Cuando el lenguaje es el bienestar: Conciliación, desarrollo emocional y salud mental Síntomas de nuestra realidad El entorno en el que estamos nos habla de grande índices de enfermedad mental, anunciándonos que el año 2020, la segunda causa de discapacidad laboral será la depresión. Una realidad que ya no nos es ajena cuando consideramos que actualmente es la cuarta causa de discapacidad laboral en el mundo, la primera a nivel mundial entre los jóvenes, y las mujeres duplican el porcentaje de hombres aquejados por esta enfermedad. Según las estadísticas oficiales, actualmente contamos en España con 7.000.000 de personas que están sufriendo por depresión, 6.000.000 que sufren estrés, miles de personas que no están llegando a cubrir sus necesidades básicas y con dificultades las de sus familias, en un entorno que cada día nos habla de mayor desigualdad social, ya no hablo solo de pobreza. Un entorno de crisis económica que nos habla de recorte de salarios y bajas oportunidades laborales que nos afectan a todos, pero que en especial están dando pie al surgimiento en algunos países de un nuevo colectivo en situación de riesgo social, los jóvenes, que además de ver impedida la consolidación de su identidad social a nivel laboral, están vivenciando el incumplimiento de las metas relacionadas a su ciclo vital a nivel personal. Lo que se traduce en una falta de realización tanto en el plano personal como profesional y efectos en la consolidación de su identidad. Junto a ello seguimos viendo que la doble jornada en el caso de las mujeres sigue siendo una realidad, observándose que son las mismas las que en mayor medida se dedican al cuidado de los hijos. Cuando paralelamente se hace presente una desigualdad de salarios que pone en peligro la posibilidad de una co-responsabilidad e igualdad real mientras los mismos siguen siendo superiores en los hombres. Hemos avanzado pero nos falta avanzar en este sentido, entendiendo el papel de la mujer a día de hoy como fuerza impulsora de cambios, clave para el logro de una sociedad equilibrada en donde los seres humanos puedan crecer de forma integral. Su plena incorporación al mercado laboral demanda una re-acomodación de las funciones tradicionales que tanto ellas como los hombres han cumplido, hacia una mayor co-responsabilidad que permita la realización de los ciudadanos en todos sus ámbitos vitales: personal, familiar y profesional. Un entorno que nos invita una vez más a cambiar nuestros modelos de funcionamiento cuando nos anuncia un progresivo envejecimiento de la población que trae de la mano un aumento de familiares dependientes. Un entorno que a su vez nos habla de una fuerte caída de la tasa de natalidad con ausencia de políticas reales de enfrentamiento que aseguren la facilitación de la conciliación, de tiempo de calidad y disponibilidad para una crianza o cuidado co-responsable facilitando la generación de vínculos sanos, nuestro cuidado y el de los que amamos. Además del sufrimiento , temor, sensación de injusticia, e incluso percepción de incompetencia que podemos llegar a tener, llega un momento en el que tenemos que preguntarnos si este sistema que hemos generado es funcional desde esa economía que defendemos, supuestamente productiva cuando consideramos los costes tanto económicos como humanos que está implicando, y los que puede llegar a implicar. En este sentido, el Foro Económico Mundial (World Economic Forum – WEF-) en el informe “Global Economic Burden of Non-communicable Diseases (2011)” realizado conjuntamente con la Facultad de Salud Pública de Harvard , ha señalado recientemente que la desatención de la enfermedad mental puede llegar a conllevar un gasto de 16 billones de dólares en las próximas dos décadas, lo que equivale al 1,3 del PIB mundial . El informe analiza el impacto económico de las 5 enfermedades crónicas más frecuentes que las personas están sufriendo: el cáncer, la diabetes, los trastornos cardiovasculares, las enfermedades respiratorias y los trastornos mentales. Consideradas globalmente, estas enfermedades crónicas supondrán un coste acumulado mundial de 47 billones de dólares durante el periodo comprendido entre el 2011 a 2030, siendo los trastornos mentales los responsables de más del tercio de este coste económico. Nos tenemos que preguntar si realmente vale la pena seguir defendiendo esta forma, en un país , ,tu país y el mío, cuyo índice de suicidio ya constituye desde el 2010 la primera causa de muerte violenta , aumentando el mismo en un 25% desde que la crisis comenzó. Hemos crecido en una sociedad de consumo, en la que aprendimos que tanto tengo tanto soy, hoy estos pilares se caen confrontándonos a la necesidad de preguntarnos en qué hemos fallado cuando nuestras IDENTIDADES en muchos casos están en el suelo. Ya no sólo no tenemos tiempo, ahora tampoco tenemos recursos… Y no se trata de entrar en la búsqueda del culpable, si no de comprender para mejorar, ya que al igual que avanza nuestra tecnología disciplinas como la psicología, neurología y psiquiatría avanzan en sus descubrimientos y si hoy comenzamos a entrar en una era en la que el bienestar de las personas pasa a ser un factor que está en juego, la necesidad de su inclusión en las diferentes áreas de comprensión de nuestra realidad es incuestionable. Si comprendemos que los síntomas que vivimos nos hablan de áreas de mejora en temas que competen a estas disciplinas vamos a hacer de las mismas algo que sume a nuestras economías, dando poder al sujeto en lo que respecta a su entendimiento y al derecho a ser dueño de su tiempo, con respecto a la forma que ejerce sus roles en pro de la búsqueda de bienestar. La conciliación un primer paso Nos enfrentamos a la necesidad de generar un nuevo sistema económico y social sostenible, humanamente sostenible, y para ello esta vez, tendremos que escuchar los síntomas que estamos viviendo como sociedad, un entorno convulso que también es una posibilidad de mejora y más cuando esta vez tenemos la posibilidad de comprender para generar nuevas realidades, nuevas respuestas. Legitimar la necesidad de conciliación es una de ellas, teniendo tiempo para desarrollarnos en todos nuestros ámbitos vitales, tiempo para descansar, tiempo y administración del tiempo que nos permita tener una vivencia de nuestra autonomía que finalmente nos fortalezca. En este sentido la implantación de políticas que implican la flexibilidad de horarios como se ha observado no sólo reportan beneficios para las empresas en términos de productividad, sino como afirma un estudio de la Universidad de Durham recientemente publicado también a nivel de salud y por tanto disminución de absentismo. En este estudio en el que se analizaron 10 estudios sobre 16.600 trabajadores, llegaron a la conclusión de que las personas que tienen algún control sobre su horario laboral podrían ser más saludables tanto mental como físicamente que aquellas con trabajos menos flexibles. Aunque para nadie de los que defendemos la conciliación es duda que la flexibilidad horaria favorece el bienestar, disminuye el estrés y facilita por tanto el aumento de la productividad, este estudio nos aporta datos más concretos cuando expone que la adopción de condiciones de trabajo flexibles como decidir nuestros propios horarios, realizar el trabajo desde casa o compartir el trabajo disminuyen el estrés y posibilitan encontrar tiempo para realizar otras actividades. En este sentido tener a acceso a experiencias de autonomía en el trabajo y control sobre nuestros horarios sería bueno para la salud generando una menor presión sanguínea, un ritmo cardíaco más estable, mejor calidad del sueño y menos cansancio durante el día. Claramente ante un entorno como el que vivimos considerar esta información para cultivar el bienestar es de gran relevancia, tanto por nuestra salud como por nuestra productividad, ya que aprender a identificar y buscar experiencias que nos permitan sentirnos bien, logrando una vivencia positiva de nuestro si mismo ,como han demostrado diversas investigaciones y yo ya he comentado en otros artículos, potenciara una mayor probabilidad de ayudar a otros, actuar de forma social, expresar agrado y generosidad con otros y con nosotros mismos, tomar mayores riesgos, resolver problemas de manera más creativa, persistir ante la retroalimentación de fracaso, tomar decisiones de manera más eficiente y mayor motivación intrínseca. De esta forma se observa a su vez que el sentirnos bien facilita la forma en que procesamos la información, la solución creativa de problemas, predisponiendo a rendimientos más rápidos, eficientes y con menor esfuerzo en toma de decisiones. Sin embargo no es sólo generar esas condiciones de bienestar para los que ya formamos parte del mundo profesional, si no sobre todo comprender la necesidad de prevenir y potenciar un cambio para las próximas generaciones. Cuando hace unos años aposté por legitimar la demanda de la conciliación fue porque creía y sigo creyendo que la misma es un factor necesario y el primer paso que nos permitirá enfrentar muchas de las problemáticas que tenemos en España pero además de eso y principalmente las que tendremos a futuro. La conciliación merece un discurso responsable, desde la RSE, partiendo por políticas que aseguren el tiempo, la tranquilidad emocional y el salario para poder desarrollarnos a nosotros mismos y a su vez criar a otros desde una paternidad y maternidad responsable. Considero que el seguir hablando de responsabilidad social corporativa desde las acciones de voluntariado que realizamos, cuidado al medio ambiente dejando de lado la variable de efecto de privación de presencia – o presencia ansiosa- en los primeros años de crianza, producto de las dificultades para conciliar, es una incoherencia grave considerando el efecto que los mismos tienen en la población según los estudios realizados desde la teoría del apego. Nuestro entorno nos habla de sufrimiento social y alto grado de patologías, nos habla de una tendencia hacia el aumento de familiares dependientes, nos habla de que el día de mañana es muy posible que nos necesitemos más que nunca, y nos necesitemos bien, por ello, quiero invitarte a ayudar al surgimiento de una nueva RSE, una que hable de real respeto al ser humano y que parta por comprender que los primeros años de crianza son básicos para el establecimiento de una salud emocional en equilibrio, donde la negación de los periodos críticos de desarrollo y la ausencia de los padres tal cual hasta hoy la hemos vivido constituye un riesgo a nuestra evolución, cuando consideramos que el apego y la formación del vinculo influye en el desarrollo total de la persona a lo largo de nuestro ciclo vital implicando la predisposición hacia determinadas patologías mentales y enfermedades físicas. Hoy os traigo un poco de psicología que nos ayude a comprender la importancia de la consideración del desarrollo emocional a la hora de definir nuestras políticas de conciliación, argumentos que espero nos ayuden a construir culturas que concilian ya que como verán no se trata de un derecho, es una obligación y una responsabilidad social e individual. Estar presentes: Desarrollo emocional, apego y conciliación Luego un largo proceso de investigación, de encuentros y desencuentros, la Teoría del Apego, presentada por Bowlby en 1969, trata acerca de las primeras experiencias de relación o vinculación que tenemos y como las mismas afectan nuestro desarrollo emocional. Sus orígenes se encuentran antes cuando considerando material de casos clínicos como psiquiatra infantil y psicoanalista, John Bowlby escribió en 1940 “La influencia del ambiente temprano en el desarrollo de la neurosis y del carácter neurótico” (Marrone, 2001). Este escrito mostraba por un lado el interés de Bowlby por la interacción familiar temprana y su relación con la psicopatología, y por otro la base de la que sería posteriormente La teoría del attachment o apego, en la segunda mitad de la década del 50 del siglo XX. La teoría nació como una forma de conceptualizar la tendencia de los seres humanos para hacer fuertes vínculos con otros significativos (Bowlby, 1979), entendiendo que el comportamiento de apego es un sistema motivacional innato que busca mantener la proximidad entre el niño pequeño y sus cuidadores . A nivel general , la teoría subraya que la calidad de este vínculo depende entre otros factores que el niño pueda depender de sus figuras de apego y también de la habilidad de estas figuras para contener y proteger al niño, especialmente en momentos de mayor necesidad. El sistema comportamental del apego ha sido hipotetizado como fundamental para la sobrevivencia del niño, en cuanto el mismo tiene más probabilidades de sobrevivir en condiciones adversas si es asistido por otro ser humano especialmente si el otro es más fuerte, más sabio y más capaz de enfrentar situaciones adversas. Bowlby entendía que la conducta de apego tenía un alto componente motivacional, que estaría determinada genéticamente buscando con ello la supervivencia de la especie, investigaciones posteriores han demostrado que la conducta de apego tiene un asiento neuropsicológico en el cerebro, esto significa que estaríamos genéticamente predispuestos a buscar el confort de otros en situaciones que evaluamos como amenaza. Otros autores como Panksepp (1999) han señalado que el apego estaría dentro de los sistemas motivacionales que moldean la conducta del individuo. En este sentido, los seres humanos estaríamos predispuestos a necesitar a otro que nos aporte confort y seguridad , especialmente en aquellos momentos en que sentimos miedo o percibimos amenazas, nos sentimos vulnerables o estamos en estado de vulnerabilidad. Además de proporcionar confort, el apego cumpliría una importante función, como demuestran los avances en neurociencia el sistema de apego determinaría el desarrollo del cerebro durante los dos primeros años de vida. Con respecto a este punto, el apego posibilitaría lo que Daniel Stern ha definido como proceso “Sincronía de Afecto” (Affect Attunement), un entre lazamiento de estados internos entre el cuidador y el bebe que hoy se reconoce como un factor esencial para el desarrollo del cerebro del infante en los dos primeros años de vida (Moneta, 2009) En este sentido, los estudios en neurología y neuropsicología han dejado en evidencia que a día de hoy existen pruebas incuestionables, acerca de la importancia de los afectos y la formación del vínculo, al considerar que las interacciones afectivas que se dan durante los primeros años, moldean las redes neuronales. Hoy tenemos que comprender que no sólo basta con estar, la importancia de poder estar tranquilos cuando criamos es fundamental ya que el modo en que cuidamos , el cómo cuidamos y por tanto la forma en que se dan estas interacciones también mediaran en el desarrollo emocional. Aunque desde sus inicios y durante los años posteriores el estudio de los vínculos de apego estuvo centrado en la formación del vinculo madre-hijo, hoy se sabe que la calidad de las relaciones formadas son individuales, de esta manera tendríamos acceso a la generación de distintos patrones vinculares con figuras significativas. La madre de un niño puede ser su figura de apego, pero también su padre, su abuela, su hermano (a), un amigo, etc. Esto además de implicar que podemos tener un vinculo determinado con nuestra madre, da cuenta que podemos identificar como figuras significativas a otras personas, aspecto que no deberíamos desvirtuar para construir un argumento que justifique la delegación de la crianza, ya que como veremos tampoco lo es. Hoy esto se sabe, pero desde las disciplinas que se interesan por el desarrollo evolutivo y la comprensión del funcionamiento del ser humano, los profesionales seguimos dándole un gran peso a ese primer apego, al que suele establecerse entre madre-hijo padre-hijo, ya que es el que va a condicionar en parte el camino que tomen nuestras posteriores formas de vincularnos con otros. Aunque esa forma de vincularnos podrá cambiar con el tiempo y bajo nuevas experiencias significativas de vinculación con nuevas figuras de apego, si algo tenemos que tener claro es que las relaciones de apego son algo que nos acompañan toda la vida, tanto por las consecuencias que devienen de esas primeras experiencias vinculares como por los vínculos de apego que posteriormente vamos estableciendo en nuestra vida y la posibilidad de su perpetuación. Para comenzar a comprender la relevancia de estos primeros años y de la importancia de la conciliación como requisito para lograr una crianza que potencie el equilibrio tenemos que partir por comprender que para el establecimiento de cualquier relación un requisito básico es el tiempo y la tranquilidad de sentir que podemos estar presentes, el apego, es un tipo de vinculo afectivo que como todos tiene ese requisito imprescindible, tiempo parar estar presentes y disponibles para construir una relación afectiva, consistente en el tiempo, de carácter singular, construida entre dos personas, por medio de una interacción reciproca. Si entendemos que parte del modelo que Bowlby propuso implica comprender que según el mismo cuando somos niños a partir de estas primeras relaciones significativas con nuestros cuidadores construimos modelos de vinculación que determinan la forma en que nos relacionemos con otros, esto incluiría las bases de la representación de nosotros mismos (autoconcepto y autoestima) pero también de estas primeras relaciones abstraeríamos una representación de la figura vincular (un modelo mental de cómo es el otro y de lo que puedo esperar del otro), definiendo representaciones mentales que se transforman en modelos internos de funcionamiento constituyéndose como filtros desde los cuales nos vemos a nosotros mismos y a otros significativos en nuestras relaciones , comprenderíamos que la relevancia de conocer y cuidar los vínculos de apego no pasa sólo por la infancia, ya que los mismo siguen operando e influyendo a lo largo de toda nuestra vida y en muchos ámbitos vitales. En este sentido, Bowlby llamo “modelos internos” a las representaciones que de niños construimos en torno a nosotros mismos y a nuestros cuidadores, representaciones que reflejan y determinan la confianza que podemos o no desarrollar en nosotros como personas aceptables, merecedoras de afecto, protección y cuidado. Estos modelos internos a su vez organizan pensamientos y sentimientos relacionados a la figura de apego guiando nuestra conducta futura y las representaciones que hacemos de nuestras relaciones significativas. Estos modelos están determinados entre otros factores por el grado de disponibilidad de la figura vincular, en este sentido, la disponibilidad, accesibilidad del cuidador y la sensibilidad que esta figura presente (generalmente la madre) ante las señales del niño contribuiría a la generación de un apego seguro. Hablamos de un cuidador que luego de una separación promoverán un encuentro y reconocimiento de las necesidades del niño, mostrando respuestas apropiadas ante la expresión de emociones sean estas de agrado o de enfado. Desde mi punto de vista, un aspecto fundamental es la no negación el no rechazo de esas emociones, si no el intento de comprender. Hablamos de entornos donde el respeto a la expresión emocional está presente, donde el afecto se vehiculiza en el espacio, en acompañar para facilitar el desarrollo, en mostrar amor por lo que eres, porque se entiende que el afecto no puede estar ni tan lejos de ti que te abandono y te hago vulnerable ni tan cerca de ti que me constituyes, no permitiéndote aprender a caminar y diferenciarte, el afecto es aquel que te reconoce como otro y legitima esa diferencia. Si logramos un punto de equilibrio, esto permitirá proveer una base segura desde la cual desde niños aprenderemos y nos atreveremos a explorar y experimentar sabiendo que nuestra figura vincular estará ahí , desarrollando a su vez una confianza básica interna. Esto implica que un cuidado responsable, entiéndase con ello atento, receptivo , respetuoso y afectivo, no sólo confortará sino que se constituye como un aspecto fundamental para un desarrollo optimo del ser humano, ya que este permitirá el establecimiento de un apego seguro que inmunizará o otorgará mayor protección frente a eventos estresantes y/o traumáticos. Además de la necesidad de disponibilidad, Bowlby y sus seguidores demostraron que existen aspectos que influyen fuertemente en la calidad del vinculo que establecemos de niños y estos se refieren a la sensibilidad parental - habilidad de los padres para captar las señales del bebe, interpretarlas de forma adecuada y dar una respuesta rápida a las necesidades emocionales-. Dentro de esto, Ainsworth, la mayor colaboradora de Bolwby, destaco la importancia de la “sensibilidad materna” observando que la seguridad del apego en el niño se relaciona con una alta sensibilidad de la madre durante el primer año de vida (Ainsworth 1978, Grossmann 1988, Smith y Pederson 1988 ). Sin embargo esta sensibilidad por parte de la figura vincular (cuidador en nuestra infancia) no es el único factor importante, ni la única condición que determinara el establecimiento de un vínculo seguro. Como plantea Van Ijzendoorn (1997) otros aspectos de relevancia son la mutualidad, la sincronía, la actitud positiva y el apoyo emocional. Con respecto a la lactancia esta tendría una clara relevancia en la formación del vinculo de apego, pero por si misma no es una condición suficiente que lo asegure. Esto no significa restarle importancia, cuando consideramos que lo que estamos diciendo es que de forma aislada no es suficiente para la conformación del apego , pero es tan relevante que de hecho el apego se organiza a través del comportamiento de succión de leche materna (Moreta 2009) y todo lo ocurre cuando este se da mientras nos alimentados además de lograr el contacto somos cobijados por los brazos de nuestra madre y además recibimos una gratificación afectiva a través de la digestión -. Tampoco podemos dejar fuera, el valorar los elementos biológicos, bioquímicos y emocionales que conlleva la experiencia de ser padres, la posibilidad de este encuentro hermoso que favorece el vínculo de apego y la revisión de nuestros propios vínculos como hijos. Así se observa que si construimos una primera mirada de la importancia de estos años descubrimos que los niños que han crecido en entornos donde existe un alto grado de aceptación a su si mismo, disponibilidad a sus necesidades , espacios donde el amor implica “ reconocer al otro como legitimo otro en co-existencia”, entornos de seguridad, se observa que los mismos tienen ventajas sobre su desarrollo cognitivo y emocional, suelen ser más saludables en su expresión emocional, en sus relaciones entre iguales, presentan más logros en el lenguaje, tienen una imagen de si mismos más positiva. Son personas que están cómodas con la intimidad, y que son capaces de confiar en los demás y depender de ellos. Muestran conductas de exploración, seguridad, curiosidad. En el caso de angustia es apropiada a la situación, mostrando capacidad para gestionar sus emociones negativas, reconociendo su ansiedad y estando abierto a buscar apoyo en el caso de que considere que lo necesita. Son capaces de mostrar sus emociones como sufrimiento, molestia o enfado sin venirse abajo demandando en el caso que lo necesiten apoyo de otros, afecto o cuidado. Se muestran interesados en las relaciones con los demás. Muestran conductas de respeto y empatía con los otros, interesándose por el estado emocional del otro viendo al otro como un ser independiente. Son menos susceptibles a los rechazos y cuando están en grupos grandes mantienen la lealtad y la confianza con respecto a su círculo más íntimo. Por caso contrario, cuando esto no ocurre y la respuesta no es la adecuada por parte de las figuras significativas o los niños presentan algún tipo de limitación que les dificulta la vinculación, a modo general los niños pueden crecer vinculándose de una forma que es dañina para su desarrollo observándose que pueden presentar problemas de conducta y relaciones interpersonales, mayor tendencia hacia trastornos psiquiátricos, mayor agresividad y mayor vulnerabilidad a situaciones relacionadas con el estrés. Si la negación del si mismo es extrema llegaremos a extremos en los que estos niños producto del sufrimiento que viven aprenden a renegar la posibilidad de sentirse y pensarse a si mismo y a los demás. En otros post ya desarrollaré con más extensión los factores que nos pueden ayudar a fomentar entornos donde nuestros niños – cumplamos el rol que cumplamos- crezcan desde la aceptación, desde autoestimas reales pero de esas que sostienen y nos permiten sobreponernos a las situaciones que vivamos. Pero por el momento, lo primero, es lograr tener conciencia de la importancia de este tiempo para comenzar a estar, si queremos estar, para nosotros y otros. Y si nuestro tiempo no va a ser mucho porque lo hemos elegido o sentimos que debe ser así, al menos comprender y conocer los factores que pueden incidir en que ese tiempo sea de calidad. La necesidad de conciliación se articula también desde la comprensión de que en este camino de desaprender para aprender a ser , como personas independientemente de nuestro rol también necesitamos tiempo para aprender a vivenciarnos y crecer en sentidos diferentes a los que esta educación estandarizarte nos señalo en la mayoría de los casos. Lamentablemente diseñamos un sistema que priorizo la inteligencia lógico matemática siguiendo la herencia que nos dejo Newton al enseñarnos que la cuantificación era la base de todo, un sistema al cual aún le cuesta integrar en sus metodologías y contenidos el gran aporte de Howard Gardner con el reconocimiento de las inteligencias múltiples y la importancia de identificarlas y potenciarlas reconociendo la diversidad en el desarrollo. Esto sin considerar los campos que aún nos quedan por explorar e integrar desde el punto de vista metodológico ni las áreas de desarrollo en cada uno de nosotros que las mismas pueden potenciar. Hoy tenemos el desafío de cambiar una educación que nos enseño especialidades, técnicas y muchas representaciones, incluso de nosotros mismos, pero pocas herramientas para el desarrollo y fortalecimiento del Yo emocional, de la identidad, de generar nuestras propias representaciones, partiendo por conocernos. Pienso que de alguna forma, hemos cansado la cabeza, y enfermado el corazón, con un aprendizaje que no nos fomento una mirada sistémica y evolutiva del mundo como de nuestro si mismo. También fue poca la educación enfocada en la autoconfianza, en quererse con y a pesar de aquellas cosas que no nos gustan de nosotros mismos o aprendimos a significar como negativas. Poca educación también en el desarrollo de pensamiento crítico en el sentido de “no quiero que me cuentes la historia, quiero que me cuentes qué piensas de la historia, tu, no tus ideologías, no las que aprendiste fuera, tu porque con ello doy espacio a tu voz y la legitimo, esté o no esté de acuerdo”. Nos falto espacio para la autoreflexión y autoconocimiento, para aprender a quererse a escucharse, a querer y escuchar. Cuando hablamos del mundo adulto y especialmente en este tema que nos compete que es la necesidad de conciliación desde los vínculos de apego, tenemos que considerar que esta es una invitación a no sólo hablar de co-responsabilidad, si no también de co-cuidado, de co-prevención cuando entendemos que la responsabilidad política, de las empresas, personal y colectiva pasa por dejar un mundo mejor y más sano a las próximas generaciones , permitiendo y facilitando la viva digna y plena de los que van a nacer como de los que ya estamos aquí. Por ello al considerar los aspectos planteados en este texto considero que nos encontramos ante la necesidad de construcción de una nueva RSC que demanda considerar la importancia y el fomento de aquellos factores que sabemos hoy pueden incidir en un desarrollo emocional positivo. En este sentido, como empresas, además de los estudios que demuestran los beneficios de la conciliación en términos de disminución de la rotación, absentismo, mejor clima, mayores índices de productividad, entre otros, desde el campo de la psicología evolutiva también tenemos argumentos y creo que de un mayor peso cuando consideramos que la extensión de nuestras jornadas laborales, la falta de recursos y las consecuentes repercusiones emocionales en un entorno de las características que vivimos puede conllevar altos riesgos para el desarrollo individual, social y económico si no comenzamos a prevenir: Algunas claves que pueden ayudarnos si escuchamos lo que anteriormente hemos comentado es la consideración de los factores que aunque no constituyen “una” ni “la” barita mágica pueden estar siendo parte del problema y parte de los primeros paso para su prevención. Por ello considero que desde el punto de vista de políticas sociales y empresariales algunos pasos deberían ir en la dirección de: Potenciar culturas empresariales que cuenten entre sus practicas la flexibilidad de horarios y jornadas continuas : De esta forma además de fomentar experiencias de autonomía y por tanto refuerzo del si mismo, facilitaremos el desarrollo pleno de las personas fomentando su bienestar. Otro aspecto clave pasa por establecer políticas que protejan la paternidad y maternidad y sensibilicen sobre la importancia de estos primeros años en nuestro desarrollo. Eso pasa a su vez por considerar que tanto padre como madre pueden representar figuras de apego, pero no se puede negar la importancia del vinculo materno-filial para el establecimiento de un desarrollo sano. En este sentido con respecto a la propuesta de la OMS que concluyó que la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses reporta varios beneficios al lactante y a la madre, considero que deberíamos escucharla al menos desde el plano institucional abriendo el dialogo para una baja de seis meses para las madres , la cual sin lugar a dudas debería ir de la mano a su vez a un aumento del tiempo de baja por paternidad. Cabe destacar que por proteger también entiendo el asegurarnos que a pesar de que las jornadas laborales parecen tender a ser más breves, desde el punto de vista de la prevención los salarios y condiciones laborales no deberían ser precarios. Al final como se ha observado en estudios realizados en EEUU con familias pertenecientes a diferentes clase sociales, el grado de seguridad del apego se relaciona con las desigualdades sociales. En términos generales se ha observado que a menores recursos menor establecimiento de vínculos seguros. Junto a ello tampoco podemos negar que la exclusión social que genera no tener ingresos es también un factor que se sabe puede sumar a una mayor tendencia en patologías mentales, teniendo en cuenta la función del trabajo como pilar de la identidad social de las personas. Junto a ello, si consideramos que uno de los factores que influyen en la generación de vínculos seguros es la disponibilidad, tenemos que pensar que la primera condición para poder estar es poder estar presentes en el aquí y el ahora, no sólo basta la presencia física, ya que no sirve de nada si mentalmente estamos en el no tener, en la falta de tranquilidad, afecto, recursos, negación de nuestros deseos, negación de espacio personal etc. Esto nos debería llevar a reflexionar sobre la importancia de tiempo de tranquilidad y recursos necesarios para poder estar disponibles tanto física como psíquicamente, porque podemos estar como hasta ahora lo hemos intentado, en muchos casos a medias, estar sintiendo que renunciamos , sin estar en casa ni en el trabajo. Pagando el coste del aumento de enfermedades, la sensación de incompetencia y a veces la culpa. Como personas tendremos que comprender que antes de ser padres y madres, hemos sido hijos, como lo fueron nuestros padres, abuelos, etc, personas que al igual que nosotros han estado sujetos a modelos de crianza, a formas de ejercer la autoridad y expresar el afecto. Tenemos por tanto la responsabilidad de comprender que desde ese lugar nosotros también llevamos modelos, modelos de afecto y autoridad que hoy influyen sobre la forma de educar y criar a nuestros hijos, modelos que siguen influyendo en la forma que nos relacionamos con nosotros mismos y otros, modelos que siguen operando desde el reconocimiento, la idealización, la devaluación , la generación del opuesto, la repetición,y a veces desde una diferenciación que habla de una toma de consciencia de nuestras historias para escribir una que integre aquello que potencia el bienestar, no aquella que hereda lealtades, deudas o faltas. Historias que deberíamos darnos la oportunidad de conocer , ya que a veces las conversaciones intergeneracionales , la toma de consciencia de nuestros padres como personas, nos ayuda a comprender y conocer su lugar de hijos, de historias que no pudieron superar y por tanto nosotros heredamos, entendemos las dinámicas que se establecieron a partir de esas historias que no se terminaron de cerrar y que a veces, normalmente en la tercera generación nos toca resolver. Yo desde hace años que las tengo , y cuando comprendemos que las mismas pueden darse en el espacio de igualdad que nos regala el querer comprender, sin acallar el dolor sentido como hijos pero dando espacio al dolor del otro hijo que tenemos en el rol de padre, eso a veces permite un encuentro, un decir, “esto me dolio, pero hoy entiendo que lo hiciste desde este lugar ya que a ti ya te había tocado por falta o por exceso, por compensación , o por…aunque no lo acepte y me duela, hoy lo entiendo, no era contra mi, ni por mi”. Muchas veces no hace falta llegar a la palabra, y a veces en la palabra no encontramos la respuesta, hay veces que las personas encuentran otros caminos, lo importante es encontrar una forma para cerrar conversaciones y deudas de antes, para que las mismas no sigan repitiéndose en la crianza de nuestros hijos, o de las relaciones que establecemos con otros, ni con nosotros mismos. Cabe decir que siempre existirá espacio para el aprendizaje y el abrazo reparador entendiendo que antes de ser padres fuimos hijos y seguimos siendo personas, al igual que cuando somos hijos y tenemos derecho a sentir dolor. Es verdad que hasta ahora no hemos tenido acceso a mucha de la información que aportaba la comprensión del desarrollo psicológico y emocional de los niños , pero la buena noticia es que hoy SÍ podemos aprender a ser padres desde otros ángulos sin dejar de escucharnos a nosotros mismos y esa sabiduría interna que tanto aplaudo y escucho hablar desde la blogosfera de las madres, pero también con la posibilidad de justamente construir un corelato que aporte más herramientas a esta hermosa experiencia, desde disciplinas como la psicología para el logro de una nueva lectura del ser humano y una búsqueda del logro de su bienestar. Alejandra González Muniz Socia Fundadora de humanvision Blog http://alejandragonzalezmuniz.wordpress.com/ Twitter: @A_GonzalezMuniz www.humanvision.es