Bloque II, G-B. Antonio Obejo.

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C/ Plazuela, 11
45122, Argés (Toledo)
925 29 30 74
BLOQUE II, GRUPO B.
D. ANTONIO OBEJO ESCUDERO
“PRINCIPALES DIFICULTADES DE LOS DISTINTOS COLECTIVOS
DE PERSONAS CON DISCAPACIDAD EN EL DESARROLLO DEL
PROCESO DE INCAPACITACIÓN. INTERNAMIENTO Y
MEDICACIÓN INVOLUNTARIOS”
EL CASO
Vamos a partir de un doble supuesto idéntico en cuanto a las condiciones psíquicas
del sujeto pero con el matiz consistente en que en el primero ha existido un ilícito penal y
en el segundo no ha existido tal situación.
Supuesto con ilícito penal.
Un enfermo con esquizofrenia paranoide aguda comete el ilícito penal de agresión
en el ámbito familiar constitutiva de un delito de violencia doméstica con carácter habitual
tipificado en el artículo 173.2 del Código Penal y para que el se establece una pena de
prisión de seis meses a tres años y otra serie de penas accesorias.
Tramitado el correspondiente procedimiento judicial el imputado es considerado
exento de responsabilidad criminal sobre la base de que al tiempo de cometer la infracción
penal a causa de su alteración psíquica no podría comprender la ilicitud del hecho o actuar
conforme a dicha comprensión en virtud de lo dispuesto en el artículo 20.1 del Código
Penal.
El Juez en ese momento puede aplicar el artículo 101.1 del Código Penal que prevé
que “Al sujeto que sea declarado exento de responsabilidad criminal conforme al número
1 del artículo 20, se le podrá aplicar, si fuere necesaria, la medida de internamiento para
tratamiento médico o educación especial en un establecimiento adecuado al tipo de
anomalía o alteración psíquica que se aprecie, o cualquier otra de las medidas previstas
en el apartado 3 del artículo 96. El internamiento no podrá exceder del tiempo que habría
durado la pena privativa de libertad, si hubiera sido declarado responsable el sujeto, y a
tal efecto el Juez o Tribunal fijará en la sentencia ese límite máximo.”
El Juzgador en atención a la situación social y familiar del declarado exento de
responsabilidad criminal acuerda aplicar en vez de la medida de internamiento la prevista
en el artículo 96.3.11 del Código Penal consistente en “La sumisión a tratamiento externo
en centros médicos” por un plazo que no podrá ser superior a cinco años (art. 105.1 a)
del Código Penal.
En definitiva nos encontramos que las personas exentas de responsabilidad criminal
sobre la base de una alteración psíquica cuentan con una regulación relativa tanto al
internamiento como a lo que en definitiva es un tratamiento ambulatorio involuntario por
un plazo máximo respecto de éste último de cinco años y con la posibilidad de ser
nuevamente ingresado con carácter de internamiento involuntario en caso de evolución
desfavorable, hasta el máximo que hubiera durado la pena privativa de libertad.
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Supuesto sin ilícito penal.
El entorno familiar de un enfermo de esquizofrenia paranoide aguda solicita la
incapacitación del mismo y su ingreso en un centro médico adecuado para el tratamiento
de su enfermedad ingresado por la familia en un centro medico para asistencia
psiquiátrica.
Concurriendo los requisitos legal y jurisprudencialmente establecidos en relación
con la materia el Juzgador acuerda el internamiento involuntario debido al peligro que
para el mismo y para los demás supone el enfermo al amparo de lo establecido en el
artículo 763 de la L.E.Civ.
El incapaz queda ingresado en el centro correspondiente sin mas prescripción legal
que el deber por parte de los servicios médicos de remitir informes periódicos cada seis
meses como máximo o en el plazo que siendo inferior a aquel señale el Juzgador en
atención a las circunstancias del caso.
El Juzgador civil únicamente tiene como base el artículo 763 de la L.E.Civ.
estableciéndose por un periodo indefinido el internamiento, sin que quepa imponer un
tratamiento ambulatorio involuntario y menos aún condicionar un posible ingreso al
incumplimiento del tratamiento ambulatorio en caso de que el enfermo no se someta al
mismo.
Preguntas que se suscitan en relación al planteamiento anterior.
a).- Como es posible que quien ha sido autor de un ilícito penal cuente con
mayores garantías que quien no habiendo cometido ilícito alguno y tratándose de un
simple enfermo no cuente con la posibilidad de recibir un tratamiento ambulatorio ni con
un plazo máximo tanto para dicho tratamiento como para el internamiento involuntario.
b).- La normativa en cuanto a la intervención judicial se refiere exclusivamente a la
concurrencia de los requisitos legitimadores para decretar el internamiento involuntario
pero no se prevé tal control para declarar la procedencia o no de tratamientos agresivos o
compulsivos como pueden ser habitaciones de aislamiento, contenciones mecánicas o
cirugía cerebral, quedando la adopción de tales medidas a juicio de los facultativos que
asistan al interno previa información consentida a los legales representantes del
incapacitado en los términos previstos en la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica
reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de
información y documentación clínica.
c).- No debería entenderse que en los supuestos en que el proceso de
incapacitación y de solicitud de internamiento involuntario haya sido promovida por la
persona que a la postre asume la tutoría del incapaz puede existir un conflicto de
intereses entre el tutor y el enfermo internado, determinante de la necesidad de designar
un Defensor Judicial que examinase los tratamientos a que es sometido el paciente.
Conclusiones.
Pese a que la Jurisprudencia del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos asimila
internamiento con detención y que en los casos de internamiento involuntario nos
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encontramos con una auténtica afección del derecho a la libertad consagrado en el
artículo 17 de la Constitución Española que además se deriva de una simple causa civil se
observa la existencia de un legislación que únicamente se preocupa de los requisitos
procedimentales para acordar la medida pero no trata cuestiones tan importantes como el
control judicial del tratamiento pese a ser público o notorio que existen medidas
terapéuticas como los tratamientos electro convulsivos y psicocirugía que suponen un
evidente plus de restricción a los derechos fundamentales del enfermo.
No se regulan con claridad en el ámbito del proceso de incapacitación civil
soluciones médicas alternativas como por ejemplo el tratamiento médico ambulatorio
involuntario y solo interpretaciones extensivas de la Ley General Sanitaria y de la Ley
41/2002, de 14 de noviembre pueden permitir su adopción, siendo una solución
inadecuada tener que hacer aplicaciones analógicas o extensivas en materias tan
sensibles como la salud y la seguridad de los pacientes y terceros.
Si bien la aplicación de la medida de internamiento es una decisión judicial la
aplicación de los tratamientos terapéuticos es una decisión del personal médico o de
enfermería en unión de quien ostente la representación legal del incapaz sin que exista
una homologación de prácticas aplicable a todos los centros de tal forma que se pueda
identificar los supuestos en los que quepa la adopción de de medidas coercitivas o la
aplicación de tratamientos terapéuticos agresivos que siempre deberían contar con una
autorización judicial previa.
Convendría estudiar la conveniencia de nombrar un defensor judicial del internado
en aquellos supuestos en los que por razón de la patología sea previsible un internamiento
prolongado o la necesidad de aplicar tratamientos que restrinjan sus derechos con el
objeto de evitar en la medida de lo posible la vulneración de sus derechos
constitucionales, siendo su designación tanto mas necesaria en los supuestos en los que la
persona haya sido internada a petición de quien ostente o vaya a ostentar su
representación legal debido al conflicto de intereses que puede existir en tal caso.
MESA REDONDA: “Valoraciones multiprofesionales en el desarrollo del procedimiento de
incapacitación”
Como punto de partida para el desarrollo del taller correspondiente al análisis de las
principales dificultades que se aprecian en los procesos de incapacitación que conllevan
internamiento y medicación involuntarios se va a plantear un supuesto práctico del que se
deducirán una serie de preguntas y alguna conclusión relativa a las lagunas existentes con
el objeto de que tras el análisis de los hechos y con intervención multidisciplinar pueda
concretarse una propuesta motivada de solución en relación a las mismas.
Planteamiento para la mesa redonda.
Que mecanismos de control y a quien correspondería ejercitarlos en el supuesto de
tratamientos compulsivos o agresivos sobre el incapacitado y regulación de tal
problemática en el marco jurídico actual.
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