ARTICULOS DICIEMBRE 2001 Dra. Hilda Fernández Ovalle Becaria del Instituto de Endocrinología y Nutrición (I.E.N.) Nº 91 TITULO: LA SENSIBILIZACION DE INSULINA INDUCE LA OVULACION EN ADOLESCENTES NO OBESAS CON HIPERANDROGENISMO ANOVULATORIO. AUTORES: Lourdes Ibañez, et al. REVISTA: Journal of Clinical Endocrinology and Metab. 86: 3595-3598, 2001 RESUMEN: En ocasiones, en ausencia de obesidad, las chicas con pubertad precoz (PP; aparición del vello púbico <8 años)tienen un riesgo de desarrollar subsecuentemente una variante adolescente del síndrome de ovario poliquístico (SOP). Este síndrome se caracteriza por presentar hiperinsulinismo, dislipemia, hiperandrogenismo y anovulación persistente y suele tratarse con sensibilizadores de la insulina que reducen el hiperinsulinismo, la dislipemia y el hiperandrogenismo, sin embargo los efectos sobre la anovulación son todavía desconocidos. Los autores se plantean estudiar si el tratamiento con metformina (fármaco sensibilizador de la insulina) es capaz de inducir la ovulación en adolescentes no obesas con la variante SOP. El estudio consistió en una población de 18 adolescentes (edad media, 16 años; IMC, 21.4 kg/m2; 3-7 después de la menarquia) con hiperandrogenismo hiperinsulinémico. Todas las chicas recibieron metformina durante 6 meses a una dosis diaria de 1275 mg. Antes de la inclusión, la persistencia de la anovulación se confirmó por mediciones semanales de progesterona sérica que fueron menores de 4 ng/ml (meses –3 y –1); el índice de ovulación se confirmó similarmente después de 2, 4 y 6 meses en tratamiento con metformina; un nivel de progesterona premenstrual mayor de 8 ng/ml fue usado como marcador de la ovulación. Se reportaron períodos menstruales regulares en 16 de las 18 chicas en los primeros 4 meses del tratamiento con metformina y todas fueron eumenorreicas después de estar durante 6 meses en tratamiento con metformina. De las 18 chicas, 1 (6%) ovuló después de 2 meses con metformina, 7 (39%) después de 4 meses y 14 (78%) después de 6 meses; la inducción de la ovulación fracasó en las chicas con menor peso al nacer y con más severo hiperandrogenismo. El tratamiento con metformina fue en general bien tolerado. La experiencia clínica con sensibilizadores de insulina en adolescentes con SOPC es limitada, este trabajo constituye, por tanto, el primer estudio que valora los efectos de la sensibilización de insulina sobre la función ovulatoria. Los resultados obtenidos muestran que el tratamiento con metformina no sólo tiende a normalizar el estado endocrino-metabólico de las adolescentes no obesas con hiperandrogenismo anovulatorio, sino que también es capaz de inducir rápidamente la ovulación. Nº 92 TITULO: LA TERAPIA CON 131 I PARA EL CANCER TIROIDEO DIFERENCIADO CONDUCE A UNA TEMPRANA APARICION DE LA MENOPAUSIA: RESULTADOS DE UN ESTUDIO RETROSPECTIVO. AUTORES: Claudia Ceccarellii, et al. REVISTA: Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism 86: 3512-3515, 2001 RESUMEN: El tratamiento con radioiodo 131 (I 131) ha sido usado de forma rutinaria en el cáncer diferenciado de tiroides (CDT) para la ablación de tejido tiroideo remanente o para el tratamiento de las metástasis. Sin embargo, las radiaciones ionizantes producen efectos adversos en la función reproductora; en los hombres, deterioro de la espermatogénesis y aumento de los niveles de FSH y en la mujer, daño de los folículos ováricos. Este daño de la función ovárica puede acortar la época fértil y adelantar la menopausia natural. Los autores estudiaron retrospectivamente la edad de aparición de la menopausia en 130 mujeres tratadas con I 131 por un cáncer diferenciado de tiroides desde 1974 a 1993. La edad de menopausia de las mujeres tratadas con I 131 para cáncer diferenciado de tiroides después de la tiroidectomía total y estando tratadas con dosis supresoras de L-T4, se comparó con la edad de aparición de la menopausia de un grupo control en las que se incluyeron 127 mujeres con bocio que fueron tratadas con dosis supresoras de L-T4 durante el período de estudio. El rango de dosis terapéutica acumulativa del I 131 para las pacientes con cáncer varió de 1,110-40,700 MBq (media DS, 5,308 5,483 MBq; media, 3700MBq). Todas las pacientes elegidas para el estudio fueron menores de 45 años cuando fueron tratadas por primera vez (por ejemplo, primera administración de I 131I y L-T4 para pacientes con cáncer y tratamiento con L-T4 para pacientes con bocio) y mayores de 45 años al final del período de estudio. El estado menopáusico de ambos grupos se verificó por las historias clínicas y haciendo una comparación usando el análisis de supervivencia de Kaplan-Meier. La edad de menopausia de las mujeres con cáncer tratadas con I 131 y dosis supresoras de L-T4 fue menor que aquellas pacientes del grupo control (P < 0.001). Los autores no detectaron ninguna relación entre la edad de menopausia y la edad de la primera y última dosis de I 131 o la dosis acumulativa de I 131 recibida. Con estos datos se pone de manifiesto que el tratamiento con I 131 está probablemente asociado con un fallo ovárico mas temprano en las pacientes con cáncer de tiroides. La irradiación de los ovarios con I 131, pudiera contribuir al proceso de atresia folicular induciendo por tanto una anticipación de la menopausia. Sin embargo, existen otros factores que pueden estar asociados a la inducción de la menopausia temprana, tales como el estrés hipotalámico al saber que se padece cáncer y la presencia de autoanticuerpos antitiroideos, aunque no constituyen datos estadísticos significativos. Nº 93 TITULO: REMISION Y RECURRENCIA DEL HIPERTIROIDISMO DE LA ENFERMEDAD DE GRAVES DURANTE Y DESPUES DEL TRATAMIENTO CON METIMAZOL CUANDO SE EVALUA LA IgE Y LA INTERLEUKINA 13. AUTORES: Ichiro Komiya, et al. REVISTA: Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism 86: 3540-3544, 2001 RESUMEN: En estudios previos se ha encontrado una elevación de las concentraciones séricas de IgE ( 170 UI/ml) en pacientes con hipertiroidismo de la enfermedad de Graves. En estos pacientes, con elevada concentración sérica de IgE,la disminución de la inmunoglobulina inhibidora de la unión de la TSH (TBII) y anticuerpo estimulador tiroideo (TSAb), en respuesta de las drogas antitiroideas fue menos pronunciada. Pero el papel de la IgE en el hipertiroidismo de Graves sigue siendo desconocido. Los autores analizaron la relación entre la concentración sérica de IgE y la remisión o recurrencia de la Enfermedad de Graves. Se trataron con metimazol (MMI) a 107 pacientes. Fueron halladas concentraciones séricas de IgE mayor de 170 UI/ml en 41 de los 107 pacientes no tratados (38.3%). Sin embargo la presencia de TBII o TSAb no se correlacionaron con las concentraciones de IgE. Se observó remisión en 20 de 41 pacientes con concentraciones elevadas de IgE (48.8%) después de 18 meses de tratamiento con MMI, en contraposición a los 53 de 66 pacientes con concentraciones normales (80.3%) ( P = 0.0014). El tratamiento con MMI se interrumpió en 73 pacientes los cuales fueron seguidos durante 26-48 meses. Hubo recurrencia de la Enfermedad de Graves en 13 pacientes, mientras que los restantes 60 estaban todavía en remisión. La proporción de remisión a largo plazo fue menor en pacientes con concentraciones elevadas de IgE que con concentraciones normales (34.1% vs. 69.7%, P = 0.0007). También se analizaron los niveles séricos de interleukina 13 (IL-13). Aún cuando la IL-13 no se detectó en todos los pacientes, el índice de detección fue más alto en pacientes sin remisión y en aquellos con recurrencia que en los que presentaron una remisión a largo plazo (47.1%, 38.5% y 13.3% respectivamente; P = 0.0012). Más pacientes con niveles elevados de IgE fueron positivos para enfermedades alérgicas y tenían historia familiar de enfermedades alérgicas en parientes de primer grado. Concluyen que la elevación de IgE sérica y el índice de detección mayor de IL-13 se asociaron tanto con la remisión como con la recurrencia del hipertiroidismo de Graves. Pero se necesitan estudios adicionales para confirmar esta asociación. Nº 94 TITULO: RESULTADO DEL EMBARAZO MICROALBUMINURIA. EN MUJERES CON DIABETES TIPO 1 CON AUTORES: Pia Ekbom, et al. REVISTA: Diabetes Care 24: 1739-1744, 2001 RESUMEN: La microalbuminuria constituye una manifestación temprana de enfermedad microvascular en los pacientes diabéticos y conduce a la nefropatía diabética en los pacientes con diabetes tipo 1. Los autores se proponen con este trabajo, determinar la influencia de la microalbuminuria en aquellas mujeres embarazadas y con diabetes tipo 1 sobre el resultado final del embarazo. Para ello, realizan un estudio de cohorte prospectivo de todas las mujeres de raza blanca con diabetes tipo 1, con fetos vivos antes de la semana 17 de gestación de la Clínica Obstétrica del Hospital Universitario de Copenhague, entre Enero de 1996 y Febrero del 2000. De aquellas mujeres con más de un parto durante el período de estudio, sólo fue incluida la primera gestación. En total entraron en el estudio 240 mujeres (98%). Estas fueron categorizadas en relación a la excreción urinaria de albúmina (excreción normal de albúmina urinaria, < 30 mg/24 h; microalbuminuria, 30-300 mg/24 h; o nefropatía diabética, > 300 mg/24 h) antes del embarazo o en el primer trimestre. Un total de 203 mujeres (85%) tuvieron una excreción de albúmina urinaria normal, 26 (11%) tuvieron microalbuminuria y 11 (5%) nefropatía diabética. La HbA1c media a las 2-6 semanas fue 7.5% (DS 1.1), 8.1 (1.3) y 8.8 (1.3) (P<0.001), respectivamente. De todos los partos en mujeres con excreción normal de albúmina urinaria, microalbuminuria y nefropatía diabética, 35, 62 y 91% (P<0.001), respectivamente, fueron pre-términos y 2, 4 y 45% (P<0.001) respectivamente fueron recién nacidos de bajo peso para la edad gestacional. Se desarrolló preclampsia en 6, 42 y 64% de las mujeres (P<0.001), respectivamente. Las categorías de excreción urinaria de albúmina (P<0.01) y HbA1c a las 2-6 semanas (P<0.05) fueron independientemente asociadas con partos pre-término. Con este estudio, los autores concluyen que la prevalencia del parto pre-término es considerablemente mayor en mujeres con microalbuminuria, probablemente causada por la aparición de preclampsia. La clasificación en relación a la excreción de albúmina urinaria y el control metabólico alrededor del tiempo de la concepción fue superior a la clasificación de White en la predicción de partos pre-términos en mujeres con diabetes tipo 1. Nº 95 TITULO: COMPARACION DE LA EFECTIVIDAD Y TOLERABILIDAD DE LOS GLUCOCORTICOIDES ORALES O INTRAVENOSOS ASOCIADOS CON RADIOTERAPIA ORBITARIA EN EL TRATAMIENTO DE LA OFTALMOPATIA SEVERA DE GRAVES: RESULTADOS DE UN ESTUDIO PROSPECTIVO RANDOMIZADO A SIMPLE CIEGO. AUTORES: Claudio Marcocci, et al. REVISTA: Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism 86: 3562-3567, 2001 RESUMEN: La oftalmopatía de Graves es la manifestación extratiroidea más frecuente de la enfermedad de Graves. Sólo muy pocos pacientes desarrollan manifestaciones severas de dicha enfermedad, requiriendo para ello tratamientos agresivos. Los autores se proponen comparar de forma randomizada, la efectividad y tolerabilidad de la terapia combinada bien con glucocorticoides orales (prednisona; dosis de inicio, 100mg/d; retirándolos después de 5 meses) o con glucocorticoides intravenosos (metilprednisolona; 15 mg/kg durante 4 ciclos y posteriormente 75 mg/kg por 4 ciclos; cada ciclo consistía en dos infusiones a días alternos a intervalos de dos semanas), más radioterapia orbitaria en 82 pacientes con oftalmopatía de Graves moderada a severa. Los dos grupos de pacientes no difirieron en cuanto a edad, sexo, duración del hipertiroidismo y oftalmopatía, prevalencia de fumadores, volumen tiroideo y condiciones oculares pretratamiento. Ambos grupos recibieron terapia con radioiodo poco antes del tratamiento de la oftalmopatía de Graves. El seguimiento duró 12 meses. Ocurrió una significativa reducción de la proptosis (desde 23.2 3.0 a 21.6 1.2 mm en el grupo de los glucocorticoides iv, P < 0.0001; y desde 23 1.8 a 21.7 1.8 mm en el grupo de los glucocorticoides orales, P < 0.0001) y apertura palpebral ( desde13.3 2.5 a 2.2 mm y desde 13.6 2.0 a 11.5 1.9 mm, respectivamente; P< 0.001 en ambos casos), no hubo diferencias entre los dos grupos. La diplopia mejoró significativamente en ambos grupos: desapareció en 13 de 27 (48.1%) de los pacientes con glucocorticoides iv (P<0.005) y en 12 de 33 (36.4%) de los pacientes con glucocorticoides orales (P<0.03). El grado de mejoría de la diplopia no difirió significativamente entre los dos grupos (P=0.82). La neuropatía óptica mejoró en 11 de 14 pacientes con glucocorticoides iv (P<0.01) y sólo en 3 de 9 pacientes con tratamiento por vía oral (P=0.57), no se encontraron diferencias significativas en los resultados. La puntuación de la Actividad Clínica disminuyó desde 4.5 1.2 a 1.7 1.0 (P<0.0001) en el grupo de los pacientes con glucocorticoidesiv y desde 4.2 1.1 a 2.2 1.2 (P<0.0001) en el grupo con glucocorticoides orales; la puntuación final de la Actividad Clínica fue significativamente menor en el grupo con tratamiento iv que en el grupo de pacientes con tratamiento por vía oral (P<0.01). Por autoevaluación, 35 (85.3%) de los pacientes con glucocorticoides iv y 30 (73.2%) de los pacientes con glucocorticoides orales señalaron una mejoría en las condiciones oculares (P=0.27). De forma global, ambos tratamientos produjeron efectos favorables en la mayoría de los pacientes pero los que respondieron en el grupo de glucocorticoides iv (36 de 41, 87.8%) fueron más que en el grupo de glucocorticoides orales (26 de 41, 63.4%) (P<0.02). Más aún, el tratamiento con glucocorticoides iv fue mejor tolerado que el tratamiento por vía oral. Los efectos colaterales ocurrieron en 23 (56.1%) del grupo con glucocorticoides iv y 35 (85.4%) en el grupo con glucocorticoides orales (P<0.01); en particular, los rasgos cushingoides se desarrollaron en 5 del primer grupo y 35 del segundo grupo. Un paciente tratado con glucocorticoides por vía iv tuvo una hepatitis severa de origen indeterminado al final del tratamiento con glucocorticoides, seguido de una recuperación expontánea. Este trabajo, constituye el primer estudio randomizado que compara las vías de administración de los glucocorticoides para el tratamiento de la oftalmopatía de Graves severa, poniendo de manifiesto la efectividad de éstos, asociados con radioterapia orbitaria y considerando la vía iv más efectiva, mejor tolerada que la vía oral y asociada con un menor índice de efectos colaterales. Nº 96 TITULO: EL EFECTO DEL PRETRATAMIETO CON METIMAZOL EN LA EFICACIA DE LA TERAPIA CON IODO RADIOACTIVO EN EL HIPERTIROIDISMO DE GRAVES: ESTUDIO PROSPECTIVO RANDOMIZADO CON SEGUIMIENTO A UN AÑO. AUTORES: Vania A. Andrade, et al. REVISTA: Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism 86: 3488-3493, 2001 RESUMEN: La Enfermedad de Graves constituye la causa más frecuente de hipertiroidismo en los adultos de edad comprendida entre los 20 y 50 años. La terapia con drogas antitiroideas, ha sido una de las modalidades standard de tratamiento para esta enfermedad, tanto como tratamiento de primera elección o como pretratamiento antes de la radioterapia con Iodo radioactivo (I 131). Sin embargo la influencia del pretratamineto con drogas antitiroideas sobre la eficacia de la terapia con Iodo radioactivo (I 131) es todavía un tema de discusión. Por esta razón, los autores se propusieron evaluar los efectos del pretratamiento mediante el uso de metimazol y posterior terapia con I 131, en el hipertiroidismo de Graves. Fueron asignados de forma randomizada 61 pacientes para recibir I 131 solo (32 pacientes) o I 131 más pretratamiento con metimazol (30 mg/d; 29 pacientes). El 131I fue administrado 4 días después de la interrupción de la medicación. El cálculo de la dosis de 131 I fue de 200 Ci/g de tejido tiroideo estimado por ecografía, corregido por la captación de radioido en 24 horas. Fueron medidos en suero TSH, T4 y T3 libres 4 días antes de la terapia con 131 I, en los días del tratamiento y posteriormente de forma mensual durante un año. Considerando curación el estado de eutiroidismo o hipotiroidismo, basado en la medición de T4 libre, aproximadamente el 80 % de los pacientes de ambos grupos se curaron 3 meses después de comenzar el tratamiento con radioiodo. Después de un año los grupos se comportaron de forma similar en términos de persistencia del hipertiroidismo (15.6% vs. 13.8%), eutiroidismo (18.1% vs. 31.0%) o hipotiroidismo (56.3% vs. 55.2%). Los pacientes que recidivaron presentaron un mayor volumen tiroideo (P=0.002), una mayor captación de radioiodo a las 24-h mayor (P=0.022), y niveles mayores de T3 (P=0.002). El análisis de regresión múltiple identificó los valores de T3 como un predictor independiente del fallo terapéutico. En conclusión, los autores demostraron que el pretratamiento con metimazol no tuvo efectos ni sobre el tiempo que requirieron para curarse los pacientes o en el índice de éxito del tratamiento con 131 I después de un año. Además se observó que el hipertiroidismo de Graves fue curado rápidamente en los pacientes que no recibieron pretratamiento. Nº 97 TITULO: ÉXITO DEL TRATAMIENTO A LARGO PLAZO DE LA ENFERMEDAD DE CUSHING REFRACTARIA, CON ALTAS DOSIS DE MIFEPRISTONE (RU 486) AUTORES: James W. Chu, et al REVISTA: Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism 86: 3568-3573, 20001 RESUMEN: En el síndrome de Cushing (SC), la exposición crónica a corticoides excesivos, conduce al desarrollo de múltiples anormalidades metabólicas, incluyendo intolerancia a la glucosa, dislipemia, hipertensión, osteoporosis y ganancia de peso. El tratamiento inicial convencional de la enfermedad de Cushing (que ocurre en aproximadamente 70% de los casos de SC) es la adenomectomía tranesfenoidal, con un índice de curación entre 70-80%. Sin embargo los macroadenomas hipofisarios (tamaño >1 cm) son más difíciles de curar que los microadenomas (tamaño < 1 cm). Los pacientes que recidivan tras esta técnica, son subsidiarios de una reintervención transesfenoidal, tratamiento radioterápico externo, tratamiento médico o adrenalectomía quirúrgica para el control del hiperadrenocorticismo. Los autores presentan a un paciente extremadamente enfermo, con síndrome de Cushing causado por un macroadenoma hipofisario secretor de ACTH, el cual experimentó complicaciones por una cardiomiopatía muy avanzada, psicosis profunda y alteraciones metabólicas múltiples. Inicialmente fue tratado de forma no satisfactoria con una combinación de cirugía convencional, tratamiento médico y radioterápico, sin embargo, respondió dramáticamente a una alta dosis de mifepristone (más de 25 mg/kg.d) durante 18 meses de tratamiento. Se comprobó la eficacia del tratamiento por medio de la normalización de todas las mediciones bioquímicas sensibles a los glucocorticoides, así como una significativa reversibilidad del fallo cardíaco, resolución de la depresión psicótica y el eventual y poco habitual retorno a la normalidad del eje adrenal. El tiempo de tratamiento con mifepristone se caracterizó por el desarrollo de una severa hipocaliemia que fue atribuida a una excesiva activación de los receptores de mineralocorticoides por el cortisol, con una respuesta a la administración de espironolactona. Con este caso, los autores ponen de manifiesto la eficacia del tratamiento con altas dosis a largo plazo de mifepristone en el síndrome de Cushing refractario. El caso también demuestra la necesidad potencial de un bloqueo concomitante de los receptores de mineralocorticoides en los pacientes tratados con mifepristone en la enfermedad de Cushing porque los niveles de cortisol pueden aumentar marcadamente, reflejando una desinhibición corticotropa para causar manifestaciones de exceso de mineralocorticoides. Nº 98 TITULO: TIROGLOBULINA (Tg) SERICA UN MARCADOR SENSIBLE DE ANORMALIDADES TIROIDEAS Y DEFICIENCIA DE YODO EN ESTUDIOS EPIDEMIOLOGICOS. AUTORES: Nils Knudsen, et al. REVISTA: Journal of clinical Endocrinology and Metab. 86: 3599-3603, 2001 RESUMEN: La tiroglobulina (Tg) sérica es ampliamente utilizada como marcador de recurrencia para el control de cáncer de tiroides pero también para el diagnóstico de otras enfermedades tiroideas. La Tg sérica también puede ser útil en la caracterización del estado iodado de la población, pero se conoce poco acerca de los determinantes de los niveles de Tg sérica. Los autores se proponen examinar de forma randomizada una selección de 4649 sujetos procedentes de 2 regiones de Dinamarca con diferentes estados iodados, para determinar si la Tg es un marcador sensible de la deficiencia de iodo en la población. El volumen y estructura tiroidea fue determinado por ecografía, y se realizaron test de función tiroidea y análisis de Tg sérica. Se encontró que el factor que se asoció más directamente a los niveles de Tg sérica fue el volumen tiroideo por ecografía (P < 0.001) También la nodularidad tiroidea (P < 0.001) y excreción de iodo (P < 0.001) tuvieron una fuerte asociación con los niveles de Tg sérica, incluso después de ajustarlos, por la influencia de otros parámetros. La disfunción tiroidea tuvo una asociación menos pronunciada pero aún altamente significativa con los niveles séricos de Tg (P < 0.001), pero no se encontró relación con la TSH en general. La asociación con la edad parecía basarse en la diferente prevalencia de anormalidades tiroideas y los hombres tuvieron menores niveles de Tg que las mujeres de la misma edad. Hubo una marcada diferencia en la Tg sérica entre las dos regiones, con diferencias ligeras en la excreción de yodo después de ajustar para otros factores. Concluyen que la Tg sérica constituye un marcador de disfunción y anormalidades tiroideas, con el volumen tiroideo como determinante más importante. En los estudios de población, la Tg sérica se comporta como un marcador sensible de la deficiencia de iodo. Nº 99 TITULO: EFICACIA CLINICA DEL FIDARESTAT, UN NUEVO INHIBIDOR DE LA ALDOSA REDUCTASA, PARA LA NEUROPATIA DIABETICA PERIFERICA. UN ESTUDIO MULTICENTRICO DOBLE CIEGO DE 52 SEMANAS DE GRUPOS PARALELOS CONTROLADOS POR PLACEBO. AUTORES: Nigishi Hotta, et al. REVISTA: Diabetes Care 24: 1776-1782, 2001 RESUMEN: La neuropatía diabética constituye una complicación a largo plazo de la diabetes, es un desorden degenerativo provocado por la hiperglucemia persistente. Los cambios degenerativos consisten en una atrofia axonal, desmielinización, pérdida de fibra nerviosa y trastornos en la reparación nerviosa, que clínicamente se traduce como una disminución de la conducción nerviosa. El progreso de esta enfermedad puede conducir a la aparición de úlceras, gangrena y amputaciones en las extremidades inferiores o puede llegar a ser causa de muerte por neuropatía autonómica cardiovascular. Los inhibidores de la aldosa reductasa han sido objeto de estudio ya que constituyen un tratamiento potencial de la neuropatía diabética. Los autores se han propuesto evaluar la eficacia del fidarestat, un nuevo inhibidor de la aldosa reductasa (AR), en un estudio a doble ciego controlado por placebo en pacientes con diabetes tipo 1 y tipo 2 y con neuropatía periférica asociada. Fueron tratados un total de 279 pacientes con neuropatía diabética con fidarestat o placebo a una dosis diaria de 1 mg durante 52 semanas. La evaluación de la eficacia se basó en el cambio de las mediciones electrofisiológicas de la velocidad de conducción de los nervios motores mediano y tibial, latencia mínima de la onda F, velocidad de conducción de la onda F (VCF) y velocidad de conducción del nervio mediano sensitivo (del antebrazo y distal), así como la verificación de los síntomas subjetivos. Durante el curso del estudio, 5 de las 8 mediciones electrofisiológicas verificadas mostraron mejoría significativa en relación a la situación previa en el grupo tratado con fidarestat, mientras que no hubo ninguna medición que mostró un deterioro significativo. En contraste, en el grupo placebo, no hubo mejorías electrofisiológicas y una de las mediciones se deterioró significativamente (por ejemplo, VCF del nervio mediano). A la conclusión del estudio, el grupo tratado con fidarestat mejoró significativamente comparado con el grupo placebo en dos mediciones electrofisiológicas (por ejemplo, CVF del nervio mediano y latencia mínima). Los síntomas subjetivos ( incluyendo entumecimiento, dolor espontáneo, sensación de rigidez, parestesias en la planta del pie al caminar, pies pesados e hiperestesia) se beneficiaron con el tratamiento con fidarestat, y todos mejoraron significativamente con el tratamiento en relación al grupo placebo, al final del estudio. A la dosis usada, fidarestat fue bien tolerado, con un perfil de efectos adversos que no difirió significativamente del grupo placebo. Los autores, concluyen de este trabajo, que el fidarestat altera la progresión de la neuropatía diabética actuando sobre la conducción nerviosa y mejorando los síntomas subjetivos. Este nuevo inhibidor de la AR puede ser clínicamente utilizado para el tratamiento radical de la neuropatía diabética. Nº 100 TITULO: TRATAMIENTO CON RADIOIODO DEL HIPERTIROIDISMO - FACTORES PRONOSTICOS PARA EL RESULTADO. AUTORES: Amit Allahabadia, et al. REVISTA: Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism 86: 3611-3617, 2001 RESUMEN: Actualmente se está incrementando el uso de la terapia con radioiodo como primera línea de tratamiento para el hipertiroidismo de la enfermedad de Graves y constituye el tratamiento de elección para la recurrencia del hipertiroidismo tóxico nodular. En la actualidad, existe poco consenso en relación al régimen de dosis más apropiado para la radioterapia con iodo (131 I) en el tratamiento del hipertiroidismo. Los autores estudiaron 813 pacientes hipertiroideos consecutivos tratados con radioiodo para comparar la eficacia de dos regímenes fijos usados en su centro (185 megabequerelios, 370 megabequerelios) y para explorar los factores que pueden predecir los resultados. Los pacientes fueron categorizados dentro de 3 grupos diagnósticos: Enfermedad de Graves, bocio tóxico nodular e hipertiroidismo de etiología indeterminada. La curación después de una dosis única de 131 I fue investigada y definida como eutoroidismo a los 6 meses de finalizar el tratamiento o sustitución de T4 por hipotiroidismo bioquímico en todos los grupos. Como se esperaba, pacientes con una sola dosis de 370 megabequerelios tuvieron un índice de curación más alto que aquellos que recibieron 185 megabequerelios, (84.6% vs. 66.5%, P < 0.0001) pero hay un aumento en la incidencia de hipotiroidismo al año (60.8% vs. 41.3%, P < 0.0001). No encontraron diferencias en el índice de curación entre los grupos con enfermedad de Graves y aquellos con bocio nodular tóxico (69.5% vs. 71.4%; P, no significativa), pero los pacientes con Graves tuvieron una mayor incidencia de hipotiroidismo (54.5% vs. 31.7%, P < 0.0001). Los hombres tuvieron menor índice de curación que las mujeres (67.6% vs. 76.7%, P = 0.02), mientras que los pacientes más jóvenes (< 40 años) tuvieron un menor índice de curación que los pacientes por encima de 40 años (68.9% vs. 79.3%, P < 0.001). Los pacientes con un hipertiroidismo más severo (p < 0.0001) y con bocio de tamaño medio o grande (P < 0.0001) parece que tuvieron un índice de curación menor después de una única dosis de 131 I. El uso de las drogas antitiroideas, durante un período de 2 semanas antes o después del 131 I, resultó en una reducción significativa del índice de curación en pacientes que recibieron 185 megabequerelios de 131 I (P < 0.01) pero no en los que recibieron 370 megabequerelios. El análisis de regresión logística mostró que la dosis, el sexo, bocio de tamaño medio y grande y severidad del hipertiroidismo fueron factores pronósticos significativos independientes para la curación después de una única dosis de 131 I. Los autores han demostrado con este trabajo, que una única dosis fija de 370 megabequerelios de 131 I es altamente efectiva en la curación tanto del hipertiroidismo nodular tóxico como del hipertiroidismo de la enfermedad de Graves. Ya que los pacientes varones y aquellos con más severo hipertiroidismo y bocios de mediano y gran tamaño parece que responden menos a una única dosis de radioiodo. Además, sugieren que el valor de la dosis inicial fija más alta de radioiodo sea evaluada en aquellas categorías de pacientes con menor índice de curación.