TIPOS SOCIALES AGRARIOS Y PRACTICAS GANADERAS TESIS DE MAESTRIA-FLACSO –SANZ, H.-BS AIRES ( 2004) 1. Introducción En la Argentina y en particular en la región Pampeana, el papel de la explotación capitalista terrateniente fue centro de discusión durante mucho tiempo confrontándose el uso expansivo de las tierras con las posibilidades de las expansiones de los tipos chacareros generadas a partir de una base familiar. La denominación de productores familiares abarca realidades diferentes como la de los minifundistas, agricultores campesinos, colonos, chacareros que manifiestan formas económicas del agro latinoamericano con un rasgo común que es el de utilizar la mano de obra familiar como el factor de producción preponderante. Las explotaciones familiares materializan los nexos de integración familiar y comunitaria en el proceso productivo, mediante la aplicación de prácticas tradicionales basadas en la incorporación de la fuerza de trabajo familiar. A la mano de obra familiar no se le asigna una remuneración formal, y la misma ha sufrido una transformación profunda producto de las modificaciones operadas en el agro en los últimos años, a partir de los cambios macroeconómicos, la globalización, y desarrollo de la tecnología de comunicaciones y transportes que permite a las familias mudarse a los centros urbanos y emplearse en otras actividades formales. La mayor parte de los estudios sobre la inserción de las explotaciones familiares en el desarrollo agrario argentino centralizan el análisis en la 1 actividad agrícola, siendo menos frecuentes las investigaciones sobre la participación y características de este tipo de explotaciones en la ganadería. En este contexto, y a fin de contribuir a la búsqueda de soluciones en el campo de la salud animal, cabe reflexionar, en un espacio particular, el Partido de Balcarce en la Provincia de Buenos Aires, donde existe un sistema mixto de producción ganadera (cría, recría, invernada y tambo), en torno a las siguientes cuestiones: • ¿Consideran los productores a la sanidad como una estrategia primordial de sus prácticas productivas? • ¿La estrategia en sanidad de los productores del Partido de Balcarce es uniforme o persiste la heterogeneidad propia de los diversos tipos sociales presentes en el Partido? • ¿Qué aporte se realiza a las estrategias de salud animal cuando se considera los tipos sociales agrarios y la percepción de los mismos frente a la sanidad? Para responder a estas preguntas, en primer lugar, se presenta la discusión teórica planteada en las teorías sociales clásicas referidas al mundo agrario, que demuestran la existencia de la heterogeneidad social agraria, y diferencian las explotaciones empresariales de las explotaciones familiares con sus características peculiares de capitalización y descapitalización. En segundo lugar, se realiza una revisión de los antecedentes académicos referidos a la heterogeneidad social presente en el agro argentino y las prácticas ganaderas llevadas adelante por los productores agropecuarios. Además, en la revisión se incluyen estudios referidos al perfil de salud animal, 2 que incorporan en el análisis variables socioeconómicas, como forma de superar la visión meramente biomédica. En tercer lugar se propone el marco teórico en el que se inscribe la investigación, en la cual por un lado se conjuga el concepto de perfil de salud animal, con la noción de estrategia productiva y por otro lado se vinculan las prácticas ganaderas utilizadas conforme a los distintos tipos sociales agrarios identificados. A través de la información disponible en SENASA y dos encuestas a campo, se organizan los resultados del estudio de la siguiente manera: en primer término se describen las características e importancia de la actividad ganadera en el partido de Balcarce, en segundo término se definen los tipos sociales agrarios existentes en las explotaciones en el municipio, mientras en tercer término se analizan las prácticas ganaderas desarrolladas por los productores pecuarios en el mismo. Luego se relacionan estas estrategias con los distintos tipos sociales, en la búsqueda de similitudes y diferencias en sus prácticas. Posteriormente a raíz de la reciente reintroducción de la fiebre aftosa en Argentina se expone la opinión y propuestas que surgen de los distintos tipos de productores frente al nuevo status de país con fiebre aftosa, luego de haber alcanzado un reconocimiento internacional de país libre de la enfermedad sin vacunación. Finalmente, a modo de conclusión se realizan una serie de reflexiones finales e interrogantes que surgen de la investigación, referidos tanto a los resultados obtenidos, como a la concepción teórico metodológica bajo la que se inscribe el presente análisis. 2. Objetivo General 3 “Indagar acerca de la importancia que les asignan los distintos tipos sociales agrarios a los diferentes tipos de prácticas ganaderas”. 3. Hipótesis de la investigación “Los productores consideran a la sanidad como una variable de mayor importancia en el contexto de variables productivas”. “Es posible señalar diferencias de estrategias en prácticas productivas de acuerdo a estratos definidos según tipos sociales agrarios”. “Dado que hasta el momento los distintos planes de salud animal encarados en el país no contemplan la heterogeneidad social agraria, cabe plantear que existiría un conjunto de estrategias sanitarias selectivas de acuerdo al tipo de productor, que dotarían de mayor eficiencia el cumplimiento de las metas u objetivos de los mismos” 4. Discusión teórica en torno a las principales teorías sociales clásicas agrarias. La inserción de la agricultura familiar en el proceso de desarrollo capitalista, constituye un tema que ha sido abordado desde diversas perspectivas teóricas. A continuación se realiza una revisión de las principales visiones que tratan de explicar los procesos de integración/exclusión de la agricultura familiar en el sistema capitalista de producción y consumo. En este sentido se analizan los postulados de la visión económica neoclásica, del marxismo agrario, el modelo de Chayanov y los aportes del estructuralismo latinoamericano. 4 4.1. El enfoque neoclásico En general, la teoría neoclásica plantea como objetivo prioritario la maximización del beneficio de la empresa agrícola. Se presupone un comportamiento racional por parte de la unidad de decisión, iluminado por la existencia de información suficiente y escasa incertidumbre sobre la evolución futura de una empresa agropecuaria. Las variables utilizadas para la maximización de la ganancia son el margen bruto, margen neto, o renta agrícola (beneficio más costo de oportunidad, etc). Entre los principales autores pertenecientes a esta corriente se destacan: Lewis, A. (1955) y Schultz, T. (1965). El primero de ellos considera que los pequeños productores son una reserva de mano de obra desde la cual los trabajadores pueden trasladarse desde el sector de menor productividad (sector tradicional) a los sectores de mayor productividad que son más modernos y dinámicos como el sector industrial y de servicios. Específicamente, Lewis supone que en las primeras etapas del desarrollo, la mano de obra puede ser obtenida de la pequeña agricultura sin tener que aumentar la productividad de los trabajadores que permanecen en dicho sector. Parte de a noción de una curva perfectamente elástica para la mano de obra donde, en las primeras etapas del desarrollo económico, la industria y los servicios no agrícolas pueden crecer rápido al atraer a nuevos trabajadores, sin tener que subir los sueldos, ya que el costo marginal de la mano de obra en la agricultura no se vería afectada por las deserciones del sector. 5 Para Lewis, la pequeña agricultura era implícitamente una ‘caja negra’ en la cual la baja productividad podría deberse ya sea a una sobrepoblación extrema y/o a la débil integración al mercado y la conducta no capitalista del sector. Shultz (1965) por su parte, sostiene que la característica decisiva de la agricultura tradicional se funda en el bajo rendimiento proporcionado por las inversiones en los factores agrícolas que los productores utilizan desde generaciones pasadas. Centraliza el análisis en la combinación de los factores tradicionales (no modernos) de producción, señalando que los productores tradicionales son bastante racionales y eficientes en la utilización de los recursos que disponen. Además, en su concepción, los productores son individuos que buscan como cualquier agricultor capitalista la máxima satisfacción de sus necesidades, la mayor tasa de ganancia y la venta de sus productos. Es decir, si las comunidades agrícolas son pobres, no es porque los campesinos carezcan de una racionalidad de lucro en la asignación de los factores, sino porque los factores de los cuales depende su economía no son capaces de producir más en esas circunstancias. La expresión repetida de Schultz, eficiente pero pobre, se ha convertido en un punto clave para aquellos que argumentan la necesidad de políticas de modernización a gran escala de los campesinos. Por otra parte, esta visión sirve de base para la línea de argumentación que se da en los debates sobre liberalización de fines de los 80’ y que, durante los 90’, usada por el Banco Mundial cuando señalan que una intervención mucho más reducida por parte del gobierno en todos los ámbitos de la economía, e incluso en algunos aspectos de la agricultura, probablemente tendría resultados positivos para los pequeños agricultores. 6 El argumento neoclásico no considera las ‘fallas del mercado “ y, en lugar de ello, se concentraba en las distorsiones de las políticas de gobierno que rebajan en forma artificial los precios de los insumos (y a veces aumentaban los precios de los productos). Según Costabeber, J. (1998), la transición propuesta de Schultz corresponde a un proceso unilineal de desarrollo, materializado en la ruptura radical con las bases tecnológicas de la agricultura tradicional y en el olvido de las experiencias y los conocimientos autóctonos de los agricultores, así como la adopción de un tipo nuevo, moderno, de agricultura, basado en insumos de alto rendimiento ofertados en el mercado. En palabras de Schultz, “los campesinos sujetos a la agricultura tradicional han de adquirir, adoptar y aprender a manejar eficientemente otra serie, nueva, de factores rentables”. Según Shejtman, A (1982) para los neoclásicos el campesino no constituye un sujeto específico distinto del análisis de la empresa agrícola, se interpreta que las características observadas son debidas a las diferencias de escalas de producción y distintas dotaciones relativas de factores. Las decisiones referidas a que, como y cuanto producir, están regidas por el uso de los factores empleados y la relación entre la productividad marginal y los precios. En la perspectiva liberal tradicional, cabe destacar el aporte de Rogers, E. (1973) desde la Sociología Rural, quien señala que la conducta campesina no es guiada completamente por consideraciones racionales y económicas, y que los medios de comunicación pueden ayudar a ampliar la visión del mundo que tienen los campesinos y convencerlos sobre la necesidad del cambio. En la concepción de Rogers, el campesinado impide el desarrollo económico y frena el proceso de modernización de los países subdesarrollados. 7 Diversos autores han puesto de relieve las limitaciones y restricciones de los postulados neoclásicos para explicar la realidad. Frente a la existencia de fallas de mercados (mercados imperfectos y asimetrías de la información) los productores que poseen racionalidad limitada1, no conocen todas las alternativas y encaran su actividad de acuerdo a su experiencia y tratando de no incurrir en grandes riesgos para su producción (aversión al riesgo e incertidumbre)2 . Se reserva el concepto de empresa para aquella unidad de producción basada en el trabajo asalariado, en la que el productor tiene las funciones de organización y dirección. Esta forma particular de organización social de la producción generalmente se corresponde con una disponibilidad de capital y recursos naturales para la cual puede ser válido considerar el criterio de maximización de beneficio, entendiendo como tal a la retribución de todos los factores de la producción. Cabe destacar que no todas las explotaciones agropecuarias de la región pampeana son empresas propiamente dichas, a las que se les pueden aplicar categorías del análisis neoclásico. La escuela neoclásica ortodoxa considera a las empresas como un agente maximizador de funciones de utilidad y las oportunidades tecnológicas, están dadas exógenamente como la función de 1 En este sentido, distintos autores como Simon (1957), Cyert y March (1961) entre otros, sostienen que los agentes económicos son limitadamente racionales y que enfrentan una información costosa e imperfecta, cuya comprensión es con frecuencia defectuosa. De este modo como saben que probablemente no encontrarán la mejor solución, actúan de una manera intencionalmente racional tratando de hacer lo mejor que pueden, dadas las limitaciones bajo las que trabajan y aprende. En otras palabras, para estos autores la racionalidad es intencionada y limitada porque el decisor se da por satisfecho ya que no tiene la capacidad necesaria para conseguir el máximo o elegir siempre la mejor alternativa. 2 En la literatura económica se diferencia riesgo de incertidumbre, el primer término se refiere a una situación en la que si bien no se tiene certeza sobre lo que ocurrirá se puede basar en experiencias anteriores para deducir al menos la posibilidad de que algo ocurrirá o no. El 8 producción o de costos. Desde este enfoque, el sistema económico sería un sistema en equilibrio donde el mercado es perfectamente competitivo, es decir actúan muchos compradores y vendedores estableciendo una relación exclusivamente a través del mecanismo de mercado. Los agentes son anónimos, no se conocen entre sí, y tienen perfecto conocimiento de la información de mercado en cuanto a cantidades, precios y factores disponibles, que les permite la toma de decisiones sin incertidumbre. 4.2. La perspectiva del marxismo agrario Dada la relevancia e influencia de Lenin y Kautsky dentro del pensamiento social agrario, a continuación se reseñan los aportes de ambos autores respecto al análisis del desarrollo de capitalismo en la agricultura. Lenin clasifica a los productores como grandes, medianos y pequeños, lo que le permite comprar o no fuerza de trabajo. El mercado es el que define el tamaño de las explotaciones, indicando la presencia de campesinos ricos y proletarios. La tesis de Lenin se basa en que el avance del capitalismo en la agricultura provoca el desarrollo de dos grupos extremos en detrimento del campesino medio, conduciendo a la desintegración del campesinado y consolidación de dos grupos de población rural, que presentan en común el carácter mercantil y monetario de la economía: la burguesía rural y el proletariado rural. Para Lenin, la agricultura basada en trabajo familiar no representa un tipo particular de organización socioeconómica, porque a medida que se inserta en un régimen de producción de mercancías, siendo el capitalismo predominante, segundo término en cambio, alude a situaciones en la que no se conoce que puede ocurrir y ni siquiera se dispone de información previa de la probabilidad de que algo ocurra o tenga lugar. 9 las formas de producción campesinas son como cualquier otra forma pequeño burguesa, en cuyo seno se establecen constantemente los elementos de la relación capitalista: capital y fuerza de trabajo. En esta concepción está presente un incremento de la diferenciación social en el seno de la economía campesina, y una creciente proletarización social agraria Por su parte, Kaustky, K (1899) en su libro “ La cuestión agraria”, realiza un profundo estudio sobre el carácter capitalista de la agricultura, en especial en los aspectos de la plusvalía y el beneficio de la renta agraria. Estudia los límites de agricultura capitalista desarrollando explicaciones sobre el tamaño de las explotaciones, el precio de la tierra y la proletarización del campesino. Todo campesino hace frente a sus necesidades no vendiendo sus mercancías sino su fuerza de trabajo excedentaria. El campesino no es un capitalista típico, ya que lo producido sólo es para el propio consumo familiar, siendo el uso de la tierra como el medio para ganarse la vida y no para sacarle beneficio o renta agropecuaria. Para Kautsky la aparente superioridad de la pequeña agricultura familiar sobre la gran agricultura no era el resultado de su mayor eficiencia, capacidad de producción y de competencia en el mercado capitalista, sino su mayor capacidad de autoexplotación de la mano de obra familiar. Tanto las consideraciones de Lenin sobre la proletarización campesina, como las de Kautsky respecto a la polarización social agraria, implican una interpretación unilineal de la evolución de la estructura agraria en el proceso histórico. Por otra parte, la visión tradicional del marxismo ha sido considerada como una variante de la teorías de la modernización agraria, al plantear la desaparición por anacrónicas de determinadas formas de explotación agrícola. 10 4.3. El Modelo Chayanov: Casi todos los estudios de la cuestión agraria se remontan al análisis de este autor sobre el campesinado ruso. De él se deriva la noción de economía campesina como una forma especial de organización de la producción. En la economía campesina, el proceso agropecuario se desarrolla en unidades del tipo familiar, teniendo por objetivo asegurar de forma cíclica la reproducción de sus condiciones de vida y de trabajo; es decir, la reproducción de los productores y de la misma unidad de producción. En otras palabras, la explotación debe generar los medios necesarios para asegurar el sostenimiento biológico de los integrantes de la familia y la satisfacción de las otras necesidades, cultural e históricamente determinadas, como así también, debe proveer de los medios para reponer los bienes consumidos en la realización del ciclo productivo. El enfoque de la escuela de Chayanov, radica en considerar que el campesino no es un capitalista típico, sino que opera con una racionalidad propia que explica el desarrollo económico. El núcleo principal de su teoría pasa a ser el balance existente entre el consumo familiar y la explotación de la fuerza de trabajo, en donde las operaciones de transacción comercial es la subsistencia y no la normal tasa de ganancia capitalista. Chayanov, basa sus estudios en las características productivas de la comunidad rural rusa del período de 1900, utilizando los mismos datos estadísticos básicos que Lenin, pero ofrece una explicación distinta a la postulada por Lenin sobre el desarrollo del capitalismo rural. 11 En efecto, mientras que para Chayanov el campesino no era un capitalista natural y que la economía de su casa sirve como base para la economía nacional, Lenin establecía que las diferencias de tamaño de las granjas eran la evidencia de las divisiones sociales incipientes. Con su enfoque Chayanov desarrolla un modelo en el cual la cantidad de trabajo de los miembros de una familia es una función del cociente del consumidor-trabajador de la familia, y sostiene que además, esta función se presenta de manera cíclica, conforme a un patrón biológico familiar (Letenyei L., 2000). En este sentido establece una correlación entre la familia con hijos en capacidad de trabajar y el consumo de alimentos por parte del grupo familiar, indicando un gráfico de forma gausiana (Ver gráfico A), donde se observa que en el año 14, es el pico máximo de la relación dependientes (D) vs trabajadores (W), (D/W= 1,64 ) y a partir del año 15 comienza a declinar. Ind. Hijos Trabajadores Gráfico A: Correlación entre el ciclo de la familia y la proporción de hijos dependientes y trabajadores 2 1.5 1 0.5 0 0 10 20 30 40 Años Flia Chayanov además observa, una relación directamente proporcional entre, el número de personas de la familia y la superficie cultivable, siendo esta relación creciente a medida que se incrementa la producción, y en ese momento la 12 sobreproducción que es volcada al mercado, pasa a complicar al mundo campesino (ver gráfico B). En los trabajos estadísticos de Chayanov, el promedio de la personas por familia es de 6,5, el primer bebé nace a los 3 años después de casado, luego se tenía otro hijo, y en un ciclo de 26 años los niños de las familias se incorporan paulatinamente con el padre al trabajo rural iniciándose a partir de los 12 años, siendo considerado a los 15 años como casi un productor agropecuario. Superficie Cultivada Gráfico B: Relación del tamaño familiar y la superficie cultivable. 300 250 200 150 100 50 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 Nº de personas en la Familia La tasas de trabajadores y dependientes resulta desfavorable en los primeros años de matrimonio, donde los niños son chicos no trabajaban y consumen alimento, luego esto cambia a medida que los hijos se incorporan al trabajo con el padre, aumentando la producción familiar hasta un pico de los 15 años, para luego decrecer la superficie capaz de ser cultivable por ese grupo. Gráfico C: Relación del ciclo de vida familiar en años con la superficie cultivable. 13 Superficie 15 10 5 0 0 5 10 15 20 25 30 Años de existencia del grupo familiar De esta forma los años de producción favorables eran en cuando los chicos se incorporaban a la fuerza de trabajo familiar lo que incrementaba la capacidad de producción del grupo, hasta que los hijos se casaban y forman un nuevo hogar iniciándose el ciclo nuevamente. En este sentido el capital más importante para el campesino pasa a ser el capital social, conformado por el grupo familiar, lo que señala Chayanov en 1921 en sus libros como “ gente que se sienta a la misma mesa y come del mismo plato “. En conclusión, el campesinado para hacer frente a la presión de la familia, cuando la relación dependientes hijos es desfavorable, debe trabajar duramente más horas en una especie de auto-explotación, o bien hacer lo que Lenin interpreta como protocapitalismo, es decir alquilar más tierra, aumentar el ganado, contratar trabajadores externos, a los efectos de aumentar la producción y alimentar a las nuevas bocas. Todo este proceso de producción del trabajador en la explotación doméstica se detendrá en el punto de natural equilibrio, ya que cualquier otro aumento en el desgaste de fuerza de trabajo resultará desventajoso. Cualquier unidad 14 doméstica de explotación agraria tiene así un límite natural para su producción, el cual está determinado por las proporciones entre la intensidad del trabajo anual de la familia y el grado de satisfacción de sus necesidades. En este modelo la remuneración del trabajo es el equivalente al ingreso anual disponible para la familia después de deducir los gastos. No hay salarios imputables al trabajo familiar, ni ganancia (que no se busca, dado que el nivel de actividad es regulada por la satisfacción de las necesidades familiares), ni renta (en el sentido capitalista). El beneficio de la explotación se obtiene mediante el balance trabajo-consumo, establecido por el equilibrio económico básico, entre las fatigas del trabajo y la satisfacción de necesidades. No persiguen en su actividad la obtención de la máxima ganancia, sino del máximo ingreso, para poder hacer frente a sus necesidades más urgentes y de la de su familia. Para esto su esfuerzo se concentra en lograr el mejor aprovechamiento de la mano de obra familiar, único bien disponible. En la unidad económica campesina de Chayanov, está presente la categoría "capital", pero con leyes diferentes a las que lo rigen en una unidad capitalista. El incremento, formación y renovación del capital está sujeto al equilibrio básico de la unidad (intensidad de la fuerza de trabajo, satisfacción de las necesidades). Para Marx, la economía campesina era por definición mercantil simple. El campesino vende para comprar nuevas mercancías y satisfacer sus necesidades. Lo central son las transacciones entre el campesinado como clase social y el sistema económico global en donde el salario es la explotación de su fuerza trabajo y en donde no existe la renta de la tierra, porque el valor del producto sobre su precio de producción no genera excedente. 15 Marx, parte de la premisa de que los campesinos ceden a la sociedad el excedente de trabajo lo cual permite alcanzar el precio del valor de mercado, en donde nuevas necesidades son creadas continuamente y todo excedente en forma de dinero es utilizado por los mismos para adquirir mas tierras o incrementar el proceso capitalista. Su racionalidad descansa en no evaluar la intensidad de trabajo entregado al sistema, en la cual el tamaño de la familia y el desarrollo del ciclo familiar explican el proceso de desarrollo económico campesino. Uno de los puntos más polémicos en la discusión de Marx y Lenin con Chayanov, es la comparación de las teorías de diferenciación social y la de diferenciación demográfica. A diferencia de Lenin, Chayanov en cambio, considera que las familias campesinas atraviesan durante su vida diferentes ciclos de explotación de su fuerza de trabajo siendo la tesis central de que al acceso a la tierra esta dado por las variaciones de esa fuerza de trabajo y no por el tamaño de la explotación y que la expansión de tierras esta relacionada a la auto- explotación familiar y sus ciclos. Los campesinos si tienen excedentes como el mismo es producto de su fuerza de trabajo ese excedente se canaliza para restablecer el equilibrio de sus necesidades o sea disminuyendo el desgaste laboral de sus energías (o sea trabajando menos). Estas diferencias generaron en esa época fuertes enfrentamientos ideológicos entre Lenin y Chayanov. No obstante, Chayanov reconoce imperfecciones en su razonamiento cuando indica que para que haya una alta correlación entre tamaño de familia con tamaño de explotación se requiere de una parcela lo suficientemente amplia 16 para que todos los hijos hereden con un sistema patrilineal la división de la tierra. En el caso contrario la presión del desarrollo biológico familiar opera en forma negativa sobre la cantidad de tierra disponible. 4. 4. El enfoque estructuralista latinoamericano A partir de la década del 60 se asiste a una proliferación de estudios y de publicaciones sobre la cuestión agraria divididas en dos grandes corrientes la denominada estructuralista y la corriente histórico estructural o materialismo histórico. En la corriente estructuralista los análisis de la cuestión agraria giran en torno a la tenencia y el tamaño de propiedad, mientras que para las segundas el análisis se centra básicamente en las relaciones sociales de producción. 4.4.1 Estructuralista En esta corriente se comienza a discutir la heterogeneidad estructural y dan inicio a estudios estratificados de productos conforme al uso de mano de obra familiar y/o asalariado. Productores que no lograr absorber el potencial del trabajo familiar los que si logran absorberlo y las que requieren de trabajo asalariado para explotar las tierras. 4.4.2 Histórico estructural o materialismo histórico En esta corriente se explicítan la teoría de la dependencia al considerar que el proceso de generación de estructuras agrarias es parte de un proceso histórico que caracteriza la inserción subordinada de las economías periféricas en la división internacional del trabajo. En esta corriente también se señala que la heterogeneidad agraria debe ser analizada con relación a la forma de organización social de la producción y de la lógica de manejo de recursos que caracteriza a las diversas unidades de conjunto en la cual el tamaño la tenencia 17 son solo partes de un todo que caracteriza a la estructura agraria, (Cepal 1982). 5. Antecedentes académicos en el agro argentino A continuación se seleccionan y analizan diversos estudios desarrollados por distintos investigadores del campo social, que manifiestan la existencia de una marcada heterogenidad social del agro argentino y de sus principales particularidades. Se complementa el análisis con los estudios realizados en el campo de la salud animal desde la perspectiva de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en la que se destacan las particularidades y problemáticas de los distintos tipos de organización social de producción pecuaria. 5.1. Heterogeneidad social en el agro argentino El panorama general del campo argentino presenta aspectos capitalistas caracterizados por la concentración del capital en los procesos productivos de importancia y por el otro extremo un deterioro constante y permanente de los sectores más pobres tanto campesinos como otros tipos de trabajadores agropecuarios. Los procesos de capitalización y tecnificación operados en lo últimos años han profundizado las diferencias sociales de los distintos de productores y afectado al umbral mínimo de producción capitalista (Murmis, M. 1998). Diversos autores han estudiado esta problemática de las distintas capas sociales del agro estableciendo estudios de clasificaciones en tipologías que evidencian la heterogeneidad presente en el agro argentino, entre los que aparece la tipología elaborada por Basco, M. (1982) quien sostiene que el sistema agrario argentino está integrado por diferentes tipos de productores en 18 función de la mano de obra empleada en la explotación y de los ingresos que son capaces de generar. La autora hace una clara distinción entre productores: familiares no capitalizados (o minifundio), familiares capitalizados y empresarios, con la peculiaridad de que las especializaciones productivas dependen más de la región en la que se localizan que del tipo de productor. Plantea las racionalidades específicas que tienen distintos tipos de productores agropecuarios, según sean las relaciones de trabajo y la dotación de recursos con las que cuenten las unidades de producción. Así logra explicar, fundamentalmente a partir de las características estructurales, la diferente racionalidad económica de los distintos tipos de productores. Entre los autores que han señalado la heterogeneidad rural en la argentina y desarrollado importantes trabajos iniciales sobre esta problemática son los documentos de Archetti E. y Stolen K. cuando afirman en su trabajo de explotación familiar agraria, que no existe una clasificación única de actor social campesino, ya que se podría construir un continuo de actores sociales en la estructura agraria que iría desde un modelo de campesino típico pasando por modelos intermedios como los farmers americanos, hasta formas de productores capitalistas puros, en donde la fuerza de trabajo es asalariada siendo el principal propósito la obtención de la tasa normal de ganancia existente en la sociedad. El campesino es el segmento social que establece una relación productiva con la tierra que le permite subsistir sin llegar a acumular, lo que se traduce en relaciones horizontales entre iguales, mediante acciones de cooperación y de redistribución en el marco de la comunidad rural; y otro vertical, asimétrico y 19 desigual, con un conjunto social más grande, más poderoso, a través del cual se lo despoja al campesino de su excedente productivo. En este sentido el manejo productivo campesino, persiguiendo los objetivos descriptos, posee una racionalidad propia y distinta de la que caracteriza a la agricultura empresarial. (Archetti, E. 1974). La unidad de producción campesina fundada en la combinación de tierra y trabajo familiar, no es mas que un punto de referencia teórico y por ende debatibles; aunque es claramente visible que son categorías dinámicas, que permanente evolucionan en forma ascendente o descendente, alejadas de la estática rígida visión chayanoviana. (Murmis M. 1992). El campesinado es aquel sujeto social que se desarrolla en una forma de organización económica social distinta a la capitalista y que tiene implicancias en los planos culturales y religiosos. El campesinado presenta rasgos característicos como que la población rural debe ser mayoritaria, el desarrollo capitalista es débil y por lo tanto, el sector industrial es bajo o nulo, la forma de producción es de subsistencia, destinando una gran proporción de los insumos productivos a trabajos artesanales para los mercados locales y en donde los productos se presentan en un mercado de características diferente con dispersión desde la oferta y de concentración desde la demanda en el contexto de un crédito escaso o nulo. Piñeiro M. y Llovet I. (1986) indican que; la categoría campesinado esta recortada a partir de la incapacidad de compra de trabajo asalariado y de la falta de acumulación de capital, razón por la cual es a partir de ese tipo de producción dónde puede pasarse a considerar a la misma como otro escalón de producción considerado como pequeño productor agropecuario 20 En este contexto, el campesinado asume una conducta que lo lleva a maximizar su ingreso global, para alcanzar la subsistencia dentro del grupo familiar. Se considera que son de predominio campesinado; aquellas unidades domésticas de producción basadas en el trabajo familiar y cuya dotación de medios de producción impiden superar el umbral de la acumulación. (Tsakoumagkos, P. 1987). Estos trabajos han servido como marco metodológico a distintas investigaciones realizadas en el país, que buscan variables más explicativas de los comportamientos de los productores, que la tradicional estratificación por tamaño (medido como cantidad de superficie), enfatizando la mayoría de ellos el análisis en las explotaciones campesinas de áreas no pampeanas. Para analizar estas ideas; habría que realizar los estudios en función de la región Pampeana o Extrapampeana en donde la pobreza rural se presenta de una manera una diferente. ( Manzanal y Rofman, 1989). En la región Pampeana la economía campesina es capaz crear excedentes de mano de obra y ofrecer fuerza de trabajo para el desarrollo de los segmentos capitalistas modernos agrícolas y principalmente, no agrícolas; suministrar alimentos a bajo costo para el desarrollo de dichas actividades; y suministrar a las economías centrales alimentos y materias primas a bajo costo.( Barsky O. 1992 ). Esta distinción de producción entre el área Pampeana y extrapampeana marca realidades productivas muy diferentes en donde el capital establece un corte dejando a amplios sectores rurales en forma atrasada, dependiente y funcional al primero (Murmis. M.,1992 ). 21 Por otro lado, la producción de alimentos a bajo costo constituye una transferencia de valor, de la cual se beneficiarían otros grupos de la economía como los comerciantes, consumidores y asalariados, que compensan el ingreso per-cápita. Para Tsakoumagkos, Manzanal y Rofman, los campesinos aparecen como eslabones en la cadena de producción y comercialización; que se observa en el caso de la producción de algodón, el campesino permite abaratar el producto y, por ende, contribuye a la valorización del capital agroindustrial. Los productos de las empresas campesinas, son producidos en forma mucho más barata que en las empresas más grandes, tanto en términos de capital invertido, como en términos del trabajo, cuyo costo no es calculado en cantidad de salarios, implican que una porción de ese trabajo no remunerado es transferido a los compradores tanto de su tiempo de trabajo como de sus productos (Posada, M. 1986). En las unidades campesinas se presenta el fenómeno de la subordinación del segmento campesino frente a la agroindustria, en tanto que ésta los somete a un intercambio desigual ya que la modernización aumenta el grado de la dependencia al introducir tecnología, insumos y crédito. De los estudios del campesinado pueden derivarse también toda una elaboración tipológica, utilizando variables como: el tipo de mano de obra empleada y el nivel de mecanización (Giarraca N. y Aparicio S.,1992). A su vez, Tort, M. I (1982), desarrolla una clasificación de productores, dentro del marco de la agricultura pampeana, a partir del análisis de la dotación de cada uno de los factores de producción, enfatizando en la caracterización de los estratos de menor dotación de tierra. 22 Martínez, A.; Cloquell, S. et al. (1983), basándose en las condiciones sociales, económicas, históricas, y tecnológicas que originan los incrementos de la producción agropecuaria, introducen la variable organización laboral para explicar la racionalidad de los distintos tipos de productores del sur de la provincia de Santa Fe. Plantean que la distinción entre las unidades típicas empresariales basadas en el uso de trabajo asalariado y las unidades familiares centradas en el trabajo del productor y su familia se constituye en un aspecto clave en las interpretaciones de las conductas de los productores. Cabe señalar que el análisis del desarrollo del ciclo doméstico permite distinguir distintas personas de la unidad de producción que aportan fuerza de trabajo familiar a las explotaciones agropecuarias, distinguiendo tres fases o estadios: expansión, fisión o dispersión y la final o reemplazo. Según Barsky, O. (1991) los cambios operados en el agro pampeano permiten visualizar la presencia de nuevos actores y procesos sociales en la cual la capitalización en maquinaria, la farmerización son ítems de nuevos enfoques explicativos. Además, manifiesta su preocupación por el fuerte grado de concentración, similar en países del norte, en la cual la desaparición de ciertos números de unidades parecen dar razón a procesos parecidos en el agro argentino. Por otra parte, el estudio y profundización de la estructura agraria argentina muestra el peso de los contratistas con una base tradicionalmente familiar lo que conformaría formas productivas y sociales que hacen a sus actores adquirir gran capacidad de resistencia frente a picos más agudos de las crisis. En el caso particular de la provincia de Buenos Aires, es importante señalar los trabajos desarrollados por Cittadini, R. et. al (1991), quienes a partir de una 23 caracterización global del partido de Olavarría en la Provincia de Buenos Aires, y de acuerdo a la organización social de la producción de las explotaciones agropecuarias existentes en la zona, identifican la presencia de dos grandes grupos: familiares y empresariales. Los primeros se dividen a su vez en familiares y familiares capitalizados. La característica principal de estos últimos es que emplean mano de obra familiar y maximizan el ingreso global a diferencia de los empresariales que ocupan básicamente trabajo asalariado y maximizan la tasa de ganancia. Por su parte, Iriarte, L y Bilello, G. (1992), centralizaron su análisis en la situación de los productores ganaderos de tipo familiar en la zona de Cacharí en la Cuenca del Salado a través de un diagnóstico participativo donde intervienen técnicos, profesionales de instituciones públicas y privadas, como así también los propios productores en la definición e identificación de sus problemas. Concluyen que la situación por la que atraviesan estos productores demandan que se incorporen con urgencia alternativas para los pequeños productores, considerando sus expectativas y potencialidades, requisito indispensable para aumentar su participación. Bilello, G. y González, M. (1994) presentan una caracterización de la estructura productiva agraria del partido de Azul, mediante un estudio de caso donde clasifican las explotaciones y determinan su rentabilidad. Concluyen que en este partido, donde la actividad es básicamente ganadera, predominan las explotaciones empresariales. Asimismo en referencia a la principal fuente de ingresos, encuentran dos casos extremos: los pequeños empresarios en los que los mismos no provienen de la explotación agropecuaria y los empresarios que basan su ingreso en la explotación agrícola. 24 Por otra parte, Solá (1991) distingue los tipos de empresas agropecuarias por los rasgos generales que le dan al medio agrario pampeano características de cierta homogeneidad. El autor se refiere a los cinco cultivos más importantes del agro que se realizan en la región pampeana, en donde la ganadería está presente, siendo las explotaciones de tipo mixto, donde además se establece una producción y comercialización con un mercado casi perfecto y con un fuerte proceso de incorporación tecnológica en semillas y agroquímicos fundamentalmente. Su tipología prioriza variables tales como mano de obra utilizada (familiar/asalariado) y la existencia de intereses extraprediales, construyendo cinco modelos de empresas: la explotación familiar combinada, explotación agraria capitalista, gran empresa diversificada, empresa mediera chica y empresa agrícola especializada. Acuña, et.al. (1995), en base al conocimiento de las formas de organización social de la producción que coexisten en el agro pampeano, realizan un análisis de las estructuras productivas regionales del centro y sur de la provincia de Buenos Aires, con el objetivo de confeccionar el mapa social agropecuario de esa amplia zona, a partir del diseño de una metodología, que con cierto nivel de generalización permita explicar los comportamientos diferenciales de los distintos actores sociales. En la caracterización de las unidades productivas existentes en la región, en función a las variables: disponibilidad y magnitud de los recursos productivos y formas de organización social del trabajo, distinguen también los mismos tres tipos de explotaciones (y por ende tres tipos de productores) enunciados por los autores precitados: las explotaciones familiares, las explotaciones empresariales y las explotaciones familiares capitalizados. 25 Concluyen que existe una gran heterogeneidad del sector agropecuario donde coexisten distintos tipos de productores con características estructurales y lógicas de funcionamiento que le son propias y que conducen a que asuman comportamientos diferenciales ante determinados estímulos y propuestas tecnológicas. Las explotaciones familiares son aquellas en la cual hay una gran escasez de recursos y la organización social se basa en el trabajo de la familia. Las empresariales son aquellas unidades de producción con una dotación de recursos productivos importantes y en la cual la mano de obra es preponderantemente asalariada. Y por último las explotaciones familiares capitalizadas que las ubican como un caso intermedio entre las familiares y las empresariales, donde el trabajo es básicamente familiar, pudiendo requerir personal asalariado. Posee una dotación de factores que le permitiría acumular excedentes, con cierto grado de capitalización. En el estudio al que se está haciendo referencia se observa el predominio de las explotaciones familiares con valores que van hasta 67% del total de los productores. También se demostró que el 60% de las explotaciones empresariales de la región logran nivel estimado de rentabilidad acorde al capital invertido. Las explotaciones familiares capitalizadas detectaron un 22% de ese sector con fuertes descapitalizaciones y dificultades de permanecer en el sector, mientras que por último las explotaciones familiares en el 80% de los casos no alcanzaban a cubrir los gastos derivados del proceso productivo. Este trabajo no se basa exclusivamente en la superficie de producción aunque no obstante el mismo señala la fuerte correlación existente entre superficie y rentabilidad. Al efecto indica en la categoría empresarial a las explotaciones 26 que en promedio tienen 1343 has y habla de un piso de rentabilidad de 800 has. Para el grupo de explotaciones familiares capitalizadas la superficie promedio es de 600 has con un piso de 330 hectáreas. Por último, los productores familiares que se los puede ubicar en un promedio de 300 has. Si bien los estudios analizados plantean la existencia de una lógica de producción diferente en cada tipo social agrario, no profundizan en la relación entre tipo social agrario y prácticas llevadas adelante para mejorar o mantener la sanidad de sus rodeos. Es posible que una racionalidad diferencial lleve a estrategias productivas de combinación de ciclos agrícolas y pecuarios, la producción propia o en aparcería, el distribuir la producción a lo largo del ciclo en diferentes lotes; con el objetivo de disminuir el riesgo climático, la producción de subsistencia y aquella destinada al mercado. De tal forma que es posible pensar que la categoría de campesino como tal no es fija ni rígida su lógica de funcionamiento, por el contrario que existe una racionalidad en los mismos capaz de mejorar la producción. También estaría muy discutido la tendencia a considera a estos productores como reticentes al cambio, en especial el tecnológico. Un proyecto de desarrollo rural impulsado por una organización no gubernamental (FUNDAPAZ) entre pequeños productores cabriteros de la provincia de Santiago del Estero demuestra la aplicación de recomendaciones tecnológicas. En este sentido se sugirió para los productores la realización de una actividad ganadera caprina combinada con la transformación del producto obtenido, fabricando quesos. En dos zonas (Robles y Garza) de características 27 estructurales de profunda pobreza, se pasó a organizar a los productores, entrenándolos en técnicas de manejo de los rebaños, en los cuidados de la leche ordeñada y en la construcción de mejoras. El primer paso, y que es lo que a nosotros nos ocupa aquí, comenzó con la difusión del llamado "botiquín veterinario comunitario", destinado a disminuir la mortandad del stock de animales. Este fue rápidamente aceptado por los productores, contradiciendo aquello de la resistencia al cambio, lo que demuestra que cuando el diagnóstico del problema es correcto el pequeño productor no es resistente a la innovación tecnológica. Desde otra perspectiva, Wolf, E. (1971), considera que las diferencias entre el empresario y el campesino no son tan profundas y derivan en gran medida de la dispar magnitud y estabilidad de los recursos de que disponen, originando que en caso de una caída de la tasa de ganancia, el empresario pueda cambiar de ramo de actividad, mientras que el campesino no tiene siquiera la posibilidad de acceder a tal ganancia. Todo productor, aun el más pequeño, realiza un balance anticipado de sus recursos y sus necesidades, y se aferrará a la producción de un rubro que le asegure una combinación óptima de recursos disponibles. De manera similar se puede analizar su adopción o no de ciertas tecnologías. Posada, M. por su parte, concluye, que los estudios agrarios efectuados sobre el heterogéneo espectro de los llamados pequeños productores presentan como una de sus características principales la de asignarles a los mismos rasgos campesinos, no sólo utilizando esa expresión de manera genérica, descriptiva, como proponía Archetti, sino con gran parte de su carga teórica. Así, aparece la noción de una racionalidad diferenciada, no maximizadora de 28 ganancia sino del ingreso, lo cual se entrelaza con la idea de resistencia a los cambios y de búsqueda de minimizar riesgos. De la revisión de los antecedentes académicos se desprende que incorporar la noción de heterogeneidad social agraria, y definir tipos sociales agrarios, distinguiendo entre productores familiares y capitalizados constituye un aporte para comprender las distintas estrategias productivas y prácticas ganaderas desarrolladas por los productores ganaderos del Partido de Balcarce. 5.2 Salud Animal, Prácticas Ganaderas y Tipos Sociales Agrarios Tradicionalmente las enfermedades de los animales y las prácticas ganaderas para contrarrestar sus efectos, han sido analizadas desde una perspectiva puramente biomédica, sin considerar los aspectos sociales y económicos que las condicionan. Diversos autores, de la OPS - OMS, entre ellos Obiaga, Rosemberg, Astudillo y Goic (1979), cuestionan el estudio exclusivamente biológico del problema de fiebre aftosa, y demuestran el comportamiento diferenciado de la enfermedad vinculando las formas de organización social de la producción de distintas áreas geográficas. Surge así, el concepto de ecosistemas de Fiebre Aftosa clasificados como endémicos primarios, endémicos secundarios, esporádicos y libres.3 3 Se considera ecosistema endémico primario al sistema donde la forma de producción áreas de cría extensiva empresarial, caracterizadas por una población ganadera estable, con índices bajísimos de ingresos y baja densidad por hectárea, condicionan la presentación endémica de la enfermedad y exportan la misma hacia regiones de engorde a través de terneros mal inmunizados y enfermos. La enfermedad siempre está presente pero no siempre es visible. En el ecosistema endémico secundario, las formas de producción en áreas de engorde, con altos índices de recambio poblacional, con rodeos poco estables, con alta densidad por hectárea y receptoras de terneros susceptibles y enfermos de las áreas de cría, condicionan la presentación epidémica de la enfermedad. Se considera esporádico o paraendémico a aquel sistema donde predominan las formas de producción mercantiles simples o de subsistencia, 29 En esta línea, Rosenberg, F. (1986) siguiendo a Obiaga (1973) sostiene que en la actividad pecuaria, en particular en las enfermedades de los animales las distintas formas de organización económico sociales son determinantes del comportamiento epidemiológico de las enfermedades y se presentan claramente en espacios productivos definidos, con ecosistemas establecidos en ellos. Así fue posible estudiar ecosistemas de fiebre aftosa asociados a distintos formas de producción prevalecientes, y desarrollar en consecuencia indicadores de medición e instrumentos de estrategias de intervención a los fines de erradicar las enfermedades en distintos países de Latinoamérica. En esta concepción se inscriben en Argentina el Plan Argentino de Salud Animal (PLANARSA) y el Plan de Control de Fiebre Aftosa 1990-92 y de Erradicación 1993-1997. Dadas las condiciones socioeconómicas que enfrenta Argentina a partir de la década del 90, y ante la crisis del estado de bienestar y las nuevas propuestas de desregulación de los mercados, apertura comercial y reforma del Estado, el diseño de los planes de esta etapa contempla la participación de los productores, a través de la conformación de entes que coordinan los esfuerzos y recursos públicos y privados para erradicar la fiebre aftosa. Este modelo, pionero en la región, sirve de base a diversos proyectos de erradicación de fiebre Aftosa en el resto de los países de América Latina4. caracterizadas por rodeos pequeños, sin ingresos de animales y con una muy baja densidad bovina por hectárea, donde no se dan las condiciones necesarias para la difusión de la enfermedad. Por ellos generalmente, los focos ocurren por ingresos ocasionales de animales y se limitan casi exclusivamente al establecimiento comprometido, mientras tanto las áreas libres son aquellas en las cuales uno de los elementos que es el virus de la fiebre aftosa está ausente y por lo tanto la enfermedad es imposible. 4 Para mayor información sobre el desarrollo histórico de los planes de salud animal en Argentina, ver Zottele, A. (1995) Tesis de Doctorado. Universidad Federal de Minas Gerais. Brasil. 30 Tamayo, H. (1981) analiza la estructura de producción como determinante de salud animal, elaborando una propuesta metodológica para el caso de Ecuador, en tanto, Astudillo, V, (1984), usando indicadores epidemiológicos del tipo de explotación pecuaria y organización económica pecuaria, establece el método de análisis de conglomerados para delimitar regiones homogéneas en Brasil. Ante la debilidad de la capacidad de respuesta y el deterioro de los servicios públicos de atención veterinaria, el excesivo grado de centralización y burocratización para introducir en el medio pecuario latinoamericano, modificaciones significativas sobre el comportamiento de los perfiles de salud y producción animal, Zottele, A., Tamayo, H., Brieva, S., e Iriarte, L. (1993), plantean la necesidad de incluir las especificidades de la producción familiar y las estrategias en salud animal que estas asumen en América latina a fin identificar los problemas que enfrentan y las prioridades en salud animal que deben desarrollar los planes de Fiebre Aftosa en América Latina, sugiriendo un enfoque participativo para afrontar los cambios en el perfil de salud animal en las explotaciones familiares. Insisten en la necesidad de tomar en consideración las distintas experiencias institucionales y extra institucionales que se malograron al no considerar las necesidades de los distintos tipos de productores y el desarrollo local. Si bien, los antecedentes enunciados plantean claramente la importancia de incluir en los análisis sobre la salud animal, las variables socioeconómicas a efectos de explicar los fenómenos y procesos de la actividad agropecuaria, la mayoría de ellos lo hacen desde un enfoque teórico y macro, sin incursionar en estudios a nivel local. 31 En este sentido, se rescata la experiencia realizada en el Municipio de Itaguaí, Brasil, por Cotrina, N., et al (1994), donde mediante el diseño de una metodología participativa5, seleccionan en el nivel local, los problemas prioritarios, sus causas y las acciones destinadas a transformarlas. Mientras, en la provincia de Buenos Aires, cabe destacar el esfuerzo realizado por Olmos, M. (1996), quien relaciona los tipos sociales agrarios en el partido de Tandil, permitiéndole desarrollar un análisis de las variables socioeconómicas para la vigilancia de la fiebre aftosa. No obstante este aporte no profundiza en la relación entre las prácticas pecuarias que llevan adelante los productores y la heterogeneidad social presente en el agro. Sin embargo, es posible plantear que las prácticas ganaderas responden a variables diversas y complejas, factibles de ser analizadas incorporando la perspectiva sociológica. Por otra parte, Cittadini et. al (1999) desde un enfoque que tiene en cuenta a las prácticas de los actores sociales como objeto de investigación y bajo la orientación del conocimiento de las interrelaciones entre los procesos ecológicos, biotécnicos y sociales concernientes a la actividad agropecuaria y al mundo rural, encuentra gran diversidad de sistemas y de prácticas en ganadería, cuestión de vital importancia para los programas de desarrollo en la pampa deprimida bonaerense. De la revisión bibliográfica realizada, y en función de los cambios ocurridos en el contexto socioeconómico actual, que llevan por un lado a la concentración económica de ciertos grupos y por otra a la exclusión de distintos actores 5 La metodología consiste en la construcción - con la participación de los distintos actores sociales - de una matriz tridimensional de problemas, nudos críticos y módulos operacionales similar, a la desarrollada por William C. Goggin (1974). 32 sociales ligados a la actividad pecuaria, y frente a las mayores exigencias del mercado en calidad y sanidad en toda la cadena productiva agroalimentaria, se desprende la necesidad de profundizar las investigaciones en el nivel local, de las relaciones existentes entre los distintos tipos sociales agrarios y las prácticas sanitarias que los mismos desarrollan, a fin de incorporar dichos resultados en los planes de salud que permitan comprender la lógica de producción ganadera de los mismos y plantear distintas (o selectivas) estrategias de intervención a través de planes de salud animal que representen al conjunto de los productores. 6. Marco Teórico A partir de la discusión teórica en torno a las principales teorías sociales clásicas agrarias realizada en el punto 4 y la revisión de los antecedentes académicos presentada en el punto 5, se seleccionan los conceptos teóricos de heterogeneidad social agraria, estrategias productivas, prácticas ganaderas y de perfil de salud animal, como guía de la investigación. Los mismos resultan adecuados para las necesidades del presente trabajo y para la realidad agraria de la región pampeana. La heterogeneidad social agraria es analizada conforme a los conceptos de Basco M. (1981), quien define los tipos sociales agrarios, distinguiendo en primera instancia, entre productores asalariados y no asalariados, y en segundo término recurre a variables –que considera intervinientes-, las que determinan la forma en como se organiza la producción y comercialización al interior de las unidades familiares. Entre las variable más relevantes considera el uso de la maquinaria propia, formas jurídicas de la propiedad, ingresos extraprediales, estudios cursados por el productor, entre otros, lo que le 33 permite construir una tipología, donde se diferencian, productores minifundistas, familiares capitalizado y empresarios, en función de la utilización o no de mano de obra asalariada. El tipo social minifundista o familiar, incluye a todas aquellas unidades productivo domésticas bajo cualquier forma de tenencia de la tierra que producen para el mercado, en condiciones de escasez de recursos naturales y/o de capital, y en dónde el factor trabajo, en razón de las limitaciones anteriores es exclusivamente familiar. Esta relación de elementos da por resultado la inexistencia de beneficios económicos al finalizar el ciclo productivo, lo que impide la capitalización de la unidad de producción y el acceso a condiciones de vida similar a los productores empresariales. En este esquema se caracteriza al tipo social familiar capitalizado, como aquel grupo que incluye unidades propietarias familiares de consumo y producción, en donde se produce para el mercado con una dotación de recursos tal que, les posibilita obtener beneficios pero de un monto inferior a la rentabilidad media obtenida por las empresas, y por ello hay participación en el trabajo del productor y de su familia, a la vez que recurre a la contratación de mano de obra asalariada de manera permanente o eventual. Estas unidades producen para el mercado con una dotación de recursos tal que les posibilita obtener beneficios, pero de un monto inferior a la rentabilidad media obtenida por las empresas, razón por la cual se basan en el trabajo directo del productor y su familia como forma de ahorrar salarios. En cuanto a los tipos sociales empresariales, se las define como aquellas unidades de producción agropecuarias, que bajo cualquier forma de tenencia, poseen una adecuada disponibilidad de capital y de recursos naturales en la 34 cual, el trabajo familiar es inexistente y en donde el empresario se reserva las funciones de organizador teniendo incluso administradores a su cargo. La disponibilidad de recursos y su forma social les permite obtener una rentabilidad que posibilita un ritmo de tasa de ganancia y acumulación muy superior al de los otros tipos sociales. La variable estrategias productivas se define como el modo en que organizan la producción las diferentes unidades al interior de cada tipo social agrario en concordancia no sólo con los factores estructurales, sino con una serie de factores socioeconómicos más específicos que caracterizan al tipo social agrario y que incluyen en las decisiones en un nivel más concreto. El tema de estrategias admite dos tratamientos: uno centrado en la familia – referido generalmente a estrategias de supervivencia - y otro que se centra en la explotación – estrategias productivas. El concepto de estrategias productivas se plantea que para interpretar cabalmente la variedad de estrategias productivas (es decir los tipos de actividades productivas y la manera en que las mismas se realizan) teniendo en cuenta que existen racionalidades específicas para diferentes tipos de unidades de producción de la región pampeana. Las estrategias productivas se refieren al tipo de actividad, a la combinación de actividades y al modo como estas se realizan. La diversificación como estrategia de producción, aparece en la cabeza del productor como la mejor opción, en cuanto a que presenta una mejor rentabilidad en las formas familiares al minimizar el riesgo que conllevan este tipo de actividad. No obstante, la experiencia de producciones en zonas marginales ha indicado que formas familiares que si se especializan, han 35 resultado estar en mejores condiciones económicas que los otros y debido a la rentabilidad de ciertas producciones, por el conocimiento de los rindes y de la experiencia de las labores realizadas (Archetti E. 1974)6 El término prácticas designa “el conjunto de actividades materiales y regulares que los productores desarrollan en el marco del manejo de los procesos de producción agropecuaria. Este concepto se diferencia de técnicas en que las prácticas son del orden de la acción y las técnicas del conocimiento. La técnica, módulo conceptual transmisible para una acción con un objetivo de logro para la producción, es descripta en forma abstracta, sin referencia a una situación concreta, bajo la forma de enunciados enseñables”. La práctica, a la inversa se sitúa en un contexto histórico, geográfico y social particular (Landais, E y Balent, G. 1993). En este sentido, las estrategias productivas utilizadas para poder intervenir en el proceso de salud – enfermedad de los animales, requiere comprender las prácticas ganaderas que los productores desarrollan en sus rodeos, y que se pueden sintetizar en cuatro variables: manejo, genética, nutrición y sanidad. El perfil de salud animal es definido como síntesis de las acciones que sobre la producción ganadera producen los problemas de nutrición, manejo, genética y sanidad, y de las contracciones organizadas por la sociedad para contrarrestarlas (Rosenberg, 1986). 6 “De acuerdo a , Eduardo Archetti y Kristianne Stolen (1975) los productores que se especializan en el algodón, que solo hacen otros cultivos con fines de subsistencia (maíz para los animales) son los que están en mejor situación económica debido a que el algodón es el cultivo más rentable en las explotaciones chicas, es mas segura ya que siempre se sabe que se puede cosechar, no se pierde nunca totalmente, la especialización permite concentrar toda la tecnología y los esfuerzos en un solo cultivo lo que significa mejores tareas culturales y mejores rindes. Por lo tanto existe una relación entre la diversificación real más racional y conveniente y los obstáculos para la acumulación capitalista”. 36 En consecuencia la salud de los animales, es entendida no solamente como la eventual presencia o ausencia de una enfermedad de etiología específica, sino como el conjunto de condiciones que determinan las características productivas de una población animal en un momento y espacio concretos (Astudillo, et al. 1983, 1991). Esta perspectiva da cabida a los determinantes socioeconómicos en los procesos salud enfermedad al considerar como un fenómeno complejo, cuyos determinantes son de origen biológicos, de orden socioeconómico y hasta de orden político en la medida que influyan en el marco de la producción ganadera. (Obiaga et al 1973). En la figura Nº1 se reflejan los componentes del perfil de salud animal, resultantes de la interacción de las variables productivas con la tecnología, políticas y precios. Figura N° 1: Definición del perfil de salud animal. PERFIL DE SALUD ANIMAL Fuente: Extraído de Astudillo, Rosemberg, (CPFA/OPS/OMS), 1983. Según Rosenberg, F. (1986), en la persecución del objetivo de maximizar ingresos y/o utilidades según los tipos de propietario se utilizan tecnologías 37 para prevenir las patologías emergentes a través de acciones sanitarias de intervención. Por su parte, las explotaciones familiares materializan los nexos de integración familiar y comunitaria en el proceso productivo, mediante la aplicación de prácticas tradicionales basadas en la incorporación de la fuerza de trabajo familiar. Estas eventualmente pueden complementarse con mano de obra asalariada. En síntesis, el presente trabajo se inscribe por una parte en los conceptos teóricos vertidos por OPS – OMS, donde el perfil de salud animal surge de las estrategias en manejo, genética, nutrición y sanidad, que llevan adelante los productores asociado a la heterogeneidad social agraria presente en el espacio ganadero. 7. Metodología Para el logro de los objetivos propuestos, y bajo el enfoque teórico descripto, la presente investigación se basa en una metodología de corte cuanti cualitativo para el análisis de las prácticas sanitarias de los distintos tipos de productores agrarios pampeanos. El área de investigación es el municipio de Balcarce que se encuentra ubicado en el sudeste bonaerense y cuenta con una superficie catastral de 412.000 hectáreas y 800 productores ligados al sector pecuario (ver mapa N°1). Como fuente de información, en primer lugar se recurre a la información disponible en la oficina local del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), en el partido de Balcarce, que registra semestralmente vacunaciones realizadas y datos de los productores respecto a estructura y tenencia de la tierra, razón social, número y categorías de 38 animales, como así también, ocurrencia de enfermedades y movimientos de ganado. A partir de 1999 se cuenta con datos provenientes de la inscripción de los productores en el Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (RENSPA), que a los datos anteriores se agrega la identificación fiscal de los mismos. El número de CUIL constituye un buen elemento para la identificación del productor y la calidad del producto que oferta en el mercado, a la vez que facilita la trazabilidad de las mercaderías negociadas, a través de la cadena productiva agroalimentaria. En segundo lugar, a fin de analizar las distintas estrategias de prácticas ganaderas, se selecciona el estrato comprendido entre 200 a 800 has., este segmento representa un universo de estudio de importancia económica en la producción pecuaria en el partido. En este sentido, en los registros de SENASA Balcarce, durante el año 1998, se constata que en la distribución de productores según superficie7, este estrato denota una importante participación (35%)del total. Además en la elección del estrato de productores bajo estudio se consideran otros criterios, por una parte se considera a priori como el segmento de mayor movilización en cuanto a la forma de utilización de mano de obra familiar, tenencia de la tierra, dedicación del productor a las tareas pecuarias, tipos y cantidad de ingresos extraprediales, y grado de importancia de los mismos. Por otra parte, es plausible pensar que los productores con menos de 200 has, poseen menor tendencia o posibilidad de evaluar las prácticas ganaderas, y 7 La distribución de la tierra por estrato en el partido de Balcarce es: Estrato 000/199 has............... 431 productores (55 %) Estrato 200/800.has............... 279 productores (35 %) Estrato más 800has................ 79 productores (10 %) Total....................................... 789 Productores 39 que productores de más de 800 has incorporan toda la tecnología sanitaria disponible destinada a la ganadería, lo que implica reconocer la importancia que asignan a la variable sanidad. Diversos trabajos realizados en la zona que fueron descriptos en la revisión bibliográfica refuerzan esta posición de considerar a este intervalo como el universo a estudiar (Acuña a et al, 1995). Además, los estudios de la unidad económica utilizadas por el Ministerio de la Producción de la Provincia de Buenos Aires (1995), consideran hasta 200 hectáreas como subsistema agrícola puro, de 200 a 560 como Mixto ciclo completo y más de 560 como de ganadero de cría. Inicialmente, se realizó una encuesta exploratoria de 10 casos en donde fueron probados los métodos de recolección de información, y luego se aplica el cuestionario conforme al modelo estadístico de Marchesky (1984), a un número de setenta y tres productores8. En esta primer encuesta a los datos bioproductivos, se agregaron preguntas tendientes a evaluar la importancia que los productores asignaban a las prácticas sanitarias, dentro del conjunto de las variables que componen el perfil de salud, tales como manejo, genética, nutrición y sanidad. En la misma se solicita al productor que manifieste el orden de importancia que tiene para él cada una de las cuatro variables. Luego, se le pregunta acerca de cual de estas variables le preocupa más y cual de ellas le resulta una práctica más fácil de acceder (ver modelo de la primer encuesta en el Anexo) En una segunda etapa, a efectos de profundizar el análisis de los tipos sociales y sus estrategias productivas, se realiza con nuevas entrevistas a cuarenta y 8 El modelo estadístico y discusión de la premuestra resultante de la encuesta piloto se presenta en el Anexo del documento. 40 ocho productores que habían sido visitados en la primera etapa. En esta nueva entrevista, se enfatiza en la presencia o no de mano de obra asalariada y familiar en la explotación, y dedicación laboral del productor en la explotación, como así también el empleo de contratistas en tareas de la explotación. Se complementa la entrevista con datos sobre, tipo de tenencia y uso de la tierra, estudios cursados, familia a cargo y datos del grupo familiar. (Ver modelo de la segunda entrevista en el Anexo) Como la realización de esta entrevista coincide con la reintroducción de la ocurrencia de la Fiebre Aftosa en la Argentina, luego de lograr el status de libre sin vacunación en el año 1999, y en su erradicación se implementó un plan que conjugaba los esfuerzos y recursos tanto públicos como privados, se aprovecha la oportunidad para recabar la opinión de los productores respecto a la acción tanto del sector público como privado, frente a los nuevos sucesos, y a su participación en la lucha sanitaria en ambas ocasiones, en el plan anterior y actualmente. 8. La actividad pecuaria en el Partido de Balcarce Según el Censo Nacional Agropecuario de 1988, el partido de Balcarce posee una superficie de 412.000 has., en las que se desarrollan actividades agrícolas y ganaderas que involucran a alrededor de 1340 productores. Este partido se ubica en el sudeste bonaerense y presenta dos grandes áreas bien definidas, dentro de la unidad político geográfica del mismo, destacándose una zona bastante extensa que va aproximadamente desde la Ruta Nacional 226 hasta el límite con Tandil, Ayacucho y Mar Chiquita y la otra, que se extiende hacia el sudeste, limitando con los partidos de Lobería, Gral. Alvarado y Gral. Pueyrredón. De esta forma se delimitan dos grandes áreas, una definida 41 como de cría (con características de producción extractivas, similares a la Cuenca del Salado) y recría, y una segunda como de recría e invernada y elevada participación agrícola (ver mapa N°2). La agricultura ocupa un lugar destacado en el conjunto de actividades agrícolas, de la totalidad de superficie se destina a agricultura cerca de 135000 has., las que se dedican a cultivos anuales como el trigo, girasol, maíz papa, soja, avena, alpiste, y otros cultivos hortícolas. Respecto a la ganadería, de acuerdo a los registros de SENASA, el stock bovino oscila alrededor de las 240000 cabezas en promedio en los últimos 4 años (Ver Tabla N°1), correspondiendo el mismo a la presencia de aproximadamente 800 explotaciones pecuarias. Tabla N° 1: Existencias ganaderas de Balcarce según categorías Período 1997 – 2000 año vaca vaquill novillo novilli ternero ternera toro total 1997 1998 1999 2000* TOTAL Promedio 103.410 95.665 105.563 104.653 28.517 28.270 33.674 32.144 13.411 14.682 10.798 22.473 19.155 14.720 15.798 13.113 31.797 33.929 36.205 35.909 37.186 38.135 41.025 33.997 6.373 6.513 6.272 6.793 239.849 231.914 249.325 249.670 102.323 30.651 15.341 15.696 34.460 37.568 6.488 242.689 * en base a información RENSPA Fuente: Elaboración propia en base a datos SENASA En la Tabla N°2 se presenta la evolución de la distribución de la cantidad de explotaciones y cantidad de has., según escala de superficie, en el período 1994 – 2000, verificándose cierta regularidad en la estructura de la producción pecuaria. Si bien en la tabla se registra una diferencia en el primer estrato, es posible afirmar que la misma se debe a que los productores de menor tamaño no han concurrido a cumplimentar el trámite de inscripción en el RENSPA, 42 trámite a su vez indispensable para las transacciones de compra y venta y movimiento de ganado, es probable que dichos productores operen fuera de los canales tradicionales de comercialización. Tabla N° 2: Número de explotaciones y superficie según escala de tamaño - Período 1994 – 2000 1994 2000* Estrato Expl % Superf. % Expl % Superf. % 0-25 146 17,92 1687 0,54 25 5,0 371 0,12 26-100 215 26,38 13635 4,40 129 21,10 8223 3,11 101-500 275 33,74 72433 23,37 283 46,39 78500 28,5 501-1000 100 12,27 70829 22,85 113 18,52 80341 29,34 10015000 * 5000 77 9,45 131413 42,39 58 9.50 106273 38,81 2 0,24 20000 2 0.30 13573 4,95 Total 815 100 309997 100 610 100 287.281 100 6,45 * en base a datos RENSPA Fuente: Elaboración propia en base a datos SENASA En cuanto al régimen de tenencia de la tierra, en base a la misma fuente, se comprueba que en la producción ganadera predomina la propiedad en cerca del 75 % de las explotaciones, en tanto el arrendamiento alcanza el 25 % restante, en ambos períodos. Las encuestas realizadas determinaron que el 77% es propietario, el 10 % arrendatario, mientras el 13 % restante es propietario y arrendatario a la vez, esta tercer categoría, - combinación de ambas formas -, no son registradas como tal en la base de datos consultadas, razón por la cual es posible que la superficie arrendada se encuentre subregistrada, debido a que no se considera la cantidad de hectáreas ocupadas por el ganadero arrendatario que a su vez es propietario. 43 Cuando se distribuye el número de explotaciones según tipo jurídico surge que en ambos períodos la mayoría (59 y 64 %) corresponden a formas unipersonales de tenencia, mientras el 41 % y 36 % son sociedades ya sea de hecho u otro tipo de sociedad (ver Tabla N°3). Dentro de las sociedades de hecho se contabilizan las sucesiones y las sociedades conformadas por hermanos, en los que en general predominarían productores familiares y productores familiares capitalizados. Tabla N°3: Distribución del tipo jurídico según escala de tamaño de la Explotación - Período 1994 – 2000 1994* 2000** Estrato Personal S.Hecho SA,SRL, Personal S.Hecho SA,SRL, SCA, SCA, 0-25 10 11 2 17 1 26-100 170 35 11 104 12 8 101-500 157 66 42 187 44 53 501-1000 41 24 28 58 20 34 1001-5000 25 18 39 16 4 37 > 5000 2 2 2 Total 403 154 124 382 83 134 % 59 23 18 64 14 22 * incluye sólo propietarios * *Datos RENSPA incluye propietarios y arrendatarios Fuente: Elaboración propia en base a datos RENSPA y Registro de vacunación SENASA En Balcarce se combinan las explotaciones de cría, que se desarrollan en una amplia zona colindante con la Cuenca del Salado y las del ciclo completo, ubicadas hacia el sudeste, tal como se describiera anteriormente y se refleja en el Mapa N° 2. Cuando el análisis de los sistemas de producción se realiza por estrato, Tabla N° 4, la cría y recría tienen una predominancia en el estrato de 0 a 200 ha, superando ampliamente con el 50 % de las explotaciones, la participación relativa de invernada y ciclo completo, a partir del estrato comprendido entre 201 a 300 has 44 45 Tabla N°4: Número de establecimientos por estratos de superficie en has., cantidad de animales y sistemas de producción – En % Estratos Hectáreas % Animales % Crí Re- Inv Ciclo Otros a cría comp 0 –200 24741 8.6 33491 13.4 110 15 46 67 3 201 – 300 12879 4.5 13912 5.6 16 7 10 19 301 – 400 23232 8.0 22224 8.9 18 9 21 15 3 401 – 500 26155 9.1 24851 9.9 16 3 10 26 2 501 – 600 14193 4.9 11399 4.6 7 4 12 3 601 – 700 23582 8.2 14927 6.0 8 4 16 9 1 701 – 800 18248 6.3 13128 5.2 7 4 30 801 – 900 7764 2.7 7904 3.2 1 3 12 901 – 1000 15552 5.4 9091 3.7 3 5 2 1001 – 2000 54730 19 47416 19.0 12 6 3 23 2001 – 4000 39204 14 24517 9.8 6 1 6 1 > 4000 27001 9.3 26810 10.7 5 TOTAL 287.281 100 249.670 100 204 60 107 226 13 Fuente: elaboración propia RENSPA – SENASA - Balcarce año 2000. En el partido de Balcarce de los sistemas de producción detectados un 39 % corresponde a la cría un 31 % al ciclo completo, mientras que la invernada y recría se reparten el 15 % y el 13 % respectivamente (ver Gráfico N°1). Gráfico N°1: Sistemas de producción en ganadería en el partido de Balcarce - En % - Ciclo completo 31% Invernada 15% Otros 2% Cría 39% Re-cría 13% Fuente: elaboración propia en base a datos RENSPA 46 9. Heterogeneidad social en la ganadería balcarceña En la zona de Balcarce coexisten productores que manejan explotaciones con racionalidades distintas lo que determinan diferentes estrategias de producción. Según Cittadini, R et al (1990), las formas de la organización social de la producción, medidas por la importancia relativa de la mano de obra familiar o asalariada y la dotación de recursos productivos constituyen variables que permiten establecer tipos sociales agrarios definidos. En este estudio, se seleccionan a priori al grupo de productores comprendidos entre 200 a 800 hectáreas, a los efectos de indagar en ese segmento como se desarrollan las prácticas ganaderas y que vinculación existe entre estas prácticas y el tipo social agrario al que pertenece el productor. Como una aproximación al estudio de los tipos sociales agrarios en el Partido de Balcarce se considera a la variable mano de obra como un elemento de corte para diferenciar distintos tipos de productores agrarios identificándose tres tipos sociales según la presencia o ausencia de mano de obra asalariada. En este sentido, con la variable mano de obra empleada9 se establece aunque pueda existir alguna diferencia, por recurrir a una sola variable de corte - una aproximación a una tipología del estilo del que han desarrollado otros autores. Así, se clasifica: i) como familiares no capitalizados a aquellos que no poseen mano de obra asalariada y su actividad agrícola se basa en el trabajo familiar; ii) otro grupo esta representado por aquellos productores que al 9 Archetti, E y Stölen, K (1974), plantean que en algunos enfoques el criterio principal para definir la economía campesina es la utilización exclusiva de fuerza de trabajo familiar, el punto de partida de estos autores es, por supuesto, el trabajo familiar, el trabajo directo del productor, pero es posible pensar que la venta de fuerza de trabajo propia o la compra de ajena pueden actuar como complementos necesarios del ciclo productivo y pueden deberse a factores como condiciones ecológicas, tipo de cultivos, y tamaño y composición de la familia. Detrás de este razonamiento se supone que la acumulación de todo excedente depende necesariamente de la cantidad de fuerza de trabajo asalariada utilizada en el proceso productivo. 47 trabajo familiar en la explotación suman mano de obra asalariada, al que se denomina familiares capitalizados y iii), un tercer grupo definido como empresariales, en el cual las tareas agropecuarias son realizadas por empleados asalariados exclusivamente, siendo la actividad del productor exclusivamente de gerenciamiento. Se emplean las categorías de análisis de Archetti, E y Stölen, K (1974), una economía empresarial se caracteriza por el hecho de que la fuerza de trabajo es asalariada, la calificada y la no calificada, y el capitalista se reserva para sí las tareas de control de la combinación de los recursos en el proceso productivo. Por otra parte, en una estancia tipo del partido también es posible encontrar que incluso a nivel de ejecución y administración se emplea personal asalariado como capataces, administradores, mayordomos o profesionales como ingenieros agrónomos o veterinarios. Con la información recabada en la segunda entrevista, se determina que del total de las 48 encuestas realizadas cinco (5) no tenían empleados asalariados, siendo ellos mismos los que realizaban las tareas. Doce (12) además de trabajar ellos mismos tenían mano de obra asalariada, mientras que treinta y uno (31) de los entrevistados, indicaron que no trabajaban directamente en la explotación, cuentan con personal para realizar los trabajos rurales, asumiendo generalmente la gestión del establecimiento. En la Tabla N°5, se determina la participación relativa de asalariados según tipo de productor. 48 Tabla Nº 5: Cantidad de explotaciones según forma de organización laboral. TIPOLOGIA SIN EMPLEADOS FAMILIAR-NO 5 CAPITALIZADO FAMILIAR CAPITALIZADO EMPRESARIO - FAMILIA MAS EMPLEADOS - EMPLEADOS % SOLAMENTE 10,0 % 12 - 25,0 % - 31 65,0 % Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas Esta situación se refleja también cuando se pregunta sobre el número de empleados mensualizados, en la Tabla N°6 se registran la cantidad de empleados según tipo de productor considerado, comprobándose que un 87 % posee entre 1 a tres empleados, e incluso un 10 % de los tipos empresariales contratan a más de seis personas. Por otra parte los familiares capitalizados a pesar de estar ellos mismos trabajando en la explotación en un 50 % de los casos emplean entre dos y tres empleados. Tabla N°6: Cantidad de empleados mensualizados y tipos sociales Agrarios. En % NUMERO DE EMPLEADOS FAMILAR-NO CAPITALIZADO FAMILIAR CAPITALIZADO 1 5 (42%) 2-3 6 (50%) 4-6 1 (8%) >6 Total 12 (100%) Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas EMPRESARIAL TOTAL 15 12 1 3 31 20 18 2 3 43 (48 %) (39 %) (3%) (10 %) (100%) Cuando se analiza la utilización de la figura de contratistas en la producción encontramos que un 50 % del total de los entrevistados usan este servicio. Al realizar una descripción del uso según tipología se observa que el 60 % de los familiares no capitalizados y el 52 % de las formas empresariales no utilizan 49 esta figura en su producción, mientras que las formas familiares capitalizadas si lo hacen en el 58% de los casos (ver Tabla N°7). Es comprensible explicar que los familiares no capitalizados realizan ellos mismos la producción presumiblemente, mientras que tanto en los familiares capitalizados y empresarios pueden disponer o no de maquinaria propia que les permite elegir de acuerdo a la rentabilidad esperada. Tabla N°7: Participación relativa de la presencia de contratistas rurales según tipos sociales agrarios CONTRATISTAS Familiar no capitalizado Familiar Capitalizado Empresarial Total SI utilizan NO utilizan Total 2 (40%) 7(58%) 15 (51%) 3 (60%) 5(42%) 16 (52%) 5 12 31 Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas 24 (50%) 24 (50%) Según la escala de tamaño de la superficie de tierra, si se consideran estratos a intervalos de 100 hectáreas, en la Tabla N° 8, se observa: • En los estratos más bajos de 200 a 300 has están ubicados la totalidad de los productores familiares no capitalizados10. • En los estratos más bajos de 200 a 300 has, también se corrobora la presencia de productores empresariales (29 %). • En el estrato de 700 a 800 se ubican los establecimientos mayoritariamente con formas familiares capitalizadas (42%). En este caso se verifica la presencia de hijos universitarios (veterinarios) trabajando en la misma explotación y por otra parte son sociedades familiares como hermanos y esposas. 50 Tabla N° 8: Tipos de productores y estratos por escala de superficie- En % SUPERFICIE Has. 200-300 301-400 401-500 501-600 601-700 701-800 TOTAL FAMILIAR-NO CAPITALIZADO 5(100%) 5 FAMILIAR CAPITALIZADO 3(25%) 1(8%) 3(25%) 5(42%) 12 EMPRESARIAL TOTAL 9(29%) 3(10%) 5(16%) 4(13%) 5(16%) 5(16%) 31 17 3 6 7 5 10 48 Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas Tal como se enuncia más arriba, en cuanto a la tenencia de la tierra el 77,1 % son propietarios, el 10,4 % arrendatarios y 12,5 % además de ser arrendatarios son propietarios. En la Tabla N°9, se relaciona estas categorías de análisis con los tipos de productores. Tabla N°9: Participación relativa de la tenencia de la tierra según tipos sociales agrarios TENENCIA Familiar no Familiar capitalizado Capitalizado PROPIETARIO 3 (60%) 8 (67%) ARRENDATARIO 1 (8%) PROP/ARRENDAT 2 (40%) 3 (25%) TOTAL 5 12 Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas Empresarial Total 26 (84%) 4 (13%) 1 (3%) 31 37 5 6 48 En la misma se observa que la forma combinada Propietario/Arrrendatario es mayor en los familiares no capitalizados y en los familiares capitalizados, cuestión, que puede atribuirse en parte a la búsqueda de superficie con pastos para su ganado que no pueden cubrir con tierras de su propiedad o capitalización de hacienda. En cambio, la forma pura de arrendamiento es mayor entre los empresariales, donde prima la lógica de maximización del beneficio a través de negocios de capitalización de hacienda, formas de 10 De acuerdo a Chayanov, 1996 dentro de los productores encuadrados en familiares, campesinos, minifundistas o pequeños productores existe un rasgo común a todos ellos que es 51 mediería y compra - venta de animales para engorde rápido, o negocios ocasionales, que son posibles porque cuentan con capital de inversión. El tipo jurídico de explotación unipersonal prima en la ganadería del partido (Tabla N°10) con el 62 %, correspondiendo el 80 % a los productores familiares no capitalizados. Como es de esperar la presencia de sociedades es mayor en los dos tipos de productor, no obstante en los familiares capitalizados las sociedades se deben a sociedades entre hermanos o familias. Tabla N°10: Formas jurídicas de las explotaciones seleccionadas. Modalidad Familiar no Familiar capitalizado Capitalizad o Unipersonal 4 8 Soc. de hecho 1 4 Soc. Anónima 0 0 Empresarial Total 18 9 4 30 14 4 Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas Cuando se analiza los ingresos extraprediales11 que poseen los productores entrevistados, (Gráfico N° 2) se observa que en la mayoría de los productores familiares no capitalizados, poseen otros ingresos adicionales a los que provienen de la explotación agropecuaria. En general, estos ingresos pertenecen a jubilaciones o la actividad docente de las esposas de los productores. la escasez de los factores de producción, tierra y capital, siendo el trabajo su principal recurso. Se trata de una variable que en otros estudios en la región pampeana (Neiman et al 1999) también se ha revelado como muy significativa. Por otra parte, Gonzalez et al (1996) en un estudio sobre el partido de Azul comprueban que el 45 % de los productores poseen ingresos extraprediales. 11 52 Gráfico N°2: Participación relativa de ingresos extraprediales en cada tipo Social - en % - 100 80 60 40 20 0 FNC FC tienen EE no tienen Fuente: Elaboración propia en base a encuestas Respecto a los estudios cursados por los productores entrevistados, en el Gráfico N°3, se constata que los familiares capitalizados y los empresarios han cursado estudios secundarios. Si bien la presencia de egresados del nivel terciario y universitario entre familiares no capitalizados y empresarios es semejante, cabe aclarar que en el caso de los familiares no capitalizados se debe a la profesión del titular del campo (veterinario). No obstante llama la atención que entre los familiares capitalizados no se encuentren profesionales, sin embargo un análisis más profundo de la familia de los productores demuestra que en algunos casos los hijos de los titulares del campo son profesionales ligados al agro o estudian ciencias afines. 53 Gráfico N°3: Relación de estudios cursados y tipo de productor - En % - 100 50 0 Familiar No Capitalizado Primarios Familiar Capitalizado Secundarios Empresarial Terciarios Universidad Fuente: Elaboración propia en base a encuestas En el Gráfico N°4 se refleja quien es la persona que lleva la administración de los establecimientos agropecuarios. Si bien la participación de la gestión de la producción por medio de administradores (17 %) es bajo, y en todos los casos corresponden al tipo empresarial. Gráfico N° 4: Administración del campo y tipos sociales. En número de encuestas 23 25 20 15 10 5 12 Personal 8 Administrador 5 0 0 Familiar No Capitalizado 0 Familiar Capitalizado Empresarial Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas 54 10. Prácticas ganaderas A fin de conocer la importancia que los productores asignan a tales variables, en un primer momento se realiza un análisis de las 73 encuestas de la primera etapa del trabajo a campo, sin discriminar por tipo social agrario. Así, se pregunta a los entrevistados que valor le asignan por orden de importancia a cada una de estas variables productivas. También se solicita que manifiesten cual de las variables enunciadas es a su criterio la práctica más fácil de acceder, y cual de ellas es la que más le preocupa porque merma su producción. Las respuestas al valor “importancia“ que se le asigna a cada una de las variables, fueron volcadas en una matriz en la que se rankea en el orden de prioridad que los productores asignan a cada tema. El primer lugar de prioridad, puede a priori agruparse en la categoría “muy importante“, al 2° lugar como “importante”, al 3° como “regular “importancia mientras que al último se lo consideró como de “nula importancia “. De esta forma y sumando cada una de las respuestas se establece el Gráfico N°5. 55 Gráfico N°5: Ranking porcentual de importancia de las variables de estudio que le asignan los productores según las encuestas. 120% 100% 80% 60% 40% 20% 0% MANEJO GENETICA Muy Import. NUTRICION Importante Regular SANIDAD Nulo Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas Agrupando las categorías de muy importante e importante en una sola variable de “Importante “ y la de regular y nulo como “No Importante”, se confecciona la Tabla N°11, que relaciona esta información con el tamaño de la explotación. Tabla N°11: Proporción de explotaciones por estratos de tamaño y totales que declararon darle importancia a cada una de las prácticas ganaderas consideradas. En % Estrato 200 –300 301- 400 401- 500 501- 600 601-700 701- 800 TOTAL Manejo Genética 39 40 58 50 41 78 42% 39 30 21 10 8 33 25% Nutrición Sanidad 61 50 64 70 75 67 64% 61 80 72 70 75 67 70% Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas 56 Como se observa en la misma, más de la mitad de las respuestas consideran a la variable manejo, como no importante, sólo en el estrato de mayor superficie se la considera importante. Por otro lado la genética se presenta como no importante para el 75 % de los entrevistados disminuyendo este porcentaje en los de menor superficie. Con respecto a nutrición y sanidad en ambas variables se destacan valores del 64 y 70 % respectivamente como ponderación de importancia. Esta situación es coincidente con los resultados detectados en las 10 primeras encuestas exploratorias. Resumiendo, todos estos datos se concluye que desde la percepción de los productores respecto a la importancia que le asignan a cada una de esas variables, resulta sumamente claro que la sanidad está en primer lugar con el 70% de los casos y en segundo lugar es para la nutrición, siendo la genética el último escalón. Sin embargo cuando se les pregunta cual es el aspecto que más le preocupa se encuentra que la nutrición ocupa el primer lugar para todos los estratos, salvo el comprendido entre 700 a 800 has. (Ver Tabla N°12). Tabla N°12: Participación relativa del grado de preocupación según estrato de tamaño para las variables del estudio - En % Preocupación Manejo Genética Nutrición Sanidad Total % 200-300 301-400 401-500 501-600 601-700 701-800 Total 11 10 20 17 0 10% 22 10 2 11% 50 70 64 50 75 44 59% 17 10 14 30 8 56 20 % 100 100 100 100 100 100 100 Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas 57 En la Tabla N°13, se sintetizan las respuestas sobre la valorización que hace el productor de las variables, en cuanto a preocupación y facilidad de acceso. Estas respuestas, fueron clasificadas como de valor Alto o Bajo, dependiendo de los valores absolutos encontrados en las entrevistas para cada una de las variables según el criterio de los entrevistados. Para la definición de la calificación de alto o bajo se considera al valor central de las observaciones (mediana=20) siendo considerado por debajo de este valor como BAJO y por encima como ALTO. Tabla N°13: Grado de facilidad y/o preocupación de acceso, asignado por los productores entrevistados, a las variables manejo, genética, nutrición y sanidad Manejo Percepción Facilidad ALTO Preocupación BAJO Genética Nutrición Sanidad BAJO BAJO BAJO ALTO ALTO BAJO Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas Respecto a las respuestas brindadas por los productores, pueden realizarse una serie de consideraciones: i) En principio respecto a la variable manejo, cabe pensar que la misma surge como la más conocida y fácil de acceder por parte de los productores, debido a que esta práctica forma parte de su actividad cotidiana y por lo tanto la reconocen como “lo que ellos saben hacer”. No obstante, es posible que desde la perspectiva científico – técnica se discuta acerca la eficacia de la misma, dado que no siempre lo que los productores hacen se condice con los que la bibliografía especializada y los técnicos recomiendan. Muchas veces las 58 recomendaciones no tienen en cuenta el tipo de producto al cual van dirigidos las propuestas técnicas12. ii) Respecto a la variable genética no se verifica en las encuestas realizadas que los productores le asignen suma importancia, al punto que en los resultados arrojados la enmarcan como el de menor significado para la producción. Por otra parte, se destaca la uniformidad de las respuestas en especial sobre el tipo de razas utilizados donde las británicas dominan con el Aberdeen Angus en cruza con Polled Hereford o sean los denominados caretas. De los 73 encuestados, el 81 % de los mismos respondieron usar cruzas de sangre entre Aberdeen Angus y Polled Hereford. Mientras el 12 % correponde a productores que utilizan más de dos razas, el 7 % restante posee las razas puras como Aberdeen Angus Colorado, Polled Hereford y Holando, que coincide con la actividad de cabañas de reproductores y tambo. Si bien la literatura sobre el tema recomienda reforzar el “vigor híbrido”13, mediante cruzamientos de razas puras, y esos cruzamientos volver a adicionarle una tercer raza, con el objetivo de aumentar la producción, en el relevamiento a campo no se comprueba que los productores presten mayor atención a esta cuestión, dado que la selección genética deliberada requiere mayores recursos forrajeros. Esto explica el motivo por el cual las razas caretas 12 En este sentido, Cittadini, R et al (1999), identifican cuatro tipos de sistemas de manejo que tienen lógicas productivas específicas, y que por ende articulan diferencialmente los componentes principales tomados en cuenta en la caracterización: reproducción (épocas de servicio, reposición de vientres, etc) manejo de lotes de animales y producción y utilización de recursos forrajeros en períodos claves y productos principales buscados. Los tipos que detecta en la pampa deprimida bonaerense ponen en evidencia una situación de diversidad que no era suficientemente reconocida hasta el momento por el INTA, a la vez que comprueba que para determinados sistemas no se disponen de referencias técnicas ajustadas a las necesidades del productor. 59 son las predominantes, aunque en el mercado exportador se demande otras razas. Esto se refuerza con los resultados obtenidos a campo donde el uso de más de dos razas se observa en estratos de más de 600 has, hecho, que señalaría que a medida que aumentan las superficies la tendencia es al uso de cruzamientos de tipo industrial como mejoradora del producto final (ver Tabla N°14) Tabla N°14: Cantidad de razas según estrato – En % HECTAREAS AAPH* UNA RAZA 200-300 83% 6% 301-400 80% 10% 401-500 79% 7% 501-600 90% 10% 601-700 83% 701-800 67% 10% TOTAL 81% 7% * Aberdeen Angus y Polled Hereford MAS DE DOS 11% 10% 14% 17% 20% 12% Fuente: Elaboración propia en base a encuestas Asimismo en los establecimientos de cría de bovinos al considerar la importancia de la variable genética debe pensarse en los siguientes tres aspectos de transmisión hereditaria: La reproducción: Son aquellos rasgos inherentes a la madurez sexual, fertilidad, facilidad del parto, porcentaje de terneros logrados etc. La producción: Se consideran la productividad y producción bruta como litros de leche, o kilos de carne. El producto final: Significa perseguir procesos que generen un mejor producto final al consumidor en concordancia con los conceptos de cantidad y calidad. 13 Consiste en la cruza de dos razas puras y tiene por objetivo cruzamiento de tipo comercial 60 Por otro lado, se comprueba que ente los productores seleccionados resulta nulo el uso de utilización de técnicas mejoradoras de la heredabilidad, como cruzamientos especiales, el uso de inseminación artificial o de transferencia embrionaria. ii) La nutrición resulta una variable donde los productores responden con seguridad acerca de las misma, en especial cuando se le establecen preguntas relativas a la alimentación del ganado como si tienen pasturas para sus animales, estos respondían afirmativamente independientemente de la superficie ganadera que poseían. Así mismo un comportamiento similar muestra la utilización de suplementos como los rollos y granos, en el primer caso todos lo usan, en tanto, al grano pocos lo emplean. Es posible que en el transcurso de los últimos meses la utilización de granos se haya incrementado debido a la presentación de la misma que responde a una nueva tecnología de almacenamiento y conservación del grano en bolsas continuas de polietileno conocidas como “chorizos”. En general los ganaderos tienen una cantidad de animales de acuerdo a la curva anual de pastos, y al aprovechamiento de rastrojos de la agricultura. En ese caso se parcelan las áreas de pastoreo de manera muy personal en superficies de 20, 25 o 50 hectáreas según la topografía de su suelo y características de sus potreros usando en la mayoría de ellos el alambrado eléctrico alimentado con baterías de tractores. En la Tabla N°15, se refleja que en el 75 % de la superficie dedicada a ganadería por los entrevistados existen pasturas14. 14 El Censo Nacional Agropecuario de 1988 registra para el partido de Balcarce, el 55 % de la superficie implantada con forrajeras anuales y perennes 61 Tabla N°15: Indicadores de la variable nutrición según estratos 200-300 301-400 401-500 501-600 601-700 701-800 Total Has Has con Relación Ganader Pasturas Hs.Pt/.Hg . a 2825 2310 0,82 2124 1492 0,70 3831 2616 0,68 3961 2790 0,70 4259 3544 0,83 2942 2198 0,75 19942 14950 Relación Rotación Rollos Hs.Pt/Htt R/73 0,75 Granos 0,58 0,42 0,43 0,50 0,46 0,32 0,12 0,08 0,15 0,09 0,15 0,09 0,8 0,9 0,8 0,8 1 1 0,28 0 0,21 0,1 0,33 0,33 0,44 0,70 0,88 0,22 Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas De la misma se desprende que cuando se asocia la superficie en hectáreas sembradas con pasturas, con relación a la superficie ganadera total, por estrato, los de menor superficie de hectáreas (200-300) y los de más de 600 hectáreas, son los que poseen la mayor proporción del campo con pasturas. Una explicación posible puede buscarse en la imposibilidad de los primeros en hacer agricultura por la escasa superficie de tierra y para conservar la ganadería se ven obligados a preservar los potreros de pasturas. Por otra parte la siembra de campos con pasturas es una fuerte inversión que necesita ser amortizada en varios años y por eso no rotan tan fácilmente esos suelos. Esta explicación escapa al análisis de esta tesis pero resulta evidente que estos productores echan mano a alternativas no tradicionales como mecanismos de supervivencia y quizás aumenten su superficie arrendando otros campos. Por otra parte hay investigaciones que también demuestran que los productores le asignan importancia a este aspecto, (Olmos M.R, Tandil 1996) que indica que el 60% de los ganaderos poseen pasturas perennes y que este valor es superado cuando se trata de producción lechera con más del 80 % de 62 los casos, como además este tipo de utilización es observable en los productores tipo empresariales y familiares capitalizados. Cuando se relaciona las hectáreas dedicadas a pasturas con las hectáreas totales manejadas en los entrevistados, se observa que el 44 % de la superficie total productiva se encuentra sembrada con pasturas. Como la receta tecnológica recomienda la rotación de animales en la pastura de manera sistemática en los pastoreos intensivos y semi-intensivos, se pregunta a los productores sobre la rotación o no de los animales, verificándose que el 70 % de los productores encuestados manifestaron rotar los animales en sus pastoreos. Las respuestas positivas obtenidas, fueron muy variadas e imprecisas a la hora de determinar el tiempo exacto de permanencia de los animales en cada potrero como la intensidad de pastoreo. Los productores responden que se fijaban cual era la altura del pasto según el corte que los animales hacían y recién ahí los rotaban. También señalan que dependía del crecimiento de las pasturas en función del clima, variable muy importante en la actividad agropecuaria. Esto demuestra una utilización de los recursos semietensiva, conforme a las condiciones ambientales. iv) Una explicación posible a la uniformidad de criterios en las prácticas en sanidad se debe a la sistematización de tareas que se detecta en los productores cuando se le pregunta si previene las enfermedades. En ese punto es coincidente observar que la totalidad de ellos realiza alguna práctica de prevención siendo la más generalizada la aplicación de vacunas. Así el 88 % de los productores afirmaron con seguridad no tener problemas con las enfermedades de los animales. Sin embargo a la hora de preguntar ¿cual es la principal causa de muerte de los animales en los últimos años?, los 63 productores comienzan a recordar patologías, algunas de las cuales terminaron en mortandad. En esta cuestión es importante aclarar que las respuestas son asociadas a las patologías (enfermedades) con la muerte y en consecuencia desencadenaron preocupación del entrevistado, que lo lleva a recordar sucesos de los últimos 5 años, infiriéndose que realmente este hecho los había impactado o preocupado en ese momento. En la Tabla N°16, se construye un ranking con las principales patologías por escala de tamaño, que fueron causa de muertes en los últimos 5 años en las explotaciones de los entrevistados. Tabla N°16: Principales patologías detectadas en las encuestas según Superficie Estratos Bacterias Virales Parasitarias Metabolicas Obstetricas. Carenciales 200-300 9 0 3 4 301-400 4 0 1 2 401-500 6 0 1 5 501-600 5 0 2 1 601-700 6 1 * 1 2 701-800 4 0 0 4 Total 34 1 8 18 Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas 2 1 1 3 0 0 7 4 0 2 2 2 0 10 Total 22 8 15 13 12 8 78 En la tabla se rescatan 78 observaciones patológicas realizadas por parte de los productores, las que se agrupan en una clasificación según el agente etiológico que lo provoca. Las enfermedades de tipo bacteriano son las de mayor peso con el 34 %, seguidas por las metabólicas con el 18 % y las carenciales con el 10%. Por otro lado en las enfermedades vírales no se detectaron registros, a excepción de un solo caso, que corresponde a diarrea viral bovina (DVB), concluyéndose que es detectada porque el dueño de la propiedad es un 64 veterinario. En estos casos la baja de los registros puede ser explicada en dos aspectos: por un lado la dificultad del diagnóstico y otra la complejidad del control, ya que no se cuentan con buenos inmunógenos y capacidad de detección precoz, siendo probablemente algunas patologías bacterianas consecuencia de las vírales y no a la inversa. En el complejo de enfermedades metabólicas se considera a las intoxicaciones y los problemas de empaste, mientras que en las carenciales está presente la carencia de nutrientes, como los oligoelementos como el magnesio que fue la respuesta de más observaciones registradas con el 13 % del total. Asimismo, cuando se interroga acerca de la consulta periódica o si reciben asesoramiento de veterinarios en la explotación, de los 73 entrevistados,14 manifiestan que contratan los servicios profesionales de forma permanente, 4 de ellos son veterinarios los mismos dueños, y el resto que a veces lo hacían. Esto significa que el 20 % del total, contemplan en los planes de producción la incorporación de un médico veterinario, mientras que el 80 % restante lo hacen cuando tienen problemas que no pueden solucionar. En la Tabla N°17, se verifica que el asesoramiento del médico veterinario en forma permanente, como es de esperar resulta en los productores de mayor escala de tamaño. Tabla N° 17: Cantidad y porcentaje de establecimientos según tipo de utilización de servicios veterinarios. Encuestas Veterinario Veterinario Permanente dueño 200-300 18 1 (6%) 301-400 401-500 501-600 601-700 701-800 TOTAL 10 5 1 12 9 73 1 5 1 3 3 14 (10%) (100%) (100%) (25%) (33%) (19%) 4 Fuente: elaboración propia en base a encuestas 65 Si bien las prácticas ganaderas descriptas son similares entre los productores de los distintos estratos según tamaño de superficie que manejan, es posible que existan diferencias cuando se analiza el tipo de productor desarrolla estas actividades. 11. Percepción de los productores respecto a la importancia de las prácticas ganaderas según tipo de productores En la Tabla N°18, se registran la importancia que los productores asignan a cada práctica ganadera. Cuando los productores la ubican en primer o segundo lugar, ser relaciona con importancia alta, mientras que se reserva para el tercer y cuarto lugar el valor bajo. Tabla N °18: Importancia asignada por los diferentes tipos de productor a las prácticas ganaderas Familiar-no capitalizado Familiar capitalizado Empresarial MANEJO GENETICA NUTRICION SANIDAD baja Baja Alta Alta Alta Baja Alta baja Baja Baja Alta Alta Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas Así, los productores caracterizados como familiares capitalizados difieren de los otros, en que asignan alta importancia al Manejo como variable productiva, frente a los demás que plantean que la Sanidad es importante. Es posible que en la respuesta de los productores familiares capitalizados haya un fuerte componente que asocia al manejo con la experiencia en el saber hacer, o sus destrezas o habilidades como productores. En tanto se puede pensar que los productores familiares no capitalizados le atribuyan alta importancia a la variable sanidad porque la asocian a enfermedades o muertes que hayan 66 sufrido sus animales, mientras en la respuesta de los productores empresariales prime la lógica de la mayor productividad y calidad de la producción. Cuando se les pregunta cual de las prácticas enunciadas les preocupa más porque merma su producción, los tres grupos coinciden en señalar a la nutrición. Sin embargo difieren respecto a la facilidad de acceso a las variables, para los familiares capitalizados es el manejo y para el resto la sanidad. 12. Tipos sociales agrarios y prácticas ganaderas en el partido de Balcarce A partir de los resultados obtenidos, donde la sanidad resulta en primer lugar y la nutrición en segundo lugar, con casi igual importancia, y son las más sentidas y valoradas por los productores, se asociaron las cuatro variables al tipo de productor a fin de encontrar diferencias y similitudes entre las prácticas ganaderas desarrolladas por los distintos tipos sociales agrarios presentes en el partido de Balcarce, en los diferentes sistemas de producción predominante en cada tipo de productor (Tabla N° 19). Tabla N° 19: Sistemas de Producción por tipo Social Sistema de Empresarial Familiar Familiar-no producción Capitalizado capitalizado ENGORDE-Ciclo 66% 55% 75% Completo INVERNADA 24% 11% PURA CRIA 5% 33% 25% TAMBO 5% - - Fuente: elaboración propia en base a encuestas Si bien la orientación productiva predominante de los productores analizados es el engorde en su forma de ciclo completo, se observa que en particular en 67 los productores empresariales existe una tendencia hacia formas más especializadas como invernada, con procesos productivos que requieren una mayor inversión y dedicación como son los feed loot y los tambos. Por el contrario en los productores familiares capitalizados y familiares no capitalizados la cría cobra importancia, dado que es una producción que les permite por una parte combinar mejor los factores de producción - en especial la menor dotación en el recurso capital, a la vez que requiere de campos de menor fertilidad. 12.1. Manejo A fin de comparar las estrategias en el manejo de los distintos tipos de productores, se seleccionan entre las prácticas que conforman esta variable, seis indicadores, tales como: cantidad de toros, días de servicio o entore, porcentaje de productores que hacen tacto rectal, promedio de días esperados para la realización del tacto rectal, edad al primer parto, rango de destete, e índice de registros de producción. Cabe destacar que el uso de alambrado eléctrico y parcelamiento fueron descartados luego de la encuesta piloto, porque constituyen una práctica generalizada en los tres grupos de productores. En el análisis de la variable manejo se observa que muchas respuestas a las técnicas utilizadas han demostrado ser bastantes semejantes entre sí, en parte asociado a la generalización de las técnicas, no obstante en dos de ellas se encuentran valores que marcan un corte definido entre los productores cuando se interroga sobre el uso de la técnica del tacto rectal y de la practica de llevar registros en la producción. 68 Al analizar el porcentaje de productores que realizan tacto rectal (81 % en los empresariales contra 50 % en los productores familiares no capitalizados), como en aquellos, que llevan registros de la producción, donde el 60 % de los productores empresariales manifiestan contar con los mismos, lejos de los familiares capitalizados y no capitalizados, quienes dicen llevar registros en un 35 % y 25 % respectivamente. En el indicador % de destete se calcula el rango entre mínimos y máximos conseguidos por tipo social, corroborándose un menor valor en las formas familiares no capitalizadas comparado con los valores logrados por los familiares capitalizados y los empresarios. Respecto a los días de entore, se detecta en todos los grupos sociales casos de alargamiento en los días dedicados al servicio de los toros que en algunos casos han llegado a 120 y 180 días, aunque la recomendación técnica indica que el óptimo es 70, 85 días, para alcanzar una mayor productividad y lograr un ternero al año, cualquier maniobra que intente alargar el período de servicio en principio conspira contra el logro de la mayor producción. En este sentido un indicador muy útil para medir la eficiencia en este aspecto es el % de terneros destetados al año. Los productores contestan que logran alrededor del 90 % de destete, pero no consideran el año calendario en sus cálculos (ver Tabla N°20). 69 Tabla N°20: Indicadores de Manejo según tipología social Indicadores MANEJO MEDIANA TOROS Empresarial Familiar Capitalizado Familiar-no capitalizado 3 3 3 XDIASSERVICIO 100 115 112 %- Tacto Rectal 81 60 50 XDIASPOSTSERV 90 100 92 28,3 26,2 32,5 80 - 97 86 - 92 50 - 92 60 35 25 XMESES E1°P % Destete IND-REGISTROS Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas 12.2. Genética En esta variable se consideraron como principales indicadores a analizar, la inseminación artificial, el transplante embrionario, los tipos de cruzamiento y el tipo de raza. En concordancia con el análisis realizado en el item 3, a excepción de contados casos que pertenecen a productores empresariales (tambo y cabaña) no se pudo determinar valores ideales para cada tipo social, dada la ausencia de utilización de técnicas o prácticas sofisticadas como transferencia embrionaria o inseminación artificial en todos los casos. En cuanto a tipo de raza y tipos de cruzamiento no existen diferencias sustanciales entre los tres tipos sociales bajo estudio. El amplio predominio de cruzas clásicas, se atribuye en parte a que desde el punto de vista comercial, el producto final, denominado careta, tiene amplia aceptación para consumo en el mercado interno y por otra parte de fácil adaptación a las otras prácticas productivas, debido a que son animales de menor peso a la edad faena, que requiere menor recurso forrajero y demuestran una buena resistencia a las enfermedades. A pesar de que en el 70 tema comercial muchas veces desde el mercado externo se demandan animales de mayor peso, que implica cruzamientos con razas continentales. 12.3. Nutrición En este caso, se tomaron en cuenta cuatro indicadores tales como: uso de rollos, utilización de granos, promedio de superficie cubierta con pasturas y promedio de superficie ganadera en has. En la Tabla N°21, se transcriben los valores obtenidos en las entrevistas en cada indicador. Si bien en todos los casos se comprueba que más del 75 % de a superficie dedicada a ganadería se encuentra cubierta con pasturas, si bien en los productores caracterizados como familiares no capitalizados se registra una cifra mayor cuando se relacionan has con pasturas y has. ganaderas, este valor se relativiza cuando se contabiliza la antigüedad de la pastura. Este indicador permite encontrar una brecha entre los tipos sociales descriptos, ya que muestran una mayor tasa de renovación en pasturas en las formas empresariales y familiares capitalizados. Tabla N° 21:Indicadores de la variable nutrición según tipos sociales. Indicadores de NUTRICION Superficie con pasturas Empresarial 205 Familiar Familiar no Capitalizado capitalizado 230 117 77 75 89 Porcentaje con pasturas sobre has. ganaderas Tiempo de uso de pastura promedio en años Superficie ganadera 3 4 5 265 305 131 Porcentaje de utilización de rollos 100 100 100 Porcentaje de uso de granos 33 66 50 Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas 71 Por otra parte, en las formas de organización de la producción denominadas familiares capitalizadas, se observa una mayor diversificación en la nutrición de los animales, a través de la implementación del uso de granos. 12.4. Sanidad A fin de analizar el comportamiento de los tipos sociales frente a esta práctica, se analizaron los siguientes indicadores: hallazgos de enfermedades reconocidas por los productores, consulta permanentes u ocasionales a los profesionales veterinarios y tratamientos preventivos. Respecto a las enfermedades señaladas por los productores, una primera lectura de la Tabla N°22, demuestra que los productores empresariales y los familiares capitalizados son los que identifican la mayor diversidad y tipo de patologías, de donde se infiere que prestan más atención a la sanidad de sus rodeos, para lograr una mayor productividad. Mientras, que en las formas familiares capitalizadas se registra el mayor número en las patologías asociadas al timpanismo (empastes), que se vincula directamente con el tiempo de permanencia de los animales en la pastura, la intensidad de la carga animal y la producción del forraje. También existe un mayor porcentaje de enfermedades ocasionadas por bacterias, cuestión que puede relacionarse con escasa vacunación para prevenir estas enfermedades. Cuando se analizan los indicadores obtenidos para los productores familiares no capitalizados, se observa que reconocen que sus animales padecen un grupo reducido de enfermedades, siendo las de mayor importancia relativa aquellas patologías que se identifican con la presencia de bacterias como agentes causales de la enfermedad, las parasitarias y las intoxicaciones. En 72 primer término se puede decir que las enfermedades que nombran son las que conocen, y después cabe aclarar que los tratamientos preventivos de parasitarias son caros. Vale aclarar que si bien la prevención de bacterias es menos onerosa, se deduce que la vacunación en las mismas es conforme a la aparición de los problemas, dado que cuando se pregunta si previenen responden afirmativamente, este hecho contradice las respuestas suministradas en enfermedades con el tipo de vacuna que dicen aplicar los productores. En tal sentido, los recientes planes nacionales de lucha contra brucelosis y tuberculosis, identificadas como importantes zoonosis15 en la región, debe contemplar una estrategia diferencial para estos productores. Por otra parte, estas enfermedades se penalizan en el comercio regional (MERCOSUR) e internacional de productos lácteos.16 Tabla N°22: Indicadores de medición de la variable sanidad según tipo de productor - En % SANIDAD Empresarial 29 Familiar Capitalizado 33 Familiar no capitalizado 50 BACTERIAS PARASITOS 2 11 25 METABOLICAS 29 22 - OBSTETRICIAS 10 11 - INTOXICACION 14 - 25 TIMPANISMO 11 - - Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas 15 Se denomina zoonosis a las enfermedades que afectan conjuntamente al hombre y a los animales. 73 Respecto a las consultas al profesional veterinario se comprueba que el 100 % de los productores familiares no capitalizados no contrata estos servicios en forma permanente, porcentaje que se reduce al 77% y 67 % respectivamente en los productores familiares capitalizados y empresariales. 13. La sanidad desde la perspectiva de los productores: el caso de la reciente reintroducción de la Fiebre Aftosa en la Argentina. La coincidencia de esta investigación con la reciente reintroducción de la fiebre aftosa en la Argentina, plantea una oportunidad para conocer la opinión y propuestas de los distintos tipos sociales frente al nuevo escenario. Cabe aclarar que la erradicación de la enfermedad en 1999 fue posible gracias al esfuerzo conjunto del sector público y privado que comprometieron recursos en dicha lucha. En este contexto, a fin de interpretar la posición de los productores, se presenta a continuación una breve reseña de la lucha antiaftosa en el país, y las acciones a seguir que proponen los diferentes tipos sociales en el partido de Balcarce 13. 1. Breve reseña de la lucha antiaftosa en el país El organismo rector de la salud animal en Argentina corresponde al Servicio Nacional de Sanidad Animal (SENASA), cuya responsabilidad es velar por la calidad y sanidad pecuaria con el objetivo de aumentar la eficiencia de la producción interna y mejorar la competitividad en los mercados externos. Entre las enfermedades de los animales se distingue la presencia de fiebre aftosa, la que es objeto de una lucha organizada desde 1962. El período comprendido entre 1962 hasta 1973, la lucha sanitaria se caracteriza por una 16 La totalidad de los tambos que entrega su producción a las usinas lácteas de primera línea están obligados a ser libres de brucelosis y tuberculosis, obteniendo diferencial de precios por esa condición. 74 estrategia basada en una vacunación sistemática en forma cuatrimestral, en manos del productor individual, con una vacuna de baja calidad y en la que no se compromete a otras instituciones públicas y privadas ligadas a la actividad. Producto de esta situación, el período se caracteriza por un continuo descreimiento del sector productivo acerca de la efectividad de las campañas, que lleva en muchos casos al abandono de la vacunación, no obstante, se logra reducir la frecuencia y morbilidad de los animales pero no se modifica el comportamiento epidemiológico de la enfermedad. Desde 1973 hasta que se formula el Plan Nacional de Control 1990-92, es una etapa en la que se acentúa el descreimiento de la comunidad ganadera producto de la escasa cobertura vacunal, especialmente en las zonas endémicas primarias, pero a mediados de los '80, aparece una nueva vacuna de alta calidad, con seis meses de inmunidad que da lugar a la formulación de algunos planes piloto, que logran modificar el comportamiento epidemiológico de la enfermedad y a la vez remontar la credibilidad del sector pecuario. A partir de este hecho, en diciembre de 1989 se lanza un nuevo ciclo en la lucha sanitaria a través del Plan Nacional de Control de Fiebre Aftosa 1990-1992. Esta etapa se caracteriza por la presencia de una vacuna oleosa de excelente calidad por su mayor período de protección, la implementación de estrategias diferenciadas en base al reconocimiento de diferentes ecosistemas para la enfermedad, por la credibilidad y participación activa del productor e instituciones públicas y privadas ligadas al sector agropecuario, las que a su vez cuentan con una decisión política de carácter nacional y los correspondientes recursos económicos que permiten la ejecución del Plan. 75 A partir de la de descentralización y modernización del Estado iniciada a mediados de la década del 80 en el país, se profundiza una etapa signada por la participación activa de los distintos ámbitos de la comunidad, situación a la que no es ajena el sistema agropecuario. El hecho más significativo lo constituye la participación real y no simbólica de los productores en la lucha sanitaria contra la aftosa que permite la erradicación en 1999. El proceso de ajuste y apertura al que se somete el sistema socioeconómico nacional conlleva a la reestructuración del sector público asumiendo el sector privado un rol de mayor protagonismo en el diseño y ejecución de la política dirigida al sector. La participación efectiva de la comunidad en la organización, ejecución, financiamiento y evaluación de las actividades de lucha contra la fiebre aftosa se materializa a través de la conformación de comisiones de lucha en los distintos niveles nacional, provincial y local, en las cuales quedan incorporados todos los sectores interesados en la solución de este problema sanitario. La experiencia en proyectos de salud animal demuestra que algunos programas formulados lógicamente y basados en sólidos conocimientos teóricos, han logrado escasos y parciales resultados. Quizás una de las causas a este fenómeno debe buscarse en la falta de definición previa de los roles y funciones de las instituciones y actores sociales ligadas a la actividad pecuaria, como así también, la debida atención en la unidad responsable de la ejecución y el control de su eficiencia operativa. 76 El Plan Nacional de Control 1990-92 y de Erradicación a partir de 1993, resultan una experiencia inédita en el país, no sólo por integrar y comprometer a todos los actores sociales interesados en el combate de la aftosa, cuestión que le otorga un carácter participativo, sino también por la magnitud y grado de organización alcanzado. 13.2. Opinión de los productores entrevistados ante el nuevo escenario En el Gráfico N°6 se muestran las causas que los productores entrevistados consideran como los motivos principales de la reaparición de la enfermedad en la Argentina. Del mismo se desprende que atribuyen la responsabilidad de la ocurrencia de aftosa, en forma casi equitativa a la falta de vacunación, deficientes controles de frontera e ineficiencia del gobierno. Gráfico N°6: Principales causas de reintroducción de la Fiebre Aftosa en la Argentina, según la opinión de los productores entrevistados. 40% 34% 31% 29% 30% 20% 10% 6% 0% Se abandonó la vacunación Deficientes controles de fronteras Ineficiencia del gobierno Otros Fuente: Elaboración propia en base a encuestas Las opiniones de los productores referidas a cómo se podría haber evitado la aparición de la Fiebre Aftosa se recogen en el Gráfico N°7, dónde se verifica que atribuyen este fenómeno en forma casi similar a las deficiencias en los 77 controles de frontera y al hecho de abandonar la vacunación. Además, las respuestas a cómo se podría haber evitado la presencia de la enfermedad guarda relación con las prácticas de prevención enunciadas, como vacunas y controles de frontera, pero llama la atención que no se menciona con la misma intensidad un mejor desempeño por parte del Estado. Gráfico N°7: Opinión de los productores de cómo se podría haber evitado la reintroducción de la Fiebre Aftosa en la R. Argentina. 44% 43% 45% 40% 35% 30% 25% 20% 11% 15% 10% 2% 5% 0% 1 C o n tr o la n d o fro n te ra s M e jo r d e s e m p e ñ o d e l g o b ie r n o N o H a b e r d e ja d o d e v a c u n a r O tro s Fuente: elaboración propia en base a entrevistas Como se verifica en el Gráfico, sólo el 11% de las respuestas consideraron al desempeño del gobierno como actor capaz de evitar el problema. A pesar que controlar las fronteras es una acción que pertenece a las funciones de control que debe cumplir el Estado, y puede interpretarse conjuntamente, la clasificación que hizo el productor al contestar, supone un desconocimiento o desconfianza en la capacidad del rol del estado en esta materia. Por otra parte, también puede aducirse cierta visión reduccionista17 del problema, donde se 17 Esta concepción fue ampliamente debatida en la Argentina a raíz de la desaparición de los casos clínicos de la fiebre aftosa desde 1994 a 1999. Efectivamente el país se encontraba en 78 cree que con la sola aplicación de la vacuna resuelve este problema. No obstante, ser libre de aftosa sin vacunación es muy importante desde la perspectiva del comercio internacional, para penetrar nuevos mercados y mantener los envíos al exterior. Desde 1999 al año 2000 se realizaron movimientos animales con fines comerciales sin ninguna restricción y sin obligación de vacunar. Por el contrario se prohibía la realización de vacunaciones como también la fabricación, venta y/o comercialización de ese producto biológico. A raíz de los sucesos de conocimiento público de reintroducción de aftosa desde el Paraguay, aparecen distintos medios de información que destacan esa situación, razón por la cual es factible pensar sobre el grado de sensibilización en torno a los controles de fronteras que explican la conciencia de los productores en ese aspecto. Si bien el desempeño de los productores en la lucha contra la fiebre aftosa fue importante, ya que como se detalla anteriormente hubo un fuerte compromiso del sector productivo, este no se corresponde con una mayor participación de los productores, que en casi en un 60 % plantean que participan a veces en reuniones informativas y/o que nunca participaron (ver Gráfico N°8). Una probable explicación esta situación se deba al proceso operado con la descentralización de actividades realizadas anteriormente por el Estado y que ese entonces en una situación de libre de la enfermedad pero con vacunaciones semestrales en la totalidad de la población bovina. Frente a la posibilidad de ingresar al grupo de países libres de aftosa sin vacunación y ganar mercados (donde realizar vacunar significa la pérdida del estado sanitario) las entidades que agrupan a los productores manifestaron en distintos medios y en forma generalizada su oposición a dejar de vacunar ya que atribuían de manera lineal la no vacunación de aftosa. Esta misma situación fue compartida por un amplio sector profesional. No obstante el Estado presenta un plan de control de riesgo externo de la fiebre aftosa en dónde se demuestra que no era posible la presencia de la enfermedad en la Argentina como consecuencia de la no vacunación ya que el virus de la Fiebre Aftosa se había eliminado del ecosistema, situación confirmada por la inexistencia de hallazgos serológicos en los muestreos realizados en el país y a que la única probabilidad de reintroducción consistía en el riesgo desde el exterior. La duda lógica de los productores era asegurarse ellos mismos a 79 con el Plan de Control pasaron a ser realizadas por entes o fundaciones de lucha que garantizaban la vacunación de los animales siendo la única organización legal para aplicar las vacunaciones, llevando a cabo el relevamiento de la información primaria de los datos de vacunación. Gráfico N°8: Participación de los productores en las campañas de lucha contra la fiebre aftosa. en % 17% 29% 25% 29% A veces en reuniones inform ativas Nunca participó En Entes / Fundaciones Siem pre en reuniones inform ativas Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas Otro item de la encuesta se refiere a la opinión que le merece al productor el desempeño de los distintos actores sociales involucrados en la lucha contra esta enfermedad, al momento que se había logrado su erradicación, como es de esperar consideran muy buena su participación y la acción del Estado es la que recoge la mayor opinión como mala o regular, aunque la mayoría de los productores la consideran buena y muy buena (54%). En el Gráfico N°9 se transcribe como valoran los productores entrevistados el esfuerzo realizado por cada uno de los diferentes actores sociales que participan en la campaña de lucha sanitaria. través de vacunas de que los animales no se iban a enfermar no comprendiendo claramente el riesgo externo. 80 Gráfico N°9: Valorización de los productores entrevistados del esfuerzo realizado de cada uno de los actores involucrados en la Lucha contra la Fiebre Aftosa. 25 25 21 20 18 19 17 16 16 18 15 10 5 8 5 4 5 2 3 4 6 0 Estado Productores Muy Buena Fundaciones Buena Regular Veterinarios Mala Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas Entre las cuestiones que guían la entrevista se pregunta acerca de las acciones que cada uno de ellos propondría ante la presencia de Fiebre Aftosa, las respuestas son categóricas en un 63 % de los casos propone vacunar, un 19 % plantea los controles de movimientos de animales, donde incluyen barreras entre zonas, controles de ingreso en fronteras, cerrar importaciones, entre otros, mientras que un 9% restante sugiere implementar planes desde el Estado. Nuevamente la vacunación se plantea como una herramienta de solución, demostrando la importancia que le asignan los productores a esta práctica ganadera de sanidad. Si bien el Plan de Erradicación de Aftosa por parte del Estado es una de las pocas políticas hacia el sector implementada a partir del 90, los productores no reconocen la misma (ver Gráfico N°10). 81 Gráfico N°10: Principales acciones que sugieren los productores para el control de la actual situación. 100% 63% 50% 19% 9% 9% 0% Vacunar Control de movimientos Planes y controles de gobierno Otros Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas 13.2.1 Opinión de los productores entrevistados según tipo social En la Tabla N°23, se registran las opiniones de los productores según tipo social respecto a las causas, cómo se pudo evitar y las propuestas ante la nueva situación. Así, se comprueba que la reintroducción de la Fiebre Aftosa en las formas empresariales, atribuyen el fenómeno mayoritariamente a las deficiencias en los controles de frontera, y luego a la falta de vacunación. Los familiares capitalizados consideran los tres factores como responsables de la reintroducción de la enfermedad, en tanto las familiares no capitalizados creen que se debe fundamentalmente a no vacunar y escasos controles de fronteras. Es probable que la visión netamente empresarial que requiere animales para especialización productiva, como recrías o invernadas, requieran de la compra 82 y traslado de grandes distancias, donde el control del tránsito puede constituir una preocupación18. Tabla N° 23: Opinión de los productores entrevistados respecto a causas, soluciones y propuestas de los distintos tipos sociales ante la presencia de aftosa ¿a qué causas se debe la reintroducción de la Fiebre Aftosa ? Tipo social Ineficiente Abandono de Deficiente Control de Vacunación desempeño fronteras del gobierno Familiar Familiar capitalizado Empresario 33 31 42 17 31 18 Otros 33 17 31 7 35 5 ¿cómo se pudo evitar la reintroducción de la Fiebre Aftosa ? Tipo social Controlando Vacunand Mejor desempeño Otros las fronteras o del gobierno Familiar 50 50 Familiar capitalizado 36 50 7 7 Empresario 43 43 8 ¿qué acciones propone en la actual situación? 6 Familiar 80 20 Familiar capitalizado 92 8 33 62 2 3 Empresario Fuente: Elaboración propia en base a datos 18 En general los invernadores compran terneros en regiones extensivas - extractivas ubicadas en zonas marginales (Noroeste Argentino) cercanas a la frontera, donde existe gran comercio de hacienda por diferencial de precios. 83 Como se aprecia en la Tabla, en general las soluciones que proponen los distintos grupos sociales coinciden con las causas que ellos consideran como fuente de la presencia de la enfermedad que se debían haber evitado. Si bien existen similitudes entre grupos sociales en cuanto a las causas y cómo se pudo evitar, difieren en las propuestas para resolver el problema, entre los grupos conformados por los familiares no capitalizados y familiares capitalizados sólo consideran que se debe vacunar, mientras los empresariales presentan más opciones que incluyen los controles de frontera y los planes de Gobierno. En este sentido cabe reflexionar respecto a la implementación de políticas por parte del Estado destinadas a los distintos grupos sociales, ya que parece existir una aparente contradicción, quienes más necesitan la acción del Estado no la consideran en su propuesta. Respecto a opinión que les merece a cada tipo social entrevistado el esfuerzo realizado por los diferentes actores sociales involucrados en la erradicación de la Aftosa, en los Gráficos N°11,12 y13, representa la opinión de los mismos. De la lectura de los mismos, se confirma que el grupo conformado por los productores familiares capitalizados tiene la peor opinión sobre la acción del estado. 84 Gráfico N°11 :Valorización de los productores familiares no capitalizados del esfuerzo de los distintos actores sociales involucrados en la lucha sanitaria. En número de productores. 3 ,5 3 2 ,5 2 1 ,5 1 0 ,5 0 M uy B ueno B ueno R e g u la r M a lo E S TA D O P R O D U C TO R E S F U N D A C IO N E S V E T E R IN A R IO S Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas Gráfico N°12: Valorización de los productores familiares capitalizados del esfuerzo de los distintos actores sociales involucrados en la lucha sanitaria. En número de productores 18 16 14 12 10 8 6 4 2 0 M uy B ueno B ueno R egular M alo ES TA D O PR O D U C TO R ES FU N D AC IO N E S VE TER IN AR IO S Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas 85 Gráfico N°13: Valorización de los productores empresariales del esfuerzo de los distintos actores sociales involucrados en la lucha antiaftosa. En número de productores 18 16 14 12 10 8 6 4 2 0 M uy B ueno B ueno R egular M alo ES TA D O PR O D U C TO R ES FU N D AC IO N E S VE TER IN AR IO S Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas 13.3. Participación de los productores en la lucha sanitaria En la Tabla N°24 se muestra la participación de los productores según tipo social, en la misma se observa que en términos generales, los productores familiares no capitalizados son quienes menos participan ya que no lo hacen o asisten en forma ocasional (71%), mientras los productores capitalizados concurren en mayor medida a reuniones informativas (ya sea a veces o siempre) en un 54 %, los empresariales en cambio tienen mayor participación, tanto en reuniones como en las fundaciones de lucha contra la fiebre aftosa. Tabla N° 24: Grado de participación en la lucha sanitaria según tipos Sociales - En % Familiar no capitalizado Familiar capitalizado Empresarial A veces Nunca 28 43 Siempre - Fundaciones TOTAL 29 100 31 23 23 23 100 27 27 15 31 100 Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas 86 El grado de participación y modalidad es un tema importante a la hora del diseño de los planes sanitarios. Cualquier acción por parte del Estado que intente comprometer a los productores familiares no capitalizados y capitalizados debe considerar y analizar distintas estrategias de comunicación social que incorporen los diagnósticos participativos que tengan en cuenta las demandas económicas y sociales para los familiares no capitalizados y para los familiares capitalizados se debe sumar la realización de talleres donde se revaloricen las experiencias de los propios interesados. En tal sentido, cabe reflexionar acerca de la insuficiencia en forma aislada del espacio de las Fundaciones, quienes convocan más del 20 % de los entrevistados, para lograr cambios en desarrollo ganadero. 14. Conclusiones y reflexiones finales A modo de conclusión, a partir del caso analizado se presentan a continuación una serie de reflexiones tanto respecto a la relación existente entre tipos sociales agrarios y prácticas ganaderas, como del enfoque teórico– metodológico en el que se inscribe el trabajo. En primer lugar, en la presente investigación sobre las características que asume la actividad ganadera en el partido de Balcarce, se constata la heterogeneidad social agraria estudiada por distintos investigadores del campo de la sociología rural. En este sentido, del trabajo a campo realizado se verifica que del total de productores entrevistados (73) ubicados en el segmento comprendido entre 200 a 800 has., - que representan alrededor del 40 % de la superficie total del partido y cerca del 40 % de las existencias ganadera -, el 87 10 % de los productores corresponden a formas familiares no capitalizadas, el 25 % a formas familiares capitalizadas y el 65% a formas empresariales (Tabla Nº 5). Como es de esperar, la mayor parte de los productores familiares no capitalizados se encuentran en los estratos de menor superficie (200 a 300 has), comprobándose no obstante, una importante presencia de productores familiares capitalizados (42 %) en los estratos correspondientes a 700 a 800 has (Tabla Nº 8). Cuando el análisis se extiende a la percepción de ingresos extraprediales se comprueba que el 60 % de los productores familiares no capitalizados perciben otros ingresos fuera de la explotación. Dado que la totalidad de los entrevistados son propietarios de la tierra, la consecución de otros ingresos permite mantener la actividad productiva, evitando un posible fenómeno de desplazamiento (Gráfico Nº 2). En cuanto a la administración del campo se observa que los productores familiares (no capitalizados y capitalizados) administran personalmente su campo, mientras que la gestión de la producción por medio de administradores sólo se detecta en las formas empresariales, aunque también en bajo porcentaje (17%), (Gráfico Nº 4). Al indagar sobre los estudios cursados por los productores entrevistados, se observa que los productores familiares capitalizados y los empresarios han cursado estudios secundarios. Si bien la presencia de egresados del nivel terciario y universitario entre familiares no capitalizados y empresarios es semejante, cabe aclarar que en el caso de los primeros se debe a la profesión del titular del campo (veterinario). No obstante llama la atención que entre los 88 familiares capitalizados no se registren profesionales, sin embargo un análisis más profundo de la familia de los productores demuestra que en algunos casos los hijos de los titulares del campo son profesionales ligados al agro o estudian ciencias afines. Los estudios cursados por el titular de la explotación o por los miembros de la familia posiblemente poseen gran influencia en las decisiones referidas a las distintas prácticas ganaderas, (Gráfico Nº 3). En una aproximación al estudio de las prácticas ganaderas desarrolladas por los diferentes tipos de productores existentes en el Partido de Balcarce, se constata que de las cuatro prácticas que conforman el perfil de salud animal: manejo, genética, nutrición y sanidad, es a estas dos últimas a las que el productor le asigna la mayor importancia en la búsqueda de mejorar producción y productividad de sus rodeos (Gráfico Nº 5 y Tabla Nº 11). Entre los principales resultados a los que arriba la investigación, se corrobora que cuando se profundiza el análisis de las prácticas ganaderas por tipo de productor, se encuentran tanto similitudes como diferencias en el tratamiento que cada tipo social otorga a las mismas. En este sentido, la nutrición constituye una práctica que preocupa a todos los tipos de productores por igual y la genética no es un problema sentido por el conjunto de los productores de este municipio. En el manejo y la sanidad es donde se encuentran las mayores diferencias entre los tipos de productores, ya sea porque le asignan distinto grado de facilidad al manejo entre el conjunto de prácticas ganaderas, o porque cuando se trata de la sanidad, reconocen un mayor número de enfermedades que padecen los animales y llevan registro de las mismas. En este sentido, a pesar que este estudio se concentra en un estrato delimitado entre 200 y 800 has y se encuentra diversidad entre las prácticas ganaderas que desarrollan los 89 distintos tipos sociales, es posible que estas aún sean mayores cuando se incluye en el análisis al estrato de los más pequeños y más grandes productores. Aunque en el manejo, se verifica que existen similitudes en cuanto a las prácticas desarrolladas por los distintos grupos de productores en función de la generalización y difusión de las técnicas pecuarias, son sólo los productores familiares capitalizados los que le otorgan una alta importancia. Es posible que estos asocien el valor de la misma con la experiencia y tradición que los distingue como productores, (Tabla Nº 18). En cuanto a la sanidad, si bien todos los tipos de productores dicen aplicar diferentes tratamientos preventivos en sus rodeos, se comprueba que en la estrategia de las formas familiares no capitalizadas el uso de medidas preventivas es escaso, debido en gran parte al costo de los medicamentos para las enfermedades parasitarias. Además aunque algunas vacunas son relativamente económicas, tampoco se utilizan de manera sistemática. Los productores de tipo familiares capitalizados por su parte, enfrentan enfermedades vinculadas a la alimentación de los animales, cuestión que puede estar relacionada con la intensidad del pastoreo. En cambio en los productores empresariales, los tratamientos forman parte de la planificación de la producción del conjunto de la explotación (Tabla Nº 22). Por otra parte, en el estudio de los distintos sistemas de producción se destaca que aunque predomina la orientación productiva de ciclo completo en todos los grupos de productores, el sistema de cría es la segunda opción para las formas de producción familiares no capitalizados y familiares capitalizados, que requiere menor dotación de capital y menor fertilidad del suelo. Mientras, los 90 productores empresariales se dedican en segundo lugar a la invernada pura, donde los recursos de inversión y dedicación de los procesos productivos son más intensivos, (Tabla Nº 19). Asimismo, los resultados obtenidos en este trabajo sugieren que los componentes de nutrición y de sanidad son indicadores a considerar en la caracterización de los sistemas productivos, ya que su importancia no sólo radica en la posibilidad de definir con mayor precisión la diversidad de estructuras ganaderas sino que también contribuye al diseño de políticas y programas sectoriales y regionales, puesto que en ellos se podrá incorporar componentes de gran importancia en los costos y en los ingresos esperados de los productores En otras palabras, las cuestiones sanitarias a las que todos los productores manifiestan prestar suma atención, constituyen una importante herramienta para intervenir a través de programas de intervención en el medio rural, tal es el caso de la movilización de recursos humanos y materiales en forma conjunta por parte del sector público y del sector privado en la erradicación de fiebre aftosa en Argentina, a partir de los 90, (Gráfica Nº 9). Dada la coincidencia de la reintroducción de esta enfermedad con la realización de este trabajo, en las encuestas se enfatiza en la percepción y opinión que poseen los distintos tipos de productores, respecto a las prácticas productivas y la acción de otros agentes involucrados en los programas de salud animal. De esta forma, se encuentra que el grado de participación de los productores del partido es baja, no obstante es diferencial por tipo de productor analizado, (Gráfica Nº 8). Por lo tanto, cabe plantear que la metodología tradicional utilizada en la planificación de la salud animal presenta grandes limitaciones, si 91 bien se intenta implementar procesos de descentralización de atención veterinaria, a excepción de la Fiebre Aftosa, no se han materializado en otros planes nacionales que involucren al conjunto de la comunidad ganadera. Por esta razón, si bien se considera que la mejor alternativa en el diseño de estrategias en los programas en salud animal, es a través de proyectos que contemplen la posición de todos los sectores involucrados en dicho proceso, se debe tener en cuenta que la viabilidad de una propuesta de tipo participativa está condicionada por una parte, por la real participación de los productores y por otra, por la decisión y vocación de las instituciones públicas y privadas nacionales e internacionales en promover, conducir y financiar los recursos materiales y humanos necesarios para llevar a cabo las actividades. Aunque los procesos participativos no garantizan la perfección en la captación de la realidad, permite interpretar con mayor precisión los problemas más sentidos de la comunidad, facilita la interacción y confronta la realidad con las interpretaciones teóricas y torna más eficaz la intervención de las instituciones, profesionales, organizaciones y productores. En cuanto al enfoque teórico metodológico es posible afirmar que el análisis por tipo de productor enriquece la comprensión de los procesos productivos y de la salud animal en particular. Desde esta perspectiva profundizar en la situación de la salud animal como recurso alternativo del diagnóstico tradicional, consiste en un análisis de la realidad orientado a la acción modificadora, que da respuesta a fenómenos de orden biológico originados en procesos económicos y sociales. Por otra parte, a partir de los resultados obtenidos, se concuerda con otros investigadores que desde las ciencias sociales plantean que existe una 92 interrelación compleja de diferentes factores que deben tenerse en cuenta a la hora de explicar la racionalidad de las diferentes prácticas ganaderas desarrolladas por los distintos productores, como por ejemplo tipo de productor, disponibilidad de mano de obra familiar, trabajo en la explotación, existencia de ingresos extraprediales que condicionan los resultados globales de la explotación, razón por la cual los indicadores bioproductivos y económicos generalmente utilizados por los técnicos, no constituyen las mejores herramientas para evaluar y comprender las distintas prácticas ganaderas. Asimismo, las recomendaciones técnicas en general no tienen en cuenta el tipo de productor al cual van dirigidas. Por esta razón, se concluye que al incorporar la percepción de los propios interesados ante los problemas socioproductivos enriquece el análisis meramente técnico, a la vez que brinda pistas para que las instituciones encargadas del tema encaren las acciones tendientes a la solución de los mismos, teniendo en cuenta la visión de los propios interesados. Por último, dado que el estudio se realiza en función de dos criterios (el epidemiológico y el socieconómico) no se debe soslayar la importancia de realizar un trabajo interdisciplinario en el abordaje de la problemática del perfil de salud animal, ya que los resultados obtenidos no sólo contribuyen a cada una de las disciplinas, sino que se enriquece el análisis desde ambas perspectivas. 93 15. Bibliografía - Acuña, A et al 1995: “Estructuras Productivas Regionales Centro y Sur de la Provincia de Buenos Aires”. Proyecto 0252/92 CONICET. Balcarce, Argentina, Diciembre 1995. - Archetti, E y Stölen, K. 1974: “Tipos de Economía, obstáculos al desarrollo capitalista y orientaciones generales de los colonos de Santa Fe” Desarrollo Económico N° 53. Vol. 14, abril – junio Buenos Aires, Argentina. - Archetti, E y Stölen, K. 1975: “Explotación Familiar y Acumulación de Capital en el campo Argentino” Ed. Siglo XXI, Buenos Aires, Argentina. - Astori, D. 1984: Controversias sobre el agro latinoamericano. Un análisis crítico. Ed. CLACSO. Buenos Aires, Argentina. - Astudillo ,V.; Zottele A.; Dora, F. 1991: “Desarrollo Ganadero y Salud Animal en Latinoamérica”, Boletín N° 57 Centro Panamericano de Fiebre Aftosa Río de Janeiro, Brasil - Basco, M.; et.al. 1982: “Esquema Conceptual y Metodología para el estudio de Establecimientos Agropecuarios, con énfasis en el minifundio”. SEAGyP, ERS/137. Buenos Aires, Argentina. - Barsky, O., y Pucciarelli, A. 1991: “Cambios en el Tamaño del régimen de tenencia en las explotaciones agropecuarias pampeanas” en Barsky, O (editor) “El desarrollo agropecuario pampeano” Editorial Grupo Editores Latinoamericanos, INTA, ICCA, INDEC. - Barsky, O.; y Pucciarelli, A.1997: “El agro pampeano. El fin de un período”. FLACSO. Oficina de Publicaciones del CBC. UBA 94 - Bilello, G.; e Iriarte, L. 1992: “Productores Familiares del Medio Pampeano: resultados de una propuesta participativa” Revista de la XXIII Reunión Anual de la Asociación Argentina de Economía Agraria, Mar del Plata, Argentina. - Brieva, S. e Iriarte, L.1995: “Caracterización y Cuantificación de los Flujos Comerciales de Hacienda en Pie en la Provincia de Buenos Aires”. Revista de la Asociación de Producción Animal N -º15 tomo ¾. - Brieva, S. e Iriarte: 1993: “Evaluación Económica de las Organizaciones Zonales para el Control y Erradicación de la Fiebre Aftosa en la República Argentina: un estudio de casos” en el Panel: Otros Impactos Económicos – Sociales de la Erradicación de la Fiebre Aftosa, Seminario Internacional sobre Erradicación de la Fiebre Aftosa, sus fundamentos Técnicos - Administrativos y sus consecuencias en el Comercio de Animales, Productos y Subproductos de Origen Animal. OPS-OMS-CPFA –Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de la República Oriental del Uruguay. Montevideo Uruguay. 22 al 26 de Marzo de 1993. - Chiriboga, M. 1996: Desafíos de la pequeña agricultura familiar frente a la globalización. Congreso de la Asociación latinoamericana de economistas agrícolas. ALACEA. - Cittadini, R.; Mosciaro, M,; Razquín, A.,y Fangio, J. 1985: “Las formas de Organización Social de la Producción y el Desarrollo Regional”. Seminario sobre Tipificación y Clasificación de Sistemas de Producción. - Cittadini, R.; Manchado, J.C.; Mosciaro, M. 1990. "Las Formas de IICA/BID/PROCISUR. Salta 1985. Organización Social y el Desarrollo Rural: Marco Conceptual y Planteo Metodológico". Serie de Avances de Investigación Nº2. EEA INTA Balcarce. 95 - Cittadini, R.; Lombardo, P.; Manchado, J.C.; Revelli, J.y Mosciaro, M.: 1991: "Las Formas de Organización Social en el Partido de Olavarría ". Serie de Avances de Investigación Nº4. EEA INTA Balcarce. - Cittadini R.; Burges, J.; Gonzalez García, M.; Hamdan, V.; Urcola H.; Perez R.; Natinzon P.; Lucesoli R.; Chia, E. y Dedieu, B. 1999: "Diversidad de sistemas y de prácticas en ganadería; importancia para los programas de desarrollo en la Pampa Deprimida Bonaerense". UBA-FLACSO INTA. Publicación en Cdroom de las Jornadas interdisciplinarias de estudios agrarios y agroindustriales. Facultad de Ciencias Económicas - UBA. - Chayanov, A. 1974: “La organización económica campesina” Ediciones Nueva Visión Buenos Aires. Argentina. - Cotrina, N.; Zottele, A; Pereira, J.C. 1994: “Atención Veterinaria. La planificación en un municipio Piloto” Boletín N° 60. Centro Panamericano Fiebre Aftosa, CPFA-OPS-OMS. Río de Janeiro. Brasil. - Costabeber J. (1998): Tesis doctoral “Acción colectiva y procesos de transición agroecológicas en Río Grande Do Soul, Brasil “ Agroecología Campesinado e Historia. Universidad de Cordoba, España. - Crenovich, H.; Noste. J. 1991: “Demanda de diagnóstico para algunas enfermedades del ganado bovino en el Partido de Balcarce”, 4 ° Jornadas regionales de extensión ganadera. Pergamino Julio 1991. - Fiel, R.; Narl, A. 1990: “Enfermedades de importancia económica en bovinos, Bases epidemiológicas para su prevención y control”. Editorial hemisferio Sur. 96 - Figueroa A (1993): “ Pobreza rural en los países andino” en Reca, L y Echeverría, R (comps) Agricultura, Medio ambiente y pobreza rural en América Latina. IFPRI/BID, Washington. -Forni, F. H. 1991: “Estrategias de recolección y estrategias de análisis en la investigación social”, Centro editor de América Latina, Bibliotecas Universitarias. -Forni, F. Y Tort, M. 1984: “Las explotaciones Familiares en la Producción de Cereales de la Región Pampeana Argentina” CEIL. Buenos Aires. Argentina. - Giarraca, N., y Aparicio, S. 1992: Los campesinos cañeros: multiocupación y organización, Facultadde Ciencias Sociales, UBA, Buenos Aires Argentina. - Gonzalez, M., y Bilello, G. 1997: Heterogeneidad y estrategias de los productores agrarios de la región pampeana argentina en el Partido de Azul. Revista Políticas Agrícolas. Revista de la Red de Instituciones vinculadas a la Capacitación en Economía y Políticas Agrícolas en América Latina y el Caribe (REDCAPA). Vol 11 Núm.2. México. - INDEC 1992: Censo Nacional Agropecuario 1988. Buenos Aires. Argentina - Kautzky, K 1989: La cuestión agraria. Siglo XXI. 8va edición. México. - Landais, E., y Balent, G. 1993: “Introduction a l’tude des pratiques d’elevage extensif” in Pratiques d’levage extensif. N°27 du “Etudes et Recherches sur les Systemes Agraries et le Developpement” INRA. - Lehmann, D. 1972: El campesinado: clase y conciencia de clase. Ed. Nueva Visión Buenos Aires. - Lentenyei, L 2000: A network interpretation of the Chayanov´s models. Sociedad y Economía en Europa Central y del Este. Universidad de Budapest Ciencias Económicas y Administración Pública. Vol 22 Nº3. IISN 9391. 97 - Lewis, A (1955): El desarrollo económico con oferta limitada de mano de obra. El trimestre económico. Vol XXVII. Nº108. - Lipton , M. 1977: “Why poor people stay poor: urbam bias in world development. London. www.ceci.ca/w/i/n/rn/o8371.htm - Manzanal, M., y Rofman, A. 1989: Las economías regionales de la Argentina. Crisis y políticas de desarrollo. CEAL. Buenos Aires. Argentina - Martinez, A.; Ckoquell, S., y otros 1983: Diagnóstico de las limitaciones al aumento de la productividad en el sur santafecino. Convenio INTA, MAG, UNR. Rosario, Santa Fe. Argentina. - Mc Donald, R. A.; Edwards, J. F. D.; Greenhalgh, L. 1975: ”Nutrición animal”, Editorial Acribia, Barcelona, España. - Mc Kinney, 1968: Tipología constructiva y Teoría Social. Amorrortu. Buenos Aires. Argentina. - Murmis, M. 1992: Sobreexpansión capitalista y heterogeneidad social. La agricultura pampeana. En Barsky (ed) El desarrollo agropecuario argentino. “El desarrollo agropecuario pampeano” Editorial Grupo Editores Latinoamericanos, INTA, ICCA, INDEC. - Murmis, M 1992: tipología de pequeños productores campesinos en América. Cepal, Buenos Aires. Argentina. - Murmis, M 1999: “Agro argentino: algunos problemas para su análisis” en Giarraca, N. y Cloquell, S: la agricultura del Mercosur. El papel de los actores sociales. La colmena. Buensos Aires. - Neiman, G.; Jimenez, D.; Bardomás (CEIL – CONICET) 1999: “Continuidad y cambio en las explotaciones familiares pampeanos. El caso de la pluriactividad en la provincia de Buenos Aires". UBA-FLACSO-INTA. 98 Publicación en Cdroom de las Primeras Jornadas Interdisciplinarias de Estudios Agrarios y Agroindustriales. FCE-UBA. - Nicholas, F. W. 1987: “Genética Veterinaria”, Acribia, Zaragoza, España. - Obiaga, J.A.; Rosemberg, F.; Astudillo, V; Goic, R. 1979: Las características de la producción pecuaria como determinante de los ecosistemas de fiebre aftosa. Boletín Centro Panamericano de Fiebre Aftosa. OMS-OPS. Río de Janeiro. Brasil. - Olmos, M. 1996: “Análisis de Indicadores socio-económicos para la vigilancia epidemiológica de la fiebre aftosa”, Informe Final Beca de Perfeccionamiento Facultad Veterinaria UNICEN. - Posada, M. 1996: En torno a los campesinos argentinos: aportes críticos para su estudio y discusión. www.tau.ac.il/eial/VII2/posada.htm - Piñeiro, M., y Llovet, I. 1986: “El campesinado como problema de investigación. IICA . Costa Rica. - Radodtits, O.M.; Blood, D.C.; Soy, C.C. 1994: Veterinary Medicine, eigth edition, edit Bailliere Tindall. London. - Rogers, E., y Svenning 1973: la modernización entre los campesinos. FCE. - Rojas, A 1964: “Curso de Epidemiología” Escuela de Salubridad, Universidad de Chile, Santiago, Chile. -Rosenberg, F. 1986: “Estructura Social y Epidemiología Veterinaria en América Latina” Boletín N° 52 Centro Panamericano de Fiebre Aftosa, (CPFA) Río de Janeiro, Brasil. - Rosenberg, F. 1977: “Principios de Epidemiología” Serie de Manuales Didácticos N° 1, Centro Panamericano de Fiebre Aftosa, (CPFA) Río de Janeiro, Brasil. 99 - Rovira, J.; Cardellino, R. 1989: “Mejoramiento Genético Animal”, Hemisferio Sur. - Schejtman, A. 1982: Economía campesina y agricultura empresarial (tipología de productores del agro mexicano) Siglo XXI. - Schultz, T. 1965: La organización económica de la agricultura. Fondo de Cultura Económica. México. - Solá, F. 1985: “Empresas y Sujetos Sociales en la Agricultura Moderna. Hacia un nuevo modelo de comportamiento”. Proyecto Alternativas de Política Agraria. CISEA. Buenos Aires Argentina. - Sonis, A y colaboradores 1990: “Atención de la Salud”. Medicina Sanitaria y administración de la Salud. Tomo II. Ed. El Ateneo, Buenos Aires Argentina. - Swan, H.; Broster, W.H. 1982: “Principios para la producción ganadera”. Editorial Hemisferio Sur. - Tsakomagkos, P. 1987: “Sobre el campesinado en la Argentina” Asociación Argentina de Economía Agraria (AAEA). - Tort, M. 1983: “Los contratistas de Maquinaria Agrícola: Una modalidad de Organización económica del trabajo agrícola en la Pampa Húmeda”. CEIL. Buenos Aires Argentina. - Tort, M.; Bearzoti, S y Neiman, G 1991: “Trabajo y producción en las explotaciones familiares”, en Barsky, O. (editor) “El desarrollo agropecuario pampeano” INDEC, INTA, IICA. Grupo Editor Latinoamericano. Buenos Aires. Argentina. - Winson, A 1982: La vía prusiana del desarrollo agrario: una reconsideración. Ruralia septiembre Buenos Aires. 100 - Zottele, A.; Astudillo, V. 1991: “Economía de la Salud Animal: Instrumentos de Evaluación Financiera y Viabilidad Económica,” Boletín N° 57, Centro Panamericano de Fiebre Aftosa, (CPFA), Río de Janeiro, Brasil. - Zottele A. Erradicacao da Febre Aftosa 1995: “A experiencia da Republica Argentina, Escola Veterinaría” Tesis doctoral, Postgrado Universidad Federal de Minas Gerais. - Zottele, A.; Tamayo, H.; Brieva, S.; Iriarte, L. 1993: “La producción Familiar y las Estrategias de Salud Animal”, Boletín N° 59, Centro Panamericano de Fiebre Aftosa, Río de Janeiro, Brasil. 101