VIDA • CIENCIA • TECNOLOGÍA VIERNES 20 DE DICIEMBRE DE 2013 A 13 Claves para los padres: Qué decirles a los hijos cuando dudan sobre la existencia del Viejito Pascuero Responder con otra pregunta, en vez de aventurarse con una aclaración, es lo recomendado por los expertos. Así se comprueba si es una inquietud o ya dejó de creer. CAMILA SANDOVAL C. “M amá ¿existe el Viejito Pascuero?,” es una pregunta que puede tomar desprevenido a cualquier padre por estos días. A inicios de la etapa escolar, a eso de los 7 años, debido a que los niños comienzan a relacionarse con otros más grandes y empiezan a distinguir mejor la fantasía de la realidad, surgen las primeras dudas sobre la existencia de este ser mágico. “Todo comienza a tener una explicación más real y concreta en esta edad, quedando la fantasía paulatinamente relegada y cuestionada por la razón. Además, muchas veces los compañeros de curso, que generalmente tienen hermanos mayores, comienzan a cuestionar la existencia de personajes como el Viejito o el ratón de los dientes”, dice Anamaría Dávila, psicóloga infantil de la Clínica Alemana. Al manejar más información, es normal que los niños busquen respuestas concretas para sus dudas, agrega Solange Miller, psicó- loga de la Clínica Bicentenario. Así, cuando a un papá o a una mamá le toca responder si existe el Viejito Pascuero, pese a que no hay una receta única, hay ciertas claves que pueden ayudar a manejar la situación y no romper la ilusión. Anamaría Dávila es enfática al recomendar devolverle la pregunta al niño. De esta forma, a la consulta “¿Existe el Viejito Pascuero?”, las contrapreguntas podrían ser: “¿Qué crees tú?”, “¿Qué te han dicho?”, para chequear cuál es la inquietud. “En la mayoría de los casos, los niños anhelan que los papás le confirmen que el Viejito Pascuero es real y se aferran a esa idea, porque eso significa la ilusión de abrir los regalos, de la sorpresa, la magia y el deseo de mantenerse como niños”, agrega Dávila. Espíritu navideño Pero cada niño tiene un desarrollo de la lógica distinto, por lo que es preferible comprobar en qué etapa están antes de dar una respuesta categórica, explica Dávila. Lo clave es hacer que ellos mismos se respondan estas dudas. De esta forma, si a un niño le parece raro que los renos vuelen, o que el Viejito Pascuero recorra el mundo en una noche, puede que ya esté este preparado para el fin de ilusión. Si no hay vuelta atrás y el niño ya está convencido de que el Viejito Pascuero no es real, este tema debe abordarse dependiendo de las creencias culturales y religiosas de cada familia. “Siempre es bueno buscar la empatía, explicarles que uno también creyó cuando era niño, que fue muy entretenido haberlo vivido y que por lo mismo, continuó la tradición con él”, explica Miller. Lo mejor, coinciden las expertas, es dar una explicación clara y simple. Para ambas especialistas, creer en el Viejo Pascuero es una manera de estar conectado con la fantasía, que es la base del juego, actividad fundamental en la vida de los niños. “Esta creencia contribuye a estimular la tolerancia a la frustración. A la vez, viven sentimientos de emoción, esperanza y felicidad”, opina Dávila. “Les da la ilusión de un mundo fantástico con un ser mágico, que les brinda satisfacción más allá de los padres”, según Solange Miller. Por eso, a medida que crecen los niños, el rol de los padres es reorientar y reformular constantemente el sentido que quieren darle a la Navidad. sugiere Anamaría Dávila. Así, más allá del personaje, la época navideña se transforma en una instancia de colaboración, solidaridad y empatía. ALFREDO CÁCERES El rol de los hermanos mayores Cuando los hermanos más grandes dejan de creer en el Viejito Pascuero, los padres deben motivarlos a ser cómplices de esta ilusión de los más chicos, para mantener el secreto,