Universidad de Carabobo Filosofía de la Investigación Prof. José Santiago Moreno 11. Filosofía de la Investigación I. Ciclo de Conferencias sobre Investigación Educativa / Facultad de Educación Prof. José Santiago Moreno PROBLEMÁTICA La producción de conocimientos y la retórica investigativa y en particular la producción de conocimientos científicos, es quizás el campo más intangible, de todos los que constituyen el objeto de estudio de las ciencias sociales. Desde la duda inicial, si tal objeto no es en verdad el sujeto, hasta la discusión, de si el proceso histórico social juega o no un papel decisivo en la producción científica. La intencionalidad de fondo que presentan las teorías que intentan explicar la compleja relación entre la educación y la sociedad, requiere en su inicio una revisión de los esquemas epistemológicos, que se encuentran oculte en dichas teorías, que forman como la columna vertebral en el cuerpo humano. Todos los sistemas teóricos tienen una historia, un espacio de creación particular y unos caminos que conforman esas redes conceptuales, por las cuales se mueven y con las cuales se afianzan para dar los nuevos pasas. La producción del saber en el mundo contemporáneo, está directamente relacionado con los países llamados desarrollados, particularmente en Europa y en Estados Unidos. La difusión del conocimiento está bajo el control de las mismos países que producen el discurso científico, a través de los diferentes mecanismos de tarsnacionalización del saber. Las universidades centros de saber de los países centrales, además de crear y definir el conocimiento, lo difunden. Se observa sin embargo, el interés cada vez mayor, de plantear con más insistencia las discusiones que tienen que ver con la investigación y sus marcos conceptuales y teóricos. Es el caso de este primer ciclo de conferencias, que de una manera sencilla y modesta pretende crear un debate muy interesante y con seguridad dará pié, a pequeños círculos de discusión a la hora de proceder a realizar proyectos o tesis de investigación, bien sea para la licenciatura o para otros niveles de estudio. Se observa igualmente que en este noble trabajo investigativo, la presencia de carencias, confusiones y dificultades teórico-metodológicas. Hay deficiencias en el planteamiento de problemas y en su modo de abordarlos en las tesis. Deficiencias de parte de los alumnos y deficiencias de parte de los docentes o tutores que se enfrascan en retóricas tradicionales, fuera del real contexto de las ciencias sociales. Se presenta igualmente deficiencias en la comprensión y manejo de las categorías fundamentales de las teorías y de las propias estructuras teóricas, así como visiones muy fragmentadas de parcelas de la realidad, que llevan a los autores de estas investigaciones a conclusiones reduccionistas, simplificadas y deformantes de las situaciones complejas que se abordan, en muchos casos, si no en su mayoría, se investiga el problema de los alumnos, de personas de sujetos vivientes y se utilizan metodologías propias de las investigaciones de la industria química y metalúrgica. El énfasis que le daremos a esta conferencia, se dirige al momento epistemológico de la aprenhensión de la realidad, el cual se vincula estrechamente con el tipo de formación científica y de investigación que se pretende. Nos parece es aspecto fundamental de una concepción didáctica, la forma en que ésta aborda la relación que se establece entre el sujeto cognoscente, el conocimiento acumulado y la realidad social, en el proceso de apropiación del conocimiento y construcción del saber del sujeto. Un interés muy particular en esta conferencia es abrir espacios, para debatir por la asfixia, la sofocación creativa, y la esterilidad intelectual que produce la imposición de una normativa metodológica y la secuela teórico-conceptual que ella posee, sin dedicar un tiempo a la reflexión crítica y analítica de estos supuestos. Las investigaciones que se nos plantean en una situación concreta y en un marco de referencia que tenga por norte la realización integral y plena del hombre, terminan por quedarse en las bibliotecas con la única seguridad que alguna vez le quitarán el polvo que cae sobre ellas. Sabemos muy bien que el conocimiento es una tarea esencial para el hombre y hace parte del desarrollo integral del individuo. Si en algo podemos situar la grandeza del ser humano es precisamente, en su capacidad de conocer, en su afán de saber. Por naturaleza el hombre se dirige al mundo que lo rodea, lo interroga, busca interpretarlo, conocer las leyes que regulan sus procesos. Las cosas despiertan la admiración y el interés del hombre y frente a ellas, el hombre trata de dar respuestas aunque no siempre sean adecuadas. Muchas veces lo dejan en la duda y esta se convierte en fuente de la investigación. La investigación proporciona al hombre seguridad en sus conocimientos. Y cuando pretende conocer algo con firmeza el hombre tiende a comunicarlo a los demás. El conocimiento es por tanto, obra de la experiencia del hombre, de la forma como se relaciona con las cosas y de la manera como se interrelaciona con los demás hombres. Por ello el conocimiento es inconcebible sin el lenguaje que es el producto de la interacción del hombre con su medio. Toda la teoría del conocimiento hay que verla como la expresión de la actividad social del hombre y a la vez como el aspecto más importante del desarrollo del mismo hombre. Por eso hablar de conocimiento no es sólo hablar de las representaciones que hacemos de las cosas en nuestra mente sino, el proceso crítico mediante el cual el hombre va organizando el saber, va superando las experiencias espontáneas hasta llegar a un saber sistemático, ordenado, coherente; posiblemente momentáneo, pero que en unas circunstancias concretas responde de una manera efectiva. Tipos de saber Históricamente se ha tenido la pretensión de que cuando hablamos de una Teoría del conocimiento sólo hacemos referencia al saber filosófico y al saber científico, donde de hecho se puede observar grandes conquistas un enriquecimiento progresivo, gracias a la forma metódica en que proceden Si echamos una mirada a lo que ha sido el desarrollo del pensamiento humano nos encontramos con muchos intentos de explicación de los fenómenos de la naturaleza y del hombre que corresponden a nuestras sociedades precientíficas. Encontramos conocimientos que se estructura en base a poderes o fuerzas sobrenaturales que en muchos casos son producto de su imaginación pero que de hecho no tienen una correspondencia con los hechos observados. El hombre también ha vivido de una serie de generalizaciones que se efectúan a partir de ciertas observaciones de la vida real y que posteriormente se elevan a la categoría de ley practica para regular la conducta de los individuos. Lo cierto es que a cualquier nivel social en que esté el hombre, se halla en actitud de conocer; sólo que esos conocimientos son dependientes de factores y circunstancias determinadas. Si las circunstancias que rodean el conocimiento son múltiples, también tienen que ser diferentes los tipos de conocimiento que adquiere el hombre. También hablamos de un saber crítico que como el filosófico y el científico, emplean un método, siguen un orden, tienen una coherencia lógica. Todos los investigadores de la teoría del conocimiento pretenden hacer caso omiso de las condiciones sociales en que están involucrados los procesos cognoscitivos. Sólo hasta ahora comenzamos a tener conciencia de tan importante error. En síntesis, el conocimiento no es sólo relación entre un sujeto y un objeto sino que involucra y es dependiente de procesos sociales, de factores y circunstancias que influyen en el mayor o menor grado de profundidad de aquella realidad que pretendemos conocer. Esto supone que la epistemología debe ser totalmente crítica en cuanto entra a cuestionar la forma como conocemos y la forma como se nos da el objeto; analiza las teorías de la ciencia y nos manifiesta sus estructuras, sus métodos, sus procedimientos. No se puede aceptar como válidos todos los datos que proceden de nuestras facultades sensibles sino que esos datos deben ser seleccionados, interpretados en la forma más lógica posible. La objetividad de una representación se mide por la coherencia en sí misma, es decir por la ausencia de contradicciones. Por otra parte, las teorías del conocimiento, en el campo de la filosofía, suponen que el conocimiento es un hecho, que debe ser universal y que debe mostrar esa necesidad. Se pensaba que el conocimiento se obtenía sólo en la medida en que penetrásemos la esencia de las cosas. Tomado de esta manera, existe un olvido de que el conocimiento es un proceso por el que pretendemos reproducir, a nivel de nuestra conciencia, la realidad que nos circunda. Pero esta reproducción mental de la realidad no es total, no agotamos nunca en el acto del conocimiento lo que el objeto es en sí; por el contrario, el conocimiento es un proceso gradual, donde vamos superando las primeras experiencias de los objetos hasta llegar a un saber más riguroso, más acorde con lo real. El conocimiento no tiene el rigor de una igualdad matemática. Mas bien es la expresión de los distintos esfuerzos que hace el hombre por desentrañar el sentido oculto de las cosas y que no se alcanza a captar en el solo saber de los sentidos sino mediante una actitud crítica que nos lleva a establecer vínculos y relaciones, entre las distintas formas de conocimiento. Si asumimos que el conocimiento es la expresión de la actividad social de los hombres, y que está sometido a la multiplicidad de factores, no cabe otra posibilidad que considerarlo como proceso, más que como un estado. El objetivo primordial del conocimiento es la realidad, pero el blanco de ese conocimiento es el hombre y por tal motivo, no es dogmático; la realidad es dinámica, cambiante, todo está en progreso, en cambio continuo. El papel del hombre es caminar hacia una mayor adecuación del conocimiento con lo real; por eso el conocimiento admite la controversia y los nuevos enfoques. Lo objetivo y lo subjetivo en la producción de conocimientos La problemática de lo objetivo y lo subjetivo es uno de los temas que más polémicas ha suscrito en el campo de la filosofía y de la ciencia y en todas aquellas disciplinas y actividades en que esté involucrado el problema del conocimiento. En la vida cotidiana, lo objetivo es sinónimo de lo sustantivo, de lo material y aun de lo real. Una persona es objetiva en la medida que no asuma una actitud personal y que no comprometa sus sentimientos o su forma de pensar en el momento de representar la realidad. Se habla de verdad objetiva, para referirse a aquel contenido de los conocimientos humanos que no dependen de la voluntad o del deseo de los hombres, sino que se determina por el contenido del objeto reflejado, y ello condiciona su objetividad. Esta concepción materialista de la objetividad no es compartida por otros paradigmas y escuelas de pensamiento y lleva irremediablemente a la diatriba de la verdad o falsedad del conocimiento, a la objetividad o la subjetividad del saber. Veamos algunas opiniones: Los filósofos presocráticos de la antigüedad, tenían la convicción de que todo conocimiento verdadero debía estructurarse no en las apariencias de las cosas sino en un fundamento sólido al cual sólo tenía acceso la razón. Conocer ese principio, era fundamental para conocer objetivamente. Parménides entendía que la verdad no puede ser otra cosa que el desvelamiento del ser. Esa tarea la cumple la razón, porque los sentidos no viven más que de la apariencia, del engaño. Heráclito por su parte, está convencido de que la verdad sólo se descubre a través del devenir, del movimiento cambiante de las cosas y seres. La razón es capaz de comprender el perpetuo movimiento que gobierna todas las cosas. Platón bajo la influencia de Sócrates, convierte el ser de las cosas en una idea trascendente e independiente de ellas. La verdad hay que verla desde el mundo de las ideas. Opina que la ciencia es distinta de la sensación. La verdadera ciencia es el mundo de las ideas. Para Aristóteles se da una relación de hecho entre el entendimiento y la realidad. La verdad hay que ubicarla en la cosas: conocer las cosas en sus causas y en sus esencias. La verdad está dada en la unión o separación de los conceptos. En el simple concepto no se da la verdad, porque no hay relación. En la Edad Moderna, Descartes establece que el fundamento de la verdad ya no son las cosas como tales, no es lo real, el criterio de objetividad hay que buscarlo en el sujeto. Basta con que las ideas se conciban como evidentes, claras y distintas para que constituyan un conocimiento verdadero, como objetivo. Concluye Descartes, que la verdad es algo inmanente, no necesito salir de mi mismo para saber si algo es objetivo; no importan las cosas sino lo que se piense de la cosas. Platón como Descartes, tienden a elaborar una teoría del conocimiento estructurados en un modelo de ciencia, como es el matemático, cuya verdades para ellos, son evidentes, universales, inmutables. Por su parte la teoría kantiana, coloca al objeto en función de las estructuras a priori del sujeto, para ubicar en ellas lo necesario y universal de los juicio objetivos. No podemos conocer más que fenómenos, o las cosas como aparecen. La cosa en sí, es totalmente impenetrable a la razón. La verdad para Kant es adecuación, pero no en el sentido tradicional, en que el pensamiento se adecue al objeto, a la realidad; es en el sentido de que el dato suministrado por los sentidos es el que se adecua a las estructuras a priori que ofrece el sujeto. Hegel lleva a sus consecuencias de la posición Kantiana; para Hegel el entendimiento va a convertirse en constitutivo de la cosa en sí, es decir de lo real. Para Hegel, la realidad no es más que un auto despliegue de la idea, una autodeterminación de la razón o del espíritu. La verdad es identidad del pensamiento consigo mismo y como el pensamiento es dinámico, la verdad es también dinámica. La verdad se halla en el devenir interno de la idea. Hasta este momento el problema de la verdad del conocimiento y su objetividad o subjetividad como sinónimo de certeza podríamos reducirlo a tres grandes alternativas. La primera, en la cual el objeto de conocimiento es simplemente una extrapolación de la conciencia del sujeto. Un objeto que no existe sino en tanto creación de ella, como reflejo de sí misma. En este caso la relación de conocimiento es idealista, se convierte el acto de conocimiento en la relación sujetoconciencia que se reconoce a sí mismo en el objeto-realidad. La segunda proposición sería exactamente la opuesta. Es aquella que se refiere a la existencia de una realidad, de un objeto de conocimiento, que es independiente del sujeto que lo conoce; la conciencia es un elemento pasivo, que se limita a recibir los estímulos del objeto y a reflejarlo. En este caso estamos hablando del Realismo, del determinismo pragmatista y que está ligado a las corrientes positivistas, que tienen su origen principalmente en Augusto Comte. Estas dos corrientes del campo de la teoría del conocimiento son confrontadas por la alternativa dialéctica, que se presenta como una negación reconstructiva de las dos alternativas anteriores. No se disuelven las fronteras entre sujeto y objeto, señalan que no es una relación dualista, no se suprimen sino que se complementan. Por otra parte y obviando algunas teorías de finales y comienzo de siglo paso a presentar de una manera breve las opiniones o concepciones de algunos pensadores de nuestro siglo a los cuales hay que hacer referencia obligatoria, ya que nos dan pista muy interesantes en relación al tema que tratamos como es la posibilidad y certeza del conocimiento. Iniciamos este breve período con Thomas Kuhn. Su obra clásica es «La estructura de las revoluciones científicas». Su teoría se centra en el tema de los paradigmas, que los define como: una estructura coherente constituida por una red de conceptos a través de los cuales se tiene una visión del mundo, estos a la vez generan compromisos frente a una ciencia determinada. Opina que la ciencia no es un tesoro de verdades acumuladas a través del tiempo, sino que es un proceso de sustituciones por otras verdades. Señala que las verdades de hoy serán los errores del mañana. Karl Popper por su parte, ubica la ciencia en un enfoque crítico y pone como criterio de demarcación entre la ciencia y la Seudo ciencia la «refutabilidad» de un sistema teórico, lo que equivale a decir que toda teoría debe ofrecer la posibilidad de someter a prueba o contrastar el contenido de la misma y utilizar para ello todos los procedimientos asequibles a su enfoque crítico. Para Popper, una teoría o una hipótesis jamás podrá ser verificada, sólo podrá ser confirmada. Sin embargo si puede ser refutada definitivamente con base en las deducciones insostenibles que se puedan derivar lógicamente de ellas. En conclusión, las teorías refutadas son falsas, mientras que las no refutadas pueden ser verdaderas. Lakatos por su parte en su libro «Crítica y conocimiento» se inscribe dentro de la tradición poperiana, pero sin embargo le critica la metodología de la refutación ya que la considera ingenua y la sustituye por lo que el llama el falsicacionismo sofisticado. Dice que no se trata de considerar una teoría y enfrentarla con la experiencia, sino con una serie de teorías, Lakatos propone, una nueva metodología que se conoce con el nombre de «metodología de programas de investigación» y que pretende resolver los problemas que no han podido resolver ni Popper ni Kuhn. Esta metodología supera la racionalidad instantes de Popper y los cambios ¡nacionales de las revoluciones científicas de Kuhn. Lakatos opina que las teorías anteriores se convierten en mitos: lo que sucede normalmente es que la investigación progresiva de los programas, reemplaza los programas degenerados o inservibles. El conocimiento irá en progreso, si el nuevo contenido lleva al descubrimiento de nuevos hechos explicativos de la realidad. Llegados a este momento, nos encontramos con un concepto que han desarrollado varios autores originarios de Francia, que es el concepto o metáfora que se denomina -ruptura epistemológica», Recordemos que episteme significa: ciencia o teoría de la ciencia. Alejandro Moreno en su libro «El aro y la trama» en sus capítulos iniciales, entiende por episteme como un «monto general de conocer». En relación a la ruptura epistemológica del campo francés, Althusser le da una connotación derivada del campo marxista. Para él, es el paso de un discurso ideológico a un discurso científico, es el nacimiento de una ciencia, pero donde no opone verdad a error, sino ciencia a ideología, entendida como ocultamiento de la realidad. Bachelard por su parte, concibe que el progreso de la ciencia, se hace a través de rupturas. La ruptura epistemológica se produce fundamentalmente a nivel del manejo de los conceptos y no a nivel del contenido de los conceptos. Bachelard habla igualmente del perfil epistemológico de las diversas conceptualizaciones. El perfil mental sirve para medir la acción psicológica efectiva de las diversas filosofías en la obra del conocimiento. Cada filosofía tiene un aspecto nocional particular y la suma de estos aspectos nocionales da el espectro nocional completo de un conocimiento particular. La noción de obstáculo epistemológico, está en relación con la noción de perfil epistemológico, pues representa la cantidad de obstáculos que una cultura ha debido superar. El obstáculo epistemológico aparece solamente cuando una organización de pensamiento existente está en peligro; cuando hay amenaza de ruptura. De esta manera, podríamos hacer referencia a un grupo de autores sumamente representativas y a una serie de conceptualizaciones que de una manera o de otra, dan su aporte a la hora de intentar comprender esto que llamamos mundo. Podemos solamente nombrar a Levy Strauss, Godelier, Lacan, Foucault, Gramscy, Carlos Marx, Kosik. Y de los autores venezolanos los cuales recomiendo altamente, para leerlos con detenimiento como son Miguel Martínez y su paradigma emergente y Alejandro Moreno. No hemos hecho referencia expresa igualmente a las divagaciones tan de moda como es la modernidad y postmodernidad. No hemos hablado de Wingentein y de Habermas y su teoría comunicativa y de los postulados ecologistas de Krishnamurti, al igual que la teoría de sistemas de Lulunann. Se puede observar de todos modos, que estamos viviendo en un tiempo de «incertidumbre». Es un tiempo de fin de siglo donde las cosas fundamentales, y en este caso los postulados de la ciencia y de la filosofía en su especialidad concreta, ya no dan respuestas del todo creíbles. Los postmodernos lo llamarían la época del nihilismo, la época de las dudas, aunque pensamos que la filosofía, la ciencia, la historia y el sentido común, son las principales vías de aproximación al conocimiento de la realidad. El método científico desde el punto de vista positivista no nos puede ayudar a entender plenamente el proceso investigativo humano. La ciencia misma no puede responder por la solidez de sus propios fundamentos y no puede garantizar la validez última de sus conclusiones. De allí la importancia de acercarse cada vez más al entendimiento de las ciencias humanas. Me atrevo a señalar que la tecnología y el conocimiento científico, como está planteado actualmente, lleva irremediablemente a la destrucción del propio hombre. Sobra señalar la relación entre producción y contaminación; los procesos de industrialización frente al creciente número de habitantes y las necesidades de consuno y a la par, las procesos de deshumanización y mecanización del factor humano. Cuando el avance de la ciencia y de la investigación, no tienen claridad en las nociones del mundo, de hombre y de sociedad, los resultados son muy distintos a los esperados. Cuando se pierde el objeto propio de la ciencia y de la investigación que es precisamente el mundo de las relaciones, funcionales, dialécticas o estructurales, se produce el desequilibrio, el caos e irremediablemente la destrucción del sistema. Cuando los principios fundantes no están claros o su visión no corresponde a la plena realización de lo humano en todos sus aspectos, va produciendo como consecuencia una orientación equivocada, un rechazo de las humanidades, una ciencia que pisotea valores, una amoralidad institucionalizada, que termina esclavizando al propio hombre. Estamos viviendo un momento histórico en el que el hombre casi pierde su condición de persona para considerarse un objeto más del análisis científico, estamos en la época de la incertidumbre que lo mantiene en la angustia. Se creía que la ciencia proporcionaría un mejoramiento en las condiciones en la vida del hombre y que le permitiría un desarrollo integral, pero lo cierto es que la ciencia al carecer de una orientación filosófica, ética y moral, ha invertido los valores. No queremos señalar con esto la ineficacia total de la ciencia, sería absurdo; al contrario, llegar al conocimiento de las leyes que gobiernan los fenómenos naturales y sociales es condición fundamental del ser humano, lo que es discutible es la orientación que se le da a la ciencia cuando se aplica a los problemas del hombre. Por otra parte el investigador se encuentra con una serie de problemas propios de la materia que investiga y a los cuales procura dar respuestas precisas tal como el método científico le exige, pero encontramos que el investigador tiene que vérselas con una serie de dificultades propiamente filosóficas, que en el fondo tienen un carácter teórico de mayor extensión por cuanto no son sólo planteamientos a nivel de una ciencia determinada, sino que hacen referencia a. una situación de mayor amplitud y de mayor complejidad. Al involucrarse en una investigación, en nuestro caso, que ronde los aspectos de la pedagogía, la didáctica y los procesos de enseñanza aprendizaje, relacionados con investigaciones dentro de las ciencias sociales y específicamente con la formación de recursos humanos, equivocadamente se ha utilizado los métodos de las ciencias experimentales con todos los supuestos teóricoconceptuales, sin detenemos a reflexionar por un momento, su ubicación y sus consecuencias; se ha creado la ilusión, que hemos hecho una buena tesis, un buen trabajo. ¿Cuáles serían los supuestos teóricos conceptuales que pueden guiarnos en las investigaciones educativas? Qué ubicación teórica-conceptual, podemos colocar en el tapete para ser discutida y debatida, en función de la problemática que queremos resolver? Estas cuestiones las plantearemos en la próxima conferencia. UNIVERSIDAD DE CARABOBO FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACION I. Ciclo de Conferencias sobre Investigación Educativa - junio 1996 UBICACION TEORICO-CONCEPTUAL DE PROYECTOS José Santiago Moreno El profesor Otero en su texto Unidades básicas del pensamiento Humano señala lo siguiente: «El hombre necesita para sobrevivir y para crecer, relacionarse con el mundo de las cosas y de las personas. El animal también se relaciona, pero el hombre va más allá y lo Piensa. Pensar es reproducir mentalmente la realidad por medio de símbolos e imágenes. Imágenes orgánicas, unitarias del mundo. Empieza a poseer el mundo como un espejo. A veces ese espejo no le sirve y entonces lo rompe y lo sustituye por otro y por otro, sucesivamente. Pero siempre necesitamos tener uno a la mano». En este sentido la realidad es concebida como un campo de procesos y fenómenos heterogéneos de varias dimensiones (física, biológica, social, histórica, etc.) y en varios niveles (macro, meso y micro), en permanente cambio en el espacio y el tiempo en que se despliegan. Estos procesos a pesar de sus diferentes ritmos temporales de despliegue, no ocurren en forma aislada, sino que se realizan de manera articulada, conformando totalidades dinámicas que el hombre, el investigador inteligente con su medio natural y sociocultural, ha venido construyendo. En esta compleja red de relaciones que se establece entre el sujeto y la realidad, mediada por los conocimientos, para su captación y aprobación, puede ser muy acrítica y fragmentaria o bien puede ser una relación construida para abrir paso al cuestionamiento de los reduccionismos del conocimiento dado, buscando articularse con otros procesos, de manera que permitan delimitar y entender del modo más complejo, el objeto o proceso de estudio. El llegar a la raíz de esos saberes, nos pondrán de frente a los contenidos teóricos y metodológicos; constructos delineados por la lógica explicativa de los hechos, y que requieren de una unidad entre la teoría y el método. Esta unión se refiere a los problemas de continuidad, de profundidad y de controversia que se originan particularmente cuando no existe coherencia entre principios de conocimientos que se aplican, los instrumentos del conocimiento y los resultados de ese proceso de conocimiento. El modelo teórico de las ciencias sociales que especialmente pretende no perder de vista la unidad entre teoría, método y concepción del hombre y del mundo, es el método hipotéticodeductivo, del cual asumimos lo que postulan Bunge y Kosik, cuando señalan que: el concreto no existe como hecho en si sino que es solamente apariencia si se le desgaja de las múltiples relaciones que lo determinan y que lo concreto es también de naturaleza teórica. Lo real concreto, el hecho medible es el resultado de una síntesis en la cual lo inmediato sensible no es sino el aspecto tangible y contable de los concreto y pertenece al reino del sentido común (Calello p.31). Lo anteriormente señalado implica pasar del campo de lo meramente observacional, a movemos permanentemente en el terreno de lo teórico. Se pasa de la frontera de la apariencia y nos asombra la sencillez del concepto particular que manejamos y que contiene, toda la complejidad de lo real. Este acercamiento en el mundo de la ciencia y el deseo de aprehensión unitaria y clara, se inicia con lo que se ha denominado como leyes, teorías y modelos, que son los instrumentos que nos conducen a la ciencia. Es por esto que considero necesario, presentar una relación muy simplificada de lo que caracteriza cada uno de estos apartados, que a la vez se complementan en un marco conceptual teórico del cual partimos a la hora de adentramos en el mundo de la investigación. LEY No es fácil adoptar una única definición de ley, ya que existen un gran número de definiciones dadas desde varios puntos de vista. Sin embargo, una ley es una relación constante entre distintos hechos. Hecho, es todo aquello que se sabe o que se supone, con algún fundamento, que pertenece a la realidad. Es un acontecimiento que se produce en el espacio y en el tiempo. Es un proceso, o una secuencia temporalmente ordenada de acontecimientos. A los hechos también se les llama fenómenos, lo cual significa que se presentan ante un sujeto que los percibe o los capta por medio de sus sentidos. Todo aquello que forma parte de la realidad es un hecho y en el momento en que este hecho es conocido por alguien, se llama fenómeno. En cambio, no son hechos los conceptos, los razonamientos, las fórmulas que de ellos se derivan. Se habla de relación, cuando existe conexión de una cosa con otra. No se pueden tocar o experimentar, pero si podemos percatamos de que existen distintas formas de relacionar los hechos. Este tipo de relaciones constantes e invariables se le llama leyes, que en griego significa «mandata» «Imperativo». Al iniciar una investigación, el observador recoge a partir de lo observado: datos, que es lo conocido y lo desconocido es la relación, que la podemos llamar incógnita. Los datos y la incógnita son los elementos de un problema que se plantea a manera de pregunta encaminada a resolver la incógnita. La respuesta provincial que se da a esa pregunta recibe el hombre de hipótesis. Una vez que se que se ha hecho la comprobación de la relación entre los datos o los fenómenos y que expresa una relación constante, la función de la ley es explicar un hecho y la relación que éste guarda con otros. Con esto queremos afirmar, que las leyes no se inventan, se descubren y nos muestran una relación que se da en la realidad. LA TEORIA Una investigación llega a ser ciencia cuando en ella se han construido teorías. Las teorías son consideradas como un sistema que relaciona leyes y que ofrece explicación de las mismas. En el núcleo central de las ciencias, se pretende guardar un orden en sus conocimientos. La relación, la estructura y el orden que guardan los conocimientos, constituyen su aspecto formal. Es decir, toda ciencia tiene una forma, una columna vertebral que la sostiene. Esta estructura está dada por la razón. Un investigador se encuentra con datos aislados y por ello formula hipótesis, sin conexión entre sí. En este momento inicial las ideas no se enriquecen unas a otras, ni están ordenadas; de tal manera que no sabemos cuáles controlan a cuáles. A medida que se desarrolla la investigación, se descubren relaciones entre las hipótesis antes aisladas; se comprueban para obtener las leyes y se introducen leyes que contienen a las otras y que las fundamentan. Se va estableciendo una conexión entre las diversas leyes, ordenándolas coherentemente hasta formar una unidad. Esta cohesión o encadenamiento de leyes se llama sistema, y el conjunto que resulta de ese encadenamiento recibe el nombre de teoría. En este sentido, la teoría como unidad explicativa, supone un objeto que es aquello sobre lo que se investiga y un punto de vista, que es la manera como se estudia ese objeto, lo cual queda establecido desde el principio de la investigación. Los datas por sí mismos, no nos dicen nada; es necesario interpretarlos, por medio de términos. Al mismo tiempo, en toda teoría hay que distinguir dos propiedades. En primer lugar la demostrabilidad que es el resultado de la relación lógica entre los enunciados de una teoría y en segundo lugar, la verificabilidad que consiste en la posibilidad de determinar su verdad o falsedad, no en función de una relación lógica, sino de una relación de enunciados y hechos, mediante la experiencia. Las teorías formales son demostrables, no son verificables; se consideran coherentes o incoherentes. Las teorías fácticas por su parte, pueden demostrarse y verificarse. Cuando hay relación lógica entre los enunciados y se descubre que no hay contradicción en el seno de la teoría, se dice que hay consistencia interna. Pero además se requiere que la teoría no se contradiga con otras teorías del mismo campo, y si cumple esto, se obtiene una consistencia externa. Podemos señalar en consecuencia, como lo señala Popper, que las teorías son «redes que lanzamos para apresar aquello que llamamos mundo, para racionalizarlo, explicarlo y dominarlo y tratamos que la malla sea cada vez más fina». LOS MODELOS La ciencia trata de explicar los fenómenos y para esto elabora leyes. Como es natural, con frecuencia nos encontramos con problemas muy complejos y para explicar aquellos datos inobservables que se descubren o detectan se necesita emplear términos teóricos. De esta manera, combinando y coordinando de forma adecuada un grupo de leyes y de hechos, mediante construcciones lógicas, se obtienen las teorías. ¿De qué manera están relacionadas las teorías, con sus términos y con los hechos? ¿Cómo se vuelve de lo hipotético teórico a los fenómenos? Nos encontramos precisamente con la noción de modelo. Con el término de modelo se designa en primer lugar a una representación;. no es la cosa o el objeto, sino que por medio del modelo lo representamos. En la ciencia, los modelos representan la teoría, muestran las condiciones ideales en las que se produce un fenómeno al verificarse una ley o una teoría y por otro lado, constituyen una muestra particular de la explicación general que da la teoría. Mario Bunge, define el modelo científico como la configuración ideal que representa de manera simplificada una teoría, de manera que facilita su comprensión. Ahora bien, el modelo describe una zona restringida del campo cubierto por la teoría, ya que es un medio para comprender lo que la teoría intenta explicar, de manera que enlazan lo abstracto con lo concreto. Gracias a los modelos, las teorías pueden someterse a comprobaciones empíricas con mayor facilidad. Los modelos denominados básicos se construyen a base de conceptos y relaciones, la posterior verificación de las hipótesis va a requerir de un modelo operativo que debe ser material. En el campo de las ciencias sociales, el núcleo de la problemática metodológica lo constituyen «los modelos» y el núcleo de este concepto es la noción de estructura, que está presente en todo acto de conocimiento. No hay posibilidad de plantearse el conocimiento de un objeto aislado de su contexto. Todo modelo contiene un enunciado teórico-ideológico que se expresa en una proposición metodológica para referirse a la realidad, en la acción de conocerla. De esta manera llegamos a las diversas alternativas del conocimiento y de como ellas se han configurado en «modelos. que difieren en su compromiso con lo real, en la medida que difieren en la manera de pensar lo real (Calello. p.52). Al respecto presentaremos a continuación una síntesis de los tres modelos conceptuales, que representan las grandes alternativas del conocimiento en las investigaciones en ciencias sociales. Ellos son: el Funcionalismo, el Estructuralismo y el Materialismo Histórico. (Este resumen está tomado de los conceptos presentados por Calello y Niehaus en su libro «La investigación en las ciencias humanas»). EL FUNCIONALISMO El gran teórico del funcionalismo es Parsons (1951) y su teoría se encuentra en su libro Titulado «Declaración sobre la acción social». Para el funcionamiento toda acción social es analizable en la medida que entre su motivación y consumación como acción está mediada por cuatro sistemas: El Biológico, el de Personalidad, el Social y el sistema Normativo. El sistema Biológico es el encargado de impulsar la acción, en la medida que se desequilibra y crea una necesidad de actuar para restablecer el equilibrio. La homeostasis es la condición básica que regula el mantenimiento de los sistemas. En el sistema de Personalidad se resumen tanto la memoria de las experiencias pasadas, el aprendizaje, el tipo de educación y en general las pautas de conducta aprehendidas por el individuo y en la sociedad donde vive. Todos estos elementos irán forjando el carácter individual de las personas. El sistema social es el que establecerá los límites posibles del cumplimiento de la acción elegida, pero en armonía con la estructura social en la que se lleva a cabo. Este sistema social, está organizado de acuerdo a valores y normas que lo hacen estrictamente dependiente del sistema Normativo y este será el que le dará el visto bueno, premiará o sancionará la acción que se realiza por determinado individuo, de acuerdo a las normas del sistema social general. La estructura conceptual del funcionalismo o el núcleo del modelo es la relación entre estructura y función o sea, el grado de integración que, muestran las partes en su relación dinámica con el todo. Para el funcionalismo toda sociedad puede definirse como una inmensa red de «status y roles». Dentro de esa red, predominan tendencias al equilibrio, pero a un equilibrio que debe aceptar la innovación, para que las organizaciones que componen la sociedad (hablamos de la familia, las empresas, la escuela, los partidos políticos) interaccionen en una línea ascendente de progresismo dinámico. La teoría del cambio social que asume el funcionalismo, se centra en la noción de sistema y que transcurre en los cuatro sistemas señalados anteriormente (el biológico, el de personalidad, el social y el normativo o cultural). Toda acción social es iniciada por el sistema biológico por la ruptura temporal del equilibrio y se canaliza a través de los otros dos sistemas y de acuerdo a las necesidades de ajuste al sistema social. Este ajuste a la normatividad, a los valores sociales dominantes, promueve la aceptación social de la conducta y así el sistema normativo aparece como el orden restrictivo fundamental, del cual depende no sólo el ajuste de las conductas individuales al todo social, sino el equilibrio armónico global de toda la sociedad. El núcleo conceptual fundamental de la teoría funcionalista posee un verdadero arsenal de categorías o nociones, como la de rol social, status, institución, estratos etc., que funcionan dentro de los múltiples sistemas, que son al mismo tiempo una estructura presente en la realidad social y un instrumento teórico que trata de hacer inteligible la pluralidad sistémica. EL ESTRUCTURALISMO El autor y fundador del estructuralismo fue Levi-Strauss y recientemente está presente en las teorías de autores como Godelier, Althusser, Lacan y Foucault, todos ellos dentro de los investigadores sociales del campo francés. El modelo presentado por Levi-Strauss lo ha trabajado y diseñado en los estudios realizados en sociedades primitivas o en sociedades elementales y de allí ha tomado toda su estructura conceptual y la concepción de historia y del cambio social. Inicialmente el estructuralismo parte de la necesidad de comprender en la realidad, considera como caótica por lo no fácil de su aprehensión y comprensión, las «relaciones invisibles», que son aquellos componentes que no aparecen en lo emergente, en el dado a simple vista, pero que actúan como modeladores de una determinada realidad; aparecen ocultos, por la realidad aparente. Para acceder a estas relaciones invisibles se debe acudir a la indagación en dos niveles: el análisis de los sistemas de parentesco y el de la estructura de los mitos que existe en todo tipo de comunidad. El sistema de parentesco es un sistema de relaciones formales y que aparecen en la vida cotidiana de la sociedad. Estas relaciones parentales tienen un significado de relaciones de jerarquía y poder, que están latentes, pero ocultas. El sistema de parentesco, nos puede dar la estructura formal de la comunidad y nos puede anunciar, como operan las relaciones formales y cómo están supeditada a un -modelador» que no es visible. Este sistema de parentesco, nos presenta el lugar social de cada individuo, de sus relaciones jerarquizadas y del tipo de conducta en su vida cotidiana. Por otra parte el nivel de la estructura de mitos y leyendas, es el elemento que nutre a la comunidad y que al mismo tiempo la mantiene organizada por su sistema de ideales y valores que la conforman. La estructura de los mitos, dan razón de la existencia del ser social de cada comunidad. Esta estructura de mitos, es la dimensión sustantiva en un nivel analítico superior. Los mitos y la leyendas se expresan en un sistema de valores y se convierten para la una determinada sociedad en «invariantes estructurales», que mantiene la unidad del grupo social. Este mito-esquema como organizar de las comunidades es la referencia final-afectiva indispensable para el mantenimiento de la vida social. La semejanza de los mitos en cualquier parte de la tierra y en el origen de las culturas, permite pensar en la existencia de propiedades esenciales comunes a todas las sociedades. Levy-Strauss y su estructuralismo recibe una influencia muy grande de la lingüística de Saussure y de la etnología. Las relaciones sociales, de la misma manera que el lenguaje están estructuradas, como sistemas de comunicación y de intercambio. Por otra parte, el inconsciente del psicoanálisis es usado por Levi-Strauss como categoría de pensamiento colectivo. El inconsciente es considerado como el carácter común y específico de los hechos sociales; el mismo permite la comunicación con el otro, que aparece fundado sobre el pensamiento simbólico, vacío, pero al mismo tiempo, contiene las leyes que dirigen la comunicación simbólica. El inconsciente por otra parte, está estructurado como un lenguaje. El inconsciente es el discurso del otro y el otro es la ley, es el Padre, el depositario de la lengua y la cultura. EL MARXISMO El núcleo teórico metodológico del materialismo histórico lo presenta el creador inicial Carlos Marx y posteriormente, el investigador social Antonio Gramsci. Para el marxismo la acción social se define como la «toma de conciencia de la totalidad implicada en el desarrollo de una práctica». Los distintos tipos de prácticas, sean económicas, sociales, afectivas, culturales, políticas, no se producen en direcciones erráticas, sino que se articulan armoniosa y contradictoriamente alrededor de la práctica productiva, que implica la relación trabajo-propiedad. El trabajo es la mediación inevitables del hombre con el medio y su aprobación, es la relación conflictiva inicial. En la media en que el hombre alcanza su libertad, a través de la elección de su trabajo, esta libertad se le niega, al serle usurpada por los otros hombres y es específicamente la apropiación del producto de su trabajo. La estructura conceptual del marxismo, se le denomina como totalidad concreta ya que señala que existe una síntesis entre totalidad y especificidad en el conocimiento a través de la relación de práctica entre sujeto y objeto. A esto se le agrega la contradicción como síntesis conceptual de la historicidad. Para el marxismo lo concreto es la síntesis de múltiples determinaciones, como unidad de lo diverso, como síntesis resultado y como punto de partida de la intuición, que está contenida en el concreto definido como propio objeto de conocimiento. La posibilidad del conocimiento se hace efectiva sólo en tanto es en lo concreto en donde se encierran todas las determinaciones abstractas posibles de él. En esta síntesis si es posible el conocimiento en la medida que se sintetizan en lo concreto las antes irredutibles dimensiones de lo empírico y de lo abstracto. El objeto del conocimiento es algo natural propio de una visión totalista, de la conciencia pracixistica, que el individuo tenga de sus relaciones en la sociedad. La aprenhensión de dicha unidad de lo real lo define Marx como un concreto, síntesis de múltiples abstracciones y esto se realiza a través de la estructura conceptual, capaz de desentrañar en el acto de conocer, las múltiples determinaciones abstractas de dicho concreto. Las leyes de la historia, señala Marx, son sólo tendencias, que el hombre no sólo descubre sino que se extraen del análisis del presente y que se expresa a través de las compleja articulación de sus contradicciones y del grado de sus antagonismos. Las relaciones sociales deben ser analizadas desde el concepto de totalidad conceptual denominado Modos de producción, que en cada momento de la historia es específica y múltiple, la utopía marxista, presenta en primer lugar el aniquilamiento de la propiedad privada, como fuente de desigualdad social y la instauración del socialismo, donde la categoría social y fuerzas de producción, sean las decisivas en la configuración de igualdades individuales. La utopía final, se centra con la llegada del comunismo, idea que parte de su significado original «comunidad» y específicamente, la relación familiar, donde todo es de todos, en un equilibrio liberador de presiones. Llegados a este punto y haciendo referencia a la investigación de García Guadilla, debemos señalar que en la actualidad, nos encontramos con dos grupos importantes de teorías o paradigmas conceptuales que configuran, una reconstrucción muy interesante de las teorías presentadas anteriormente, y que se mueven dentro de las teorías socio-educativas. Dentro de las teorías tradicionales se encuentran el funcionalismo, el funcional-estructuralismo, la teoría del capital humano y el funcionalismo tecnológico. Y de parte de las nuevas teorías nos encontramos con las llamadas teorías de conflicto, las teorías críticas y la teoría de la educación para la libertad del brasileño Paulo Freire. Nos encontramos con teorías tradicionales que responden a la necesidad de reconstrucción económico-social a partir de la década de los sesenta. Estas teorías se interesan por la integración social, la desigualdad de oportunidades y la importancia del aspecto económico. En este grupo de teorías se asume que la metodología es considerada como un factor neutro; se asume la racionalidad como elemento que hace posible la predicción en los cambios deseables y se considera la educación como necesaria en la formación de los individuos. Por otro lado las denominadas «nuevas sociologías de la educación» se interesan en la manera como una sociedad determinada, selecciona, clasifica, asigna y evalúa el conocimiento, considerado como sometido al poder diferencial de las clases sociales y al aparato de control social de la sociedad. Estas teorías hacen mucho énfasis en el curriculum y en la interacción en la escuela y la característica más importante de estas teorías es la multidisciplinariedad. Se conjugan los nuevos hallazgos en antropología, sociología, psicología, lingüística y filosofía emergentes. La teoría de la reflexión crítica presentado por Bourdieu y Bernstein, intentan esclarecer la naturaleza de la reproducción de las clases a través de la educación y vinculan esa relación con la transmisión cultural y esto con la adquisición y acumulación de la riqueza económica y cultural. Por otra parte las denominadas •teorías de conflicto» asumen que la expansión educativa es una derivación de la necesidad de alcanzar un determinado status. Las categorías marxistas, se asumen como categorías críticas. Dentro de este grupo de teorías se encuentran los pensadores latinoamericanos Tomás Vasconi con su libro «Contra la Escuela» y Paulo Freire con su teoría de la concientización y la crítica profunda la educación bancaria tradicional, repetitiva y reproductora de desigualdades sociales alienantes. En sus libros «Pedagogía del oprimido» y «Comunicación y Extensión» presenta sus postulados más importantes. Lamentablemente a mi modo de ver, el dominio ideológico, y poder cultural de los países europeos y de Norteamérica, no han hecho realzar los postulados de Freire, que parten de una concepción de la realidad muy concreta, muy latinoamericana. Con esto llegamos al final de esta conferencia, pero que es el inicio de un debate y de una profundización de las pocas cosas que he presentado. Cada uno de estos subcapítulos, darían pie para un curso completo. Pero que sin embargo nos señalan, que la investigación social y específicamente la investigación en el campo educativo, dispone de muchas alternativas, que no deben ser camisas de fuerza conceptuales a la hora de ubicar los proyectos de investigación. Al contrario, deben ser puntos que iluminan pero que no estarán en función de ellos mismos; serán útiles en función de los problemas concretos y su solución, serán aproximaciones, que si responden a la realidad problemática, se asumen, de lo contrario, caeremos en inconsistencias insalvables. Gracias por su atención.