Magistrado Ponente HADEL MOSTAFÁ PAOLINI Exp. No. 2001-0215 El 14 de febrero de 2001, el abogado Alejandro Ramírez Van Der Velde, inscrito en el Inpreabogado bajo el Nº 48.453, actuando en su carácter de apoderado judicial de la contribuyente CARTERA DE INVERSIONES VENEZOLANAS, C.A., sociedad mercantil inscrita en fecha 8 de octubre de 1990, por ante el Registro Mercantil de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, bajo el Nº 25, Tomo 13A, apeló de la sentencia Nº 759, dictada en fecha 24 de octubre de 2000, por el Tribunal Superior Cuarto de lo Contencioso Tributario, con la cual se declaró PARCIALMENTE CON LUGAR el recurso contencioso tributario interpuesto en fecha 5 de noviembre de 1995, por la mencionada contribuyente, contra el acto administrativo contenido en la Resolución Nº 516-96, de fecha 27 de septiembre de 1996, emanada de la Dirección de Recaudación de Rentas Municipales de la Alcaldía del Municipio Chacao del Estado Miranda, mediante la cual se le impuso una sanción de multa por la suma de veintiún millones quinientos setenta y tres mil seiscientos trece bolívares con diecisiete céntimos (Bs. 21.573.613,17). El 20 de marzo de 2001 se dio cuenta en Sala y, fue designado ponente al Magistrado HADEL MOSTAFÁ PAOLINI, fijándose el décimo día de despacho para comenzar la relación. La representación judicial de la contribuyente formalizó, el 18 de abril de 2001, la apelación intentada. En esa misma fecha, comenzó la relación en el presente juicio. El 3 de mayo de 2001, los apoderados judiciales del Municipio Chacao del Estado Miranda dieron contestación a la formalización de la apelación presentada por la contribuyente. El 15 de mayo de 2001, la representación judicial del Municipio Chacao del Estado Miranda, consignó en autos el escrito de promoción de pruebas. Dichas pruebas fueron admitidas por auto del Juzgado de Sustanciación el 6 de junio del mismo año. Concluida la sustanciación del expediente, el 26 de junio de 2001 el Juzgado de Sustanciación acordó el pase a Sala de las presentes actuaciones. El 28 de junio de 2001, se fijó el décimo día de despacho para la realización del acto de informes en el presente juicio, de conformidad con lo establecido en el artículo 166 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia. El 26 de julio de 2001, oportunidad fijada para que tuviera lugar el acto de informes, compareció el abogado Alejandro Ramírez Van Der Velde, actuando en su carácter de representante judicial de la contribuyente y consignó su respectivo escrito. La Sala, previa su lectura por Secretaría, ordenó agregarlo a los autos. Se dijo “Vistos”. El 26 de julio de 2001, la representación judicial del Municipio Chacao del Estado Miranda consignó escrito contentivo de sus conclusiones. Realizado el estudio del expediente, pasa esta Sala a decidir, previa las siguientes consideraciones: -ILA SENTENCIA APELADA El tribunal a quo fundamentó su decisión, con base en las consideraciones que de seguidas se transcriben: “...el Tribunal advierte que no fue concedido a la empresa plazo para formular descargos y que ésta aceptó la procedencia del reparo, y que si bien ello no influye en la determinación del tributo, al no haber allanamiento en cuanto a la sanción debió abrirse el lapso legal en referencia, por cuanto podía proceder alguna circunstancia eximente de responsabilidad penal que significara la no imposición de la sanción, y en general la empresa podía exponer defensas a su favor, abstracción hecha que las mismas fueran procedentes. Sin embargo, de la revisión a los documentos que integran el expediente, en especial de los que forman el expediente administrativo de la empresa, se concluye que tal omisión no vicia de nulidad absoluta el acto emitido, por cuanto la motivación del mismo, la naturaleza del reparo y los argumentos expuestos en el recurso, no limitaron el derecho de defensa a la contribuyente, y así se declara. (...omissis...) Este Organo Jurisdiccional interpreta que al estar facultados los Municipios para crear el impuesto sobre, patente de industria y comercio, por vía de consecuencia, lo están para imponer, sanciones a los sujetos que incurren en conductas contrarias al ordenamiento jurídico local en materia tributaria, no sólo en virtud de la aplicación supletoria del Código Orgánico Tributario sino porque admitir lo contrario vulneraría la autonomía de los Municipios consagrada en la Constitución de la República.... (...omissis...) Sin embargo se observa que la Ordenanza Nº 039-93 de Reforma Parcial de la Ordenanza sobre Patente de Industria y Comercio del Municipio Chacao del Estado Miranda de fecha 26 de septiembre de 1995, fue modificada el 28 de abril de 1998, publicada en Gaceta Oficial Nro. 2109 Extraordinario de fecha 26 de junio de 1998. (...omissis...) Esta última Reforma Parcial a la Ordenanza establece una sanción aplicable para el hecho típico constituido por la realización de actividades comerciales o industriales en el Municipio Chacao sin la obtención de la Patente correspondiente, es sustancialmente más benigna que la prevista en la Ordenanza aplicada a la empresa recurrente que como consta en autos inició y ejerció sus actividades de inversión y asesoramiento sobre inversiones en el Municipio Chacao sin la obtención de la Patente correspondiente. Mediante dicha Ordenanza se modificó la concepción jurídica que tenía el Municipio Chacao acerca de la punibilidad y modificando favorablemente las consecuencias de la imputación. Vista tal situación, debido a que la retroactividad de las normas penales cuando imponen menor pena tiene rango constitucional (artículo 44 de la Constitución de la República de Venezuela y 24 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela) y el mismo está desarrollado en el artículo 9, segundo aparte, del Código Orgánico Tributario, y en nuestro derecho ha sido recibido el aforismo iura novit curia, según el cual el derecho no necesita prueba, se estima procedente la sanción a la empresa recurrente que incumplió lo dispuesto en el artículo 55, literal a) de la Ordenanza sobre Patente de Industria y Comercio, no con la sanción prevista en el Código Orgánico Tributario como interpreta la recurrente sino con la multa prevista en la Ordenanza sobre Patente de Industria y Comercio, la cual oscila entre doscientas unidades tributarias (200 UT) y quinientas unidades tributarias (500 UT), lo que, en aplicación del principio previsto en el artículo 37 del Código Penal supone una multa de trescientas cincuenta unidades tributarias (350 UT), que es la media entre los dos límites fijados por la referida disposición; debiendo imponerse la multa conforme al valor de la unidad tributaria vigente para el momento en que se cometió la infracción” -IIARGUMENTOS DE LA REPRESENTACIÓN DE LA CONTRIBUYENTE En su escrito de formalización a la apelación, la representación de la contribuyente fundamentó su rechazo a la sentencia supra citada, señalando los vicios presentes en la recurrida, que se indican a continuación: En primer lugar, expuso que el a quo habría incurrido en el vicio de incongruencia negativa u omisión de pronunciamiento al obviar en forma absoluta los argumentos que adujera respecto a “la emisión del acto administrativo impugnado en ausencia del procedimiento establecido para ello por el Código Orgánico Tributario, aplica (sic) supletoriamente en materia municipal de conformidad con el artículo 1º eiusdem”. Agregó al respecto, que “el a quo se abstuvo de considerar que la actuación de la Dirección de Recaudación de Rentas Municipales de la Alcaldía del Municipio Chacao del Estado Miranda, contenida y traducida en la emisión del acto sancionatorio impugnado mediante la interposición del Recurso Contencioso Tributario que fuera interpuesto por nuestra representada, se encuentra viciada de nulidad por cuanto se omitieron formalidades fundamentales en el procedimiento establecido legalmente para su formación...”. En segundo término, señaló que la recurrida habría incurrido en errónea interpretación de los artículos 136, numeral 24, 29 y 31 de la Constitución de 1961 y falta de aplicación de los artículos 335 de la Constitución de 1999 y 20 del Código de Procedimiento Civil, al concluir que los Municipios poseen competencia para crear sanciones en materia tributaria. En tal sentido argumentó que “la creación de normas de naturaleza sancionatoria en materia tributaria es una potestad reservada por el Constituyente de 1961 al Poder Nacional, con lo cual el artículo 55 de la Ordenanza sobre Patente de Industria y Comercio del Municipio Chacao, cuya aplicación el Tribunal consideró ajustada a Derecho, es una norma que se traduce en una grave invasión competencial de orden constitucional”. -IIIARGUMENTOS DE LA REPRESENTACIÓN MUNICIPAL Los representantes judiciales del Municipio Chacao del Estado Miranda, fundamentaron su contestación al escrito de formalización de la apelación con base en las siguientes consideraciones: En cuanto al alegato de incongruencia señalaron que “la sentencia sí alude directa y concretamente a las fases del procedimiento administrativo cumplido con ocasión del acto administrativo de reparo y de la sanción, impuestos por la Administración Tributaria Municipal, y de su adecuación a los derechos que fueron denunciados por el actor”. En relación a la errónea interpretación de los artículos 136, numeral 24, 29 y 31 de la Constitución de 1961, señaló que “..los Municipios tienen Potestad Tributaria Originaria, ya que es la propia Constitución Nacional la que establece cuales son los Tributos Nacionales y cuales son los Tributos Municipales...”, agregando luego que “...las Ordenanzas Municipales, en nuestro país, tienen carácter de leyes locales, pudiendo imponer y establecer, a través de ellas, tanto impuestos como sanciones, basándose en el ordenamiento jurídico municipal...” IV MOTIVACIONES PARA DECIDIR Corresponde a esta Sala pronunciarse acerca de la apelación interpuesta por la representación judicial de la contribuyente CARTERA DE INVERSIONES VENEZOLANAS, C.A., contra la sentencia dictada por el Tribunal Superior Cuarto de lo Contencioso Tributario, por medio de la cual se declaró parcialmente con lugar el recurso contencioso tributario interpuesto por la mencionada sociedad mercantil, contra el acto administrativo contenido en la Resolución Nº 516-96, de fecha 27 de septiembre de 1996, emanada de la Dirección de Recaudación de Rentas Municipales de la Alcaldía del Municipio Chacao del Estado Miranda, con la cual se le impuso una sanción de multa por la suma de veintiún millones quinientos setenta y tres mil seiscientos trece bolívares con diecisiete céntimos (Bs. 21.573.613,17). En tal sentido, la controversia planteada en el caso de autos se circunscribe a determinar si la decisión del a quo, adolece de los vicios denunciados por la apelante, esto es, por encontrarse viciada de incongruencia negativa y haber incurrido la demandada en errónea interpretación de normas constitucionales. Así pues, esta Sala observa respecto del primero de los alegatos antes referidos, lo siguiente: Señala la apelante en su escrito de formalización que el a quo habría incurrido en el vicio denominado incongruencia negativa u omisión de pronunciamiento, al haber silenciado toda consideración, en torno al alegato que ante esa instancia formulara, respecto del vicio de ausencia de procedimiento que le imputó a las actuaciones administrativas en el recurso contencioso administrativo que dio inicio a este juicio. Asimismo, expuso que el tribunal de la causa al emitir la decisión sub júdice soslayó cumplir con el mandato contenido en el artículo 243, ordinal 5º del Código de Procedimiento Civil, lo cual acarrearía la nulidad de la sentencia de conformidad con lo previsto en el artículo 244 eiusdem. En ese sentido, sostuvo la recurrente que “...el a quo se abstuvo de considerar que la actuación de la Dirección de Recaudación de Rentas Municipales de la Alcaldía del Municipio Chacao del Estado Miranda, contenida y traducida en la emisión del acto sancionatorio impugnado mediante la interposición del Recurso Contencioso Tributario que fuera interpuesto por nuestra representada, se encuentra viciada de nulidad por cuanto se omitieron formalidades fundamentales en el procedimiento establecido legalmente para su formación....” Atinente al vicio denunciado de incongruencia negativa u omisión de pronunciamiento, esta Sala en reiteradas ocasiones ha sostenido lo que se transcribe de seguidas: “De acuerdo a las exigencias impuestas por la legislación procesal, toda sentencia debe contener decisión expresa, positiva y precisa con arreglo a la pretensión deducida y a las excepciones o defensas opuestas, sin que en ningún caso pueda absolverse la instancia (ordinal 5° del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil). Para cumplir con este requisito de forma, exigido para los fallos judiciales, la decisión que se dicte en el curso del proceso no debe contener expresiones o declaratorias implícitas o sobreentendidas; por el contrario, el contenido de la sentencia debe ser expresado en forma comprensible, cierta, verdadera y efectiva, que no dé lugar a dudas, incertidumbres, insuficiencias, contradicciones o ambigüedades; debiendo para ello ser exhaustiva, es decir, pronunciarse sobre todos los pedimentos formulados en el debate, y de esa manera dirimir el conflicto de intereses que constituye el objeto del proceso. Estas exigencias de carácter legal, como requisitos fundamentales e impretermitibles que deben contener las sentencias, han sido categorizados por la jurisprudencia como: el deber de pronunciamiento, la congruencia y la prohibición de absolver la instancia. En cuanto a la congruencia, dispone el segundo precepto del ordinal 5° del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil que la decisión debe dictarse “con arreglo a la pretensión deducida y a las excepciones o defensas opuestas”. Luego, cuando no existe la debida correspondencia formal entre lo decidido y las pretensiones y defensas de las partes, se produce el vicio de incongruencia, el cual se manifiesta cuando el juez con su decisión modifica la controversia judicial debatida, bien porque no se limitó a resolver sólo lo pretendido por las partes, o bien porque no resolvió sobre algunas de las pretensiones o defensas expresadas por los sujetos en el litigio. Precisamente ante el segundo supuesto citado, se estará en presencia de una incongruencia negativa, visto que el fallo omite el debido pronunciamiento sobre alguna de las pretensiones procesales de las partes en la controversia judicial” (Sentencia Nº 02238 de fecha 16 de octubre de 2001, caso Creaciones Llanero, C.A., exp. Nº 16.545). Ahora bien, en el caso bajo examen advierte esta Sala de la revisión realizada a la sentencia objeto de la presente apelación, que respecto a la denuncia de ausencia de procedimiento formulada por la contribuyente en primera instancia, el juez de la causa sostuvo, lo que se copia seguidamente: “...el Tribunal advierte que no fue concedido a la empresa plazo para formular descargos y que ésta aceptó la procedencia del reparo, y que si bien ello no influye en la determinación del tributo, al no haber allanamiento en cuanto a la sanción debió abrirse el lapso legal en referencia, por cuanto podía proceder alguna circunstancia eximente de responsabilidad penal que significara la no imposición de la sanción, y en general la empresa podía exponer defensas a su favor, abstracción hecha que las mismas fueran procedentes. Sin embargo, de la revisión a los documentos que integran el expediente, en especial de los que forman el expediente administrativo de la empresa, se concluye que tal omisión no vicia de nulidad absoluta el acto emitido, por cuanto la motivación del mismo, la naturaleza del reparo y los argumentos expuestos en el recurso, no limitaron el derecho de defensa a la contribuyente, y así se declara..” Como puede fácilmente apreciarse de la simple lectura del extracto de la sentencia apelada supra transcrito, el a quo hizo referencia al alegato esgrimido por la contribuyente sobre este particular decidiéndolo en forma expresa y dando a la situación planteada por ésta la consecuencia jurídica que estimó apropiada. En tal virtud, no puede la recurrente pretender desconocer la decisión que sobre el punto in commento tomó el a quo, pues si bien es cierto, el alegato propuesto fue desechado, no lo es menos, que sobre el particular el juez de la causa sí emitió, como se observó anteriormente, decisión expresa, positiva y precisa acerca del punto debatido, en los términos exigidos por el artículo 243, ordinal 5º del Código de Procedimiento Civil. Por otra parte, es menester señalar que en el presente caso, tal como lo sentara el a quo en el fallo bajo examen, en el procedimiento de determinación llevado a cabo por la administración tributaria municipal, no se procedió a abrir el sumario administrativo en virtud de haberse allanado la contribuyente a la objeción fiscal que se le formulara, pagando la totalidad de la suma reparada, todo ello de conformidad con lo expresamente previsto en el artículo 146 del Código Orgánico Tributario aplicable. Con fundamento en lo anterior, resulta forzoso para esta Sala declarar improcedente la denuncia del vicio de incongruencia negativa realizada por la apelante. Así se decide. En cuanto al alegato expuesto en la apelación, referente al error en que habría incurrido la recurrida en la interpretación de los artículos 136, numeral 24, 29 y 31 de la Constitución de 1961 y la falta de aplicación de los artículos 335 de la Constitución de 1999 y 20 del Código de Procedimiento Civil, al concluir que los Municipios poseen competencia para crear sanciones en materia tributaria, la Sala observa: Fundamentó la contribuyente la denuncia bajo análisis, argumentando que “...la creación de normas de naturaleza sancionatoria en materia tributaria es una potestad reservada por el Constituyente de 1961 al Poder Nacional, con lo cual el artículo 55 de la Ordenanza sobre Patente de Industria y Comercio del Municipio Chacao, cuya aplicación el Tribunal consideró ajustada a Derecho, es una norma que se traduce en una grave invasión competencial de orden constitucional”. Finalmente, concluyó, en atención a lo antes expuesto, que el a quo debió desaplicar, para el caso concreto, el contenido del artículo 55 de la mencionada ordenanza, en atención al control difuso de la constitucionalidad previsto en los artículos 335 de la Constitución vigente y 20 del Código de Procedimiento Civil. Al respecto, esta Sala observa: Enumeraba el artículo 136, de la Constitución de 1961, aplicable al caso de autos en razón de su vigencia temporal, las materias reservadas al Poder Nacional. Así pues, disponía la citada norma en su numeral 24 lo que se copia seguidamente: “Es de la competencia del Poder Nacional: ...(omissis)... 24.La legislación reglamentaria de las garantías que otorga esta Constitución; la legislación civil, mercantil, penal, penitenciaria y de procedimientos; la de elecciones; la de expropiación por causa de utilidad pública o social; la de crédito público; la de propiedad intelectual, artística e industrial, la legislación agraria; la de inmigración y colonización; la de turismo; la del trabajo, previsión y seguridad social, la de sanidad animal y vegetal; la de notarías y registro público; la de bancos y demás instituciones de crédito; la de loterías; hipódromos y apuestas en general y la relativa a todas las materias de la competencia nacional.”(Destacado de la Sala) De la normativa antes transcrita, forzosamente se desprende, tal como lo señalara la recurrente en su apelación, que por mandato constitucional la producción de normas de derecho penal se encuentra atribuida en forma exclusiva y excluyente a los órganos del Poder Público Nacional y, en tal virtud, se hace necesario analizar el carácter de las sanciones tributarias previstas en la Ordenanza Sobre Patente de Industria y Comercio del Municipio Chacao del Estado Miranda, impuestas a la contribuyente en los actos recurridos, con el fin de dilucidar si éstas suponen invasión a la reserva legislativa nacional, por parte del mencionado municipio. Por otra parte, establecen los artículos 29 y 31, ordinal 4° de la Constitución de 1961, lo que se copia a continuación: “Artículo 29. La autonomía del Municipio comprende: 1.La elección de sus autoridades; 2.La libre gestión en las materias de su competencia; y 3.La creación, recaudación e inversión de sus ingresos. Los actos de los Municipios no podrán ser impugnados sino por ante los órganos jurisdiccionales, de conformidad con esta Constitución y las leyes”. (Subrayado de la Sala) “Artículo 31. Los Municipios tendrán los siguientes ingresos: 1°El producto de sus ejidos y bienes propios; 2°Las tasas por el uso de sus bienes o servicios; 3°Las patentes sobre industria, comercio y vehículos, y los impuestos sobre inmuebles urbanos y espectáculos públicos; 4°Las multas que impongan las autoridades municipales, y las demás que legalmente les sean atribuidas; 5°Las subvenciones estadales o nacionales y los donativos; y 6°Los demás impuestos, tasas y contribuciones especiales que crearen de conformidad con la ley.” (Subrayado de la Sala) Consagran las normas antes transcritas la denominada autonomía municipal, así como las potestades tributarias de las municipalidades para la creación, recaudación e inversión de los tributos que de manera tanto originaria, como derivada les asignó la Constitución de 1961. Así pues, cabe preguntarse sí es posible que los municipios creen sanciones de índole tributario, en ejercicio de las competencias tributarias que le permiten crear y administrar tributos en las materias que le fueron asignadas por vía constitucional. Resulta de lo anteriormente expuesto, la necesidad de establecer la naturaleza jurídica de tales sanciones a los efectos de dilucidar si las mismas constituyen auténticas normas de Derecho Penal estricto sensu, o si por el contrario, éstas corresponden al denominado Derecho Sancionatorio, como rama especial del Derecho Administrativo, dentro del cual se ubica también el Derecho Tributario. En ese sentido, conviene recordar que modernamente ha sido aceptada en forma mayoritaria la tesis que propugna que toda norma de carácter represivo, sea ésta penal, administrativa o de cualquier especie, es en definitiva una manifestación del poder punitivo del Estado o ius puniendi, el cual se fundamenta en la necesidad de establecer un orden jurídico indispensable a los fines de la consecución de sus cometidos más elementales. Así pues, tanto las corrientes doctrinarias y jurisprudenciales que se pronuncian a favor de la autonomía del derecho sancionador administrativo o tributario, como aquellas que consideran que no es sino una parte especial del derecho penal, son contestes al menos en aceptar, que se trata de una forma de manifestación del poder superior del Estado de castigar conductas antijurídicas. Ahora bien, más allá de las discusiones doctrinarias tendentes a ubicar las sanciones tributarias en un campo o en otro, atendiendo únicamente a la naturaleza del órgano del estado que impone la sanción (administrativo o judicial) o con fundamento en la terminología meramente formal que haya utilizado el legislador a la hora de consagrar la conducta antijurídica, al calificarla de delito o infracción, esta Sala estima que el criterio más plausible a los fines de establecer la naturaleza jurídica de las mismas está determinado por el análisis finalístico o teleológico de la norma en cuestión. Así, cuando el fin perseguido por el poder punitivo del Estado sea la defensa de bienes jurídicamente relevantes con el propósito de salvaguardar la paz social y proteger la vida en sociedad, se estará ante el objeto de estudio del Derecho Penal. En cambio, cuando el ius puniendi del Estado se verifique con la finalidad de coadyuvar, reforzar o garantizar la ejecución de la actividad administrativa o la consecución de sus cometidos, se tratará entonces de normas de Derecho Administrativo Sancionatorio. Sobre este particular, es pertinente citar in extenso el criterio sustentado por la Sala Constitucional de este Tribunal Supremo de Justicia en sentencia de fecha 6 de marzo de 2001, caso Cervecería Polar del Centro y otros, expediente N° 00-0833, número 307, en la cual se señaló: “ De lo anterior, estima esta Sala, en sede cautelar, que siendo el derecho sancionador sustantiva y adjetivamente, una parte especial del derecho administrativo, debe presumirse que el órgano competente para establecer el régimen sancionatorio relacionado con una específica actividad estatal (vgr. Patentes de Industria y Comercio), será aquél que ostente la competencia para legislar sobre dicha materia. A tal efecto, se observa que los municipios ostentaban de conformidad con la Constitución de 1961, así como de conformidad con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la competencia para legislar en materia de patentes de industria y comercio. Lo anterior se desprende en el ordenamiento constitucional vigente de las normas que de seguidas se transcriben. Por una parte, se encuentra el artículo 168 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en el cual se establece el alcance de la autonomía municipal en los términos siguientes: “Artículo 168. Los Municipios constituyen la unidad política primaria de la organización nacional, gozan de personalidad jurídica y autonomía dentro de los límites de esta Constitución y de la ley. La autonomía municipal comprende: 1. La elección de sus autoridades. 2. La gestión de las materias de su competencia. 3. La creación, recaudación e inversión de sus ingresos. (…).” (Subrayado de la Sala). Asimismo, en el artículo 179 eiusdem se establece el catálogo de los ingresos que corresponde a los entes locales, y en sus numerales 2 y 5 se dispone expresamente: “Artículo 179. Los Municipios tendrán los siguientes ingresos: (…) 2. Las tasas por el uso de sus bienes o servicios; las tasas administrativas por licencias o autorizaciones; los impuestos sobre actividades económicas de industria, comercio, servicios, o de índole similar, con las limitaciones establecidos en esta Constitución; los impuestos sobre inmuebles urbanos, vehículos, espectáculos públicos, juegos y apuestas lícitas, propaganda y publicidad comercial; y la contribución especial sobre plusvalías de las propiedades generadas por cambios de uso o de intensidad de aprovechamiento con que se vean favorecidas por los planes de ordenación urbanística. (…) 5. El producto de las multas y sanciones en el ámbito de sus competencias, y las demás que les sean atribuidas. (…).” (Subrayado de la Sala). Así las cosas, estima esta Sala que siendo que constitucionalmente se le han conferido a los municipios potestades legislativas en materia de tributos sobre actividades económicas de industria, comercio, servicios, o de índole similar, y que dentro de sus ingresos se establece expresamente el producto de las multas y sanciones obtenidas en el ámbito de sus competencias, no puede presumirse en esta etapa procesal que el Municipio San Joaquín del Estado Carabobo haya invadido las competencias del Poder Nacional, por cuanto el mismo tenía una potestad tributaria originaria, y se desprende que el objeto de las sanciones establecidas a las infracciones tributarias en la Ordenanza sobre Patente de Industria y Comercio del Municipio San Joaquín del Estado Carabobo persigue la efectiva recaudación de los tributos, puesto que se establecen sanciones como multas, suspensión o cancelación de la Patente de Industria y Comercio, y el cierre temporal o clausura del establecimiento. En este orden de ideas, partiendo de la premisa de que el Derecho sancionador corresponde a la rama sustantiva y adjetiva del Derecho administrativo en cualquiera de sus ramas especiales –en el caso de autos, la rama tributaria-, considera esta Sala Constitucional en esta sede cautelar, que por cuanto el Municipio San Joaquín del Estado Carabobo tenía la competencia para legislar en materia de patente de industria y comercio, también ostentaba tal competencia para establecer un régimen sancionatorio que asegurase su recaudación, estima esta Sala que la tutela cautelar solicitada respecto de la totalidad del régimen sancionatorio establecido en la Ordenanza sobre Patente de Industria y Comercio del Municipio San Joaquín del Estado Carabobo, no puede ser acordada. Así se decide.” En el presente caso, es forzoso concluir, en atención a los argumentos anteriormente expuestos, que las sanciones tributarias contenidas en la Ordenanza Sobre Patente de Industria y Comercio del Municipio Chacao del Estado Miranda son de eminente carácter administrativo sancionador, al perseguir como finalidad esencial el hacer ejecutables las competencias de índole administrativo-tributarias, que le han sido conferidas a tal entidad. Así se decide. Sentado lo anterior, esta Sala se ve obligada a declarar la improcedencia del alegato expuesto por la contribuyente apelante atinente al error en que habría incurrido la recurrida en la interpretación de los artículos 136, numeral 24, 29 y 31 de la Constitución de 1961 y la falta de aplicación de los artículos 335 de la Constitución de 1999 y 20 del Código de Procedimiento Civil. Así se declara. -VDECISIÓN En virtud de todo lo expuesto y analizado precedentemente, esta Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara SIN LUGAR, la apelación interpuesta por el abogado Alejandro Ramírez Van Der Velde, actuando en su carácter de apoderado judicial de la contribuyente CARTERA DE INVERSIONES VENEZOLANAS, C.A., contra la sentencia Nº 759, dictada en fecha 24 de octubre de 2000, por el Tribunal Superior Cuarto de lo Contencioso Tributario, en la cual se declaró PARCIALMENTE CON LUGAR el recurso contencioso tributario interpuesto en fecha 5 de noviembre de 1995, por la mencionada contribuyente, contra el acto administrativo contenido en la Resolución Nº 516-96, de fecha 27 de septiembre de 1996, emanada de la Dirección de Recaudación de Rentas Municipales de la Alcaldía del Municipio Chacao del Estado Miranda, mediante la cual se le impuso una sanción de multa por la suma de veintiún millones quinientos setenta y tres mil seiscientos trece bolívares con diecisiete céntimos (Bs. 21.573.613,17). En consecuencia, se CONFIRMA en los términos expuestos en este fallo la sentencia apelada. De conformidad con lo dispuesto en el parágrafo único del artículo 327 del Código Orgánico Tributario, se exime de costas a la parte perdidosa en la presente incidencia, al apreciar la Sala que tuvo motivos racionales para litigar, toda vez que la controversia se planteó, fundamentalmente, en torno a diferentes criterios de interpretación aplicables en materia de sanciones administrativas. Publíquese, regístrese y comuníquese. Remítanse las presentes actuaciones junto con oficio al tribunal de origen. Cúmplase lo ordenado. Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los dieciocho (18) días del mes de junio de dos mil dos (2002). Años: 192º de la Independencia y 143º de la Federación. El Presidente, LEVIS IGNACIO ZERPA El Vicepresidente-Ponente, HADEL MOSTAFÁ PAOLINI Magistrada, YOLANDA JAIMES GUERRERO La Secretaria, ANAÍS MEJÍA CALZADILLA Exp. Nro. 2001-0215 En diecinueve (19) de junio del año dos mil dos, se publicó y registró la anterior sentencia bajo el Nº 00864.