Thomas Hobbes: Comparación de dos autores, Berns y Wolin.

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Resumen: S-035
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDEST E
Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2004
Thomas Hobbes:
Comparación de dos autores, Berns y Wolin.
Martínez de Carruthers, María G.
Facultad de Ciencias Económicas –UNNE
Instituciones de Derecho Público
Avenida Las Heras 727 – 3500 - Resistencia – Chaco – Argentina
T. E. Nº 03722- 427897 – E- Mail: mgmcarruthers@hotmail.com
Antecedentes:
Comparación de dos autores ( Berns y Wolin ) respecto del pensador Thomas Hobbes.
Sobre este pensador del siglo XVII, dos autores como Laurence Berns y Wolin, elaboran sus reflexiones y
observaciones con una visión o perspectiva totalmente diferentes respecto de la misma persona, Thomas Hobbes.
Ambos abordaron la obra del autor a partir de miradas tan disímiles e incomparables que nos permiten un mayor
conocimiento del Pensador y su Labor a través de la lectura de ambas investigaciones, formidables cada una en el
desarrollo y explicación de los razonamientos, tramas y reflexiones. Si elegimos a uno de estos autores,
necesariamente perdemos el conocimiento de la perspectiva presentada por el otro, circunstancia que amerita y justifica
esta comparación de ambos autores sobre el pensamiento de Thomas Hobbes.
Materiales y Método:
La obra de ambos autores respecto del Pensador Thomas Hobbes (1588-1679), empleando el método
analítico en el desarrollo de los aspectos relevantes de la labor del pensador y el contexto en que se origina, utilizando
la comparación como técnica en la exposición al abordar a uno y otro expositor.
Discusión:
Berns inicia su exposición precisando la intención de Hobbes, de: 1) poner a la filosofía moral y política
sobre una base científica y 2) la de contribuir a la paz cívica y amistad.
Wolin, en cambio, parte su indagación en atención a la búsqueda de Hobbes, de hallar un principio ético
general que sea capaz de unir a los hombres en sociedad, a través de fundamentos racionales, este era el gran desafío,
¿podía una comunidad ser producto de una construcción del arte humano?
Primeramente se explaya largamente describiendo la situación histórica que vivió el pensador inglés, génesis
que enriquece la concepción a desarrollar por T.Hobbes. Ciertamente si se despoja de la descripción del contexto en
que vivió, el pensamiento de este autor puede llegar a no comprenderse , se impide un análisis más profundo de los
aspectos positivos y negativos de su construcción teórica, de su pensamiento y análisis de la realidad que Hobbes
quiere desentrañar, realidad que es verdaderamente compleja.
Si sólo nos quedáramos con la lectura de L. Berns y no leyéramos Wolin, el trabajo intelectual de Hobbes,
quedaría privado del encanto y seducción del pensamiento de este autor, que logra a través de la observación de su
entorno, un punto de referencia positivo, motivador, esclarecedor, como el avance y progreso de la ciencia de su
época, que con un método apropiado (científico matemático y geométrico) logra su objetivo, dejando atrás
preconceptos, rompiendo con los modos de pensar e indagar tradicionales, con estructuras perimidas.
A partir de allí, Hobbes buscará un método para la filosofía política, que no contaba hasta ese momento y que
dio lugar a la investigación y profundización respecto de la necesidad de tener un método eficiente.
Wolin relata la creación del gran Leviatán, como la idea de creatividad política que ante la observación del
caótico fluir de la época, las guerras civiles y la revolución político y religiosa del siglo XVII, que despertaron en
Hobbes un sentido de “oportunidad” y que representa un aspecto positivo importantísimo a resaltar, ya que dentro de
esa nada política, ausencia de un orden, igualmente este pensador busca una solución, que dio sustento a otras teorías y
que aún hoy es considerada, más allá de sus aciertos o desaciertos.
Hobbes afirmaba que Inglaterra y el mundo se encontraban al borde de la regeneración, y que aún viviendo
un mundo que está retorciéndose y desapareciendo como el pergamino en el fuego, había un proceso de re-generar.
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Su visión entusiasta de la época proviene del lenguaje científico y matemático, esa es su salida del conflicto. Según
Wolin, Hobbes decía: “ No hay caprichosa fortuna que atormente el progreso humano”.
La revolución científica alimentaba sus audaces planes, y teniéndola muy presente, analiza el punto de partida
de estas, que haciendo un corte con el pasado, aplican el método matemático, que Hobbes se dispuso audazmente
aplicar al mundo político partiendo de la misma premisa, sin preconceptos, de la nada política.
Laurence Berns en cambio, se introduce directamente a desarrollar el pensamiento de Hobbes, el estado de
naturaleza, y las pasiones del hombre, la psicología mecanicista de las pasiones, como aspecto dominante de la filosofía
política del autor. Este análisis si bien es concreto y sintético, realza el estado antisocial del hombre en el estado de
naturaleza, la condición pre-política del hombre donde la igualdad más importante es la de poder matarse unos a otros,
afirmando que la cuestión histórica no es muy importante para Hobbes.
En cambio Wolin señala, que la Inglaterra que Hobbes había experimentado, la revolución política, conflicto
religioso de tal intensidad que arrastró a la sociedad al borde de la nada, la devastación y las enconadas enemistades,
influyeron en el pensamiento de Hobbes donde imperó la idea “de que no debía permitirse, bajo ningún concepto,
que la historia se repitiese”.
Parece insostenible la afirmación de Berns, que estas dramáticas circunstancias descriptas, como la anarquía
(entendida como sinónimo del no ser), y que en este vacío político, Hobbes no se dejara influenciar por estos
acontecimientos. Indudablemente no en vano Wolin cita la historia ya que es ésta la que en cierta manera pudo arrastrar
a este autor a la necesidad de una creación o construcción política que contrastara con el dramático vacío político.
Decide romper con los modos tradicionales de pensar e indagar, negándose a aplicar métodos anteriores
porque obviamente estos habían fracasados. A esto Hobbes, llama: “Hacer una destrucción creativa”, fingir que el
mundo está aniquilado, para resaltar la independencia de significados preexistentes y proclamar su derecho a
recrear significados”. Esta afirmación demuestra que el ser audaz de Hobbes, no fue una casualidad caprichosa, sino
una actitud que le permitió ver más allá de la realidad, asimilando lo arbitrario a lo creativo como si fueran sinónimos.
Berns, habla del estado de naturaleza como aquel en que el hombre o actor social es preso de sus pasiones. En
este estado, el hombre vive sin otra seguridad que la de su propia fuerza y la que su invención le proporciona. No hay
un Juez que pueda dirimir sus conflictos o proteger sus bienes.
Para Hobbes, en el estado de naturaleza, la desconfianza que sienten los hombres los unos hacia otros, y el
miedo de perder sus bienes y hasta la vida (bien supremo) y el estado de guerra, priman en su pensamiento, surgiendo
el " Temor, y el Miedo".
Lo único bueno del estado de naturaleza, es la posibilidad que existe de salir de él.
El temor a la muerte, el deseo de comodidad y la esperanza de lograrlo, inclinan al hombre a la paz. La
conservación de la vida, y el miedo que esto conlleva, es importantísimo y determinante para Hobbes.
Del análisis del estado de naturaleza, infiere la necesidad de crear racionalmente una sociedad donde se puedan
controlar las pasiones del hombre, que aún cuando en el estado de naturaleza intimidan, redirigidas, pueden llegar a
ser controladas.
El temor más grande del hombre en el estado de naturaleza es el temor a la muerte violenta. Si este mismo
temor lo intensificamos o aumentamos, necesariamente disminuyen las otras pasiones, que quedan por debajo.
La figura del soberano surge así del temor, es quien deberá velar por todos, siendo el miedo al castigo y al
poder coercitivo del soberano, la pasión en la que se debe confiar y sustentar la sociedad civil.
En cambio Wolin, parte de la idea que el estado de naturaleza de Hobbes es estratégico para la argumentación
del despotismo, que está teñido de ironía y absurdo que lo identifica con un moralista sardónico.
Analiza los absurdos que encerraba el estado de naturaleza como: “teniendo los hombres derecho ilimitado, no
podían disfrutar de nada porque ello presuponía la seguridad, y esta era incompatible con la idea de libertad absoluta”.
“El derecho de todos se contradecía a su vez al derecho de cualquiera a cualquier cosa”. “Bajo una libertad absoluta el
hombre, libre por naturaleza, se convierte en homini lupus”. Se llegaba hasta el absurdo biológico, dice Wolin, porque
si la fuerza era el derecho, la astucia del más débil podía destruir al más fuerte.
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También encuentra ironía y contradicción en el poder soberano que reemplaza al estado de Naturaleza. El
temible Leviatán, era un poder que a cambio de la paz podía oprimir a los individuos. Es el más grande poder
humano, compuesto por los poderes de la mayoría de los hombres reunidos en una sola voluntad soberana. La abolición
del estado de naturaleza sería como un acto divino, pero de creación humana.
La ironía mayor con la que concluye Wolin, es la de concebir que los animales pueden vivir juntos de modo
sociable a diferencia del Hombre que era capaz de hablar, de tener ciencia, pero que convertía el habla en engaño.
Procurar la conservación. El estado de naturaleza lo identifica como un modelo atemporal que justifica la
existencia de un soberano despótico, en este sentido dice Wolin, el estado de naturaleza representa una amenaza, un
macabro acompañante que persigue a la sociedad civil en cualquier etapa de su trayecto. Y en el supuesto de asegurar la
vida de una nación, igualmente persistía el estado de naturaleza internacional que presiona y que puede irrumpir
destruyendo la paz permanente prometida por la filosofía política de Hobbes.
Cabe decirse que el estado de naturaleza entendido por Hobbes es a-histórico, está fuera de la historia,
argumentándose por Berns su falta de sentido Histórico. Wolin rechaza de plano tal argumento, por ser erróneo y
confundir los problemas. Lo cierto es que el estado de naturaleza que describe Hobbes está fuera de la historia, pero ello
no significa que Hobbes carecía de sentido de continuidad, de sentido histórico.
Respecto del contrato social, Laurence Berns lo explica como el medio por el cual una multitud de hombres se
obliga con todos los demás a no resistir las órdenes de un soberano. Este soberano no es parte del contrato.
Este pacto no puede ser disuelto por voluntad de un hombre, sino que se requiere la voluntad de todos los
ciudadanos.
Este soberano será quien obligará a los contratantes a cumplir con el pacto. Deberá velar por el fiel
cumplimiento por parte de todos, siendo el castigo o poder coercitivo del soberano, decisivo para la fundamentación de
la sociedad civil, donde el "temor”, es la pasión en la que se debe confiar y sustentar el contrato social o mejor dicho la
sociedad civil.
El soberano es el juez que dirime las controversias, dicta las leyes que rigen, tiene el poder de policía, punitivo
y ejecutivo.
Para Wolin el soberano de Hobbes, era dueño del sistema de reglas o definiciones fundamentales para la paz
política. Las Leyes naturales eran para guiar al pueblo a conductas adecuadas, para acatar reglas.
Encuentra un elemento nuevo en Hobbes, que consistía en intentar comprender la sociedad política,
gobernándola mediante leyes que eran trazadas para guiar a sus miembros. La primera Ley era la Paz.
La concepción de la sociedad política fracasa en la falacia de reducir problemas fundamentales del hacer
político a la interpretación de reglas, aplicación de leyes.
La acción política no se agota con un sistema de reglas critica Wolin.
La idea de que en la voluntad del soberano estaba incorporada la de cada uno en particular es criticada por
Wolin, negando la posibilidad de que un contrato pueda ser fuente de unidad, como un proceso por el cual todos los
hombres de una sociedad se convierten en una persona civil. Es imposible que el soberano represente intereses que de
por sí son contrapuestos, diversos, etc.
Esta idea de unidad en el soberano de Hobbes, presupone una sociedad chata sin distinciones de clases, que
bloquearan su paso.
Lo asombroso de Hobbes para Wolin, es creer que la verdad no es fiel a la realidad externa, sino a una
<construcción arbitraria> de la mente humana. De esta forma un significado era resultado de un acto de imposición
arbitraria.
Concluyendo:
Si bien ambos autores se abocan a la tarea de relatar el pensamiento de Thomas Hobbes, uno de ellos,
Laurence Berns, se limita a dar a conocer su teoría sin apreciaciones y críticas, pero sin duda el modo de exponer el
pensamiento de Hobbes, es claro y preciso. Sin duda fiel a la obra del pensador, con reflexiones que nos permiten
apreciar y comprender las mas intrincadas presunciones y pretensiones del pensador en sus elaboraciones teóricas.
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Mientras que Wolin no sólo es rico en cuanto a descripciones de tiempo y lugar, contexto histórico al que
responde el Pensador, sino también, crítico ya sea para señalar sus errores y falacias, como para resaltar los aciertos
del pensador.
Indudablemente luego de conocer el pensamiento de Hobbes a través de la lectura de Laurence Berns, el
desarrollo de Wolin enriquece el texto anterior, al desarrollar la teoría enfrentada con la realidad de los resultados y la
práctica.
En definitiva para Hobbes, la acción política era la capacidad de actuar sin ser resistido y su éxito
dependía de la promesa del súbdito de no actuar. Con este pensamiento, Wolin concluye su último análisis, de
donde se infiere o se puede sostener que el poder político hobbesiano era vacío y burdamente simplificado.
La ausencia de oposición, era esencial para que pueda actuar el poder político que exigía la eliminación de
todas las trabas.
Bibliografía:
Berns, Laurence en: Historia de la Filosofía Política de Leo Strauss y Joseph Cropsey (compiladores) Fondo
de Cultura Económica. México.1996
Wolin, Sheldon S. Política y Perspectiva. Little Brown and Company. 1980.
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