La incorporación del análisis de la realidad externa y sus relaciones con el mundo interno Una experiencia personal Raquel Soifer * En primer término.deseoespecificar cómo 'llegué a las conceptualizaciones que expondré en este trabajo. ' ' ' La lectura y el estudio de la obra de Freud constituyó para mí una constante, desde los comienzos mismos de mi interés por el tema. Con el transcurso de los años, me fui adentrando además en el conocimiento de los desarrollos kleinianos, tanto merced a mi análisis personal como a la frecuentación de la literatura respectiva, a lo cual se sumaron luego las supervisiones y seminarios con los representantes de esa corriente en Londres. Recuerdo a la sazón un control con el doctor Phillips que me impactó muchísimo por el acento que puso en la necesidad de tener en cuenta no solamente la envidia y los celos del paciente sino también esos sentimientos expresados en ataques contra él por parte de las personas de su ambiente. Completé todo esto con las enseñanzas de los analistas argentinos, en especial Enrique Plchon-Blvíére, Marie Langer, Arminda Aberastury, Luisa Alvarez de Toledo, Willy y Madée Baranger. En 1962, en el simposio sobre Ja obra. de f\t1e.la!1i~,.KJejnque SEl. desarrolló en nuestra Asociación, presenté' un trabajo que procuraba correlacionar los conceptos de Freud y, de esa autora acerca del tema de la melancolía yenel que planteaba la envidia de la locura 18. El interés' por seguir desarrollando correlaciones entre ambos pensadores continuó vigente en mí y se convirtió en meta de mis actividades investigativas. Poco después elaboré un primer trabajo sobre la técnica de grupo familiar con niños, incluyendo material lúdico, en la que procuraba aplicar las postulaciones teóricas y técnicas del psicoanálisis de niños al trata-o miento defamili.as 19 •. Incorporaba así la dimensión familiar a mis lnves-. tigaciones. Hacia la misma época, el análisis de una paciente de ascendencia oriental me llevó a escribir un trabajo en el que destacaba la .lnñuencla de la modalidad cultural de: su familia sobre la orqanlzación de su psiquismo 2Q., • ' • . . Algunos años d'espu~~ '~~aboqué ,a .iain~esti~aCiónde ... - ..•. , ~ -Ia obser••... -" .~ '. Raquel Soifer vación de lactantes y del pstqulsrnc temprano 22, con lo cual derivé mis inquietudes hacia el plano evolutivo. A lo largo de todos estos trabajos se me fue haciendo claro que la realidad externa, en sus dimensiones familiar, social inmediata, cultural y de la organización social en general, estaba incluida de muchas maneras en los trastornos que presentan los pacientes en nuestro país. Sin embargo, comprobé que en la literatura mundial existen serias controversias acerca de cómo se interrelaciona la realidad externa con el mundo interno. De igual manera, las polémicas sobre el tema se desarrollan en forma intensa en nuestro medio. El objeto de este artículo es transmitir los conceptos teóricos y técnicos a los cuales llegué a lo largo de todos estos años de labor. Para ello comenzaré primero con una recapitulación de postulados freudianos que considero básicos para el tema. La lnterrelaelén 440 entre interno y externo en Freud El resumen que sigue ha sido extraído de los siguientes trabajos: "Proyecto de una psicología para neurólogos" (1895-1950), "La interpretación de los sueños" (1900), "Lo inconsciente" (1915), "Adición metapsicológica a la teoría de los sueños" (1915), "Psicología de las masas y análisis del Yo" (1921), "El Yo y el Ello" (1923), "El porvenir de una ilusión" (1927), "El malestar en la cultura" (1930), "Nuevas aportaciones al psicoanálisis" (1933) y "Compendio de psicoanálisis" (1940). No pretende ser exhaustivo y solamente intenta tomar algunas líneas para su integración posterior. El sistema perceptivo consciente está dirigido hacia el mundo externo 14y a través deél se diferencia el Yo del Ello 11. La actividad mental sigue dos caminos: de los instintos y el inconsciente a la consciencia, o bien un estímulo externo pasa por el sistema consciente al preconsciente y llega hasta el inconsciente. Este segundo camino es reversible. Lo consciente es a veces latente y gran parte del contenido del Pes. no se hace consciente. El acto de hacerse consciente La incorporación del análisis de la realidad externa depende de la dirección que tome la atención. El contenido del Pes. se deriva en parte de la vida instintiva (del Inc.) y en parte de la percepción. El Inc. está también afectado por las experiencias originadas en la percepción externa. En las condiciones normales la vía desde el Cs. al Inc. está abierta. Puede existir una cooperación entre un impulso preconsciente y otro inconsciente, aun hallándose éste reprimido, si el impulso inconsciente logra actuar en el mismo sentido que alguna de las tendencias dominantes. La represión es levantada en este caso y la actividad reprimida es admitida como un reforzamiento de las intenciones del Yo, con lo cual el inconsciente se convierte en egosintónico en este aspecto. Las tendencias reforzadas se revelan como si no fueran diferentes de las normales y manifiestan una resistencia similar a la que ofrecen los síntomas obsesivos. El inconsciente se continúa con los derivados, influye sobre el Pcs. y es influido por éstos. Sólo en la pubertad se hace una división definida entre Cs. e Inc. La separación total entré Pes. e Inc. caracteriza a la enfermedad. Al ligarse palabras, las cargas pueden recibir calidad y pasar a la consciencia, lo cual sólo sucede en el Pes. Una presentación que no es puesta en palabras o un acto psíquico que no es hipercargado queda en el Inc. en estado de represión 6. Es bastante justificable suponer que la creencia en la realidad está relacionada con la percepción a través de los sentidos. Nuestra relación con el mundo externo y con la realidad depende de nuestra habilidad para diferenciar entre percepción e iefea. La percepción que se produce en la regresión tópica vehiculiza la satisfacción alucinatoria de deseos. Las ideas se asientan en la prueba de realidad. En ciertos estados (amencia) el Yo rompe su relación con la realidad 1 *. El Yo procura que la influencia del mundo externo alcance al Ello y a las tendencias en éste y que el juicio de realidad sustituya al de placer. Los sentimientos pasan directamente del inconsciente a la consciencia 11. El Yo tiene la tarea de representar al mundo externo ante el Ello. Para realizarla, debe observar al mundo externo, formar una adecuada • Los destacados en este texto y en los siguientes son de la autora. 441 Raquel Soifer imagen 'de él en las huellas mnémicasde las percepciones y, merced al juicio de realidad, deslindar todo aquello que es un agregado derivado de las fuentes de excitación internas. El Yo interpone entre una necesidad y una acción una postergación que es el pensamiento, para lo cual utiliza los residuos mnémicos de la experiencia. De esta manera reemplaza el principio del placer por el de realidad 14. . Por lo tanto, el Yo lucha en dos frentes: tiene que defender su existencia contra un mundo externo que lo amenaza con la aniquilación y contra un mundo interno que hace demandas excesivas. Adopta los mismos métodos de defensa contra ambos, pero su defensa contra el enemigo interno es especialmente inadecuada. Probablemente, en los casos de psicosis se produce una disociación psicológica, por la que se forman dos actitudes pslqulcas: una que toma en cuenta la realidad y la otra que, por influencia de los instintos, separa al Yo de la realidad. Ambas coexisten y si predomina la segunda se instala la precondición necesaria para la psicosis 15. El Superyó desempeña ante el Yo el rol de un mundo externo a pesar de haberse convertido en una parte de su mundo interno. Durante toda la vida ulterior representa la influencia de la infancia, el cuidado y la educación recibidos de los padres y la dependencia de ellos. Y en tod!o esto no solamente se hacen sentir las cualidades de los padres, sino todo aquello que tuvo un efecto de.cisivo sobre enos mismos, los gustos y normas de la clase social en la que vivieron y las disposiciones y tradiciones de la raza de la que surgieron 15. Con referencia al tratamiento psicoanalítico, señala Freud: hemos trabajado simultáneamente para' liberar la .alteración del Yo instalada bajo la influencia del inconsciénte, por cuanto toda vez que pudimos detectar alguno de sus derivados en el Yo, hemos señalado su origen ilegítimo y hemos lnstiqado a éste rechazarlos. Debe recordarse que fue una ·de las precondiciones de nuestro pacto de asistencia que cualquiera de:'éslas aiteraclones déi Yo, ~ debidas a la intrusión. de . . ~elementos inconscientes no debiera pasar más allá de cierta cantidad 15. a 444 ',; . ,,' La incorporación del análisis de la reálidad externa Sobre el narcrsrsrno comenta: En Ia aversron desembozada que ·Ias personas sienten hacia los extraños podemos reconocer la expresión del narcisismo. El narcisismo tiene por objeto la preservación del individuo y se comporta de manera tal como si la emergencia de cualquier discrepancia con sus propias líneas de desarrollo implicara la crítica de éstas y propiciara su modificación 10. Freud se refiere 12 a la satisfacción narcisista que ofrece el Idea' del Yo a los participantes en la cultura. Posteriormente postula la que la sublimación, la creación y el trabajo son defensas contra el sufrimiento. Analiza en particular otra defensa que es la tentativa de obtener felicidad y protección mediante la modificació-n alucinatorla de la realldad hecha por mucha siente en .común, como en la religión. Por otra parte, al señalar las fuentes del padecimiento humano, destaca la debilidad de nuestro cuerpo, el poder de la naturaleza y la acción debida a la ineficacia de los mecanismos re.gUJ.a.. dores de las relaciones en la familia, el EstadO y la sociedad. El procese de civilización se apoya en el amor, dado que este sentimiento modifica el egoísmo en altruismo y que el amor por sí mismo ~el' narcisismoconoce una sola barrera que es el amor por los objetos 10. - Esquema evolutivo del narcisismo (correlación entre Freud y Melanie Klein) Pensamos que corresponde trazar un esquema evolutivo de la libido narcisista a los fines de una mejor comprensión de los temas planteados por Freud y resumidos en el apartado anterior. Para ello, nos hemos valido también de la experiencia en el análisis de niños de primera infancia y en la observación de recién nacidos y lactantes. Agregamos las postulaciones de Melanie Kleiny H. Roserifeld sobre el narcisismo e intentamos correlacionar: ambos. .esquemas. 443 Raquel Soifer El narcisismo primario fue descripto por Freud como la situación libidinal intrauterina y del nacimiento. La observación de recién nacidos en sala de partos permite corroborar esta postulación como esquema útil. Melanie Klein la reformuló en términos de retracción al objeto interno (cuando el bebé se aparta de los estímulos) y como identificación proyectiva masiva (su actitud de total inmersión en la comunicación con la madre). Se transforma prontamente en libido objetivada, al irse estableciendo la relación con los objetos. Durante un cierto tiempo esa modalidad de relación que Freud 8 ubica hasta alrededor de los dos años de edad, es narcisista y la denomina narcisismo secundario o relación narcisista de objeto. En el ínterin se va organizando el pasaje a la relación objetal o relación de objeto por aposición. 444 Como correlación entre las postulaciones treudlanas y kleinianas, consideramos que la relación de objeto, tal como fue deslindada por Freud, corresponde a una evolución del concepto de Melanie Klein sobre el objeto total. Destacamos que al plantear esta concepción estamos pensando en términos de desarrollo evolutivo. A los 3 meses de edad, según M. Klein, comienza la integración del objeto interno total; esto puede verificarse ampliamente con la observación de lactantes. Pero esta integración, que pone en marcha la posición depresiva, no es un acto acabado y único, sino un desarrollo que transcurre a través de mucho tiempo, ya que el objeto interno bueno se va formando merced a la interacción con la madre y a los avances en la posición depresiva. La interacción permite al niño ir conociendo las características de la madre, que son entonces introyectadas y que finalmente sirven como base de identificación. El mismo proceso se verifica con la imagen del padre a partir de los tres meses de edad. Por otra parte, Freud en el Proyecto 2 describió cómo se va realizando el conocimiento del objeto (externo) a partir de su división en predicado y atributos; el predicado es el conjunto y los atributos constituyensus caracterfstlcas. La incorporación del análisis de la realidad externa Llegamos así al desarrollo de una relación con un objeto externo real -cuyo conocimiento es aprehendido mediante un proceso paulatino y de larga duración- y de una relación con un objeto interno que se va integrando a medida que se establece la comunicación (apoyada en los mecanismos de proyección e introyección) con el objeto externo. Consideramos necesario acudir en este punto a las postulaciones kleinianas que están valederamente corroboradas por la observación de lactantes y por la práctica, para completar los señalamientos freudianos cuya línea de precisión se pierde y confunde a lo largo de sus escritos sobre el tema. Planteamos, a la luz de la práctica, que este proceso de conocimiento del· objeto externo y de integración del interno se hace merced a la relación narcisista y culmina entre los dos y los tres años de edad, después de la transmutación de los instintos en el erotismo anal 8. Vale decir que sólo a partir de los dos años empieza a instalarse en forma definida la relación de objeto por aposición, con lo cual el niño puede ya diferenciar adecuadamente entre sujeto y objeto, a la vez que deslindar y reconocer las cualidades psicológicas específicas de Sus objetos externos -dado que entre los atributos debemos incluir y conceder especial importancia a las características psicológicas-. Este proceso continúa, en nuestra experiencia, hasta más allá de la adolescencia. Por lo tanto, la integración del objeto total en el mundo interno favorece el proceso del conocimiento del objeto externo, lo cual a su vez facilita el enriquecimiento del objeto interno. Veamos ahora cómo actúa dentro de este panorama la relación narcisista de objeto. Ubicamos antes su predominio hasta los dos años de edad;' pero sabemos que subsiste a todo lo largo de la vida, en cierta medida, dentro de lo que ha recibido el nombre de organización narcisista de la personalidad, postulada por Freud como la base de los trastornos psicóticos. Para la comprensión del narcisismo secundario nos es útil la conceptualización kleiniana sobre identificación proyectiva. Merced a este mecanismo, el Yo del niño asume atributos valorados del objeto que, por 445 Raquel Soifer ,446 esa vía, son 'sentidos como partes idealizadas del Yo. El estudio de este aspecto de las relaciones objetales en los análisis tempranos 21 nos llevó a -la conclusión de que el objeto del narcisismo secundario (objeto interno) se forma con partes del objeto externo real, confundidas con partes del Yo y sentidas como pertenecientes a éste (de ahí la posesividad), a las que se agregan modalidades fantásticas, originadas en las fantasías inconscientes de origen libidinoso. Este objeto del narcisismo secundario es distinto del objeto interno bueno, pero en los primeros años de vida está confundido parcialmente con él. Si la confusión entre ambos es muy amplia e intensa, aparece la enfermedad. El Yo establece una relación incestuosa con ese objeto interno narcisista. Sabemos que Freud reserva el término de pulsión incestuosa para las vicisitudes del complejo de Edipo, pero, por otra parte, cuando describe el erotismo anal le adjudica un objeto y además en varias partes de su obra destaca que el pecho es el primer objeto de amor. O sea que si en la situación oral tenemos un objeto revestido de cualidades libidinosas y ese objeto es la madre, la relación con él es incestuosa. Nos apoyamos para afirmarlo en la concepción kleiniana sobre complejo de Edipo temprano. Del mismo modo, en el erotismo anal, cuando las heces son ofrecidas como regalo a los padres, la relación es también incestuosa. 'Abraharn, por su parte, destacó él temor a la pérdida del objeto por vía anal. Y Melanie Klein planteó la triada anal con los mecanismos de control omnipotente del objeto, negación y triunfo. Pensamos que todas estas postulaciones ratifican las características incestuosas de las pulsiones pregenitales. _ En consecuencia estas pulsiones, emanadas de las distintas zonas erógenas (oral, anal, uretral, fálica), van recubriendo con las distintas fan-tasías al objeto narcisista que las engloba y a su vez es proyectado sobre 'el objeto-externo real. -Depende entonces de la interacción con el objeto externo la posibilidad de que éste sea discriminado y diferenciado del -objeto narcisista. El método al cual acude para ello el objeto externo (padre, madre o subrogados) -cuando su salud psíquica se lo permite:es, la .puestade límites. La incorporación del análisis de la realidad externa . El·factor cultural tiene gran peso .enestos procesos; si la cultura sostiene y fomenta las características narclslstas de los padres, éstos no lograrán instrumentar adecuadamente la puesta de límites, 'por lo que no podrá completarse. en el niño el proceso de discriminación entre objeto narcisista y objeto real. El análisis de. niños pertenecientes a familias religiosas es muy ilustrativo al respecto y lo mismo .resulta valedero para todos los prejuicios que las comunidades-suelen asumir en forma colectiva. La relación narcisista con el objeto externo determina una forma de vinculación con éste que ha recibido el .nombre de simbiosis a partir de las postulaciones de H. Wallon y M. Mahler. Entre nosotros, José Bleger 1 caracterizó el término adscribiéndole una especificidad en el mundo interno como. posiciónglischrocárica y estado sincrético. Sin desconocer la utilidad práctica de estas conceptualizaciones de Bleger, nuestro planteo procura ir más allá de ellas, en una redeñnlclón valedera para los análisis infantiles, que pensamos beneficiosa asimismo para el tratamiento de adultos. Llamamos simbiosis a la modalidad de relación narcisista por cuanto ésta determina un alto grado de dependencia del niño (y del adulto) con el objeto interno narcisista y con el objeto externo sobre el cual éste es proyectado. Otra característica de la situación simbiótica (narcisista e incestuosa), que tiene por objeto la preservación del individuo -como lo destaca Freud-, es que vehiculiza concornltanternente. pulsiones sádicas y masoquistas que, o bien son limitadas por el objeto externo y por lo tanto ceden ante la prueba de realidad, o son aceptadas, con lo cual se las sigue sintiendo como acciones placenteras y útiles por el sujeto. Al mismo tiempo, es menester recordar que dentro de esa misma cita de Freud 10 se plantea, junto con la preservación de la vida, la aversión narcisista hacia los extraños por cuanto hacen emerger discrepancias con lo propio, y estas discrepancias son: sentidas como críticas y amenazas de modificación. Agregamos a este concepto de Freud que la .sensación de crítica y amenaza por parte de los extraños emana de los sentimlentoadeculpa tanto por las pulsiones incestuosas' conio por las ('447 Ra,quel Soifer tendencias sádicas involucradas dentro de la relación narcisista de objeto, que son proyectados sobre los desconocidos. Resumiendo: consideramos que la relación narcisista de objeto reúne las pulsiones emanadas de la libido narcisista y de la libido sexual pregenital, que es por lo tanto incestuosa y tiene características de dependencia simbiótica. Su desarrollo se hace merced a fantasías con un objeto narcisista integrado por partes idealizadas del objeto externo real, confundidas con partes del Yo. Veamos un ejemplo tomado de una hora de juego diagnóstica. Una niña de dos años, traída a la consulta por sus frecuentes rabietas, al promediar la entrevista se subió sobre el diván al lado de su madre, le introdujo la mano por el escote y le oprimió el pezón. El vínculo incestuoso aparecía así claramente, al igual que el sadismo y la necesidad de identificar proyectivamente en ella la angustia que en ese momento experimentaba la criatura. La madre no acusó señales de recibir la agresión, por lo cual la nena insistió con mayor fuerza y sadismo, hasta que la señora me miró con un gesto de gran dolor, como esperando que yo hiciera algo para apartar a la criatura. Evidentemente la niña expresaba de ese modo que existían en ella fantasías acerca de un objeto que la quería tanto que sentía placer en permitirle que lo dañara. Ese objeto, con el cual estaba confundida y que sentía como de su propiedad, representaba para ella un vínculo simbiótico de extrema dependencia, al punto que no le permitía jugar ni desarrollarse. Tenía características de pecho gratificador para las pulsiones oral canibalistas -que continuaban vigentes a pesar de su edad cronológica-, algo asf como si permitiera ser mordido, gozara con ello y no se rompiera en pedazos. Llegamos así a las características maníacas que presenta por lo general el objeto narcisista. El tratamiento de la pequeña paciente reveló la exactitud de estas hipótesis, tanto en lo atingente a su situación nacisista determinante del síntoma como en cuanto a la modalidad cultural de sus progenitores, sustentada en una visión narcisista y perverso polimorfa de las relacio- La incorporación del análisis de la realidad externa nes humanas. Resultó también evidente que el padecimiento de la niña se originaba en la intensa culpa que le producía su vínculo incestuoso y sádico con ese objeto interno. Pensamos que este ejemplo, extraído de la patología, puede aclarar las vicisitudes de la relación de dependencia del niño con sus padres que, en condiciones óptimas, se va resolviendo gradualmente, en especial a partir de la organización de "la motricidad fina, alrededor de los tres años de edad. Esto coincide con la emergencia de la ansiedad de castración en el plano psicosexual. Como sabemos, las pulsiones pregenitales van perdiendo sus características incestuosas y narcisistas a medida que se establece la primacía genital. Sufren entonces los efectos de la represión 4 y son puestas al servicio de la sublimación y del aprendizaje escolar, a la vez que su acción imposibilita la adecuada resolución del conflicto edípico. El caso de Juanito 4 es otro ejemplo clarificador de estas conceptuaüzaclones acerca del vínculo simbiótico, narcisista e incestuoso que, en él, ocasionaba la enfermedad fóbica. Fue la disposición psicológica y cultural de la madre de Juanito lo que la llevó a permitir al niño que compartiera el lecho con ella y a formularle la amenaza de castración, entre otros hechos. Vemos en la permisividad del colecho la satisfacción del deseo incestuoso de la madre por el contacto corporal con el hijo, al que convertía de ese modo en objeto narcisista, representante de una parte de sí misma sobre el cual proyectaba su Yo lnfantll a la vez que la imagen de su propio padre, quizá como objeto parcial, su pene. Del mismo modo, la amenaza de castración configura, dentro de esta línea, la expresión de la represión de las fantasías masturbatorias masculinas de la madre, reactivadas y sentidas como intolerables ante la masturbación observada en el niño, poseedor de un pene real. En el mismo sentido entendemos la respuesta de esa señora a la pregunta sobre si ella también tenía una cosita; su afirmación corrobora la inferencia sobre su fantasía narcisista de poseer un pene, fantasía que de ese modo indujo en" su hijo," favoreciendo en éf la persistencia de "la situación de confusión entre sujetoy objeto. 449 Raquel Soifer Resumimos ahora este esquema evolutivo. Desde el nacimiento, en adelante el narcisisrnoprimario se va convirtiendo en .relaclón narcisista de objeto -narcisismo secundario-o Esta modalidad de relación empieza a ceder paso a la relación de objeto por aposición a partir de los dos años de edad. La relación narcisista de objeto, que implica cierto grado de confusión entre sujeto y objeto, presenta características incestuosas pues se asienta en las pulsiones pregenitales, a la vez que imprime al vínculo la modalidad simbiótica de dependencia objetal y está sustentada por las tendencias maníacas. Concomitantemente, vehiculiza pulsiones sádicas y masoquistas. Cuando esta evolución no se cumple adecuadamente, aparece la enfermedad. La puesta de límites por parte de los padres o subrogados a las pulslones pregenitales incestuosas, realizada con sentido de realidad y de protección al niño y a sí mismos, favorece el pasaje a la relación objeta!. Del mismo modo, la cultura y la organización social pueden limitar la relación narcisista o bien favorecerla al sancionarla como útil y beneficiosa, trabando el desarrollo de la relación objetal y por lo tanto de la convivencia social pacífica y justa. Aplicación de este esquema a la técnica psicoanalítica Las conceptualizaciones expuestas hasta ahora caracterizan, en nuestra experiencia, una conducta técnica. Se impone, en primer lugar, discriminar cuidadosamente en la transferencia: 450 a} Las características del objeto transferido; b}la modalidad de relación con él; c} inferir qué aspectos contenidos en a} y b} se originan en peculiaridades culturales, socioeconómicas y políticas y en qué medida esas peculiaridades favorecen la tendencia del paciente hacia la relación objetal (signada por el amor, la solidaridad y la convivencia) o lo impulsan a dar visos de realidad a sus La incorporación del análisis de la realidad externa fantasías alucinatorias de satisfacción' de deseos pregenitales englobadas en la modalidad de relación narcisista de objeto; d) deducir qué aspectos contenidos en a) y b) emergen de fantasías e impulsos pregenitales propios del paciente; e) deslindar hasta qué punto el objeto transferido guarda relacióh con los padres reales del paciente en cuanto a las características psicológicas de éstos; f) aplicar la puesta d~ lirnites 5, 9,15,23,2'4 toda vez que el paciente, apoyado en la compulsión a la repetición, tienda a otorgar visos de realidad en forma continuada a la fantasía transferida. Recordamos que la puesta de límites se realiza mediante la contención de los ataques al encuadre y por medio de la fijación de un plazo definido para la terminación del análisis según el caso. La. puesta de límites se impone en estas ocasiones como único recurso para ayudar al paciente a diferenciar entre el objeto transferido y el rol del analista, que de otra manera corre el riesgo de ser confundido con éste, en una relación de connivencia con sus conductas psicopáticas o polimorfo perversas y masoquistas. Estos diversos pasos se van dando en el proceso analítico en forma sucesiva y con bastante claridad. Su cumplimiento permite al paciente alcanzar los beneficios de la autoobservación y de la comprensión de los procesos mentales, objetivo último del tratamiento, a la vez que enfatiza sus tendencias hacia el pensamiento reflexivo y la acción específica, en contención y evolución de la satisfacción alucinatoria de deseos y del proceso primario. Ejemplificaremos estas conceptualizaciones con un caso clínico. Una paciente joven, casada, de 22 años, que presentaba características esquizoides, mostraba gran rechazo por las interpretaciones, en tanto transfería un objeto muy idealizado que la escuchaba arrobado y se defendía de otro muy persecutorio que la amenazaba con la aniquilación. 451' Raquel Soifer La técnica defensiva empleada eran largos parlamentos formulados en un lenguaje preciosista y oscuro, plagado de frases hechas, al estilo de las radionovelas. Esta peculiaridad llamaba poderosamente la atención por cuanto se trataba de una persona culta, estudiante universitaria. 452 Cuando con el transcurso de los años logramos entender las distintas fantasías inconscientes involucradas en ese proceso transferencial, pudimos enterarnos -paciente y terapeutaque su familia pertenecía a una clase media baja, con un cierto barniz cultural y pretensiones de "más allá social"; que el lenguaje empleado por ella era típico de su madre y de sus tías maternas, las que sustentaban diversos prejuicios e idealizaciones acerca de la convivencia social (prejuicios sexuales, idealización del dinero y del status) y que, además, su madre presentaba una severa agorafobia. Su padre era hijo de un obrero militante socialista y compartía esa ideología. Este último descubrimiento nos permitió comprender por qué sus parlamentos se referían muchas veces al tema político, que por aquel entonces era tratado por ella en la forma rebuscada y abstracta ya comentada. Una vez que tuvimos así deslindado el cuadro cultural y psicológico familiar resultó fácil discriminar las fantasías de sometimiento edípico a la madre, a la que se ofrecía como objeto narcisista e incestuoso, a la manera de una niña que debía reverenciarla y aplacarla con diversos regalos y holocaustos de aspectos de su personalidad. A través de este sometimiento se había estructurado la vinculación simbiótica con ella y la actitud de retracción autista frente al mundo que caracterizaba su enfermedad al comienzo de la terapia. La relación incestuosa se expresaba en diversos niveles: orales, anales de retención y fálico uretrales. A continuación emergieron con claridad las fantasías de relación con el padre, en las que se vivía culposamente como la poseedora del pene de éste, que retenía analmente, lo cual le producía la culpa que procuraba aminorar merced al sometimiento y a la vinculación narcisista con la madre. La incorporación del análisis de la realidad externa Estas alternativas de la terapia permitieron a la paciente recuperar la flexibilidad en el manejo intelectual y utilizar libremente su sexualidad que antes estaba severamente restringida. Pero además consiguió ubicarse favorablemente en el plano laboral, tema que desarrollaremos más adelante, y en el social, al rodearse de muchos amigos, a la vez que pudo identificarse con los ideales humanitarios de su padre y su abuelo. Pasó así de una actitud eminentemente prejuiciosa, que dividía el mundo en malos-pecadores-sexuales y en buenos-meritorios-abstinentes-cultos, a una predisposición abierta, en la que el énfasis estaba puesto en la capacidad de amor, solidaridad y compañerismo en las relaciones humanas. Vamos a referirnos ahora al análisis de su relación laboral. Trabajaba en una empresa multinacional y dedicaba, durante varios años, gran parte de sus sesiones a despotricar contra sus empleadores, sus jefes y compañeros. Desplegaba para ello distintas fantasías canibalistas, anal expulsivas, uretrales y fálicas, en las que volcaba gran placer, el placer de la descarga de odio, y que utilizaba masturbatoriamente. Al promediar su análisis, cuando ya se había logrado avanzar bastante en la comprensión de su dinámica psíquica, pudo vencer su rechazo de la sexualidad, lo cual le permitió diferenciar entre el objeto narcisista al que estaba incestuosamente sometida y que proyectaba en sus empleadores, y sus reales tendencias genitales y de amor, ala vez que comenzó a comprender su retracción de la realidad. Hasta ese momento se había mantenido desdeñosamente apartada de las acciones que organizaban sus compañeros en protesta por la explotación que se les infligía y se aterrorizaba y escandalizaba cuando esas acciones adquirían cierta violencia. A la sazón, reiteraba masturbatoriamente sus anhelos de abandonar ese trabajo algún día, porque no le gustaba "ser empleada". Quería "estudiar, viajar, pasear... Claro que si abandonaba el trabajo no podría solventar la terapia. : ." Pero además sus deseos ociosos se asemejaban mucho a la fantasía que había construido en torno de sus jefes y empleadores, a quienes vela 'como a personas quagozan a solas mientras 453 Raquel Soifer torturan a los demás, especies de Nerón inconmovible frente al incendio de Roma ... Como se comprende, esa fantasía neronesca se refería a un objeto incestuoso uretral, con perfiles nítidamente narcisistas, que estaba integrado con proyecciones de partes yoicas. Una vez que se pudieron analizar estos procesos inconscientes, pudo unirse a sus compañeros en la lucha gremial por los horarios (trabajaban una cantidad de horas extras impagas) y por el sueldo y obtuvo éxito en ello. La relación objetal y la solidaridad habían tomado ya la delantera sobre el aspecto narcisista que quedaba entonces claramente delimitado y bajo el dominio del Yo. Pero también había podido discriminar el apoyo en la realidad que la voracidad patronal prestaba a sus fantasías inconscientes, del mismo modo que logró hacerlo en la comprensión de la dinámica de su familia. 454. En el transcurso de este análisis fue menester recurrir en varias oportunidades a la puesta de límites: por las ausencias y llegadas tarde repetidas, por la persistencia tenaz en los parlamentos masturbatorios que reaparecían -a pesar de que ya habían sido exhaustivamente analizados- toda vez que se iniciaba el análisis de un nuevo aspecto de su mundo interno. Estos parlamentos eran esgrimidos en una actitud de desafío y obstinación y solamente cedían frente a la invitación a aceptar sus formulaciones y abandonar la terapia o bien a analizarlas. Un detallé significativo surgió cuando, merced a la observación de su aspecto personal, pude constatar -cosa que me confirmóque no disponía de dinero paravestirse y que casi no comía, no obstante lo cual me ofrecía periódicamente elevar mis honorarios, que desde el comienzo de su tratamiento habíamos estipulado en un monto modesto y lo seguía siendo. En este caso, la puesta de límites consistió en la negativa a aceptar nuevos incrementos de honorarios mientras no tuviese solucionada la situación con respecto a sus ingresos, lo cual inició el análisis profundo de su modalidad de relación laboral y del objeto neronesco proyectado en' la terapeuta a través .del ofrecimiento, de aumentarlos honorarios. Final- J La incorporación del análisis de la realidad externa mente, cuando ya habían transcurrido catorce años de análisis y frente a la persistencia -cada vez más espaciada- de los parlamentos, se le impuso él límite de finalización de la terapia, con lo cual se obtuvieron decididos avanQ'=l,\S en su actitud hacia la comprensión analítica y el autoanálisis. Conclusiones I Las postulaciónes freudianas acerca de cómo se interrelaciona lo interno con lo extern¡o y la comprensión de cómo lo externo se hace interno y lo interno externo, son bastante claras y precisas. De igual manera, sus formulaciones ~Iobre la sociedad, la cultura, los grupos especiales como el ejército y la religión, resultan soportes valederos para el marco teórico analítico en lel interjuego entre mundo interno y mundo externo. consideramm¡' que todo tratamiento analítico debe tener en cuenta estas premisas -SI[fiCientemente abonadas por la prácticay seguir cuidadosamente los pasos de la fantasía inconsciente y el esfuerzo del Yo por establecer el juicio de realidad en su lucha contra la enfermedad. Para ello elpslcoar alista debe estar capacitado para hacer una lectura de la realidad de manera tal que pueda colaborar con el paciente en la diferenciación entre las fantasías proyectadas sobre el ámbito familiar y el social, y la rea Iidad. Asimismo, la discriminación ha de alcanzar la comprensión de labatisfacción alucinatoria de deseos pregenitales y el apoyo de realidad ~ue éstos pudieran encontrar en el mundo externo. Sugerimos que se preste especial atención a los diversos aspectos de la evolución de /Ia libido y, en especial, del narcisismo. A tal efecto proponemos un esquema sobre la evolución de la libido narcisista y planteamos la existencia de una modalidad infantil de relación narcisista, con características simbióticas e incestuosas,' que sigue posteriormente las vlclsltudes postuladas poi' Freud .para la equlparaclón bebés-penes-heces: su desplazamiento al dinero y a la belleza corporai, y d'eterm(nantes de conductas sociales . ,~nítidamente '.anale.s~,., muchas veces propiciadas • I.... ~--~--_._-_. I 455' Raquel Soifer por la sociedad y el Estado. La culpa social por la explotación humana y el dolor del sometimiento a la misma, son situaciones extremas originadas' en los mencionados aspectos narcisistas infantiles y conslderarnos que deben ser entendidos y analizados al igual que la conflictiva edípica. Desde un punto de vista técnico, especificamos los pasos que ha de recorrer un tratamiento analítico enfocado de esta manera y cuyo objetivo es el reforzamiento del Yo mediante la ampliación de sus relaciones objetales y la reinstauración del juicio de realidad, el pensamiento reflexivo y la acción específica, tendiente esta última a la preservación del individuo y a su actitud 'solidaria con respecto a sus semejantes. Se complementa este enfoque técnico con el recurso de la puesta de límites, que permite al paciente deslindar entre el objeto maníaco pregenital y narclslsta proyectado y base de la conducta actuada, y el rol del analista en la realidad. Bibliografía 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 456 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. Bleger, J., Simbiosis y ambigüedad, Paldós, Buenos Aires, 1967. 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Zac, J., "Oonslderaelones sobre el actinq out y aspectos técnicos de su tratamiento", Rev. de PSiC0811ál.,1970, XXVII, 2. ! Resumen I Se presenta un ordenamiento particular de los aportes de Freud relativos a la interacción entre mundc/ interno y mundo externo. Se enfatiza la necesidad de estudiar el desarrollo de la Iibi,!o narcisista y se plantea un esquema para ello. El esquema eVOlutivOque se presenta se centra en la modalidad de relación narcisista de objeto, que, é nuestro entender, incluye y engioba a las pulsiones pregenitales, cuya finalidad es lncestuosa y cuya consecuencia es el estado de dependencia infantil conocido como simbiosis. Se trataría en consecuencia de una modalidad de relación objetal narcisista, incestuosa y simbiótica al mismo tiempo. Este aspecto inl~ntil, que evolutivamente culmina alrededor de los dos años de edad, sería el responsable de la enfermedad, cuya causa residiría en el impedimento para su evolución y transformación amplia en relación de objeto por aposición, que es la que lleva a ia culminación del complejo de Edipo. El Impedimento obedecería tanto a causas internas como a la actitud de los progenitores o subrogados que habrían favorecido la persistencia dfJ las tendencias incestuosas pregenitales, y a la conducta social que las proplcla, como se da el caso en las religiones y en la sociedad de consumo. En consonancia con estas conceptualizaciones, se especifican diversos pasos que sería menester concretar en el transcurso de los tratamientos psicoanalíticos para la elaboración adecuada de ese aspecto infantil y su resolución mediante el relorzamiento del Yo y del juicio de realidad. Otro recurso técnico que se considera valedero dentro de esta técnica es la puesta de límites. 457 Raqu~1 $oif~r.~ Summary The paper presents a special arrangement of Freud's insights into the interaction between the internal and the external world. It suggests the need -and a way- to study the development of the narcissistic libido. The developmental schedule adopted is centered on the narcissistic object-relationship mode, which is believed to include and comprise the pregenital drives, whose aim is incestuous and whose outcome is the state of infantil e dependance known as symbiosis. Thus, it would be a mode of object-relationship which is narcissistic, incestuous and symbiotic at the same time. This infantile aspect -which from the evolutive point of view culminates around the end of the second year of life- would be responsible for the i!!ness, which would then ~e caused by an impediment to its development and comprehensive transformation into an object-relationship through apposition, leading to the culmination of the Oedipus complex. Sueh impediment would result from both internal and external factors, such as an attitude of the parents -or their sustitute figures- favouring the persistence of the pregenital incestuous strivings, and the social behaviour encouraging them, as happens in the case of religions and the consumers' society. In accordance with these conceptualizations, several steps are suggested which should be taken in the course of analytic treatments in order to attain an adequate working-through of this infantile aspect and its resolution through the reinforcement of the Ego and reality testing. The setting of limits is another valuable technical tool in thls . _. . respect. 458