A) LA DECLARACIÓN DE MISIÓN DE JESÚS. Lucas 4:16-19. Jesús no se limitó a morir por la humanidad, sino que mostró con hechos el amor del Padre. Su misión incluía enseñar, sanar y ministrar en favor de los más necesitados. Deliberadamente, omitió la última frase de Isaías («el día de venganza del Dios nuestro»). Jesús no vino a tomar venganza de los romanos, como todos esperaban. Esta faceta de su misión quedaba reservada a su Segunda Venida. B) EL FUNDAMENTO DE LA MISIÓN. Lucas 10:25-37. En diversas ocasiones, Jesús declaro que el amor a Dios y el amor al prójimo es el fundamento de la Ley, la motivación que debe regir cada acto de nuestra vida (Mateo 22:36-40). Es nuestra obligación ser el prójimo de cualquiera que esté necesitado, mientras esté en nuestras manos el poder ayudarle o paliar de alguna manera su necesidad… aunque esto suponga un sacrificio o incomodidad para nosotros mismos. C) LA MISIÓN DE LA SAL. Mateo 5:13. La sal solo es efectiva si mantiene su identidad especial, su capacidad de dar sabor. Cuando el cristiano no se diferencia de su entorno (no ama a su prójimo) no es útil, no tiene nada bueno que aportar (Deuteronomio 12:30). Debemos mezclarnos con nuestra comunidad para mejorarla. Seremos agentes transformadores que producirán una diferencia positiva en sus vidas y, por extensión, llevarles a lo que realmente importa en la vida: la salvación en Jesús. D) LA MISIÓN DEL AGRICULTOR. Juan 4:35-38. 1. Preparación del terreno. Analizar la comunidad donde queremos introducir el Evangelio. Ver la forma como podemos quitar las «piedras» y los «espinos» que pueden obstruir la cosecha (Mateo 13:3-8). 2. Siembra de la semilla. Atender las necesidades de la comunidad y realizar seminarios, iniciar estudios bíblicos y organizar grupos pequeños. 3. Cuidado de los campos sembrados. Orar por el Espíritu Santo y perseverar en las actividades misioneras. 4. Siega del cultivo. Campañas de evangelismo u otras actividades enfocadas de manera que las personas tomen su decisión por Cristo. E) LA MISIÓN DE LA IGLESIA. Mateo 10:5-10. Podemos extendernos en nuestra comunidad siguiendo las enseñanzas de Jesús y el modo en que vivió. Una de las mejores maneras de plantar una iglesia es plantar primero un ministerio que atienda las necesidades de la comunidad; y luego, iniciar la iglesia en sí. Interésate por las necesidades de tu comunidad y desarrolla un proyecto para suplir esas necesidades.