A los Sres y Sras. Registradores de la Propiedad y Mercantiles: Me dirijo a ustedes con motivo de la celebración de la Asamblea del Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles que tiene lugar en Zaragoza entre los días 16 y 18 de abril, en el que se va a debatir la asunción de la llevanza del Registro Civil por parte de los Registradores de la Propiedad y Mercantiles prevista en el Anteproyecto de Ley de Reforma Integral de los Registros, por la que se reformaría la Ley 20/2011, de Registro civil, Anteproyecto que ha sido elaborado con la participación de ese Colegio. CCOO se opone a este Anteproyecto porque supone la privatización del servicio público hoy gratuito del registro civil. Aunque los Registradores de la Propiedad y Mercantiles (no así su personal) tengan el carácter de funcionarios públicos conforme la Ley Hipotecaria, cobrar y hacer propios los beneficios derivados de la actividad registral y mercantilizar la información del registro civil mediante su publicidad formal, tal y como sucede hoy en los registros de la propiedad y mercantiles, supondría de facto la privatización de un servicio público gratuito pagado por el Estado con nuestros impuestos para explotarlo en beneficio propio. CCOO se muestra contraria a esta patrimonialización de la Administración por los Registradores de la propiedad. La atribución de los Registros Civiles a los Registradores de la Propiedad y Mercantiles no sólo no supondrá ahorro alguno en los impuestos que pagamos los ciudadanos, sino que además tendríamos que sufragar adicionalmente, mediante el pago de aranceles, el coste del servicio del Registro civil, hoy estimado en 450 millones de euros, además de la inversión tecnológica que se supone que habría que hacer. Aun cuando las inscripciones de nacimiento o defunción fuesen gratuitas, la expedición de certificados a particulares y el ejercicio de determinados derechos fundamentales y su inscripción, como contraer matrimonio, adquirir una nacionalidad o el derecho al nombre y su cambio estarían sujetos al pago de aranceles a Registradores y Notarios, lo que en definitiva supondría un obstáculo para la acreditación de datos propios y de familiares y para el ejercicio de tales derechos fundamentales. El carácter de servicio público que tiene el Registro Civil, así como el carácter específico de los hechos y actos del estado civil cuya constatación es objeto del Registro Civil, que afectan directamente al contenido de derechos fundamentales de la persona en cuanto tal, y la necesidad de su salvaguarda y privacidad exigen que el Registro Civil esté servido en su totalidad por funcionarios públicos. El sistema informático que va a gestionar los datos más íntimos y personales de todos los ciudadanos españoles y de los extranjeros que viven en España ha de ser un sistema informático público, gestionado por funcionarios públicos sujetos a los derechos y deberes establecidos en el Estatuto Básico del Empleado Público, cuya calificación e independencia suponen una garantía para los ciudadanos, y no debe ser encomendada a quien funciona en régimen de empresa privada como son los Registros de la Propiedad. La atribución del servicio del Registro Civil a la Administración de Justicia ha sido pacífica hasta ahora y ha permitido el normal funcionamiento del Registro Civil sin sujeción a vaivenes políticos o cambios en las distintas administraciones, garantizando los jueces y funcionarios de la Administración de Justicia la objetividad e imparcialidad del Registro Civil y su sujeción, como administración registral, a las órdenes e instrucciones del Ministerio de Justicia y de la Dirección General del Registro y del Notariado. La desjudicialización del Registro Civil establecida en la Ley 20/2011, que no compartimos, no puede ser excusa para su privatización; el personal del registro civil debe seguir siendo funcionario público y debe permitirse a los funcionarios de los Cuerpos de la Administración de Justicia que hoy prestan sus servicios en los registros civiles seguir desempeñando dichas funciones en las nuevas oficinas registrales, tal y como establece la Disposición Transitoria Octava de la Ley 20/2011, dado su conocimiento y su experiencia y en garantías de continuidad en el funcionamiento del servicio público. El Anteproyecto no tiene como fin último la mejora del servicio público registral sino, atribuyéndoles la llevanza de todos los registros jurídicos, fortalecer la situación de los Registradores de la Propiedad y Mercantiles en el tráfico jurídico ante una posible reforma de los servicios de los Registradores de la Propiedad impuesta por la Unión Europea. La homogeneidad de los sistemas informáticos registrales, la seguridad del tráfico jurídico, el acceso electrónico de los ciudadanos a los servicios públicos, la interoperabilidad registral, el comunicación de datos a las diversas administraciones, etc, son objetivos cuya consecución no precisan de una sola organización registral, y si lo precisara ésta debería estar integrada en la Administración del Estado, servida totalmente por funcionarios públicos. La modernización del Registro civil tampoco es excusa para su asunción por parte de los Registradores de la Propiedad: la tramitación electrónica de solicitudes de inscripción de nacimiento y defunción, y el acceso electrónico a las inscripciones de registro civil por parte de las Administraciones, Notarios y particulares, que se anuncian como ventajas en caso de que la llevanza del Registro civil fuese asumida por los Registradores de la Propiedad y Mercantiles, constituyen avances tecnológicos ya previstos en la Ley 20/2011, de Registro civil, que simplemente precisan del establecimiento de herramientas informáticas que desarrollen y complementen el programa Inforeg. CCOO se muestra además contrario al aumento de hechos objeto del Registro Civil que se contiene en el Anteproyecto de Ley, pues pervierte el sentido del Registro civil, como registro de actos relativos al estado civil de las personas, para mercantilizar su objeto y ponerlo a disposición del tráfico jurídico, y en el mismo subyace el deseo de rentabilizar la llevanza del registro civil por parte de los Registradores de la Propiedad. No debe ser objeto del Registro civil otros hechos y actos de evidente significado jurídico pero que nada tienen que ver con el estado civil de las personas, como son el otorgamiento de poderes, los seguros de vida, los planes de pensiones, los seguros de deceso o los testamentos, sin perjuicio de que se estime necesario la existencia de un registro para tales hechos y se facilite el acceso electrónico a los mismos. Concluyo: desde el respeto al desempeño de la función de los Registradores de la Propiedad y Mercantiles, solicito que cualquier aportación que se pueda hacer desde ese Colegio a la mejora del funcionamiento de los Registros Civiles sea desde la consideración del mismo como un servicio público esencial que debe ser servido íntegramente por funcionarios públicos y buscando realmente la mejora del servicio registal, de la que podamos beneficiarnos todos los ciudadanos. Madrid, a 16 de abril de 2013