San Agustín 354-439

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San Agustín
354-439.
Obispo, filósofo y Padre de la Iglesia Latina
La verdadera felicidad consiste en hacer el bien
La medida del amor es amar sin medida.
El que no tiene celos no está enamorado.
Si quieres conocer a una persona, no le preguntes lo que piensa sino lo
que ama.
Conócete, acéptate, supérate.
Las lágrimas son la sangre del alma.
Cuanto mejor es el bueno, tanto más molesto es para el malo
Donde no hay caridad no puede haber justicia.
Da lo que tienes para que merezcas recibir lo que te falta.
Una vez al año es lícito hacer locuras
No vayas fuera, vuelve a ti mismo. En el hombre interior habita la
verdad.
Obedeced más a los que enseñan que a los que mandan
El pasado ya no es y el futuro no es todavía.
Nadie niega a Dios, sino aquel a quien le conviene que Dios no exista.
Aprueba a los buenos, tolera a los malos y ámalos a todos.
La oración es el encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre
Da lo que mandas y manda lo que quieras.
Dios lo que más odia después del pecado es la tristeza, porque nos
predispone al pecado.
Quien no ha tenido tribulaciones que soportar, es que no ha comenzado a
ser cristiano de verdad.
Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te
invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para
que puedas.
Cuando rezamos hablamos con Dios, pero cuando leemos es Dios quien
habla con nosotros.
Si dudo, si me alucino, vivo. Si me engaño, existo. ¿Cómo engañarme al
afirmar que existo, si tengo que existir para engañarme?
La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece
grande pero no está sano.
La sabiduría no es otra cosa que la medida del espíritu, es decir, la que
nivela al espíritu para que no se extralimite ni se estreche.
Es mejor cojear por el camino que avanzar a grandes pasos fuera de él.
Pues quien cojea en el camino, aunque avance poco, se acerca a la
meta, mientras que quien va fuera de él, cuanto más corre, más se aleja
El hombre no reza para dar a Dios una orientación, sino para orientarse
debidamente a sí mismo
Si somos arrastrados a Cristo, creemos sin querer; se usa entonces la
violencia, no la libertad
No se accede a la verdad sino a través del amor
Creo para comprender, y comprendo para creer mejor
Conviene matar el error, pero salvar a los que van errados
Se aferran a su parecer, no por verdadero sino por suyo.
Nadie puede ser perfectamente libre hasta que todos lo sean.
Todo el que cree, piensa. Porque la fe, si lo que cree no se piensa, es nula
La necesidad no conoce leyes
Existirá la verdad aunque el mundo perezca.
La ociosidad camina con lentitud, por eso todos los vicios la alcanzan.
Dios, que te creó sin ti, no te salvará sin ti.
En las cosas necesarias, la unidad; en las dudosas, la libertad; y en todas, la
caridad
No hubo tiempo alguno en que no hubiese tiempo.
El alma desordenada lleva en su culpa la pena.
Amad a esta Iglesia, permaneced en esta Iglesia, sed vosotros esta Iglesia.
En el jardín de la Iglesia se cultivan: Las rosas de los mártires, los lirios de
las vírgenes, las yedras de los casados, las violetas de las viudas.
La misma debilidad de Dios procede de su omnipotencia
La razón no se sometería nunca, si no se juzgase que hay ocasiones en que
debe someterse.
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