Obispos irregulares

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Carlos Oviedo Cavada
Arzobispo de Antofagasta
Obispos irregulares
del libro Bishops "Irregular". An International DirecBishops del obispo inglés Alan Bain (1) -también él un
"irregular", pues se incluye en este Directory- permite, o mejor hace nece1.
La publicación
tory of Independent
saria, una reflexión sobre dichos obispos, que una terminología
ficaba de episcopi vagantes.
anterior
cali-
2. El libro ha sido compuesto con un criterio que buscaba muy objetivamente la veracidad de los datos que iba a ofrecer. El autor ha puesto un
gran cuidado en las fuentes y en la bibliografía, y ha investigado personalmente con el fin de entregar la información más fiel posible. Hay que agradecer a Bain esta acuciosidad con que ha procedido. El espera continuar
complementando esta obra (2). Advierte el autor que se ha ocupado más de
los obispos que de sus Iglesias, por cuanto una misma denominación suele
tener diversos nombres, como ocurre especialmente en los Estados Unidos.
3. La razón para llamar obispos a quienes incluye como "irregulares"
se debe a que Bain observa que ellos, de alguna manera, derivan o proceden
de tres ramas episcopales: católica (romana), ortodoxa (oriental) y anglicana.
En la actualidad, las dos principales fuentes de obispos "irregulares" son los
vieios católicos de Holanda y una consagración ocurrida en India, en el rito
sirio. Bain va siguiendo estas líneas a lo largo de toda su obra (3). En esta
nota -para entendernos- damos el calificativo de obispo a quienes se encuen-
(1)
(2)
(3)
Bristol, England, 1985.
El obispo Alan Bain se presenta en la Introducción, y después en el Direetory. Asl
puede saberse que nació el 22 de abril de 1933. Fue bautizado y confirmado en la
Iglesia de Inglaterra en 1944. En 1977 recibió las órdenes menores, y sucesivamente
el subdiaconado y diaconado en la Iglesia católica reformada, y ordenado sacerdote
en 1978. El es divorciado, pero no anota la fecha del matrimonio ni del divorcio. El
16 de julio de 1982 fue consagrado obispo en Londres y por segunda vez, también
en Londres, recibió tal consagración el 28 de mayo de 1983. Tiene muchlsimos titulas
de servicio a las Iglesias, y también honoríficos y caballerescos. Además es un prollfico publicista en la Iglesia católica independiente de Gran Bretaña. Trabaja especialmente por el ecumenismo. a.c., 12-13 y 38-40.
a.c., 5.
a.c., passim.
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CAVADA
tran en esta recopilación de Bain, sin adherir a sus conceptos, como se verá
en seguida.
4. Para Bain es válido el obispo que tiene, por su consagración, una línea
de sucesión que derive de los Santos Apóstoles y de los Discípulos de Jesucristo. Esto es posible, porque las consagraciones episcopales de su Directory
-aunque no todas- pasan por algunas de esas Iglesias históricas que él ha
señalado anteriormente (4). Lo de "irregular" se debe a que un determinado
obispo ha salido de su primera confesión, o porque habían dejado la propia
quienes realizaron la consagración episcopal.
5. Al autor no le preocupa cada consagración; es decir, si cumple o no
las características que -por lo menos para la Iglesia católica- se necesitan
para la validez de una consagración episcopal. A él le basta que haya habido
una consagración episcopal y que ésta se relacione con alguna Iglesia histórica y, por lo tanto, pueda justificar la sucesión apostólica. El acepta -por lo
que se puede leer en esta obra- pacíficamente los datos que le han proporcionado los interesados, sin hacerles crítica alguna. Por esto, no le parece
extraña la repetición de consagraciones episcopales en un mismo sujeto. Bain
ha recibido dos veces la ordenación episcopal, en 1982 y 1983, y así puede
concluir fácilmente: "... a Bishop is essentialy the shepherd of a flock. His
very symbol of office is indeed a shepherd's crook" (5).
6. Pero el carecer de un padrón único para valorar una consagración
episcopal ha inducido a una grande y grave confusión en este Directory, donde
son suficientes las palabras "consagración episcopal" para afirmar que se ha
ordenado a un verdadero obispo. De esta manera, se incluyen nombres de obispos que -para nosotros- resulta imposible que sean tales, dejando de lado
el hecho de las reiteradas consagraciones episcopales en una misma persona.
La razón de afirmar esta imposibilidad reside en la naturaleza misma de la
Iglesia de algunos obispos o de la fe que ellos profesan, deduciendo estos
hechos de las informaciones que ofrece Bain. La fe de ellos conllevaría, sin
duda, una singular intención para el sacramento del Orden.
7. Indicamos aquí algunos ejemplos del libro. Empezamos por las Iglesias: Iglesia gnóstica espiritual (6), Iglesia neopitagórica gnóstica (7), Iglesia
universal gnóstica (8), Iglesia gnóstica de los misterios (9), Iglesia liberal gnóstica (10), Iglesia católica gnóstica prenicena con cultos esotéricos y teosóficos (11), Iglesia gnóstica francesa (12), Iglesia rosacruz (13), Iglesia apostólica
rosacruz (14). En cuanto a la fe de algunos obispos, se encuentran la fe teosó-
(4)
(5)
(6)
(7)
o.c., 9.
o.C., 10-12.
o.C., 49.
o.C., ib.
o.c., 51, 58, 163.
(9) o.c., 164.
(10) o.c., 59.
(ll)
o.C., 89, 125, 130,
(12)
o.C., 221.
(13) o.c., 51.
(14)
o.c., 68, 108,
(8)
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fica (15), la fe ocultista y mágica (16), la fe rosacruz y mágica (17), la fe esotérica y masónica (18). Como se puede advertir, se trata de Iglesias y de fe ajenas
o fuera de la fe cristiana.
8. Todavía más. Aquí se incluyen consagraciones "místicas", o sea, recibidas directamente de seres celestiales (19). A esto hay que agregar obispos
incluidos en el Directory que pertenecen a Iglesias que no admiten el sacramento del Orden. Y, finalmente, hay también algunas mujeres obispos (20).
9. Por todos estos hechos es muy diversa la lectura de este libro, según
sea el propio concepto o fe que se tiene del sacramento del Orden. Bain ha
agregado en su obra, como Apéndice, el capítulo "Validity and regularity" del
libro Episcopi vagantes and the Anglican Church, de Henry R.T. Brandreth,
para ilustrar esta difícil cucstión (21). Pero los datos que él entrega en el Directory persuaden que la lectura, por parte de quienes tienen la fe de las Iglesias que admiten el sacramento del Orden, no pueden aceptar la validez de
todas las consagraciones que se reseñan en esta obra y, por consiguiente, no
se puede considerar obispos a todos cuantos están incorporados en este Di-
rectory.
10. El obispo Bain ha tocado, por otra parte, un hecho que no puede
pasar desapercibido en las Iglesias cristianas. El observa que ha ido creciendo
el número de estos obispos "irregulares". En 1961 eran alrededor de 200 y
actualmente son casi un millar. El atribuye este fenómeno a un signo de mayor
libertad en las Iglesias (22), con sus respectivos problemas. El hecho tiene diversas explicaciones, que más bien deben ser consideradas según los casos
concretos que se conocen, pues muchos de estos obispos "irregulares" han
constituido Iglesias o confesiones nuevas, diversas de las que procedían. No es,
por consiguiente, una mayor libertad de las Iglesias. La motivación hay que
interpretarla en cada uno de tales obispos, como se sugiere en el curso de este
comentario.
n. La verdad es que nos encontramos frente a un fenómeno que merece
mucha atención y que afecta a todas las Iglesias, incluida la católica (23), y que
también ha cobrado actualidad en Chile, últimamente. El fenómeno dista mu-
(15)
(16)
(17)
(18)
(19)
(20)
(21)
(22)
(23)
55, 76-77, 145-146, 215, 223.
114, 117.
O.C., 115-116, 177, 183.
o.C., 193.
Entre otros, está el caso del sacerdote Michel Collin, de la Congregaci6n de sacerdotes del Sagrado Coraz6n, quien asegura haber recibido dos veces una consagraci6n semejante, en 1935 y en 1950. El había sido ordenado sacerdote en 1933. El
Santo Oficio lo redujo al estado laical el 17 de enero de 1951, y el 30 de mayo de
ese año disolvi6 una asociaci6n de fieles formada por dicho sacerdote. cfr. A.A.S. 43
(1951), 477. Collin se proclam6 a sí mismo Papa Clemente XV. Otro caso es el
de Joseph Wessely. o.c., 74, 226.
o.C., 115-116. Una de estas mujeres es una religiosa polaca, quien, después de consagrada, a su vez consagró a otras once mujeres.
o.c.,234 ss.
o.c., 13.
o.c., 11.
o.C.,
o.C.,
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cho de ser nuevo. Ya se tuvo un triste precedente en la Revolución Francesa,
cuando fueron consagrados 116 obispos constitucionales entre 1791 y 1801, quienes recibieron válida pero ilícitamente su consagración episcopal (24). Más
tarde -ya lejos del tiempo de la reforma- salieron otras Iglesias de la católica,
como los Viejos católicos y una diversidad variada en Estados Unidos, una
Iglesia nacional polaca, etc.; en México, durante la persecución de Plutarco
Elías Calle; en Brasil; en China; los ordenados por el arzobispo vietnamita
Ngo-Dinh-Thuc, y otros casos aislados. Bain en su Directory recoge gran parte
de esta realidad. En otros campos es inmensa la proliferación de Iglesias que
resultan de la lectura de este libro, en todas las latitudes del mundo, tanto
occidentales como orientales.
12. Bain no habla el mismo lenguaje que el de la Iglesia católica, según
ha quedado ya manifiesto. Una primera consideración, siguiendo este libro, es
el carácter de la consagración episcopal. Carácter que, en el sentido católico,
significa que se puede recibir una sola vez la consagración episcopal, como el
bautismo y la confirmación. Para estos obispos "irregulares" y para Bain esto
no tiene vigencia. Ya se dijo que el mismo Bain fue consagrado obispo dos
veces. Efectivamente, en este Directory se encuentran obispos que han recibido
la consagración episcopal dos veces (25), tres veces (26), cuatro veces (27), cinco
(24)
cfr., Jean Leflon. La Revolución. "Historia de la Iglesia". Fliche- Martin, vol. XXIII.
EDICEP, Valencia (1975), 72-74. Citando las Mémoires de Talleyrand, dice que
éste quiso "evitar el presbiterianismo y salvar la constitución jerárquica de la Iglesia". Talleyrand fue el único, entre los seis obispos que hablan jurado la Constitución, que aceptó consagrar a los nuevos obispos elegidos entonces en el periodo
constitucional. El 24 de febrero de 1791, en Paris, en la iglesia del Oratorio, consagró -observando fielmente el Pontifical Romano, exceptuado el mandato apostólicoa los dos primeros obispos: Claude Marolle y Louis ExpilIy.
cfr. A. Chapeau O.S.B. et F. Combaluzier C.M. Episcopologe franr;ais des temps
modernes 1592-1973, Paris, 1977. Passim. vid. Tables. Passim, y 49,50.
(25) Se pueden contar más de setenta obispos que han recibido la consagración dos
veces. Hay casos notables, como el italiano Enrico Carmel Carfora, católico que
abandonó la Iglesia, y después fue consagrado por otro cismático, y él consagró a
más de treinta obispos. El ha tenido una gran influencia entre estos obispos "irregulares", especialmente en Estados Unidos. Nació en 1878 y falleció en 1958. Aqul
se encuentran otros casos excepcionales, como ser ordenado sacerdote dos veces; lino
de ellos recibió la segunda ordenación sacerdotal después de la primera consagración episcopal de un presbltero, y otro de varios presblteros (o.c., 180 y 185). Vid.
o.C., 33, 37, 38, 40, 43, 44, 46, 52, 55, 58, 59, 6], 63, 6.5, 67, 69, 73, 80, 81, 85,
86, 88, 111, 120, 121, 122, 125, 120. 132, 134, 149, 1.51, 152, 153, 155, 166, 174,
176, 177, 178, 179, 180, 182, 185, 187, 188, 191, 193, 196, 197, 200, 202, 203,
204, 207, 208, 209, 213, 218, 222, 226, 228, 230, 231, 232.
(26) Han recibido la consagración episcopal tres veces más de 30 obispos. o.c., 37, 48,
55, 56, 59, 60, 68, 70, 74, 82, 83, 86, 108, 154, 161, 162, 163, 181, 186, 191,
198, 206, 207, 213, 215, 216, 217, 221, 230. Entre éstos hay consagraciones mutuas entre consagrado y consagrante. o.c., 207.
(27) Cuatro veces han recibido la consagración episcopal ocho obispos. o.c., 32, 56, 57,
64, 81, 139, 145, 223, 224. Aqul se encuentran varios casos dignos de especial
mención: consagración mutua, o.c., 32; uno fue consagrado dos veces por el mismo
consagrante, y a su vez él también lo consagró después las dos veces. o.c., 56-57.
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veces (28), seis veces (29) y hasta ocho veces (30). Entre estas reiteradas consagraciones episcopales se dan no pocos casos de consagraciones mutuas; es decir, el consagrado también consagra después al consagrante. También hay casos de obispos que consagraron más de una vez al mismo consagrado. Entonces hay que preguntarse qué concepto del orden episcopal tiene el consagrante
que reitera la ordenación y cuál es su intención verdadera para repetir varias
veces el mismo rito, o bien consagrar a quienes ya estaban antes consagrados.
En el fondo estamos preguntando por el valor y la validez de la consagración
episcopal. Una segunda consideración es, por consiguiente, si tales ordenaciones son realmente válidas o no, o cuál -entre varias- habría de entenderse
como válida. Para el lenguaje católico más bien todas esas ordenaciones habría
que considerarlas inválidas. Esta conclusión no es aventurada ni injuriosa, aunque algunas o muchas de esas consagraciones estuvieran emparentadas con
alguna línea de sucesión apostólica. Tal relación sería aparente, no real. No
importa la existencia de esas consagraciones y que un obispo tenga una comunidad de fieles. No son estos elementos los que hacen la validez de la ordenación o consagración episcopal. El obispo, según la doctrina católica, es un
sucesor de los Apóstoles, que fueron enriquecidos por Cristo con una efusión
especial del Espíritu Santo, que descendió sobre ellos, y ellos, a su vez, por
la imposición de las manos, transmitieron a sus colaboradores este don espiritual, que ha llegado hasta nosotros en la consagración episcopal (31). Es la
consagración episcopal la que constituye a un obispo, y una consagración que
se confiera en la comunión recibida de los Apóstoles: no cualquiera consagración, pues no se trata de un rito mágico. La ordenación episcopal, según también la doctrina católica, no se puede repetir, como ya lo definiera el Concilio
de Trento, en la Sesión VII, de sacramentis in genere, canon 9; doctrina que
recordaba el canon 732, párrafo 1 del Código de Derecho canónico anterior,
y que reproduce el canon 845, párrafo 1, del actual Código. De esto no hay
dIscusión.
13. Esta es la doctrina básica para considerar a un obispo válido. Y como
la Iglesia fija la forma de la consagración episcopal, por el poder que le compete en los sacramentos, es que una consagración válida, además de la intención del ordenante y del ordenado, debe efectuarse de acuerdo a las disposiciones que la misma Iglesia ha determinado (32).
(28)
(29)
(30)
(31)
(32)
Seis obispos han recibido cinco veces la consagraclOn episcopal. a.c., 28, 36, 42, 66,
68, 171. Uno de ellos fue ordenado sacerdote y obispo en la misma ceremonia.
a.c., 68.
Un obispo ha recibido seis veces la consagración episcopal. a.c., 130.
Dos obispos han recibido ocho veces la consagración episcopal. a.c., 41-42, 49. Uno
fue consagrado las dos primeras veces por el mismo obispo; y el segundo, que
había sido católico, tuvo también la segunda y tercera consagración del mismo obispo, y en la tercera y cuarta él también consagró al consagrante.
cfr. Consto dogm. LU11len gentiu11l, n. 21.
cfr. Consto Ap. Episeopalis eonseerationis, de 30 de noviembre de 1944. A.A.S. 37
(1945), 131-133; Consto Ap. SacramentU11l Ordinis, de 30 de noviembre de 1947.
A.A.5. 40 (1948), 5-7; Consto Ap. Pontificalis R011lani recognitío, de 18 de junio
de 1968. Pontifieale Romanum. Typis Polyglottis Vaticanis, MCMLXVIII, 7-11.
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14. La disciplina, en cuanto a las ordenaciones episcopales, dentro del
tiempo que trata el libro de Bain, es que el candidato sea elegido o confirmado
por el Sumo Pontífice, de quien recibe la institución canónica. No puede ordenarse un obispo sin mandato pontificio. Salir de esta norma es lo que constituye en la Iglesia católica a un obispo "irregular", y que antes se llamaba "vago".
La transgresión a esta norma ha sido penada en el Código de Derecho canónico
y en una legislación complementaria (33).
15. Tal disciplina castiga la desobediencia y la ruptura de la comunión,
pero no declara inválida una ordenación episcopal que haya sido conferida en
los términos que exige la Iglesia para su validez. Ya se tuvo dicho temperamento con los obispos constitucionales franceses, pues de los 116 que fueron
consagrados entonces, una decena de ellos fue designada para regir diócesis
según el Concordato entre Fío VII y Napoleón. Y es lo que recientemente ha
ocurrido -en cuanto a no impugnar la validez- con los obispos de China y
con los ordenados por Ngo-Dinh-Thuc, y con algunos casos de la Iglesia nacional brasileña.
16. Por esto, nos detendremos un poco en los obispos de China. Pío XII
en su Encíclica Ad Sinarum gentem, de 7 de octubre de 1954 (34), describió
los peligros que enfrentaba la Iglesia en China por las "tres autonomías" que
reclamaba para-aquélla el nuevo gobierno comunista. Se perfilaba ya una Iglesia nacional, y el Papa reiteró en ese documento la doctrina y la disciplina
respecto del episcopado (35). Más tarde Pío XII diría que esa Encíclica no
llegó a sus destinatarios. Los acontecimientos corrieron muy rápidos y luego
se tuvieron noticias de haberse conferido la consagración episcopal a varios
sacerdotes, sin el mandato pontificio. Algunas revistas internacionales difundieron fotografías de esas ceremonias que, por otra parte, reflejaban una gran
fidelidad a los ritos del Pontifical Romano.
17. La última Encíclica de Pío XII estuvo destinada a la Iglesia en China,
Ad Apostolorum Principis, de 29 de junio de 1958 (36). Fue el documento
solemne en que el Papa confirmó, una vez más, la doctrina y la disciplina
respecto del episcopado, "que vale no sólo para China y para los territorios
de reciente evangelización, sino para toda la Iglesia" (37). Las consagraciones
episcopales que habían tenido lugar en China no sólo habían destinado a
obispos a sedes vacantes, sino también a sedes que tenían sus pastores o bien
(33)
(34)
(35)
(36)
(37)
La disciplina se encontraba en el anterior Código de Derecho canomco en los cánones 329, párrafo 2; 332, párrafo 1; y en el actual Código está en el canon 1013.
Las penas, en el antiguo Código en el canon 2370, donde se castigaba con la suspensión al obispo consagrante y a los asistentes -obispos o presbíteros- cuando
se actuaba sin el mandato apostólico. Por especial mandato de Pío XII, el Santo
Oficio agregó una nueva penalidad a este delito; es decir, la excomunión ipso facto
reservada de modo especialísimo a la Sede Apostólica. Decreto de 9 de abril de
1951. A.A.S. 43 (1951), 217-218. El actual Código, en el canon 1382, castiga dicho
delito con la excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica.
A.A.S. 47 (1955), 5-14.
a.c., 9 y 12.
o.C., 50 (1958), 601-614.
a.c., 611.
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ellos mismos estaban impedidos de gobernarlas por prohibición de las autoridades comunistas. Por esto, el Papa consideró esas consagraciones como un
atentado a la misma unidad de la Iglesia y declaró que el consagrante y consagrado incurrían en las penas canónicas establecidas por el Decreto del Santo
Oficio de 1951 (38). Había entonces también un agravante, y era que, en algunos casos, se había hecho llegar directamente la prohibición de recibir la consagración episcopal a determinados sacerdotes que, a pesar de ella, fueron
consagrados obispos. Los así consagrados no tienen ninguna potestad de magisterio ni de jurisdicción, pues éstas las reciben sólo del Sumo Pontífice (39).
En cuanto a la potestad de ordcn, ya que fueron válidamente ordenados, todos
sus actos, aunque válidos, son gravcmente ilícitos, pecaminosos y sacrílegos (40).
y estas son la doctrina y disciplina no sólo para China, como decía Pío XII,
sino para toda la Iglesia.
18. Una digresión. Algunos canonistas e historiadores, posteriormente, se
plantearon otra alternativa, con el correr del tiempo. La Iglesia en China continental había quedado desvinculada de la Santa Sede, en forma casi absoluta. ¿Cómo hacer para provecr dc obispos a esas cristiandades en la clandestinidad o también en cxistencia legal? ¿No sería lícito, considerada la
emergencia de la imposibilidad de comunicarse con Roma, que algún obispo
interpretando la mente del Santo Padre consagrara a otro, para consultar el
bien de la Iglesia? Esta digresión, por cierto, no entra en los casos de primera
hora condenados por Pío XII, sino quc discurre por otro camino, y que debería
ser enjuiciado desde otro punto de vista diferente del anterior, habiendo cambiado el contexto normal de las consagraciones episcopales. De hecho, a lo
largo de la Historia se ha visto el daño de la Iglesia cuando las diócesis han
permanecido vacantes por largo tiempo, especialmente en períodos de cambios
políticos y sin podcrse comunicar con la Santa Sede. Un ejemplo dramático
fue el de América hispana inmediatamente después de la Independencia.
19. La doctrina y disciplina expuestas por Pío XII han tenido una nueva
confirmación en dos más recientes documentos de la S.C. para la Doctrina de
la Fe, con ocasión de diversas consagraciones episcopales realizadas por el
arzobispo vietnamita Pedro Martín Ngo-Dinh-Thuc, ex arzobispo de Hué y
después arzobispo titular de Bulla Regia.
20. Ngo-Dinh-Thuc, el II de enero de 1976, en Palmar de Troya, arquidiócesis de Sevilla, España, confirió el orden episcopal, sin mandato pontificio
y sin provisión canónica, a cinco sacerdotes. Ya anteriormente había ordenado
a algunos presbíteros contra el expreso parecer del arzobispo de Sevilla. Esos
nuevos obispos, a su vez, confirieron ordenaciones sacerdotales y episcopales
en otros diversos lugares. No hay cifras conocidas de estas siguientes consagraciones episcopales.
21. La S.C. para la Doctrina de la Fe emitió un Decreto, por especial
mandato de Pablo VI, el 17 de septiembre de 1976, en que declaró lo siguiente:
(38)
(39)
(40)
612-613.
o.C., 610.
ib.
O.C.,
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"Los obispos que ordenaron a otros obispos, y los mismos obispos ordenados, además de las sanciones que se contienen en los cánones 2370 y
2373, 1 Y 3, del Código de Derecho canónico, han incurrido también
ipso facto en excomunión, especialísimo modo reservado a la Sede Apostólica, según el Decreto de la S.C. del Santo Oficio de 9 de abril de 1951
(A.A.S. XLIII, 1951,217 ss.)" (41).
22. Posteriormente, el arzobispo Ngo-Dinh-Thuc se arrepintió y pidió y
obtuvo la absolución de las penas en que había incurrido. Sin embargo, en
1981, en Toulon, Francia, donde residía, otra vez sin madato apostólico ni provisión canónica, confirió el orden episcopal a un religioso dominico francés
y a dos sacerdotes mexicanos. Uno dc éstos, a su vez, ordenó obispos a otros
dos sacerdotes mexicanos y a uno norteamericano.
23. Por segunda vez también la S.e. para la Doctrina de la Fe emitió
otro documento al respecto. Según especial mandato de Juan Pablo II, la Notificación de 12 de marzo de 1983 renueva la declaración de las penas canónicas
del Decreto de 1976 y recuerda también las sanciones para los presbíteros
ordenados por estos obispos; es decir, por el canon 2374 quedaban ipso tacto
suspendidos de ejercer el orden recibido, y si lo hubieren ejercido eran, por
lo mismo, irregulares, por el canon 985, 7. Finalmente, la Notificación dice que
todos cuantos han recibido de este modo ilegítimo la ordenación, o en el futuro
la recibieran de igual manera, sea cual fuere lo relativo a la validez de las
órdenes, la Iglesia no les reconoce la ordenación ni la reconocerá para todos
sus efectos, y todos son y serán considerados según el estado que tenían anteriormente, quedando firmes las sanciones antes declaradas (42).
24. Esta disciplina de la Iglesia no ha tocado la validez de las ordenaciones, pues las mismas penas son relativas a ellas y no a simulaciones. Esto
sería lo que mueve al obispo Bain a pensar, o concluir mejor, que todas las
ordenaciones son válidas. No es lo quc dicen estos documentos. En Ad Apostolorum Principis Pío XII condicionaba su argumento a si tales ordenaciones
(41)
(42)
o.c., 68 (1976), 623.
o.c., 75 (1983), 392-393.
En fecha anterior, esto mismo era lo que contenía un comunicado de la Nunciatura
Apostólica en Chile, frente a un caso concreto que se presentara en una diócesis
del país. Resumiendo, decía que la praxis constante de la Santa Sede es no reconocer ni aceptar a aquellos católicos que han sido ordenados sacerdotes fuera de
la comunión de la Iglesia católica. Y si uno de esos católicos ordenados fuera de la
Iglesia vuelve arrepentido a su seno, puede ser absuelto de las censuras en que hubiere incurrido y readmitido en la comunión católica, pero considerado como laico
para todos los efectos de derecho.
Respecto de las ordenaciones conferidas en la Iglesia de Viejos católicos, se las
considera carentes de valor; aunque se reconoce que hay un pequeño grupo en
dicha Iglesia que podría conservar el verdadero sacramento del Orden. cfr. Carta
de la Nunciatura Apostólica en Chile, de 21 de diciembre de 1981, Prot. NI' 5028.
(Archivo particular del autor).
Por último, hay que decir que Ngo-Dinh-Thuc, poco tiempo antes de morir, se
arrepintió nuevamente de sus yerros, pidió perdón y lo obtuvo. En su acto de sumisión a la Iglesia, solicitó también a los últimos obispos ordenados por él que se
reintegraran a la comunión católica.
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habían sido válidas, y en el caso del arzobispo vietnamita se tenían informaciones serias de que había procedido válidamente. Mucho antes, en el caso de
las ordenaciones de los obispos constitucionales de la Revolución Francesa, se
había tenido la seguridad de parte de Maurice Talleyrand, antiguo obispo de
Autun, que había realizado verdaderas ordenaciones. Nunca la Iglesia ha
declarado indiscriminadamente la validez de las ordenaciones episcopales "irregulares", como tampoco podría sostener que todas son inválidas. Hay que
ascgurarse en cada caso dc cómo se ha efectuado una consagración episcopal,
fuera de las normas que exige la disciplina de la Iglesia.
25. En esta variedad de consagraciones episcopales "irregulares" se dan
casos también de quienes pretendcn que su consagración sea reconocida válidamente como tal por la Iglesia católica. Es lo que sucede en la capilla SainteMarie, de Mont-Saint-Aignon en Francia, de culto "tradicionalista" y de la
comunión de la Iglesia católica galicana. Allí oficia el obispo Maurice Cantor,
quien fuera sacerdote católico y que el 29 de mayo de 1964 abandonó la Iglesia. Al día siguiente, el 30 de mayo del mismo año, fue ordenado obispo por
el patriarca de la Iglesia católica galicana Ireneo D'Eschevannes. Pero, según
el mismo obispo Cantor -con el fin de superar dudas promovidas por eclesiásticos romanos-, él fue ordenado obispo nuevamente el 7 de junio de 1970, por
Mario Cornejo Radavero, antiguo obispo auxiliar de Lima, Perú, quien había
abandonado el ministerio episcopal en la Iglesia católica en el año anterior de
1969 (43). Posteriormcnte a esta ordenación, Cantor hizo examinar en 1971
dicha consagración episcopal por la Universidad Católica de Toulouse, Francia: por la Universidad de Saint-Paul, Ottawa, Canadá, y por la Universidad
Católica de Lovaina, de las cuales obtuvo certificados de validez de dicho
rito (44). No parece que Cantor haya procedido a otras ordenaciones episcopales, pues no se consigna ninguna en el libro Le prix d'une liberté, y sí en
cambio se anotan ordenaciones de presbíteros y la de un diácono. A esta posición de Cantor se asemeja la de los últimos obispos ordenados por Ngo-DinhThuc, en cuanto al culto "tradicionalista", aunque se sabe que uno de esos
obispos ha conferido la ordenación episcopal ya varias veces.
26. Al principio mcncionábamos que Chile también se había visto afectado por estas ordenaciones o por cstos obispos "irregulares". Hay un antece-
(43)
(44)
Carta de Maurice Cantor al autor, de 10 de marzo de 1986. cfr. Jean Saint Clair,
Le prix d'une liberté, 3a ed. Sotteville-lés-Rouen, 1984, 92-98. Este libro es la historia de la Capilla Sainte-Marie y del propio obispo Cantor. Su contenido es
particulamlente odioso a la Iglesia católica. Maurice Cantor nació en Le Havre,
el 1~ de diciembre de 1921, católico. En 1940 entró a un seminario en Bretaña, y
en 1941 ingresó al monasterio benedictino de Saint-Val, en Gironda. En 1948 fue
ordenado sacerdote. En 1951 pasó al clero diocesano. o.c., 13-88.
Es interesante observar que el arzobispo D'Eschevannes también ha sido consagrado
obispo tres veces. La primera vez por Assendelft-Altland, en 1955 (este obispo, de
diversas denominaciones, ha sido consagrado cinco veces); la segunda, en 1957,
por Julien Emi (consagrado dos veces), y la tercera, en 1968. Bain. o.c., 91,
36 Y 98.
Le prix d'une liberté, 102-104. Allí se reproducen los testimonios de la Universidad de Saint-Paul y también de Lovaina; no se encuentra el de Toulouse.
216
CARLOS
OVlEDO
CAVADA
dente muy antiguo ya de un ex seminarista de Concepción, el señor Arce, que
se dice habría sido ordenado obispo en Brasil en la década de los años treinta
o cuarenta, y hasta hace algunos años vivía en Alemania, acogido por una
comunidad salesiana. El ha reivindicado su ordenación episcopal, pero no se
le conoce ninguna especial feligresía o Iglesia. A principios de los años setenta
hizo algunas gestiones para volver a Chile, pero su regreso no se concretó,
porque él pedía ser reconocido como obispo en la Iglesia católica; cosa que
no obtuvo.
27. En 1983 fue consagrado en Italia un chileno para oficiar en rito
oriental. Su consagrante fue el obispo Viktor Busá. Para comprender esta situación es útil detenerse en este obispo, incluido en el Directory de Bain (45).
Busá nació en Italia el 19 de diciembre de 1941. El ha recibido cinco veces la
consagración episcopal, aunque él parece admitir sólo cuatro. La primera vez
fue consagrado el 19 de noviembre de 1969 por Manoel C. Laranjeira, de la
Iglesia católica libre de Brasil (46). Se asegura que Busá tuvo una segunda
consagración episcopal el 6 de marzo de 1971, que se la habría conferido Josef
Maria Thiesen, de la Iglesia de Viejos católicos de Alemania. Esta consagración Busá no la reconoce, pero la sostiene Thiesen. La tercera consagración
la recibió Busá en Los Angeles, California, ellO de agosto de 1972, y se la
confirió Frederick Charles King, de la Iglesia católica ortodoxa de América y
también de los Viejos católicos de rito anglicano (47). La cuarta consagración
la recibió Busá el 22 de abril de 1973, de manos de Helmut Norbert Maas (48).
La quinta consagración tuvo lugar muy pocos días después de la cuarta; es decir, el 13 de mayo del mismo 1973, de manos del obispo Maurice De Vent (49).
Actualmente Busá tiene el título de arzobispo metropolitano de Byelastock,
Iglesia Rusa (Bielorrusa) en Diáspora, y reside en Palermo, Italia. ¿Cuál es
el concepto o fe del orden sacramental del obispo Busá con estos antecedentes?
Consagrado en el rito latino, él oficia en rito oriental y parece estar ubicado
en el ámbito de la Iglesia ortodoxa. Sin embargo, otras Iglesias ortodoxas parecen desconocerle esta calidad; precisamente se dio esta controversia aquí
(45)
(46)
(47)
(48)
(49)
Bain. a.c., 66.
Laranjeira había sido consagrado por Salomao Ferraz el 29 de mayo de 1951, en
Brasil. A su vez, Ferraz, sacerdote casado de la misma Iglesia católica libre de Brasil,
había sido consagrado en Sao Paulo el 15 de agosto de 1945, por Carlos Duarte
Costa, obispo excomulgado. Ferraz, ya viudo, fue admitido en la Iglesia por Juan
XXIII y participó en el Concilio Vaticano 11. Carlos Duarte Costa era católico,
y fue consagrado obispo el 8 de diciembre de 1924, en Río Janeiro, por el arzobispo Sebastiao Leme de Oliveira, posteriormente cardenal. Duarte fue excomulgado el 5 de julio de 1945 y declarado vitandus el 3 de julio de 1946. Murió el 26
de marzo de 1961.
King, para ese tiempo había recibido ya cuatro veces la consagración episcopal.
a.c., 139.
Este obispo había sido ordenado sacerdote dos veces, y también dos veces consagrado obispo. a.c., 152-153.
De Vent había sido consagrado por Jean René Angel Malvy, quien había recibido ya tres veces la consagración episcopal, a.c., 91 y 154.
OBISPOS
IRREGULARES
217
en Chile, a propósito de la consagración del chileno que tratamos inmediatamente.
28. Juan Ignacio Cariaga y Cariaga nació en Coronel, Chile, el 26 de
septiembre de 1949. Fue bautizado y creció en la fe católica; aún más, fue
postulante a religioso franciscano y agustino. Después se apartó de la Iglesia
católica, y el 13 de diciembre de 1980 fue ordenado diácono y presbítero por
Giuliano Gennaro Pierino, que es un coadjutor de Busá (50), y usa el título de
arzobispo-exarca ortodoxo ruso en el exilio para Europa. El 30 de septiembre
de 1982 -a menos de dos años de presbíterofue elegido obispo por Busá,
y el mismo Busá lo consagró obispo en Palermo, Italia, el 27 de agosto de
1983 (51).
29. En este proceso de consagraciones de Busá y en los antecedentes
que ofrece Cariaga no deja de sorprender que personas originariamente católicas y latinas, sin vinculaciones familiares ni culturales con el Oriente, asuman
ese cuidado pastoral de rusos en exilio y precisamente desde el oficio episcopal. Los consagrantes de Busá no procedían del Oriente, ni de esas Iglesias.
Cariaga manifiesta que está en vías de obtener la "communicatio in sacris" con
la Santa Sede de Moscú (sic).
30. Consagrado en Italia, Cariaga regresó muy pronto a Chile, e instaló
su sede en su lugar natal, en Coronel. Al poco tiempo consagró a otro obispo.
En efecto, en Coronel, el 2 de mayo de 1984, confirió la consagración episcopal
a René Parra Somorrostro, con el título de obispo de Concepción y Araucanía,
miembro del Katholicado Ortodoxo de Chile,. que preside Cariaga. Parra tenía
su sede en la Población Yobilo de Coronel (52), y más recientemente se ha
trasladado a Gerona, España.
31. El 26 de mayo de 1984, a los pocos días de la anterior consagración,
Cariaga -asistido por Parra- consagró obispo a Celso Mario Rosales y Funes,
con el título de obispo de Valparaíso, del mismo Katholicado anterior. Rosales
tiene su sede en el cerro Los Placeres de Valparaíso (53).
32. De esta manera se habría constituido en Chile una jerarquía ortodoxa para los rusos en exilio y que cuenta ya con tres obispos. Todos tres provenientes, en una época, de la Iglesia católica y de rito latino. Sin embargo, los
antecedentes de las consagraciones episcopales de Busá distan muchísimo de
las circunstancias en que han recibido la ordenación episcopal los obispos
de China, los consagrados por Ngo-Dinh-Thuc y, más lejos, los obispos constitucionales de Francia. No es, por lo tanto, aventurado negar la validez de la
ordenación episcopal de Busá -todas sus cuatro o cinco- y consecuentemente
las ordenaciones efectuadas por el mismo Busá. O sea, los tres obispos chilenos
(50)
(51)
(52)
(53)
o.C.,
109.
67-68. Los datos de nacimiento y ordenaciones los ha proporcionado al autor
el mismo señor Cariaga, por carta de 6 de febrero de 1986. Busá aparece también
como elector de otro obispo en Inglaterra, en un intrincado caso, como ha sido el
de Ray Anthony Clements. o.C., 73-74.
o.C.,
O.C.,
o.C.,
205.
107.
218
CARLOS
OViEDO
CAVADA
para los rusos en exilio en Chile no serían realmente obispos, procediendo su
ordenación de Busá (54).
33. Estamos de acuerdo con Bain en que este fenómeno de los obispos
"irregulares" en lugar de contraerse tiende a dilatarse y afecta igualmente a
la Iglesia católica, como ha quedado demostrado en este comentario, que ha
tenido por principal objeto considerar lo planteado por Bain en su proyección
hacia nuestra Iglesia.
34. El fenómeno debe ser estudiado en las motivaciones personales de
cada obispo para recibir la consagración episcopal, y, mucho más aún, debe
investigarse la situación de los obispos consagrantes en su realidad de si son
válidamente obispos o no. ¿Por qué se repiten las ordenaciones episcopales?
¿No se cree en la validez de una sola? ¿No se cree en la validez de la ordenación y se le da el carácter más bien de una bendición? ¿Por qué tan fácilmente
se consagra obispos ajenos a la propia Iglesia y que permanecerán ajenos a
ella en el futuro? ¿Qué mueve a los obispos para ordenar obispos que no están
en la propia comunión? Sin duda que estas consagraciones son fruto de una
concepción de la misma Iglesia de Cristo, que tiene cada uno de estos obispos
ordenantes.
35. Por esto, la lectura católica de este fenómeno difiere -como hemos
observado ya- de otros puntos de vista en tan variadas Iglesias, como aparece
en la obra de Bain. De allí que no sorprenda a esos obispos "independientes"
la repetición de la consagración episcopal en un mismo sujeto; que un mismo
obispo consagre varias veces al mismo consagrado; las consagraciones mutuas,
etc. Pero todos estos son datos que permiten concluir que esas consagraciones
no son válidas, en general. Una sola puede ser válida, por otra parte. No basta
llamar a un rito "consagración episcopal", pues debe examinarse cada elemento
de ella. Para Bain, en su Dírectory, esto parece no tener relevancia, y así hay
hasta mujeres en este catálogo episcopal.
36. Ha prestado un gran servicio el libro de Bain. Será útil como Dírectory para informarse de la vida de muchas Iglesias a través de estos obispos
"irregulares", y es importante la obra como catálogo de los mismos. Es digno
destacar la delicadeza y el respeto con que Bain ha cuidado referirse a todas
estas personas, sin compartir sus posiciones muchas veces y hasta para referirse
(54)
Se aludió antes a una controversia con ocasión de la consagración episcopal de
Cariaga. En efecto, el Arzobispado ortodoxo de Chile, del Patriarcado de Antioquía, ha desconocido a Busá todo poder de representatividad, y ha afirmado que
Cariaga oficia el rito de la Misa conforme a la Liturgia católica latina y que sólo
tiene de diverso el título de "ortodoxo". (Carta del Secretario general del Arzobispado ortodoxo de Chile, de 20 de junio de 1985, a la Conferencia episcopal de
Chile). Tampoco ha sido pacífica la vida de esta nueva Iglesia en Chile para los
rusos en exilio, porque uno de los primeros sacerdotes ordenados por Cariaga, muy
poco tiempo después, solicitó la absolución de la Iglesia católica y ser readmitido
en su comunión. Así lo comunicó Mons. Sergio Valech, obispo auxiliar y Vicario
General de Santiago, por documento de 27 de agosto de 1984. Al respecto hay
también un comentario del Vicario General de Rancagua, Mons. Humberto Sepúlveda, de 8 de octubre del mismo 1984. (Archivo particular del autor).
OBISPOS
IRREGULARES
219
a argumentos ingratos, que aparecen en la ficha de algunos de estos obispos
"irregulares" .
37. Para la Iglesia católica cs también el elenco de tristes escisiones y
desgarros desde su interior o de quienes se alejaron de su comunión en Francia,
Italia, España, Holanda, Alemania, Austria, Hungría, Gran Bretaña, Estados
Unidos, Polonia, Filipinas, Brasil, México, Cuba, Puerto Rico y hasta Chile.
Muchos obispos "irregulares" salieron del seno de la Iglesia católica (55).
38. En el fondo este Directory, más que un elenco de obispos, refleja
divisiones y heridas que han ido sufriendo muchas Iglesias cristianas de Occidente y Oriente. ¿En qué medida muchos de estos obispos "irregulares" han
sido los causantes de estas divisiones o las han apoyado, o las han favorecido?
El hecho antes notado, que a principios de los años 60 estos obispos "irregulares"
eran unos 200 y ahora casi llegan al millar, demuestra que las divisiones, a
pesar de los esfuerzos de unidad y del ecumenismo no han cesado, sino que
se han dilatado, teniendo en cuenta solamente aquellas Iglesias que conservan
obispos con una cierta relación a las Iglesias históricas. Mucho mayor es la
amplitud de tales divisiones en tantas denominaciones que no admiten la
estructura sacramcntal del episcopado. El libro de Bain, repetimos, ha mostrado una dramática realidad del cristianismo, teniendo presente todavía que
su Directory está lejos de ser un espectro de todo el conjunto de estos obispos
"irregulares" o "independientes".
39. Después de leer este Directory brota espontánea una oración de
reconocimiento al Espíritu Santo que permite la unidad en la Iglesia católica,
y una oración de súplica por la unidad de los cristianos y por la santidad de
cuantos, de cualquiera manera, tienen el oficio o el título de obispos, para ser
instrumentos dóciles de la voluntad de Jesucristo Nuestro Señor, "un solo rebaño y un solo pastor" (Jo. 10,16).
(55)
Así se indican diversos casos en las págs. 34, 35, 48, 49, 55, 67, 74, 77, 81, 87, 90,
93, 94, 96, 97, 100, 101, 102, 107, 111. 112. 116. 126, 136, 141, 144, 150, 158,
160, 174, 175, 179, 183, 185, 193, 205, 219, 222, 229.
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