La última tentación de Nikos Kazantzakis

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LA ÚLTIMA TENTACIÓN DE
NIKOS KAZANTZAKIS
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Nikos Kazantzakis fue un personaje de facetas
múltiples y contradictorias. Reconocido novelista,
basta recordar Zorba el griego, La última tentación
de Cristo, Ascesis, El Jardín de las rocas, donde va
desplegando el culto a la sensualidad, el misterio
de la tentación, la búsqueda interior del
cristianismo, la admiración por Oriente. Pero su
vida no se agota en la reflexión y la escritura,
también fue un militante del partido comunista
griego, admirador de Lenin y la Revolución Rusa,
ministro y funcionario de la Unesco al terminar la
Segunda Guerra. Sin embargo, más allá de las
convulsiones sociales, fue un alma de preguntas
profundas, lo que lo llevó a un retiro en el Monte
Athos y a admirar la verdad como pureza y
sencillez en San Francisco de Asís. Nació en 1883,
en Candia, transcurriendo su infancia en medio de
la guerra que sostenían los cretenses contra los
turcos. Estudió Derecho en Atenas y en París
asistió a los cursos de Bergson, filósofo que ejerció
una gran influencia en su pensamiento. Murió en
Alemania, en 1957.
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PRÓLOGO
LA ÚLTIMA PRUEBA
JESÚS ES TENTADO EN EL DESIERTO
Jesús está en el desierto bajo un sol impiadoso.
Muchos demonios lo acosan, pero no pueden penetrar su campo de energía, hasta
que llega la Sombra oscura de todas las sombras.
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Todo se va oscureciendo, el Sol se oculta, solo imágenes negras habitan el
desierto, la única luz emana de la figura de Jesús.
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La Sombra le dice a la Luz:
Fúndete en Mí.
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Jesús está agotado de resistir la dureza del desierto y los ataques de los demonios.
A su alrededor solo se ven sombras, la Sombra lo llena todo.
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Al percibir la duda de Jesús la Sombra lo acosa:
Fúndete en Mí.
No hay más que yo.
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La Sombra seduce, se vuelve acogedora, le quita el calor del desierto, lo refresca,
lo invita al sueño, le promete que no habrá injusticias, que la mente no será
torturada por mil demonios, que no habrá muerte, le pide que se duerma en su
regazo.
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Jesús comienza a orar.
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La Sombra le promete una vida tranquila, cumplir sus deseos, sus buenos deseos,
le promete que con el poder que le otorgará podrá ayudar a la gente.
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Jesús reacciona y ante su Luz la Sombra debe retirarse.
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JESÚS
Mi único deseo era acercar almas al Padre y alejarlas de la oscuridad.
La Sombra solo me pedía lo que le pide y obtiene de todos los hombres,
olvidarme de mí mismo, de mi alma y entregarme al sueño sin sueño de las
tinieblas en un estado permanente de fantasía y ensoñación.
Yo no fui tentado porque no tenía ningún deseo material ni espiritual, pero
sepan que el momento más fuerte de la tentación, el que más deben temer los
discípulos que llegan a esta instancia, es el deseo de realizar la espiritualidad, de
hacer el bien, pero el bien no puede hacerse ni conocerse en la Tierra, no pueden
hacerlo ni conocerlo los hombres, el bien es cosa del Padre.
El único deseo que puede tenerse es el deseo del Padre, y uso la palabra
deseo o anhelo para que ustedes, mis interlocutores, puedan comprenderlo, pero en
realidad se trata de un estado de una sutileza que no puede compararse con ningún
deseo terrenal experimentado por el hombre.
Es por eso que la energía no debe dispersarse en ningún deseo, anhelo o
capricho, sino concentrarse y conectarse con El Padre. La energía así concentrada
y conectada puede atravesar las tinieblas en que están sumidos y dormidos los
hombres caídos en la tentación. Sólo así podrán volver al estado anterior a la caída.
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Jesús muestra con su Luz los reinos del Padre y concluye:
Este mensaje será leído a los hombres, y cada uno lo entenderá según su
capacidad y comprensión.
Muchos despertarán.
Amén.
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I
LA ÚLTIMA ESPERA
Y LA PRESENCIA DE YUKTESWAR
La visión muestra una playa de arena blanca junto al mar azul. Atrás se puede
observar el paisaje de las ruinas griegas. Nikos Kazantzakis está absorto, sentado
en una piedra. Se le acerca el maestro Yukteswar.
YUKTESWAR
¿Cómo te encuentras?
NIKOS
Llevo sentado en esta playa, en esta piedra, mirando este mar cientos de
miles de años.
Estoy aquí desde antes que estas ruinas que están a mis espaldas fuesen
majestuosas construcciones.
He visto su apogeo y su caída.
YUKTESWAR
Tú has comprendido muchas cosas, has compredido que la última tentación
era convertirse en un hombre común y abandonar la espiritualidad, era renunciar a
si mismo, a la propia esencia.
¿Qué estás esperando en esta playa desde hace tantos miles de años,
sintiendo esa flagelante angustia?
NIKOS
Estoy esperando mi última tentación, estoy esperando que el demonio me
ofrezca convertirme en un demonio.
YUKTESWAR
¿Para qué quieres ese ofrecimiento?
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NIKOS
Para resistir la tentación y poder elegir el camino de la santidad.
YUKTESWAR
(Riéndose)
Hijo, esa elección ya la has hecho.
El maestro lo toma del brazo y lo acompaña hasta el mar donde surge la figura de
Jesús que lo envuelve en Luz.
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Nikos sale del mar y en la playa lo espera Yukteswar que a modo de recibimiento
le pregunta:
¿Y… ? ¿Qué te pareció?
NIKOS
No tengo registro de haber sentido nunca lo que sentí allí.
YUKTESWAR
Esto te pertenece como también te pertenece el lugar junto al Padre.
Solo debes dejar que el alma llegue a Él, y olvidarte de ser quien crees que
eres para convertirte en quien realmente eres.
NIKOS
Entiendo lo que me dices, ¿pero si no me enfrento a los demonios, cómo
sabré que no quiero ser como ellos?
YUKTESWAR
¿Sabes las veces que te has enfrentado con los demonios? Observa bien lo
que te voy a mostrar y trata de recordar.
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El maestro le proyecta en la pantalla astral escenas de su vida, aquellas en que
cayó en pactos y fue tomado por las posesiones. Un escalofrío recorre su columna
vertebral y es presa de una gran agitación.
NIKOS
Basta, ya no quiero ver más.
YUKTESWAR
No lo rechaces con la mente, sino busca comprender que siendo un alma del
Padre estuviste tentado y caíste en la tentación.
Por eso debes olvidarte de quien fuiste, debes olvidar que caíste en cada una
de esas tentaciones.
Desentierra la intuición y reconoce tu verdadera esencia.
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Nikos en la orilla del mar está sumergido en una gran tormenta de viento. Su
visión está cegada y solo escucha una voz que le dice:
¿Quieres servir a las fuerzas de la oscuridad?
NIKOS
No, mi alma pertenece al Padre.
Inmediatamente se disipa la tormenta y se presenta Yukteswar que fue quien creó
la escena para que cumpla su deseo y así se extinga.
YUKTESWAR
Finalmente transitaste tu experiencia.
NIKOS
Pensé que sería más difícil.
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YUKTESWAR
La oscuridad, por lo que ves, no es tan poderosa.
NIKOS
Ya lo veo, ¿y de ahora en más?
YUKTESWAR
Debes emprender el camino del alma, pero sabiendo que en este camino no
hay nada que esperar, que cuando te entregas la experiencia se abre, entonces ya no
hay expectativas ni futuro, todo deseo es borrado y el alma queda en paz, toda duda
se desvanece más allá de cualquier contradicción.
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Sale del mar de la purificación y lo espera la sonrisa del maestro.
NIKOS
Esto sí que es reconfortante, hacía tiempo que no me sentía de esta manera,
siento que me han quitado toda la oscuridad de encima, que después de tantos años
había comenzado a pesarme.
Ahora recién empiezo a ver, y creo que me fue necesario este proceso, pero
si hubiera comprendido antes el significado de la experiencia que tenía que
atravesar, todo hubiese sido más sencillo.
Te doy las gracias.
YUKTESWAR
No me agradezcas, es mi función ayudarte, estoy para eso. Ahora ya sabes
cual es el camino, no puedes equivocarte de nuevo.
Estas en condiciones de darte cuenta cuanto tiempo se pierde en vano, tras
promesas que nunca se han de cumplir.
Esa es la ilusión de este mundo en el cual caen todos los hombres y quedan
atrapados.
Tuviste tu oportunidad, aprovéchala desde ahora, por algo de alguna
manera has clamado mi presencia.
Se fiel a este camino para ir al encuentro del Padre.
El próximo paso de tu proceso lo harás con Krishna.
Yukteswar lo lleva a Nikos al encuentro con Krishna
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II
EL ÚLTIMO VIAJE
EN EL CARRO DE KRISHNA
Nikos y Yukteswar se encuentran frente al carro de Krishna.
YUKTESWAR
¿Puedes subir al carro de Krishna? Si puedes hacerlo ya está, porque en
adelante lo único que tienes que hacer es entregarte, no buscar ni pretender llegar a
nada, y así llegarás al Padre.
La entrega la irás haciendo buscando esa Luz, no esperando nada más,
entonces comprenderás que no hay combate porque no hay dualidad.
No mires afuera, el deshacerse es eso, y ahí también te darás cuenta que no
hay un después.
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Nikos sube al carro y Krishna lo conduce hasta un círculo formado por puertas.
En el centro ve a un hombre como representante del que lucha, y ese hombre mira
una puerta por donde saldrá alguien al que deberá enfrentarse. Espera atento,
moviéndose tácticamente, preparándose para la lucha.
Pasa el tiempo y el hombre en vez de envejecer vuelve atrás hasta convertirse en
un niño, y como es un niño va perdiendo el sentido de esperar, y al no tener dudas
que puede salir, abre la puerta y se va.
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El carro viene hacia la Tierra a gran velocidad, pero esa velocidad no acorta
distancias, porque es una velocidad en cámara lenta, y su llegada se puede
percibir como una fuerza que asusta
Al llegar sigue de largo, pasando por encima de la cabeza de Nikos, y al hacerlo
Krishna se ríe y dice:
Pobres mortales, aún creen en la espera y así nunca voy a llegar.
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NIKOS
Krishna me invita a subir al carro, y al acomodarme detrás del conductor
me ilumino y veo la espera transformada en la carga de las pasiones, del
sufrimiento siempre compartido con los demás personajes que esperan.
Al partir el carro se convierte en luz y puedo soltar la espera, entonces la
espera se desespera, grita enloquecida y aparece su energía oscura, densa, es el
demonio de la espera.
Busca atraparme y se disfraza de esperanza, pero ya no espero porque todos
los sentidos se fueron a la luz de los maestros.
Es un estado, no hay nada, todo es energía luminosa porque no hay espera,
y todo es perfecto cuando ya no se espera.
Usando infinitas máscaras la espera es la oscuridad del plano, impide el
avance del alma envuelta en la ilusión de esperar, y en esa bruma cree que
encontrará la paz donde solo hay sufrimiento encubierto por el engaño de la espera.
La espera tapa los gritos de las almas sedientas de la sed de lo divino.
Los sentidos atrapan al alma en la espera, y es conmovedora la angustia que
la toma, que no es otra cosa que la miseria del alma del que espera.
¿Qué es la espera? Lo que está disfrazado de espera es el poder, un
demonio gigantesco.
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Un candelabro de siete brazos gira sobre su eje. Luego un segundo candelabro,
también de siete brazos, imita el giro del anterior. Después, lo mismo que los
anteriores, se presentan un tercero y un cuarto candelabro. Los cuatro al girar
van desprendiendo de sus brazos haces de luz que al unirse van creando un
universo. El carro de Krishna flota sobre ese universo y lentamente va
descendiendo hasta posarse en el centro del cuadrado que forman los
candelabros. Entonces el maestro le explica a Nikos que está observando la
escena.
KRISHNA
Cada brazo del candelabro significa el grado de evolución, el nivel humano
sobre la Tierra que cada hombre espera obtener.
Todo esto es fantasía, es solo una creación mental que espera explicar lo
inexplicable.
La explicación es creación mental que no trae más que confusión.
Desde el corazón es la única forma de regresar directamente a ese universo
del cual vengo.
Toda espera es vana, no hay espacio de tiempo entre un estado y el otro.
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No existe la maduración ni el proceso, las cosas se producen por un instante
de tiempo, y ese tiempo es tan mínimo que ni siquiera se lo puede llamar tiempo,
pero esto es lo que fundamenta la espera.
No hay hoy ni mañana, todo es presente.
El alma se libera en el mismo instante en que se da cuenta que no hay
puntos de separación ni líneas que unan, porque todo es Unidad.
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NIKOS
Krishna me ofrece su espada y me pide que la use, no para la guerra sino
para que refleje la luz procedente del Padre, y pueda cortar cabezas (entendiéndose
por mentes), atravesar corazones que parecían impenetrables y ahuyentar a toda
esa fuerza que busca impedir la llegada de la Luz.
El maestro deposita esa espada en mis manos concediéndome la Gracia de
transmitir la Fuerza Divina.
KRISHNA
¿Deseas preguntarme algo?
NIKOS
¿Seré capaz de resistir la cantidad de fuerzas oscuras que se presentan como
ejércitos?
KRISHNA
El despliegue del haz de Luz de tu espada tendrá el poder de convocar la
presencia de todos aquellos que necesites para cumplir tu tarea.
Ten fe y así será.
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Nikos está listo para el viaje y el carro se pone en movimiento, velozmente se van
proyectando las escenas del mundo, desde los hechos más simples hasta los más
insólitos.
Krishna detiene el carro.
KRISHNA
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Este es el límite del no límite, y la única forma de superarlo es así.
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De un golpe azuza los caballos y el carro sale disparado a otro plano, en el cual
Krishna y su propio carro se transforman.
No hay idea.
No hay registro.
No hay existencia.
NIKOS
Voy en el carro y me dejo llevar por el fluir de la Energía del Padre.
Es indescriptible, es la liberación, es la Nada.
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EPÍLOGO
LAS ÚLTIMAS PREGUNTAS DEL BUDA
Y LA GRAN EXTINCIÓN
Buda está meditando bajo el árbol protegido por la cobra y pregunta.
¿Qué es la tentación?
¿Existe la tentación?
¿Existieron alguna vez este árbol, esta cobra y este Buda?
¿Existía acaso el demonio que venía a prometer?
¿Existe la lujuria?
¿Existe el poder?
¿Existe la familia?
¿Existe el Príncipe Siddharta?
¿Existen la enfermedad, la vejez y la muerte?
¿Existen las doctrinas, el ascetismo, la abundancia, el dinero y la pobreza?
Nada de esto existe.
La tentación deja de ser cuando todo lo demás deja de ser.
Cuando el no ser se desintegra irrumpe El Ser.
Cuando aparece El Padre desaparecen Buda, el mundo del Buda, las
tentaciones del Buda, el árbol del Buda, la serpiente del Buda y quien convocó al
Buda.
Todo va desapareciendo y solo está una poderosísima Luz.
El Padre está feliz y el Buda no, porque no está.
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