Conjugación perifrástica Perífrasis verbal es toda construcción constituida por un verbo auxiliar en forma personal, que porta los accidentes verbales, y por un verbo predicado en forma nominal, que lleva el significado de la acción verbal. Según esto, todos los tiempos compuestos del verbo pueden considerarse forma perifrástica. En el sistema verbal latino, además de las conjugaciones activa y pasiva, existe la denominada propiamente conjugación perifrástica, compuesta de los participios de futuro activos o pasivos, para expresar la noción general de posterioridad en la acción verbal. Las formas nominales del verbo predicado que se emplean en esta conjugación son el participio de futuro activo, que se crea a partir del SUPINO más el sufijo -ūrus, y el participio de futuro pasivo, también llamado GERUNDIVO, formado con el tema de presente más -ndus. Para ambos valores activo (tema de supino-VRVS) o pasivo (tema de presente-NDVS) se emplea el mismo verbo auxiliar, SVM, que señala las categorías gramaticales de tiempo, modo, persona y número, sin noción alguna de pasividad, tal como en los tiempos de perfectum de los verbos deponentes. Por tanto, el significado activo o pasivo de las formas verbales radica en el verbo predicado, no en el auxiliar. Conviene recordar que en la conjugación pasiva y verbos deponentes, la forma del verbo SVM señala, en época clásica, el correspondiente de los tiempos del perfectum (acción terminada); así, amatus sum fui, he sido amado, o con verbo deponente, secutus sum seguí, he seguido. Pero en la conjugación perifrástica, el auxiliar SVM establece la acción en la misma noción temporal que representa. Tomando como ejemplo el vb. transitivo duco duxi ductum conducir, se forma la conjugación perifrástica completa, en cuyos tiempos verbales los participios de futuro, que constituyen el verbo predicado, conciertan con su sujeto: ducturi sumus tenemos que dirigir, ducendae eratis debíais ser dirigidas, ducturus sit él deba dirigir, ducenda erunt deberán ser dirigidas (las cosas, n.pl.), etc. Estos modelos de conjugación perifrástica son iguales para todos los verbos, incluidos los deponentes, que como es sabido carecen de desinencias personales activas; así, para el verbo sequor existirá un presente perifrástico activo (secuturus sum debo seguir) y otro pasivo (sequendus sim deba ser seguido). La diferencia de la perifrástica activa de futuro con las formas propias de dicho tiempo estriba en la connotación de ciertos matices contextuales de inminencia (estar a punto de), intención (ir a), obligación (tener que) o destino (estar destinado a). Por el contrario, la formación pasiva posee un marcado valor de obligación y, en menor medida, de posibilidad. Siendo ésta una expresión con sentido pasivo, puede llevar un complemento agente (CA), que en esta construcción va en DATIVO (cf. Sintaxis de los casos), en la idea de que para dicho complemento en dativo existe la obligación que se expresa. El uso de la perifrástica pasiva es muy frecuente, tanto en construcciones con sujeto y dativo agente, como en el giro impersonal de 3ª sg., sin agente, para señalar obligación general: neque enim est hoc dissimulandum quod obscurari non potest Cic. Arch. 26 en efecto, no hay que disimular lo que no puede ocultarse. En una misma frase pueden concurrir varias de estas formas nominales en -nd-, determinándose por lo dicho anteriormente si es el participio de futuro pasivo de la perifrástica o gerundio o un participio concertado con valor final: illi melius aliquanto dicerent, si aliud sumendum sibi tempus ad cogitandum, aliud ad dicendum putarent Cic. de orat. 2.104 Hablarían mejor aquellos alguna vez si consideraran que debían tomarse un tiempo para pensar y otro, para hablar. jsolis@us.es 1