¿Para qué filosofía? También para hacerse a sí mismo con dignidad. Un ejemplo (si se lee bien se verá que la magnanimidad –objeto del ejemplo- no está reservada a los presuntamente superiores por naturaleza –no hay superioridad por naturaleza-, sino para aquellos que desean llegar a tener grandeza interior y, por tanto, para cualquier ser humano) Aristóteles, Ética a Nicómaco, Madrid, Gredos, Libro IV, § 3.