g. Chaucer /// La Casa de la Fama (The House of Fame) LIBRO I ¡Que Dios nos permita beneficiarnos de cada sueño! Pues es maravilloso, por la cruz, a mi entender, lo que causa el soñar, ya sea de mañana o en las noches. Y por qué el efecto de algunos se produce 5 y de otros no se da nunca. Por qué ése es una visión y aquél, una revelación. Por qué éste es un sueño, por qué aquél, un engaño, y ni siquiera igual para todos los hombres. 10 Por qué éste es un fantasma y aquéllos, oráculos, no lo sé; pero aquél que de estos milagros las causas conoce mejor que yo, que lo adivine, pues yo ciertamente no lo sé, ni nunca creo 15 podré esforzar tanto mi entendimiento para llegar a conocer la significación de los géneros, ni la distancia en el tiempo [para que ocurra], ni las causas por las cuales éste más que aquél se produce. 20 Como si el humor (*) de las personas las hiciera soñar con reflejos [de ellos mismos]. O si no así, como otros dicen, debido a la gran debilidad del cerebro, por causa de la abstinencia, o la enfermedad, la prisión, el burdel (1), o la gran zozobra. 25 O también, por la alteración de las costumbres naturales, como un hombre demasiado enfrascado en el estudio, o melancólico, 30 o tan íntimamente lleno de temor que nadie pueda mandarlo a la cama. O también, que la devoción, de algunos, y la contemplación, a menudo son causa de tales sueños. 35 O que la cruel vida dura que llevan aquellos amantes que esperan o temen tanto que simplemente sus impresiones les causan esas visiones. 40 O si no habrá tal vez espíritus con poder para hacer que la gente sueñe de noche, o si el alma, por propia naturaleza, será tan perfecta, como creen los hombres, que sabe de antemano lo que habrá de suceder, 45 y por ello avisa a todos de cada una de sus venturas mediante visiones o figuras, aunque nuestra carne no tenga poder para comprender correctamente, 50 pues el aviso es demasiado oscuro. Pero cuál sea la causa no lo sé. Que el bien caiga sobre los grandes estudiosos que estos y otros asuntos tratan. (2) Pues yo no tengo ninguna opinión que pueda mencionar ahora, salvo que la santa cruz 55 haga que nuestros sueños sean todos para bien. Pues nunca, desde que nací, ni ningún otro antes de mí, 60 encontró, lo creo firmemente, un sueño tan maravilloso como el que soñé el décimo día de diciembre. El cual, tal como ahora lo recuerdo, os lo contaré a vosotros. 65 LA INVOCACION Pero en mi comienzo, tened la certeza, haré una invocación, con especial devoción, al dios del sueño, (3) que habita una cueva de piedra, 70 junto a un arroyo que proviene del Leteo, que es un río del áspero lugar de los muertos. Junto a campesinos llamados Cimerios, duerme este dios infeliz con sus adormilados mil hijos 75 que siempre están dispuestos a dormiry a este dios, del que he leído, le ruego que me guíe con éxito para contar mi sueño correctamente, si todos los sueños están bajo su dominio. 80 Y aquél, que es motor de todo lo que es, fue y siempre será, que otorgue dicha al que oye, de todo lo que sueñe en un año, y que estemos todos en la gracia de sus amores, o en el lugar 85 que prefiera estar, y que lo resguarde de la pobreza y el daño, de la infelicidad y de toda enfermedad, y les envíe todo lo que deseen, 90 para que lo [el cuento] tomen a bien y no lo desprecien, ni lo juzguen mal en el pensamiento a través de maliciosa intención. Y aquél que por atrevimiento, odio o desprecio, o por la envidia, 95 el rencor, la charla o la villanía, lo interprete mal, le ruego al dios Jesús que (ya sea que sueñe descalzo o sueñe calzado), que todas las desgracias que hombre alguno haya tenido, desde el comienzo del mundo, 100 caigan sobre él o muera, y le otorgue lo que se merece con una conclusión como la que de su visión tuvo creo, el rey de Lidia, 105 quien murió en lo alto de una horca! Esta es la plegaria que tendrá de mí. No soy apuesta segura en caridad! Ahora escuchad, como os he dicho, lo que me ocurrió, o yo os reconvendré. 110 NOTAS * Se refiere a los cuatro humores principales: el sanguíneo, el flemático, el melancólico y el colérico. Se suponía que cada humor generaba distintos tipos de sueños. Cf.The Nun's Priest's Tale en donde se dice que el colérico sueña con flechas, fuego, feroces bestias carnívoras, luchas y perros. Por su parte, el melancólico lo hace con toros, osos y negros demonios. 1. stewe. Literalmente, guiso. En el siglo XIV, también burdel, acepción que derivaba de otra, baños. 2. Entre otros, se puede mencionar a Macrobius (comentarios al Somnium Scipionis, lib. i, c.3) y a Jean de Meun. Vincent de Beauvais (Speculum Naturale, lib. xxvi), Gregorio (Moralia, lib. viii), Johannes de Rupella, Priscianus, Augustinus (Libro de diuinatione dæmonum), Hieronimus (Super Matheum, lib. ii), Tomás de Aquino, Albertus, etc. 3. i.e. Morfeo. La referencia a los Cimerios está tomada de Ovidio, Met. xi, 592-612. Traducción y notas: LAURA CERRATO Skeat, W. (ed.). THE WORK OF GEOFFREY CHAUCER. Oxford: Clarendon Press, 1950.