Teoría Celular Referentes Históricos de Citología

Anuncio
Teoría Celular
No se sabe cuando el ser humano descubrió por primera vez la notable
propiedad de una superficie curva de vidrio para inclinar la luz y formar
imágenes. Los anteojos se fabricaron por primera vez en Europa en el siglo
XIII y el primer microscopio compuesto fue construido a finales XVI. A
mediados del siglo XVII un sinnúmero de científicos pioneros había utilizado
sus microscopios caseros para descubrir un mundo que nunca se había
revelado al ojo desnudo. El descubrimiento de las células generalmente se
acredita a Robert Hooke, microscopista inglés quien a los 27 años de edad
fue premiado con el puesto de Guardian de la Royal Society, la academia
científica más antigua de inglaterra. Hooke, en sus propias palabras dijo: "
tomé un buen pedazo de corcho limpio y con un cuchillo tan bien afilado
como una navaja de rasurar lo corté en pedazos y luego lo examiné con el
microscopio. Me pareció percibir que tenía una apariencia porosa… muy
parecida a un panal de abejas". Hooke llamó a los poros celdillas debido a
que le recordaban las celdas habitadas por los monjes que vivían en un
monasterio. En realidad Hooke había observado las paredes vacías de un
tejido vegetal muerto, paredes que originalmente fueron producidas por las
células vivas que las rodeaban. Entre tanto Anton Van Leeuwenhoek, un
holandés que se ganaba la vida vendiendo telas y botones, ocupaba sus
ratos de ocio tallando lentes y construyendo microscopios de notable calidad.
Durante 50 años, Leeuwenhoek envió cartas a la Royal Society de Londres
describiendo sus observaciones microscópicas, junto con un vago discurso
acerca de sus hábitos cotidianos y su estado de salud. Leeuwenhoek fue el
primero en examinar una gota de agua del estanque y observar la abundante
cantidad de "animalillos" microscópicos que iban y venían ante sus ojos.
También fue el primero en describir las primeras formas de las bacterias que
obtuvo del agua en la cual había remojado pimienta y también material
raspado de sus propios dientes. Sus primeras cartas a la Royal Society
describiendo este mundo jamás visto antes, despertaron tal exceptisismo que
la Sociedad despachó a su Guardián, Robert Hooke, para confirmar las
observaciones. Hooke hizo el viaje y pronto Leeuwenhoek fue una celebridad
mundial, y recibió la visita en Holanda de Pedro el Grande de Rusia y de la
Reina de Inglaterra.
Referentes Históricos de Citología
No fue sino hasta el decenio de 1830 que se comprobó la gran importancia
de las células. En 1838, Matthias Scleiden, abogado alemán convertido en
botánico, concluyó que a pesar de diferencias en la estructura de varios tipos,
las plantas estaban constituidas de células y que el embrión de la planta tuvo
su origen en una sola célula. En 1839, Theodor Schwann, zoólogo alemán y
colega de Schleiden, publicó un trabajo muy completo acerca de las bases
celulares de la vida animal. Schwann concluyó que las células de las plantas
y los animales eran estructuras semejantes y propuso el primero de los
dogmas de la teoría celular.
• Todos los organismos están compuestos de una o más células.
• La célula es la unidad estructural de la vida.
En 1855, Rudolf , Rudolf Virchow, patólogo alemán, propuso una
hipótesis convincente para el tercer dogma de la teoría celular:
• Las células sólo pueden originarse por división de una célula
preexistente.
Desde ese momento se ha dado muchos adeptos o definiciones a la célula;
teniéndose hoy día la definición de que la célula es una mínima unidad vida,
funcional, estructural y de origen de todo organismo viviente, es decir capaz
de actuar y funcionar de manera autónoma. Todos los organismos vivos
están formados por células, y en general se acepta que ningún organismo es
un ser vivo si no consta al menos de una célula. Algunos organismos
microscópicos, como bacterias y protozoos, son células únicas, mientras que
los animales y plantas están formados por varios millones de células
organizadas en tejidos y órganos. Aunque los virus y los extractos acelulares
realizan muchas de las funciones propias de la célula viva, carecen de vida
independiente, capacidad de crecimiento y reproducción, propias de las
células y, por tanto, no se consideran seres vivos. La biología estudia las
células en función de su constitución molecular y la forma en que cooperan
entre sí para constituir organismos muy complejos, como el ser humano. Para
poder comprender cómo funciona el cuerpo humano sano, cómo se
desarrolla y envejece y qué falla en caso de enfermedad, es imprescindible
conocer las células que lo constituyen.
Características Generales de la Célula
Hay células de formas y tamaños muy variados. Algunas de las células
bacterianas más pequeñas tienen forma cilíndrica de menos de una micra o
µm (1 µm es igual a una millonésima de metro) de longitud. En el extremo
opuesto se encuentran las células nerviosas, corpúsculos de forma compleja
con numerosas prolongaciones delgadas que pueden alcanzar varios metros
de longitud (las del cuello de la jirafa constituyen un ejemplo espectacular).
Casi todas las células vegetales tienen entre 20 y 30 µm de longitud, forma
poligonal y pared celular rígida. Las células de los tejidosanimales suelen ser
compactas, entre 10 y 20 µm de diámetro y con una membrana superficial
deformable y casi siempre muy plegada.
Pese a las muchas diferencias de aspecto y función, todas las células están
envueltas en una membrana llamada membrana plasmática que encierra una
sustancia rica en agua llamada citoplasma. En el interior de las células tienen
lugar numerosas reacciones químicas que les permiten crecer, producir
energía y eliminar residuos. El conjunto de estas reacciones se llama
metabolismo (término que proviene de una palabra griega que significa
cambio).
Todas las células contienen información hereditaria codificada en moléculas
de ácido desoxirribonucleico (ADN); esta información dirige la actividad de la
célula y asegura la reproducción y el paso de los caracteres a la
descendencia. Estas y otras numerosas similitudes (entre ellas muchas
moléculas idénticas o casi idénticas) demuestran que hay una relación
evolutiva entre las células actuales y las primeras que aparecieron sobre la
Tierra.
Composición química de la célula
En los organismos vivos no hay nada que contradiga las leyes de la química
y la física. La química de los seres vivos, objeto de estudio de la bioquímica,
está dominada por compuestos de carbono y se caracteriza por reacciones
acaecidas en solución acuosa y en un intervalo de temperaturas pequeño. La
química de los organismos vivientes es muy compleja, más que la de
cualquier otro sistema químico conocido. Está dominada y coordinada por
polímeros de gran tamaño, moléculas formadas por encadenamiento de
subunidades químicas; las propiedades únicas de estos compuestos
permiten a células y organismos crecer y reproducirse. Los tipos principales
de macromoléculas son las proteínas, formadas por cadenas lineales de
aminoácidos; los ácidos nucleicos, ADN y ARN, formados por bases
nucleotídicas, y los polisacáridos, formados por subunidades de azúcares.
Células eucariotas y procariotas
Hace unos 3700 millones de años aparecieron sobre la tierra los primeros
seres vivientes. Eran microorganismos pequeños, unicelulares, no muy
distintos de las bacterias actuales . a las células de ese tenor se les clasifica
entre las procariotas, un compartimiento especializado donde se guarda la
maquinaria genética. Llos procariotas alcanzaron pleno éxito en su desarrollo
y multiplicación. Gracias a su notable capacidad de evolución y adaptación
dieron origen a una notable diversidad de especies e invadieron cuantos
hábitats el planeta podía ofrecerles.
En nuestros días todos los organismos pluricelulares están constituidos por
células aucariotas es decir, células que poseen un núcleo verdadero rodeado
por una membrana; este tipo celular tiene una amplia complejidad funcional
mayor que las procariotas. Si no hubieran aparecido las células aucariotas,
no existiría ahora la variedad de vida animal y vegetal en nuestro planeta
Descargar