16-583 RÍO. Corriente de agua, continua o intermitente, que va a desembocar en otro río, en un lago o en el mar. Según sus características puede ser un simple arroyo, un riachuelo, una corriente más o menos caudalosa, como el Sena o el Ebro, o un gran rio, como el Amazonas o el Congo. Suele nacer como manantial en la vertiente de una montaña para descender en régimen torrencial a las tierras bajas y seguir luego un curso más tranquilo hasta su desembocadura. La fuente de una corriente de agua procede primariamente de la precipitación pluvial, que fluye por el suelo o va a parar a las capas freáticas. Toda precipitación qué cae sobre el suelo y no queda absorbida fluye por su superficie. Si ésta es lisa el agua avanza limpiamente en toda su extensión; si no lo es, se ve canalizada por las irregularidades. El aporte hídrico que alimenta el caudal de un río puede proceder directamente de la lluvia (régimen pluvial) o de los hielos y nieves que se funden en primavera (régimen glacial). Otra fuente hidrica son los lagos. Los ríos abundan mucho más en las regiones húmedas; por ejemplo, en Kentucky (EE. UU.) una extensión de 500 km2 presenta numerosas corrientes de agua mientras en Arizona o Utah una superficie equivalente no tiene sino una o dos y tal vez intermitentes. En las regiones áridas las corrientes de agua ven aumentar considerablemente su caudal con las lluvias torrenciales, pero de ordinario presentan cauces semisecos o totalmente secos. En épocas de sequía los ríos tienden a perder parte de su caudal, característica que recibe el nombre de estiaje. Evolución fisiográfica de un río. Un rio hace su aparición donde quiera corra el agua y exista un gradiente por poco pronunciado que sea. Muchos ríos nacen en forma de TORRENTES, que se abren paso y tajan su canal o cauce con ayuda de las abundantes lluvias comunes a las elevaciones. Además, durante la primavera el rio joven puede regularizar su caudal con el agua resultante del deshielo (régimen mixto). La progresión constante del agua va socavando un diminuto canal en forma de V que se ensancha paulatinamente con la aportación hidrica de sucesivos aguaceros y de los numerosos arroyuelos que a él confluyen hasta formar un cauce más profundo y ancho. El proceso de crecimiento prosigue hasta que la corriente adquiere ya personalidad de río. Finalmente éste va a desembocar en un lago, en el mar o en una depresión árida, como lo hace el CUBANGO, cuyas aguas se evaporan al ser absorbidas por el reseco suelo. No es raro que una corriente de agua nazca en las montañas, cese de fluir, salvo por periódicas inundaciones torrenciales, y reanude su curso en comarcas más húmedas. El desagüe de sucesivos aguaceros no forma una corriente continua; muchos son los valles de gran extensión erosionados antes de que el río les ocupe permanentemente. Una corriente de agua sólo es continua cuando sus aguas han socavado el cauce hasta el nivel freático de suerte que la filtración proporcione un aflujo hídrico constante. En este punto el rio cesa en su labor de socavamiento y comienza a ensanchar su valle. A lo largo de su existencia un rio está sujeto al fenómeno de las inundaciones, que se producen cuando el canal resulta insuficiente para contener el agua que recibe en determinadas épocas del año. El cauce suele admitir únicamente el caudal que de ordinario lleva el río; por otra parte las grandes inundaciones sobrevienen a intervalos tan espaciados que no pueden socavar un cauce más amplio capaz de dar cabida al exceso de agua. En consecuencia, al producirse una inundación, el río desborda sus orillas y la comarca adyacente queda anegada. La mayoría de las inundaciones acontecen en primavera, estación en que a las fuertes precipitaciones pluviales viene a sumarse el agua procedente del deshielo. Curso. Las características del curso dependen de la naturaleza litológica del lecho fluvial, el manto del suelo y la navegación, el perfil del valle y la distribución estacional de las lluvias. Por ejemplo, una corriente que pase junto a la vertiente occidental de los Apalaches, en la húmeda zona sudoriental de Estados Unidos, Río mantendrá un curso regular. En las montañas tajará en la dura roca un estrecho valle en forma de V y el agua fluirá tumultuosa y clara. Las vertientes boscosas actúan reteniendo las fuertes precipitaciones de las montañas que se filtran lentamente por el húmedo terreno y llegan al lecho del rio. En las llanuras aluviales la corriente configura un valle también en forma de V, pero más ancho y menos acentuado, y divaga regular aunque cansinamente, enturbiada por el limo y el lodo. Los campos cultivados de las llanuras no retienen gran cosa de humedad y durante la estación de las grandes lluvias el caudal discurre rápido y cenagoso. El curso inferior, más ancho y lento, tiende a quedar más expuesto a las inundaciones. Formación de las confluencias. En su esfuerzo por alcanzar el nivel de base una corriente de agua va uniéndose en su descenso a otras cada vez mayores. En las regiones húmedas que presentan una estratificación horizontal (partes llanas de la Tierra) las corrientes confluyen en ángulo agudo y dan origen a formaciones dendríticas ramificadas). En las zonas de plegamiento longitudinal los ríos principales ocupan sin dificultad los valles estructurales mientras los tributarios, procedentes de elevaciones menores y con menos ímpetu, han de abrirse paso por los estratos resistentes, con lo que originan estrechas gargantas o congostos. Estos afluentes se unen en ángulo recto v dan lugar a formaciones reticulares; un notable ejemplo de este caso lo constituye la sección virgimana de los Apalaches. Pero dendrítica o reticular, la corriente siempre se considera consecuente o subsecuente; consecuente, cuando se abre paso conforme a la mayor o menor resistencia de los estratos; subsecuente cuando sigue la configuración de los mismos. 16-584 16-585 Erosión. La actividad principal de un rio es la EROSIÓN junto con las secundarias del arrastre, acarreo y deposición de sedimentos. Sucede a menudo que unos tramos del río realizan labor erosiva mientras en otros se produce sedimentación. Tanto un fenómeno como otro pueden darse simultáneamente dentro de una misma zona El lecho de un rio está sujeto tanto a la erosión vertical como a la lateral. Si el río describe curvas (meandros) éstas se ensanchan paulatinamente como resultado de la erosión registrada en la margen exterior o convexa (cóncava si se mira desde el rio) y de la sedimentación acumulada en la interior o cóncava (convexa, considerada desde el cauce). Esta orilla adquiere configuración de talud poco pendiente; aquélla se hace escarpada y angostada por la base y, a medida que progresa el rio, alterna con restingas. El grado de erosión queda determinado por cuatro factores: si el lecho del río es de roca débil, soluble químicamente o agrietada por planos de estratificación o fallas, la fuerza del agua fragmentará su superficie y se iniciará así el proceso erosivo; si la corriente transporta gran cantidad de partículas cortantes poseerá mayor acción abrasiva; si el caudal es grande la erosión se verá acelerada; y finalmente si el río lleva mucho ímpetu aumentará su potencia erosiva. Morfología fluvial. Las diferencias litológicas del lecho fluvial originan fenómenos como cascadas, CATARATAS, marmitas de gigante y rápidos. El paso de la corriente por puntos de desigualdad litológica, es decir, puntos donde difiere la resistencia de los estratos, acelera la erosión de las hiladas más débiles. Aumenta el desnivel del lecho y se forman rápidos sobre los estratos blandos. A medida que continúa el proceso la parte más resistente del lecho resulta socavada y el agua, en vez de fluir sobre las rocas, se precipita por ellas. Al pie de las cascadas y las cataratas suelen formarse las llamadas marmitas de gigante, también conocidas por pilas o pilancones, cavidades producidas por el impacto del agua al desplomarse y por la acción pulverizadora de los guijarros agitados por los remolinos. Si además de la desigual resistencia que ofrecen los estratos las rocas del curso alto presentan fallas, se dan las condiciones necesarias para la formación de un puente natural. Este se origina al abrirse paso el agua por una falla y ensancharla gradualmente por la erosión hasta que todo el caudal pase por el hueco así formado. De este modo el lugar por donde antes caía el agua queda transformado en un puente natural. Si las rocas del cauce son solubles, d rio puede desaparecer por ellas y continuar su curso bajo tierra formando cavernas, como en las regiones cársticas de Kentucky e Italia. Puede darse también el caso de que las aguas superficiales disuelvan las márgenes de tal manera que el río se extienda mucho más allá de sus límites naturales y adquiera configuración lacustre; ejemplo de ello son los lagos de Irlanda. También se forman lagos en las llanuras de aluvión que se encuentran en los valles de los ríos seniles. Una llanura de aluvión está constituida por los diversos materiales que en las inundaciones deposita el río más allá de sus riberas. Al alcanzar la sección más llana y ancha de su valle el rio divaga lento y sinuoso por los blandos sedimentos. que corta en una serie de grandes arcos o meandros. Los arcos van apretándose cada vez más y su cuello, es decir, la porción más angosta de tierra que los separa, se estrecha gradualmente hasta que el río cambia su curso, termina por cortar el cuello y abandona el meandro. Si éste queda anegado recibe el nombre de meandro ^estrangulado o meandro abandonado (v. BAYOU), que a veces adopta forma de herradura. Tal fenómeno es común en el valle inferior del Miswpí v en los de sus afluentes. La característica final de un río es su DELTA, acumulación triangular de sedimentos acarreados por el río hasta la desembocadura. Jurídicamente un río puede ser nacional, limítrofe o internacional. Los primeros quedan dentro del territorio de un mismo estado, que ejerce dominio exclusivo sobre él. Si es limítrofe, esto es, si divide territorialmente Río 16-586 SEGÚN G. WAGNER Perfiles longitudinales de un río. En la figura superior domina el tramo de erosión y denudación, al estar el río en su fase juvenil; en la central existe bastante equilibrio entre los tres tramos (fase de madurez) y en la inferior (fase senil) predomina la acumulación. SEGÚN DAVIS Evolución de un meandro. Por efecto de la erosión lateral en sus orillas el meandro encajado de la figura superior ensancha paulatinamente su cauce hasta llegar a convertirse, última figura, en meandro divagante. SEGÚN PASSARGE Tipos de terrazas formadas: en los depósitos aluviales del río, en la roca del substrato y en terrazas encajadas. Planicie fluvial con terrazas longitudinales.