(9) OsSOñO.—FERNANDO PÓO Y EL GOLFO DE GUINEA. 297 viéndolo por los pocos claros que dejan los bosques espesos y continuos, oyendo otras veces próximo el ruido de sus aguas y alejándome más en otros puntos. Volví á acercarme al rio y aun lo crucé para llegar á la población Mena de la isla Bikon, la cual, siendo de gran extensión, tiene una jornada de ancho y más de largo. Siguiendo otra vez por la orilla izquierda, llegué al punto de separación de los dos brazos del rio y más ó menos distante de sus márgenes continué hasta lleg ar al monte Bimbilibi, próximo al rio y que presenta su cima desnuda de árboles, lo que sucede en muy pocos casos, por lo que me propuse explorar el país contiguo. Subí á su cima y desde allí se descubrían al N. varias cadenas de elevadas montañas que marchan de Oriente á Poniente y alguna más lejana todavía al SO. Próximo á dicho monte se halla la gran catarata Momana Malole, que también visité, y torciendo mi camino, como lo hace también el rio que hasta aquí viene del SE., llegué al pueblo de Eluma, no lejos del rio Campo, y en que principian las vertientes del rio Eyo ó San Benito. Al marchar hacia este y en el resto de la expedición tomé la dirección del SO., siguiendo primero próximo al rio Mombé, que crucé algunas veces, hasta llegar á la confluencia del Benito, llamado Uolo, en la parte superior y que forma en ella otro recodo notable, procediendo antes de la parte del SE. Continué más ó menos alejado de la orilla derecha del San Benito, hasta cruzarlo por bajo de la catarata Yobe, que marca el límite de la navegación en el mismo para llegar al pueblo de Usenye, situado en la orilla izquierda y donde existe una buena factoría alemana. Tuve ocasión de señalar algunas montañas importantes y otros afluentes, así como visité una porción de poblaciones, muchas de ellas arruinadas y abandonadas por las luchas de los indígenas. En todas las que tenían habitantes, y que llegan á 109 dejé documentos acreditando la soberanía de España en aquellos territorios y entregando banderas á los jefes más importantes del país. Sin entrar por ahora en mayores detalles, que serán objeto de u n a Memoria extensa que quizá publique en breve por conceptuarlo de gran interés, voy á dar una noticia sucinta de algunas de mis observaciones personales sobre etnografía y costumbres de las tribus negras que habitan la zona reco-