EL ESCRIBA SENTADO La obra Esta escultura, conocida como el Escriba sentado, es el retrato de un noble llamado Kai y se encontró en su tumba, en la zona de Sakkarah. Fue tallada durante el Imperio Antiguo, en el III milenio a.C. Análisis formal La escultura está realizada en madera y representa a un importante funcionario egipcio. Es un retrato muy realista y la fisonomía aparece claramente individualizada. Los ojos están hechos con cristal de roca y caliza en una cápsula de cobre, técnica con la que se consigue una mirada muy real y viva. El personaje aparece sentado, con expresión atenta y preparado para escribir. Es una postura tranquila y sin tensión muscular, de un modelado suave que alcanza un realismo sobrio. Tiene el hieratismo característico de la mayor parte de los retratos egipcios y, como es habitual, mantiene también la frontalidad. Significado de la obra Como la mayoría de las esculturas egipcias de bulto redondo, éste es un retrato funerario. El rito mortuorio egipcio exigía realizar un retrato fiel del difunto y colocarlo en la tumba para que el ka (o alma) del muerto lo reconociera y se alojara en él. Es, por tanto, una obra religiosa, pensada para ser eterna, pero que transmite una sensación de realidad y cercanía, propia de la escultura privada de este período.