Boicot, ocupación y apoyo internacional al campo de la paz israelí

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PRESETA:
“LA PAZ SEA CO TODOS OSOTROS”.
Bajo esta denominación presentamos una serie de artículos
de D. Carlos Braverman acerca de la Paz en el conflicto
Palestino-Israelí.
Comenzamos nuestra serie con el primero de ellos:
Boicot, ocupación y apoyo internacional al campo de la
paz israelí, por Carlos Braverman.
El sentimiento anti-israelí, las simpatías pro-palestinas, el boicot a Israel y/o los
productos de los asentamientos y el sentimiento de que el mundo está contra nosotros
son parte de un mismo puzzle.
Todas estas tendencias convergen en un punto: el alejamiento de auténticas
posibilidades
de
madurar
condiciones
subjetivas
para
la
paz.
En todo lugar hay un aumento espontáneo de sentimiento pro-palestino y anti-israelí,
este proceso ha cobrado impulso tras la "Operación Plomo Fundido" y el asunto de la
flotilla.
Se trata de un gran peligro para Israel y tenemos que movilizarnos en su contra antes de
que sea demasiado tarde.
Los activistas del boicot y promotores del sentimiento anti- israelí dicen que los
israelíes deben llegar a comprender que la ocupación tiene un precio.
El sentimiento que el mundo entero está contra nosotros está profundamente arraigado
en nuestra psique nacional. Permite ignorar a amplios sectores locales la reacción
mundial a nuestros comportamientos y esto es muy conveniente para la derecha fascista.
Si todo el mundo nos odia de todas formas, razonan, la naturaleza de nuestras acciones
buenas o malas no importa. Odian a Israel, incluso si fuéramos ángeles, nos amaron
cuando
éramos
David
y
nos
odian
cuando
somos
Goliat.
¿Por qué no hay ningún movimiento en todo el mundo contra las atrocidades de los
rusos en Chechenia o los chinos en el Tíbet? ¿Por qué sólo contra nosotros? ¿Por qué
los palestinos merecen más simpatía que los kurdos en Turquía?
Uno podría contestar que ya que Israel exige un tratamiento especial en otros asuntos,
somos medidos por normas especiales cuando se trata de la ocupación y los
asentamientos, pero la lógica no importa pues son mitos propios y ajenos los que están
en juego.
Existe el peligro de que la protesta en todo el mundo, haga que el público israelí se una
contra la provocación exterior, en vez de unirse contra los colonos.
Algunas acciones de protestas no están dirigidas a la opinión pública israelí, sino a la
opinión pública internacional.
Hay fuerzas antisemitas que están tratando de montarse sobre este movimiento y
aquellos que creen que la creación del Estado de Israel fue un error histórico en su
origen y que debería ser desmantelado.
Pero prefiero centrarme en los idealistas que quieren poner fin al sufrimiento del pueblo
palestino y el robo de sus tierras por parte de los colonos y ayudarles a fundar el Estado
Palestino.
Deben saber que estos objetivos sólo pueden lograrse a través de la paz entre Palestina e
Israel, que esa paz sólo puede concretarse si la mayoría de los palestinos y la mayoría de
los israelíes la apoyan y en este camino la presión internacional no será suficiente, es
acá in situ, donde se define este proceso.
Si la protesta mundial se centra claramente en los asentamientos, puede que muchos
israelíes se den cuenta de que hay una línea clara entre el Estado legítimo de Israel y la
ocupación ilegítima.
Es importante la conexión entre estos grupos, el público israelí y el campo de la paz en
Israel.
Hoy en día la gran mayoría de los israelíes dicen que quieren la paz y están dispuestos a
pagar el precio, pero que lamentablemente los árabes no quieren la paz. El campo de la
paz israelí en general, que alguna vez llevó a cientos de miles a manifestarse en las
calles, se encuentra en un estado de aislamiento interno y externo. Después de su
conexión con los palestinos, que se estableció en el momento de Oslo, se ha vuelto muy
débil en la población. Tiene presencia activa, dinámica y relevante pero no es suficiente.
Así que tener relaciones con las fuerzas de protesta en el extranjero no es negativo.
Si la gente de buena voluntad quiere acelerar el fin de la ocupación, deben apoyar a los
activistas de la paz en Israel. Deben construir una relación estrecha con ellos, romper la
conspiración de silencio contra ellos en la prensa mundial y dar a conocer sus valientes
acciones, organizar más y más eventos internacionales en los que palestinos y pacifistas
israelíes se presentan lado a lado.
Todo esto se vuelve imposible si se hace un llamamiento para un boicot a todos los
israelíes, con independencia de sus opiniones y acciones, presentando a Israel como un
monstruo monolítico. Este cuadro no sólo es falso, es extremadamente perjudicial para
el éxito del campo de la paz y las fuerzas democráticas locales.
Si todos apuntamos nuestras actividades en la dirección correcta, podemos hacer mucho
bien, para los palestinos y para los israelíes. De lo contrario haremos el juego a quienes
verdaderamente ganan con esta guerra, que no son los pacifistas israelíes ni los
defensores de ninguna noble causa palestina. Hablo de los que generan cada día más
concentración de riqueza y aumentan la extensión de las carencias en las mayorías
populares del mundo: los monopolios de la alimentación (o sea del hambre), el
armamentismo y la energía.
La paz sea con todos nosotros.
*Carlos Braverman (Israel): Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos
Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judeo-árabe mutuamente justa y el
altermundialismo. Miembro del Partido Meretz (Partido Socialista de Israel - Tel Aviv).
Presidente del Instituto Campos Abiertos (Investigaciones en Ciencias Políticas).Derechos
reservados Instituto Campos Abiertos Israel ISBN 965 387 008 9 ‫זכויות יוצרים‬.
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