única hija que tuvo Francisco Villa con Luz Corral murió envenenada, a los dos años de nacida. Sin embargo, Lucita le confió a nuestra entrevistada que la menor falleció ahogada. ¿Cómo? “Todos los niños estaban jugando ágatas (canicas), la niña se metió una a la boca y se ahogó. Lucita le dijo a todos los testigos que no le fueran a decir al General lo que había sucedido”. “Vengo a pedirle perdón”. Luz Corral también le contó a Doña Chela que Villa se le apareció para pedirle perdón, segundos antes de ser ultimado a balazos. Estaba Luz Corral planchando, en su burro, cuando se le apersonó el General. Recargó su brazo y le manifestó: — Güera, ¿cómo le va?, ¿por qué está planchando?, ¿qué no tiene dinero para mandar planchar?’. —Si mi General, pero lo hago para distraerme. —Sabe a qué vengo Güera, a pedirle perdón, porque me he portado muy mal con usted. —No. Usted no tiene por qué pedirme perdón, usted no me ha hecho daño, estamos en paz. “En ese momento, me dijo Lucita que gritaron: mataron al General Villa”. Lucita, “La Quinta Luz”. Lucita no heredó otra cosa, sólo lo que hoy se conoce como “La Quinta Luz” o “Museo Histórico de la Revolución”, ubicado en calle 10ª, 3010, Santa Rosa, en la capital del estado. Manuelita, el último aliento del General // La mujer que bañó el cadáver de Doroteo Arango HIDALGO DEL PARRAL, CHIH. – Aunque no tenía el mismo valor familiar que Luz Corral y Austreberta Rentería, Villa estaba con Manuelita, la supuesta última de sus mujeres, cuando sufrió el atentado que le costó la vida, en Hidalgo del Parral, Chihuahua. “Hace poco supe que Manuelita vivía en Parral y le dije a Polo, hijo de Hipólito Villa: Oye Polo, no sabía que saliendo el General de la casa de Manuelita lo mataron. Y él me dijo: El General le compró esa casa a Manuelita, para que ahí tuviera al bebé’, que es mi cuñado Trini”. ¿Cómo surgió Manuelita? “Dice Manuelita que ella estaba muy chiquilla, como de 14 años y su mamá la orillaba a que tuviera algo con el General, pero el General era muy respetuoso. Había una tienda de abarrotes que se llamaba ‘Las 15 Letras’, en Parral, era muy grande, con escalones, ahí estaba el abuelo de Manuelita. Entonces, la mamá de Manuelita, cuando el General pasaba por la tienda, le decía: Mi General, cuándo nos invita a Canutillo. Porque él les platicaba de Canutillo. El General les decía: No necesitan invitación, cuando quieran son bienvenidas. No me acuerdo si él las llevó o ellas fueron por su cuenta, pero si fueron. Allí durmieron, desayunaron y comieron, mientras Austreberta estaba muy seria. Las llevó a conocer los sembradíos, el General estaba muy contento con ellas, con Manuelita y su mamá, al otro día le dijo la mamá de Manuelita: —Mi General, ya nos vamos. Revista NET 3 www.netnoticias.mx —¿Por qué tan pronto, qué no han sido bien tratadas? Entonces la señora, de malora, le contestó: - Pues qué no ve Betita como nos trata, nos avienta el plato, no convive con nosotras, nos trata muy mal y nos hace muy mala cara, qué caso tiene estar aquí, donde no somos bien recibidas. Y se fueron. Dice mi suegra que el General no era amante de golpear, pero que le pegó a Austreberta por el supuesto mal trato que le dio a Manuelita y a su mamá. Ya ve que se le hizo con Manuelita tener a Trini, mi cuñado. Hasta le puso casa”. Es preciso agregar que a pesar de las mujeres que pasaron por la vida de Villa muchas, muchísimas que no fueron agregadas a esta entrevista, Manuelita marcó un hito después de la muerte de Doroteo Arango. Esta mujer, después de que Villa fuera ultimado a balazos, recibió su cadáver y se encargó de bañarlo. El hecho le resultó tan “escalofriante” (esto nos lo relata su nieto Tomás Villa Córdova), que “terminó por traumatizarla de por vida. Cualquier hecho, por más trascendental que haya vivido con Villa, como el haber pasado con él su última noche; la tragedia, además de limpiar el cuerpo, bañado en sangre, de su hombre, opacaron la vida de esta mujer”. Se le pide a Doña Chela que nos hable un poco más de su esposo, sobre la vida y muerte del General Francisco Villa, de ella y su opinión en torno a aquellos que se ostentan como familiares del “Centauro del Norte”.