Por aquel entonces Narrador.- Por aquél entonces, Augusto, el emperador de Roma, decretó que se debía de hacer un censo para saber cuántos habitantes tenía su imperio. Soldado romano.- Todos los habitantes del imperio deben ir a la ciudad de origen de su familia para incribirse en el censo. Narrador.- José y su esposa María emprendieron un largo viaje para ir desde Nazaret hasta la ciudad de Belén, de donde era la familia de José. (Se abre el telón y aparecen José caminando tirando del borriquillo donde va montada María). José.- María, ¿vas muy cansada? María.- Si, un poco. Tenemos un largo viaje hasta Belén. José.- Se está haciendo de noche y deberíamos buscar un lugar donde poder dormir. María.- Cerca tenemos una posada, preguntemos si hay sitio para pasar la noche. (María se queda junto al borriquillo y José llama a la puerta de la posada.) Posadero.- Buenas noches. José.- Buenas noches. Quisiera saber si teneis sitio para nosotros para pasar la noche, pues venimos de viaje y estamos muy cansados. Posadero.- Lo siento, pero no me queda ni una cama. Con motivo del censo la ciudad está llena de viajeros que buscan donde poder dormir. José.- Pero mi esposa está muy cansada: espera un hijo y se acerca la hora... Posadero.- Lo siento, tengo la posada llena, pero si queréis podéis dormir en el establo. Es todo lo que os puedo ofrecer... José.- ¡Gracias, bueno hombre! ¡María, ya tenemos donde dormir! (Se dirigen al establo). Posadero.- No es mucho, pero el buey os dará calor. (El posadero se va y la burra se tumba junto al buey). José.- Acuéstate, María. ¿Tienes frío? María.- Un poco, José. José.- Espera, te taparé con la manta. (Se apaga la luz, se empieza a oír un canon. Con una vela lee el Narrador.) Narrador.- Mientras estaban en el establo, le llegó a María el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo acostó en el pesebre del buey. (Se escucha un aleluya fuerte... Se da la luz y aparece el portal, con un ángel encima y llevando una estrella.) José.- ¡Qué bonito es nuestro hijo! ¿No es cierto, María? María.- Si, José. Ayúdame a taparlo, que tendrá frío. (Entran los pastores) Narrador.- Cerca del establo había unos pastores que pasaban la noche a la intemperie, cuidando de sus rebaños. Según contaban, aquella noche se les presentó un ángel y pasaron mucho miedo... (Del lateral del escenario sale un ángel y les habla a los pastores.) Ángel.- Tranquilizaos, no tengáis miedo, que os traigo una buena nueva, que lo será para todo el mundo: hoy, en Belén, os ha nacido un salvador, que es el Mesías, el Señor. Lo reconoceréis envuelto en pañales y acostado en un pesebre. (De cada lateral salen dos ángeles.) Ángeles.- Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra, paz a los hombres que ama el Señor. (Se van los ángeles y se colocan al fondo del escenario.) Pastor.- ¡Vamos todos a Belén ! Coro de pastores.- Si, vamos sin tardar. Pastora.- ¡Esperad!, que yo quiero llevarle un regalo a ese niño. Coro de pastores.- Sí, llevémosle nuestros mejores presentes. (Los pastores se acercan al portal y ponen los regalos en el suelo, debajo del pesebre.) (La estrella se desliza sobre el portal y se para justo encima.) Narrador.- Unos sabios de Oriente, llegan a Belén siguiendo una estrella que les guía. (Aparecen Melchor, Gaspar y Baltasar.) Melchor.- Mirad, se ha parado la estrella sobre aquel portal Gaspar.- ¡Vamos a acercarnos! Baltasar.- ¡Sí, vamos! (Al llegar al portal, se ponen de rodillas frente al niño.) Melchor.- Yo te ofrezco oro. Gaspar.- Yo te traigo incienso. Baltasar.- Y yo te traigo mirra. María y José.- Muchas gracias a todos por vuestros presentes. (Los reyes magos se quedan a un lado del portal.) (Los pastores le cantan un villancico y al finalizar, la escena se queda inmóvil. Se escucha de fondo "Adeste Fideles" y despacio, se cierra el telón. Nadie se mueve en el escenario hasta que el telón está cerrado del todo.)