Clarificación de ciertas verdades de nuestra Fe Católica

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Clarificación de ciertas verdades
de nuestra Fe Católica
Aunque nosotros recibimos un número de respuestas favorables a nuestros anuncios de
prensa, ha resultado muy claro que un cierto número de católicos nunca ha aprendido las
verdades fundamentales de la Fe Católica. Eso no es dificil de comprender, considerando la
situación terrible que el sistema de enseñanza católica ha soportado en los pasados 40 años.
He aquí alguno de los resultados:
“Estoy perpleja y confundida. Nuestra Madre es la Madre de todos los pueblos más
allá de su religión. ¿ Por qué la protesta? Por favor, ilústrenme.” ... Violeta
“Estoy en desacuerdo con su artículo de prensa. Suena como una idea maravillosa
introducir a Nuestra Señora de Fátima en el mundo.” ...Seamus
“Pienso que la Virgen María no nos está pidiendo ‘boicotear’ esa clase de
construcción”. ... Enrique
Por verdadero amor a nuestros prójimos, por caridad cristiana, estamos obligados a
explicarles por qué ellos deben cambiar su manera de pensar si quieren salvar sus propias
almas.
por el Padre Nicholás Gruner, S.T.L., S.T.D. (Cand.)
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Es verdad que Dios quiere la salvación de todos los hombres, y por lo tanto, Dios
quiere que todos se vuelvan católicos, porque fuera de la Iglesia Católica no hay
salvación.
Ciertamente, nosotros rezamos todos los días por la conversión de todos los nocatólicos para que sean católicos y por la conversión de todos los católicos en estado de
pecado mortal para que se arrepientan y sean perdonados por el Sacramento de la Santa
Confesión.
También rezamos por la conversión de todos los católicos que están en estado de
gracia para que se vuelvan mejores católicos, venciendo sus faltas y sus pecados y sus
faltas involuntarias, para que se vuelvan más santos. Y por los que son santos, para que
se vuelvan muy santos.
De modo que, ciertamente, rezamos por la conversión de todos, incluyendo por
nosotros mismos.
Las oraciones de la Iglesia
Respecto a la gente de otras religiones, particularmente los paganos, judíos, herejes
y cismátios, estamos de acuerdo con rezar las oraciones de la Iglesia en la Misa del
Viernes Santo por su conversión.
(1) La Iglesia nos enseña a rezar por todos los protestantes y ortodoxos como sigue:
http://www.fatima.org/span/crusader/cr75/cr75pg34.pdf
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“Oremos también por los herejes y cismáticos, para que Dios Nuestro
Señor los saque de todos sus errores, y se digne volverlos al gremio de la Santa
Madre Iglesia Católica y Apostólica”.
(2) La Iglesia nos eseña a rezar por los judíos como sigue:
“Oremos también por los infieles judíos: para que Dios Nuestro Señor
quite el velo de sus corazones, a fin de que ellos también reconozcan a
Jesucristo Nuestro Señor”.
(3) La Iglesia también nos enseña a rezar por todos los paganos, incluyendo
hinduístas y budistas:
“Oremos también por los paganos, para que Dios todopoderoso quite la
maldad de sus corazones; a fin de que, abandonados sus ídolos, se conviertan
al Dios vivo y verdadero y a su único Hijo Jesucristo, Dios y Señor nuestro”.
¿Que significa esto?
Para clarificar, nosotros ciertamente no queremos que los no-católicos conozcan
todo el Mensaje de Fátima. Nosotros queremos que ellos vengan a conocer a Nuestra
Señora de Fátima y sean devotos de Ella.
Nosotros hemos dedicado más de 25 años a llevar ese mensaje y la devoción a
Nuestra Señora de Fátima a todos los pueblos, a todas la religiones, en todas partes.
Hemos llevado personalmente un número de no-católicos a lo largo de los años a
Fátima para que ellos fueran tocados por la especial presencia maternal de Nuestra
Señora, que muchos católicos y no-católicos sienten cuando van allí.
Nosotros no estamos objetando que los no-católicos, como individuos de cualquier
religión, rindan homenaje a Nuestro Señor y a Nuestra Señora en el Santuario de
Fátima.
Nosotros estamos objetando el plan para llevar miembros de falsas religiones a un
Santuario Católico con el propósito de llevar a cabo allí ceremonias no-católicas,
incluyendo rituales paganos a sus falsos dioses.
Enfatizo, no estamos contra los individuos no-católicos que visitan
respetuosamente el santuario y observan respetuosamente las ceremonias devotas de la
Iglesia Católica.
Ni estamos contra ellos uniéndose hasta el punto de sentirse cómodos haciéndolo, y
hasta el punto que la Iglesia Católica y la religión católica les permiten hacerlo así.
Por ejemplo, ellos pueden asistir a Misa, pero no pueden comulgar sin ser católicos.
Ellos deberían adorar a Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento en la Misa y en la
Bendición aún si no son católicos.
Sin embargo, como mínimo, ellos deben ser respetuosos y no molestar a los otros
presentes cuando van a esas ceremonias católicas.
http://www.fatima.org/span/crusader/cr75/cr75pg34.pdf
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En mi propia experiencia, todos los no-católicos llevados allí por mi mismo o por
otros que siempre vi hacerlo, se condujeron de manera respetuosa y no perturbadora.
Nosotros no estamos protestando contra los no-católicos que van como individuos
al santuario. Nosotros estamos objetando al rector o a cualquier otro que invite a las
religiones no-católicas a celebrar su cultos no-católicos, y aún peor, sus cultos paganos
a sus falsos dioses en el lugar del santuario católico.
Esa es una ‘abominación de la desolación’ contra la que Cristo nos advierte en la
Sagrada Escritura:
“Cuando viereis, pues, la abominable desolación predicha por el profeta
Daniel en el lugar santo, el que leyere entienda.” (Mt. 24:15)
El peligro del fuego del infierno
Es un pecado mortal contra el Primer Mandamiento participar en ceremonias de
culto a falsos dioses.
El pecado mortal mata la vida de la gracia en nuestra alma. Si usted muere
repentinamente, y sin perdón de Dios por sus pecados mortales, usted irá directo al
infierno por toda la eternidad.
El pecado mortal es el peor mal que usted podría sufrir en esta vida. Es solamente
cada persona, por su libre voluntad, quien comete el pecado mortal. Es mucho más fácil
cometer un pecado mortal de lo que muchas personas se dan cuenta.
Insinuar que católicos puedan prestar su santuario católico a las falsas religiones
para que lleven a cabo sus falsos cultos a dioses falsos es un escándalo grave, es llevar
al error a millones de almas.
Ese escándalo podría llevarlas a cometer el pecado mortal de la idolatría.
Millones extraviados
Esa proposición, ese globo de ensayo lanzado por Mons. Guerra al sugerir que
nuestro santuario católico en Fátima invite a los practicantes de cultos paganos a traer
sus ídolos a Fátima, y a darles culto allí en el santuario de Nuestra Señora, puede
extraviar a millones de personas.
Si se permite que esto ocurra, entonces los fieles pueden ser guiados por ese
ejemplo escandaloso de los ciegos fariseos que están en el clero, tanto en el santuario de
Fátima como en el Vaticano, quienes están sugiriendo por sus palabras o por su silencio
o su connivencia, que es perfectamente correcto prestar un santuario católico, una
iglesia católica, un lugar de culto católico, con el fin de realizar cultos no-católicos.
Ninguno puede alegar ignorancia
Ahora que usted ha sido advertido, no puede alegar ignorancia ante Dios.
http://www.fatima.org/span/crusader/cr75/cr75pg34.pdf
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Si usted piensa que nosotros no hemos demostrado suficientemente la verdad de lo
que decimos, entonces usted está obligado, ante Dios, a encontrar la verdad de la
cuestión.
No, por el bien de su propia salvación, no adhiera a nuevas teorías, a nuevas
herejías – o antiguas – que contradigan la enseñanza sempiterna de los santos y de los
papas y de los doctores de la Iglesia en los últimos 2000 años.
Estamos viviendo en tiempo de apostasía y, por eso mismo, usted debe adherir a lo
que la Iglesia siempre ha enseñado y no caer en los pecados de la época creyendo que
de algún modo la verdad puede cambiar.
Si fue cierto durante 2000 años que la idolatría, que es el culto a los falsos dioses es
un pecado mortal, entonces todavía es cierto hoy. Dios no ha cambiado. Dios no
permirá que algún bautizado se vuelva al culto de los falsos dioses sin que haya un
castigo.
El Primer Mandamiento dice:
“Yo soy el Señor tu Dios. No tendrás dioses extraños ante Mi. No los
adorarás ni les darás culto. Pues yo soy el Señor tu Dios, un Dios celoso...
(Deut. 5; 6, 7, 9.) (ver también Ex. 20: 2, 3, 5)
Con los terribles cambios ocurridos en la enseñanza de la religión en muchas
escuelas católicas en los últimos 40 años, mucha gente ya no tiene enseñanza católica
segura sobre su Fe. Por eso presento aquí lo que los santos y la Iglesia siempre han
enseñado, tomando The Catechism Explained [El Catecismo Explicado] , de SpiragoClarke:
***
La idolatría o el culto a
los falsos dioses
Toda criatura humana se siente dependiente de un Ser supremo, y por lo tanto es
conciente de un impulso interno de adorar a ese Ser supremo. El que no adora al
verdadero Dios adorará a una criatura. Eso es idolatría. El que no da culto a Dios de la
manera que El ha revelado y que la Iglesia prescribe, vendrá a la larga a darle culto de
manera desordenada e insensata. Ese es el falso culto a Dios.
[1] Idolatría es el culto a una criatura que es considerada como una deidad; por
ejemplo, el sol, el fuego, animales, imágenes, etc.
La idolatría se encuentra frecuentemente en la historia de los judíos; testigos del
culto al becerro de oro (Ex. XXXII), en la adoración de la estatua construida por
Nabucodonosor (Dan. III). Recordar los soldados que pelearon bajo Judas Macabeo, y
que cayeron en batalla porque tenían ídolos ocultos bajo sus cotas. Judas ofreció
oraciones y sacrificios por los hombres que fueron así castigados. En el tiempo de la
persecución algunos de los primeros cristianos fueron culpables de idolatría, porque por
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temor a la tortura que les esperaba, ofrecieron incienso en los altares de los dioses
paganos. Y en la Revolución Francesa el pueblo de Francia cayó en el pecado de
idolatría cuando una mujer, personalizando a la Diosa Razón, fue adorada en la casa de
Dios.
Hasta el día de hoy los
paganos adoran ídolos
Los paganos cambiaron la gloria del Creador por la gloria de las creaturas (Rom.
1:23). En Asia, donde los cuerpos celestiales brillan con mayor esplendor que en las
tierras del norte, la gente observa el sol, la luna, el círculo de los astros como dioses, y
también el fuego, fuente de luz, el viento y las grandes aguas (Sab. 13:2). La mayor
parte de los egipcios dió culto a animales tanto útiles como dañinos, tales como el gato,
el halcón, el cocodrilo, y especialmente a Apis, un toro negro con una mancha blanca en
la frente y otras marcas peculiares, que era guardado en su templo. Los romanos y los
griegos a su vez, dieron culto a estatuas e imágenes de dioses paganos. Y como los
paganos se habían desprendido del verdadero Dios, El permitió, como un castigo, que
por la práctica de la idolatría, se degradaran por los más espantosos vicios (Rom. 1:28)
Ellos representaron a sus divinidades tan viciosas como ellos mismos, y patrones del
vicio en otras; entregados al vicio del que cualquier dios particular fuera el protector,
ellos pensaron rendirle honor. El culto de los falsos dioses no era nada menos que el
servicio de los demonios (I Cor. 10:20), pues el demonio era el animador del espíritu de
idolatría; él moraba en los ídolos y a menudo hablaba a través de ellos. David dice: “Los
dioses de los gentiles son demonios (Ps. 45:5). Cuan agradecidos debemos estar al Dios
Altísimo por las bendiciones del Evangelio. Es para mostrar nuestra gratitud por ese
beneficio que nos ponemos de pie cuando se lee el Evangelio durante la Misa.
Tres cuartas partes de la raza humana aún está sumergida en las tinieblas paganas.
Ellos son aún paganos. Se los encuentra principalmente en Africa, India, China y Japón.
Todos los años el Santo Padre envía más misioneros a los paganos. Los católicos deben
apoyar a esos misioneros con sus oraciones y sus limosnas. La Asociación para la
propagación de la Fe, y la de la Santa Infancia de Jesús, han sido instituídas con ese
objeto.
[2] Otra forma de idolatría es cuando un ser humano se abandona a una creatura.
Sería absurdo llamar idólatra a un hombre porque ofrece unos pocos gramos de
incienso a un falso dios, los cuales debería ofrecer al verdadero Dios, y no aplicar el
mismo término a uno que dedica toda su vida al mundo, en lugar de hacerlo a Dios. Los
avaros son preeminentemente idólatras (Ef. 5::5), porque ellos consagran todos sus
pensamientos, todos sus esfuerzos, ellos sacrifican su salud, su vida a Mamon, a
perseguir los bienes de este mundo. “La codicia es el servicio de los ídolos” (Col. 3:5).
Todos los que están absorbidos por intereses materiales son culpables de idolatría,
especialmente los avaros, los orgullosos, los intemperantes, los impúdicos.
Todo lo que un hombre desea y adora, ese es su dios. El dios de los avaros es el oro
(Oseas 8:4); el dios de los orgullosos es el orgullo; el dios de los glotones es su vientre
(Fil. 3:19); el dios de los impúdicos es su propia lujuria (I Cor. 6:15). La avaricia de
ganar, el orgullo de vida, los placeres sensuales, son el culto de los mundanos. Los
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padres también son culpables de idolatría, si ellos abrigan afectos desordenados por sus
hijos (Sab. 14:15).
[3] El culto a los ídolos es alta traición contra la majestad de Dios, y el más atroz de
los pecados.
Santo Tomás de Aquino declara el culto de los ídolos como el más grande de todos
los pecados. Entre los judíos era punible con la muerte (Ex. 22:20). En una ocasión, no
menos de veintitres mil judíos fueron ejecutados por orden de Dios por esa transgresión
(Ex. 32:28). Quien da culto a los ídolos incurre en la maldición de Dios (Deut. 27:15).
Piense en la condición lamentable de los paganos; algunos de ellos se degradaron tanto
por la idolatría que se hundieron en el vicio del canibalismo.
El Apóstol dice que los idólatras, adúlteros, codiciosos, alcohólicos, y otros, no
poseerán el reino de Dios. (I Cor. 6:10).
***
Debemos amar verdaderamente
a nuestro prójimo
Por supuesto se supone que amamos a los pecadores porque Dios lo hace. Ellos son
criaturas de Dios con un destino eterno y Cristo murió en la Cruz para salvar sus almas.
Los amamos porque Cristo los ama y nosotros debemos amarlos. El nos ordena amarlos.
Pero amar a alguien verdaderamente significa desear, querer el bien para aquel a
quien uno ama.
Si yo amo a un pagano, entonces debo querer el bien para él, pero si no le muestro
el camino para salvar su alma, o peor todavía, lo aliento a permanecer en su paganismo,
desde donde él ciertamente va al infierno si muere en ese estado, entonces no puedo
decir que lo amo verdaderamente.
Es más, soy su enemigo porque lo estoy enviando al infierno por mi silencio,
connivencia o aliento a permanecer en su paganismo.
No siempre podemos tener la oportunidad de explicar a todos los no-cristianos que
ellos están en el camino del infierno, pero al menos nosotros debemos rezar por ellos.
Nosotros no podemos estimularlos con nuestras palabras o con nuestros gestos a
que la permanencia en su religión sea perfectamente buena para ellos.
Hacer tal cosa es crueldad con ellos. A menos que alguien más los corrija, ellos
bien pueden morir en sus pecados porque alguien los alentó a permanecer paganos.
Por lo tanto, aquellos que alientan a los no-católicos a permanecer no-católicos, que
dicen a los no-católicos que ellos pueden salvar sus almas por sus falsas religiones,
odian a sus prójimos por sus palabras y conducta mentirosas.
http://www.fatima.org/span/crusader/cr75/cr75pg34.pdf
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El escándalo de
las autoridades del santuario
Es incluso peor, que las autoridades del Santuario de Fátima propongan que
religiones no-católicas rindan homenaje a sus falsos dioses en el santuario católico.
Eso es alentar a los paganos y miembros de otras falsas religiones a permanecer en
sus errores e ir al infierno.
Ese es también un escándalo para los católicos que no conocen mejor estas cosas y
alentarlos así a asistir a ceremonias de las falsas religiones y a participar en ellas
creyéndolo perfectamente aceptable.
El escándalo es enorme y debe ser denunciado.
¡Nosotros debemos hablar claro, ahora!
Nosotros sabemos que no tenemos, que no debemos, que no podemos esperar hasta
que alguien más levante su voz de protesta.
Nosotros tenemos que denunciarlo tan vehementemente, tan vigorosamente y tan
ruidosamente como sea posible y tan a menudo como sea necesario, hasta que la gente
despierte y se ponga de pie para rechazar completa y absolutamente tales ideas
apóstatas. Nosotros debemos protegernos de personas que propongan tal apostasía entre
nosotros.
Es cierto, nosotros debemos amar al pecador, rezando por su conversión. Pero
también es cierto que debemos odiar el pecado, odiar verdaderamente el pecado como
dice la Escritura, “Amas la justicia y aborreces la iniquidad; por eso Yavé, tu Dios, te ha
ungido con el óleo de la alegría más que a tus compañeros”. (Ps. 44:8)
Ese pasaje de la Sagrada Escritura, se aplica ante todo al mismo Jesucristo, pero
debemos aplicarlo a todos los seguidores de Cristo.
Nosotros debemos amar la justicia, la justicia de Dios. Y debemos odiar lo que
Dios encuentra aborrecible, lo que Dios nos dice que es malo.
Quiera Dios tener misericordia de las almas de los ciegos, y de los guías de ciegos.
Debemos rezar, sacrificarnos, obrar y actuar más que nunca antes, antes que ellos lleven
a nuestros propios seres queridos, a nuestros prójimos, y a millones más de almas dentro
del pozo del infierno por toda la eternidad.
http://www.fatima.org/span/crusader/cr75/cr75pg34.pdf
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