3. LAS CRITICAS AL CONTINUUM Como suele suceder, se realiza un mayor esfuerzo para criticar los paradigmas que para construir otros nnevos. Las críticas al continutun no son una excepción. Además de aquellos que hicieron un ataque feroz y demoledor de sus bases, las críticas se centraron en torno al papel determinarite dado al tamaiio de asentamiento y a]a patiilatina disolución de las diferencias urbauo-rurales. 3.1. Alternativas críticas al tamaño de asentamiento como variable independiente: La consideración de las interrelaciones éntre asentainientos Diversos autores han destacado el excesivo determinismo qtie el modelo del continunm hace del tamaiio de asentamiento, se ^ialando otras variables que ayiidarían a coustruir un modelo alternativo. Segtíu Gross (1948), el marco teórico polar en el que se basa el continuum impide ver la diferenciación y fuerte heterogeneidad de las sociedades rtu-ales. El hecho de que las comunidades vivan de la agricultura uo indica ninguna homogeneidad entre las mismas, como pone de manifiesto su estudio comparativo sobre cuatro comunidades agrarias. Hacieudo un símil estadístico, el continuum se basa en la heterogeneidací interestrato suponiendo tma homogeneidad intraestrato. Namboodiri (1966) señaló que el continuum fiuicionaba cuaiido se trataba de wiidades etuoterritoriales homogéneas y fracasaba cuando se realizaba para agregados artificiales de población. (Vid. ^iota II-4) Para Gross la ❑ oció^l de aislamiento cultural, «cultural isolatio ^ i» , constituye el marco analítico más apropiado. Én definitiva está sugiriendo la introducción de la noción de distancia o el acceso a los medios de transporte y comunicación como variable iudependiente. Stewart (1958) se^iala que el marco del continuum eu cnanto tamaiio de asentamiento es uu marco muy restrictivo. Eu primer lugar debe diferenciarse entre coucentración de población y concentración de empleos o actividades, ya que realmente esta 44 seguuda característica define mejor lo urbano. Eli segundo ingar el moclelo del continunm, especialmente el folkCOlltlnlllllll, suponen implícitamente que las comunidades rurales estáu aisladas o que se interrelacionan principalmente deutro de ellas. El aumento de la movilidad espacial ha hecho que cada vez los espacios residenciales y ecouómicos sean menos coincidentes. Es decir, el aliálisis no debería tener como uliidad los asentamientos sino las áreas de iliteracción entre la población y las actividades de uu asentamieuto. Ste^vart propone la utilización como wiidad de análisis de mapas de redes sociales, «social net<vork map» , que mostrarían los centros de iuteracción sociocultural y las rutas de desplazamiento desde los lugares de residencia a estos centros. En función de estos mapas sería posible construir íudices de u ^-banización en cnanto nílmero de relaciones y contactos establecidos. 3.2. Críticas a la diferenciación rural-urbana Pahl (1966), que fue seguramente el más implacable crítico del continuum, juzga insuficiente una explicación basada en el gradualismo, ya qtle octilta en el fondo tuia dnalidad simplista entre lo rural y urbano. Seliala que es una estrnctura más compleja de feliómenos la que interviene. Phillips y Williams (1984) sintetizan las críticas de este autor en cnatro aspectos: Primero, el trato personal («face to face») no desaparece sino que sigue siendo importaute: se mantieue, por ejemplo, entre los obreros y empleados. Segundo, la extensión del cousnmo de masas y los medios de comunicación convierten a la ma}'or parte del territorio en un medio ciilturahneute urba ^ io. Tercero, la disolución de la relación entre lugar de residencia y lugar de trabajo por el desarrollo de los trausportes determina que las villas nirales se conviertan también en barrios dormitorio y qne ciertas áreas suburbiales mantengali una morfología rural. Cuarto, el desarrollo de los medios cíe transporte y comunicación, principalmente el teléfono, hacen que el aislamiento lio sea fiuición exclusiva de la distancia. En resnmen, no existen diferencias fundamentales entre los modos de vida niral y urbano y el estilo de vida no 4ó está clictaclo por la localizaciói^ geográfica (rural o urbana) siuo que depe ^ icíe más del estadio en el ciclo familiar y cíe la clase social. Lupri (1967) coutestará la propuesta de Pahl. Segítn Lupri, auiiqtie las diferencias urbano rw-ales disminuyei^, las diferencias culu^rales siguei^ siendo cruciales e ^ i las sociedades indtistrializadas. ^ En un poléinico artíctilo Schi^ore, (1966) se^iala el interés que la diferenciacióii rtiral-tu-baua tiene, aíi ^ i en el contexto de disolución de las diferencias entre las comunidades rurales y tirbanas, como variable i^idiviclual. El lugar de ^iacimieiito o el lugar de procedei^cia resultan variables explicativas de las propias diferencias existentes ^eii las sociedades urbauas. « How manv if the numerous class-based clifferei^ces obsei^^able in urban populatio^^s -differences in behavior, life style, and psychological orientations- may be disguised manifestations of more basic rural-tu-ban clifferences^ Class cliffereuces are the urban sociologist's stock iii tracle, btit he ^nay have to t^u^n to the nu•al sociologist for assistance in gainii^g insight into the real bases of these s^ste^natic discrepancies i^i behavior ancl outlook» (Schnore, 1966, pp.142). 4. LA RURALIDAD COMO DIMENSION SOCIOCULTURAL Dewey (1961), más escéptico que crítico en su artículo iróuica^neute titulado: «The Rural-Urbau Continuum: real but relatively unimportant», contrasta los factores ecológicos y ctilturales v su co^itribución a la difereuciación entre comuniciacles rw-ales y urbai^as. Este autor, aunque reconoce la progresiva disolucióu de las difereucias tirbano-rurales, co^isicíera que éstas siguen sieudo importai^tes y debe^i tomarse eii cuenta. Establece un continuo cultural entre sociedades i^o letradas, primitivas y sacras en u ^i polo, qtie opone a sociedades letradas, civilizadas y seculares eii el otro. Sii^ pretender negar la ii^flue ^ icia due el tamaiio de asentamiento tiene, asegura que la principal difere^icia la establece la dimensión sociocultural y, eii el foii^l(i