10-11-11 Instituto de Políticas P blicas UDP Juev es 1 0 de Nov iembre de 201 1 Inicio Quiénes somos Publicaciones reas de Investigación Noticias Opinión Multimedia Magister MPP Biblioteca Contacto OPINI N 20/06/2011 Miguel Vargas Mercados que fallan: Y ahora ¿quién podrá defenderme? Durante el último tiempo ha sido común encontrarnos con ev entos en que la may oría de la población siente que el modelo económico chileno está fallando. Desde los problemas medioambientales, pasando por el lucro en la educación, para terminar recientemente con el caso de La Polar, una gran parte de la población ha acusado al “mercado” como el causante de muchas penurias de nuestra sociedad. Pero ¿podemos culpar a este artificio de construcción social y económica de todo? ¿O son quizás la falta de mercado y competencia, o la carencia de políticas correctoras las grandes responsables de estos males? Aunque suene como una contradicción, quien debe garantizar la libre empresa es el Estado y quienes se empeñan en lo contrario son las empresas. Parece sorprendente pero así es. En el fondo, una empresa sueña con transformarse en un monopolio, gozar de ventajas de informaci n y no internalizar los costos de las externalidades que produce. El mercado no es otra cosa que una instancia en la cual, libremente, indiv iduos que desean comprar un bien o serv icio se encuentran con aquellos que lo desean v ender. Si se prev ienen conductas monopólicas, la competencia podría llev ar a una asignación eficiente de recursos, es decir los recursos se utilizarán de la mejor forma en que podrían usarse. ¿Qué hay de malo en ello? En principio, nada. Es cierto que el mercado no garantiza justicia en la distribución del ingreso, pero tampoco la impide. En toda sociedad, el Estado podría promov er una reasignación de los recursos de una manera más justa y luego dejar al mercado operar para alcanzar un equilibrio eficiente que responda a una distribución del ingreso más equitativ a. Al menos eso indica la teoría económica. Las tribulaciones surgen cuando el mercado falla, y puede fallar por una serie de razones. Primero, cuando hay asimetrías de información, es decir cuando alguien cuenta con más información respecto del bien o serv icio que se transará. Por ejemplo, cuando usted compra un departamento y nadie le informa acerca de la resistencia sísmica del edificio en donde éste se encuentra (y es costoso, av eriguarlo), o cuando compra un chocolate y nadie le dice el contenido de grasas saturadas que usted o sus hijos ingerirá, o los niv eles de sodio presentes en un cereal; o cuando compra en tienda de retail a crédito y desconoce que se habitúa reprogramar sus deudas sin preguntarle. Preguntemos a La Polar. Segundo, el mercado puede fallar cuando no hay competencia y las empresas pueden obtener beneficios sobre-normales por cobrar un precio de un bien o serv icio muy superior a su costo de producción, como cuando un par de cadenas de farmacias se coluden para cobrar precios más altos por los medicamentos que v enden. Por último, hay bienes y males que muchos ex perimentamos, tales como la contaminación del aire o la prov isión de educación y áreas v erdes, donde generalmente no se aplica un cargo por las consecuencias negativ as o positiv as de su ex istencia. Una empresa o consumidor que deba pagar por lo que ensucia, internalizará el daño que prov oca y su decisión de cuánto contaminar cambiará radicalmente. Las áreas v erdes son escasas en gran parte de Santiago, especialmente en los sectores pobres, pero es difícil financiarlas directamente para tener esos espacios que la sociedad v alora. Cuando el mercado falla y si se trata de un sector sensible para el bienestar de la población, el rol del Estado es interv enir, para hacer funcionar a dicho mercado de la manera más cercana posible a aquella que max imiza el bienestar social. Lo anterior implica reducir las asimetrías de información, promov er la competencia perfecta, garantizar la internalización de las ex ternalidades y la prov isión de bienes públicos. La dificultad está en que en la may oría de las ocasiones el mercado falla, y falla en sectores particularmente importantes como la educación, la salud, la prev isión social y casi todos en los que usted pueda pensar. Los mercados a v eces fallan debido a razones estructurales, pero el mercado también falla cuando aquellos que participan en él se empeñan en que así lo haga. Resulta simpático No se puede discutir que las empresas tienen un papel fundamental en la sociedad: generan empleo, escuchar argumentos crecimiento, bienestar y finalmente nos prov een de que señalan que una mayor intervenci n del aquellas cosas que necesitamos. Pero las empresas no www.politicaspublicas.udp.cl/opinion/detalle.tpl?id=245 Otras Columnas Esteban Calv o Felicidad en la encuesta CASEN* Rubén Castro Rubén Castro: las seis falencias del plan universal para las Isapres Fernando Lefort La Polar y Gobierno Corporativo Ver otras colum nas Calendario Actividades NO 18 NO 09 NO 08 NO 08 Coloquio de Políticas Públicas: Macarena Lescornez La dir ect or a de El Dín a m o h a bla r á sobr e el pa pel... Conferencia Académ ica: Ricardo Hausm ann El econ om ist a de la Un iv er sida d de Ha r v a r d... Ev ento UDP-Univ ersidad de Colum bia: Susan Fuhrm an La Pr esiden t a de T ea ch er s Colleg e pa r t icipa r á en ... Cátedra Globalización y Dem ocracia: Michelangelo Bov ero El in t elect u a l it a lia n o dict a r á la ch a r la ... Ver m ás activ idades 1/2 10-11-11 Instituto de Políticas P blicas UDP mayor intervención del aquellas cosas que necesitamos. Pero las empresas no organizaciones filantrópicas, por mucho que hay a Estado atenta contra el son empresarios que sí lo sean. En toda sociedad, el objetiv o mercado , cuando lo de las empresas es max imizar ganancias, y las empresas harán todo lo posible por influir en las condiciones del que se busca es hacer mercado del tal forma que el resultado sea el que más las los mercados más fav orezca. En el fondo, una empresa sueña con transparentes. transformarse en un monopolio, gozar de v entajas de información y no internalizar los costos de las ex ternalidades que produce. Hace todo lo posible para que esto suceda: publicidad, fusiones, diferenciación de productos, etc. Por lo tanto, no debemos esperar de ellas más que un comportamiento consistente con el objetiv o de max imización de rentas. En consecuencia, el rol regulador del Estado es crucial. Pero aquí, entonces, se nos presenta una paradoja: quienes en su fuero más íntimo quieren que el mercado falle, al menos en la medida que eso las fav orezca, son las empresas, y quien debería preocuparse por el correcto funcionamiento del mercado es el Estado. Resulta, por lo tanto, simpático escuchar argumentos que señalan que una may or interv ención del Estado atenta contra el mercado , cuando lo que se busca es hacer los mercados más transparentes, corregir los efectos negativ os de las decisiones priv adas y lograr la prov isión de bienes que de manera priv ada sólo serían producidos para una minoría de la población. Y resulta aún más simpático cuando estos argumentos son usados para defender al mercado por aquellos grupos que en el fondo lo que buscan es que falle. Por supuesto que ex isten también las denominadas fallas de Estado, conocidas como captura regulatoria, problemas de agencia e inconsistencia dinámica, y regulaciones que son mejores que otras. En nuestro país muchas de ellas no son las más apropiadas, pero eso no deslegitima la función que el Estado debe cumplir sino que demanda de una ciudadanía informada que ex ija al Estado llev ar a cabo su cometido de manera correcta. Por lo tanto la próx ima v ez que escuche a alguien hablar en contra del mercado quizá por falta de información esté equiv ocado y lo que en v erdad esté haciendo sea hablar en contra de las fallas de mercado. O cuando escuche a alguien defendiendo al mercado y la competencia, quizá lo que esté haciendo, con mucha información, sea intentar perpetuar esas fallas con tal aumentar sus ganancias. ¡Qué paradoja! Ver colum na en CIPER Fuente: CIPER Feed RSS del Instituto de Políticas Públicas Instituto de Políticas Públicas en Twit t er Instituto de Políticas Públicas en Facebook 2011 Instituto Políticas Públicas Ejército 260 - Santiago, Chile - F: (562) 67 6 2805 www.politicaspublicas.udp.cl/opinion/detalle.tpl?id=245 Inicio | Quiénes som os | Publicaciones | Activ idades | Noticias | Opinión | Webcast | Podcast | Contacto 2/2