Discurso de la Canciller Federal, la Dra. Angela Merkel, con motivo de la Cumbre Empresarial ALC-UE celebrada el 15 de mayo de 2008 en Lima Jueves, 15 de mayo de 2008 Muy distinguido Señor Benavides, muy distinguido Señor Cáceres Sayán, señoras y señores: Es un honor para mí poder dirigirme hoy a ustedes en esta Cumbre Empresarial. También quiero expresar mi cordial agradecimiento a todos los que impulsaron esta Cumbre por haber decidido celebrar aquí esta reunión antes de la Cumbre de la Unión Europea y América Latina y el Caribe. De este modo, en vísperas de nuestra cumbre política, dan un paso importante hacia la meta a la que queremos llegar. Nuestro objetivo es una cooperación económica más estrecha que podría ser el centro de nuestra cooperación conjunta y que se verá subrayada y respaldada por las correspondientes condiciones marco políticas por las que seremos responsables en nuestros países dentro de la Unión Europea y de América Latina. Esta Cumbre pone por tanto de relieve las nutridas y muy intensas relaciones económicas existentes entre Europa y América Latina, relaciones que se remontan a una historia centenaria. Hoy en día América Latina y Europa son socios en igualdad de condiciones que aprenden el uno del otro y se benefician mutuamente. Sin duda nosotros los europeos también somos conscientes de que actualmente nos han salido competidores por el mundo. Este mismo año tendrá lugar en el Perú otra cumbre, la Cumbre de APEC. Obviamente también observamos muy de cerca el interés en la región asiática. Por esta razón entre hoy y mañana queremos subrayar nuevamente con nuestra presencia la especial significación que atribuimos a las relaciones entre Europa y América Latina. Parte de mi delegación está formada por una delegación empresarial dirigida por la Secretaria de Estado Parlamentaria del Ministerio Federal de Economía. Queremos brindar en particular a las pequeñas y medianas empresas la oportunidad de conocer más de cerca América Latina y de aprovechar mejor las posibilidades de un compromiso a nivel económico. Considero que a lo largo de este viaje ya hemos tenido ocasión de lanzar importantes señales que ponen de manifiesto que este compromiso del sector privado alemán es deseado y que se seguirá ampliando. Queremos continuar por este camino. -2- Desde principios de los años noventa los flujos comerciales entre Europa, América Latina y el Caribe se han más que duplicado. Estas son unas cifras excelentes. Nuestro volumen comercial bilateral en 2006 superó los 160.000 millones de euros. Es preciso hacer hincapié en que especialmente las exportaciones de América Latina y el Caribe a Europa aumentaron de forma notable: en los últimos cinco años se han registrado unas tasas de crecimiento por encima del diez por ciento. Un resultado magnífico. También cabe decir que mientras tanto las inversiones de empresas europeas en América Latina y el Caribe han alcanzado los 260.000 millones de euros. Así pues nos enorgullece ver que la Unión Europea es el principal inversor. Estos indicadores muestran claramente que el intercambio económico es de gran valor para las naciones latinoamericanas y los países del Caribe, pero al mismo tiempo son para nosotros, como miembros de la Unión Europea, una inequívoca declaración de nuestra voluntad de invertir en sus países y de ser socios de confianza para ustedes. Por esta razón afirmo con total claridad que, desde mi punto de vista, el potencial de nuestra cooperación económica aún no se ha agotado. Aún podemos hacer posible muchas cosas. Por eso es tan importante que en esta Cumbre y en conexión con la misma se establezcan contactos entre empresas, se intercambien experiencias, se intensifiquen los contactos existentes y que, simplemente, nos conozcamos mejor. Como apuntaba al comienzo, conocernos y estrechar las relaciones económicas ayudará a reforzar un pilar fundamental de la cooperación global entre las dos regiones. Asociaciones sólidas, ¿qué significa eso exactamente? Son asociaciones fiables. Esta cualidad es atribuida a las empresas europeas en América Latina, algo de lo que nos sentimos orgullosos, pero también queremos cumplir aquello que prometemos. Somos conscientes de que en algunos ámbitos tenemos que ganar en rapidez. Pero, por otro lado, me gustaría señalar que los europeos necesitamos encontrarnos sobre todo con unas condiciones marco fiables y seguras, un marco jurídico. En un gran número de países latinoamericanos esto ya es mientras tanto un hecho. Sabemos que ahora aquí ya se está produciendo tecnología punta. Y sabemos que podemos resultar de ayuda en este ámbito. En el creciente campo de la cooperación medioambiental se están desarrollando proyectos muy interesantes. Por supuesto que todos ustedes saben que cuando las empresas europeas invierten en América Latina al mismo tiempo están contribuyendo a consolidar los estándares sociales. Ayer estuve en Brasil manteniendo una -3larga conversación con el Presidente Lula. Fue muy interesante que me recordara una vez más que la primera ocasión en que los colaboradores participaron en una compañía fue en el comité de empresa de Volkswagen. En el desempeño de este cargo aprendió lo que significa participar y también lo que significa resolver el conflicto que se da entre capital y trabajo. El modelo del que estamos orgullosos en Europa, y muy especialmente en Alemania, es el de la economía social de mercado. La economía social de mercado se introdujo en Alemania hace casi exactamente 60 años. Fue por aquel entonces un paso muy atrevido y que muchos observaron con máximo escepticismo. Pues, en aquellos primeros años de la posguerra, la economía alemana estaba completamente arruinada. La escasez estaba a la orden del día. Plenamente consciente de ello, Ludwig Erhard, por entonces Ministro de Economía y padre de la economía social de mercado, dijo que la única forma de mejorar la situación era decidiéndose a creer en la capacidad de cada individuo. Pero Ludwig Erhard no dejó que la competencia fuera competencia sin más, sino que promovió una competencia reglamentada. Fue una persona que siempre decía que a las pequeñas y medianas empresas había que darles una oportunidad. Si no se impone orden en la competencia, ésta puede acabar desembocando en una monopolización y concentración del poder económico. Un sistema así no sería justo. Por eso mantuvo fuertes luchas con la industria alemana de antaño por querer introducir una legislación en materia de competencia. La concentración ilimitada de influencias es algo que no puedo permitir, insistía. La competencia reglamentada que introdujo es un componente vital de una economía de mercado que beneficia a todos. Y, finalmente, todos o muchos, muchísimos alemanes acabaron estando de acuerdo en que "bienestar para todos" no era un mero eslogan sino una realidad viva. Cuando hoy miramos las impresionantes tasas de crecimiento que se registran en el Brasil y sobre todo aquí, en el Perú, nos damos cuenta de que el crecimiento no es un fin en sí mismo. El crecimiento sólo es bueno y está justificado si reporta beneficios a la población. A tal fin desean contribuir nuestras empresas europeas. ¿Qué potencial y qué posibilidades hay? Sabemos que en la era de la globalización los inversores examinan rigurosamente los emplazamientos de la actividad económica. Anteriormente ya he mencionado lo importante que es el marco jurídico. Opino que también deberíamos hablar de la protección de la propiedad intelectual, una cuestión de gran relevancia. Todos nosotros respaldamos la idea de que la propiedad intelectual no se puede -4considerar sencillamente como un producto del que cualquiera se puede servir y copiar a discreción, sino que la protección de la propiedad intelectual es algo que hay que respetar y que también contribuye de forma notable a la seguridad de las inversiones. Sabemos que se han realizado enormes avances particularmente en el área de la seguridad de las inversiones. Durante la doble presidencia alemana del Consejo Europeo y del G-8 el año pasado, logramos asimismo numerosos avances en esa área. Entre ellos cabe citar, creo yo, el inicio de las negociaciones entre la Unión Europea y América Central y la Comunidad Andina sobre acuerdos de asociación. Como acaba de apuntar el Presidente García en nuestra conferencia de prensa, hay que empezar por los países que estén dispuestos a concertar un tal vínculo con la Unión Europea. Sabemos de la historia de la UE que al comienzo solo había seis países. Luego hubo 15. Hoy somos 27 y en el futuro seremos aún más. No siempre se puede esperar al último, a veces también hay que poder avanzar con tan solo un grupo de países. Además de los arreglos que se alcancen en materia de cooperación política, los reglamentos sobre libre comercio serán igualmente componentes importantes de tales acuerdos. En la actualidad ya existen acuerdos de asociación con México y Chile. Desde su conclusión, el comercio entre la Unión Europea y estos dos países se ha disparado. Así, por ejemplo, podemos constatar que tan solo entre 2004 y 2006 el volumen comercial de la Unión Europea con México aumentó un 40 por ciento y con Chile incluso un 60 por ciento. Me congratulo especialmente de que a finales del año pasado la Unión Europea haya concluido las negociaciones para un Acuerdo de Asociación Económica con el Caribe. Esto permitirá que los países caribeños ya se beneficien de un acceso prácticamente libre de derechos al mercado de la UE. Lamentablemente, en los últimos años en la UE aún no hemos logrado realizar un avance tan significativo con el Mercosur. Creo que tenemos que plantearnos cómo abordar este asunto. Pues, a fin de cuentas, el Mercosur es un actor de peso en América Latina. Pero después de todas las posibilidades de cooperación que acabo de nombrar entre la Unión Europea y los países de su región, me van a permitir que añada bajo esta misma rúbrica que lo más importante es que avancemos en la Ronda de Doha, que no concertemos únicamente acuerdos bilaterales por todas partes, sino que intentemos regular el comercio multilateral de la forma más inteligente posible. Creo que todos tenemos deberes que hacer en este contexto. Obviamente esto hace referencia a la cuestión agrícola. En el seno de la UE también estamos -5manteniendo intensos debates al respecto. Pero también se refiere, por supuesto, a la entrada de productos industriales a sus países. Y es que sabemos que con cada ronda que avanzamos en relación con el acuerdo de comercio internacional se ha aumentado la posibilidad de que el comercio se desarrolle de forma positiva, y para beneficio de todos. Como ahora tengo la palabra me van a permitir que salude a los Diputados del Bundestag Alemán que acaban de llegar y que también forman parte de nuestra delegación. Aunque he de admitir, creo yo, que he empezado antes de tiempo. Sean bienvenidos, pues. La delegación que nos acompaña en este viaje también está integrada por parlamentarios que velarán por que se incluya en nuestros debates parlamentarios todo lo que aprendamos aquí sobre América Latina. Esto es extremadamente importante. Con respecto a la Ronda de Doha, permítanme decir una vez más que no queremos ver una oposición Norte-Sur. Tenemos que superar los viejos y tradicionales conflictos de siempre. Necesitamos una asociación. Lo que significa que todos tenemos que renunciar a exigencias maximalistas y estar dispuestos a alcanzar soluciones de compromiso. Esto me lleva al espíritu en que deberíamos celebrar nuestra cumbre mañana. Hoy en día, los grandes conflictos a los que hace frente el mundo sólo los podemos resolver juntos. No hay ni un solo país en el planeta que sea capaz de resolver los mayores problemas globales de forma unilateral. Nos necesitamos los unos a los otros. Esto es especialmente cierto en vista de los grandes desafíos a los que todos nos enfrentamos, como la escasez de recursos y el crecimiento de la población mundial. Y en estos momentos también lo observamos en la subida de los precios del petróleo, el encarecimiento del gas natural y el alza de los precios de los alimentos. Particularmente en aquellos países en el umbral hacia un mayor crecimiento y un mayor bienestar, estas tendencias podrían tener unas consecuencias desastrosas. Por eso debemos cooperar en este ámbito. Esa es la razón por la que Alemania, el año pasado, cuando ostentaba la presidencia del G-8, propuso crear un mecanismo constante entre el G-8, el grupo de los principales países industrializados del mundo, por un lado, y el llamado G-5, integrado por los países emergentes, por otro lado, y a partir de ahí acordar una cooperación constante en el bautizado como Proceso de Heiligendamm. Sencillamente porque hoy en día los países industrializados ya no pueden debatir y resolver solos los problemas del mundo. -6El G-5 está formado por el Brasil, México, Sudáfrica, la India y China. Por supuesto que nos satisface ver que el Brasil y México, dos países latinoamericanos, participen en esta cooperación. En el marco del Proceso de Heiligendamm tenemos la intención de debatir problemas que nos importan a todos: la protección de las inversiones, la mejora de la eficiencia energética y una política de desarrollo eficaz, especialmente dirigida a los más pobres. Estos problemas también están presentes en América Latina, aunque sin duda son especialmente agudos en el continente africano. Este verano, bajo la presidencia japonesa del G-8, debatiremos conjuntamente los primeros resultados de este diálogo. Yo, por mi parte, abogaré por que el Proceso de Heiligendamm se siga desarrollando de forma sistemática. Puesto que, si miramos hacia el futuro, está claro que la cooperación entre todos estos países va a ser cada vez más importante en los próximos años. Señoras y señores, los representantes de más de 60 países se reunirán mañana en Lima para la V Cumbre de la Unión Europea, América Latina y el Caribe. El Perú ha preparado esta Cumbre con mucho empeño y gran creatividad. Precisamente acabo de transmitir mi agradecimiento al Presidente peruano por su hospitalidad. Proponemos centrarnos en dos ejes fundamentales: por un lado, la lucha contra la pobreza y la desigualdad social extrema; por otro lado, los ámbitos del medio ambiente, el cambio climático y la energía. Por ello me van a permitir esbozar brevemente con qué expectativas he venido a esta Cumbre en Lima. El desarrollo económico en América Latina es alentador. Se registran asimismo notables avances en la lucha contra la pobreza. Podemos partir de la base de que América Latina como continente cumplirá los Objetivos del Milenio, en particular la reducción de la pobreza a la mitad. Reducir a la mitad la pobreza extrema es un primer paso, aunque obviamente no puede ser suficiente. La Unión Europea aporta el 40 por ciento de la cooperación al desarrollo en América Latina. Pienso que hemos alcanzado considerables avances en este ámbito. Acabo de estar hablando larga y profundamente con el Presidente García sobre las áreas en las que se debe aplicar nuestra cooperación al desarrollo. No cabe duda de que para superar las desigualdades sociales es necesario ejecutar proyectos de forma muy concreta. Pero debe ser una ayuda para la autoayuda. Precisamente el sector que ustedes representan, el de la actividad empresarial, desempeñará aquí un papel clave. -7Sabemos que las empresas pequeñas e incluso las microempresas hacen que la población sea mucho más independiente y más segura, ampliando así las oportunidades de crecimiento. En este contexto, por ejemplo, podemos aportar la experiencia de nuestras pequeñas y medianas empresas en Alemania. Podemos decirles que una gran parte de la fortaleza de la industria alemana frente a las crisis económicas internacionales se debe precisamente a las pequeñas y medianas empresas. Aunque, por otro lado, también sabemos que estas empresas necesitan ayudas especiales para subsistir en un mundo globalizado. Aquí tenemos un excelente ámbito de cooperación. Para ello es indispensable, por supuesto, disponer tanto de mercados abiertos como de una protección eficaz de la propiedad privada. Mañana insistiré en este tema cuando pronuncie la ponencia introductoria sobre la lucha contra la pobreza. Por supuesto también queremos que se respeten unas normas sociales mínimas. La OIT, la Organización Internacional del Trabajo, ha establecido esas normativas. Uno de los principales debates que debemos mantener es que, en mi opinión, hay ciertas normas definidas internacionalmente que deben aplicarse a todos en igual manera. Por eso también considero que el debate sobre esas normas sociales mínimas es tan importante. El segundo eje temático en el que nos centraremos mañana será el medio ambiente, el cambio climático, la biodiversidad y la seguridad energética. En América Latina, quizás más que en cualquier otro lugar, observamos lo estrechamente interrelacionados que están estos temas. Por un lado, la producción de energía es crucial para el desarrollo de una base industrial. Por otro lado, no cabe duda de que desarrollar energía de forma sostenible es indispensable para no destruir algo por un lado con el objetivo de construir algo por otro. La relevancia de las grandes áreas naturales, como el Amazonas, para el clima global, la capacidad de los pantanos y bosques de absorber CO2, es sin duda un aspecto fundamental que no sólo interesa internamente a cada país en particular sino al mundo entero. Debemos debatir sobre cómo aglutinar todos estos temas, y en conexión con ello me gustaría hacer dos reflexiones en nombre de la Unión Europea y de Alemania. Primero: Cuando hablemos de la responsabilidad conjunta deberemos aportar algo a esa responsabilidad conjunta. Dentro de unos días, Alemania acogerá la Conferencia para la Protección de la Naturaleza en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica. Contribuiremos a que la protección de la selva virgen no sea únicamente un título bonito, sino a que los países industrializados, entre otros, desembolsen los recursos financieros necesarios. Lo cierto es que ha habido muchos acuerdos internacionales en los que se han hecho promesas -8que después no siempre se han cumplido. Esto me lleva nuevamente a un punto que considero crucial: debemos poder fiarnos recíprocamente de los compromisos que contraemos. Segundo: Los países industrializados son conscientes de su responsabilidad para con la protección del clima. La Unión Europea está dispuesta a reducir sus emisiones un 30 por ciento respecto a 1990 siempre que otros principales responsables de las emisiones hagan lo propio dentro de un marco internacional. No obstante, he de decir que no podremos solucionar la cuestión del cambio climático solamente desde la Unión Europea. En la actualidad, la UE causa un 15 por ciento de las emisiones globales de CO2. Este porcentaje, si nos fijamos en el desarrollo económico de China y la India, tenderá a disminuir en los próximos años. Lo que significa que podemos ponernos a desarrollar tecnología y avanzar dando ejemplo. Pero incluso aunque no emitiéramos más CO2 el problema del clima mundial aún no se habría resuelto. Así es que una de las principales oportunidades que vemos aquí es cooperar cada vez más en materia de energías renovables en el marco de la cooperación al desarrollo. Justo ayer firmamos en Brasil un acuerdo interesante por el que queremos intensificar la cooperación para mejorar la eficiencia de las energías renovables entre Alemania y Brasil, y además queremos estudiar cómo podemos plantear todo ello de forma más duradera, esto es, en el sentido del desarrollo sostenible. El tema que centra en estos momentos la atención del debate es la cuestión de los biocarburantes, y concretamente del etanol. Este viaje me ha enseñado que debemos tener cuidado en no precipitarnos a emitir juicios antes de conocer los hechos a fondo. Europa ve subir los precios de los alimentos. Y en parte ve unas cifras alarmantes sobre la destrucción de los bosques tropicales, por eso se tiende a ejercer una crítica muy fundamentalista sobre el desarrollo de toda la estrategia de la biomasa y se piensa que esa no puede ser la vía correcta. Llegados a este punto, permítanme decirles que me parece bien la estrategia europea de aumentar las energías regenerativas a partir de la biomasa. En Alemania tampoco vamos a cambiar nuestra estrategia de biocarburantes en lo que se refiere a sus objetivos a largo plazo. Durante mi reciente visita a Brasil y a otros países, me he dado cuenta de lo que se piensa aquí: "Como somos especialmente buenos en esto, Europa va a introducir medidas proteccionistas para dificultarnos la exportación". Por eso quiero dejar bien claro en este momento que esa forma de pensar es absolutamente errada. A Alemania, por ejemplo, se -9importa una gran cantidad de aceites de palma, y así lo seguiremos haciendo. Lo único que decimos es que tiene que seguirse un método sostenible. La producción debe ser transparente. Por eso me alegro mucho de que hayamos conseguido acordar con Brasil un grupo de trabajo en el que estudiaremos las condiciones de producción, tanto el impacto sobre el medio ambiente como las consecuencias sociolaborales para los trabajadores y trabajadoras, en especial de los que trabajan en el campo. Si lo hacemos así, podremos desarrollar una estrategia de biocarburantes común para nuestros países. He quedado muy gratamente sorprendida por los motores flexibles que son ya hoy algo común y corriente en América Latina, sobre todo en el Brasil, y que pueden utilizar combustibles de cualquier calidad. Esto es algo de lo que aún podemos aprender en Europa. Pero es importante que, como dije antes, todo sea transparente. Además tenemos que ver si se podrían producir conflictos y en qué circunstancias. Veo menos probabilidades de que se produzcan en cuanto a la caña de azúcar. La soja ya es otra historia. Por eso debemos debatir sobre estos temas en profundidad, y así lo haremos mañana en la Cumbre UE-ALC. Señoras y señores, son muchos los inversores de Europa que se han aventurado a pisar tierra desconocida y de este modo, creo yo, han contribuido al desarrollo económico de América Latina. Por otro lado, también son muchos los que se han ido a Europa con sus productos conociendo así mucho mejor y más de cerca a la Unión Europea y sus Estados miembros. Este es el camino por tomar y tenemos que recorrerlo juntos. Considero que la opinión que compartimos en un gran número de asuntos, particularmente con respecto al comercio internacional libre y el menor número posible de barreras en el comercio, puede constituir un excelente fundamento para el continuo desarrollo de nuestras relaciones económicas. Estoy segura de que esta reunión de hoy, con las numerosas ponencias y debates mantenidos, ha contribuido a tal fin. Más tarde me pasarán los informes correspondientes y se incluirán en los debates políticos que celebraremos en la sesión de mañana. Les agradecemos cordialmente que hayan tomado esta iniciativa. A todos los que han participado les deseamos que sigan teniendo grandes éxitos comerciales. Los Estados podemos hacer muchas cosas: podemos contratar a personas, podemos supervisar, podemos aprobar leyes y podemos crear condiciones marco. Pero nunca podremos reemplazar la creatividad del emprendedor que tiene una idea, que la pone en marcha, que fabrica algo, que - 10 se preocupa por la gente, que la forma, que le brinda una oportunidad, que le da una perspectiva y que finalmente, lo cual es de agradecer, también paga impuestos con los que a partir de entonces puede trabajar el Estado. Por eso sabemos que les necesitamos. Muchas gracias por que hoy haya podido estar aquí.