Saludos. Este recurso tiene como fin dar un breve comentario y algunas referencias para los cánones sobre el ministerio del Título III de la Iglesia Episcopal. El comentario busca ser, en general, una breve explicación de la intención del canon o sección. Los recursos que se incluyen no son exhaustivos y el orden en que se presentan no indica preferencia alguna en cuanto a su contenido. Las diócesis se enumeran en orden alfabético. Cada diócesis elige lo que ha de publicar en su sitio web, y el contenido se revisa constantemente. Esperamos que los recursos que aquí se ofrecen sean útiles a los usuarios y los estimulen a escoger lo que sea apropiado según las necesidades de cada quien. Esperamos poder actualizar este recurso periódicamente. CANON 1: Del Ministerio de todas las personas bautizadas El contenido de este canon establece las bases para desarrollar una teología sobre el ministerio. La frase “el ministerio de todas las personas bautizadas” se funda en la convicción de que todas las personas bautizadas son ministros. La sección (a) recalca este concepto aun más al afirmar directamente “que se convoca a todas las personas bautizadas al ministerio en el nombre de Cristo.” El Libro de Oración Común contiene una descripción enfática del ministerio de todos los bautizados en el pacto bautismal. Las renuncias, las afirmaciones y los votos agregan detalles que aclaran el supuesto básico de que todo ministerio se funda en el bautismo. El Bosquejo de la Fe (Catecismo) amplía el concepto más aun al declarar que “la Iglesia lleva a cabo su misión mediante el ministerio de todos sus miembros.” El Canon 1, por su posición primaria, subraya la importancia del ministerio de todos los miembros de la iglesia. Dirige a cada diócesis a “tomar las medidas necesarias para el desarrollo y la consolidación del ministerio de todas las personas bautizadas” ayudándoles a entender que todas son llamadas a utilizar los dones que han identificado en sí mismas para ejercer un ministerio y para servir a la misión de Cristo continuamente. Tal como se afirma en el catecismo, el Canon 1 conecta el ministerio con la misión que se lleva a cabo “mediante el ministerio de todos sus miembros.” La misión y el ministerio de todos los bautizados abarca todas las edades, lo cual exige, a su vez, que se ofrezca formación cristiana a lo largo de toda la vida. Cada diócesis está llamada a ofrecer diversas maneras de afirmar, desarrollar, asistir y sostener la vocación de todos sus miembros bautizados para la misión y el ministerio. Esta comisión es amplia e inclusiva y está dirigida a todos los cristianos. CANON 1: Del Ministerio de Todas las Personas Bautizadas Sec. 1. Cada Diócesis tomará las medidas necesarias para el desarrollo y la consolidación del ministerio de todas las personas bautizadas, lo que incluye: (a) Ayudar a entender que se convoca a todas las personas bautizadas al ministerio en nombre de Cristo a identificar sus dones con la ayuda de la Iglesia y a servir a la misión de Cristo en todo momento y en todo lugar. (b) Ayudar a entender que se convoca a todas las personas bautizadas a que sustenten sus ministerios entregándose a la formación cristiana a lo largo de toda la vida. Todas las citas de los cánones que se incluyen en este documento han sido tomadas, parcialmente y con las revisiones y modificaciones aclaratorias que se han juzgado necesarias, de la versión española de los Cánones de la Convención General de 2006 que aparece publicada en el siguiente sitio web: http://www.churchpublishing.org/general_convention/index.cfm?fuseaction=candc_spanish Las diócesis “toman medidas” de maneras diversas. Las Comisiones para el Ministerio, las oportunidades de educación cristiana, los cursos de educación continua y los eventos para el ministerio de todos los bautizados son ejemplos de cómo se puede ayudar a la consolidación y desarrollo del ministerio de todas las personas bautizadas. Sec. 2. A ninguna persona se le negará en esta Iglesia el acceso al proceso de discernimiento para cualquier ministerio, laico u ordenado, por causa de raza, color, origen étnico, nacionalidad, sexo, estado civil, orientación sexual, incapacidad o edad, a excepción de lo que esté dispuesto de otro modo en estos Cánones. Tampoco se establece aquí ningún derecho a licencia, ordenación o elección. Sec. 3. Las disposiciones de estos Cánones para la admisión de Candidatos para Ordenación a las tres Órdenes: episcopal, sacertodal y diaconal, se aplicarán igualmente tanto a hombres como mujeres. El discernimiento está, pues, abierto a todas las personas, sin distingos de “raza, color, origen étnico, nacionalidad, sexo, estado civil, orientación sexual, incapacidad o edad.” Sin embaro, el canon aclara cuidadosamente que ni la otorgación de licencias ni la ordenación ni la elección se dan por derecho. Todos los cánones del Título III se desprenden del “Canon 1: Del Ministerio de todas las personas ordenadas.” Se entiende que el establecimiento de las Comisiones para el Ministerio y de los procesos para otorgar licencias que desarrolle cada diócesis así como de los procesos hacia la ordenación de diáconos, sacerdotes y obispos debe planearse y llevarse a cabo de tal manera que se cumpla la visión del Canon 1. Recursos: http://www.TEforall.org http://www.aftersunday.org http://www.baptized.org http://www.kootenay.anglican.ca/directory/forum Diócesis del Oeste de Nueva York: http://www.episcopalwny.org, Ministries http://www.episcopalchurch.org/mdl.htm http://www.leaderresources.org, Journey in Faith program CANON 2: De las Comisiones para el Ministerio “La Iglesia lleva a cabo su misión mediante el ministerio de todos sus miembros.” 1[1] Toda persona bautizada está llamada a cumplir diversas funciones dentro del cuerpo de la iglesia. El propósito de ordenar diáconos, sacerdotes o presbíteros y obispos es poder ofrecer líderes ordenados que sirvan a la comunidad como modelos del ministerio cristiano al que todas las personas están llamadas. Las Comisiones para el Ministerio a nivel diocesano son las encargadas de vigilar el proceso de discernimiento para todos los ministerios tanto laicos como ordenados y facilitar el proceso hacia la ordenación de diáconos y sacerdotes. CANON 2: De las Comisiones para el Ministerio Sec. 1. En cada Diócesis existirá una Comisión para el Ministerio (en adelante, “Comisión”) constituida por presbíteros, diáconos, si los hubiere, y personas laicas. Los cánones de cada diócesis estipularán el número de miembros, la duración de los cargos y las formas de selección de la Comisión. Conviene que los miembros de la Comisión para el Ministerio representen los valores, necesidades e inquietudes de la diócesis como un todo (es decir, que tenga mujeres, minorías, personas jóvenes, etc.). Tambien conviene incluir a clérigos que hayan pasado recientemente por los procesos de ordenación y de educación teológica. También se recomienda que haya un equilibrio entre laicos, sacerdotes y diáconos. El tamaño de la Comisión para el Ministerio dependerá de los procesos diocesanos de discernimiento y ordenación (número promedio de personas que suelen estar en el proceso en cualquier momento determinado, cuántas personas se necesitan para las entrevistas, limitaciones de tipo geográfico y económico, etc). También conviene que haya representantes de grupos específicos de los que la diócesis espera atraer y reclutar líderes futuros. Recursos: Diócesis de Massachusetts: http://www.diomass.org, Commission on Ministry Diócesis de Newark: http://www.dioceseofnewark.org, Commission on Ministry Diócesis de Nueva York: http://www.dioceseny.org, Commission on Ministry Diócesis de Colorado: http://www.coloradodiocese.org, COM Overview Documento: Toward a Theology of Ministry (Hacia una teología sobre el ministerio) http://www.episcopalchurch.org/documents/towardtheologymin.pdf Sec. 2. La Comisión asesorará y ayudará al obispo: (a) En la puesta en práctica del Título III de estos cánones. (b) En la determinación de las necesidades y oportunidades presentes y futuras para el ministerio de todas las personas bautizadas. (Véase el Canon 1: Del Ministerio de todas las Personas Bautizadas). (c) En el diseño y la supervisión del proceso continuo de reclutamiento, discernimiento y formación para el ministerio y de la buena disposición para el mismo. Es responsabilidad de la Comisión para el Ministerio asesorar al obispo sobre el desarrollo ministerial en la diócesis. Esto incluye los temas que se enumeran en la Sección 2 de este canon. 1[1] Libro de Oración Común, (New York: The Church Hymnal Corporation, 1989), p. 747. Reclutamiento y discernimiento: La Comisión para el ministerio (COM) tiene a su cargo ayudar a las congregaciones en el discernimiento de ministros laicos y ordenados. La COM diseñará y supervisará el desarrollo y ejecución de procesos de discernimiento para ministros licenciados y ordenados. Formación: La COM tiene a su cargo el establecimiento de los procesos de formación para las personas llamadas a los ministerios que requieren licencia u ordenación. Evaluación: La COM asiste al obispo en la evaluación inicial y continua de la buena disposición de las personas que se encuentran discerniendo un llamado a los ministerios ordenados. Las evaluaciones pueden llevarse a cabo de varias maneras, incluyendo actividades y entrevistas individuales o en grupo, retiros para el discernimiento, revisando las evaluaciones remitidas por el seminario o por algún ministerio supervisado, los resultados de los Exámenes Generales para la Ordenación (General Ordination Examination), etc. Recursos: Diócesis de Michigan: http://www.edomi.org, Whitaker School of Ministry Diócesis de Maine: http://www.diomaine.org, Discernment Groups Sec. 3. La Comisión podrá adoptar reglas para su desempeño, sujetas a la aprobación del obispo, siempre y cuando sean coherentes con la Constitución y los Cánones de esta Iglesia y de la Diócesis. La COM debe establecer procesos intencionales para garantizar el desempeño adecuado, ordenado y concienzudo de su trabajo. Es necesario prestar atención especial al tratamiento legal, canónico, ético y hospitalario de todas las personas que interactúen con la COM a todo nivel, y ser conscientes en particular de todo lo relacionado con la inclusividad y las prácticas antidiscriminatorias apropiadas. Habrá reglas de orden o de procedimiento que dicten la frecuencia de las reuniones, los requisitos de nombramiento y elección de los miembros y otros requisitos (asistencia a las reuniones, por ejemplo), prácticas para la toma de decisiones (por votación, consenso, etc.), fechas específicas y calendario para los pasos fijos dentro de los procesos de discernimiento y ordenación, fechas límite, documentación y requerimientos específicos para las personas que se encuentran en el proceso. Son muchos los beneficios de establecer una estructura como ésta, entre otros: aumentar el nivel de continuidad conforme van cambiando los miembros de la COM, ofrecer un sistema de orientación para los nuevos miembros y para los nuevos obispos y mantener un modelo de operación coherente a través de los años de duración del proceso de ordenación de una persona. Recursos: Diócesis de Georgia: http://georgia.anglican.org, Licensed and Lay Ministry Standards Diócesis de Maine: http://www.diomaine.org, “Flowchart for Ordination to the Priesthood” Diócesis de Colorado: http://www.coloradodiocese.org, Ministry Support, COM Ordination Process Sec. 4. La Comisión podrá establecer comités constituidos por miembros y otras personas para que informen a la Comisión o actúen en su nombre. La COM puede delegar parte de su trabajo a subcomités los cuales trabajarán bajo la directiva de la COM y serán responsables ante ella. Algunos ejemplos son los comités de discernimiento, ordenación y formación. Recursos: Diócesis del Sur de Ohio: http://www.episcopal-dso.org, Commission on Ministry SubCommittee Diócesis de Maine: http://www.diomaine.org, Commission on Ministry Sub-Committee Diócesis de Newark: http://www.dioceseofnewark.org, COM, Lay Ministry Subcommittee Guidelines Sec. 5. El Obispo y la Comisión deberán asegurar que los miembros de ésta reciban educación y capacitación continuas para su trabajo. Los miembros de la COM podrán recibir capacitación en las destrezas siguientes: realización de entrevistas, cómo escuchar atentamente, cómo moderar reuniones, cómo ser hospitalarios. Cualquier programa de capacitación que se requiera para el personal diocesano o parroquial también se recomienda para los miembros de la COM (cursos antirracismo y de prevención de conducta sexual inapropiada, por ejemplo). Recursos: Oficina para el Desarrollo Ministerial de la Iglesia Episcopal: http://www.episcopalchurch.org/ministry.htm Diócesis de Texas: http://www.epicenter.org/edot, “Iona Center,” Training the Baptized for Leadership CANON 3: Del Discernimiento El discernimiento es un proceso que puede enseñarse en toda congregación. Aprender a ponernos en las manos de Dios y a buscar la voluntad y dirección de Dios en nuestra vida es una habilidad que requiere práctica y compromiso pero que nos recompensa con el establecimiento de una relación más profunda con Dios. Nuestra vida como cristianos es una vida de servicio, es una vida dirigida por Dios para ayudar a la reconciliación del mundo con Dios. Cultivar una vida dirigida por Dios, haciendo la voluntad de Dios significa que tenemos que poder escuchar a Dios cuando nos llama. CANON 3: Del discernimiento Sec. 1. El Obispo y la Comisión tomarán las medidas necesarias para el fomento, la capacitación y los recursos necesarios para ayudar a cada congregación en el desarrollo de un proceso continuo de discernimiento de la comunidad que sea apropiado a los antecedentes culturales, edad y experiencias de todas las personas que buscan orientación en su llamado al ministerio. El discernimiento es un proceso que dura toda la vida y que se concentra en la búsqueda continua de la voluntad de Dios para nuestra vida. Dicha apertura al llamado de Dios nos guía a muchas clases de ministerios, incluyendo el ministerio ordenado. El discernimiento entraña aspectos tanto individuales como comunitarios. Puede empezar en soledad; no obstante, como miembros de una comunidad cristiana, nos beneficiamos de la sabiduría de la comunidad al escuchar la dirección que Dios nos da. Parte de nuestra labor como cristianos es ayudar a escuchar a quienquiera que busque seguir la voluntad de Dios en su vida. Las comunidades cristianas deben capacitar a sus miembros para la labor de discernimiento. A medida que un número creciente de personas vayan participando en los equipos de discernimiento a nivel de la congregación se irá formando una cultura de discernimiento, entendida como una actitud constante, la cual llegará a convertirse en un proceso normal disponible a todos como parte de la vida de la congregación. La capacitación inicial de equipos de discernimiento puede ofrecerse en respuesta a los cánones que estipulan que las personas que buscan la ordenación empiecen con un proceso de discernimiento en su propia congregación. El objetivo ulterior y más amplio es lograr que el discernimiento se vuelva parte normal de la vida de cada persona. La iglesia puede ayudar a realizar este objetivo dando capacitación en el proceso de discernimiento para cumplir los cánones pero luego alentar a todas las personas a que sigan cultivando esta destreza. Obviamente, cada comunidad tendrá que desarrollar los procesos de discernimiento que sean útiles a sus miembros. Los procesos pueden tener ciertos elementos básicos en común, pero se darán variaciones dependiendo de las necesidades culturales de cada persona y de cada comunidad. Los recursos que aquí se incluyen ofrecen ejemplos que le ayudarán a cualquier diócesis o congregación a iniciar el establecimiento de su propio proceso de discernimiento; sin embargo, cada diócesis o congregación tendrá que personalizarlo para su contexto. En general, las congregaciones deben recordar que el discernimiento lleva tiempo. No es fuera de lo común que un comité de discernimiento se reúna durante ocho ó nueve sesiones de dos horas cada una. Es importante tomarse el tiempo que se estime necesario. Esto redunda en grandes beneficios tanto para la persona que está en discernimiento como para todo el comité. La COM de la diócesis debe ser capaz de evaluar los diversos procesos de discernimiento que se desarrollan en las congregaciones. La perspectiva de la COM es un elemento adicional del discernimiento de cualquier persona llamada al ministerio ordenado. La COM puede ayudarle a la persona a definir más claramente el tipo de ministerio ordenado y la vía hacia la ordenación. Los equipos de discernimiento a nivel congregacional fortalecen no sólo a la congregación sino a cada miembro al ofrecer una comunidad que estimule a los feligreses a explorar su llamado al ministerio, a profundizar su relación con Dios y a profundizar su conocimiento y apoyo de la comunidad crisiana. Recursos: Diócesis de Atlanta: http://www.episcopalatlanta.org/commissions/ministry/process.html Diócesis de Connecticut: http://www.ctdiocese.org/aboutus/discern.pdf Diócesis del Este de Michigan: http://www.eastmich.org Diócesis de Florida: http://www.diocesefl.org, Ordination process Diócesis de Iowa: http://www.iowaepiscopal.org/ministries Diócesis de Maine: http://www.diomaine.org Diócesis de Minnesota: http://www.episcopalmn.org/holyorders.htm Diócesis de Missouri: http://www.missouri.anglican.org/discernmenthandbook.pdf Diócesis de Nueva Jersey: http://newjersey.anglican.org/Discernment Diócesis de Nueva York: http://www.dioceseny.org, Programs, Ministry Development Diócesis de Olympia: http://olympia.anglican.org/onlinedocuments, Utilice la sección del Título III que aparece en el menú lateral Diócesis de Rochester: http://www.rochesterepiscopaldiocese.org Diócesis de Texas: http://www.epicenter.org/edot/, Discernment Diócesis del Oeste de Missouri: http://www.diowestmo.org/bishop.php “Listening Hearts” (Corazones que escuchan) por Suzanne Farnham: http://www.listeninghearts.org Pastoral Leadership Search Effort –PLSE (Esfuerzo para la búsqueda de líderes pastorales): http://www.theplse.org Sec. 2. El Obispo, en consulta con la Comisión, puede utilizar los centros de ministerio en universidades y colegios y otras comunidades de fe como comunidades adicionales para el discernimiento. En casos en que estas comunidades de discernimiento estén ubicadas en otra jurisdicción, el obispo consultará con el obispo donde esté ubicada dicha comunidad. Muchas personas han discernido un llamado al ministerio ordenado mientras asistían a la universidad. Con frecuencia, los jóvenes exploran cuestiones de filosofía y religión mientras están en la universidad o luego de graduarse de la escuela preparatoria cuando están lejos de su congregación local. La COM reconoce que el discernimiento ocurre en lugares donde las personas se sienten en confianza y donde están rodeadas por una comunidad de personas que tienen preguntas similares y están dispuestas a escuchar. Los ministerios universitarios son una buena manera de alentar a los jóvenes a continuar seriamente el proceso de discernimiento y abren la posibilidad para que otras personas entren a formar parte del mismo. Recursos: Diócesis de Chicago: http://www.epischicago.org/diocese/offices Diócesis de Minnesota: http://www.uec-mn.org/discernment Diócesis de Missouri: http://www.missouri.anglican.org/campus.htm Diócesis de Nueva York: http://www.dioceseny.org, Programs Diócesis de Texas: http://www.epicenter.org/edot, College Ministries Pastoral Leadership Search Effort - PLSE (Esfuerzo para la búsqueda de líderes pastorales): http://www.theplse.org Sec. 3. El Obispo y la Comisión solicitarán de manera activa de todas las congregaciones, colegios y otras organizaciones juveniles, de los centros de ministerio universitario, de los seminarios y de otras comunidades de fe los nombres de aquellas personas que por su entrega cristiana y por su potencial para el liderazgo y su visión constituyan candidatos deseables para cargos directivos de la Iglesia. Para tomar esta sección seriamente, la COM deberá tomar ciertas medidas específicas. Deberá determinar las cualidades de liderazgo que son deseables en una persona. Para responder a la cultura en la que vive, la Iglesia debe buscar líderes que puedan dirigirla en su trabajo en el mundo. La inmadurez no es de por sí una barrera para la ordenación. Los grupos juveniles parroquiales, ministerios juveniles diocesanos, retiros de fin de semana y otras ocasiones similares pueden ser oportunidades para ayudar a los jóvenes a considerar su vocación y para animar a la iglesia a buscar personas que puedan ser líderes en diversos entornos y comunidades. Recursos: La Red EYE Douglas Fenton en la Sede de la Iglesia Episcopal (dfenton@episcopalchurch.org) http://episcopalchurch.org, Ministries with Young People, Higher Education Proyecto de Siervos Líderes (Servant Leadership Projects) Colegios Episcopales (Episcopal Colleges) Sec. 4. El Obispo, la Comisión y la comunidad de discernimiento ayudarán a las personas que se encuentran en un proceso de discernimiento para el ministerio a determinar las vías para la expresión y el apoyo de sus ministerios, sean éstos laicos u ordenados. Es importante que la COM, al capacitar los equipos de discernimiento a nivel de las congregaciones, las inste a que busquen recursos apropiados para estimular, capacitar y apoyar a una persona para cualquier ministerio que ésta llegue a discernir. El discernimiento no es solamente para el ministerio ordenado, sino para el ministerio en el mundo. Pedirle a cada miembro de un equipo de discernimiento que escriba su propia autobiografía espiritual antes de empezar a trabajar en el discernimiento de una persona constituye una profunda experiencia para quienes participan e invita a todos al discernimiento. Recursos Diócesis de Minnesota: http://www.episcopalmn.org/layMinistry_Procedures.pdf Diócesis de Missouri: http://www.esmmo.org/index.html Diócesis de Texas: http://www.epicenter.org/edot, Discovery Series CANON 4: De los Ministerio Autorizados De acuerdo con el pacto bautismal, todos los cristianos son llamados a una vida piadosa, con dedicación al culto, al servicio y al ministerio. Dentro de este contexto, algunas personas tienen dones y capacidades especiales para guiar al pueblo de Dios y prepararlo para su trabajo en el ministerio. Es preciso reconocer y formar a dichas personas para que en el desempeño de su ministerio puedan ser testigos eficaces del Cristo resucitado entre nosotros. Los ministerios autorizados son ministerios reconocidos a nivel diocesano mediante una licencia que afirma los dones especiales y la capacitación recibida y proporciona normalización y responsabilidad cuando la iglesia se reúne en el culto. Estos ministerios dan apoyo a otros ministerios. Vemos cómo en los albores de la iglesia, San Pablo no tomaba decisiones importantes por sí solo; por ejemplo cuando se presentó el caso de admitir o no a gentiles creyentes en el seno de la iglesia, Pablo presentó su caso ante los ancianos de la iglesia y ante los apóstoles de Jerusalén (Hechos: 15). Por su gran entendimiento de la iglesia fue capaz de corregir algunos de los excesos cometidos por la congregación de Corintio (I Cor.: 14). 2[2] Es dentro de la comunidad como podemos discernir el movimiento del Espíritu Santo. Las personas que ejercen posiciones de liderazgo son parte de la comunidad y están sujetas a su dirección. Las personas autorizadas actúan dentro de los parámetros del Libro de Oración Común y dentro de la fe y la tradición de la Iglesia Episcopal. Entre las características deseables en las personas que han de ejercer los ministerios enumerados en este cánon se encuentran las sigiuente: el deseo de aprender y de crecer en la fe y en el ejercicio de un ministerio particular; entrega y dedicación a los deberes y responsabilidades que se les han asignado; el deseo de fortalecer su ministerio mediante la educación continua y la evaluación periódica y la capacidad de trabajar con y para otros. Las personas recomendadas para recibir una licencia deberán dedicar sus mejores esfuerzos a modelar su vida de acuerdo con las enseñanzas de Cristo y ser ejemplos intachables del pueblo de Dios. 3[3] CANON 4: De los Ministerios Autorizados Sec. 1. (a) Un comulgante confirmado activo o, en circunstancias extraordinarias, con sujeción a las directrices establecidas por el Obispo, un comulgante activo podrá ser autorizado por la Autoridad Eclesiástica para servir como Líder Pastoral, Líder del Culto, Predicador, Ministro Eucarístico, Visitante Eucarístico o Catequista. Los requisitos y directrices para la selección, capacitación, educación continua y utilización de tales personas y la duración de las licencias serán establecidos por el Obispo en consulta con la Comisión para el Ministerio. El obispo en consulta con la Comisión para el Ministerio podrá elaborar la lista de requisitos y pautas para los ministerios autorizados. Los cánones no establecen requisitos estándar. El término actual de las licencias es de uno a cinco años. 2[2] Ministerios autorizados en la Diócesis de Dunedin, Nueva Zelanda (http://www.dn.anglican.org.nz) p.2. Pautas para Ministerios Laicos Autorizados en la Diócesis de Florida Central (http://centralflorida.anglican.org) p. 4. 3[3] (b) El Obispo Presidente o el Obispo Sufragáneo para las Fuerzas Armadas puede autorizar a un miembro de dichas Fuerzas para ejercer uno o más de estos ministerios en las Fuerazas Armadas conforme a las disposiciones de este Canon. Los requisitos y las directrices para la selección, capacitación, educación continua y utilización de dichas personas serán establecidos por el Obispo que otorga la licencia. Recurso: Obispo sufragáneo para capellanías: http://www.ecusa-chaplain.org Sec. 2. (a) El Clérigo u otro líder que ejerza la supervisión de la congregación u otra comunidad de fe podrá solicitar a la Autoridad Eclesiástica que tenga jurisdicción que licencie a personas dentro de tal congregación u otra comunidad de fe para que ejerza tales ministerios. La licencia deberá emitirse por un período que se determinará según el Canon III.4.1(a) y podrá ser renovada. La licencia puede ser revocada por la Autoridad Eclesiástica mediante una petición o por medio de una nota dirigida al Clérigo o a otro líder que ejerza la supervisión de la congregación u otra comunidad de fe. Las razones para revocar una licencia incluyen, entre otras, abstenerse de realizar el ministerio autorizado, predicar o enseñar conceptos contrarios a la doctrina establecida de la Iglesia Episcopal y llevar una vida que cause escándalo dentro de la congregación. (b) Al renovar la licencia, la Autoridad Eclesiástica deberá considerar el desempeño del ministerio por parte de la persona licenciada, la educación continua en el área de la licencia y el respaldo del Clérigo u otro líder que ejerza la supervisión de la congregación u otra comunidad de fe en la que la persona esté sirviendo. (c) Una persona licenciada en cualquier Diócesis conforme a las disposiciones de este Canon puede prestar servicios en otra congregación u otra comunidad de fe de la misma Diócesis o de otra, solamente por invitación del Clérigo u otro líder que ejerza la supervisión, y con el consentimiento de la Autoridad Eclesiástica en cuya jurisdicción habrá de tener lugar la prestación del servicio en cuestión. Sec. 3. Un Líder Pastoral es un laico autorizado para ejercer responsabilidades pastorales o administrativas en una congregación en circunstancias especiales, según sean definidas por el Obispo. Cuando no se dispone de un sacerdote a largo plazo o de manera regular, o si se trata de una congregación que hace ministerio en equipo, tal vez convenga licenciar a un Líder Pastoral. Esta licencia se otorga normalmente en circunstancias muy limitadas. Las materias que deben incluirse en el programa de educación para un líder pastoral son entre otras: Las Sagradas Escrituras El Libro de Oración Común y el Himnario La conducción del culto Uso de la voz/oratoria Historia de la Iglesia La doctrina como se expresa en los credos y en el catecismo Administración parroquial Los cánones pertinentes Cuidado pastoral Sec. 4. Un Líder del Culto es un laico que en forma regular dirige el culto público bajo la dirección del Clérigo u otro líder que esté a cargo de la congregación u otra comunidad de fe. El culto forma parte integral de lo que hacemos como episcopales. Quienes hayan recibido licencia como líderes del culto deberán haber recibido suficiente capacitación de manera que los servicios que dirijan hagan honor al culto en lugar de desvirtuarlo. El concepto clave en esta sección es “en forma regular.” Una persona que dirija el culto ocasionalmente no precisa de una licencia. Pautas educativas que utilizan algunas diócesis: Liturgia con énfasis en el Libro de Oración Común y el Himnario o Conocimiento y facilidad para utilizar el Leccionario o Conocimiento del Año Litúrgico y cómo se observa o Ley sobre derechos de autor o Rúbricas Manera de celebrar el culto Uso de la voz/oratoria Cánones relacionados con culto (Título II) Culto episcopal y lo que éste significa para la vida y obra de la iglesia. Recursos: Richard Giles, Creating Uncommon Worship (Liturgical Press, 2005) Leonel Mitchell, Praying Shapes Believing (Morehouse Publishing, 1991) Sec. 5. Un Predicador es un laico autorizado para predicar. Las personas autorizadas de este modo podrán predicar en una congregación sólo bajo la dirección del Clérigo u otro líder que ejerza la supervisión de la misma o de otra comunidad de fe. El énfasis en esta sección radica en la invitación a predicar. La invitación deberá provenir de quienes tengan autoridad para hacerla. Muchos equipos ministeriales designan a algunas personas como predicadores y deben asegurarse de que reciban una licencia. Algunas diócesis utilizan los siguientes temas educativos: Las Sagradas Escrituras y cómo se interpretan en la tradición episcopal Métodos de exégesis El Libro de Oración Común y el Himnario Conducción del culto Uso de la voz Historia de la Iglesia Ética cristiana y teología moral La doctrina según se expresa en los Credos y en el Catecismo Cuidado pastoral Homilética (el arte de predicar, con repaso y crítica de sermones excelentes) o la capacidad de predicar ante públicos diferentes (niños, jóvenes, adultos, ancianos) y de manera formal e informal o relacionar la Escritura con el mundo contemporáneo o uso efectivo de anécdotas, ilustraciones y humor Sec. 6. Un Ministro Eucarístico es un laico autorizado para administrar los elementos consagrados durante la celebración de la Sagrada Eucaristía. El Ministro Eucarístico procede normalmente bajo la dirección de un Diácono, si lo hubiere, o de otro modo, bajo la dirección del Clérigo u otro líder que ejerza la supervisión de la congregación u otra comunidad de fe. Los temas educativos para este ministerio son: Historia del ministerio eucarístico Teología eucarística Conocimiento de la liturgia eucarística Métodos de administración del sacramento Preparación personal Sec. 7. Un Visitante Eucarístico es un laico autorizado para llevar los Elementos Consagrados de manera oportuna después de la celebración de la Sagrada Eucaristía a los miembros de la congregación que, por motivos de enfermedad o incapacidad no pudieron estar presentes en el Oficio. Un Visitante Eucarístico deberá actuar normalmente bajo la dirección de un Diácono, si lo hubiere, o de otro modo, bajo la dirección del Clérigo o de otro líder que supervise a la congregación o a otra comunidad de fe. Esta categoría estaba separada de la licencia de Ministro Eucarístico bajo el canon anterior. Dado que los Visitantes Eucarístico estarán interactuando con los feligreses en forma individual y muchas veces en privado, es necesario hacer énfasis en las pautas para evitar situaciones de conducta sexual inapropiada y ofrecer educación en aspectos de cuidado pastoral. Los temas educativos para este ministerio son: Historia del Ministerio Eucarístico Teología eucarística, incluyendo el Sacramento Resevado Diversos métodos de recibir el sacramento Disposición reverente de los elementos Cuidado pastoral, incluyendo técnicas para escuchar adecuadamente, confidencialidad y saber cómo y cuándo comunicar una necesidad pastoral Informe y registro de visitas Preparación personal Práctica del ministerio en diversos lugares: en casa, en instituciones de cuidado intermedio o de la tercera edad, en hospitales y en la cárcel Capacitación para la prevención de conducta sexual inapropiada Recursos “Comunión en Circunstancias Especiales,” Libro de Oración Común, pp. 319-322 Diócesis de Florida Central: http://www.cfdiocese.org, Guidelines for Licensed Lay Ministries in the Diocese of Central Florida Sec. 8. Un Catequista es un laico autorizado para preparar a una persona para el Bautismo, la Confirmación, la Recepción y la Ratificación de los votos bautismales y deberá actuar bajo la dirección del Clérigo u otro líder que supervise la congregación u otra comunidad de fe. Los temas de educación para este ministerio son: Las Sagradas Escrituras (conocimiento del bosquejo histórico y el contenido del Antiguo y Nuevo Testamentos) El Libro de Oración Común (especialmente el Catecismo y los Ritos de Iniciación) y el Himnario Conocimiento de la política bautismal de la Iglesia Local Historia de la Iglesia: La Iglesia en la antigüedad, desarrollo de los credos, desarrollo general de la teología cristiana La doctrina tal y como se presenta en los Credos y en el Catecismo Conocimiento general de los cánones, el gobierno, la estructura y los procesos decisorios en la Iglesia Episcopal y la Comunidad Anglicana. Métodos de catequisis Recursos: Marion J. Hatchett, Commentary on the American Prayer Book, 1980. “Commissioning Lay Ministries in the Church” The Book of Occasional Services, p. 179. Diócesis del Este de Tennessee: http://www.etdiocese.net, Diocesan Ministry, Shared Ministry, Update on Licensed Ministry, Licensed Ministry Notebook (Diocese of East Tennessee, 2005) Diócesis de Georgia: http://www.georgia.anglican.org, “Licensed Lay Ministry Training” Diocesis de Iowa: http://www.iowaepiscopal.org Diócesis de Kansas: http://www.episcopal-ks.org Diócesis de Louisiana: http://www.edola.org, Administration and Staff, Ministry Lay and Ordained Diocesis de Minnesota http://www.episcopalmn.org, Governance, Commission on Ministry Diócesis de Missouri: http://www.missouri.anglican.org, Licensed Ministries in the Diocese of Missouri (2005) Diócesis de Montana: http://mtepiscopal.homestead.com, Home, Links, Ministries Manual Diócesis de Newark: http://www.dioceseofnewark.org Diócesis de Ohio: http://www.dohio.org Diócesis de Dakota del Sur: http://www.diocesesd.org, What We Do, Ministry Handbook Diócesis de Washington: http://www.edow.org, Governance, Licensing CANON 5: De las Disposiciones Generales sobre la Ordenación Dentro de la comunidad de los bautizados, algunos son llamados a reunir a la comunidad en culto y oración, a dar cuidado pastoral y a simbolizar la presencia de Cristo entre nosotros, en tanto que otros son llamados a un ministerio de servicio y a proclamar a los fieles las necesidades del mundo y a alentarlos a proveer respuestas para tales necesidades. CANON 5: De las Disposiciones Generales sobre la Ordenación Sec. 1 (a) La autoridad canónica asignada al Obispo Diocesano en virtud de este Título podrá ser ejercida por un Obispo Coadjutor, cuando haya sido autorizado en virtud del Canon III.19 y, a solicitud del Diocesano, podrá ser ejercida por un Obispo Sufragáneo, o también por cualquier otro Obispo de una Iglesia que esté en plena comunión con esta Iglesia y que haya sido ordenado en la sucesión histórica, a solicitud del Obispo del ordenando. (b) El Consejo Asesor de la Convocación de Iglesias Estadounidenses en Europa y la junta nombrada por un Obispo que tenga jurisdicción en un Área de Misión de conformidad con las disposiciones del Canon I.11.2(c), tendrán, para fines de éste y otros cánones del Título III, los mismos poderes que el Comité Permanente de una Diócesis. (c) En caso de producirse una vacante en el episcopado de una diócesis, la Autoridad Eclesiástica podrá autorizar y solicitar al Presidente de la Cámara de los Obispos de la Provincia que se encargue de la ordenación. Sec. 2 (a) Ningún Nominado, Postulante o Candidato a la ordenación firmará ninguno de los certificados requeridos por este Título. (b) Los testimonios que deberá firmar el Comité Permanente de conformidad con este Título deberán ser firmados por una mayoría de todo el Comité durante una reunión debidamente convocada, excepto cuando los testimonios se suscriban por separado pero en fácsímiles del documento, cada uno de los cuales se considerá un original. Las copias individuales firmadas tomadas de un solo original se consideran “facsímiles”. (c) Siempre que se requiera una carta de respaldo de una Junta Parroquial, dicha carta deberá ir firmada y fechada por lo menos por dos tercios de todos los miembros de dicha Junta, durante una reunión debidamente convocada, y por el Rector o Sacerdote Encargado de la Parroquia y con la firma del Secretario(a) de la Junta como testigo. Si no hubiese un Rector o Sacerdote Encargado, la carta deberá ir firmada por un Presbítero de la Diócesis que conozca al nominado y a la parroquia, indicando el motivo de la sustitución en la cláusula de atestación. (d) Si la congregación u otra comunidad de discernimiento a la que pertenece el nominado no es una parroquia, la carta de respaldo que exige el Canon III.6 ó el Canon III.8 deberá ser firmada y fechada por el clérigo y por el consejo de la congregación u otra comunidad de fe y atestada por el secretario(a) de la reunión en la cual se aprobó la carta. De no haber un clérigo encargado, la carta será firmada y fechada por un presbítero de la diócesis que conozca al nominado y a la congregación u otra comunidad de fe, indicando el motivo de la sustitución en la cláusula de atestación. (e) Si el solicitante es miembro de una Orden Religiosa o Comunidad Cristiana reconocida por el Canon III.24, las cartas de respaldo a que se refieren los cánones III.5 ó Canon III.6 y cualquier otro requisito que se impone a una congregación o clérigo podrá ser cumplido por el Superior o persona a cargo, y por el Cabildo, u otro órgano comparable de la Orden o Comunidad. Sec. 3. Cualquier solicitud de dispensa permitida bajo este Título de cualquiera de los requisitos para la ordenación deberá hacerse en primer lugar ante el Obispo y, de ser aprobada, deberá remitirse al Comité Permanente para su consejo y consentimiento. CANON 6: De la Ordenación de Diáconos A comienzos de la historia de la Iglesia cristiana, surgieron tres modelos distintos de liderazgo dentro de la comunidad bautismal: obispo, presbítero y diácono. El Libro de Hechos de los Apóstoles describe la selección de los primeros diáconos que ayudaban a los apóstoles en el ministerio de la comunidad eclesiástica primitiva. El diácono es un símbolo del ministerio de Cristo en servicio a los demás 4[4] y, como tal, les recuerda a todos los bautizados su llamado al servicio. Según se consigna en el Libro de Oración Común, el diaconado se caracteriza por ser un ministerio de servicio directamente bajo el obispo. Cada obispo interpreta la frase “directamente bajo tu obispo” en forma diferente. La relación entre obispo y diácono puede ser diferente en cada diócesis. El diácono habrá de servir a todas las personas, “particularmente a los pobres, débiles, enfermos y solitarios.” El diácono “interpreta a la Iglesia las necesidades, preocupaciones y esperanzas del mundo” y “ayuda al obispo y a los presbíteros en el culto público y en la ministración de la Palabra de Dios y los Sacramentos.” 5[5] Los diáconos le ayudan a la iglesia a enfocar sus inquietudes hacia afuera, hacia las necesidades del mundo. El diaconado fue revivido en la Iglesia Episcopal a medidados del siglo XX. CANON 6: De la Ordenación de Diáconos Sec. 1. Selección El obispo, en consulta con la Comisión, establecerá los procedimientos para identificar y seleccionar a personas con claras dotes y aptitudes para la ordenación al Diaconado. Además de las peresonas que puedan sentirse llamadas por Dios para este ministerio, el obispo y la Comisión trabajarán con las congregaciones y los ministerios especializados, tales como los ministerios universitarios, para desarrollar programas y procedimientos que ayuden a discernir e identificar a personas cuyo ministerio sea diaconal y a alentarlas a considerar esta vocación. Se presume que cualquier persona que busque la nominación habrá participado en un proceso de discernimiento. (Véase Canon III.3.1.) Sec. 2. Nominación Un adulto confirmado, activo y comulgante puede ser nominado para la ordenación al diaconado por la congregación a la que pertenece o por otra comunidad de fe. (a) La Nominación será presentada por escrito e incluirá una carta de respaldo de la congregación del Nominado(a) o de otra comunidad de fe que se comprometa a (1) aportar económicamente para su preparación y (2) a participar en la preparación del Nominado(a) para su ordenación al Diaconado. Si se trata de una congregación, la carta será firmada por dos tercios de la Junta Parroquial u órgano similar y por un clérigo o líder supervisor. Un nominado(a) es una persona que ha aceptado la nominación pero que aún no es Postulante. Durante este período se hace la solicitud a la diócesis y se llevan a cabo más pruebas y discernimiento. Es bueno informar a la Junta Parroquial acerca de los costos de la educación y formación de un diácono: costo de la matrícula, transporte, libros y, en algunos casos, vacaciones del trabajo. Se sugiere, por ejemplo, designar a un miembro de 4[4] 5[5] James Barnett, The Diaconate: A Full and Equal Order (Seabury Press, 1985) pp. 141-142. Libro de Oración Común, p. 445. la junta parroquial o a un miembro del comité de discernimiento para que esté en contacto periódico con el nominado, para asegurarse de que reciba el boletín de la parroquia y el periódico diocesano así como otra información pertinente de ambas entidades, para instar al nominado(a) a que escriba algún artículo periódicamente para publicarlo en el boletín parroquial, para rezar por el nominado con nombre propio en la liturgia semanal, alentar su participación en la liturgia e invitarlo a tomar parte en iniciativas de servicio social. Cuando hay una vacante o cuando no hay un clérigo en la parroquia, véase el Título III, Canon 5, Sec. 2(c). (b) El Nominado(a), si está de acuerdo con la nominación, presentará su aceptación por escrito y deberá proporcionarle al Obispo los datos siguientes: (1) Nombre completo y fecha de nacimiento. (2) Tiempo que lleva residiendo en la diócesis. (3) Comprobantes de bautismo y confirmación. (4) Si ha solicitado anteriormente admisión al postulantado o si ha sido nominado en alguna diócesis. (5) Una descripción del proceso de discernimiento por el cual se le ha identificado para la ordenación al Diaconado. (6) Nivel de educación alcanzado y, de ser el caso, los título obtenidos y las áreas de especialización , así como copias de las calificaciones oficiales. Se deberá incluir una fotocopia del libro de registros donde tuvo lugar el bautismo y la confirmación o un certificado de bautismo y de confirmación o una declaración de alguna persona que hubiera estado presente durante la(s) ceremonia(s). Además de una descripción del proceso de discernimiento, algunas diócesis piden que el comité de discernimiento haga una reflexión sobre el mismo. La información sobre la educación previa es útil para diseñar un programa de preparación adecuado para el diácono u ofrecer equivalencias de las clases en un programa de formación diaconal ya establecido. El requisito de presentar calificaciones oficiales se agregó en la revisión de 2006. Sec. 3. Postulantado Postulantado es el tiempo que transcurre entre la nominación y la candidatura y puede dar inicio a la preparación formal para la ordenación. El Postulantado requiere la exploración continua del llamado al Diaconado y de las decisiones al respecto. Es importante que el nominado entienda que el discernimiento del llamado al Diaconado continúa durante el Postulantado y la Candidatura. La comunidad de discernimiento incluye ahora tanto a la diócesis como a la congregación. No hay plazo límite para el Postulantado. La preparación formal para la ordenación puede comenzar durante el Postulantado. (a) Antes de admitir a un nominado(a) como Postulante, el Obispo deberá (1) determinar si el Nominado(a) es un adulto comulgante, confirmado y activo en su congregación y (2) reunirse en persona con el Nominado(a) El Título I, Canon 17, Sec. 3 define quién es un “adulto comulgante y activo”. Es útil para el nominado(a) saber cuánto tiempo debe esperar para conseguir una cita con el obispo y cómo hacerla de la mejor manera. (b) Si el Obispo aprueba al Nominado(a) como Postulante, la Comisión o un comité de la misma se reunirá con él o ella para estudiar la solicitud y preparar una evaluación de sus cualificaciones para seguir un programa de estudio en preparación para la ordenación al Diaconado. La Comisión presentará su evaluación y recomendaciones al Obispo. Es útil que los miembros de la Comisión así como el nominado(a) tengan por lo menos dos meses de plazo antes de la reunión. Si no es posible tener todas las evaluaciones listas y enviadas al obispo y la Comisión dentro de ese plazo, se le dará al nominado una fecha pendiente hasta que se le pueda enviar una invitación oficial. Si no se da la recomendación al nominado(a) para que se reúna con la Comisión o si se pospone la fecha de la reunión, dicha información debe compartirse con el nominado tan pronto como esté disponible. (c) Ningún Obispo considerará aceptar como Postulante a una persona que haya sido rechazada como Candidata para la ordenación al Diaconado en cualquier otra Diócesis o, quien, habiendo sido admitida, haya luego dejado de ser Candidata, hasta tanto no reciba una carta del Obispo de la Diócesis donde se le negó admisión o donde la persona fue Candidata, declarando la causa de rechazo o rescisión. Este requisito puede ahorrarle a la diócesis tiempo de discernimiento y el costo de exámenes y verificación de antecedentes de alguien que puede no ser idóneo para el ministerio ordenado. También es útil saber la causa de rechazo o rescisión de alguien que parece idóneo para el ministerio ordenado para poder determinar si ha habido crecimiento y cambio suficientes en esa persona desde que su candidatura fuera rechazada o rescindida. (d) El Obispo puede admitir al Nominado(a) como Postulante para la ordenación al Diaconado. El Obispo registrará el nombre del Postulante y la fecha de admisión en un libro de registro que se mantiene para tal fin. El Obispo informará al Postulante, al Clérigo o a otro líder que ejerza la supervisión de la congregación del Postulante o de otra comunidad de fe, a la Comisión, al Comité Permanente y al director del programa de preparación del Postulante sobre el acto de admisión y la fecha del mismo. (e) Cada Postulante a ordenación al Diaconado se comunicará con el Obispo en persona o por carta cuatro veces al año durante los Días de Témporas, donde hará una reflexión sobre su desarrollo académico, diaconal, humano, espiritual y práctico. Se supone que las cartas de Témporas son entre el obispo y el postulante. Se deberá mantener una copia de dichas cartas en el expediente confidencial del postulante para fines de referencia. (f) Cualquier Postulante podrá ser depuesto del Postulantado a discreción exclusiva del Obispo. El Obispo informará su decisión por escrito al Postulante y al Clérigo u otro líder que ejerza la supervisión de la congregación del Postulante o de otra comunidad de fe, a la Comisión, al Comité Permanente y al director del programa de preparación. Sec. 4. Candidatura La candidatura es un tiempo de educación y formación, en preparación para la ordenación al Diaconado que se establece mediante un compromiso formal entre el Candidato, el Obispo, la Comisión, el Comité Permanente y la congregación u otra comunidad de fe. Se entiende que la candidatura habrá de ser una época dedicada a la educación y la formación. La preparación comienza con el programa de educación aprobado por la Comisión para el Ministerio cuando la persona fue admitida al postulantado. El programa requiere el compromiso formal del candidato, el obispo, la COM, el Comité Permanente y un representante de la congregación del candidato. La candidatura requiere una solicitud por separado hecha ante el obispo y una nueva carta de respaldo recibida del clérigo y la congregación. Además, la Comisión para el Ministerio deberá dar fe de la formación continua del Postulante, y el Comité Permanente deberá entrevistarlo. Debe anotarse aquí que la función del Comité Permanente ha cambiado un poco con respecto al canon anterior. Por lo tanto, por aspectos prácticos, la candidatura podrá darse en algún momento durante el proceso de educación y formación. No hay una duración límite establecida para la Candidatura. (a) Una persona que desee ser Candidata para la ordenación al Diaconado deberá presentar una solicitud al Obispo. Dicha solicitud deberá incluir lo siguiente: (1) la fecha de admisión al Postulantado y (2) una carta de respaldo de la congregación u otra comunidad de fe del Postulante. Si es una congregación, la carta deberá estar firmada y fechada por lo menos por dos tercios de la Junta Parroquial u órgano homólogo y por el Clérigo u otro líder supervisor. (b) Luego de que se cumplan estos requisitos y una vez que haya recibido una declaración escrita de la Comisión donde se ateste que el Postulante ha continuado con su formación y después de recibir la aprobación escrita del Comité Permanente que habrá entrevistado al Postulante y que habrá tenido la oportunidad de revisar la documentación que acompaña la solicitud de candidatura presentada por el mismo, el Obispo podrá admitir al Postulante como Candidato(a) para la ordenación al Diaconado. El Obispo asentará el nombre del Candidato(a) y la fecha de admisión en el Libro de registro que se mantiene para tal fin. El Obispo informará el acto y fecha de admisión al Candidato(a), al Clérigo u otro líder supervisor de la congregación u otra comunidad de fe del Candidato(a), a la Comisión, al Comité Permanente y al Decano del serminario donde el Candidato(a) estudia o al que se propone asistir, o al director del programa de preparación. (c) Un Candidato(a) deberá permanecer en relación canónica con la Diócesis en la que se le otorgó la Candidatura hasta su ordenación al Diaconado bajo este Canon, excepto que, por razones que sean aceptables al Obispo, el Candidato(a) podrá, si así lo solicita, transferirse a otra Diócesis, siempre y cuando el Obispo de la Diócesis receptora esté dispuesto a aceptarlo(a). (d) Cualquier Candidato(a) podrá ser depuesto a discreción exclusiva del Obispo. El Obispo informará su decisión por escrito al Candidato y al Clérigo u otro líder supervisor de la congregación del Candidato u otra comunidad de fe, a la Comisión, al Comité Permanente y al director del programa de preparación. (e) Si un Obispo ha removido el nombre del Candidato(a) de la lista de Candidatos, excepto por motivo de una transferencia, o si se ha rechazado la solicitud de ordenación de un Candidato(a), ningún otro Obispo podrá ordenar a la persona sin que ésta haya sido readmitida a la Candidatura durante un período de por lo menos 12 meses. Sec. 5. Preparación para la Ordenación El obispo y la COM diseñan el programa de formación con el postulante o candidato(a) y supervisan el programa hasta que llegue a su final. La formación puede incluir la asignación a una congregación por parte del obispo y un programa de educación que sea apropiado a la cultura y antecedentes del postulante o candidato(a). Siempre que sea posible, la formación y la educación deberán ocurrir dentro de una comunidad. Sin embargo, no se espera que la educación tenga que llevarse a cabo en un seminario ni que tenga que ser equivalente a una educación de seminario. La clara intención de este canon es utilizar la práctica del ministerio diaconal como núcleo de formación y educación. Además, los requisitos académicos formales buscan mejorar el funcionamiento del diácono en la iglesia. El compromiso formal (Título III.6.4) que esboza el programa de educación y formación deberá ser firmado por el candidato(a), el obispo, la COM, el Comité Permanente y un representante de la congregación del candidato(a). Se evaluará el progreso en la formación y en la educación y se presentará un informe sobre el mismo ante la COM. Puesto que no hay un plazo límite para la duración del Postulantado o la Candidatura, cada diócesis podrá racionalizar y regularizar los tiempos de evaluación, pero que sean por lo menos cada año. (a) El Obispo y la Comisión trabajarán con el Postulante o Candidato(a) para desarrollar y monitorear un programa de preparación para la ordenación al Diaconado de conformidad con este Canon para asegurar que la persona reciba guía pastoral durante todo el período de preparación. (b) El Obispo podrá asignar al Postulante o Candidato(a) a cualquier congreagación de la Diócesis u otra comunidad de fe luego de consultarlo con el clérigo un otro líder encargado de la supervisión. (c) La formación deberá tener en cuenta la cultura local y los antecedentes de cada Postulante o Candidato(a), así como su edad, ocupación y ministerio. (d) La educación y experiencia previas podrán considerarse como parte de la formación necesaria para la ordenación. (e) Siempre que sea posible, la formación para el Diaconado deberá tener lugar en la comunidad que incluirá a otras personas en preparación para el Diaconado u otros en preparación para el ministerio. Un programa de formación diaconal a nivel diocesano puede facilitar la formación en comunidad y asegurar la calidad y coherencia del proceso y de la educación. (f) Antes de la ordenación, cada Candidato(a) deberá haber recibido preparación y demostrar competencia básica en cinco áreas generales: (1) Estudios académicos: las Sagradas Escrituras, teologia y la tradición de la Iglesia (2) Diakonia y el diaconado (3) Consciencia y comprensión del ser humano (4) Desarrollo y disciplina espirituales (5) Capacitación y experiencia prácticas La competencia es determinada por cada diócesis. Sus programas de formación pueden incluir una amplia gama de experiencias que pueden conducir a la competencia. Recursos: Véase la sección de Recursos al final del Comentario sobre el Canon 6. (g) La preparación para la ordenación deberá incluir capacitación en (1) prevención de conducta sexual inapropiada (2) requisitos civiles para reportar casos de abuso y oportunidades pastorales para responder a los mismos (3) la Constitución y Cánones de la Iglesia Episcopal, especialmente el Título IV de los mismos (4) la enseñanza de la iglesia sobre el racismo Recursos: “Safeguarding God’s Children” El asesor jurídico de la diócesis puede ayudar a encontrar la información específica. La información referente a los estatutos estatales para reportar el abuso de menores puede encontrarse haciendo una búsqueda sobre el tema en Internet. El asesor jurídico diocesano puede ser la persona indicada para dar capacitación sobre la Constitución y los Cánones de la Iglesia Episcopal. Capacitación antirracismo: Contacte al consultor(a) sobre antirracismo en la Sede de la Iglesia Episcopal; los seminarios pueden ofrecer sugerencias, especialmente Church Divinity School of the Pacific en Berkeley; la Iglesia Luterana (ELCA) tiene un proceso de capacitación antirracismo. (h) Cada Candidato(a) al Diaconado se comunicará con el Obispo en persona o por carta cuatro veces al año durante los Días de Témporas para reflexionar sobre su desarrollo académico, diaconal, humano, espiritual y práctaico. (i) Durante el período de Candidatura se evaluará el progreso de cada candidato(a) de vez en cuando, y se presentará un informe por escrito de dicha evaluación por parte de quienes hayan sido autorizados por la Comisión para realizarlas. Al recibir la certificación de parte de los encargados del programa de preparación indicando que el Candidato(a) ha culminado su preparación con éxito y está listo(a) para la ordenación, se preparará una evaluación final por escrito en tal sentido, según lo determine el Obispo en consulta con la Comisión. Dicho informe habrá de incluir una recomendación de la Comisión sobre la preparación y disposición del candidato(a) para la ordenación. Se mantendrá un registro de todas las evaluaciones, valoraciones y de la recomendación, el cual estará a disposición del Comité Permanente. (j) Dentro de un plazo de 36 meses antes de la ordenación al diaconado, se deberán cumplir los siguientes requisitos (1) una verificación de antecedentes de conformidad con los criterios establecidos por el Obispo y el Comité Permanente (2) una evaluación médica y psicológica por parte de profesionales aprobados por el Obispo, utilizando las formas preparadas para tal fin por el Church Pension Fund, y si se desea o si fuere necesario, una referencia al psiquiatra (k) Se conservarán de manera permanente en los archivos del Obispo los informes de todas las investigaciones y exámenes los cuales pasarán a formar parte del expediente diocesano permanente. Algunos obispos y comisiones desean tener la información solicitada en los cánones precedentes antes que un nominado sea admitido al postulantado. En tales casos, el tiempo de preparación para la ordenación a menudo excederá el máximo de 36 meses de vigencia acordado para dichos exámenes en cuyo caso habrá que actualizarlos. Una verificación de antecedentes puede incluir una investigación de antecedentes penales, un informe crediticio y una investigación del historial de conducción. Algunas diócesis pueden indagar en lugares de empleo anteriores para determinar si ha habido casos de conducta sexual imapropiada. Muchas diócesis hacen una verificación de antecedentes de los últimos 10 años. Algunas diócesis disponen una visita de seguimiento para que el psicólogo(a) pueda revisar sus hallazgos con el nominado(a). Algunas diócesis permiten que el nominado(a) reciba una copia de la evaluación psicológica; otras no. Si la información va a distribuirse a otras personas además del obispo, deberá prepararse una lista de las personas que tendrán acceso a la evaluación psicológica. Dicha información es confidencial y su uso deberá ocurrir únicamente con las salvaguardas apropiadas. Recursos: Las diócesis emplean diversos recursos para realizar la indagación de antecedentes. Choice Point: http://www.choicepoint.com Sec. 6. Ordenación al Diaconado (a) Cualquier persona podrá ordenarse al diaconado: (1) después de pasados por lo menos dieciocho (18) meses a partir del momento de la aceptación escrita de la nominación por parte del Nominado(a) según lo disppuesto en III.6.2(b), y (2) luego de haber cumplido por lo menos 24 años de edad. (b) El Obispo obtendrá por escrito y proveerá al Comité Permanente: (1) una petición del Candidato(a) solicitando la ordenación al Diaconado bajo este Canon (2) una carta de respando de la congregación del Candidato(a) u otra comunidad de fe, firmada y fechada por lo menos por dos terceras partes de la Junta Parroquial y el Clérigo u otro líder supervisor (3) evidencia escrita de admisión del Candidato(a) al Postulantado y a la Candidatura, con las fechas de admisión correspondientes (4) un certificado del seminario o de otro programa de preparación que indique el desempeño académico del Candidato(a) en los temas requeridos por los Cánones y que ofrezca una evaluación recomendando al Candidato(a) por sus otras cualificaciones para la ordenación junto con una recomendación para la ordenación al Diaconado según las disposiciones de este Canon (5) un certificado de la Comisión dando una recomendación para la ordenación al Diaconado según las disposiciones de este Canon (c) Al recibir dichos certificados, el Comité Permanente, con el consentimiento de la mayoría de los miembros, certificará que se han cumplido los requisitos canónicos para la ordenación al Diaconado según lo dispuesto en este Canon, que no existe objeción suficiente de orden médico, psicológico, moral o espiritual, y que recomienda la ordenación. El Comité Permanente dará fe de dicha certificación mediante testimonio dirigido al Obispo siguiendo la fórmula que se incluye a continuación y firmado por los miembros del Comité Permanente que dan su consentimiento. Al Reverendísimo __________, Obispo de __________ Nosotros, los miembros del Comité Permanente de __________, luego de reunirnos debidamente en __________ __________, damos fe de que A.B., quien desea ser ordenado al Diaconado bajo el Canon III.6 ha presentado ante nosotros los certificados según lo exigen los Cánones los cuales indican que A.B. está preparado para la ordenación al Diaconado conforme a lo dispuesto en el Canon III.6; y certificamos que se han cumplido todos los requisitos para la ordenación al Diaconado bajo el Canon III.6 y que no encontramos objeción suficiente en contra de la ordenación. Por consiguiente, recomendamos a A.B. para la ordenación. En fe de lo cual, ponemos nuestra firma este día _____ de _____, del año del Señor _____. (Firmado)____________ (d) Una vez presentado el testimonio ante el Obispo, y si no hubiere objeción suficiente de carácter médico, psicológico, moral o espiritual, el Obispo podrá ordenar al Candidato(a) al Diaconado conforme a las disposiciones de este Canon; y en el momento de la ordenación el Candidato(a) suscribirá públicamente y hará, en presencia del Obispo, la declaración que requiere el Artículo VIII de la Constitución. El único plazo fijo en el proceso hacia el diaconado es el que indica que una persona no puede ser ordenada en menos de 18 meses a partir del momento de la nominación. Todos los demás plazos son flexibles y son determinados por el programa de educación y formación y otros requisitos diocesanos. La COM deberá certificar que el candidato(a) ha concluido a satisfacción el programa de educación y formación y deberá certificar si la persona está preparada para la ordenación. El Comité Permanente deberá dar su consentimiento para la ordenación y certificar el cumplimiento de todos los requisitos canónicos. Recursos: North American Association for the Diaconate (NAAD): http://www.diakonoi.org Diócesis del Este de Tennessee: http://www.etdiocese.net Diócesis de Georgia: http://www.georgia.anglican.org, Deacon’s page Diócesis de Los Angeles: http://www.ladiocese.org, Formation in Faith, Clergy Formation Diócesis de Louisiana: http://www.edola.org, Administration and Staff, Ministry, “Lay and Ordained” Diócesis de Maine: http://www.diomaine.org, Committees and Commissions, Commission on Ministry Diócesis de Massachusetts: http://www.diomass.org, Governance and Administration, Commission on Ministry, 2006 Ordination Discernment Handbook Diócesis de Milwaukee: http://www.diomil.org, Resources, Commission on Ministry, Ordination Process Manual Diócesis de Minnesota: http://www.episcopalmn.org, Governance, Commission on Ministry, Handbook for Holy Orders Diócesis de Missouri: http://www.missouri.anglican.org, Making Disciples, Commission on Ministry, form for the ordination process Diócesis de Newark: http://www.dioceseofnewark.org, Ministry Resources Diócesis de Nueva Jersey: http://www.newjersey.anglican.org, Considering a Vocation in the Church Diócesis del Norte de Michigan: http://www.upepiscopal.org, Ministry Development Diócesis de Rochester: http://www.rochesterepiscopaldiocese.org, Resources, Vocational Discernment Handbook Diócesis del Sur de Ohio: http://www.episcopal-dso.org, Vocations, Handbook on Ordination Process Diócesis de la región norte de Carolina del Sur: http://www.edusc.org, Ministry, School of Ministry Diócesis de Utah: http://www.episcopal-ut.org, Handbook on Ministry Comuníquese con los programas de formación de diáconos de las diócesis siguientes, los cuales no aparecen actualmente en los sitios web diocesanos: Arkansas, Alabama, California, Central Florida, Dallas, Kansas, Maryland, Mississippi, Northern California, Olympia, Texas, Utah, Western North Carolina. CANON 7: De la Vida y Obra de los Diáconos La North American Association of the Diaconate (Asociación Norteamericana del Diaconado - NAAD) fue instrumental en el desarrollo de este canon. Al reclamar su papel en la vida de la iglesia, los diáconos, a nivel individual, a través de los Consejos de Diáconos y a través de la organización de la NAAD, han podido definir más claramente la vida y obra del diaconado como orden plena e igual en la Iglesia Episcopal. Este canon dispone la base para entender cómo se vive el diaconado en las congregaciones de una diócesis bajo la guía del obispo. Esta base proviene en parte de la experiencia práctica de los diáconos y las diócesis que han trabajado juntos para forjar este camino y del concepto teológico de que Dios nos ha llamado a todos al servicio y que el Espíritu nos ha dado a algunos los dones y destrezas para el liderazgo diaconal. Los diáconos guían a las congregaciones en su respuesta al llamado de Dios a la diakonia. CANON 7: De la Vida y Obra de los Diáconos Sec. 1. Los diáconos sirven directamente bajo la autoridad del Obispo y son responsables ante el mismo o, en ausencia del Obispo, la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis. Sec. 2. Los diáconos con domicilio canónico en una diócesis constituyen una Comunidad de Diáconos que habrá de reunirse periódicamente. El Obispo podrá nombrar Archidiácono a uno o más de dichos diáconos para que le ayuden en la formación, colocación, supervisión y apoyo de los Diáconos o de quienes estén en preparación para ser Diáconos y en el cumplimiento de este Canon. Sec. 3. El Obispo podrá establecer un Consejo de Diáconos para supervisar, estudiar y promover el Diaconado. En el libro de Hechos, los Apóstoles esbozaron la estructura de la iglesia cuando se dieron cuenta de que algunas personas tenían dotes de supervisores mientras otros eran llamados a trabajar directamente con el pueblo. El obispo o autoridad eclesiástica retiene la supervisión de las personas llamadas al servicio diaconal. Las secciones 1, 2 y 3 de este canon sugieren una estructura organizacional para diáconos y diócesis que ha probado ser útil para aclarar las líneas de autoridad para este ministerio ordenado. Todos los diáconos forman la Comunidad de Diáconos la cual suele ser el grupo responsable de la formación. El Consejo puede ser un subcomité de la COM o un órgano aparte. Los miembros pueden ser laicos, sacerdotes u obispos. Este órgano puede ser el encargado de educar a la diócesis acerca del diaconado. Sec. 4. El Obispo, luego de consultar con el Diácono y el Clérigo u otro líder supervisor puede asignar a un Diácono a una o más congregaciones, otras comunidades de fe o a un ministerio no parroquial. Los diáconos asignados a una congregación u otra comunidad de fe actúan bajo la autoridad del Clérigo u otro líder supervisor en todos los asuntos relacionados con la congregación. (a) Sujeto a la aprobación del Obispo, los Diáconos pueden elaborar una carta contrato donde se estipulen las responsabilidades mutuas del ministerio y, de existir, dicha carta estará sujeta a renegociación con la Junta Parroquial o Comité del Obispo luego de la renuncia del Rector o Sacerdote Encargado. (b) Los diáconos informarán anualmente al Obispo o a su designado sobre su vida y obra. (c) Los diáconos pueden servir como administradores de congregaciones u otras comunidades de fe, pero ningún diácono será puesto a cargo de una congregación u otra comunidad de fe. (d) Los diáconos pueden aceptar capellanías en cualquier hospital, institución carcelaria u otra insitución. (e) Los diáconos pueden participar en el gobierno interno de la Iglesia. (f) Durante dos años luego de la ordenación, los Diáconos nuevos continuarán un proceso de formación autorizado por el Obispo. (g) El Obispo o quien éste designe, en consulta con la Comisión, asignará un Diácono mentor a cada Diácono recién ordenado, siempre que haya uno disponible. El mentor se reunirá periódicamente con el Diácono nuevo por lo menos durante un año para ofrecer guía, información y un diálogo continuo sobre el ministerio diaconal. Sec. 5. El Obispo y la Comisión requerirán y dispondrán la educación continua de los Diáconos y mantendrán un registro de dicha educación. Estas dos secciones ofrecen pautas específicas de autoridad y responsabilidad sobre el trabajo de los diáconos asignados a una congregación. Se establece una relación de acuerdo mutuo entre el obispo o autoridad eclesiástica, el diácono y la congregación donde el diácono habrá de ejercer su ministerio. La sección 4(a) establece que si bien las “Cartas Contrato” pueden ser opcionales, conviene tenerlas para ayudar a aclarar las funciones y responsabilidades. La sección 4(c) especifica que un diácono no puede estar a cargo de una congregación lo cual evita la confusión sobre el papel del diácono en la congregación. La sección 4(g) sugiere que se asigne un Diácono mentor a cada diácono recién ordenado, siempre y cuando exista un mentor apropiado. La intención de esta sección es que se deberán hacer todos los esfuerzos posibles para identificar a un mentor apropiado, incluso si es necesario visitar una diócesis vecina. Es bueno para la diócesis tener un esbozo de los temas a incluir durante el diálogo. La sección 5 insiste que la educación continua es indispensable e intencional para los diáconos de la iglesia. Recursos North American Association of the Diaconate:http://www.diakonoi.org Diócesis del Este de Tennessee: http://www.etdiocese.net, Clergy and Lay Professionals Diócesis de Kentucky: http://www.episcopal.ky.org, Continuing Education Grant Applications, Church Resources, Forms Diócesis de Missouri: http://www.missouri.anglican.org, Making Disciples, Commission on Ministry, Cont Ed forms and resources Sec. 6 (a) Un Diácono no podrá servir como tal por más de dos meses en ninguna Diócesis a excepción de aquélla donde tiene su domicilio canónico, a menos que el Obispo de la otra Diócesis le haya dado licencia al Diácono para servir en dicha Diócesis. (b) (1) Un Diácono que desee obtener su domicilio canónico en una Diócesis deberá solicitar un testimonio de la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis donde tiene su domicilio canónico a fin de presentarlo ante la Diócesis donde desea domiciliarse, testimonio el cual, de ser otorgado, se le entregará por la Autoridad Eclesiástica al solicitante enviando un duplicado del mismo a la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis donde se propone transferirse. El testimonio se escribirá con la fórmula siguiente: Por medio del presente certifico que A.B., quien me ha expresado su deseo de transferir su domicilio a la Autoridad Eclesiástica de __________, es Diácono activo de __________ y, según mi leal saber y entender, no ha sido sujeto con causa justa de ningún informe en su contra por errores de religón ni por inmoralidad de vida, en los últimos tres años. (Fecha)_________ (Firmado) _______________ (2) Dicho testimonio lleva el nombre de Carta Dimisoria. Si la Autoridad Eclesiásitica acepta la Carta Dimisoria, el domicilio canónico del Diácono, así transferido, datará a partir de la fecha de aceptación de la misma de la cual se dará pronta notificación tanto al solicitante como a la Autoridad Eclesiástica que la emitió. (3) Una Carta Dimisoria que no se presente en el plazo de seis (6) meses a partir de su entrega al solicitante quedará sin vigencia. (4) Un registro de los pagos hechos al Church Pension Fund por o en nombre del Diácono en cuestión acompañará a la Carta Dimisoria. La sección 6 determina el proceso para transferir el domicilio canónico de una diócesis a otra. El obispo, o la autoridad eclesiástica, supervisa la vida de la diócesis. Es responsabilidad del obispo registrar oficialmente a cualquier diácono que sirva de manera oficial en la diócesis. La forma de “Carta Dimisoria” que aparece en la Sec. 6(b)(i) debe mantenerse en los archivos de las oficinas diocesanas. Sec. 7. Al cumplir 72 años de edad, un Diácono renunciará a todo servicio activo en esta Iglesia, y dicha renuncia será aceptada. El Obispo podrá asignar a un Diácono que haya presentado su retiro obligatorio y con el consentimiento de éste, a cualquier congregación, otra comunidad de fe u otro ministerio por un plazo que no exceda doce (12) meses, el cual podrá ser renovado. La sección 7 estipula que para todas las órdenes sagradas, la iglesia ha establecido los 72 años como edad de retiro obligatorio. Esta renuncia no significa jubilación total, ya que un diácono podrá continuar en un cargo año tras año a discreción del obispo diocesano. Este canon busca facilitar transiciones que pueden ser incómodas o injustas. Sec. 8. Si cualquier Diácono de esta Iglesia, y sin sujeción a las disposiciones del Canon IV.8, declarare por escrito al Obispo de la Diócesis en la cual el Diácono tiene su domicilio canónico, su renunciamiento al Ministerio ordenado de esta Iglesia y su deseo de retirarse del mismo, será deber del Obispo registrar la declaración y solicitud así presentadas. El Obispo, habiéndose cerciorado de que la persona que así declara no está sujeta a lo dispuesto en el Canon IV.8 sino que actúa de manera voluntaria y con causas, manifiestas o conocidas, que no afectan el carácter moral del Diácono, llevará el asunto ante los clérigos miembros del Comité Permanente y, con la asesoría y consentimiento de la mayoría de los mismos, podrá dar por aceptado dicho renunciamiento y liberará al Diácono de las obligaciones del oficio ministerial y le privará del derecho de ejercer los dones y autoridad espirituales como Ministro de la Palabra y Sacramentos de Dios que se le otorgaron con la Ordenación. El Obispo también declarará al pronunciar y registrar tal decisión que fue por causas que no afectan el carácter moral de la persona y, presentará, si así se desea, un certificado para tal fin a la persona así removida del ministerio ordenado. Sec. 9. Si el Diácono que hace la declaración de renunciamiento al ministerio ordenado hubiese sido acusado de algún delito, o hubiese sido llevado a juicio por el mismo, la Autoridad Eclesiástica a quien se le haya hecho dicha declaración no la considerará ni tomará una decisión al respecto sino hasta después de que se haya desechado la acusación o haya concluido el juicio y se haya juzgado que el Diácono no cometió ningún delito. Sec. 10. En caso de que un Diácono renuncie al Ministerio ordenado según lo dispuesto en este Canon, el Obispo pronunciará una declaración de remoción en presencia de dos ó más miembros del clero, la cual quedará asentada en los registros oficiales de la Diócesis en la cual tiene su domicilio canónico el Diácono así removido. El Obispo que pronuncia la declaración de remoción, según lo dispone este Canon, notificará por escrito a todos los miembros del clero, a todas las juntas parroquiales, al Secretario(a) de la Convención y al Comité Permanente de la Diócesis en la que el Diácono tenía su domicilio canónico, así como también a todos los Obispos de esta Iglesia, a la Autoridad Eclesiástica de cada Diócesis de esta Iglesia, al Obispo(a) Presidente, al Registrador de Ordenaciones, al Secretario(a) de la Cámara de los Obispos, al Secretario(a) de la Cámara de Diputados, al fondo de pensiones Church Pension Fund y a la Junta de Colocaciones de la Iglesia. Las secciones 8, 9 y 10 establecen el procedimiento en caso de que un diácono decida renunciar al ministerio ordenado de la iglesia. Vale la pena anotar que el renunciamiento requiere el consentimiento del Comité Permanente, lo cual provee un sistema de control mutuo y limitación de poderes que permite una decisión justa e informada. CANON 8: De la Ordenación de Presbíteros Otra posición de liderazgo entre los bautizados es la de sacerdote o presbítero. El sacerdote concentra su atención en la comunidad bautismal y se reúne con ella en el culto y la oración. El sacerdote ha sido “llamado a trabajar como pastor, sacerdote y maestro y junto al obispo a participar en los consejos de la iglesia.” 6[6] El sacerdote pronuncia la absolución, bendice, bautiza y celebra la Eucaristía y también realiza otros ritos sacramentales. 7[7] Como maestro, el sacerdote faculta a los bautizados para que ejerzan su ministerio. Como pastor, el sacerdote da consuelo, apoyo y guía a quienes los necesitan. Las revisiones canónicas de 2003 consolidaron la separación de cánones para postulantado y candidatura y los incluyeron en los procesos separados para la ordenación al diaconado y al presbiterado. Las revisiones de 2003 también pusieron más énfasis en el proceso de discernimiento de la parroquia incluyendo un canon aparte sobre discernimiento (Canon 3) y agregando la frase “participar en la preparación del nominado a la ordenación al presbiterado” al certificado de la junta parroquial. La intención es mantener a la persona que está en preparación para el sacerdocio en las oraciones y vida activa de la congregación. Las revisiones de 2006 agregaron otra frase al certificado de la junta parroquial: “comprometerse a contribuir económicamente a dicha preparación.” Esta afirmación da reconocimiento al costo de la preparación aun cuando la persona lo haga a nivel local y a la necesidad de que la congregacón ofrezca ayuda económica para compensar parte del costo. Las revsiones de 2003 y 2006 han convertido a la Nominación en una categoría aparte y utilizan el término nominado(a) para alguien que ha recibido el respaldo de la junta parroquial pero que no ha sido admitido aún al Postulantado. La intención de la revisión de 2006 fue hacer que los procesos de ordenación para diáconos y sacerdotes fueran lo más similares posible. La mayoría de los cambios se dieron en el proceso diaconal. CANON 8: De la Ordenación de Presbíteros Sec. 1. Selección El obispo, en consulta con la Comisión, establecerá los procedimientos para identificar y seleccionar a personas con claras dotes y aptitudes para la ordenación al Presbiterado. Además de las personas que se sientan llamadas por Dios a este miniserio, el obispo y la Comisión pueden colaborar con las congregaciones y ministerios especializados, tales como los ministerios universitarios, para desarrollar programas y procedimientos tendientes a identificar a personas que tengan dotes y aptitudes para el sacerdocio. Sec. 2. Nominación Un adulto confirmado, activo y comulgante puede ser nominado para la ordenación al presbiterado por la congregación a la que pertenece o por otra comunidad de fe. (a) La Nominación será presentada por escrito e incluirá una carta de respaldo de la congregación del Nominado(a) o de otra comunidad de fe que se comprometa a (1) aportar económicamente para su preparación y (2) a participar en la preparación del Nominado(a) para su ordenación al Presbiterado. Si se trata de una congregación, la carta será firmada por dos tercios de la Junta Parroquial u órgano similar y por un clérigo o líder supervisor. 6[6] 7[7] Libro de Oración Común, p. 433 Libro de Oración Común, p. 433 Es bueno informar a la Junta Parroquial acerca de los costos de la educación y formación de un sacerdote. Para quienes van al seminario, están los costos de matrícula, alojamiento, comida y libros los cuales son considerables. La cantidad de la deuda que han contraído los seminaristas para cuando se gradúan es una inquietud creciente para la iglesia. Para quienes se preparan a nivel local, los costos de matrícula, transporte, libros y, en algunos casos, vacaciones del trabajo pueden ser bastante onerosos. Una forma en que la congregación podría participar en el proceso de la persona es designando a un miembro de la junta parroquial o a uno de los miembros del comité de discernimiento para que esté en contacto periódico con el nominado(a), para asegurarse de que reciba el boletín de la parroquia y el periódico diocesano así como otra información pertinente de ambas entidades, para instar al nominado(a) a que escriba algún artículo periódicamente para publicarlo en el boletín parroquial, para rezar por el nominado(a) con nombre propio en la liturgia semanal y alentar su participación en la liturgia. Si un nominado(a) está asistiendo a una institución educativa lejos de su ciudad o estado, se sugiere que cuando un miembro de la parroquia viaje al lugar donde está el seminarista le visite y le invite a cenar, de ser posible. El clérigo o líder supervisor no cuenta como parte de las dos terceras partes de la junta parroquial que se requieren para respaldar al nominado. Cuando hay una vacante o cuando no hay un clérigo en la parroquia, véase el Título III, Canon 5, Sec. 2(c). (b) El Nominado(a), si está de acuerdo con la nominación, presentará su aceptación por escrito y deberá proporcionarle al Obispo los datos siguientes: (1) Nombre completo y fecha de nacimiento. (2) Tiempo que lleva residiendo en la diócesis. (3) Comprobantes de bautismo y confirmación. (4) Si ha solicitado anteriormente admisión al postulantado o si ha sido nominado en alguna diócesis. (5) Una descripción del proceso de discernimiento por el cual se le ha identificado para la ordenación al Presbiterado. (6) Nivel de educación alcanzado y, de ser el caso, los títulos obtenidos y las áreas de especialización , así como copias de las calificaciones oficiales. Se deberá incluir una fotocopia del libro de registros donde tuvo lugar el bautismo y la confirmación o un certificado de bautismo y de confirmación o una declaración de alguna persona que hubiera estado presente durante la(s) ceremonia(s). Además de una descripción del proceso de discernimiento, algunas parroquias y diócesis piden que el comité de discernimiento dé una recomendación. La información sobre educación previa es útil para diseñar un programa de preparación para el sacerdocio u ofrecer equivalencias de las clases en un programa local establecido para la formación de presbíteros. Para quienes asisten al seminario, las calificaciones dan una idea de la capacidad del nominado para manejar la educación de postgrado e indican qué áreas pueden requerir trabajo adicional. Sec. 3. Postulantado Postulantado es el tiempo que transcurre entre la nominación y la candidatura y puede dar inicio a la preparación formal para la ordenación. El Postulantado requiere la exploración continua del llamado al Sacerdocio y de las decisiones al respecto. Es importante que el nominado entienda que el discernimiento del llamado al Presbiterado continúa durante el Postulantado. La comunidad de discernimiento incluye ahora tanto a la diócesis como a la congregación. No hay plazo límite para el postulantado. La revisión de 2006 otorgó permiso para iniciar la preparación formal para la ordenación durante esta fase en lugar de dejar toda la preparación para la etapa de candidatura. (a) Antes de admitir a un nominado como Postulante, el Obispo deberá (1) determinar si el Nominado(a) es un adulto comulgante, confirmado y activo en su congregación, (El término “adulto comulgante activo” se define en el Título I, Canon 17, Sec. 3). (2) reunirse en persona con el Nominado(a) y Es útil para el nominado(a) saber cuánto tiempo debe esperar para conseguir una cita con el obispo y cómo hacerla mejor. Este requisito se agregó durante la revisión de 2006. (3) consultar con el Nominado(a) sobre los recursos financieros que estarán disponibles para apoyarle durante el período de preparación para la ordenación. Durante el postulantado y luego la candidatura, el Obispo o alguien que éste designe revisará periódicamente la situación económica y los planes financieros de la persona en proceso. (b) Si el Obispo aprueba al Nominado(a) como Postulante, la Comisión o un comité de la misma se reunirá con él o ella para estudiar la solicitud y preparar una evaluación de sus cualificaciones para seguir un programa de estudio en preparación para la ordenación al Presbiterado. La Comisión presentará su evaluación y recomendaciones al Obispo. Es útil que los miembros de la Comisión así como el nominado(a) tengan por lo menos dos meses de plazo antes de la reunión. Si no es posible tener todas las evaluaciones listas y enviadas al obispo y la Comisión dentro de ese plazo, se le dará al nominado una fecha pendiente hasta que se le pueda enviar una invitación oficial. Si no se da la recomendación al nominado para que se reúna con la Comisión o si se pospone la fecha de la reunión, dicha información deberá compartirse con el nominado(a) tan pronto como esté disponible. (c) Ningún Obispo considerará aceptar como Postulante a una persona que haya sido rechazada como Candidata para la ordenación al Presbiterado en cualquier otra Diócesis o, quien, habiendo sido admitida, haya luego dejado de ser Candidata, hasta tanto no reciba una carta del Obispo de la Diócesis donde se le negó admisión o donde la persona fue Candidata, declarando la causa de rechazo o de rescisión. Este requisito puede ahorrarle a la diócesis tiempo de discernimiento y el costo de exámenes y verificación de antecedentes de alguien que puede no ser idóneo para el ministerio ordenado. También es útil saber la causa de rechazo o rescisión de alguien que parece idóneo para el ministerio ordenado para poder determinar si ha habido crecimiento y cambio suficientes en esa persona desde que su candidatura fuera rechazada o rescindida. (d) El Obispo puede admitir al Nominado(a) como Postulante para la ordenación al Presbiterado. El Obispo registrará el nombre del Postulante y la fecha de admisión en un libro de registro que se mantiene para tal fin. El Obispo informará del acto de admisión y la fecha de la misma al Postulante, al Clérigo o a otro líder que ejerza la supervisión de la congregación del Postulante o de otra comunidad de fe, a la Comisión, al Comité Permanente y al Decano del seminario donde esté matriculado el Postulante o al que piense ingresar o al director de su programa de preparación. Se guardará una copia de dicha carta en el expediente del postulante. (e) Cada Postulante al Presbiterado se comunicará con el Obispo en persona o por carta cuatro veces al año, Es útil para el postulante si el obispo o la Comisión para el Ministerio preparan una serie de pautas para dichas cartas, incluyendo información sobre quién además del obispo tendrá autorización para leerlas y tal vez enumerar algunas preguntas comunes que surgen con frecuencia sobre las mismas. Las pautas indicarían también si la Comisión ha de recibir una copia de cada Carta de Témporas o solamente una o dos al año; incluirían permiso para eliminar cualquier información personal compartida con el obispo que el postulante no desee compartir con la Comisión y permiso para enviar el documento por vía electrónica (dentro de un correo electrónico o como anexo al mismo) o no al obispo o a la Comisión. También se deberá incluir información de contacto adecuada (nombre, dirección, dirección electrónica, etc.). Se deberá guardar una copia de la Carta de Témporas en el expediente del postulante para fines de referencia, y especialmente para dejar constancia y preservar cualquier comunicación electrónica. (f) Cualquier Postulante podrá ser depuesto del Postulantado a discreción exclusiva del Obispo. El Obispo informará su decisión por escrito al Postulante y al Clérigo u otro líder que ejerza la supervisión de la congregación del Postulante o de otra comunidad de fe, a la Comisión, al Comité Permanente y al director del programa de preparación. Sec. 4. Candidatura Se entiende que la candidatura es una época dedicada a la educación y la formación aunque dicha preparación comienza, en la mayoría de los casos, durante el postulantado (Véase el canon III.8.3). La candidatura requiere una solicitud por separado hecha ante el obispo y una nueva carta de respaldo recibida del clérigo y de la junta parroquial. La Comisión para el Ministerio deberá dar fe de la formación continua del postulante y, bajo la revisión canónica de 2006, el Comité Permanente deberá entrevistar al postulante y aprobar la solicitud por escrito. Debe anotarse aquí que la función del Comité Permanente ha cambiado un poco con respecto a los cánones anteriores. No hay una duración límite establecida para la Candidatura. La candidatura es un tiempo de educación y formación, en preparación para la ordenación al Presbiterado que se establece mediante un compromiso formal entre el Candidato, el Obispo, la Comisión, el Comité Permanente y la congregación u otra comunidad de fe. (a) Una persona que desee ser Candidata para la ordenación al Presbiterado deberá presentar una solicitud al Obispo. Dicha solicitud deberá incluir lo siguiente: (1) la fecha de admisión al Postulantado y (2) una carta de respaldo de la congregación u otra comunidad de fe del Postulante. Si se trata de una congregación, la carta deberá estar firmada y fechada por lo menos por dos tercios de la Junta Parroquial u órgano homólogo y por el Clérigo u otro líder supervisor. (b) Luego de que se cumplan estos requisitos y una vez que haya recibido una declaración escrita de la Comisión donde se ateste que el Postulante ha continuado con su formación y después de recibir la aprobación escrita del Comité Permanente que habrá entrevistado al Postulante y que habrá tenido la oportunidad de revisar la documentación que acompaña la solicitud de candidatura presentada por el mismo, el Obispo podrá admitir al Postulante como Candidato(a) para la ordenación al Presbiterado. El Obispo asentará el nombre del Candidato(a) y la fecha de admisión en el Libro de registro que se mantiene para tal fin. El Obispo informará el acto y fecha de admisión al Candidato(a), al Clérigo u otro líder supervisor de la congregación u otra comunidad de fe del Candidato, a la Comisión, al Comité Permanente y al Decano del serminario donde el Candidato estudia o al que se propone asistir, o al director del programa de preparación del Candidato. Se deberá incluir también una copia de la carta en el expediente del candidato(a). (c) Un Candidato(a) deberá permanecer en relación canónica con la Diócesis en la que se le otorgó la Candidatura hasta su ordenación al Diaconado bajo este Canon, excepto que, por razones que sean aceptables al Obispo, el Candidato(a) podrá, si así lo solicita, trasnferirse a otra Diócesis, siempre y cuando el Obispo de la Diócesis receptora esté dispuesto a aceptarlo(a). (d) Cualquier Candidato(a) podrá ser depuesto a discreción exclusiva del Obispo. El Obispo informará su decisión por escrito al Candidato(a) y al Clérigo u otro líder supervisor de la congregación del Candidato u otra comunidad de fe, a la Comisión, al Comité Permanente y al Decano del seminario donde esté estudiando el Candidato(a) o al director del programa de preparación. (e) Si un Obispo ha removido el nombre del Candidato(a) de la lista de Candidatos, excepto por motivo de una transferencia, o si se ha rechazado la solicitud de ordenación de un Candidato(a), ningún otro Obispo podrá ordenar a la persona sin que ésta haya sido readmitida a la Candidatura durante un período de por lo menos 12 meses. Sec. 5. Preparación para la Ordenación El obispo y la COM determinarán el curso de preparación en consulta con el postulante o candidato(a). En la mayoría de los casos, la educación se llevará a cabo en un seminario acreditado. Sin embargo, las diócesis están en libertad de diseñar sus propios programas de preparación. Si el postulante no ha recibido previamente un grado universitario, la COM diseñará un programa para prepararle para su educación teológica. Siempre que sea posible, la preparación tendrá lugar en comunidad. Además de las siete áreas de estudio que se enumeran en el canon, la preparación habrá de incluir capacitación en prevención de abuso infantil y seguridad en la iglesia, capacitación en la constitución y los canones, especialmente el Título IV y capacitación antirracismo. Los postulantes y candidatos habrán de escribir cartas de témporas al obispo. El seminario u otro programa de preparación habrá de proveer informes periódicos sobre el progreso del postulante o candidato(a) por lo menos una vez al año. Para fines del período de candidatura, la persona deberá someterse a una investigación de antecedentes y a evaluaciones médicas y psicológicas. (a) El Obispo y la Comisión trabajarán con el Postulante o Candidato(a) para desarrollar y monitorear un programa de preparación para la ordenación al Presbiterado de conformidad con este Canon y para asegurarse de que la persona reciba guía pastoral durante todo el período de preparación. (b) Si el Postulante o Candidato(a) no ha obtenido previamente un grado universitario, la Comisión, el Obispo y el Postulante o Cantidato(a) diseñarán un programa que incluya el contenido académico necesario para preparar a la persona para poder iniciar un programa de educación teológica. (c) La formación deberá tener en cuenta la cultura local y los antecedentes de cada Postulante o Candidato(a), así como su edad, ocupación y ministerio. (d) La educación y experiencia previas podrán considerarse como parte de la formación necesaria para el Sacerdocio. (e) Siempre que sea posible, la formación para el Presbiterado deberá tener lugar en la comunidad que ha de incluir a otras personas en preparación para el Presbiterado o a otros en preparación para el ministerio. (f) La preparación incluirá educación teológica, experiencia práctica, desarrollo emocional y formación espiritual. (g) Las áreas de estudio durante el programa de preparación incluirán las siguientes: (1) Sagradas Escrituras (2) Historia de la Iglesia, incluyendo el movimiento ecuménico (3) Teología cristiana, incluyendo teología misionera y misiología. (4) Ética cristiana y teología moral (5) Estudios sobre la sociedad contemporánea, incluyendo la experiencia histórica y contemporánea de los grupos raciales y minoritarios y destrezas para el ministerio transcultural, las cuales pueden incluir la capacidad de comunicarse en una lengua moderna diferente a la lengua materna. La revisión de 2006 agregó lo referente a hablar un segundo idioma y dio una explicación más detallada sobre la sociedad contemporánea. (6) Liturgia y Música de la Iglesia; Culto Cristiano y Música de acuerdo con el contenido y uso del Libro de Oración Común y el Himnario y de otros textos complementarios autorizados. La revisión de 2003 expandió esta sección sobre liturgia para incluir la música, el himnario y los textos suplementarios autorizados. (7) Teoría y práctica del ministerio, incluyendo liderazgo y los ministerios de evangelismo y mayordomía. La revisión de 2006 agregó el texto sobre liderazgo, evangelismo y mayordomía. (h) La preparación para la ordenación habrá de incluir capacitación en (1) prevención de conducta sexual inapropiada En la actualidad, esta capacitación incluye dos componentes: adultos y niños. La capacitación para prevención de conducta sexual inapropiada con niños se llama, “Safeguarding God’s Children” y la ofrece la organización Church Pension Group. El componente para adultos está en revisión actualmente por el mismo grupo y se ofrecerá al público en 2008. (2) requisitos civiles para reportar casos de abuso y oportunidades pastorales para responder a los mismos. El asesor jurídico de la diócesis puede ayudar a encontrar la información específica; una búsqueda por Internet es otra manera de encontrar los estatutos estatales que disponen la manera de reportar casos de abuso. (3) la Constitución y los Cánones de la Iglesia Episcopal, en particular el Título IV de los mismos. El asesor jurídico de la diócesis puede ser un buen recurso para dar esta capacitación. (4) la enseñanza de la Iglesia sobre el racismo. La Oficina de Asuntos Étnicos de la Sede de la Iglesia Episcopal en Nueva York es un buen recurso para encontrar información e instructores que dicten cursos sobre el tema. (i) Todo Postulante o Candidato al Presbiterado se comunicará con el Obispo en persona o por carta, cuatro veces al año durante los Días de Témporas, para reflexionar sobre su experiencia académica y su desarrollo personal y espiritual. (j) El seminario u otro programa de formación llevará un control y presentará informes sobre el desempeño académico y las cualificaciones personales del Postulante o Candidato(a). Estos informes se presentarán a solicitud del Obispo y de la Comisión, por lo menos una vez al año. Los seminarios suelen ofrecer una evaluación completa a comienzos de la primavera durante el segundo año académico del postulante/candidato. Las otras dos evaluaciones son bastante generales a menos que el seminarista no esté progresando tan bien como debiera. La evaluación de último año incluye una recomendación del cuerpo docente para ordenar. Si la diócesis elige utilizar el Examen General para la Ordenación, la Junta de Capellanes Examinadores envía los formularios a cada diócesis en el otoño. Los exámenes tienen lugar durante la primera semana de enero y los resultados suelen llegar al candidato y al obispo a fines de febrero o comienzos de marzo. (k) Dentro de los 36 meses previos a la ordenación al Diaconado, bajo este Canon, se deberá cumplir con los siguientes pasos Algunos obispos y comisiones desean tener esta información antes de que el nominado sea admitido como postulante. En tales casos, con frecuencia el tiempo de preparación para la ordenación excederá el plazo de 36 meses de vigencia de dichos documentos los cuales tendrán que ser actualizados. (1) una verificación de antecedentes, de acuerdo con los criterios establecidos por el Obispo y el Comité Permanente. La verificación de antecedentes incluye, en general, una investigación de antecedentes penales, así como un informe crediticio y el historial de conducción. Otros elementos de la indagación incluyen la investigación de antecedentes de conducta sexual inapropiada en lugares de empleo anteriores. Muchas diócesis hacen una investigación que se remonta 10 años. (2) una evaluación médica y psicológica por parte de profesionales aprobados por el Obispo, utilizando formularios preparados para tal fin por el Church Pension Fund y, si se desea o si fuere necesario, una remisión al psiquiatra. Las evaluaciones psicológicas suelen incluir una entrevista y la administración de exámenes tales como el MMPI. Algunas diócesis disponen una visita de seguimiento para que el psicólogo(a) pueda repasar sus hallazgos con el nominado(a). Algunas diócesis permiten que el nominado(a) reciba una copia de la evaluación psicológica; otras no. Si la información va a distribuirse, deberá prepararse una autorización que nombre a las personas que tendrán acceso a la evaluación psicológica. (l) Se conservarán de manera permanente en los archivos del Obispo los informes de todas las investigaciones y exámenes los cuales pasarán a formar parte del expediente diocesano permanente. Sec. 6: Ordenación al Diaconado para quienes han sido llamados al Presbiterado Los candidatos deberán ser ordenados al diaconado antes de poder ser ordenados al sacerdocio. El período del diaconado no será inferior a seis (6) meses. (a) Un candidato debe ser ordenado Diácono antes de ser ordenado Presbítero. (b) Para ser ordenada al Diaconado en virtud de este canon, una persona debe haber cumplido los 24 años de edad. (c) El Obispo requerirá por escrito y proporcionará al Comité Permanente: (1) una petición del Candidato solicitando ser ordenado Diácono de conformidad con este Canon. (2) una carta de respaldo de la congregación u otra comunidad de fe, firmada y fechada por al menos dos tercios de la Junta Parroquial y el Clérigo u otro líder supervisor. (3) comprobante escrito de admisión del Candidato al Postulantado y a la Candidatura, indicando las fechas de admisión. Esta carta ya no tiene que venir del obispo como se requería en los cánones del año 2000. Si el obispo ha designado a alguien para facilitar el proceso de ordenación, esa persona podría ofrecer dicho comprobante escrito. (4) un certificado del seminario o de otro programa de preparación, que muestre los registros académicos del Candidato en las materias requeridas por los Cánones donde se incluya una evaluación y una recomendación de las cualificaciones personales del Candidato para ser ordenado y una recomendación específica para la ordenación al Diaconado conforme este Canon. (5) un certificado de la Comisión donde se recomiende la ordenación al Diaconado en virtud de este Canon. (d) Al recibo de dichas certificaciones, el Comité Permanente, con el consentimiento de la mayoría de sus miembros, certificará que se han cumplido los requisitos canónicos para la ordenación al Diaconado conforme a este Canon y que no existen objeciones suficientes por motivos médicos, psicológicos, morales o espirituales y, por tanto, recomiendan la ordenación por medio de un testimonio dirigido al Obispo según la fórmula que se especifica a continuación la cual irá firmada por los miembros del Comité Permanente que han dado su consentimiento. Al Rvdmo. _________,Obispo de _________: Nosotros, el Comité Permanente de _________, habiéndonos reunido debidamente en _________, damos fe de que A.B. quien desea ser ordenado al Diaconado y al Presbiterado en virtud del Canon III.8 nos ha presentado los certificados conforme a lo requerido por los Cánones que indican la preparación de A.B. para la ordenación al Diaconado en virtud del Canon III.8; y certificamos que se han cumplido todos los requisitos Canónicos para la ordenación al Diaconado y que no encontramos objeciones a la ordenación. Por lo tanto, recomendamos a A.B. para la ordenación. En fe de lo cual, ponemos nuestra firma este día _________ del mes de _________, del año de nuestro Señor ________. (Firma) ______________________ (e) Una vez que se haya presentado el testimonio al Obispo y no habiendo objeciones por motivos médicos, psicológicos, morales o espirituales, el Obispo podrá ordenar al Candidato al Diaconado, y al momento de la ordenación el Candidato deberá firmar públicamente y hacer, en presencia del Obispo, la declaración que se dispone en el Artículo VIII de la Constitución. Sec. 7. Ordenación al Presbiterado (a) Una persona puede ser ordenada al Sacerdocio: (1) después de por lo menos seis meses de la ordenación como Diácono en virtud de este Canon y dieciocho meses a partir del momento de la aceptación escrita de la nominación por parte de la Persona Nominada como se dispone en el canon III. 8.2(b), y (2) no antes de haber cumplido 24 años de edad y (3) si el examen médico y psicológico y la indagación de antecedentes han tenido lugar o se han actualizado dentro de los 36 meses previos a la ordenación como Presbítero. (b) El Obispo requerirá por escrito y proporcionará al Comité Permanente lo siguiente: (1) una petición del Diácono solicitando la ordenación como Presbítero, que incluya las fechas de su admisión al Postulantado y a la Candidatura y de la ordenación como Diácono de conformidad con este Canon, (2) una carta de respaldo de la congregación del Diácono u otra comunidad de fe, firmada y fechada por al menos dos tercios de la Junta Parroquial y por el Clérigo u otro líder supervisor, (3) un comprobante de admisión al Postulantado y a la Candidatura que incluya las fechas de admisión y ordenación al Diaconado, (4) un certificado del seminario o de otro programa de preparación el cual se presentará a la culminación del programa de preparación e incluirá el registro académico del Diácono en las materias requeridas por los Cánones así como una evaluación con una recomendación de las otras cualificaciones personales del Diácono para la ordenación junto con una recomendación respecto de la ordenación al Presbiterado y (5) una declaración emitida por la Comisión que ateste la conclusión satisfactoria del programa de formación diseñado durante el Postulantado de conformidad con el Canon III.8.5 y la competencia en las áreas obligatorias de estudio y que recomiende al Diácono para la ordenación al Presbiterado. (c) Al recibo de las certificaciones, el Comité Permanente, con el consentimiento de la mayoría de sus miembros, certificará que se han cumplido los requisitos Canónicos para la ordenación al Presbiterado y que no hay objeciones por motivos médicos, psicológicos, morales, o espirituales y que recomienda la ordenación, por medio de un testimonio dirigido al Obispo siguiento la fórmula que se especifica a continuación y firmada por los miembros del Comité Permanente que dan su consentimiento. Al Reverendísimo _________, Obispo de _________: Nosotros, el Comité Permanente de _________, habiéndonos reunido debidamente en _________, damos fe de que A.B. quien desea ser ordenado(a) al Presbiterado nos ha presentado los certificados conforme a lo requerido por los Cánones que indican la preparación de A.B. para la ordenación al Presbiterado y certificamos que se han cumplido todos los requisitos Canónicos para la ordenación al Presbiterado y que no encontramos objeciones para la ordenación. Por lo tanto, recomendamos a A.B. para la ordenación. En testimonio de lo cual, ponemos nuestra firma este día _________ del mes de _________, del año de nuestro Señor ________. (Firma) ______________________ (d) Una vez que se haya presentado la carta de recomendación al Obispo y no habiendo objeciones por motivos médicos, psicológicos, morales o espirituales, el Obispo podrá ordenar al Diácono al Presbiterado; y al momento de la ordenación el Diácono deberá firmar públicamente y, en presencia del Obispo, hacer la declaración que se dispone en el Artículo VIII de la Constitución. (e) A ningún Diácono se le ordenará Presbítero antes de haber sido nombrado para servir en algún Curato Parroquial dentro de la jurisdicción de esta Iglesia o como Misionero sujeto a la Autoridad Eclesiástica de una Diócesis o como funcionario de alguna Sociedad Misionera reconocida por la Convención General o como Capellán de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos o como Capellán de algún hospital u otra institución asistencial reconocidos o como Capellán o instructor de alguna escuela, universidad u otro seminario o sin tener alguna otra oportunidad para el ejercicio del oficio de Presbítero dentro de la Iglesia que el Obispo juzgue apropiada. (f) Una persona ordenada para el Diaconado de conformidad con el Canon III.6 que sea llamada luego al Presbiterado deberá cumplir con los requisitos del Postulantado y la Candidatura que se disponen en este Canon. Una vez que estos requisitos se cumplan, el Diácono puede ser ordenado Presbítero. Este requisito es adicional a los cánones del 2000 donde el postulantado y la candidatura eran cánones separados y podían aplicarse tanto al diaconado como al presbiterado. RECURSOS Diócesis del Este de Tennessee: http://www.etdiocese.net Diócesis de Los Angeles: http://www.ladiocese.org, Formation in Faith, Clergy Formation Diócesis de Massachusetts: http://www.diomass.org, Governance and Administration, Commission on Ministry, 2006 Ordination Discernment Handbook Diócesis de Michigan: contactar al Canon para el Desarrollo Ministerial en la oficina diocesana Diócesis de Milwaukee: http://www.diomil.org, Resources, Commission on Ministry, Ordination Process Diócesis de Minnesota: http://www.episcopalmn.org, Governance, Commission on Ministry, Handbook for Holy Orders Diócesis de Missouri: http://www.missouri.anglican.org, Making Disciples, Commission on Ministry, Discernment Handbook Diócesis de Newark: http://www.dioceseofnewark.org, Ministry Resources Diócesis del Norte de Michigan: http://www.upepiscopal.org, Ministry Development Diócesis de Rochester: http://www.rochesterepiscopaldiocese.org, Vocational Discernment Handbook Diócesis del Sur de Ohio: http://www.episcopal-dso.org, Vocations, Handbook on Ordination Process Diócesis del norte de Carolina del Sur: http://www.edusc.org, Ministry, School of Ministry Diócesis de Utah: http://www.episcopal-ut.org, Handbook on Ministry CANON 9: Vida y Obra de los Presbíteros Este canon sienta las bases para el trabajo de los sacerdotes en la iglesia. CANON 9: De la Vida y Obra de los Presbíteros Sec. 1. El Obispo y la Comisión requerirán y ofrecerán educación continua a los Presbíteros y llevarán un registro de dicha educación. Es importante anotar que la primera sección de este canon sobre la vida y obras de los presbíteros aclara que se habrá de requerir y ofrecer educación continua para todos los sacerdotes de la diócesis. Recursos: Diócesis del Este de Tennessee: http://www.etdiocese.net, Clergy and Lay Professionals Diócesis de Kentucky: http://www.episcopalky.org, Church Resources, Forms Diócesis de Missouri: http://www.missouri.anglican.org, Making Disciples, Commission on Ministry, Continuing Education Las siguientes diócesis tienen programas de Educación Continua que no aparecen en sus sitios web diocesanos: Hawai, Norte de Michigan, Olympia, Sur de Ohio y Wyoming Sec. 2. Asignación de Mentores para Presbíteros recién ordenados El Obispo asignará a cada Presbítero recién ordenado, ya sea que esté o no empleado, un Presbítero mentor en consulta con la Comisión para el Ministerio. El mentor y el nuevo Presbítero se reunirán periódicamente por espacio mínimo de un año con el fin de ofrecer orientación, información y un diálogo continuo acerca del ministerio sacerdotal. La COM y el obispo deberán cerciorarse de que haya una buena compatibilidad entre el sacerdote y su mentor. Los obispos y las COM deberán tener en cuenta las cualidades del mentor para asegurarse de que esta relación vulnerable fomente una oportunidad de aprendizaje. En muchas diócesis, se utiliza un proceso en grupo para este fin (como por ejemplo el programa “Fresh Start”). Se considera que esta relación o programa ha de durar un año como mínimo. Recursos: Programa para nuevos presbíteros “Fresh Start” Sec. 3. Nombramientos de un Presbítero (a) Rectores (1) Cuando una Parroquia se encuentre sin Rector, los Guardianes u otros funcionarios notificarán por escrito y a la brevedad posible a la Autoridad Eclesiástica. Si han pasado 30 días sin que la Parroquia pueda ofrecer servicios de culto público, la Autoridad Eclesiástica tomará las medidas necesarias para prestarlos. (2) Ninguna Parroquia podrá elegir a un Rector antes que los nombres de los nominados propuestos hayan sido enviados a la Autoridad Eclesiástica y sin que se otorgue un plazo, no mayor de sesenta (60) días, a la Autoridad Eclesiástica para que se comunique con la Junta Parroquial ni antes de que dicha comunicación se considere en una reunión debidamente convocada y efectuada para tal propósito. (3) Se deberá enviar una notificación por escrito a la Autoridad Eclesiástica, firmada por los Guardianes, informándole acerca de la elección de un Rector. Si la Autoridad Eclesiástica está conforme con que la persona así elegida es un Presbítero debidamente calificado y que ha aceptado el oficio para el que se la eligió, se notificará al Secretario(a) de la Convención quien procederá a asentar el registro correspondiente. La raza, el color, el origen étnico, el sexo, la nacionalidad, el estado civil, la orientación sexual, las discapacidades o la edad, excepto si se especifica lo contrario en estos Cánones, no habrán de incidir en la determinación por parte de la Autoridad Eclesiástica sobre si dicha persona es o no un Presbítero debidamente calificado. El registro de la notificación constituirá prueba suficiente de la relación entre el Presbítero y la Parroquia. (4) El Rector puede firmar una carta contrato con la Parroquia donde se establezcan las responsabilidad mutuas, siempre y cuando el Obispo otorgue su aprobación. (b) Presbíteros Encargados Luego de consultar con la Junta Parroquial, el Obispo podrá nombrar a un Presbítero para que funja como Encargado de cualquier congregación que no tenga Rector. En dichas congregaciones, el Presbítero Encargado cumplirá con las funciones de Rector que se describen en el Canon III. 9.5, con sujeción a la autoridad del Obispo. (c) Asistentes Un Presbítero que sirva en una Parroquia como asistente, independientemente del título con que se le designe, será seleccionado por el Rector y, cuando los cánones de la Diócesis así lo dispongan, estará sujeto a la aprobación de la Junta Parroquial, y servirá bajo la autoridad y dirección del Rector. Antes de la selección de un asistente, se informará el nombre del Presbítero propuesto al Obispo y se dispondrá un plazo no mayor de sesenta días para que el Obispo se comunique con el Rector y la Junta Parroquial respecto de la selección propuesta. En el evento de que el Rector renuncie o fallezca o en caso de que haya disolución de la relación pastoral entre el Rector y la Junta Parroquial, un asistente podrá continuar al servicio de la Parroquia si así se lo pide la Junta Parroquial bajo las condiciones que el Obispo y la Junta Parroquial determinen. Un asistente puede seguir sirviendo a petición del nuevo Rector. Los asistentes pueden firmar una carta contrato con el Rector y la Junta Parroquial donde se establezcan las responsabilidades mutuas y que contenga una cláusula de disolución claramente dispuesta, con sujeción a la aprobación del Obispo. (d) Capellanes (1) La Oficina del Obispo Sufragáneo para las Fuerzas Armadas puede darle respaldo eclesiástico a un Presbítero para que sirva como Capellán de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos de América o de la Administración de Veteranos o de cualquier institución correccional federal, sujeto a la aprobación de la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis en la cual el Presbítero tiene su domicilio canónico. (2) Cualquier Presbítero que preste servicio activo en las Fuerzas Armadas conservará su domicilio canónico y estará bajo la supervisión eclesiástica del Obispo de la Diócesis donde tiene su domicilio, aun cuando su trabajo como capellán esté bajo la supervisión general de la Oficina del Obispo Sufragáneo para las Fuerzas Armadas o cualquier otro Obispo que el Obispo(a) Presidente designe para tal fin. (3) Todo Presbítero que preste servicios en una instalación militar o en una instalación de la Administración de Veteranos o en una institución correccional federal, no estará sujeto a los Cánones III.9.3.(e)(1) ó III.9.4.(a). Cuando un Capellán sirva en un lugar que no sea una instalación militar o una instalación de la Administración de Veteranos o una institución correccional federal, estará sujeto a dichas secciones. (e) Empleo de Presbíteros en otros lugares (1) Cualquier Presbítero que haya dejado un cargo en esta Iglesia sin haber recibido una convocatoria para un nuevo puesto eclesiástico y que desee continuar ejerciendo el oficio de Presbítero habrá de notificar a la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis donde tiene su domicilio canónico e indicará al Obispo que existen oportunidades razonables para ejercer el oficio de Presbítero y que se aprovecharán tales oportunidades. Una vez que se haya determinado que la persona tendrá y aprovechará las oportunidades para ejercer el oficio de Presbítero, el Obispo, con la asesoría y el consentimiento del Comité Permanente, podrá aprobar el ejercicio continuo del oficio con la condición de que el Presbítero presente un informe anual escrito, de la manera prescrita por el Obispo, conforme se dispone en el Canon I.6.2. (2) (i) Un Presbítero que no esté en desempeño de un cargo parroquial y que se traslade a otra jurisdicción deberá informarle al Obispo de aquella jurisdicción en el plazo de sesenta días después del traslado. (ii) El Presbítero: (a) Podrá oficiar o predicar en aquella jurisdicción sólo de conformidad con los términos del Canon III.9.5.(a). (b) Notificará tal traslado, por escrito y dentro de sesenta (60) días, a la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis donde tiene su domicilio canónico. (c) Enviará una copia del informe requerido por el Canon I.6.2 a la Autoridad Eclesiástica a cuya jurisdicción se ha trasladado. (iii) Al recibir la notificación del traslado requerida por el Canon III.9.3.(e)(2)(b)(ii), la Autoridad Eclesiástica, a su vez, notificará por escrito a la Autoridad Eclesiástica a la que se ha trasladado la persona. (3) Si el Presbítero no cumple con las disposiciones de este Canon, el Obispo de la Diócesis en la cual el Presbítero tiene su domicilio canónico, podrá proceder de conformidad con el Canon IV.11. La sección sobre “Nombramientos de un Presbítero” explica las cinco categorías de nombramientos posibles para un sacerdote. Los cánones diocesanos pueden incluir requisitos adicionales para los nombramientos. Los presbíteros que se nombren como asistentes de algún tipo pueden firmar una carta contrato que especifique sus responsabilidades y compensaciones. La sección 3(a)(2) pone de manifiesto la importancia para los presbíteros de tener un perfil actualizado (en los últimos dos años) en la base de datos de la Oficina de Colocación de Clérigos (Clergy Deployment Office) en la Sede de la Iglesia Episcopal. Recursos: Cartas Contrato Fresh Start: http://www.episcopalfreshstart.org, Living into Our Ministries Sitio Web para capellanes: http://www.ecusa-chaplain.org, AHE, Association of Health Care Chaplains Diócesis de Delaware: http://www.dioceseofdelaware.net, Active Clergy Guide for Part Time Clergy Sec. 4. Carta Dimisoria (a) Un Presbítero que desee obtener su domicilio canónico en una Diócesis deberá solicitar un testimonio de la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis donde tiene su actual domicilio canónico a fin de presentarlo ante la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis donde desea domiciliarse, testimonio el cual le será entregado al solicitante por la Autoridad Eclesiástica pudiendo enviar un duplicado del mismo a la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis donde se propone transferirse el presbítero en cuestión. El testimonio irá acompañado por un registro de los pagos hechos al Church Pension Fund por o a nombre del Presbítero y podrá incluir un expediente con los cursos de capacitación, educación continua y ejercicio de los ministerios. El testimonio se escribirá con la fórmula siguiente: Por medio del presente certifico que A.B., quien me ha expresado su deseo de transferir su domicilio a la Autoridad Eclesiástica de __________, es Presbítero activo en __________ y, según mi leal saber y entender, no ha sido sujeto con causa justa de ningún informe en su contra por errores de religón ni por inmoralidad de vida, en los últimos tres años. (Fecha)_________ (Firmado) _______________ (b) Dicho testimonio lleva el nombre de Carta Dimisoria. Si la Autoridad Eclesiásitica acepta la Carta Dimisoria, el domicilio canónico del Presbítero, así transferido, datará a partir de la fecha de aceptación de la misma de la cual se dará pronta notificación tanto al solicitante como a la Autoridad Eclesiástica que la emitió. (c) Una Carta Dimisoria que no se presente en el plazo de seis (6) meses a partir de su entrega al solicitante quedará sin vigencia. (d) Si un Presbítero ha sido convocado a un Curato en una congregación de otra Diócesis, deberá presentar una Carta Dimisoria. Será deber de la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis aceptarla en un plazo de tres meses, a menos que el Obispo o el Comité Permanente haya recibido información confiable con respecto al carácter o conducta del Presbítero en cuestión, que constituya fundamento suficiente para proceder con una indagación y una denuncia de tipo canónico. En tal caso, la Autoridad Eclesiástica notificará al respecto a la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis en la cual el Presbítero tiene su domicilio canónico y no tendrá que aceptar la Carta Dimisoria a menos que el Presbítero haya sido exculpado de toda acusación. La Autoridad Eclesiástica no se rehusará a aceptar la Carta Dimisoria por motivos de raza, color, origen étnico, sexo, nacionalidad, estado civil, orientación sexual, discapacidades o edad de la persona. (e) Ningún Presbítero será puesto a cargo de una congregación de la Diócesis a la cual se ha trasladado sin antes haber obtenido de la Autoridad Eclesiástica de dicha Diócesis una certificación en los siguientes términos: Certifico, por medio de la presente, que A.B. ha sido trasladado canónicamente a mi jurisdicción y que es un Presbítero activo. (Fecha) __________ (Firma) _______________ (f) Ninguna persona a quien se le haya negado la ordenación o la recepción como Candidato(a) en una Diócesis, y que luego haya sido ordenada en otra Diócesis, será transferida a la Diócesis en la cual tuvo lugar tal denegación, sin el consentimiento de su Autoridad Eclesiástica. Sec. 5. Rectores y Presbíteros Encargados y sus Deberes (a) (1) La autoridad y la responsabilidad de la dirección del culto y la jurisdicción espiritual de la parroquia están investidas completamente en el Rector o Presbítero Encargado, sujeto a las rúbricas del Libro de Oración Común, a la Constitución y Cánones de la Iglesia y a la dirección pastoral del Obispo. (2) Para efectos del cargo y para el pleno y libre ejercicio de todas las funciones inherentes al mismo, el Rector o Presbítero Encargado tendrá derecho, en todo momento, al uso y control de la Iglesia y de los edificios parroquiales junto con todos sus muebles y enseres y tendrá acceso a todos los libros y registros mantenidos por o en nombre de la congregación. (b) (1) Será deber del Rector o Presbítero Encargado asegurarse de que todas las personas a su cargo reciban instrucción en las Sagradas Escrituras, en las materias contenidas en el Bosquejo de la Fe, comúnmente llamado Catecismo, en la doctrina, disciplina y culto de esta Iglesia y en el ejercicio de su ministerio como personas bautizadas. (2) Será deber de los Rectores o Presbíteros Encargados asegurarse de que todas las personas bajo su cuidado reciban instrucción sobre la mayordomía cristiana, incluyendo: (i) reverencia por la creación y por el correcto uso de los dones de Dios; (ii) la generosa y consecuente ofrenda de tiempo, talento y dinero para la misión y el ministerio de la Iglesia dentro y fuera del país; (iii) la norma bíblica del diezmo para la mayordomía financiera y (iv) la responsabilidad de todas las personas de hacer un testamento tal como se dispone en el Libro de Oración Común. (3) Será deber de los Rectores o Presbíteros Encargados asegurarse de preparar a las personas para el Bautismo. Antes de bautizar a infantes, los Rectores o Presbíteros Encargados prepararán e instruirán a los padres y a los padrinos en lo relativo al significado del Sagrado Bautismo, las obligaciones de padres y padrinos en la formación cristiana del niño bautizado y cómo habrán de cumplirlas adecuadamente. (4) Será deber de los Rectores o Presbíteros Encargados motivar y preparar a las personas para la Confirmación, la Recepción y la Reafirmación de los Votos Bautismales y presentar sus nombres al Obispo. (5) Al ser notificado de la intención del Obispo de visitar una congregación, el Rector o Presbítero Encargado anunciará el hecho a la congregación. En cada visita será deber del Rector o del Presbítero Encargado y de los Guardianes, la Junta Parroquial u otros funcionarios, presentar al Obispo el registro parroquial e informarle acerca del estado espiritual y temporal de la congregación, en aquellas categorías que el Obispo haya solicitado por escrito previamente. (6) Las Limosnas y Ofrendas, no designadas específicamente para otro fin, recolectadas durante la Administración de la Sagrada Comunión un domingo de cada mes calendario y otras ofrendas para los pobres se entregarán en depósito al Rector o Presbítero Encargado o a un funcionario de la Iglesia que éste haya designado para ser dedicadas a los usos piadosos y caritativos que el Rector o Presbítero Encargado estime convenientes. Cuando una Parroquia se encuentre sin Rector o sin Presbítero Encargado, la Junta Parroquial nombrará a un miembro de la Parroquia para desempeñar esa función. (7) Cada vez que la Cámara de los Obispos emita una Carta Pastoral, será deber del Rector o Presbítero Encargado leerla a la congregación en una ocasión del culto público en un Día del Señor, o hacer copias de la misma para distribuirlas entre los miembros de la congregación a más tardar treinta días después de haberla recibido. (8) Cada vez que la Cámara de los Obispos adopte un Documento de Opinión y requiera comunicar el contenido del mismo a la feligresía de la Iglesia, el Rector o Presbítero Encargado habrá de informar acerca de su contenido según se dispone en la sección anterior de este Canon. (c) (1) Será deber del Rector o Presbítero Encargado asentar en el Registro Parroquial todos los Bautismos, Confirmaciones (incluso los equivalentes canónicos del Canon I.17.1(d)), Matrimonios y Entierros. (2) El registro de cada Bautismo será firmado por el Clérigo que oficie. (3) El Rector o Presbítero Encargado inscribirá en el Registro Parroquial a todas las personas que hayan recibido el Santo Bautismo, a todos los comulgantes, a todas las personas que hayan recibido la Confirmación (incluidos los equivalentes canónicos que se mencionan en el Canon I.17.1(d)), a todas las personas fallecidas y a todas las que han sido aceptadas o removidas por medio de una carta de transferencia. El Rector o Presbítero Encargado habrá de escribir también en el Registro Parroquial los nombres de (1) aquellas personas cuyo domicilio no sea conocido, (2) aquéllas cuyo domicilio sea conocido pero que estén inactivas y (3) aquellas familias y personas que se encuentren activas dentro de la congregación. El Registro Parroquial deberá permanecer en la congregación en todo momento. Este canon constituye una descripción del cargo de rector y rector encargado. Cada diócesis puede incluir resposabilidades y expectativas adicionales. Esta sección es útil para el desarrollo de equipos ministeriales y para sacerdotes recién ordenados. La Sección 5(a) de este canon supone que todo rector y sacerdote encargado entiende y está dispuesto a cumplir las enseñanzas del Libro de Oración Común, la constitución y los cánones de esta iglesia y la dirección pastoral del obispo diocesano. La Sección 5(b) trata de ciertas responsabilidades para sacerdotes en congregaciones. El canon supone la existencia de una confianza implícita en que el rector o presbítero encargado se conducirá de conformidad con los cánones y honrará el uso de todas las edificaciones y registros de la iglesia. Recursos: Fresh Start Sec. 6. Licencias (a) Ningún Presbítero predicará, administrará los sacramentos ni oficiará en ningún culto público, dentro de los límites de ninguna Diócesis que no fuere aquella en que tiene su domicilio canónico sin una licencia de la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis en la cual el Presbítero desee oficiar. A ningún Presbítero se le denegará una licencia debido a su raza, color, origen étnico, sexo, nacionalidad, estado civil, orientación sexual, discapacidades o edad, excepto si se dispone lo contrario en estos cánones. El Presbítero deberá dejar de oficiar de inmediato cuando se venza la licencia o cuando le sea retirada. (b) Ningún Presbítero oficiará en una congregación, ya sea predicando, leyendo oraciones en culto público o realizando alguna otra función similar sin el consentimiento del Rector o del Presbítero Encargado de la misma, excepto en los casos siguientes: (1) Cuando el Rector o el Presbítero Encargado esté ausente o impedido y si no existiesen disposiciones para ofrecer dichos oficios en la congregación u otra comunidad de fe, un Guardián podrá dar su consentimiento. (2) Si existen dos o más congregaciones o Iglesias en un Curato, como se contempla en el Canon I.13.3(b), el consentimiento puede ser otorgado por la mayoría de los Presbíteros Encargados de las mismas o por el Obispo; siempre y cuando ningún aspecto de esta sección impida que algún clérigo de esta Iglesia oficie con el consentimiento del Rector o del Presbítero Encargado en la iglesia o lugar de culto público utilizado por la congregación del Rector o Presbítero Encargado que da su consentimiento o en privado para miembros de la congregación; o en ausencia del Rector o Presbítero Encargado, con el consentimiento de los Guardianes o Síndicos de la congregación y siempre y cuando también se obtenga, de ser necesario, la licencia de la Autoridad Eclesiástica según lo dispuesto en el Canon III.9.5(a). (3) Este Canon no se aplicará a ninguna iglesia, capilla u oratorio que sea parte de los terrenos de una institución corporativa creada por autoridad legislativa, siempre que tal lugar de culto haya sido designado y dedicado para uso de esa institución y no como lugar de culto público o parroquial. (c) Ningún Rector o Presbítero Encargado de cualquier congregación de esta Iglesia, o si no lo hubiere, ningún Guardián o miembro de la Junta Parroquial o Síndico de ninguna congregación habrá de permitir que persona alguna oficie en la congregación sin pruebas suficientes de que tal persona está debidamente autorizada y ordenada y que es miembro activo de esta Iglesia; no obstante, nada de lo dispuesto en estos cánones impedirá que: (1) La Convención General, por Canon o de otra manera, autorice a personas para que oficien en congregaciones de conformidad con los términos que estime conveniente; o (2) El Obispo de cualquier Diócesis otorgue permiso (i) A un Clérigo de esta Iglesia de invitar a un Clérigo de otra Iglesia para ayudar en oficios del Libro de Oración Común como el Santo Matrimonio o el Rito de Entierro o en la lectura de la Oración Matutina o Vespertina, del modo que lo específica el Canon III.9.5 ó (ii) A un Presbítero de cualquier otra Iglesia de predicar el Evangelio o, en un servicio ecuménico, de ayudar en la administración de los sacramentos o (iii) A personas piadosas que no sean Clérigos de esta Iglesia de dirigirse a la Iglesia en ocasiones especiales o (iv) A al Rector o Presbítero Encargado de una congregación, o en caso de que no lo hubiere, a los Guardianes, de invitar a un clérigo ordenado en otra Iglesia en comunión con esta Iglesia a oficiar ocasionalmente, siempre que dicho clérigo instruya y actúe de una manera coherente con la doctrina, la disciplina y el culto de esta Iglesia. (d) Si algún Clérigo o el Presbítero a Cargo abandona el desempeño de los oficios habituales de la congregación, ya sea por incapacidad o por cualquier otra causa, y se rehúsa sin razón justificada a dar su consentimiento para que otro Clérigo debidamente calificado realice dichos oficios, los Guardianes, la Junta Parroquial o los Síndicos de la congregación, al presentar pruebas ante la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis de tal abandono o repulsa y con el consentimiento escrito de la Autoridad Eclesiástica, quedarán facultados para permitir que oficie cualquier Clérigo debidamente calificado. (e) Cualquier Presbítero que desee oficiar temporalmente fuera de la jurisdicción de esta Iglesia pero en una Iglesia en comunión con ella, habrá de obtener de la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis en la cual tiene su domicilio canónico, un testimonio que establezca su posición oficial y el cual puede redactarse con la fórmula siguiente: Certifico, por medio del presente, que A.B., quien me ha expresado su deseo de que se le permita oficiar temporalmente en Iglesias fuera de la jurisdicción de la Iglesia Episcopal, pero en comunión con ella, es un Presbítero activo de ____________ y como tal tiene los derechos y privilegios de su Orden. (Fecha) __________ (Firma) _______________ Este testimonio tendrá vigencia de un año al término del cual habrá de ser devuelto a la Autoridad Eclesiástica. La Autoridad Eclesiástica que otorga el testimonio asentará el nombre del Presbítero a quien le fue otorgado, la fecha en que se otorgó y la fecha de su devolución. Las licencias permiten que un clérigo pueda oficiar fuera de su residencia canónica cuando así se precise. El proceso de licenciamiento asigna un nivel de responsabilidad y ofrece seguridad en el sentido de que el clérigo está autorizado para desempeñar los deberes requeridos. Sec. 7. De la renuncia o retiro obligatorio Al cumplir la edad de setenta y dos años, todo Presbítero deberá retirarse de todo cargo de servicio activo en esta Iglesia y su renuncia será aceptada. De ahí en adelante, el Presbítero podrá aceptar cualquier puesto en esta Iglesia, incluso el cargo o cargos al que renunció de conformidad con esta sección, con el consentimiento de la Autoridad Eclesiástica; Siempre y cuando (a) el tiempo de servicio en tal puesto sea por un período no mayor de doce meses, el cual puede ser renovado periódicamente, (b) dicho servicio tenga la aprobación expresa del Obispo de la Diócesis en la cual ha de desempeñarse el cargo, actuando en consulta con la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis en la cual el Presbítero tiene su domicilio canónico. (c) No obstante cualquier disposición contraria en este Canon, un Presbítero que haya prestado servicios voluntarios en algún puesto antes de su retiro podrá, a petición del Obispo, prestar servicios en el mismo puesto durante un término que no excederá doce meses de ahí en adelante, término el cual se podrá renovar. El término “retiro” se entiende aquí como un retiro del cargo actual. Una persona puede seguir trabajando como sacerdote por períodos de 12 meses renovables. El retiro obligatorio a la edad de 72 está de acuerdo con los cánones que tratan lo concerniente a diáconos y obispos. Está de acuerdo también con las pautas del Church Pension Fund. Los clérigos que hayan pasado de la edad de retiro obligatorio, que según los cánones es al cumplir los 72 años, podrán licenciarse para servir en cargos por el término de un año renovable por nombramiento. Sec. 8. Renunciamiento del Ministerio Ordenado Si un Presbítero de esta Iglesia, sin sujeción a las disposiciones del Canon IV.8, manifestase por escrito al Obispo de la Diócesis en la cual tiene su domicilio canónico su renunciamiento al Ministerio Ordenado de esta Iglesia y su deseo de separarse del mismo, será el deber del Obispo registrar la declaración y solicitud así presentadas. El Obispo, una vez convencido de que la persona declarante no está sujeta a las disposiciones del Canon IV.8 y que está actuando voluntariamente y por causas, manifiestas o conocidas, que no afectan el carácter moral del Presbítero, presentará el asunto ante los clérigos del Comité Permanente y, con el consejo y consentimiento de la mayoría de dichos miembros, podrá pronunciar la aceptación de dicho renunciamiento y liberar al Presbítero de las obligaciones del cargo Ministerial y privarlo del derecho a ejercer los dones y la autoridad espiritual de un Ministro de la Palabra y los Sacramentos de Dios que le fueron conferidos en la Ordenación. El Obispo también declarará, al pronunciar y anotar dicha acción, que fue por causas que no afectan el carácter moral de la persona y podrá, si así lo desea, entregar un certificado a este efecto a la persona así removida del Ministerio Ordenado. Sec. 9. Un Presbítero a quien le esté permitido, conforme a este Canon, renunciar al ejercicio del oficio ordenado y que desee ingresar a otro trabajo distinto del eclesiástico, podrá declarar por escrito a la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis en la cual tiene su domicilio canónico el deseo de ser liberado de las obligaciones del oficio y de ser liberado del ejercicio del oficio de Presbítero. Una vez recibida tal declaración, la Autoridad Eclesiástica habrá de proceder de la misma manera que si la declaración fuera de renunciamiento al Presbiterado según lo previsto en este Canon. Sec. 10. Si un Presbítero que hiciese la anterior declaración de renunciamiento al Ministerio ordenado fuese objeto de una Denuncia por cualquier Delito o si hubiese sido enjuiciado por el mismo, la Autoridad Eclesiástica ante quien se haya hecho la declararación no considerará ni tomará decisión alguna con respecto a la misma sin que antes se haya retirado la denuncia o se haya concluido el juicio y el Presbítero haya sido declarado inocente de haber cometido delito alguno. Sec. 11. En el caso de que un Presbítero renuncie al Ministerio Ordenado según se dispone en este Canon, el Obispo hará una declaración de remoción en presencia de dos o más Presbíteros, la cual será asentada en los registros oficiales de la Diócesis en la cual el Presbítero depuesto tiene su domicilio canónico. El Obispo que pronuncie la declaración de remoción, según se dispone en este Canon, notificará por escrito a todos los Clérigos, a cada Junta Parroquial, al Secretario de la Convención y al Comité Permanente de la Diócesis en la cual el Presbítero tenía su domicilio canónico; a todos los Obispos de esta Iglesia, a la Autoridad Eclesiástica de cada Diócesis de esta Iglesia, al Obispo Presidente; al Registrador de Ordenaciones, al Secretario de la Cámara de los Obispos, al Secretario de la Cámara de Diputados; al Church Pension Fund y a la Junta de Colocaciones de la Iglesia. Sec. 12. Reconciliación de Desacuerdos que Afecten la Relación Pastoral. Cuando en una parroquia la relación pastoral entre el Rector y la Junta Parroquial o la Congregación se encuentre en peligro por desavenencias o disensión, y el Rector o la Junta Parroquial por una mayoría de votos determinan que los asuntos son graves, cualquiera de las dos partes podrá solicitar, por escrito, la intervención de la Autoridad Eclesiástica para ayudar a las partes a resolver sus desacuerdos. La Autoridad Eclesiástica iniciará los procesos que estime convenientes para ese propósito, según las circunstancias, incluyendo el nombramiento de un consultor. Las partes en desacuerdo, siguiendo las recomendaciones de la Autoridad Eclesiástica, trabajarán de buena fe para lograr la reconciliación. Cuando el Comité Permanente sea la Autoridad Eclesiástica, se solicitará al Obispo de una Diócesis vecina que desempeñe las funciones de Autoridad Eclesiástica en virtud de este Canon. Parte de la formación del clero consiste en dar instrucción con respecto a la Constitución y los Cánones de la Iglesia Episcopal, incluyendo el Título IV. Sec. 13. Disolución de la Relación Pastoral Excepto en caso de la renuncia obligatoria por motivo de la edad, un Rector no podrá renunciar a su cargo en una parroquia sin el consentimiento de su Junta Parroquial, ni ningún Rector canónica o legalmente elegido y encargado de una Parroquia podrá ser destituido de su cargo contra su voluntad por la Junta Parroquial, excepto por las razones que se disponen a continuación. Sec. 14. Si por alguna razón urgente un Rector o una Junta Parroquial desean disolver la relación pastoral, y las partes no logran llegar a un acuerdo, cada una de ellas podrá notificar por escrito a la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis. Cuando el Comité Permanente sea la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis, se le pedirá al Obispo de otra Diócesis que desempeñe los deberes del Obispo conforme a este Canon. Sec. 15. En un plazo de sesenta días a partir del recibo de la notificación por escrito, el Obispo, como pastor principal de la Diócesis, mediará las diferencias entre el Rector y la Junta Parroquial valiéndose de todos los medios informales que estime convenientes y podrá designar a un comité integrado por al menos un Presbítero y un Laico, ninguno de los cuáles podrá ser miembro de la Parroquia en cuestión, para que prepare un informe al Obispo. Sec. 16. Si las diferencias entre las partes no se resolvieran luego de concluida la mediación, el Obispo procederá de la manera siguiente: (a) Informando al Rector y a la Junta Parroquial de que se emitirá un dictamen piadoso sobre el asunto luego de consultar con el Comité Permanente y que cada una de las partes tiene el derecho de pedir por escrito, en un plazo de diez días, una oportunidad de reunirse con el Comité Permanente antes de que éste consulte con el Obispo. (b) En caso de que la solicitud se haga dentro del plazo determinado, el Presidente del Comité Permanente fijará la fecha de la reunión, la cual tendrá lugar a más tardar en treinta días. (c) En la reunión cada parte tendrá derecho a ser representada y a exponer plenamente su posición. (d) En un plazo de treinta días después de la reunión o después de la notificación del Obispo si no se solicita una reunión, el Obispo hablará con el Comité Permanente y oirá su recomendación; luego, como árbitro y juez final, emitirá un dictamen piadoso. (e) A petición de cualquiera de las partes, el Obispo explicará las razones del dictamen. Si la explicación se hace por escrito, se entregarán copias a ambas partes. (f) Si la relación pastoral ha de continuar, el Obispo exigirá a las partes que convengan en la definición de deberes y responsabilidades para el Rector y la Junta Parroquial. (g) Si la relación ha de disolverse: (1) El Obispo instruirá al Secretario de la Convención para que asiente la disolución. (2) El dictamen incluirá los términos y condiciones, incluidos los arreglos financieros, que el Obispo estime justos y compasivos. Sec. 17. En cualquier caso, el Obispo ofrecerá servicios apropiados de apoyo al Presbítero y a la Parroquia. Sec. 18. En caso de que alguna de las partes no cumpla o se niegue a cumplir con los términos del dictamen, el Obispo podrá aplicar las sanciones que se establecen en la Constitución y los Cánones de la Diócesis; a falta de disposiciones sobre sanciones en dicha Diócesis, el Obispo podrá actuar de la manera siguiente: (a) En el caso del Rector, suspenderlo del ejercicio del oficio sacerdotal hasta que haya acatado el dictamen. (b) En el caso de la Junta Parroquial, invocar cualquier sanción disponible, incluso la de recomendar a la Convención de la Diócesis que coloque a la Parroquia bajo la supervisión del Obispo como misión hasta que acate el dictamen. Sec. 19. Con causa justificada, el Obispo podrá extender los períodos que se especifican en este Canon, siempre que todo se haga para acelerar el proceso. A todas las partes se les notificará por escrito de la duración de cualquier extensión. Sec. 20. (a) Las declaraciones que se hagan en el curso de las deliberaciones bajo este Canon no serán revelables ni admisibles en ningún proceso bajo el Título IV siempre y cuando esto no requiera la exclusión de pruebas de cualquier proceso según los Cánones que, de otro modo, sean revelables y admisibles. (b) Si en el curso de las deliberaciones de este Canon, la Junta Parroquial hace una acusación contra el Rector que pudiera dar lugar a un proceso disciplinario en virtud del Canon IV.1, se suspenderán todas las deliberaciones de conformidad con este Canon con respecto a dicha acusación hasta que se resuelva o retire la misma. Sec. 21. Las secciones 13-20 de este Canon no se aplicarán en ninguna Diócesis que haya dispuesto sobre la materia en sus cánones de manera que sea acorde con este Canon. Después de la disolución de una relación pastoral es posible que haya oportunidades para que la COM asesore al obispo sobre las necesidades ministeriales de una congregación en particular. CANON 10: De la Recepción de Clero de Otras Iglesias El Canon 10 se refiere a la recepción de clérigos de otras iglesias. La estructura del canon se funda en los valores y perspectivas de la Iglesia Episcopal, especialmente en su relación con otras denominaciones cristianas. Básicamente, los cánones dividen la iglesia en tres grupos: los que tienen obispos en sucesión histórica y están “en comunión con esta iglesia”; los que tienen obispos en sucesión histórica pero no están en comunión con nosotros y los que no tienen sucesión histórica de obispos. Así divididos, los cánones resaltan la importancia del episcopado histórico. Además, la iglesia valora la congruencia de pensamiento, la tradición y la actitud como estímulos conducentes a la comunidad y la comunión. Muchos de los detalles que se incluyen en este canon tienen como fin alentar y preservar dichos valores. La recepción de clérigos de otras iglesias no es un hecho frecuente. Los cánones están allí inactivos hasta el momento en que se necesitan. Cuando surge la ocasión, el canon guía al obispo, a la COM y a quienes buscan ingresar a esta iglesia. En preparación para el momento en que este canon sea necesario, una COM podría reunir recursos que ayuden a la educación y formación de quienes han de ser recibidos, de manera que se pueda poner en práctica fácilmente un plan educativo que responda a cada situación individual. El canon también puede utilizarse para identificar valores y animar una conversación acerca de nuestra relación con otras denominaciones; sirve para identificar los conocimientos, actitudes y destrezas necesarias y deseables no sólo en los clérigos, sino también en todos los bautizados y, por último, esboza áreas importantes de contenido que ayudan a identificar el tipo de educación que debe existir dentro de la iglesia. El Canon 10 hace énfasis en la importancia de verificar y documentar el aprendizaje, el carácter y la destreza del clero que busca ingresar a la Iglesia Episcopal. CANON 10: De la Recepción de Clero de otras Iglesias Sec. 1. Antes de la recepción u ordenación, se dispondrá lo siguiente (a) una investigación de antecedentes, de conformidad con los criterios establecidos por el Obispo y el Comité Permanente y (b) una evaluación médica y psicológica realizada por profesionales aprobados por el Obispo, empleando los formularios creados para tal propósito por el Church Pension Fund y, si se desea o fuere necesario, una remisión al psiquiatra Si el examen médico y psicológico o la indagación de antecedentes tuvieron lugar más de 36 meses antes de la recepción u ordenación, deberán actualizarse. (c) comprobantes de capacitación en (1) prevención de conducta sexual inapropiada (2) requisitos legales para reportar casos de abuso y oportunidades pastorales para responder a los mismos (3) la Constitución y los Cánones de la Iglesia Episcopal, especialmente el Título IV de los mismos (4) las enseñanzas de la Iglesia sobre el tema del racismo (d) Se mantendrá un registro permanente de los informes de todas las investigaciones y evaluaciones en los archivos del Obispo los cuales pasarán a formar parte del expediente diocesano permanente. (e) Antes de la recepción y ordenación, el Obispo le asignará a cada clérigo un Presbítero mentor previa consulta con la Comisión para el Ministerio. El mentor y el clérigo se reunirán periódicamente con el fin de que el clérigo tenga la oportunidad de recibir orientación, información y un diálogo continuo sobre el ministerio en la Iglesia Episcopal. Los mentores son el vehículo principal para poner en práctica el Canon 10. La selección de un mentor requiere que se conozca un sacerdote dentro de la diócesis o de una diócesis vecina. El mentor debe tener conocimiento, experiencia, madurez y destreza suficientes para guiar al aspirante efectivamente. El canon no especifica las cualidades de un buen mentor. El obispo y la COM deberán definir cuáles son dichas cualidades. La situación puede requerir educación y capacitación continuas para quien se seleccione como mentor. Sec. 2. Clero Ordenado por Obispos de Iglesias en Comunión con esta Iglesia (a) (1) Un Clérigo ordenado por un Obispo de otra Iglesia en comunión con esta Iglesia o por un Obispo consagrado para un territorio extranjero por Obispos de esta Iglesia, de conformidad con el Artículo III de la Constitución, deberá, para poder oficiar en cualquier Congregación de esta Iglesia, presentarle al Clérigo encargado, o en caso de no haberlo, a la Junta Parroquial un certificado con fecha reciente, firmado por la Autoridad Eclesiástica de la Diócesis que confirme que las cartas de las Órdenes Sagradas de la persona y otras referencias son válidas y auténticas y dadas por un Obispo en comunión con esta Iglesia y cuya autoridad es reconocida por esta Iglesia; y también que la persona ha presentado a la Autoridad Eclesiástica prueba satisfactoria de (i) un carácter moral y piadoso y de (ii) cualificaciones teológicas. (2) Antes de que se le permita hacerse cargo de una congregación o de ser recibido en una Diócesis de esta Iglesia como miembro de su Clero, la Autoridad Eclesiástica deberá recibir una Carta Dimisoria, o una credencial equivalente, firmada y sellada por el Obispo de la Diócesis con la que la persona tuvo su más reciente relación y dicha carta o credencial tendrá que presentarse como máximo seis meses después de haber sido redactada. Antes de recibir al Clérigo, el Obispo exigirá una promesa por escrito de que éste se someterá en todos los aspectos a la Disciplina de esta Iglesia, sin recurrir a ninguna jurisdicción extranjera, civil o eclesiástica, y exigirá además que la persona firme y haga la declaración que exige el Artículo VIII de la Constitución en presencia del Obispo y de dos o más Presbíteros. El Obispo y por lo menos un Presbítero examinarán a la persona en lo que respecta a su conocimiento de la historia de esta Iglesia, su culto y su gobierno. El Obispo, quedando satisfecho asimismo de las cualificaciones teológicas de la persona, podrá entonces recibirla en la Diócesis como Clérigo de esta Iglesia. (3) Las disposiciones de esta sección 1 se aplicarán plenamente a todos los Clérigos que hayan sido ordenados en cualquier Iglesia en proceso de entrar en la sucesión del episcopado histórico con el cual la Iglesia Episcopal está en comunión plena según se especifica en el Canon I.20, quedando sujeto al pacto de las dos Iglesias, según lo adopte la Convención General. (i) las Diócesis, Provincias e Iglesias regionales debidamente constituidas y en comunión con la Sede de Canterbury, (ii) las Iglesias Católicas Antiguas de la Unión de Utrecht, (iii) la Iglesia Independiente Filipina (iv) la Iglesia Siria Mar Thoma de Malabar y (v) la Iglesia Evangélica Luterana de América Las iglesias que se enumeran aquí representan las comuniones con quienes tenemos estrechos lazos teológicos e históricos. Algo que la COM podría hacer sería reunir y proveer información acerca de las iglesias que están en comunión plena con la Iglesia Episcopal y darla a conocer por toda la diócesis. (b) Un Clérigo que sea Diácono no será ordenado Presbítero mientras no haya residido dentro de la jurisdicción de esta Iglesia al menos durante un año y haya cumplido con todos los requisitos para la ordenación al Presbiterado como se dispone en el Canon III.8. (c) Después de la recepción el Obispo le asignará a cada clérigo un Presbítero mentor previa consulta con la Comisión para el Ministerio. El mentor y el clérigo se reunirán periódicamente para que el clérigo tenga la oportunidad de recibir orientación, información y tener un diálogo continuo sobre el ministerio en la Iglesia Episcopal. La COM puede buscar y desarrollar recursos e identificar algunas personas que le ayuden al obispo a trabajar de manera eficaz y eficiente con personas provenientes de las iglesias enumeradas en la Sección 3. Será neceseario referirse al Título I, Canon 17, Sec. 3, para definir a un “comulgante adulto confirmado.” Véanse también los comentarios que aparecen al final de la Sección 1. La COM puede ser llamada a opinar con respecto al clero de otras provincias dentro de la Comunión Anglicana que ya no se consideran en comunón plena con esta iglesia. Sec. 3. Del Clero Ordenado por Obispos en Iglesias en Sucesión Histórica pero No en Comunión con esta Iglesia (a) Cuando un Presbítero o Diácono, ordenado en una Iglesia por un Obispo en Sucesión Histórica pero no en comunión con esta Iglesia y habiendo sido aprobada la regularidad de su ordenación por el Obispo Presidente como lo dispone el Título I, Canon 16.3, desea ser recibido como Clérigo de esta Iglesia, la persona hará la solicitud por escrito a un Obispo, adjuntando lo siguiente: (1) Prueba de que la persona es un adulto confirmado, activo y comulgante en una Congregación de esta Iglesia (2) Prueba del ministerio anterior y de que todas sus otras credenciales son auténticas y válidas (3) Prueba de conducta moral y piadosa y de que la persona es libre de cualquier voto u otro compromiso incompatible con el ejercicio de las Órdenes Sagradas en esta Iglesia (4) Calificaciones oficiales de todos sus estudios académicos y teológicos (5) Una certificación de por lo menos dos Presbíteros de esta Iglesia que declaren que en su opinón, y fundándose en una entrevista personal o en pruebas satisfactorias presentadas a ellos, la salida de la persona de la comunión a la cual pertenecía no se debió a ninguna circunstancia adversa desde un punto de vista moral o religioso ni a una que sugiera que no es apropiado admitir a esa persona a las Órdenes Sagradas de esa Iglesia. (6) Certificados del Rector o del Clérigo Encargado y de la Junta Parroquial de una parroquia de esta Iglesia, según las formas estipuladas en los cánones III.8.6 y III.8.7. (7) Una declaración de las razones que la motivan a buscar ingreso en las Órdenes Sagradas de esta Iglesia. (b) Se aplicarán las disposiciones del Canon III.8.5(a). (c) Si la persona ha ejercido un ministerio en la Iglesia anterior con buena reputación y éxito y si presenta pruebas de preparación teológica satisfactoria en dicha Iglesia, será examinada por la Comisión y deberá demostrar competencia en las materias siguientes: (1) Historia de la Iglesia: historia de la Comunión Anglicana y de la Iglesia Episcopal (2) Doctrina: las enseñanzas de la Iglesia según se establecen en los Credos y en el Bosquejo de la Fe, comunmente llamado Catecismo (3) Liturgia: los principios e historia del culto anglicano; el contenido del Libro de Oración Común (4) Teología Práctica: (i) El oficio y labor de un Diácono y un Presbítero de esta Iglesia (ii) La conducción del culto público (iii) La Constitución y los Cánones de la Iglesia Episcopal y de la Diócesis donde reside el solicitante (iv) El uso de la voz al hablar y leer (5) Los puntos de doctrina, disciplina, gobierno interno y culto en que difieren la Iglesia de la cual procede el solicitante y esta Iglesia: Esta parte del examen se llevará a cabo, al menos parcialmente, mediante preguntas y respuestas escritas, y las respuestas se mantendrán archivadas por lo menos durante tres años. (d) La Comisión puede, con la aprobación del Obispo, y con notificación al solicitante, examinar a este último en cualquier materia exigida por los cánones III.6.5(f) y (g) ó III.8.5(g) y (h). (e) Antes de ser examinado de conformidad con la Sección 3(c) de este Canon, el solicitante deberá haber recibido certificados del Obispo y del Comité Permanente de que es aceptable como Clérigo de esta Iglesia con sujeción a la satisfactoria finalización del examen; (f) Antes de que la persona pueda ser ordenada o recibida en las Órdenes Sagradas de esta Iglesia, el Obispo requerirá una promesa por escrito de que se someterá en todo a la disciplina de esta Iglesia sin recurrir a ninguna otra jurisdicción eclesiástica o civil extranjera, y requerirá además que firme y haga la declaración que se dispone en el Articulo VIII de la Constitución en presencia del Obispo y de dos o más Presbíteros. (g) Cumplido todo lo anterior, el Obispo, convencido de las calificaciones teológicas de la persona y de la culminación exitosa del examen especificado en la Sección 3(c) de este Canon y de su firmeza en la fe, podrá: (1) Recibir a la persona en esta Iglesia, con el consejo y consentimiento del Comité Permanente, en las órdenes a que ya haya sido ordenada por un Obispo en sucesión histórica o (2) Confirmar y ordenar a la persona al Diaconado y, no antes de transcurridos cuatro meses, ordenarla Sacerdote, si todavía no hubiese recibido dicha ordenación u (3) Ordenar a la persona al Diaconado y, no antes de transcurridos seis meses, ordenarla como Sacerdote condicionalmente (habiéndola bautizado y confirmado condicionalmente de ser necesario) si ha sido ordenada por un Obispo cuya autoridad para conferir dichas órdenes no ha sido reconocida por esta Iglesia. (h) En el caso de una ordenación en virtud de este Canon, el Obispo deberá, en el momento de dicha ordenación, leer este prefacio durante el servicio: La Autoridad Eclesiástica de esta Diócesis está convencida de que A.B. acepta la doctrina, disciplina y culto de esta Iglesia y ahora desea ser ordenado Diácono (u ordenado Presbítero) en esta Iglesia. Estamos a punto de conferirle a A.B. la gracia y autoridad de las Órdenes Sagradas como las ha recibido esta Iglesia y las requiere para el ejercicio del ministerio de Diácono (o Presbítero). El certificado de ordenación en estos casos contendrá la fórmula siguiente: Reconociendo el ministerio que A.B. ya ha recibido y por este medio aunando a esa comisión la gracia y autoridad de las Órdenes Sagradas como las entiende y requiere esta Iglesia para el ejercicio del ministerio de un Diácono (o Presbítero). (i) En el caso de una ordenación condicional de conformidad con este Canon, el Obispo deberá, en el momento de la ordenación, leer este prefacio durante el servicio: La Autoridad Eclesiástica de esta Diócesis está convencida de que A.B., quien ha sido ordenado por un Obispo cuya autoridad no ha sido reconocida por esta Iglesia, acepta la doctrina, disciplina y culto de esta Iglesia y ahora desea una ordenación condicional. Mediante este servicio de ordenación, proponemos establecer que A.B. tiene méritos para ejercer el ministerio de Diácono (o Presbítero). (j) Nadie podrá ser ordenado ni aceptado como Diácono ni Presbítero mientras no haya cumplido veinticuatro años de edad. (k) Un Diácono recibido en virtud de este Canon y que desee ser ordenado como Presbítero deberá satisfacer todos los requisitos de ordenación dispuestos en el Canon III.8. (l) Nadie podrá ser recibido ni ordenado en virtud de este Canon antes de transcurridos menos de doce meses desde la fecha en que haya sido confirmado como comulgante de esta Iglesia. (m) Después de la recepción u ordenación, el Obispo le asignará a cada clérigo un Presbítero mentor previa consulta con la Comisión para el Ministerio. El mentor y el clérigo se reunirán periódicamente para fines de orientación, información y diálogo continuo sobre el ministerio en la Iglesia Episcopal. Véanse los comentarios de la Sección 1. La COM deberá revisar la Sección 4 a la luz del contexto de las diversas denominaciones presentes dentro de la cultura social e intelectual en la que funciona la diócesis episcopal. Dicho contexto da forma y recalca los elementos que se describen en el canon. Sec. 4. Del clero ordenado en Iglesias que no están en la Sucesión Histórica (a) Si una persona que ha sido ordenada o licenciada por alguien que no sea un Obispo en Sucesión Histórica para ejercer el ministerio en una Iglesia que no esté en comunión con esta Iglesia desea ser ordenada: (1) Dicha persona deberá ante todo ser un adulto confirmado, activo y comulgante, de una Congregación de esta Iglesia; (2) La Comisión examinará al solicitante e informará al Obispo con respecto a lo siguiente: (i) Si el solicitante ha servido en la anterior Iglesia con diligencia y buena reputación y ha declarado las causas que le han obligado a abandonar esa entidad y procurar la ordenación en esta Iglesia, (ii) El tipo y nivel de educación y preparación teológica del solicitante, (iii) La preparación necesaria para la(s) Orden(es) a que el solicitante ha sido llamado (3) Se deben acatar las disposiciones del Canon III.5,6 y 8 salvo que no será necesario aplicar el período mínimo de Candidatura si el Obispo y el Comité Permanente previa recomendación de la Comisión, consideran que el Candidato está preparado para ordenación en el Diaconado antes de los doces meses; el solicitante será examinado por la Comisión y demostrará sus conocimientos en las siguientes materias: (i) Historia de la Iglesia: la historia de la Iglesia Anglicana y de la Iglesia Episcopal en Estados Unidos de América, (ii) Doctrina: las enseñanzas de la Iglesia según se establecen en los Credos y en el Bosquejo de la Fe, comunmente llamado Catecismo; (iii) Liturgia: principios e historia del culto anglicano; contenido del Libro de Oración Común; (iv) Teología práctica: (a) El oficio y labor de un Diácono y un Presbítero en esta Iglesia, (b) La conducción del culto público, (c) La Constitución y los Cánones de la Convención General y de la Diócesis donde reside el solicitante, (d) El uso de la voz para hablar y leer; (v) Los puntos de doctrina, disciplina, gobierno interno y culto en que difieren la Iglesia de la cual procede el solicitante y esta Iglesia: Esta parte del examen se llevará a cabo, al menos parcialmente, mediante preguntas y respuestas escritas, y las respuestas se mantendrán archivadas por lo menos durante tres años. (4) Si se han cumplido todos los requisitos de este Canon, el Obispo podrá ordenar Diácono al Candidato, pero no antes de transcurridos doce meses desde que el Candidato fuera confirmado como comulgante de esta Iglesia. Después de seis meses, a discreción del Obispo, el Candidato podrá ser ordenado Presbítero. Cuando se lleve a cabo dicha ordenación, el Obispo leerá este prefacio después de la firma de la declaración de conformidad: La Autoridad Eclesiástica de esta Diócesis está convencida de que A.B. acepta la doctrina, disciplina y culto de esta Iglesia y ahora desea ser ordenado Diácono (u ordenado Presbítero) en esta Iglesia. Estamos a punto de conferirle a A.B. la gracia y autoridad de las Órdenes Sagradas como las recibió esta Iglesia y las exige para el ejercicio del ministerio de Diácono (o Presbítero). En dichos casos, el certificado de ordenación deberá contener las palabras: Reconociendo el ministerio que A.B. ya ha recibido y, por este medio, aunando a esa comisión la gracia y autoridad de las Órdenes Sagradas como las entiende y exige esta Iglesia para el ejercicio del ministerio de un Diácono (o Presbítero). (5) Después de la recepción u ordenación, el Obispo le asignará a cada clérigo un Presbítero mentor previa consulta con la Comisión para el Ministerio. El mentor y el clérigo se reunirán periódicamente con el fin de que el clérigo tenga la oportunidad de recibir orientación, información y diálogo continuo sobre el ministerio en la Iglesia Episcopal. CANON 11: De la Ordenación de Obispos CANON 12: De la Vida y Obra de los Obispos CANON 13: De las Diócesis sin Obispos Puesto que las COM son un órgano asesor del obispo, no son responsables de la ordenación ni de la vida y obra de los obispos y, por lo tanto, no se ha hecho ningún comentario sobre los cánones 11, 12 y 13 en este manual. CANON 14: De las Órdenes Religiosas y Otras Comunidades Cristianas Es importante que la COM tenga un conocimiento lo más competente que sea posible sobre las órdenes religiosas y las comunidades cristianas. Las oportunidades de vocación en dichos ámbitos son muchas. Puede ser de utilidad para la COM invitar a un miembro de una orden religiosa para que ayude a orientar a la Comisión acerca de la vida en una orden religiosa y del proceso hacia la profesión de votos. El tiempo de discernimiento puede señalar un llamado a una orden religiosa o comunidad cristiana. Si una persona de una orden religiosa solicita su ingreso al proceso de ordenación, la COM deberá seguir el proceso canónico para la ordenación ya sea al diaconado o al presbiterado. Es importante observar en el Canon 14.1(g) y en el Canon 14.2(g) que las órdenes religiosas y las comunidades cristianas no se consideran congregaciones de la diócesis. CANON 14: De las Órdenes Religiosas y otras Comunidades Cristianas Sec. 1 (a) Una Orden Religiosa de esta Iglesia es una sociedad de cristianos (en comunión con la Sede de Canterbury) que de manera voluntaria prometen de por vida o por un término de varios años: mantener todas sus posesiones en común o en fideicomiso, mantener una vida de celibato en comunidad y obedecer su Regla y Constitución. (b) Para ser reconocida oficialmente, una orden religiosa debe tener por lo menos seis miembros profesos y ser aprobada por el Comité Permanente para Comunidades Religiosas de la Cámara de los Obispos y registrarse ante dicho Comité. (c) Cada orden tendrá un Obispo Visitante o Protector, que no tiene que ser el Obispo de la diócesis en la cual esté establecida la orden. No obstante, si el Obispo Visitante o Protector no es el Obispo de la diócesis en que está situada la casa matriz de la orden, no aceptará su elección como tal sin el consentimiento del Obispo de dicha diócesis. El Obispo Visitante o Protector será el Custodio de la Constitución de la orden y servirá de árbitro en asuntos que la orden o sus miembros no puedan resolver mediante proceso normal. (d) Cualquier persona sujeta a votos en una orden religiosa y que haya agotado todos los procesos normales de la orden, podrá solicitar al Obispo visitante o protector que se le dispense de dichos votos. En el caso de que el peticionario no quede satisfecho con el dictamen del Obispo visitante o Protector al respecto, podrá elevar una petición ante el Obispo Presidente de esta Iglesia, quien designará una junta de tres Obispos para evaluar la petición y las decisiones al respecto y hacer una recomendación ante el Obispo Presidente. Éste último tendrá la autoridad máxima de dispensación para las órdenes religiosas y su dictamen sobre la petición será definitivo. (e) Una orden religiosa podrá establecer una casa en una diócesis sólo con el permiso del Obispo de la misma. Este permiso una vez concedido no podrá ser revocado por éste ni por ningún Obispo sucesor. (f) La Constitución de cada orden religiosa dispondrá sobre la propiedad legal y la administración de los bienes temporales de la misma, y en el caso de que ésta se disolviera o dejara de existir, dispondrá también sobre sus bienes según las leyes que rigen a las organizaciones (religiosas) sin fines de lucro en el estado donde la orden haya sido establecida como tal. (g) Se reconoce que una orden religiosa no es una parroquia, misión, congregación o institución de la diócesis, según el significado del Canon I.7.3, y las disposiciones de éstas no se aplicarán a las órdenes religiosas. Sec. 2 (a) Una Comunidad Cristiana de esta Iglesia según este Canon es una sociedad de cristianos (en comunión con la Sede de Canterbury) que voluntariamente se comprometen de por vida, o por un cierto número de años, a obedecer su reglamento y constitución. (b) Para ser reconocida oficialmente, una comunidad cristiana debe tener por lo menos seis miembros plenos según su reglamento y constitución y ser aprobada por el Comité Permanente para Comunidades Religiosas de la Cámara de los Obispos y registrarse ante el mismo. (c) Cada comunidad cristiana de esta Iglesia tendrá un Obispo Visitante o Protector, que no tiene que ser el Obispo de la diócesis en la cual la comunidad está establecida. No obstante, si el Obispo Visitante o Protector no es el Obispo de la diócesis en que está situada la casa matriz de la comunidad, éste no aceptará la elección sin el consentimiento del Obispo de dicha diócesis. El Obispo Visitante o Protector será el Custodio de la Constitución de la comunidad y servirá de árbitro en asuntos que la comunidad o sus miembros no puedan resolver mediante proceso normal. (d) Cualquier persona comprometida plenamente en tal comunidad cristiana y que haya agotado todos los procesos normales de la comunidad, podrá solicitar al Obispo visitante o protector que se le dispense de dicho compromiso pleno. En el caso de que el peticionario no quede satisfecho con el dictamen del Obispo visitante o protector al respecto, podrá elevar una petición ante el Obispo Presidente de esta Iglesia, quien designará a una junta de tres Obispos para evaluar la petición y las decisiones al respecto y hacer una recomendación ante el Obispo Presidente. Éste último tendrá la autoridad máxima de dispensación para las comunidades cristianas y su dictamen sobre la petición será definitivo. (e) Una comunidad cristiana podrá establecer una casa en una diócesis sólo con el permiso del Obispo de la misma. Este permiso, una vez concedido, no podrá ser revocado por éste ni por ningún Obispo sucesor. (f) La Constitución de cada comunidad cristiana dispondrá sobre la propiedad legal y la administración de las posesiones temporales de la comunidad, y en el caso de que ésta se disolviera o dejara de existir, dispondrá también sobre sus bienes según las leyes que rigen a las organizaciones (religiosas) sin fines de lucro en el estado donde la comunidad haya sido establecida. (g) Se reconoce que una comunidad cristiana no es una parroquia, misión, congregación o institución de la diócesis, según el significado del Canon I.7.3, y las disposiciones de éstas no se aplicarán a las comunidades cristianas. Sec. 3. Cualquier Obispo que reciba los votos de una persona que no sea miembro de una orden religiosa u otra comunidad cristiana usando la fórmula para "separar o reservar a una persona para una vocación especial" que se encuentra en el Book of Occasional Services o un rito similar, deberá registrar la información siguiente ante el Comité Permanente para Comunidades Religiosas de la Cámara de los Obispos: el nombre de la persona que hace los votos; la fecha del servicio; la naturaleza y el contenido del voto hecho, ya sea temporal o permanente; y cualquier otra consideración pastoral que se considere necesaria. CANON 15: De la Junta General de Capellanes Examinadores CANON 16: De la Junta de Colocaciones de la Iglesia Los canones 15 y 16 hacen referencia a las dos juntas que se mencionan en los títulos. La importancia de éstos para la COM se mencionó en los cánones anteriores cuando ha sido pertienente. No se requieren comentarios adicionales sobre estos cánones. GLOSARIO ASOCIACIÓN NORTEAMERICANA PARA EL DIACONADO (NORTH AMERICAN ASSOCIATION FOR THE DIACONATE - NAAD): es una organización nacional que ofrece recursos educativos y una red de comunicación para diáconos (http://www.diakonoi.org). CANDIDATO(A): es un postulante que ha cumplido todos los requisitos para la Candidatura y ha recibido la recomendación de su junta parroquial, de la Comisión para el Ministerio, del Comité Permanente y que ha sido admitido como candidato(a) por el obispo. “La Candidatura es un tiempo de educación y formación, en preparación para la ordenación al Diaconado o el Sacerdocio, establecido a través de un compromiso formal entre el candidato(a), el obispo, la Comisión, el Comité Permanente y la congregación u otra comunidad de fe.” (Título III, Canon 6, Sec. 4 y Canon 8, Sec. 4). CANON: es una ley o reglamento eclesiástico. La Constitución y los Cánones de la Iglesia Episcopal abarcan todos los reglamentos formales de la Iglesia Episcopal. CARTA CONTRATO: es un documento que enumera los deberes y responsabilidades mutuos entre un sacerdote o diácono y la junta parroquial. CARTA DIMISORIA: es una carta que solicita el clérigo del obispo cuando desea transferir su domicilio canónico de una diócesis a otra. El obispo debe certificar que la persona en cuestión es un sacerdote o diácono activo. Para formalizar la transferencia de domicilio canónico a la nueva diócesis, el obispo de dicha diócesis deberá recibir la Carta Dimisoria. CARTA DE TEMPORAS: es una carta escrita al obispo por un postulante o un candidato(a) al diaconado o al sacerdocio durante la semana de témporas en la cual reflexiona sobre su desarrollo académico, diaconal (o sacerdotal), humano, espiritual y práctico. (Canon 6, Sec. 4(e)) CERTIFICADO: es una carta emitida normalmente por la junta parroquial en la cual se da aprobación o respaldo a una persona que está en el proceso ministerial para pasar a la siguiente fase formal del mismo (postulantado, candidatura u ordenación). CHURCH PENSION FUND: es una organización oficial que recibe las cotizaciones tanto de clérigos como de empleados laicos, maneja dichos fondos y distribuye pensiones de jubilación y prestaciones por muerte y supervivencia. También funge como registrador oficial de las ordenaciones de la Iglesia Episcopal. También tiene varias filiales que manejan seguros de salud, vida y propiedad. COMISIÓN PARA EL MINISTERIO (COM): es un comité permanente de cada diócesis que asesora y asiste al obispo en el desarrollo y ejercicio del ministerio en la diócesis. En el diseño y supervisión del proceso constante de reclutamiento, discernimiento, formación para el ministerio y evaluación de la disposición para el mismo.” (Título III, Canon 2) En la determinación de oportunidades y necesidades presentes y futuras para el ministerio de todas las personas bautizadas En la implementación del Título III (los cánones sobre el ministerio) COMPETENCIA: es la idoneidad demostrada en asuntos académicos o habilidades técnicas. El obispo y la Comisión para el Ministerio (COM) determinan la competencia de quienes están en el proceso de ordenación. COMUNIDAD DE DIÁCONOS: incluye a todos los diáconos con domicilio canónico en una diócesis quienes se reúnen periódicamente. Uno de ellos puede ser nombrado archidiácono. CONSEJO SOBRE EL DIACONADO: es un consejo cuyos miembros pueden ser obispos, sacerdotes, diáconos y laicos quienes “supervisan, estudian y promueven el Diaconado” (Título III, Canon 7, Sec. 3). CURA ASISTENTE/ASOCIADO: es un sacerdote que asiste al rector de una parroquia. También se le llama sacerdote “asistente” o “asociado”. CURATO: es una comunidad espiritual o feligresía; una congregación. Antes que un diácono transicional pueda ser ordenado al sacerdocio, deberá asignársele a un curato. DIÁCONO TRANSICIONAL: es una persona que ha sido ordenada al diaconado en el proceso hacia el sacerdocio. El plazo mínimo es de seis meses. DIAKONIA: es el término con que se describe el ministerio de servicio del diácono. DÍAS DE TEMPORAS: son los días miércoles, viernes y sábado después del Primer Domingo en Cuaresma, después del Día de Pentecostés, después del Día de la Santa Cruz (14 de septiembre) y después del 13 de diciembre. Los cánones para el diaconado y el sacerdocio requieren que todos los postulantes y candidatos escriban cartas a su obispo durante esas cuatro épocas. EDUCACIÓN CONTINUA: es un requisito para todos los sacerdotes (Título III, Canon 9, Sec. 1) y diáconos (Título III, Canon 7, Sec. 5). Cada diócesis está en libertad de determinar lo que constituye educación continua y cúantas horas al año se requieren. Algunas áreas posibles son por ejemplo: conferencias, seminarios, talleres, cursos académicos formales, lecturas individuales, grupos de estudio y preparación para enseñar clases de educación religiosa. EN COMUNIÓN: es la expresión se que usa cuando otra confesión cristiana cumple las normas establecidas en el Cuadrilátero de Chicago-Lambeth de 1886, 1888 (LOC. p. 771) adoptado por la Cámara de los Obispos. En la actualidad (2007), las iglesias que están en comunión plena con la Iglesia Episcopal son las iglesias de la Comunión Anglicana, la Iglesia de Bangladesh, la Iglesia del Norte de la India, la Iglesia de Pakistán, la Iglesia del Sur de la India, las Iglesias Católicas Antiguas (Unión de Utrecht), la Iglesia Filipina Independiente, la Iglesia Siria Mar Thoma de Malabar y la Iglesia Evangélica Luterana en Estados Unidos (ELCA). EXAMEN GENERAL PARA LA ORDENACIÓN (GOE, por sus siglas en inglés): es un examen que se administra anualmente durante la primera semana de enero con el fin de evaluar la competencia de la persona en las siete áreas de educación que requieren los cánones en preparación para la ordenación al sacerdocio. Se suele administrar a estudiantes de último año de seminario pero también a quienes no siguen estudios en el seminario. El obispo debe nominar a quienes han de tomar el examen a más tardar el 15 de octubre. Indague con su diócesis quién paga la cuota para presentar el examen. FORMACIÓN: es la preparación global para el ministerio laico especializado o para el ministerio ordenado. Incluye la preparación académica, espiritual y emocional, así como la obtención de las destrezas necesarias. MINISTERIO BAUTISMAL: es la base de todo ministerio según se esboza en el Oficio Bautismal (LOC, pp. 219-235) y en la sección del Catecismo titulada El Ministerio (LOC, pp. 747-748). OTRAS COMUNIDADES DE FE: Por ejemplo, “una sociedad de cristianos … que se dedican voluntariamente ya sea de por vida o por un plazo de varios años a obedecer su Regla y Constitución” (Título III, Canon 14. Sec. 2a). Difieren de una orden religiosa en que no se hace voto de celibato ni se tiene propiedad en común. PERFIL DE LA OFICINA DE COLOCACIÓN DE LA IGLESIA (CHURCH DEPLOYMENT OFFICE PROFILE o CDO PROFILE en inglés): es una autoevaluación del ministerio, destrezas y experiencia y una breve historia de la educación y empleo de un clérigo. Es útil para las parroquias que están buscando un clérigo y para un clérigo que busca empleo. POSTULANTE: es un nominado que ha sido admitido formalmente al proceso de ordenación. Las dos fases del proceso son el postulantado y la candidatura. Las personas que están preparándose para el sacerdocio también deben cumplir un período de seis meses como diáconos transicionales. “El postulantado es el tiempo entre la nominación y la candidatura y puede iniciar el proceso formal hacia la ordenación. Durante el postulantado se continúa la exploración del llamado de la persona al [diaconado o al sacerdocio] y las decisiones al respecto.” PROGRAMAS DE FORMACIÓN DIOCESANOS: es el proceso diocesano que prepara a una persona para la ordenación y que puede incluir cursos en las áreas canónicas que se exigen para la ordenación al diaconado (Título III, Canon 6) o al sacerdocio (Título III, Canon 8). También incluye los exámenes, evaluaciones, dirección espiritual, entrevistas y recomendaciones. RECTOR: es un sacerdote que ha sido elegido legitimamente, ha sido llamado a servir por la junta parroquial y ha aceptado dicho llamado y a quien la autoridad eclesiástica considera calificado para ser sacerdote. RETIRO OBLIGATORIO: Al cumplir 72 años de edad, todos los clérigos deben renunciar a su cargo actual. Con aprobación del obispo, podrán seguir trabajando durante un año en un cargo determinado. Al final del período de 12 meses, podrá renovarse el contrato de mutuo acuerdo entre el obispo y el sacerdote o diácono. En terminología eclesiástica, los clérigos se “retiran” de un cargo (al cumplir la edad límite) y “renuncian” a las órdenes sagradas. SACERDOTE O PRESBÍTERO ENCARGADO: es un sacerdote nombrado por el obispo en consulta con la junta parroquial para hacerse cargo de una congregación cuando no hay rector y que desempeña las funciones de rector según se estipulan en el Título III, Canon 9. Sec. 5. SEMINARIO: es una institución de postgrado que ofrece un programa de estudio normalmente de tres años de duración el cual otorga un grado de M.Div. (Master of Divinity o Máster en Teología). Hay once seminarios acreditados en la Iglesia Episcopal. La lista se encuentra en el sitio: http://www.episcopalchurch.org/8020_58606_ENG_HTM.htm SUCESIÓN HISTORICA: Uno de los cuatro ingredientes clave para la comunión plena con otra confesión cristiana. Indica que los obispos actuales pueden remontarse en el tiempo y seguir la transmisión en la imposición de manos que los ordena como obispos en línea regresiva hasta la época de los apóstoles.