Luis Carrero Blanco (Santoña, Cantabria, España, 4 de marzo de 1903 - Madrid, España 20 de diciembre de 1973). Militar y político español. Ocupó diversos cargos en el gobierno franquista, siendo asesinado por ETA cuando era Presidente del gobierno de España durante la etapa final de esa dictadura. Formación Ingresó en la Escuela Naval en 1918 contando con 14 años y tomó parte en la campaña de Marruecos de 1924-1926. La Guerra Civil Al iniciarse la Guerra Civil huyó ante el temor de ser ejecutado por milicias republicanas y se refugió en las embajadas de México y Francia, hasta que en junio de 1937 consiguió evadirse a la zona nacionalista. Situado al mando del destructor Huesca y, posteriormente, de un submarino, llegó a ser jefe de Operaciones del Estado Mayor de la Marina. Cargos de Gobierno En el año 1940 redactó un informe recomendando la neutralidad española en la II Guerra Mundial. Desde entonces se convirtió en el hombre de confianza de Franco, siendo nombrado subsecretario (1941) y ministro de la Presidencia (1951), luego vicepresidente (1967), lo que supuso un incremento creciente de su peso específico en el gobierno del Estado. En su labor procuró limitar la influencia de los falangistas, promovió la modernización económica y administrativa del Estado, aunque siempre dentro del franquismo, y apoyó la planificación de la sucesión monárquica del régimen, en la figura de Juan Carlos I. En junio de 1973 fue nombrado presidente del gobierno, lo que hacía pensar que se convertiría en el hombre fuerte del Estado a la muerte del dictador, pero su fallecimiento el 20 de diciembre de 1973, en un atentado perpetrado por ETA en Madrid, abortó esas expectativas. Su fallecimiento: La "Operación Ogro" "Operación Ogro" es el nombre en clave por el que ETA denominó a este magnicidio. Los miembros de ETA se desplazaron hasta Madrid y alquilaron un semisótano en el número 104 de la calle Claudio Coello; a partir de allí excavaron un túnel hasta el centro de la calzada donde colocaron cerca de 100 kilogramos de goma-2 que hicieron explosionar el 20 de diciembre de 1973 al paso del coche de Carrero Blanco, quince minutos antes del inicio del juicio contra diez miembros del entonces sindicato clandestino Comisiones Obreras, conocido como “Proceso 1001”. La explosión que acabó con la vida del presidente del gobierno, Luis Carrero Blanco, fue tan violenta que el coche voló por los aires y cayó en la azotea de un edificio anexo a la iglesia donde había asistido a misa momentos antes. Su hija Ángeles que siempre lo acompañaba no fue ese día. También fallecieron otras dos personas, el inspector de Policía, José Antonio Bueno Fernández, y el conductor del vehículo José Luis Pérez Mogena. Carrero Blanco, pese a haber sido advertido de la posiblidad de sufrir un atentado se negó a extremar sus escasas medidas de seguridad; su horario y sus itinerarios eran invariables y el coche en el que se desplazaba no estaba blindado. Como indicaba el comunicado en el que ETA asumía la autoría del atentado, el objetivo era intensificar las divisiones existentes en el seno del régimen. La ejecución en sí tenía un alcance y unos objetivos clarísimos era la persona de más poder del régimen y con menos protección, pese haber sido avisado de las intenciones de ETA. Según declaraciones de Txikia, uno de los miembros del comando, era "una pieza fundamental" e "insustituible" y representaba al "franquismo puro: "La ejecución en sí tenía un alcance y unos objetivos clarísimos. A partir de 1951 Carrero ocupó prácticamente la jefatura del Gobierno en el Régimen. Carrero simbolizaba mejor que nadie la figura del «franquismo puro» y sin ligarse totalmente a ninguna de las tendencias franquistas, solapadamente trataba de empujar al Opus Dei al poder. Hombre sin escrúpulos montó concienzudamente su propio Estado dentro del Estado: creó una red de informadores dentro de los Ministerios, del Ejército, de la Falange y aún dentro del Opus Dei. Su policía logró meterse en todo el aparato franquista. Así fue convirtiéndose en el elemento clave del sistema y en una pieza fundamental del juego político de la oligarquía. Por otra parte llegó a ser insustituible por su experiencia y capacidad de maniobra y porque nadie lograba como él mantener el equilibrio interno del franquismo […]" La complejidad del atentado ha hecho sospechar que tal vez otras entidades estuvieron implicadas en el mismo, siendo la más mencionada la CIA, dicha afirmación ha sido negada por los propios autores del atentado . La única persona que supuestamente vio la cara al conocido como el "hombre de la gabardina blanca" que entregó los horarios y rutas de Carrero Blanco en el "Hotel Mindanao" de Madrid murió a manos del BVE en 1978. Uno de los presuntos autores del atentado fue asesinado poco después. Consecuencias El magnicidio tuvo gran repercusión en la España de la época, siendo muy diversos los sentimientos que provocó y sus consecuencias políticas posteriores. 5 6 Libro y Película La escritora anarquista catalana Eva Forest publicó en Francia un año después, bajo el seudónimo "Julen Agirre", un libro titulado Operación Ogro 7 en el que relataba la preparación y ejecución del atentado. Sin embargo, aunque partes de él reflejasen verazmente los hechos, otras parecen escritas para confundir las investigaciones policiales de la época, por lo que no se considera una fuente absolutamente fidedigna en ciertos aspectos. En el año 1979 se filmó una película basada en estos hechos también titulada "Operación Ogro" y con el mismo título, que fue la última obra dirigida por Gillo Pontecorvo 8 con música de Ennio Morricone. La película fue seleccionada oficialmente para la clausura del Festival de Venecia y declarada de "Especial Calidad" por la Dirección General de Cinematografía, obtuvo el premio David di Donatello a la mejor dirección. EL ATENTADO CONTRA CARRERO BLANCO El día 20 de diciembre de 1973 el Presidente del Gobierno Luis Carrero Blanco se dirigía a su domicilio después de oír misa en la iglesia de San Francisco de Borja, en Madrid, y al llegar a la calle Claudio Coello, esquina a Maldonado, una inmensa explosión lanzó al coche en que viajaba a una altura de más de veinte metros de altura provocando su muerte y la de otras dos personas más. En aquella ocasión los terroristas de ETA aseguraron que aquellas muertes (también las de las otras dos personas inocentes) eran necesarias para conseguir la democracia. Lo curioso fue que los terroristas "sólo" asesinaron a 45 personas durante la dictadura y, hasta el momento, a 765 durante la democracia... ¿Demuestra eso que ETA está en favor de la democracia? En la fotografía de la derecha se puede apreciar el gigantesco cráter producido por la potentísima explosión. Los terroristas compraron un semisótano en el número 104 de la calle Claudio Coello y a partir de allí hicieron un túnel hasta el centro de la calzada donde pusieron cerca de 100 kilogramos de goma-2 que hicieron explosionar al paso del coche de Carrero Blanco. Fueron acusados de aquel asesinato los etarras José Ignacio Abaitua Gomeza "Marquín", José Miguel Beñarán Ordeñara "Argala", Pedro Ignacio Pérez Beotegui "Wilson", Javier María Larreategui Cuadra "Atxulo", José Antonio Urruticoechea Bengoechea "Josu" y Juan Bautista Eizaguirre Santiesteban "Zigor", todos ellos refugiados en Francia y, en aquella época, protegidos por este país. En la foto de la derecha puede verse el patio interior del edificio de seis pisos de los Jesuitas en el momento en que el Dodge Dart de Carrero Blanco se descuelga de la cornisa tras haber "volado" por encima del tejado. La explosión fue tan violenta que proyectó el pesado vehículo hacia arriba a una altura tal que pasó por encima del edificio hasta caer en el patio interior. Estado del vehículo después de caer definitivamente en patio de la Casa Profesa de los Jesuitas. Tras el atentado los tres ocupantes del vehículo fueron trasladados al hospital ya que ninguno de ellos falleció en el acto, pero las heridas sufridas eran de tal gravedad que ninguno de los tres sobrevivió. En este gráfico puede verse la trayectoria seguida por el Dodge Dart de Carrero Blanco tras la explosión de la bomba. Sin duda los terroristas quisieron dejar bien claro que eran capaces de asesinar a cualquiera para conseguir sus propósitos, y pretendieron demostrar que podían quebrantar la seguridad del régimen... Aunque hay que reconocer que no debió ser muy difícil; al fin y al cabo Carrero Blanco pasaba todos los días por aquella calle para ir a misa... Sí, realmente es muy fácil matar a cualquiera... Con la muerte de Carrero Blanco podría decirse que se acababa definitivamente el régimen franquista y eso lo sabía muy bien ETA, como también sabía que con este asesinato se granjearían ciertas simpatías por parte de los contrarios al régimen de Franco. Al mismo tiempo conseguirían que el ejército y el gobierno se posicionasen aún más a la derecha endureciendo la dictadura, lo que produciría un importante distanciamiento del pueblo e incluso un enfrentamiento entre "las dos Españas"... En otras palabras, el asesinato de Carrero Blanco fue uno de los primeros intentos de ETA para que a España nunca llegase la democracia, pero por desgracia para ellos y por suerte para los demócratas, no se salieron con la suya... Ni el ejército se sublevó, ni el gobierno se endureció, ni el pueblo llegó a enfrentarse... Pocos años después España conseguía ser una de las mejores democracias del mundo. Las dos personas que los terroristas asesinaron junto a Carrero Blanco fueron su conductor, un civil llamado José Luis Pérez Mojena y su escolta Juan Bueno Fernández al cual puede verse en la fotografía de la izquierda. Como se puede comprobar, ya desde entonces ETA no se paraba en minucias a la hora de conseguir sus objetivos. Si quería asesinar a una determinada persona no le importaba que también cayesen con ella todas las que en aquel momento estuviesen a su lado. En eso ETA no ha cambiado el