HOMILÍA DEL OBISPO Las lecturas de hoy muy claramente retratan las provisiones amorosas de Dios para su pueblo y lo que nos pide, como su pueblo. Proporciona agua para Moisés y su pueblo errante en el desierto. Como lo hace siempre, Dios provee para su pueblo, contra todo pronóstico, porque con Dios todo es posible: Incluso agua de una roca-- una roca en un desierto. "Dios demuestra su amor por nosotros." Nos lo recuerda hoy la Carta de San Pablo a los Romanos. ¡Hay innumerables maneras en las que Dios continúa demostrando su amor por mí y a menudo es a través de usted! Una manera evidente es por medio de la fe, la esperanza y el amor del pueblo de Dios, aquí, en la Diócesis de Madison. La fe y apertura de ustedes al amor de Dios, pueden verse en el culto y el intercambio de Su amor con otros. Como este es el fin de semana de la Solicitud Católica Anual, quiero primero agradecer a todos ustedes que abrieron su corazón el año pasado a la Solicitud Católica Anual. Su respuesta fue definitivamente prueba del amor de Dios. Es verdaderamente notable que, como cristianos, nuestro regreso del amor de Dios es en sí una prueba de Su amor. Es más, es contagioso y corazones son, de hecho, cambiados por Su amor. Cada uno de nosotros puede hacer una larga lista de todas las diversas formas que Dios demuestra su amor por nosotros. Y es necesario preguntarnos periódicamente cómo estamos amando a cambio. La presencia y participación de ustedes hoy en la Eucaristía es muy importante y concreta. También demuestran su amor a Dios al escuchar sinceramente Su Palabra y siendo receptivos a ella. El salmo responsorial de hoy: "Si hoy escuchan Su voz, No endurezcan vuestros corazones," Enfatiza la importancia de un corazón receptivo, un corazón dócil. Jesús Cristo llama constantemente nuestros corazones a la conversión, y, por lo tanto, este año, hemos elegido para nuestra Solicitud Católica Anual 2011 el tema "Crear en mí un corazón nuevo". El uso figurativo del corazón es usado a lo largo de la Sagrada Escritura. En el antiguo Testamento el corazón está asociado con las emociones y el intelecto. El corazón sirvió como la sede de la inteligencia y el conocimiento, la fuente de sabiduría y discernimiento; la fuente de los deseos y los hechos. En el nuevo testamento, el conocimiento de Cristo ilumina el corazón. La inspiración divina transforma a los cristianos, desde el fondo de sus corazones. Las escrituras proclaman que Dios vierte su amor en el corazón humano y envía el Espíritu Santo al corazón, quien al cambiarlo, lo hace como el Suyo. Y Jesús nos llama constantemente a una conversión del corazón. ¿Cómo podemos convertir nuestros corazones y hacerlos nuevos? Nuestra fe informa nuestras mentes, y nuestra razón se convierte en una con nuestros corazones. Al conocer a Cristo-- Su corazón y Su amor-- podemos saber cómo podemos ser más humanos, más de lo que fuimos creados para ser. En pocas palabras, Dios nos creó para amar. A través de la Iglesia y sus sacramentos podemos sentir el amor de Dios y su efusión de gracia y misericordia. Y podemos emular la misericordia de Dios y ofrenda de sacrificio, a través de actos de caridad. Tales actos desinteresados requieren una conversión del corazón; y como cristianos, constantemente necesitamos que nuestros corazones sean renovados. Nuestro amor nunca es perfecto como el de Cristo. Pero nos invita todos los días a conocerlo y amarlo nuevamente, Él puede volver a crear nuestros corazones si sinceramente le pedimos que nos haga más como Cristo. En última instancia, la conversión del corazón exige que muramos a nosotros mismos y permitamos a Dios que cambie nuestros corazones. Sólo entonces podemos ser el vecino que estamos llamados a ser y darnos desinteresadamente, así como Cristo sigue haciéndolo por cada uno de nosotros. Les desafío hoy, a que sinceramente le pidan a Dios que cambie vuestros corazones, y los hagan más como el de Él. Y por lo tanto, si están abiertos a este cambio, por favor consideren cómo pueden contribuir a Su misión, a través de su compromiso con la Solicitud católica Anual que suscribe los ministerios y servicios que benefician a cada parroquia y a cada persona en la Diócesis de Madison. Sé muy bien que el sacrificio de ofrenda afecta presupuestos domésticos, por lo que les ruego que tomen ventaja de nuestra opción para pagar su compromiso con la SCA en cinco cuotas mensuales, lo que les permite que presupuesten su ofrenda con el tiempo. Contra todo pronóstico, Dios proporciona para nosotros: Agua de una roca en el desierto, pero en muchas otras, tangibles e intangibles formas cotidianas. Gracias por tener un corazón abierto hoy, considere sinceramente hacer una donación a nuestra Solicitud Católica Anual. Ahora, por favor, ponga atención a su pastor, quien les guiará en el proceso de compromiso de su ofrenda. ¡Que Dios bendiga a cada uno de ustedes!