había
cuatro caminos (para nada fáciles) para desarrollar estas carreras.
• El estudio universitario permitía iniciar un ascenso en la sociedad de la
época. Sin embargo, la educación no era generalizada y, por lo tanto, no
estaba al alcance de todos y no generó la sociedad abierta que todos
26
esperaban. Al contrario, surgió una sociedad cerrada en la cual se conformó
una élite intelectual y profesional. Pero para aquellos que alcanzaban la
educación universitaria -médicos, abogados, ingenieros, arquitectos,
profesores, funcionarios de carrera, sacerdotes y pastores religiosos- estaba
garantizada cierta reputación social, bienestar económico e incluso la
posibilidad de acceder al poder político.
• La carrera de los negocios era el camino de ascenso social por excelencia
en una economía abierta y en rápida expansión. Era también la vía más
limitada y minoritaria, pues no cualquiera podía acceder al mundo de los
negocios: exigía condición mental, sentido de la oportunidad y, por
supuesto, recursos económicos, requisitos que la mayoría no poseía. No
todos podían seguir el camino de Robert Peel.
• El ejército ofrecía la más vieja de las carreras abiertas al talento. En sus
filas habían progresado socialmente muchos hijos de campesinos y pobres
urbanos que obtuvieron -cuando sobrevivieron a las guerras- un prestigio
social y una posición económica que de otra manera habría sido
impensable. Esta vía de ascenso social se había potenciado después de la
Revolución Francesa y durante las guerras napoleónicas, pero se redujo
sensiblemente durante el período de paz.
• El arte era el cuarto camino de reconocimiento social. Escritores, pintores,
actores, músicos y cantantes gozaban -en un mundo de valores burguesesdel prestigio que otorgaba el solo hecho de poseer talento, un atributo que
en las sociedades nobiliarias y aristocráticas era escasamente tenido en
cuenta.
Las revoluciones burguesas
Todas
esas
estructuras
económicas y sociales anticuadas encontraban su mar
expresión en el sistema político
de las monarquías absolutistas.
La burguesía utilizaba, en su
beneficio el descontento de gran
parte del estado llano, el estamento no privilegiado, que
incluía desde los más pobres
jornaleros hasta los banqueros o
comerciantes más ricos. La serie
de revoluciones iniciada en
Inglaterra (1642-48 y 1688) Norteamérica (1773-83) y Francia (1789), y
extendida durante el siglo XIX al re Europa, significó la abolición del Antiguo
27
Régimen y la instauración del estado General burgués, la sociedad de clases
y el capitalismo industrial.
Esta transformación social, económica y política sirvió especialmente a los
intereses de la gran burguesía capitalista, convertida en clase dominante.
En efecto, la revolución Industrial iniciada en la segunda mitad del siglo
XVIII en Inglaterra había lugar al desarrollo de un nuevo sector económico.
Los capitales acumulados por ~ comercio fueron invertidos en las nuevas
fábricas, donde se empleaba a la mano de] que una transformación agraria
orientada al mercado había dejado sin tierras y si bajo. La nueva economía
industrial, cuyos medios de producción están en manos de la burguesía
capitalista, se transforma en el motor del desarrollo de los estados
occidentales.
El poder económico se convierte en la pauta que marca las divisiones y
jerarquías de la nueva sociedad de clases. Se produce entonces la clara
separación la burguesía y las clases trabajadoras, que no tienen acceso a
los bienes de producción ni al reparto de la riqueza generada por su trabajo.
La recompensa que obtiene el proletariado por haber apoyado las
revoluciones burguesas es el pago de un salario por su trabajo, privado de
voz en los mecanismos económicos y políticos.
El fin de la burguesía revolucionaria
A partir de ese momento, la antigua burguesía revolucionaria se convierte
en una clase conservadora. Se priman los valores del orden (además de los
de la familia, el trabajo y el ahorro), se defiende a ultranza la propiedad
privada, y se intenta restringir acceso de las clases populares al poder
político (sufragio censatario). De vez en cuando, la presión popular en los
movimientos revolucionarios (Babeuf en 1797, las revoluciones de 1848, la
Comuna de París de 1871), y corrientes como el socialismo intentan
despertar la conciencia de clase del proletariado y organizarlo para luchar
por mejorar su posición.
Ante esto, la burguesía responde con concesiones que intentan integrar a
las clases populares en el sistema, instaurando el sufragio universal,
extendiendo su ideología mediante la educación nacional, y creando el mito
según el cual, en una sociedad de clases «abierta», cualquier individuo es
capaz, por mérito esfuerzo, de mejorar su condición. En el siglo XX, la
evolución económica y social de los países más desarrollados ha dominado
la aparición de una amplia clase media o pequeña burguesía, que no está
definida tanto por la propiedad de los medios de producción como por su
formación cultural y técnica, que le permite desempeñar los puestos
intermedios de la administración pública y empresarial. Por otro lado, se ha
producido también una elevación del nivel de vida y formación de las clases
trabajadoras, cuyos miembros más cualificados se confunden con los
28
estratos inferiores de la clase media («aburguesamiento» de la clase
obrera).
Al mismo tiempo, la difusión de unos hábitos culturales y de consumo
homogéneos por parte de los medios de comunicación ha propiciado
aparición de una «sociedad de masas» o de consumidores, que pretende
desdibujar las fronteras entre clases.
C. - EL PROLETARIADO
El término proletariado proviene de la antigua Roma y designaba a los
ciudadanos pobres que únicamente con su prole podían servir al
Estado. Más tarde aludió a
quienes carecían de bienes y eran
contabilizados en las listas vecinales únicamente por su persona y
prole.
El término proletario se identificó, tras la Revolución Industrial, con la nueva
clase trabajadora vinculada a las nuevas formas de producción. También
se la suele denominar clase obrera. Al carecer de propiedades, se veían
obligados a vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario.
Quedaron integrados en el proletariado, aparte de los nuevos trabajadores
de la fábricas, los campesinos que se vieron obligados a emigrar a la
ciudad en busca de 3 trabajo por la disminución de puestos de trabajo,
como los artesanos arruinados, etc.
Los miembros del proletariado en el siglo XIX poseían características
comunes.
Estaban concentrados en las ciudades, donde se ubicaban las industrias,
diferenciándose claramente de los trabajadores agrarios por su forma de
vida e intereses. Padecían duras condiciones de trabajo (larga jornada
laboral, falta de higiene) e inseguridad (paro, inexistencia de seguro
médico, de desempleo o jubilación). La concienciación de su precaria
situación los condujo a la protesta y la reivindicación organizadas, pero
también a la alienación y la desesperanza: algunos se sumieron en el
alcoholismo, el juego o la delincuencia.
Pero también, al igual que en el resto de las clases sociales, existían
diferencias entre sus integrantes y que venían dadas por los niveles de
cualificación frente al trabajo. Los obreros de las fábricas, los más
numerosos, contaban, en general, con una escasa cualificación que los
hacía fácilmente intercambiables en las diversas tareas de producción y
hacía su situación más precaria.
Los trabajadores con un mayor grado de especialización y formación, ya
fuera por la transformación de los antiguos oficios artesanales o por las
propias necesidades de las nuevas empresas, contaban con una mejor
29
situación y de sus filas surgieron las primeras protestas y reivindicaciones
obreras.
Otros trabajaban en el sector servicios (doméstico, vendedores ambulantes,
etc.).
Abundaban los niños y la mujeres, peor considerados y remunerados que
los adultos varones.
D. - EL CAMPESINADO
Durante el siglo XIX las estructuras agrarias se mantuvieron con fuerza a
pesar del
proceso de urbanización. Los campesinos siguieron
constituyendo la mayor parte de la población. Continuaron inmersos
en la tradición, el inmovilismo, las creencias religiosas y el rechazo
a las nuevas ideas políticas, ya fuese el liberalismo o el socialismo.
También se resistieron a las nuevas prácticas económicas. Eso sin
embargo, no impidió su asimilación a las nuevas formas capitalistas de
producción y su conversión en obreros asalariados rurales. Desaparecieron
los vínculos legales que los había atado a sus señores, la servidumbre, algo
que aconteció en algunos países muy tardíamente (1861 en Rusia).
Sus condiciones de vida no mejoraron y generaron un constante flujo
migratorio a las ciudades industriales, donde fueron transformados en
mano de obra sin cualificar, mal remunerados y víctimas del hacinamiento
urbanístico. En algunos
casos esa emigración se hizo hacia países
extranjeros y constituyó un acontecimiento masivo, como el protagonizado
por los irlandeses hacia Inglaterra y Estados Unidos (que se prolongó hasta
bien entrado el siglo XX) o los polacos que viajaron a Alemania. En el seno
de este grupo podemos detectar dos realidades distintas:
1ª Los campesinos propietarios de tierras, relativamente numerosos en
occidente, que se beneficiaron de las reformas liberales y se convirtieron
en propietarios agrarios (Ej., en Francia a raíz de la Revolución).
2ª Los jornaleros no propietarios, cuyo número fue especialmente
elevado en zonas del Mediterráneo (Italia, España) y el oriente europeo
(Rusia, Polonia). Muchos
hubieron de emigrar y, con frecuencia, se
adhirieron a doctrinas revolucionarias vinculadas al anarquismo.
30
7
LAS CLASES SOCIALES EN LA ESPAÑA DEL
SIGLO XXI
La Clasificación Socioeconómica Europea
(ESeC)
Publicado por Javier Segura del Pozo el 12 febrero, 2012
Médico salubrista
Vamos a analizar los cambios que se han producido en la clases sociales
españolas en la última década (1999-2010), aprovechándonos de algunos
estudios muy recientes de sociólogos españoles, como el profesor Miguel
Requena. Y reflexionaremos cómo estos cambios pueden afectar a los
estudios de epidemiología social. Para ello, se volverá a utilizar la
aproximación a las clases sociales construida a partir de agrupaciones de
ocupaciones (es decir, clases ocupacionales). En este caso, se usará una
interesante adaptación a la tradicional clasificación de John Goldthorpe: La
Clasificación Socioeconómica Europea (ESeC, por sus siglas en inglés).
Mediante ella, discriminaremos las nuevas y las viejas clases medias, el
nuevo y el viejo proletariado.
Figura 1: Las 10 “clases sociales”, según la Clasificación Socioeconómica
Europea (ESeC, por sus siglas en inglés). Fuente: Miguel Requena “Estratificación
y clases sociales”. Capitulo V. “Informe España 2011” Fundación Encuentro.
Accesible en:
http://www.fund-encuentro.org/informe_espana/descargar.php?id=2011-C5
31
Clase ocupacional
Para “atrapar” las clases sociales se usan diferentes aproximaciones: La
clase social , la Ocupación , la Educación , los Ingresos ,la Privación social
en areas geográficas .
En España la más usada en los estudios de salud es la clasificación
propuesta en el año 2000 por un grupo de trabajo de la Sociedad Española
de Epidemiología (SEE) y de la Sociedad Española de Medicina Familiar y
Comunitaria (SEMFyC)[1], a partir de una adaptación de la Clasificación
Nacional de Ocupaciones, que se basaba a su vez en la de John
Goldthorpe[2]
Hace poco tuve la suerte de escuchar una conferencia de Miguel Requena
y Diez de Revenga, catedrático de Sociología de la UNED, dentro del
interesante ciclo de conferencias “Demography today” que organiza
periodicamente en Madrid el Dr. Diego Ramiro Fariñas, del Instituto de
Economía, Geografía y Demografía del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (por cierto, todos los videos de las sesiones de este ciclo están
disponibles a través dewww.demografia.tv). En ella, Miguel expuso parte de
su valioso trabajo, recientemente publicado en el “Informe España 2011″ de
la Fundación Encuentro. El capitulo V de este informe, que mencionaremos
repetidas veces en los próximos artículos, titulado “Estratificación y clases
sociales”[3] me acercó a un interesantes esfuerzo por retratar los cambios
que las clases sociales habían sufrido en España en la ultima década (19992010). Para ello, utilizó los datos de la Encuesta de Población activa del INE
y la ESeC.
En el mundo sociológico dominante de Europa se ha seguido con esta
tradición weberiana (Max Weber), desarrollada por el británico John
Goldthorpe, de retratar las clases sociales a partir de la posición de las
personas en el mercado de trabajo, determinada por su ocupación y su
nivel de educación. Es decir, se construyen las clases como una agrupación
de ocupaciones, que por sus características (estatus de empleo, tipo de
contrato, etc.) mantienen una posición similar en el mercado de trabajo.
Cada una de estas agrupaciones tiene diferentes relaciones con los
empleadores, diferentes niveles de salario, de autonomía y supervisión, de
condiciones de trabajo, de estabilidad laboral, y diferentes oportunidades de
promoción. Estas diferencias determinarían las desigualdades sociales,
incluidas las de salud.
Las 10 clases sociales de la ESeC
La ESeC[4] tiene diez categorías o clases (ver figura 1). Aunque la
ordenación del 1 al 10, y la descripción de las características de las mismas,
pudiera sugerir un orden jerárquico (de clase más alta a clase más baja),
esta relación ordinal no es tan clara, habiendo algunas agrupaciones de
ocupaciones que tienen, por término medio, una situación social y
económica similar, o inluso superior, a otras situadas por encima de ellas.
32
Goldthorpe, al parecer, insistía en este caracter más descriptivo que
jerárquico de su clasificación.
Reproduciremos a continuación algunas partes del texto citado de Miguel
Requena[5]:

La clase 1 incluye a los grandes empleadores, los altos
directivos de las empresas y la Administración Pública y los
profesionales de nivel alto. Los grandes empresarios (empresas de
más de diez trabajadores) y los altos directivos representan una parte
relativamente pequeña de esta clase, que está numéricamente
dominada por los profesionales de nivel alto. Incluye ocupaciones
como las de abogado, médico o ingeniero. (…)

La clase 2 agrupa a los directivos y profesionales de nivel
bajo, aunque también a los técnicos superiores. Incluye ocupaciones
como las de maestro, trabajador social o personal de enfermería.
También a los directivos y gerentes de nivel bajo (por ejemplo, los
directores de departamento en las empresas) y a los llamados
técnicos y profesionales de apoyo. (…)

En la clase 3 se integran los empleados de cuello blanco de
nivel alto. Las ocupaciones que componen esta clase, entre las que
destacan sobre todo los empleados administrativos, (…) El grado de
especificidad de sus cualificaciones es bajo, aunque esto no implica
que los empleadores no tengan problemas de supervisión de sus
empleados en estas categorías. En todo caso, tanto las retribuciones
como las perspectivas de promoción de estas ocupaciones son
claramente inferiores a las de los profesionales.

Con las clases 4 y 5 (formadas por los pequeños empleadores
y por los trabajadores autónomos no profesionales) se entra en
el mundo de la pequeña burguesía tradicional. Sus relaciones de
empleo son peculiares. Los pequeños empleadores (menos de diez
trabajadores) compran trabajo a sus empleados, sobre los que
ejercen autoridad y control. Los trabajadores autónomos trabajan por
cuenta propia, es decir, no compran ni venden trabajo. Aunque a
menudo se funden en una sola categoría, la clase 4 incluye a los
pequeños empresarios y autónomos en ocupaciones no profesionales
no agrícolas. Si ejercen sus ocupaciones en la agricultura y la pesca
forman la clase 5.

En la clase 6 se ubican los supervisores y técnicos de rango
inferior. Esta clase incluye ocupaciones que implican trabajo manual
cualificado con ejercicio de la función de supervisión sobre otros
trabajadores, como los encargados, jefes o capataces. Puesto que de
33
alguna manera las relaciones de empleo en estas ocupaciones tienen
elementos mixtos (servicio y contrato) y dado que se trata de una
clase muy poco numerosa, se la suele unir a la clase 3 para formar la
llamada clase de las ocupaciones intermedias.

La clase 7 incluye a los trabajadores del comercio y los
servicios de rango inferior. Sus miembros realizan trabajo no manual
y sus relaciones de empleo se regulan mediante contratos de trabajo.
Constituyen el mundo de los empleados de cuello blanco de nivel
bajo. Además de los dependientes de comercio, agrupa a los
trabajadores en los servicios personales. Se trata de una clase con
una composición fundamentalmente femenina.
Las “nuevas clases trabajadoras”: los trabajadores del comercio y
de servicios de rango inferior. A la derecha, dependienta en comercio
(http://www.trabajoensi.com/2011/10/trabajo-de-dependiente-envalencia.html); a la izquierda, ejemplo de un nuevo tipo de trabajo,
alienante, precario y de bajo salario, en el sector servicios: operarias en un
“Call Center”.
Fuente:http://www.businessturkeytoday.com/700-news-jobs-at-new-callcenters-in-eastern-turkey/

Pertenecen
a la
clase
8
los trabajadores
manuales
cualificados. Aunque sus relaciones de empleo se rigen por contratos
laborales típicos, en las ocupaciones que se sitúan en esta clase, la
especificidad de las cualificaciones requeridas es relativamente alta y
los empleadores tienen ciertos problemas de supervisión de la calidad
del trabajo. Compuesta fundamentalmente de hombres, incluye a los
trabajadores cualificados de las industrias manufactureras, la
construcción y la minería. Son ocupaciones muy representativas de
esta clase los electricistas, moldeadores, soldadores y mecánicos.
34

La clase 9 está integrada por los trabajadores no cualificados.
Pertenecen a esta clase quienes desempeñan las denominadas
ocupaciones elementales, a veces también llamadas de rutina. Se
trata de trabajos que exigen poca cualificación para su desempeño –lo
que hace que estos trabajadores sean fácilmente sustituibles– y en los
que los empleadores no tienen especiales problemas para ejercer la
función supervisora, por lo que el contrato de trabajo prevalece como
relación de empleo dominante. Los peones en la industria, la
agricultura y la construcción forman parte de esta clase, al igual que
los trabajadores no cualificados de los servicios, como limpiadores,
ordenanzas y empleados domésticos.

Por último, la clasificación contempla la posibilidad de distinguir
una clase 10 formada por los involuntariamente excluidos del
mercado de trabajo, básicamente buscadores de empleo sin previa
experiencia laboral y parados de larga duración.
Las viejas y las nuevas clases medias
Siguiendo citando el mismo texto de Miguel Requena:
(…) Las clases medias las integran, por un lado, los profesionales de todos
los niveles (clases 1 y 2), las ocupaciones intermedias o trabajadores de
cuello blanco de nivel alto (clases 3 y 6) y, por otro, los pequeños
empleadores y autónomos tanto agrarios como no agrarios (clases 4 y 5).
Claramente, las tres primeras clases (clases 1, 2, 3 y 6) constituirían
las nuevas clases medias, cuya posición en el sistema de estratificación
se basa en el trabajo técnico cualificado y en una relación laboral de servicio
a los empleadores, frente a la relación puramente contractual de
intercambio de trabajo por salario propia de las clases trabajadoras. Las dos
últimas (clases 4 y 5) se corresponden con la idea convencional de
las viejas clases medias (la pequeña burguesía tradicional) y basan su
posición en la propiedad de los recursos productivos que utilizan.
El viejo y el nuevo proletariado
Asimismo, las clases 8 y 9 representarían las viejas clases trabajadoras.
Sin embargo, como veremos, el incremento del sector servicio paralelo a la
perdida de importancia de la industria, ha traído consigo una disminución
importante de los trabajadores manuales cualificados (clase 8), la clásica
base proletaria de los sindicatos y partidos de izquierda, y un aumento de
un nuevo proletariado de los servicios: la clase 7 trabajadores del comercio
y los servicios de rango inferior, con unas condiciones de empleo y
explotación que, en muchos casos, son comunes a los de la clase 9.
Este precariado, junto con los excluidos del mercado de trabajo (clase 10),
constituirían en nuevo proletariado.
35
Cómo se distribuye la población ocupada en España
por clases sociales
Según el análisis de Miguel Requena contenido en el “Informe España
2011”de la Fundación Encuentro[1], basado en la Encuesta de Población
Activa (EPA) del 2º trimestre de 2010 y en la Clasificación Socioeconómica
Europea (ver: Las clases sociales en la España del siglo XXI (I): La
Clasificación Socioeconómica Europea (ESeC)), los 18.476.860 personas
que constituían en ese momento la población ocupada de España, se
distribuían de esta forma por clase social:
Distribución de la población ocupada de España por clases sociales
2010 (Clasificación Socioeconómica Europea). Porcentaje del total de
población ocupada 2010. Fuente: Elaborado a partir de datos de Tabla 3 de
Miguel Requena “Estratificación y clases sociales”. Capitulo V. “Informe
España 2011” Fundación Encuentro. Pag 322. EPA segundo trimestre 2010.
Nueva clase media
I
Directivos y profesionales de nivel alto
II
Directivos y profesionales de nivel bajo
VI
III
IV
Pequeños empleadores y trabajadores autónomos no Vieja clase media
(pequeña burguesía)
agrícolas
V
Trabajadores autónomos agrícolas
VII
Trabajadores de los servicios y comercio de rango inferior
X
Excluidos mercado trabajo y parados larga duración
VIII Trabajadores manuales cualificados
IX
Nuevo proletariado
Vieja clase obrera
Trabajadores no cualificados
Las 10 clases sociales basadas en la Clasificación Socioeconómica Europea y
el agrupamiento que se hace en 4 categorías (“nueva/vieja clase
media”
y
“nueva/vieja
clase
obrera”),
enMiguel
Requena
36
“Estratificación y clases sociales”. Capitulo V. “Informe España 2011”
Fundación Encuentro
1.
1.
2.
2.
1.
2.
3.
Según el análisis que hace Miguel Requena, las clases medias ya habían
superado porcentualmente a las clases trabajadoras en 2010:
Hay un peso importante de las clases medias.
Las llamadas “nuevas clases medias” (profesionales y
técnicos de las clases I, II, III y VI) representan el 38,6% de la población
ocupada (en el siguiente articulo explicaremos que se considera la Clase I
como parte de la “(nueva) clase media” y no como “clase alta” por el
absoluto predominio de profesionales frente a altos directivos en esta
categoría y la dificultad de captar a los “ricos” en las muestras de las
encuestas).
Si se les suman las “viejas clases medias” (pequeña
burguesía=autónomos y pequeños empleadores, agrupados en las clases IV
y V), las clases medias suman un poco más de la mitad de la población
(50,8%).
En relación a la clase trabajadora.
Hay una considerable y creciente presencia de trabajadores de
cuello blanco de nivel bajo (trabajadores de los servicios y de comercio de
rango inferior, con salarios bajos y condiciones precarias de empleo), a los
que llama “nuevo proletariado” y representa el 14,7%.
La vieja clase obrera está compuesta mayoritariamente (más
de 2/3) por trabajadores no cualificados (24,4% del total), representado
los trabajadores cualificados solo el 10,1% del total (menos de 1/3)
La vieja y nueva clase obrera suman la otra mitad de la
población ocupada, ligeramente por debajo de las clases medias (49,2%).
La clase social X (excluidos del mercado de trabajo) es la
mayoritaria en 2012
Este análisis (51% clases medias; 49% clases trabajadoras) de 2010 solo
era valido si se consideraba a la población ocupada y no se incluía a la clase
X: a los involuntariamente excluidos del mercado laboral, que formarían
parte del nuevo proletariado junto con el “precariado” de la clase VII. En el
segundo trimestre de 2010 había prácticamente 3 millones de parados en
busca del primer empleo o con más de seis meses en situación de
desempleo. Un año después llegaba a los 3,3 millones.
En dos años (julio 2012), con una fortísima destrucción de empleo que tiene
visos de seguir incrementándose, se ha añadido otro millón de personas a
esta clase X. Habrá que ver a costa de qué clases sociales, aunque varios
datos apuntan a que con la crisis el peso de las clases medias ha disminuido
apreciablemente, además de un trasvase de efectivos desde las clases
trabajadoras ocupadas a la clase X que, desgraciadamente, se convertiría
en la clase social mas numerosa de España, superando a la de los
trabajadores no cualificados.
37
Camiseta con el eslogan de los Jóvenes del movimiento 15-M, que
forman parte de esa clase social X de excluidos involuntariamente del
mercado laboral: “Sin futuro, sin casa, sin curro, sin pensión, sin
miedo”. Fuente: desconocida
Diferencias por sexo en la distribución de las clases sociales
Como se puede apreciar en la tabla siguiente, la distribución por sexo nos
aporta la siguiente información:

Como dice Requena, mientras que entre los directivos y
profesionales de alto nivel (clase I) son más los hombres que las
mujeres (1,7 a1), las mujeres superan a los hombres entre
los trabajadores de cuello blanco de nivel alto (1,5 a 1), la clase
III, compuesta por técnicas y profesionales de apoyo y por algunas
de las empleadas de tipo administrativo.

Otra de las clases sociales con mayoría femenina (1,7 a1) y que
proporcionalmente es la de mayor peso (21,2%) en la ocupación
femenina, después de la de las trabajadoras no cualificadas (25,4%),
es la clase VII de las trabajadoras de los servicios y comercio
de rango inferior, con condiciones de empleo más precarias que la
de las trabajadoras no cualificadas (clase IX). Incluye a las
dependientes de los comercios y a las trabajadoras de servicios
personales. Presumiblemente, es la que ha sufrido una mayor
destrucción durante esta crisis (financiera y, por lo tanto, de consumo
comercial) y responsable del tremendo aumento del desempleo
femenino en el último año.

La clase VIII de trabajadores cualificados, tradicional base de los
sindicatos de clase y partidos de izquierda, con importante presencia
en el sector industrial (y, como veremos, en proceso de retroceso), es
abrumadoramente masculina (12,9 hombres por cada mujer).
38
I
Directivos y profesionales de nivel alto
II
Directivos y profesionales de nivel bajo
III Empleados de cuello blanco de nivel alto
IV Supervisores y técnicos de rango inferior
V
Pequeños empleadores y trabajadores autónomos no agrícolas
VI Trabajadores autónomos agrícolas
VII Trabajadores de los servicios y comercio de rango inferior
VIII Trabajadores manuales cualificados
IX Trabajadores no cualificados
Distribución de la población ocupada de España por clases sociales y
según sexo, 2010(Clasificación Socioeconómica Europea). Porcentaje del
total de población ocupada 2010. Fuente: Elaborado a partir de datos de
Tabla 3 de Miguel Requena “Estratificación y clases sociales”. Capitulo V.
“Informe España 2011” Fundación Encuentro. Pag 322. EPA segundo
trimestre 2010.
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