La CONFINTEA VI en una perspectiva de proceso Una vez

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La CONFINTEA VI en una perspectiva de proceso
Una vez finalizada la VI Conferencia Internacional de Educación de Adultos
(CONFINTEA VI) celebrada en Belém do Pará (Brasil) del 1 a 4 de diciembre, con la
participación de 1500 personas procedentes de delegaciones de 155 Estados, de
agencias de UNESCO y de otros organismos internacionales y regionales así como de
organizaciones de la sociedad civil, es necesaria una apreciación de lo que significó esta
conferencia desde la perspectiva de aquellas personas que actúan en el campo de la
educación como derecho de todos y todas.
Considero que una conferencia de este nivel solo tiene sentido si se analiza en su
proceso. Este proceso se inició en 2007, cuando todos los Estados miembros de
UNESCO fueron instados a preparar sus informes nacionales, que una vez
sistematizados fueron presentados para el debate en las cinco conferencias regionales
preparatorias para la VI CONFINTEA (México, Nairobi, Túnez, Budapest y Seúl). Con
estos insumos se preparó el documento preliminar de debate que dio lugar a lo que se
presentaría después como el “Marco de acción de Belém”.
Hay, sin duda, diferentes formas de llegar a Belém, en función de cuál sea la
perspectiva del actor participante en el proceso descrito anteriormente. Desde los
Estados miembros se observaron diferentes formas de participación en las conferencias
regionales: por un lado hubo países que mandaron a UNESCO un informe nacional
absolutamente burocrático, construido por expertos o técnicos de sus gobiernos,
producidos en los gabinetes de los Ministerios sin ninguna interlocución con los
diferentes agentes que actúan en el campo de la educación de adultos; por otro lado,
hubo quien consideró el proceso de preparación para la conferencia como un espacio
singular de movilización y compromiso compartido entre gobierno y sociedad civil,
desencadenando en el interior de cada país un análisis cuidadoso y una evaluación
concreta de lo que se ha hecho y se hace en el campo de la educación de adultos. Entre
otros países, esta última opción fue la que se desarrolló en Brasil, que conllevó la
publicación del “Documento Nacional Preparatorio de la VI CONFINTEA”, entregado
a todos los países de América Latina y Caribe, en ocasión de la conferencia regional
(México) y de la mundial (Belém). Este documento se ha constituido en una referencia
para la construcción de la política nacional de educación de jóvenes y adultos en Brasil.
Estas mismas consideraciones sobre el proceso preparatorio en el seno de los
países miembros son válidas para las conferencias regionales, donde la defensa de los
principales puntos que fueron evidenciados en el informe regional dependió también de
cómo se articularon los informes nacionales en cada uno de los países participantes de
dicha región. La experiencia de México nos enseñó que en el interior de la región hay
múltiples aproximaciones a lo que de hecho significa la Educación de Adultos. Hay,
aún, por ejemplo, en esa región, una clara defensa de que el término mas amplio,
Educación de Jóvenes y Adultos, es esencial para asumir a éstos como sujetos de
derecho a la educación, en sus más diversas acepciones.
El énfasis con que evalúo la VI CONFINTEA como proceso es lo que me hace
llegar hasta Belém y entender que también el espacio de la conferencia internacional es
resultante de lo que se consiguió construir a lo largo de los dos años anteriores. En este
sentido, no es posible admitir que el documento síntesis de una conferencia
internacional de este nivel, no esté imbuido de un espíritu basado en un proceso de
consulta y de construcción coleciva. A mi juicio esta sería la gran lección que la VI
CONFINTEA nos proporciona: por más que nos hayamos preparado en los diferentes
países, por más que hayamos debatido en las conferencias regionales, aún así es
fundamental que el equipo de informes de la conferencia internacional asuma este
proceso de construcción colectiva como su referencia de trabajo. Debemos tener en
cuenta que las enmiendas que fueron presentadas por los diferentes participantes al
documento preliminar al Marco de Belém ponen de manifiesto la capacidad de
movilización que se evidenció en el proceso. Por tanto, no puede ser desconsiderada en
la culminación del mismo. La incorporación de algunas de las solicitudes hechas en el
proceso de sistematización del Marco de Belém, por sí solo no es suficiente para
evidenciar la dimensión de la riqueza que representaron las contribuciones vertidas
desde las diversas miradas sobre la educación de adultos. Así pues, esta situación
plantea un reto de cara a la VII CONFINTEA: perfeccionar la finalización del proceso
de consulta y construcción colectiva a través de la declaración final, que deberá servir
para pautar las acciones de los Estados miembros.
En lo que concierne al contenido del Marco de acción de Belém, es necesaria
una mirada que evalúe los doce años que nos separan de Hamburgo. Iniciaría por
afirmar que la VI CONFINTEA inicia de hecho inmediatamente después de la
Conferencia Internacional celebrada en Hamburgo. En este sentido, es importante
comprender lo que ocurrió en el campo de la educación de adultos en el período
comprendido entre 1997 y 2009. Los años que nos separan de la V CONFINTEA no
pueden ser analizados de forma homogénea. Hay un sentimiento general de misión no
cumplida, de metas no alcanzadas, de desafíos aún recurrentes. Sin embargo, hay
motivos para la conmemoración si se realiza una evaluación más concreta de algunas
experiencias, por ejemplo, en lo que concierne a los compromisos regionales que vienen
siendo asumidos: en el ámbito iberoamericano, la implementación del Plan
Iberoamericano de Alfabetización y Educación Básica de Personas Jóvenes y Adultas
(PIA) o en el ámbito nacional con el ejemplo de Brasil, donde desde 1997 funciona una
fuerte red de diálogo para la construcción de las políticas de educación de jóvenes y
adultos que son los Fórums de EJA de Brasil.
En este sentido, es fundamental volver al Marco de acción de Belém y reafirmar
que los compromisos de Hamburgo todavía no fueron plenamente asumidos, y que por
lo tanto permanecen aún como referencia para los países. Por otro lado, el Marco de
acción de Belém consolida concepciones y conceptos fundamentales (especialmente
para los países de América Latina, África y Ásia), cuando incide en la perspectiva de
entender la defensa de la educación de personas jóvenes y adultas considerando a estos
como sujetos de un derecho fundamental; reafirma así la necesidad de que exista un
compromiso firme de políticas de Estado con financiación, evaluación y seguimiento de
las acciones dirigidas para procesos formales e informales de educación y aprendizajes a
lo largo de la vida; destaca la importancia de la acción de la alfabetización como parte
inherente de la educación, por lo tanto precisa ser considerada como un continuum;
reconoce la diversidad y pluralidad que caracteriza a los sujetos que demandan la
educación de jóvenes y adultos.
Los puntos destacados en este análisis son algunos, entre tantos otros, que
seguramente serán retomados a partir de ahora por los Estados miembros. Lo que aún
no se consiguió firmar como consenso en esta amplia y diversificada pauta de la
educación de adultos (o mejor, de la educación de jóvenes y adultos), sigue siendo
objeto de discusión y negociación, hasta que se concreten las acciones de monitoreo y
evaluación indicadas para períodos trienales, y hasta la celebración de la VII
CONFINTEA.
Goiânia/GO - Brasil, diciembre de 2009.
Maria Margarida Machado
Universidad Federal de Goiás
Comisión Asesora de Expertos/as de la OEI.
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