TEMA 12 (II) Depredación – Depredadores herbívoros 1. Introducción 2. Efectos directos e indirectos sobre las plantas 3. Herbivorismo y defensa de los vegetales 4. Herbivorismo y fecundidad 5. Compensación 1. Introducción El herbivorismo es un tipo de depredación en el que el depredador es un animal, vertebrado o invertebrado, y la presa es una planta que a menudo no muere, pero que frecuentemente queda dañada en mayor o menor medida. Los herbívoros pueden mordisquear hojas y tallos, succionar savia, producir galerías en hojas y ramas, consumir raíces y bulbos, alimentarse del polen de las flores o consumir frutos. 2. Efectos directos e indirectos sobre las plantas1 En general, los efectos del herbivorismo sobre una planta dependen de las partes que se ven afectadas y del momento en que se produce el ataque con respecto al desarrollo de la planta. Muchos efectos son directos. Así, los herbívoros pueden afectar a estructuras esenciales para la subsistencia de la planta y producir un efecto extremadamente dañino, aún cuando la cantidad de biomasa consumida sea aparentemente reducida. Por ejemplo, las cabras, descortezando anularmente algunos árboles, pueden afectar a los tejidos del cambium y del floema, produciendo la desconexión entre tejidos fotosintetizadores y raíces y, en consecuencia, la muerte de la planta. Otros animales concentran su ataque sobre tejidos meristemáticos impidiendo que la planta pueda generar nuevas hojas y haciendo que ésta acabe muriendo (p. e. algunas especies de babosas que se alimentan sobre especies de plantas gramíneas). Otros herbívoros, en fin, pueden contagiar enfermedades a las plantas; i. e. son vectores de fitopatógenos (p. e. los escarabajos escolítidos que contagian hongos letales a los olmos), o alterar el equilibrio competitivo en favor de alguna de las plantas competidoras que acaba desplazando a la otra. La respuesta de la propia planta al herbivorismo también condiciona los efectos de este último. Muchas plantas no lo toleran y mueren cuando se ven afectadas por él. Algunas plantas intentan minimizar sus efectos produciendo defensas (estructurales, químicas), o creciendo de un modo que las hace escasamente accesibles a los herbívoros (p. e. las hojas de las rosetas crecen pegadas al suelo y son difícilmente accesibles para los herbívoros ungulados; y las gramíneas, 1 LECTURA RECOMENDADA: Apartado 8.2. Los efectos del herbivorismo sobre las plantas individuales del libro de ecología de Begon et al. (1995). probablemente el grupo de plantas que mejor toleran los efectos de los herbívoros, sitúan sus meristemos cerca del suelo, entre las vainas foliares basales, protegiéndolos para que puedan generar nuevas hojas en caso de ataque). Finalmente, hay plantas que son capaces de ajustar su metabolismo concentrando los recursos en la regeneración de las partes dañadas (es lo que se llama crecimiento compensatorio). Los efectos del herbivorismo también pueden ser indirectos, y aparecer como consecuencia de la interacción entre la acción de los herbívoros con factores tales como la competencia. Por ejemplo, algunas consecuencias indirectas comunes del herbivorismo son: reducir la tasa de mortalidad entre las partes supervivientes de la planta (suele producirse en plantas que tienen una elevada proporción de flores que abortan antes de producir frutos o semillas); incrementar la tasa de radiación general que recibe la planta, minimizando indirectamente los efectos competitivos de la competencia por la luz; mantener la humedad edáfica por más tiempo al reducirse la superficie de transpiración por acción de los herbívoros (lo que es típico de praderas donde el agua se acumula en niveles profundos del suelo y las plantas desarrollan sistemas radicales extensos para acceder a ella); o, por el contrario, incrementar la radiación directa sobre el suelo y por lo tanto su grado de desecación (lo que sucede principalmente en praderas donde el agua está disponible en superficie). 3. Herbivorismo y defensa de los vegetales2 Frente a los efectos dañinos del herbivorismo, algunos vegetales intentan protegerse desarrollando estructuras de defensa (p. e. acumulando lignina, creando espinas), y/o produciendo sustancias tóxicas o venenosas que se han denominado sustancias vegetales secundarias (en Inglés: “secondary compounds”). Estas sustancias son subproductos de las vías metabólicas primarias de las plantas, algunas de las cuales están representadas en la Figura 1. Tanto en el caso de las sustancias tóxicas, como en el de estructuras de defensa, frecuentemente, el ataque de los herbívoros tiene la función de desencadenante para su 2 LECTURA RECOMENDADA: Para saber más sobre mecanismos de defensa de las plantas frente a los herbívoros leer el apartado 15.1 del libro de ecología de Krebs (1986). 1 Figura 1. Relaciones metabólicas de los principales grupos de sustancias secundarias vegetales (mostrados en los recuadros) con el metabolismo primario de las plantas (según Wittaker y Feeny 1971, citado en Krebs 1986: 308). producción. Así, las plantas que no se ven afectadas por los herbívoros se abstienen de producir sustancias tóxicas o estructuras de defensa, o lo hacen en menor medida, ahorrándose el "gasto" de recursos en funciones no esenciales (p. e. las zarzamoras desarrollan espinas más largas y agudas después de haber sido mordidas por el ganado). 4. Herbivorismo y fecundidad El herbivorismo frecuentemente afecta a la fecundidad de las plantas. Este efecto puede ser directo (cuando ataca a sus flores, semillas, o frutos), o indirecto, por ejemplo debilitando la planta y, por tanto, reduciendo su capacidad para generar recursos para la reproducción, o generando procesos compensatorios (ver más abajo) que gastan recursos que de otro modo serían empleados en la reproducción. Este último efecto tiene a veces la consecuencia adicional de causar un retraso cuasi permanente de la floración (p. e. como sucede en los céspedes continuamente segados de Poa annua en los campos de golf), o también un retraso momentáneo de ésta, pero que puede ser fatal si hace que la floración se produzca demasiado tarde (p. e. en época de heladas). Cuando la acción de los herbívoros se produce después de la floración, la pérdida de recursos puede conducir a que algunas semillas mueran, o a una reducción generalizada de su tamaño. Algunos herbívoros no son depredadores, sino claramente mutualistas con las plantas que consumen ya que facilitan su reproducción. Por ejemplo, los que consumen néctar o polen favorecen la reproducción sexual transportando polen de unas flores a otras. Los animales que consumen frutos frecuentemente no digieren las semillas que éstos llevan en su interior, y las dispersan con su heces (dispersión zoócora). A veces, la planta depende tanto de este tipo de dispersión, que sin ella sus semillas son inviables (p. e. el árbol Calvaria major, de Isla Mauricio, ya no puede dispersarse debido a que sus semillas necesitan pasar por el tracto digestivo del Dodo, un ave ya extinguida). Otros animales matan la semilla cuando la comen, pero pueden tener un efecto beneficioso para la dispersión de la planta si algunas de las semillas que manejan escapan finalmente del herbívoro -p. e. las ardillas acumulan semillas (nueces) enterrándolas, y en ocasiones pueden olvidar algunas facilitando así su germinación. 5. Compensación Los procesos de crecimiento que conducen a la regeneración de tejidos afectados por los herbívoros reciben el nombre de respuestas de compensación o compensatorias. Estas respuestas pueden aparecer tanto en plantas que han sido parcial o totalmente defoliadas, como en plantas que han perdido porciones de otras estructuras (raíces, tallos). En conjunto, constituyen un tipo muy común de respuestas entre plantas que forman parte de pastos, pero no exclusivamente. 5.1. Mecanismos de compensación La recuperación de porciones del vegetal consumidas por los herbívoros puede estar sustentada por varios procesos. 1. Mediante mejoras eventuales de la tasa fotosintética de la planta (p. e. como sucedería cuando la acción de los herbívoros se concentra en las hojas bajas, en general menos soleadas y con menores posibilidades para realizar la fotosíntesis). Un incremento de la tasa fotosintética por unidad foliar en los tejidos que quedan después de la defoliación, supondría una mejora del equilibrio entre fotosíntesis y respiración del conjunto de la planta. Consecuentemente, aunque con menos “arboladura” de hojas que antes, la planta podría aproximar su síntesis de productos fotosintéticos a los niveles que mantenía antes de ser afectada, minimizando los efectos de la defoliación (Crawley 1983). 2. Mediante consumo de carbohidratos almacenados en diversos tejidos y órganos. Este efecto suele producirse en los momentos inmediatos al consumo por parte de los herbívoros; más adelante, la fotosíntesis se encarga de 2 aportar los recursos necesarios para continuar el crecimiento. 3. Redistribuyendo los productos de la fotosíntesis de modo que se mantenga una proporción constante entre raíces y partes aéreas (es lo algunos han llamado “equilibrio funcional”; p. e. Brouwer 1983). Así, cuando el efecto de los herbívoros es la defoliación, los productos fotosintéticos se gastan principalmente en la regeneración de superficie fotosintetizadora, en detrimento del crecimiento de las raíces, que en algunas plantas puede incluso permanecer detenido por largo tiempo, afectando incluso al peso total del aparato radical cuando las raíces que mueren no son reemplazadas. Por el contrario, si las partes afectadas por el herbivorismo son las raíces, la planta se concentraría en recuperarlas, en detrimento del crecimiento de las hojas. En general, las plantas elaboran productos fotosintéticos en cantidades que se ajustan al consumo de estos productos en su metabolismo, crecimiento y reproducción. 5.2. La hipótesis del continuum compensatorio En un importante artículo de revisión, Whitham et al. (1991) sugirieron que muchas plantas pueden ser flexibles en sus respuestas de crecimiento compensatorio frente a la herbivoría, consumido. En general, cuanto más desfavorables sean las condiciones ambientales, más severo será el impacto causado por los herbívoros, mientras que con condiciones ambientales más benignas las plantas pueden ser capaces de mostrar compensación exacta y sobre-compensación. […] Las plantas que deberían ser afectadas más negativamente por la herbivoría son las plantas perennes leñosas, que muestran un crecimiento determinado, pocos meristemos de reserva, módulos de desarrollo no integrados, y crecimiento lento. Sus habilidades compensatorias se verían reducidas de forma adicional en condiciones de intensa competencia, escasez de agua, luz, y/o nutrientes, y herbivoría sostenida al final de la estación de crecimiento. Las plantas que se desarrollan en condiciones opuestas, frecuentemente anuales y bianuales, probablemente serían más capaces de mostrar compensación exacta y sobrecompensación.” Referencias 1. 2. 3. 4. 5. “Las especies vegetales pueden ser capaces de mostrar un abanico completo de respuestas compensatorias, desde las negativas hasta las positivas. El que se manifieste uno u otro tipo de respuestas depende de la interacción de la herbivoría con otros factores bióticos y abióticos: momento en que se produce la herbivoría, disponibilidad de nutrientes, agua, y luz; influencia de los competidores, y tipo de tejido Begon, M., Harper, J. L., y Townsend, C. R. 1995. Ecología. Editorial Omega. Brouwer, R. 1983. Functional equilibrium: sense or nonsense? Neth. J. Agr. Sci. 31: 335-348. Crawley M. J. 1983. - Herbivory: the dynamics of animal-plant interactions. University of California Press, Berkeley, 437 p. Krebs, C. J. 1986. Ecología. Ediciones Pirámide. Whitham, T. G., Maschinski, J., Larson, K. C. y Paige, K. N. 1991. Plant responses to herbivory: the continuum from negative to positive and underlying physiological mechanisms. In Price, P. W., Lewinsohn, T. M., Fernandes, W., y Benson, W. W. (eds): Plant-animal interactions: evolutionary ecology in tropical and temperate regions. John Wiley & Sons. pp 227256. 3