LA DILIGENCIA: Por Martín (Thupten Chophel) La diligencia es un estado que se deleita en la virtud. También se le suele llamar esfuerzo entusiasta. Es lo contrario a la pereza. Es una de las 6 paramitas o perfecciones del Budismo. La pereza puede ser de tres tipos: - La pereza de no hacer nada. Se refiere a tan sólo dedicarse a dormir, comer, beber, ver la televisión. - La pereza de hacer acciones negativas. Se refiere a movidos por la pereza involucrarnos en cualquier acción negativa. En el Budismo hay 3 acciones negativas, del cuerpo, 4 de la palabra y 3 de la mente. - La pereza de autoculparse. Se refiere a sólo ver cosas negativas en nosotros y hundirnos sin ver la salida. Contra estos 3 tipos de pereza hay la diligencia que se opone a cada una de ellas. Lo que está claro es que debemos meditar en las consecuencias desastrosas para nuestra vida, si estamos movidos por la pereza. Especialmente en el momento de la muerte, llegarán los remordimientos y nos daremos cuenta que nuestra vida no ha tenido sentido y hemos perdido el tiempo. Según el Budismo existe la reencarnación en 6 reinos diferentes de existencia: Los humanos, los Dioses mundanos o Devas, los Titanes o Semidioses mundanos, los animales, los espíritus ávidos y los seres infernales. Pues bien de nuestras acciones depende nuestro futuro renacimiento, no tan sólo la felicidad o sufrimiento de cada día. El mejor renacimiento es el de humano y requiere multitud de actos positivos el conseguirlo, pero no olvidemos que también hay categorías dentro del reino de los humanos, y podemos tener mejores o peores condiciones, en función de los actos realizados en vidas previas. Ni que decir tiene que esto mismo sucede para los renacimientos en los otros 5 reinos. Si nos dedicamos a actuar negativamente movidos por las emociones aflictivas podemos llegar a tener el peor de los renacimientos que es el de ser infernal en el peor de los infiernos. En cambio si nos deleitamos en la virtud con la diligencia, y nos aplicamos a acciones virtuosas, los malos renacimientos se alejan y la Iluminación se acerca. No se puede conseguir la Iluminación sin grandes dosis de diligencia. En nuestro caminar como Bodhisatvas realizados, cosa que aún nos queda muy lejos, se debe enfatizar más al principio en la generosidad, luego en la disciplina ética, después en la paciencia para pasar luego a la diligencia. Aunque en todo momento se aplican las 6 perfecciones o paramitas conjuntamente. La diligencia debe ir unida a las oraciones de aspiración, la firmeza, el gozo, el saber descansar cuando es necesario descansar, y el saber comenzar una nueva tarea cuando hemos acabado la anterior.