EL PROYECTO NASA: RESISTENCIA Y ESPERANZA LA EXPERIENCIA DE TORIBÍO, CAUCA Mauricio Beltrán Toribío fue el municipio con el mejor plan de desarrollo del país y ese mismo plan es ahora realidad. Fue también el municipio en donde la guerrilla entregó un grupo de policías que habían sido copados a las autoridades indígenas durante una toma guerrillera. Es el lugar donde el pueblo nasa o paez ejerce su participación como un acto de su vida cotidiana: presupuesta, ejecuta y evalúa en asambleas, mingas y reuniones. ¿Cuáles son las circunstancias que les han permitido llegar a este nivel de trabajo común? ¿Cómo se administra con criterios éticos? y ¿cómo se progresa en una economía donde el principal insumo es la solidaridad? Sus características, sus conclusiones y algunos de sus logros son recogidos aquí a partir de entrevistas y documentos, pero sobre todo a través de la experiencia de compartir con los comuneros y con los líderes el sentido de un proyecto que les ha mejorado sus condiciones de vida y los ha reafirmado en su identidad. SER NASA: UNA HISTORIA CIRCULAR Como casi todas las carreteras andinas, ésta que conduce a Toribío es una cornisa que separa el precipicio del talud. El Valle del Cauca va quedando atrás con el verde de la caña que se repite, estén grandes o chicas las plantaciones. A medida que se asciende por la montaña se dejan los pueblos de negros para entrar en los pueblos indios. El primero es Caloto, que se sienta sobre una silla de rocas como el niño cuyas piernas apenas alcanzan a tocar el suelo. Se divisa una franja plana en donde está la hacienda El Nilo, por cuya recuperación 23 nasas fueron asesinados. Ahora existe allí el Centro de Investigaciones Agrícolas, CIAN. Un gran mural recuerda los nombres de los inmolados mientras a su alrededor las semillas nacen con tanta fuerza que da la sensación de una tierra distinta a la de todo el rededor. “Ellos no han muerto”, comenta uno de los comuneros, hombre de hablar pausado cuyo rostro brilla en tonos cobres al sol del medio día. “Están con nosotros. Si hubiéramos abandonado su lucha entonces sí se habrían muerto”. Para los nasas la historia hace círculos en torno a la gente. Va y viene utilizando como eje a quienes tienen la misión de ser su soporte temporal. Esta noción de la historia continua, que debe avanzar siempre desde atrás, es la base de un pensamiento dinámico. Cada hombre y cada mujer tienen tareas que los sobrepasan, que los hace ser plurales; son miembros de una comunidad que cuenta el tiempo de una manera circular, no lineal. Así, aunque la Gaitana luchó por allá en 1535, su nombre aún está en la conversación cotidiana. Por eso también tiene sentido una canción que al referirse al sacerdote Álvaro Ulcué, asesinado en 1984, dice “Su semilla nunca muere, más Álvaros nacerán…”. Como ellos, los nasas saben que cargan con sus antepasados y así mismo tienen una responsabilidad frente al futuro. De este modo proyectan a los líderes que marcan su historia. Gabriel Paví, alcalde de Toribío, señala: “Por cada indígena asesinado nacen diez, o cien”. No le tienen miedo al cambio, siempre y cuando éste provenga de su propia entraña. Se cambia sin dejar de ser. Una imagen cotidiana ilustra esta idea de la vida: la mujer lleva al niño a sus espaldas, ella lleva atrás el futuro. De ahí que el árbol nasa ilustre su proyecto social, y cada uno de sus integrantes representen la raíz y la rama y el fruto, como lo han sido para su comunidad Álvaro, la Gaitana, Benjamín, Quintín Lame, Cristóbal, los 23 de El Nilo, o como Aldemar Pinzón y su hija Ezalimar de 9 meses de vida, que fueron asesinados el 8 de septiembre del 2002. La memoria ha sido preservada por la tradición oral, pero acrecentada por la función histórica de los hechos pasados. La recuperación de la tierra de los resguardos surgió en los años 70 estimulada por un argumento que expusieron siempre los abuelos cuando decían “esta tierra es nuestra, de ustedes, y para eso Juan Tama logró en 1700 la cédula real que nos acredita como dueños”. Y este hecho histórico propio anduvo de memoria en memoria durante 270 años, a pesar de la educación que lo negaba y de la fuerza del modelo económico que los relegaba cada vez más. Las evidencias demostraron que Juan Tama se hizo mito desde sus luchas y que sus logros estarán ahí mientras ellos sean nasas. PROYECTO NASA: RESISTENCIA Y ESPERANZA La conquista fue para los nasas un período de guerras. Los acontecimientos que siguieron a su negativa de pagar impuestos son una inmensa zaga de batallas llenas de rituales y de dolores. Según Rafael Gómez Picón, en su libro De Belalcazar a la Gaitana, la Gaitana fue la encargada de crear una alianza entre los pueblos de entonces y de dirigir los combates que hicieron retroceder al invasor. No fue fácil unir vecinos que mantenían contiendas territoriales, pero la fuerza de la argumentación fue la herramienta que desde aquella época ha servido para animar la lucha. Con la conformación de la República los indios se convirtieron en un estorbo para los intereses de los terratenientes. Grandes haciendas se instalaron dentro de los resguardos. Los indios pasaron a pagar terraje para poder cultivar sus propio suelo, su idioma fue prohibido y sus tradiciones proscritas por la religión oficial. Sin embargo esa religión no fue monolítica; durante el siglo XX muchos religiosos y religiosas dedicaron su vida a entender a los nasas y uno de ellos, Álvaro Ulcué, logró convertirse en sacerdote. Con la educación que recibió afirmó su liderazgo y conjugó su idea de justicia cristiana con el sueño de dignidad para su cultura. En 1970 se creó el Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC, la primera de las organizaciones indígenas de Colombia; su tarea se resumió en tres principios: unidad, tierra y cultura. Las luchas por el territorio marcaron esta nueva época. Sentado en una banda de cemento en el centro del parque de Toribío, Guillermo Tenorio, líder cofundador del Proyecto Nasa, recuerda: “Llegábamos de noche a picar la tierra y a sembrar. Al otro día llegaba el ejército y la Policía, a veces nos teníamos que ir en medio de los gritos y de la sangre, pero por la noche regresábamos y otra vez a picar y a sembrar: era nuestra tierra”. En treinta años recuperaron cerca de 50 mil hectáreas, empeño por el que fueron asesinados por lo menos 300 indígenas, una de sus víctimas fue Álvaro Ulcué. El padre Álvaro sería fundamental para animar el proceso de resistencia y esperanza que ha distinguido y mantenido a su pueblo. Bajo su consigna del “despertar de la conciencia” llegó a estimular las fuerzas vivas de la comunidad y su trabajo de evangelización se destacó por invitar permanentemente a la concientización y la participación. Tiempo después, cuando fue posible la recuperación de la tierra, el padre Antonio Bonanomi recordó que Álvaro decía “tenemos la tierra para la gente, ahora necesitamos la gente para la tierra”. Y en efecto, ahora las haciendas son fincas comunitarias o tierras del resguardo. Hasta el papa Paulo VI en su visita de 1968 a Colombia dejó recursos para comprar una de las viejas heredades. El caserón de esa hacienda, que hace una ele cubierta de tejas y sombreada por sauces y eucaliptos, fue elegido como escenario para la primera reunión de los tres cabildos que componen el municipio de Toribío. Guillermo Tenorio, uno de los que promovieron y acompañaron esta reunión hace 22 años, recuerda: “Aquí se hizo la organización con participación de ochocientas personas de los tres resguardos. Trabajamos tres días: lunes, martes y miércoles. Lo primero que se hizo fue promover algunos programas de educación bilingüe. Era prohibido hablar nuestra lengua, en las escuelas nos prohibían hablar paez, así que tocó continuar de una manera clandestina, hablándolo, enseñando a hablar a nuestros hijos. Se trazaron seis escuelas bilingües para tres resguardos, donde se enseñan a los niños nuestras costumbres, nuestra propia cultura, así se comenzó. Por aquí estaba lleno de ejército en esta zona, a muchos compañeros los cogían y los colgaban y torturaban el ejército”. Era el año 1980 y el Estatuto de Seguridad promulgado por el gobierno de Julio César Turbay Ayala sirvió de marco político a la creación del Proyecto Nasa, el plan de vida paez, que surgió como propuesta netamente civil y de participación social, pero entonces y ahora ha chocado con un historial de guerra que no cesa. Esta zona del Cauca elevada sobre la cordillera central con sus montañas imponentes, sus riscos verticales y sus riachuelos corriendo a favor de la gravedad fue propicia para la guerrilla liberal. También ha servido como refugio para las FARC desde los años 60 y fue territorio del M 19, cuyas trincheras aún permanecen en los páramos. Vio surgir a la guerrilla indígena del Quintín Lame y también fue la cuna del Ricardo Franco que realizó allí una masacre de más de doscientos de sus militantes. En este contexto, la idea de un proyecto civil ha tenido que enfrentar señalamientos de los distintos bandos, crímenes de sus líderes y reclutamiento de sus jóvenes. Trabajar en medio del conflicto no diferencia al Proyecto Nasa de cientos de proyectos comunitarios en Colombia, lo que sí le distingue es su particular forma de enfrentarlo: Mientras casi todos deben soportarlo en silencio ellos han definido con claridad su independencia. Durante una asamblea comunitaria a principios de octubre de 2002 la población de Toribío le pidió públicamente a las FARC retirarse del pueblo y dejarlos circular libremente. Los comuneros tomaron la palabra y pidieron a sus líderes guardar silencio, al día siguiente la presencia guerrillera era menos ostensible. Los comuneros hablaron a nombre de un proceso ya consolidado cuyos elementos están contenidos en declaraciones públicas y son el resultado de largas discusiones en donde cientos de hombres y mujeres fijan posiciones “Es la comunidad y el cabildo quien delega la vocería o representación y somos nosotros que mediante asambleas públicas analizamos la realidad, pensamos en nuestro propio futuro y definimos estrategias de acción”. Una de esas asambleas puede congregar entre tres y cuatro mil personas. Allí se discute cada tema de manera profunda, se confrontan las posiciones divergentes. Los debates son largos: días y noches de discusión van perfilando a los nuevos líderes que aprenden el arte de la argumentación de una manera muy especial. Para el nasa una idea no resulta cierta ni falsa y su defensa no depende de la simple capacidad de oratoria o de convencimiento. Quien expone una idea la somete a la prueba del examen público, la somete a la duda, incluso tratarán de reducirla al absurdo, la cuestionarán desde todos los ángulos posibles. Al final, la conclusión se vuelve colectiva, deja de pertenecer al orador y es propiedad común. El consenso suele ser el resultado. Para ello, los nasas suelen tener gran paciencia y acostumbran a volver sobre las ideas una y otra vez. Cuando parece que avanzan, han dado una vuelta completa, cuando parece que llegan a conclusiones están otra vez en el comienzo. En cada cabildo las normas de votación varían o se ajustan. Una vez logrado el consenso hay una votación que tiene por objeto ratificar su identidad y sentido de pertenencia. Niños y adultos por igual depositan sus votos y desde allí hacen público un compromiso que llevarán hasta sus últimas consecuencias. Tal vez por esta razón las elecciones de alcalde, consejo y demás cargos de elección popular no son más que un formalismo que confirma la decisión de una asamblea general. Así votaron recuperaciones de tierras y marchas multitudinarias para reclamar sus derechos. Así deciden arreglar una carretera que la entidad responsable no asuma o crear un colegio o una escuela. Es una práctica que ayuda a la inclusión, que procura evitar las disyunciones y los autoritarismos. Y no hay que ser indio o nasa para hacer del diálogo una forma de encuentro y del trabajo un ejercicio de la solidaridad, pero sin duda contar con hábitos que lo hagan realidad es mucho más eficiente que los discursos en los cuales es frecuente invocarlo sin saber como llenarlo de contenido. Estas claridades son las que salen a flote cuando de grupos políticos se trata “No nos sentimos representados por ningún partido político, organizaciones llámense de la derecha o de la izquierda, instituciones o personas que dicen ser nuestros voceros, porque no lo son”. SENTIDO DE PERTENENCIA Y AUTONOMÍA La organización espacial de sus municipios tiene la estructura tradicional de un parque central, con sus instituciones y, por supuesto, su iglesia. No obstante, la vida no trascurre alrededor de los edificios públicos. En Toribío el ir y venir es entre las dependencias de la alcaldía y las del Proyecto Nasa. Allí la administración no se muestra con una arquitectura ostentosa y son más amplios los espacios del Proyecto Juvenil (una parte del Proyecto Nasa) que los del burgomaestre. Ser alcalde no da un poder especial o una posición de dominio. El hecho de ser elegido mediante asamblea le da un carácter de delegación más real y profundo que aquel emanado de la llamada democracia representativa. Así lo entiende Gabriel Pavi, actual mandatario local, que en respuesta a la amenaza del Farc opina: “Lo que yo soy lo debo en parte a mi esfuerzo, pero lo debo en gran parte a la comunidad, especialmente a los mayores, que me han enseñado el camino y que me han apoyado valorando mi servicio. “Ustedes son testigos que no he sido una persona ambiciosa o prepotente: Yo no me lancé para la alcaldía, fue una Asamblea que me lanzó y fue la comunidad que me eligió, como representante de un proceso histórico que nació en Toribio en 1971 con la creación del CRIC, y se amplió y fortaleció en 1980 con la creación del Proyecto Nasa. “En todos los cargos que la comunidad me ha confiado he tratado de usar el poder con humildad a beneficio de la comunidad. No le puedo esconder a la comunidad que en estos días, pensando especialmente en mi familia, he sentido muchas veces la tentación de renunciar a la alcaldía. Hubiera sido lo más fácil para mí y me hubiera quitado de encima un gravísimo problema. “Pero he resistido a la tentación porque he pensado que al renunciar habría traicionado a la comunidad que me eligió y que en una gran Asamblea, en total libertad, me confirmó su apoyo y me pidió que no renunciara, y habría también traicionado el proceso que nos ha costado tanto sufrimiento y tantos muertos. “Yo no soy alcalde para defender al gobierno de turno, o los intereses de una oligarquía que tanto daño ha hecho a nuestros pueblos indígenas. Yo soy Alcalde para defender los intereses de la comunidad, para canalizar recursos a favor del desarrollo de la comunidad, para fortalecer nuestra autonomía desde este espacio político”. El alcalde es más que un funcionario público, es un delegado de la comunidad. Así lo asumen los comuneros “yo llego a la alcaldía y algún funcionario no me atiende o no me hace entrar, me hace esperar y eso llegó a críticas por parte nuestra hasta que mejoraron, ya que uno los nombra para que atiendan nuestras peticiones”. LA ASAMBLEA COMUNAL Y LA ADMINISTRACIÓN LOCAL Las asambleas se celebran cada vez que sea necesario y la asistencia suele ser abrumadora. La tradición obliga a una visita en la cual se convoca a cada familia o persona de manera directa y los alguaciles del cabildo son los encargados de recorrer las veredas para hablar con cada comunero y comunera. Este método es infalible. Ni la radio comunitaria con que cuenta desde hace siete años la comunidad es capaz de reemplazar este diálogo, que confirma la relación de la autoridad indígena con sus gentes y el valor de la palabra. En lo que tiene que ver con la administración pública las asambleas son anuales y en ellas se evalúan los resultados del trabajo y se hacen los correctivos necesarios. Pero, desde luego, las primeras asambleas son las de planeación, en donde se definen las prioridades y se distribuye el presupuesto. Así lo relata una presidenta de junta de acción comunal: “Los presidentes van y miran cuál es la necesidad más prioritaria dentro de cada vereda y así se le asignan los recursos porque cuando yo estuve de presidenta y se necesitó la ampliación del acueducto, una necesidad prioritaria, tocaba que irle asignando los recursos a eso. A todas las veredas, que son 63, había que asignarles recursos ya que era importante y todas las comunidades quedaban conformes porque no se escogía una para darles recursos, sino a todas por igual”. Este método rompió las divisiones políticas que hasta 1994 incidían en la distribución presupuestal. Los tres cabildos que conforman el municipio de Toribío estaban divididos por sus tendencias partidistas: Toribío conservador, Tacueyó liberal y San Francisco comunista. Este fue uno de los escollos más grandes para la conformación del Proyecto Nasa, pero la alcaldía y su manejo de recursos ha sido un factor clave para integrar personas que hasta hace muy poco se consideraban enemigas entre sí. El presupuesto del municipio en 1994 fue de 780 millones de pesos. Luego de tres administraciones a cargo del movimiento indígena se ha llegado a un presupuesto anual de 8 mil millones; un salto de semejante magnitud obedece sin duda a la buena administración. Además, este año se consiguieron otros dos mil millones más. Gabriel Paví explica: “Es que teníamos unas gestiones pendientes, unos proyectos que habíamos presentado por la actualización de los recursos del predial con el Agustín Codazzi. Antes nos llegaban 280 millones por período y ahora 530 cada dos años, eso hizo que se incrementara el presupuesto. El otro año nos va llegar la misma cantidad pero a la vez las obras sociales las vamos a priorizar en atención en salud y educación propia”. La definición de los presupuestos se hace a partir de una metodología que se ha perfeccionado con cada nueva administración. Lo primero es el análisis de la realidad. Uno de sus impulsores, el ex alcalde Ezequiel Vitonás comenta: “Ese análisis lo encaminamos a que la gente piense lo bueno y lo malo, de antes y de hoy; lo que ha cambiado y lo que comparan. Frente a lo malo miramos cuáles son las causas de esos problemas y cuáles serían las consecuencias y eso permite a la gente generarse su conciencia. Así prioriza a partir de los sueños más sentidos y frente a eso viene el compromiso tanto de la comunidad como de la administración y del mismo Proyecto Nasa. La comunidad por lo general tiene trabajo, mano de obra, pero no tiene plata y así se hacen acuerdos muy importantes, se define la inversión dentro de la dinámica que es comunitaria y da como resultado unos logros concretos. Cada vez que se va olvidando, yo vuelvo a aplicarla cada vez que voy a las veredas”. Con este método los representantes de las veredas llegan a las asambleas de presupuesto con propuestas concretas. Pero muchas veces esos problemas rebasan el ámbito local y deben ser atendidos con esfuerzo de toda la comunidad. Para ello entran a jugar nuevas herramientas como la minga. LA MINGA: CULTURA DE PARTICIPACION La minga no es solo el trabajo para la tierra también es un mecanismo de participación en los cambios y en el mejoramiento de la comunidad. Enrique Vitonás, como alcalde de Toribío en el período 1998 – 2000, involucró la minga como medio de participación: “Hay un presupuesto, entonces lo que se trabajó bastante es que ese presupuesto no era del bolsillo del alcalde sino que era una plata que nos pertenecía y esa plata debía invertirse bien. Contábamos con un primer recurso y se entró a cofinanciar entre la plata del municipio y la transferencia de los cabildos, entonces se comenzó a hacer mingas. La minga consistía en que la gente ponía la mano de obra no calificada y el municipio y los cabildos ponían los recursos para la parte que la gente no podía hacer, y eso hizo que la plata rindiera mucho. Por ejemplo, aquí terminamos haciendo aulas con 15 millones, aulas reglamentarias como las que exige el Ministerio de Educación con la mano de obra de la gente, mientras que esas mismas aulas en otros municipios donde el hierro estaba más cerca cuestan 38 y 40 millones de pesos. “La desnutrición ha sido uno de los problemas más graves para los nasas. La pérdida de su agricultura y la dependencia de monocultivos han llevado a una expectativa de vida de apenas 40 años y a unos índices de tuberculosis muy altos. Durante un análisis de la realidad un grupo de jóvenes planteó la necesidad de producir alimentos de mejor calidad. Después de darle vueltas al tema decidieron construir una factoría para producir truchas bajo el nombre de Juan Tama. “Se pensó en un proyecto que ayudara a la dieta alimenticia y sirviera para aprender a construir una empresa más organizada, y que generara incluso más rentabilidad no solo en la parte económica sino en la parte social. “La alcaldía aportó los equipos como volquetas y escavadoras; el Proyecto Nasa se encargó de la metodología y de la coordinación; la gente acudió de todos los resguardos con el fin de apoyar este sueño “Habían 1000 ó 1.200 personas: unos cargando piedra, otros arena, hacían unas cadenas desde el río hasta Juan Tama; se hacían hasta 10 cadenas que de una vez cogían la piedra del río caía un chorro permanente pasando de mano en mano y lo mismo con la arena se acomodaba en costales iba saliendo”. Hoy en día Juan Tama está en capacidad de producir 30 toneladas cada tres meses, ha sido un aporte a la dieta de los comuneros y ha enseñado a administrar una empresa propia y rentable. Es fruto de la minga y de la solidaridad. Según evaluación hecha por el SENA, el costo de las instalaciones es superior a 1500 millones de pesos. Los nasas invirtieron 600, lo demás fue su trabajo. Esa fue una minga que marcó cambios fundamentales. Ezequiel Vitonás comenta: “Se hizo una minga en otros niveles, uno en nivel de la gente y otro en nivel de instituciones. Allí se acabó el sectarismo de vereda, el sectarismo de resguardo porque allí entraron a aportar los tres resguardos. Minga desde nivel local, interveredal y de resguardo. Coordinación de los resguardos con el municipio, cosa que nunca se daba. Entonces, los cabildos de Tacueyó, Toribío y San Francisco pusieron los recursos económicos la alcaldía también y esa minga permitió hacer lo que se debe hacer”. En el acueducto de la vereda La Pila la comunidad invirtió 3000 jornales en cada año y según su presidenta:“No anotamos lo que eran los niños porque ellos trabajaban un rato y se ponían a jugar”. Ninguno de estos trabajos se cuantifica pero sin duda son la fuente de recursos más permanente y decisiva. Lo que invierte la administración se multiplica con el aporte del Proyecto Nasa y se enriquece con la participación de la comunidad. Los métodos para esta participación han adquirido diversas formas y posibilidades derivadas de la minga y adecuadas a las necesidades. La minga tradicional de los nasas es un trabajo colectivo a cambio del cual el que invita ofrece alimento a los que participan. Ofrecer carne y maíz para llevar a casa es obligatorio para quien pretenda hacer una minga. Pero la minga comunitaria fue adoptando nuevas maneras de reconocimiento. Se han construido escuelas, caminos, restaurantes escolares, acueductos, empresas comunitarias; se han protegido las fuentes hídricas y los corredores biológicos. Todo a cambio del bienestar y de la calidad de vida de los asociados. Otra modalidad de trabajo solidaria es el intercambio. Son grupos pequeños que fijan necesidades particulares que atienden de manera conjunta y cada día van rotando el lugar de trabajo. Mediante esta modalidad se han logrado conformar más de 150 grupos de rotación y sus acciones han permitido recuperar el tul, la forma tradicional de producción agrícola. IGLESIA DEL PUEBLO Y SINCRETISMO CULTURAL No es posible entender por completo este proceso sin tener en cuenta la filosofía que inspira la participación religiosa. La mirada a la cultura tradicional debe contrastarse con la influencia ejercida por el grupo misionero en cabeza de los religiosos de La Consolata, Antonio Bonanomi y Estío Raotino, dos religiosos que han dedicado su vida a apoyar el proyecto iniciado por Álvaro Úlcué. Bonanomi lo expresa así: “Hay una motivación profunda que es la motivación de mi vida, yo no estaría aquí si no creyera en esto. Creo profundamente en el camino de Jesús, que se puede expresar en tres elementos. El primero es que yo creo que a Dios y a Jesús, su hijo, no les gusta este mundo así como está, desbaratado, destruido. El segundo elemento es una propuesta alternativa, la propuesta de Jesús no es solamente la de cambiar las estructuras, distribuir la tierra, ofrecer posibilidades de vida a todos, redistribuir los recursos que la tierra da, sino que Jesús propone también un corazón nuevo, porque solamente desde un corazón nuevo, que se libere de la prepotencia, de la soberbia, es posible construir un mundo nuevo. Y, finalmente, que Dios indica un camino, el camino es la entrega, la donación, la solidaridad, estar con él, ser parte de un camino”. Una suerte de sincretismo asumido de lado y lado caracteriza la relación entre los nasas y los misioneros. Estos usan sobre su sotana un chumbe que es un símbolo muy importante para los paeces, pues es el elemento que acompaña al niño desde su nacimiento y representa las relaciones con el mundo. Un chumbe también sirve de marco al Cristo que protege el altar mayor y en uno de sus costados está Juan Tama, cuya presencia es referencia obligada de identidad. Por su parte, la religiosidad nasa va del médico tradicional al sacerdote y de la misa a los refrescos (baños de purificación y sanación) sin marcar diferencias en cuanto a devoción o respeto. El proyecto de Álvaro Ulcué parece estar en el fiel de la balanza entre un mundo de la vida que requiere cambios drásticos, reivindicaciones y dignidad para su pueblo y una dimensión mítica cuyo principal aporte está en solidificar el sentido ético de esta lucha. Bonanomi comenta al respecto: “El nasa vive muchos elementos con la dimensión fuertemente espiritual, como unos valores éticos. Hay un valor ético que yo subrayo siempre, que me encanta: para el nasa nadie es dueño de nada ni de nadie, porque todo tiene otro dueño. Es lo contrario del capitalismo, es decir, para el capitalista él es dueño de las cosas, de las personas, hasta lo llaman patrón, mientras que para los indígenas nasa nadie es patrón de nadie ni de nada”. LOS NASAS FRENTE AL ESTADO El Proyecto Nasa había logrado el cometido de formar sus líderes, había conseguido crear un centro de estudios propio, el Centro de educación, capacitación e investigación para el desarrollo integral de la comunidad, Cecidic, que tiene sus instalaciones justo en el mismo lugar en donde los terratenientes habían planeado el asesinato de Álvaro Ulcué. En eso estuvieron toda la década de los 80, pero fue la Constitución de 1991 la que le dio a la nueva dirigencia responsabilidades concretas en el manejo de lo público. Con la Constitución de 1991 los pueblos indígenas experimentaron una nueva relación con el Estado. El hecho de reconocer a Colombia como nación pluriétnica y multicultural (art. 7) cambia del todo las leyes que desde 1886 habían consagrado la exclusión como norma. La defensa de la diversidad cultural y del acceso a la cultura en igualdad de oportunidades (art, 70) motivó un nuevo tiempo en las relaciones entre el país político y la multiplicidad de pueblos que lo componen. El proyecto ya estaba trazado, era la hora de empezar a realizarlo. Las asambleas tuvieron un tema recurrente: la participación en elecciones y la escogencia de sus candidatos que a la postre han sido siempre los elegidos. Ezequiel Votonás, alcalde de Toribío 1998 – 2000, comenta: “Cuando la gente definió el perfil de los candidatos y los criterios de quien debía representarlos fue la misma gente quien se comprometía a hacer las campañas y se rebuscaron los recursos haciendo rifas, empanadas para financiar los candidatos y como además era mucha gente, de una logramos tener campañas en todas las veredas. Además que para llegar a eso habíamos trabajado todo el plan de desarrollo con participación comunitaria y se había soñado tanto con ese plan que alguien de afuera no lo iba a hacer. La misma gente decía ‘si viene alguien de afuera a ofrecer plata recíbansela pero ya no nos vendemos más, porque ya sabemos para qué nos han utilizado y más vale lo que nos den lo dejamos para celebrar el triunfo de nuestro propio candidato y ya nadie se va a vender sino que va a trabajar por la defensa de nosotros’”. BASES Y PROYECCIÓN DEL PLAN DE VIDA El insumo principal del trabajo político lo constituye la organización. Esta organización tiene sentido por cuanto plantea un Plan de Vida y con él unas metas ambiciosas que obedecían a sus aspiraciones como pueblo. Para lograrlo, desde 1980, el plan incluyó tres elementos metodologicos: 1- La concientización a través de la educación y capacitación: 20 años después, el Cecidic capacita a hombres y mujeres en educación básica secundaria, cuenta con dos programas de carreras profesionales, inclusive cuenta con programas de artes y oficios. Tiene una infraestructura completa con talleres, sala de Internet y sistemas, y chivas 1 de propiedad del proyecto que transportan a los estudiantes. Mediante convenio con la Universidad Pontificia Bolivariana ofrece los títulos profesionales de Antropología y Economía para el desarrollo. 1 La chiva es un bus abierto, con carrocería de madera, muy característico de esta y otras zonas de Colombia. Un factor que influye en el desarrollo y consolidación del Proyecto Nasa es el apoyo de las universidades San Buenaventura de Cali, la Universidad del Valle y la Pontificia Universidad Bolivariana de Medellín. Estas instituciones mantienen una dinámica permanente de intercambio y capacitación entre los líderes y los académicos. Por ese camino se han adelantado investigaciones de gran aliento como la cátedra Nasa – Unesco y la creación de la carrera de Antropología que formó 45 profesionales de la comunidad. Esta disciplina, que hasta hace poco tiempo los veía como objetos de estudio, pasó entonces a hacerlos sujetos de conocimiento. También se logró la primera promoción de economistas para el desarrollo. 2- La participación comunitaria y la organización: se trata de lograr una vinculación activa de toda la comunidad, no solo de los líderes. Se crearon grupos de jóvenes, de mujeres, de la familia. 3- El desarrollo integral a través de programas que abarquen la totalidad de la vida y de la comunidad: todos los factores aquí reseñados muestran la capacidad de adaptación del pueblo nasa. Los cambios no les resultan extraños pero son aceptados cuando no ponen en riesgo su sentido como pueblo. “Todo lo que nos sirve lo convertimos, es nuestro” concluía Gabriel Paví a propósito de la introducción de nuevas tecnologías de información y comunicación en su territorio. Con esto las posibilidades de participación daban cuenta de un sentido integral: salud, educación, medio ambiente, recreación y cultura se convirtieron en ejes para la acción conjunta. Estos tres ejes conducen a un fin más amplio y tienen consecuencias políticas que rebasan el ámbito de los nasas. Se trata de construir unas nuevas relaciones entre la comunidad y el Estado, de hacer un Plan de Vida: “El sueño de nosotros como pueblo indígena Paez es algún día lograr el equilibrio y la armonía en nuestro territorio, que ha sido roto por los múltiples problemas que han llegado a nuestras comunidades. El padre Álvaro, en el año de 1980, diseñó con las comunidades un futuro y es una comunidad unida, organizada, tecnificada, una comunidad educada, que no se avergüence de ser indígena. Sin vicios, sin problemas, desmilitarizada, una comunidad realmente autónoma y en este sentido todo el esfuerzo que nosotros estamos haciendo es para llegar allá. Algún día logramos tener el equilibrio y la armonía en nuestro territorio”.2 2 Arquímedes Vitonás. Diputado a la Asamblea del Cauca 2000-2003 LOGROS Vencer la politiquería tal vez ha sido el gran éxito. Ya no hay sillas de 8 mil pesos comprado por 15, ni recibos de teléfonos inexistentes ni sobrecostos en construcciones. Poco a poco lo mismos que alentaban sus trapos de colores van acercándose a este proceso que muestra a las claras sus virtudes. “Yo no tengo el porcentaje pero la primera vez se ganó con una diferencia de 163 votos al contendor; de ahí se pasó a una diferencia de 1.600 y ahora se pasó a una diferencia superior al 50%. El perdedor está en 2.200 y el ganador en 4.600”, dice Ezequiel Vitonás. Además de las razones expuestas más arriba este cuadro nos da la idea de porque están cambiando las costumbre políticas en Toribio. ANTES Y DESPUES DE LAS ADMINISTRACIONES PROPIAS AREA Educación Hasta 1994 1.000 estudiantes 1994 al 2002 7.000 estudiantes de primaria y secundaria Escuelas adecuadas Cubrimiento veredal del 20% Ninguna atención a la población en edad no escolar Proyecto Educativo Institucional 30% 20% 30% Cubrimiento veredal 60% del 100% 700 adultos en 100% procesos educativos especiales Proyecto Educativo Plan Comunitario adecuado condiciones asumido por educadores municipio 90% 60% 70% 50% 100% 70% 0 12000 100% Déficit de 5000 Déficit de 2000 Se construyeron 3000 Acceso a la educación por parte de los adultos Plan pedagógico Acueductos Electrificación Rural Campos deportivos Salud Población carnetizada en el Sisben Vivienda Variación 700 por ciento educativo a las nasas y todos los del Fuente: Alcaldes nasas. ASOCIACIÓN REGIONAL Y DERECHO PROPIO El Proyecto Nasa no tardó en servir de ejemplo a otros municipios y cabildos del Norte del Cauca. En este momento existen cinco proyectos comunitarios que recogen los elementos de participación, autonomía y construcción de comunidad: Proyecto Global de Jambaló Proyecto Chachaguala Proyecto Yuluch Proyecto Unidad Paez Proyecto Integral Por toda la región se despliega una actividad constante en donde el trabajo comunitario pone la pauta y la organización define métodos y estrategias. Para coordinar este nuevo encuentro basado en el trabajo conjunto se creó la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, ACIN. Contrario a una práctica demasiado extendida esta propuesta busca unión a partir del trabajo y no de la estructura corporativa. Las áreas de ACIN fueron creadas para mantener una relación directa de participación entre las autoridades propias (cabildos), los componentes más representativos de la vida nasa, el conjunto de las organizaciones sociales de la región, los centros académicos, las ONG y las entidades oficinales y privadas que tengan que ver con sus proyectos de vida. Se han dividido en cinco componentes: • • • • • Jurídico Educativo Económico Salud Ambiental La defensa del Derecho Mayor basado en la tradición histórica del pueblo nasa constituye un aspecto de gran relevancia en todo el proceso de participación y organización indígena. Mediante este derecho es la comunidad la que toma decisiones y traza el rumbo de su vida, al tiempo que delega en jueces indígenas el cumplimiento de su voluntad. Este proceso ha sido de gran impacto, al punto que el juez Baltazar Garzón visitó la región y firmó allí un convenio de cooperación humanitaria a nombre de la Audiencia Nacional de España. Su principal interlocutor, Aldemar Pinzón, coordinador del Equipo de Jurisdicción Indígena de la ACIN, fue asesinado el 6 de septiembre de 2002. Aunque no se han logrado identificar con exactitud los autores del crimen, es claro que la autonomía molesta a todos los actores del conflicto armado y es la justicia propia una de las más apreciadas y respetadas instituciones para el pueblo Nasa. Atendiendo a ese sentido, la comunidad del municipio de Caldono decidió desconocer el mandato del alcalde Gerardo Iván Sandoval y basó sus reclamos para ejercer autoridad en los siguientes argumentos: “Que el fallo contra el señor Gerardo Iván Sandoval, emitido por los Capitanes Vitalicios y los Cabildos indígenas de Pioyá, Pueblo Nuevo, La Aguada San Antonio, La Laguna Siberia, La Mercedes y San Lorenzo de Caldono, se sustenta en el DERECHO MAYOR, que tiene sus raíces y fundamentos en la identidad cultural nasa, en el saber ancestral de los mayores y en la decisión comunitaria, y cuya legalidad jurídica está confirmada por la Constitución Nacional, mediante el reconocimiento de la diversidad y de la jurisdicción especial indígena. “Que de forma amplia hemos manifestado las razones que dieron origen a este fallo, las cuales han sido compartidas por nuestros hermanos indígenas del Cauca, entre las que se destacan que el señor Gerardo Iván Sandoval, en su ejercicio de alcalde municipal, incurrió en malos manejos de recursos y en actos que atentan contra la integridad étnica, el Derecho Mayor y las Leyes de Origen, creó condiciones de rompimiento de la armonía y equilibrio de la integridad cultural tergiversando los usos y costumbres del pueblo Nasa de Caldono, y generó situaciones de resquebrajamiento de la convivencia intercultural y social campesino– indígena. “Que nuestra acción, iniciada de forma pública el 23 de mayo del presente año, venía siendo analizada desde el mismo momento en que el señor Gerardo Iván Sandoval, en su ejercicio de alcalde municipal, interfirió nuestras competencias internas y detectamos manejos irregulares en el presupuesto, proceso que finalizó con el fallo de nuestras comunidades y Autoridades que lo desconocen en el cargo de Alcalde, decisión fundamentada en que el control efectivo a la administración municipal también es resistencia ancestral contra toda manifestación de violencia”. Esta autoridad garantiza que la evaluación del desempeño de los funcionarios conduzca a sanciones acordes con sus faltas e impide la impunidad, una de las fuentes de la corrupción. Las evaluaciones son ejercicios públicos en los cuales los comuneros declaran públicamente sus dudas y sus críticas. Ya es conocida en Colombia la singular forma de hacer respetar las normas paeces y han sido emitidos por televisión los latigazos que se han ganado quienes han osado infringir la estricta ley paez. En todos los municipios se llevan a cabo por lo menos una vez al año asambleas generales con el propósito de rendir cuentas del desempeño por parte de los funcionarios. “Ahora lo bonito es que la gente evalúa el trabajo del alcalde y de los funcionarios: los sientan en la tarima y la comunidad en asamblea los van evaluando, y lo que no les gusta de la atención de los funcionarios la gente lo dice”, comenta el director de Radio Nasa, Leonardo Jurado. Así se cierra un círculo que había partido de la Asamblea de planeación, tal y como lo comenta Ezequiel Vitonás: “Pienso que la evaluación se ha hecho fácil para la gente puesto que el plan de desarrollo se ha hecho con ella. Esto hace que la gente sepa qué proyecto se había priorizado y con base en eso pues se sabe cuánto quedó para cada proyecto y permite saber si el costo del proyecto se dejó el 100% o el 50%: Entonces cuando se evalúa se sabe que el impacto fue al 50% y que hace falta el resto, mira las obras físicas y (ve) que hace falta el resto”. En Toribío algunas evaluaciones se han hecho utilizando como símbolos las frutas. De esta manera, a cada funcionario se le entregó aquella que lo representara en su trato con la comunidad. El tesorero se llevo el limón, pero hubo papaya y frutas dulces para la mayor parte de los funcionarios mientras que el alcalde recibió un mango grande como la gente veía el tamaño de su corazón. RESULTADOS O FRUTOS ESPERADOS Gracias a la coordinación regional las metas comunes se han ido aclarando y de esta manera los proyectos cada una de las áreas se fija metas e indicadores de logro. Todas ellas constituyen un camino que se viene recorriendo y sus niveles de desarrollo son distintos en cada uno de los resguardos. RESULTADOS ESPERADOS POR AREAS AREA Educación y salud METAS Cobertura: 100% Permanencia: Garantizar la presencia de personal en todo el sistema de salud y de los maestros en sus escuelas y colegios. Recursos Naturales Conservación: Recuperar el Tüll (chagra) como sistema de producción propio. Conservar el recurso Hídrico y proteger Fuentes. Suficiencia: Garantizar la seguridad alimentaria. Consolidar las empresas propias. Espiritualidad: Fortalecer la relación con los The Gualas (medico tradicional) y las relaciones míticas con el universo natural Uso respetuoso del suelo y manejo del Tüll Economía Cultural Ambiental Ambiental Productivo INDICADORES Acceso a todos Salud propia Educación propia Maestros y locales suficientes Atención adecuada Material y dotación adecuados Continuidad Protección Recuperación Diversidad Autosuficiencia Empleo propio e ingresos Economía organizada Respeto a las leyes de la naturaleza Medicina tradicional viva Prácticas culturales Técnicas adecuadas Cultural Productivo Armonía Reciprocidad en la mano de obra prestada, en las mingas y en las empresas asociativas. Felicidad Uso ordenado del suelo Trabajo comunitario Actitud de recibir y devolver Atención a los más pobres Condiciones de vida buena Vida sana Relaciones de igualdad Alimentación equilibrada Fuente: Documento EMPODERAMIENTO TERRITORIAL RESULTADO ESPERADOS EN LAS INSTITUCIONES AREA Administración METAS Buen manejo: Capacitación Capacidad: Planificación Cumplimiento: Autonomía Gobierno propio Participación Ser comunidad Fuente: Documento EMPODERAMIENTO TERRITORIAL INDICADORES Autoridad moral Responsabilidad y compromiso Coordinación Control administrativo Rendimiento Formación y conocimientos Destrezas Malicia Lograr los compromisos Identidad Ganar espacio Derecho propio Territorio legalizado y ampliado Participación amplia Información LA VIDA Y EL TERRITORIO El tema ambiental constituye capítulo aparte, pues es claro que la vida y el territorio son el eje de este pueblo. Los resultados alcanzados en menos de una década de trabajo son alentadores y permiten ver consecuencias positivas en el manejo del recurso hídrico, la soberanía alimentaria, la protección de la biodiversidad y la defensa del “NASA KIWE”. Desarrollo de los proyectos ambientales La estructura municipal ha sido desbordada en todo este proceso y la posibilidad de construir entidades territoriales propias ya se plantea como un tema prioritario. Se trata de un desarrollo que surge de un proceso vivo y, por tanto, tiene todas las posibilidades de consolidarse. Esta discusión apenas inicia, ya varias asambleas han agotado horas y días, cientos de reuniones trajinan este nuevo capítulo de la organización política nasa y de su relación con el resto del país. Pero las conclusiones no se han sacado. Una vez se llegue a ellas habrá 109.001 hombres, mujeres y niños haciéndolas realidad. Ezequiel Vitonás afirma: “Nosotros lo que hemos hecho es retomar lo de los concejos comunitarios y estos concejos con participación dentro del contexto del plan de desarrollo no sería para mas politiquería o para volver a la politiquería o para malgastar el presupuesto sino para pensar en grande y pensar en los planes de desarrollo en un contexto intermunicipal; incluso estamos haciendo una discusión zonal, regional, y en eso estamos buscando posibilidades en una programación a ver si dialogamos con las comunidades afrodescendientes además de las indígenas, a ver si pensamos en una región multiétnica, y vamos a meternos en eso”. CONCLUSIONES GENERALES La experiencia alcanzada por los nasas en el norte del Cauca nos permite proponer las siguientes conclusiones: ? La participación puede ser un ejercicio global, que abarca todos los momentos de la vida de una comunidad. De esta manera se garantiza la transparencia y se logra la vinculación activa en la solución de los problemas. ? El ámbito cultural está fuertemente ligado a una participación efectiva, pues la existencia de hábitos de solidaridad y de símbolos propios provee resultados más acordes con los sueños del colectivo y más cercanos a la cotidianidad de los asociados. ? El sentido de pertenencia a una comunidad es factor central de la participación. ? Las organizaciones de base y las formas propias de solidaridad son el principal insumo que garantiza la participación. ? Los ejes transversales como género, relevo generacional y familia permiten ir trenzando las áreas de trabajo específico como salud, educación, seguridad alimentaria, y garantizando continuidad y ecuanimidad. ? La planeación a largo plazo permite pasar de lo local a lo regional y hace converger distintos procesos. ? El conflicto armado que vive el país afecta de manera directa a las organizaciones comunitarias y constituye el principal escollo para la realización de sus objetivos. Es necesario propender por el respeto a la población civil y por una salida negociada a la guerra. ? El hecho particular de poseer autoridad propia confiere a este proceso una ventaja comparativa con cualquier otro pues le da a la participación mecanismos que integran la administración pública con la estructura del cabildo lo cual, hecho de manera coordinada, genera eficacia y eficiencia en el manejo de los recursos de ambas partes. ? La identidad se construye en el dialogo no en el encierro. Los aportes externos pueden ser apropiados a las necesidades y búsquedas de la comunidad. ? El proyecto define las líneas de liderazgo y no son lo líderes los que definen el proyecto. De esta manera se evita el caudillismo, pero sobre todo se garantiza la continuidad de los procesos. TORIBÍO Y EL NORTE DE CAUCA UNA CULTURA DE PARTICIPACIÓN EN COLOMBIA CRONICA En siete años, los nasas en el municipio de Toribio han conseguido garantizar agua potable, luz y educación a más de 90 % de sus habitantes; han logrado multiplicar por diez su presupuesto; su municipio ha sido premiado por desarrollar el mejor plan de desarrollo de Colombia en 1998 y han contribuido a que su región, el Norte del Cauca, sea ejemplo para Colombia de participación política y administración ética. Gabriel Paví es agricultor y no político, cuando deje de ser alcalde de Toribio, volverá a su vereda, La Estrella, donde lo esperan sus dos plazas (160 metros cuadrados) de tierra sobre la Cordillera Central que están descansando mientras él se dedica a la administración pública. Su actitud no es la de un político tradicional. No anda en carros lujosos, ni bebe licores importados o de contrabando. Es un hombre humilde que llega a las reuniones siempre entre los primeros, escucha a sus contertulios con la misma atención, sean estos niños o ancianos, iletrados o ingenieros. Algo extraño está pasando por estas tierras del norte del Cauca. Un hombre como todos es el gobernante y aunque muchos le dicen señor alcalde, es más frecuente llamarle Gabrielito con un diminutivo que le viene bien a su contextura delgada y a la ternura de sus palabras. El anterior alcalde también está allí. Es un poco más alto y definitivamente más fornido. Ezequiel Vitonás salió de su cargo hace dos años, vive en una casa arrendada y no tiene más fortuna que sus hijos para quienes trabaja sin más compromiso que darles estudio y vida digna. Ningún lujo y ninguna carencia es su filosofía. La máxima con la que operó el poder durante casi toda la vida republicana de Toribío fue la del abuso y la imposición. Los alcaldes se turnaron entre liberarles y conservadores hasta 1994 dividiendo el municipio en parcelas políticas claramente definidas. La corrupción hacía del presupuesto municipal el coto de caza de los administradores. Cuando llegaron los alcaldes cívicos encontraron recibos de teléfonos públicos cancelados mensualmente de manera juiciosa, lo que no hallaron fueron los teléfonos y no hay una sola persona que los haya conocido. Las compras mostraron sobrecostos increíbles y varias obras que aparecieron canceladas nunca se hicieron. Era un pueblo como casi todos. Como las mil y pico de pequeñas administraciones que a lo largo de Colombia han creado la perversa costumbre de que cada gobernante tiene su oportunidad para hacer negocio. Una fortaleza ética es la que está detrás de este proyecto de vida que se inició en 1971 cuando a los indios les dio por reclamar lo que les pertenecía y crearon el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC). De todos los sueños de aquella época de utopías, uno de los pocos conseguidos es la tierra recuperada, más de 100 mil hectáreas, y la identidad convertida en proa para abrirse camino en medio de dificultades económicas, militares y políticas. En esas luchas contra el terraje y contra el latifundio, los paeces aprendieron a pelear juntos y a trazar sus propios caminos. En 1980 crearon el Proyecto Nasa, gracias al empuje de Álvaro Ulcué, el sacerdote que tenía una sotana de cristiano sobre un corazón de indio. Enfrentó por igual a su cultura y a la cultura del invasor y aprendió por igual de ésta y de aquella lo que tenían de bueno y de deseable. El paez que no tiene descendencia es castigado por los dioses ancestrales y es raptado por el perro negro que simboliza la maldición, su voto de castidad lo ponía frente a su pueblo como un condenado en vida. Pero además reclamaba las tierras en propiedad de los hacendados y promulgaba la justicia social como mandato divino, su opción política era una condena a muerte en una región donde hace siglos las diferencias se han saldado con plomo. No renunció a su vocación ni a sus ideas y junto a 800 personas hizo la asamblea que creó el Proyecto Nasa: recuperar la dignidad, la tierra y la cultura fueron sus bases. Para lograrlo pusieron como pilar la educación y la formación de los líderes. Gabriel recuerda al padre Álvaro cuando le dio su primera comunión y cuando enfadado reclamaba a los líderes su falta de compromiso y sus excesos con el alcohol. Pero, sobre todo, recuerda que por esa época les empezó a cambiar la vida a los nasas. EDUCAR A LOS JÓVENES, LA PRIMERA TAREA Guillermo Tenorio evoca esos días de actividades incesantes. “Después de varias reuniones en Tacueyó, San Francisco y Toribío trabajamos con la idea de que tenía que ser a largo plazo. Uno de los objetivos primordiales era lograr que la juventud, los hijos que fueran creciendo, se prepararan intelectualmente porque una comunidad ignorante es una comunidad esclava, no tiene futuro; así que a través de reuniones se hizo reflexionar a la gente. Era doloroso, porque en todos los tres resguardos que componen el sitio Toribío somos paeces, pero la unidad no existía porque cada resguardo tenían su cacique político”. Guillermo es el único líder de aquella época que sigue con vida, todos los demás, empezando por el padre Ulcué, fueron asesinados. Los que hoy trabajan en los distintos proyectos son una nueva generación cultivada bajo la idea de educarse políticamente y trabajar con responsabilidad y ética por su comunidad. El trabajo con jóvenes ha sido fundamental, así lo plantea el padre Antonio Bonanomi, párroco de Toribío. “Normalmente el joven no hablaba en una asamblea y Álvaro decía: tenemos que formar urgentemente a la juventud, si no la formamos la perdemos y la prueba es ésta: si vas a otros lugares del movimiento indígena vemos que el más joven tiene 40 años; si vas a los cabildos del Norte del Cauca hay gente de 16 -18 años que se gloria de ser líder, la mayor parte son jóvenes y esto creo que ha sido una intuición profética maravillosa de Álvaro.” LAS ASAMBLEAS COMUNITARIAS Los nasas han dado muestras de no ser una cultura cerrada. Manteniendo sus principios han logrado involucrar aspectos de la tecnología y de la cultura occidental con gran eficiencia. La capacidad de adaptar sus administraciones a las necesidades de la comunidad es admirable. Cuando llegaron a la administración tuvieron que aprender a manejar los presupuestos, a diseñar los proyectos, a diligenciar los formatos de las distintas entidades. Todas estas exigencias les ocuparon y les siguen ocupando gran parte de su tiempo. Ezequiel recuerda de las noches interminables en que los sorprendía el amanecer leyendo papeles para tratar de descifrar qué era lo correcto, para al fin firmar con la seguridad de no equivocarse. Con aquella asamblea fundadora de 1980 se revivió la gran reunión comunitaria, que de alguna manera subsistía para las labores del campo a través de la minga, pero que como expresión política se había quedado en el recuerdo. Hoy en día las asambleas llegan a 4 mil personas que son delegadas en grandes reuniones veredales. Las decisiones de la asamblea son acatadas y las personas elegidas por ella para cumplir determinadas tareas rinden informe en una asamblea posterior. Es así como se crearon los seis cabildos que coordinan el trabajo en la comunidad: económico, educativo, ambiental, de jóvenes, de la mujer y misionero. La alcaldía es una tarea delegada por la asamblea y la persona elegida participa en elecciones a nombre del movimiento cívico. La primera vez que se presentaron, la resistencia de la política tradicional fue muy fuerte y contra toda previsión ganaron el cargo por 163 votos. La siguiente elección arrojó una diferencia de 1600 y en la más reciente ganaron por más de 2400. Las evidentes trasformaciones en la calidad de vida han cambiado la política local y prácticamente no hay espacio para los politiqueros, quienes se han ido o han cambiado de profesión. Las asambleas nombran a su candidato y es la comunidad la encargada de hacer la campaña electoral. Allí también se nombran los dirigentes del Proyecto Nasa y se renuevan los cabildos gobernadores. Tres instancias de poder político y de dirigencia comunitaria son integradas en una sola práctica de gobierno participativo. Otras asambleas entran a definir los trabajos concretos. Cuando se discute el presupuesto todos llegan con los sueños de su vereda y allí son presentados y sustentados. Una vez se discuten, se hace un orden de prioridades en que todos y todas tienen igualdad de condiciones. Los jóvenes a partir de los 14 años ejercen igualmente el derecho al voto. Cuando las prioridades están definidas se estudia su relación con los presupuestos. En este punto, la participación del Secretario de hacienda converge con la del Tesorero del cabildo, que maneja las transferencias, y con la del Coordinador del Proyecto Nasa que maneja recursos de cooperación internacional o de proyectos propios. Sumando las posibilidades de todos, se logran proyectos de un impacto mucho mayor y de eficiencia tanto en la ejecución como en el resultado. Han construido escuelas por 15 millones cuando en el resto del país su costo no baja de 35. Han desarrollado una industria de truchas por 600 millones cuando su valor sería de 1500. Han construido carreteras y acueductos con dineros que a duras penas pagarían la maquinaria. El valor que agrega la comunidad con su trabajo no está contabilizado pero cientos de millones han sido cubiertos con la solidaridad del trabajo comunitario. Las asambleas de evaluación sirven para saber la opinión de la comunidad. Con métodos creativos las mujeres y los hombres pueden expresar no solo sus ideas sino sus sentimientos frente a los funcionarios. Hace dos años, por ejemplo, cada funcionario fue calificado con una fruta: hubo limón para el tesorero que aprendió a tratar mejor a su gente y ser amable, naranjas para los que eran a veces dulces y a veces ácidos y mangos para los de corazón grande. Uno de ellos fue para Ezequiel, el alcalde. ESTADO Y AUTONOMÍA Acceder a puestos de responsabilidad dentro de la estructura del Estado ha sido un proceso de aprendizaje en el que los nasas han resultado excelentes alumnos. La eficiencia en el manejo de los recursos les ha permitido pasar de un presupuesto de 700 millones en 1994 a uno de 8.000 en 2002. Gracias a sus gestiones han recibido aportes por concepto de predial que les son reconocidos en su calidad de resguardo y de otras partidas con los distintos ministerios. Para la vigencia de 2002, la administración de Gabriel Paví ejecutó 12 mil millones de pesos, una cifra record para este municipio y una eficiencia del 140% respecto al presupuesto del año. Entre los funcionarios de la alcaldía se cuenta con profesionales de diversas áreas que a pesar de no ser nasas adoptan las decisiones de la comunidad y aportan sus conocimientos para el logro de los objetivos comunes. Estos funcionarios ocupan secretarías como la de obras públicas y salud, así como la Umata, cuyo principal trabajo ha sido la recuperación de la forma de producción tradicional a partir del policultivo llamado tul, que equivale a la chacra de lo huitotos o al conuco de los curripacos. Sin embargo, adaptar las políticas del Estado a las necesidades de la población ha sido una tarea compleja. En el campo de la educación bilingüe y en el de la salud es donde se han dado las mayores dificultades pero también los principales logros. Al respecto comenta Ezequiel Vitonás “El PAB (Plan de Atención Básica) en la Ley 100 es atención y vacunas, aquí lo logramos modificar porque con los cabildos indígenas hicimos una resolución ya que aquí tenemos problemas de desnutrición, de tuberculosis y eso se resuelve con comida y no con vacunas ni con talleres. Logramos hacer una resolución y hubo problemas con el ministerio pero al final aceptaron que a través del PAB se entreguen semillas, alimentos y vacunas. Lo primordial era solucionar el problema de los desnutridos y lo hemos logrado”. El Estado, antes lejano e inaccesible, ha sido un interlocutor con quien ya se sabe negociar y encontrar soluciones. En este proceso, los avances le permiten al pueblo nasa buscar nuevas maneras para ejercer una acción más efectiva en la administración política. La creación del Consejo Territorial Indígena es el nuevo paso, a través del cual los nasas quieren administrar su territorio con autonomía y con nuevas y más claras relaciones con el Estado. SER, AUN EN MEDIO DE LA GUERRA La cultura ha sido fundamental para darle sentido a los procesos políticos que vive el pueblo nasa, pero su revaloración es también reciente. Lo que ha permitido construir esta alternativa comunitaria ha sido en primer lugar el proceso de educación de las nuevas generaciones; en segundo lugar, el diálogo intergeneracional que permitió conocer la historia y la tradición hasta el punto de lograr recuperar los títulos reales emitidos por la Corona española en el año 1700. Apelaron a la tradición y la llenaron de juventud, en dos décadas se han recuperado más de cinco siglos de tradición y de cultura. La guerra, en medio de la cual se ha dado todo este proceso, ha dado nuevos argumentos a los nasas para rechazar el camino de las armas y su fuerza como organización no ha variado a pesar de los múltiples crímenes de los que han sido víctimas. El ELN fue obligado a salir del territorio en 1998 y las FARC han sido conminadas a respetar a la juventud para que no la enrolé en sus filas y a dejar libre el camino a la autonomía de su pueblo. La claridad de su discurso político no deja lugar a dudas sobre la madurez alcanzada y el vigor de su resistencia, como lo plantearon en un comunicado del 25 de septiembre de 2002: ”Resistimos a un modelo económico que produce muerte y pobreza, a un sistema político que consagra la exclusión y unos actores del conflicto armado que no respetan nuestra Autonomía, Cultura y Territorio, violan los derechos humanos (DH) y el derecho internacional humanitario (DIH) Por ello, nuestra acción organizativa se realiza como un acto de afirmación de dignidad y resistencia en lo propio, pues no queremos que poderes externos, independientemente de sus motivaciones políticas e ideológicas, vengan a imponernos formas de vida contrarias a nuestra memoria”. Toda Colombia está llena de razones para sentirse orgullosa, no hay una sola región a donde la memoria no tenga guardados los rastros de la creatividad y de la solidaridad. Educar a las nuevas generaciones para asumir y hacer los cambios pensando en el territorio con alegría y ética son las principales enseñanzas del modelo nasa. Pronto cambiarán los gobernadores del cabildo y elegirán a los nuevos directivos del Proyecto Nasa, también en 2003 una asamblea definirá quién es el candidato o la candidata a las alcaldías de los municipios de Jambaló, Caldono y Toribío. Nuevos líderes asumirán las tareas y Gabriel podrá volver al surco, para ello hay 10 mil hombres y mujeres educándose y más de 109 mil personas identificadas en un proyecto común.