OBLIGACIONES 347 9.6. CONTRATOS INNOMINADOS EN EL DERECHO ROMANO A estos contratos se le ha dado el nombre de innominados, porque se oponen a los contratos nominados. Son convenciones sinalagmáticas, hechas ob rem, ob causam, y en vista de una prestación que la contraparte se obliga a ejecutar, pero que en virtud de su naturaleza ambigua, no pueden quedar considerados entre los contratos re ni entre los contratos consensu, todos de naturaleza nominada. La expresión contratos innominados no es de origen romano ni tampoco de la edad media, como se creyó durante largo tiempo; procede de los bizantinos, y apareció por primera vez, bajo la forma anonimon sunallagma, es decir, contrato anónimo a principios del Siglo VI o finales del V. Los contratos innominados pueden, sin embargo, clasificarse en cuatro categorías, de acuerdo con la naturaleza de las operaciones que cada una de las partes esté obligada a llevar a cabo, como ya hemos visto: • Do ut des: transfiero mi propiedad para que me transfieras la tuya; como por ejemplo en el cambio o trueque, es decir, doy para que me des. • Do ut facias: transfiero mi propiedad para que hagas alguna cosa; es decir, te entrego para que hagas determinada cosa; por ejemplo la donatio sub modo, doy para que hagas. • Facio ut des: ejecuto alguna acción en tu favor para que me transfieras la propiedad; tal sucede en el aestimatum o contrato estimatorio, hago para que des. • Facio ut facias: hago para que hagas; esto acontece en la transacción. 9.7. CONTRATO DE PERMUTA O CAMBIO Es un contrato real, innominado, por medio del cual una persona entrega en propiedad una cosa a otra, que se obliga a su vez, a entregarle también en propiedad otra cosa. El cambio es por excelencia el negotium do ut des. Las partes contratantes han convenido que uno debe a la otra la datio de otra cosa. Esta operación se parece a la venta.