CIBERDERECHO El conjunto de Leyes, Decretos, Disposiciones y Resoluciones emanados de órganos competentes conforman el marco legal que regulan el derecho a la información, la información, correos electrónicos, sitios Web, firma digital y todo otro producto de difusión electrónica últimamente conocido como “Ciberderecho”. El derecho informático, ha sido analizado desde diversas perspectivas. Por un lado el Derecho Informático se define como un conjunto de principios y normas que regulan los efectos jurídicos nacidos de la interrelación entre el Derecho y la informática. Por otro lado hay definiciones que establecen que es una rama del derecho especializado en el tema de la informática, sus usos, sus aplicaciones y sus implicaciones legales. El conjunto de Leyes, Decretos, Disposiciones y Resoluciones emanados de órganos competentes conforman el marco legal que regulan el derecho a la información, correos electrónicos, sitios Web, firma digital y todo otro producto de difusión electrónica últimamente conocido como “Ciberderecho”. Se considera que el Derecho Informático es un punto de inflexión del Derecho, puesto que todas las áreas del derecho se han visto afectadas por la aparición de la denominada Sociedad de la Información, cambiando de este modo los procesos sociales y, por tanto, los procesos políticos y jurídicos. Esta nueva concepción jurídica, ha nacido por la aparición de una nueva forma de delinquir, que por su entorno en campos virtuales, tecnologías de la información y la comunicación, y por sobre todo aspecto preponderante, la asistencia de la informática se configura el ciberdelito. El ciberdelito va mucho más allá de el delito informático que se reduce contra la propiedad intelectual, la copia ilegal de programas de ordenador. Para muchos juristas, el ciberderecho no existe, porque tampoco existe el ciberdelito; ya que consideran que los derechos humanos y su antítesis, los delitos, son los mismos fuera y dentro de la Red. Cuando hablamos de ciberderechos o ciberdelitos nos referimos a derechos o delitos que pueden ejercerse, o cometerse, mediante medios telemáticos. Un caso muy corriente es cuando una persona se apropia del paswer de una cuenta de algún usuario e intercepta toda su correspondencia. En definitiva el “pirata” en cuestión toma la identidad del legítimo usuario se dedica a remitir correos electrónicos desde la dirección de la víctima, haciéndose pasar por ella, y vulnerando su intimidad, buen nombre y honor tal vez. Estamos ante la presencia de un delito donde la herramienta o el instrumento del delito ha sido la informática, pero de seguro que en la tipificación de delitos que algún Ministerio Público le atribuya, este delito informático quedará relegado a segundo plano porque se configuraría un delito y un agravio mayor hacia la persona damnificada tal como lo son los delitos contra la intimidad. Entre los primeros antecedentes de este tipo de delitos citamos la piratería de programas y películas donde se afecta no solo el “derecho intelectual” de los legítimos dueños del programa o película, sino se agravian intereses de índole impositiva. Otras circunstancias graves son la violaciones de sistemas de seguridad informática y acceder en forma no autorizada a información que luego podría se vulnerada de distintas maneras.