21 de agosto Viernes SAN PÍO X, Papa Se impuso, siendo Papa, por su sencillez y su vigor. Con mano firme gobernó la Iglesia en una época en que ésta debía hacer frente a un laicismo virulento y a posiciones extremadamente radicales sobre conocimientos teológicos y bíblicos. El Papa invitó a los cristianos a participar activamente en la liturgia y los atrajo a las fuentes de la vida (1835-1914). PRIMERA LECTURA Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Del libro de Rut: 1,1. 3-8.14-16.22 En tiempo de los jueces, hubo hambre en el país de Judá y un hombre de Belén, llamado Elimélek, se fue a residir con Noemí, su esposa, y sus dos hijos a la región de Moab. Murió Elimélek, y Noemí se quedó sola con sus dos hijos. Éstos se casaron con dos mujeres moabitas: una se llamaba Orpá y la otra, Rut. Vivieron ahí unos diez años y murieron también los hijos de Noemí, Malón y Kilión, y ella se quedó sin hijos y sin esposo. Entonces decidió abandonar los campos de Moab y regresar al país de Judá con sus dos nueras, porque oyó decir que el Señor había favorecido al pueblo y le daba buenas cosechas. Se pusieron, pues, en camino, para volver a la tierra de Judá. Entonces Noemí dijo a sus dos nueras: "Vuélvase cada una a casa de su madre. Que el Señor tenga piedad de ustedes, como ustedes la han tenido con mis hijos y conmigo". Ellas rompieron a llorar y Orpá besó a su suegra, Noemí, y se volvió a su pueblo; pero Rut se quedó con su suegra. Entonces Noemí le dijo a Rut: "Tu concuña se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú también con ella". Pero Rut respondió: "No insistas en que te abandone y me vaya, porque a donde tú vayas, iré yo; donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios". Así fue como Noemí, con su nuera Rut, la moabita, regresó de los campos de Moab y llegó con ella a Belén, al comienzo de la cosecha de la cebada. Palabra de Dios. SALMO RESPONSORIAL R/. Alabaré al Señor toda mi vida. Del salmo 145 Dichoso aquel que es auxiliado por el Dios de Jacob y pone su esperanza en el Señor, su Dios, que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto el mar encierra. R/. El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R/. Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R/. A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente, reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos. R/. ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 24, 4. 5 R/. Aleluya, aleluya. Descúbrenos, Señor, tus caminos y guíanos con la verdad de tu doctrina. R/. EVANGELIO Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo. + Del santo Evangelio según san Mateo: 22, 34-40 En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había dejado callados a los saduceos, se acercaron a él. Uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?". Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas". Palabra del Señor.