Diccionario de economía política. Borisov, Zhamin y Makarova.. 1ª ed. Ediciones de Cultura Popular, México, 1977. (Fragmentos). PRODUCCIÓN es el proceso de creación de los bienes materiales necesarios para la existencia y el desarrollo de la sociedad. La producción existe en todas las etapas de desarrollo de le sociedad humana. Los hombres, al crear los bienes materiales (medios de producción y artículos de consumo), contraen determinados vínculos y relaciones para actuar conjuntamente. Por este motivo, la producción de los bienes materiales siempre es una producción social. La producción presupone los tres elementos siguientes: 1) el trabajo como actividad humana dirigida a un fin; 2) el objeto de trabajo, es decir, todo aquello hacia lo que se orienta la actividad humana dirigida a un fin; 3) los medios de trabajo, en primer lugar los instrumentos de producción: máquinas, instalaciones, herramientas, con las cuales el hombre modifica los objetos de trabajo, los hace idóneos para satisfacer las necesidades humanas. Los objetos y medios de trabajo constituyen los medios de producción. La producción presenta dos aspectos: el de las fuerzas productivos, que expresen la relación de la sociedad con las faenas de la naturaleza con la que se lucha para obtener los bienes materiales, y el de las relaciones de producción, que caracterizan las relaciones de los hombres entre si en el proceso de producción. La producción considerada como unidad de las fuerzas productivas y las relaciones de producción, constituye el modo de producción de los bienes materiales, del que depende el carácter del régimen social dado. El régimen social de producción abarca la producción, la distribución, el cambio (la circulación) y el consumo de los productos (personal y productivo). Lo principal en este proceso es la producción, la cual crea los artículos de consumo, determina el carácter, el modo del consumo. También determina el cambio. La distribución, el cambio y el consumo, a su vez, ejercen una determinada influencia sobre la producción. La producción social consta de dos grandes secciones: la de producción de medios de producción y la de producción de artículos de consumo. La producción se desarrolla en consonancia con leyes económicas objetivas, entre las cuales la principal y determinante es la ley económica fundamental inherente a cada modo de producción. En la producción capitalista, actúan leyes económicas espontáneas: la producción es interrumpida por las crisis económicas, se halla subordinada a la finalidad de obtener ganancias, de las que se apropian los explotadores. (…) La historia conoce cinco modos de producción: el de la comunidad primitiva, el esclavista, el feudal, el capitalista, el comunista. El tránsito de un modo de producción a otro se halla determinado por una ley económica objetiva: la ley de la correspondencia entre las relaciones de producción y el carácter de las fuerzas productivas. El cambio del modo de producción hace que se modifiquen el régimen social, las ideas sociales, las instituciones políticas, jurídicas y de otros tipos. DISTRIBUCIÓN: es uno de los aspectos de las relaciones de producción, fase necesaria del proceso de reproducción del producto social; relaciona la producción con el consumo. El carácter y la forma de la distribución son determinados por el modo de producción dominante. Lo decisivo es la distribución de los medios de producción. A su vez, la distribución influye activamente sobre el desarrollo de la producción. Bajo el capitalismo, la distribución de los medios de producción posee carácter antagónico ya que tales medios son casi por entero de propiedad privada capitalista y sirven como instrumento de explotación de los trabajadores. (…) Bajo el socialismo, con el dominio de la propiedad social, la distribución de los medios de producción y de los artículos de consumo se realiza en interés de toda la sociedad y de cada uno de sus miembros. Casi todos los medios fundamentales de producción se encuentran en manos del Estado socialista, son patrimonio de todo el pueblo. CAMBIO: intercambio de actividades entre las personas o enajenación reciproca de los productos del trabajo; fase de la reproducción social que enlaza la producción y distribución por una parte (con la particularidad de que la distribución se halla condicionada por la producción con el consumo por otra parte. El cambio se da como una consecuencia de la división social del trabajo. Su carácter y su forma están determinados por el modo de producción. A su vez, el cambio influye sobre el desarrollo de esta última. El cambio (intercambio) de los productos del trabajo surgió inicialmente en el régimen de comunidad primitiva con carácter casual, y se realizaba en los puntos de contacto entre diversas comunidades. Al surgir la propiedad privada, el intercambio de mercancías empezó a efectuarse en el interior de la comunidad, con lo que contribuyó a desintegrarla. Nació el cambio privado, con sus rasgos inherentes: competencia, antagonismo, etc. El desarrollo de la división social del trabajo, de la propiedad privada y, en consecuencia, de la producción mercantil, hizo que el cambio se convirtiera en una forma constante —y no casual— de relación entre los productores privados. El ulterior desenvolvimiento de la producción mercantil y del cambio condicionó la aparición del dinero. El cambio alcanza su punto máximo de desarrollo en la economía capitalista, donde la producción mercantil adquiere carácter universal y la fuerza de trabajo del hombre también se convierte en mercancía. CIRCULACIÓN: intercambio de mercancías que se efectúa por medio del dinero, de la compra-venta. En este proceso, el dinero aparece en calidad de encarnación universal del valor, por lo que todas las mercancías realizan su valor en dinero. Cada poseedor de una mercancía que desea cambiarla por otra, primero debe trocarla en dinero (vender) y luego cambiar el dinero por la mercancía que necesita (comprar). En este caso, el acto de intercambio directo de los productos del trabajo (M — M) se efectúa por medio de la circulación monetaria (M — D — M) en virtud de lo cual, el proceso ininterrumpido de cambio aparece como un proceso de circulación de mercancías. La circulación mercantil se diferencia del intercambio directo de productos no sólo formalmente, sino, además, por su esencia. Los poseedores de mercancías no intercambian directamente entre sí sus artículos, sino a través de los poseedores de dinero, a consecuencia de lo cual se desarrolla un complejo conjunto de vínculos sociales. Bajo el capitalismo, la circulación mercantil está subordinada a la acción de leyes económicas espontáneas, se efectúa en las condiciones de la anarquía de la producción y de la lucha competitiva entre los capitalistas. Debido a las contradicciones antagónicas inherentes al capitalismo y que se manifiestan en las crisis económicas, en el retraso de la demanda solvente de los trabajadores respecto al crecimiento de la producción, la realización de las mercancías en el mercado encuentra grandes dificultades. CONSUMO: utilización del producto social pare satisfacer tanto las necesidades de la producción como las necesidades personales de los individuos. El consumo productivo integra directamente el proceso de producción y significa que en dicho proceso se utilizan diversos medios de producción (máquinas, instrumentos, combustible, materias primas, materiales, etc.). El consumo no productivo o personal es el que el hombre realiza al utilizar diversos productos para satisfacer sus necesidades (artículos alimenticios, ropa, calzado, mercancías de amplio consumo, etc.). El nexo entre la producción y el consumo se halla condicionado por la acción de las leyes económicas del modo de producción dado. Los eslabones de enlace entre la producción y el consumo son el intercambio y la distribución. Bajo el capitalismo, entre la producción y el consumo surge una contradicción antagónica, el segundo va retrasándose de la primera, lo cual aparece con singular claridad durante las crisis económicas de superproducción, cuando masas enormes de mercancías quedan sin vender, se deterioran y estropean por completo, a la vez que las masas trabajadoras, debido a su empobrecimiento, no pueden adquirir esas mercancías.