Tríptico Pedro Berruguete - Ayuntamiento de Cabrerizos

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edro Berruguete nació en Paredes
de Nava en el seno de una familia hidalga
procedente de Las Encarnaciones en Vizcaya.
El abuelo del pintor palentino, que se llamaba como él, fue el primero que se estableció
en esta villa de Tierra de Campos, donde
llegó en 1430 desde Vizcaya formando parte
del séquito del Maestre de Santiago, don
Rodrigo Manrique, recién nombrado conde
de Paredes por el rey Juan II de Castilla.
En todas sus pinturas se puede reconocer la
síntesis realizada por Pedro Berruguete entre
el arte nórdico y el italiano, sin olvidar la
deuda que mantiene su estilo con el arte castellano.
Gracias a un sabio manejo de la luz, podría
sensibilizar un espacio construido con métodos geométricos, aunque fueran de
“recetario” y generalmente simples. Gracias
a los contrastes de modelado, podía acentuar la sensación de tres dimensiones en sus
composiciones, además de contribuir a diferenciar las materias. En ocasiones el oro aparece sin aplicación de color y permite destacar el volumen y la plasticidad de las figuras.
Presunto autorretrato de
Pedro Berruguete
(Museo Lázaro Galdiano, Madrid).
Colabora
Ayuntamiento de Cabrerizos
Organiza
Pedro Berruguete y su época
P
“Importante papel desempañado por
el pintor castellano como intermediario
entre la tradición española y el Renacimiento italiano”
Sala de exposiciones
Centro Cultural Municipal
de Cabrerizos
Camino del Manzano, s/n
Del 8 al 25 de noviembre de 2013
Horario
Lunes a viernes
10:00h a 13:30h
17:00h a 20:30h.
Sábados
De 11:00h a 13:30h
El oficio de pintor
Espejo de la naturaleza
E
n la Edad Media, los artistas eran unos simples operarios manuales más o menos cualificados. Desde comienzos del siglo XV se inicia, fundamentalmente en Italia, la lenta transformación que los llevará a ser considerados como
miembros de una profesión liberal. Este hecho no se produjo al mismo ritmo en todos los territorios europeos y no será
hasta el siglo XIX cuando el proceso pueda darse por cerrado.
Será la propia capacidad del artista y, sobre todo, el respeto que le merezca al comitente lo que determinará la
consideración social que alcancen escultores y pintores.
La formación, sometida a la organización gremial, se realizaba en el ámbito estricto del taller donde los artistas
entraban muy jóvenes iniciándose en las tareas más mecánicas y donde alcanzaban la categoría de oficiales después de
un largo periodo de aprendizaje. Para conseguir ser maestros, y en consecuencia tener un taller propio debían someterse a un examen en el que los jueces eran los otros maestros que, por lo general, no eran muy dados a admitir a nuevos
miembros en plan de igualdad por lo que era común que la oficialía se prolongasen largo tiempo y bastante habitual
salir de ella gracias a los vínculos familiares (hijo, yerno o sobrino del maestro).
A
lo largo del siglo XV se desarrolló en los territorios de las actuales Bélgica, Holanda y zonas limítrofes un tipo de pintura que supone al mismo tiempo la
culminación de algunas de las novedades introducidas por el arte gótico y la propia superación del arte goticista, de tal forma que muchos estudiosos consideran estas obras como propiamente renacentistas.
Sin embargo, entre el arte del renacimiento italiano y el naturalismo flamenco hay diferencias notables.
Tradicionalmente se considera que la pintura flamenca, que se desarrolla a partir del trabajo de los
miniaturistas, alcanza sus características peculiares por el desarrollo de la pintura al óleo que proporcionaba
a los acabados un enorme atractivo y una extraordinaria sensación de lujo y luminosidad.
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