CIRCULAR INFORMATIVA NÚM. 160527 COMPUTO DE ANTIGÜEDAD EN EL CÁLCULO DE LA INDEMNIZACION POR DESPIDO, EN LOS SUPUESTOS DE SUCESION DE CONTRATOS TEMPORALES En los procedimientos de despido, ya sea disciplinario, por causas objetivas o despido colectivo, no son pocos los casos en los que una de las cuestiones más controvertidas no es determinar la existencia, o no, de la causa justificativa de la procedencia del despido, sino que es la de fijar el quantum indemnizatorio, debido a las discrepancias que puedan existir entre la empresa y el trabajador de cuáles son los parámetros a tener en cuenta para su determinación, esto es, los años de servicio en la empresa (antigüedad), y el salario módulo de cálculo. En el presente comentario, procederemos a analizar la Sentencia del Tribunal Supremo de fecha 23-02-2016 (rec. 1423/2014), en la que se viene a establecer que en los supuestos de sucesión de contratos temporales, debe computarse la totalidad del tiempo de prestación de servicios a efectos de antigüedad, cuando ha existido la unidad esencial del vínculo. Y si bien hay que estar a todas las circunstancias concurrentes en cada caso concreto, no cabe olvidar que en determinados supuestos, la voluntad del trabajador puede estar viciada por la oferta empresarial de celebración de un nuevo contrato. El criterio general que han venido aplicando mayoritariamente los tribunales, es el de que la antigüedad computable a efectos del cálculo de la indemnización, esto es, el tiempo de servicios a que alude el art. 56.1 ET, se remonta a la fecha de la primera contratación, tanto si han mediado irregularidades en los sucesivos contratos temporales como si lo ocurrido es la mera sucesión regular de varios contratos de trabajo sin una interrupción de la actividad significativa, pues la antigüedad de un trabajador en una empresa determinada no es otra cosa que el tiempo que el mismo viene prestando servicios a esa empresa sin solución de continuidad, aunque tal prestación de actividad laboral se haya llevado a cabo bajo el amparo de diferentes contratos de clases distintas, temporales e indefinidos, toda vez que la relación laboral es la misma, pues en estos casos esa diversidad de contratos no provoca la existencia de relaciones laborales diferentes. Respecto a la duración de las interrupciones, se ha venido interpretando que, "en supuestos de sucesión de contratos temporales se computa la totalidad del tiempo de prestación de servicios a efectos de la antigüedad, cuando ha existido la unidad esencial del vínculo, lo que comporta que se le haya quitado valor con carácter general a las interrupciones de menos de veinte días (plazo legal del que dispone el trabajador para impugnar la decisión empresarial de extinción de contrato a efectos de que sea calificado como un despido improcedente), pero, también, a interrupciones superiores a treinta días, cuando la misma no es significativa, dadas las circunstancias del caso, a efectos de romper la continuidad en la relación laboral existente". Por otro lado, y dadas las diferentes casuísticas que pueden concurrir, se debe estar a todas las circunstancias del caso concreto, porque la voluntad del trabajador puede estar viciada por la oferta empresarial de celebrar un nuevo contrato en próximas fechas. En atención a ello, los tribunales han entendido que la unidad del vínculo, a efectos del cómputo de la antigüedad, no se rompe, por ejemplo, por la simple firma de recibos de finiquito entre los sucesivos contratos suscritos con cortas interrupciones; ni cuando las interrupciones se hacen coincidir con el periodo vacacional. Fontanella, 21, 2n 08010 Barcelona Tel +34 93 301 20 22 Fax +34 93 301 11 23 www.pich-associats.com assessors@pich-associats.com ALMERÍA · AVILÉS · BARCELONA · GIJÓN · MADRID · MURCIA · OVIEDO A la vista de lo anterior, y el caso concreto que analiza la Sentencia del Tribunal Supremo de fecha 23-02-2016, lo que entra a estudiar la referida sentencia es el efecto de ruptura en la continuidad de una prestación de servicios de 2 meses y 8 días naturales, en los que el trabajador percibió la prestación de desempleo durante dicho periodo. La referida ruptura se produce tras un periodo 3 años de contratos temporales sucesivos que posteriormente es transformado en indefinido, y que tras la percepción de la ya mencionada prestación por desempleo, reanuda nuevamente su relación laboral con la misma empresa mediante contratos temporales que posteriormente es transformado en indefinido, durante un periodo de 3 años más, hasta que es despedido. Lo que entiende el Alto Tribunal, es que en estos supuestos de formalización de sucesivos contratos temporales, en los que medie un periodo de interrupción suficientemente extenso como para entender extinguida la relación laboral, para que no se considere a efectos de antigüedad el periodo de prestación de servicios anterior a la interrupción, la empresa debe acreditar, en su caso, que se trató de una extinción indemnizada y no impugnada por parte del trabajador, o en su caso, que realmente había una consciencia por parte del trabajador de la extinción del contrato, rompiendo de este modo el vínculo laboral existente, y que no estuviera viciado por una expectativa de una nueva contratación futura. Como siempre quedamos a su disposición para atender cualquier duda o aclaración que precisen realizar. Jordi Altafaja Diví Socio Director área laboral y recursos humanos 27 de mayo de 2016