DEDUCEN IMPUGNACIÓN- INTERPONEN RECURSO DE RECONSIDERACION Ref. Resolución CSU-757. Exp.77/91. Al CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO De la UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SUR SERGIO ADRIÁN ZANINELLI y JOSÉ DANTE PATRIGNANI, en el carácter de Secretario Adjunto y Secretario de Administración de la ASOCIACION DE DOCENTES DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SUR ( ADUNS), con domicilio real en calle Pasaje Tres Arroyos Nº 538 de Bahía Blanca, entidad Sindical de PRIMER grado (ley 23551), que goza de INSCRIPCIÓN GREMIAL otorgada por Resolución del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación Nº 153/02; en el expediente Nº 77/91, como mejor proceda en derecho al Consejo Universitario de la Universidad Nacional del Sur, se presentan y dicen: I.- CONSTITUYEN DOMICILIO LEGAL: Que a los efectos del presente dejamos por constituido domicilio legal el sito en calle Pasaje Tres Arroyos Nº 538 de esta ciudad de Bahía Blanca. II.- OBJETO: Que de conformidad a lo previsto por los artículos 14, 17, 24 y cctes. de la ley 19549, y artículos 84, 89 in fine, y cctes Decreto Reglamentario 1759/72, venimos en el carácter invocado, y legal tiempo y forma a deducir IMPUGNACIÓN contra la Resolución Nº 757, de fecha 25.10.05, la que fuera publicada en el Boletín Oficial correspondiente al mes de octubre, y dictada en el marco del Expediente Nº 77/91, por ese máximo Órgano de Gobierno de la U.N.S., mediante la INTERPOSICIÓN de formal RECURSO DE RECONSIDERACION, por ante ese mismo órgano. Ello, en tanto como Acto Administrativo de Alcance General, les ocasiona, a nuestros representados, un GRAVAMEN IRREPARABLE, en virtud de los derechos que con la misma se conculcan. III.- LEGITIMACION: Que la Asociación Gremial cuya representación legal ejercemos se encuentra legitimada para interponer el presente recurso, impugnando la Resolución CSU-757/05, atento lo dispuesto por el Art. 31 inc. “a” de la Ley Nº 23551, el que habilita la representación de los intereses individuales de los trabajadores, ya propios y personales en sentido estricto, como cuando éstos poseen una incidencia colectiva por su introducción en una pluralidad de personas identificadas por una característica especial. Que asimismo en el caso se ha dado cumplimiento a las previsiones reglamentarias impuestas por el art. 22 del Decreto Nº 467/88, las que se acreditan con las copias de los requerimientos/consentimientos individuales formulados por nuestros afiliados, que se adjuntan al presente, y cuyos originales se presentarán ante ese Consejo a simple requerimiento. III.- FUNDAMENTOS: III.-a.) Admisibilidad formal y competencia: Que la resolución impugnada administrativo del alcance general que, concreto y requisitos de exclusión a constituye un acto instaurando el procedimiento aplicarse cuando cada docente dependiente de la Universidad alcance la edad jubilatoria, procede a “DEROGAR” – sin más-, normas de jerarquía superior y provoca la “conculcación” de derechos subjetivos expresamente garantizados por la Constitución Nacional (art. 14 bis, 16, 17 y cctes) y los Tratados Internacionales incorporados al derecho interno por imperio del art. 75 inciso 22 de la Carta Magna. Así, nos encontramos frente a un “acto administrativo de alcance general”, en tanto legítima expresión de voluntad y ejercicio funcional de la administración, que posee un contenido potencial de innumerables actos de aplicación e iguales tantas veces sea posible; que ha sido dictado por Órgano competente -Consejo Superior Universitario, máximo órgano de Gobierno de la Universidad-- y reviste carácter definitivo, cuya impugnabilidad surge de la ley ritual ( ley 19549, art. 24 inc.a) de la “reconsideración”, (art. 84 y cctes Decreto 1759/72). por vía En tal sentido, se ha sostenido que: “… El acto administrativo en su calidad de acto productor de efectos jurídicos directos, puede ser impugnado mediante la interposición de recursos administrativos o acciones y recursos judiciales. El acto administrativo que se presume legítimo, exigible y hasta ejecutorio, es impugnable administrativa o jurisdiccionalmente por los administrados, en ejercicio del derecho de defensa que ampara la Constitución…” ( Dromi, Roberto: Derecho Administrativo”). “…Una razonable hermenéutica de los principios de la Ley N° 19.549 y su reglamento ha llevado a sostener que se estableció un sistema para la impugnación de actos administrativos de alcance particular (aun cuando se tratara de actos de ejecución o aplicación de actos generales), consistente en el otorgamiento de recursos administrativos que exigen su agotamiento para habilitar la ocurrencia ante el Poder Judicial; y se contempló un régimen diferente para la impugnación directa de los actos de alcance general, a través de un reclamo impropio y su denegatoria -ahora prevista como irrecurrible- que constituyen, por sí, el único recaudo para acceder a la instancia judicial…” (conf. Dict. 210:137, Expte. PTN N° 3303/00. Colegio Público de Abogados de la Capital Federal; 5 de abril de 2001). Que por otro lado, en punto al órgano competente, se sostiene:“ Debe ser competente para resolver la autoridad que dictó el acto del alcance general, pues al entender en el caso que éste es ilegítimo, debe dejarlo sin efecto, o sea derogarlo. (Hutchinson, Tomás, "Régimen de Procedimientos Administrativos" Ed. Astrea, pág. 335. (1995). III.-b.) De la Nulidad de la Resolución CSU-757, sus vicios y derechos conculcados. De la cuestión de fondo: Como se verá, la resolución dictada por el Consejo Superior Universitario de la U.N.S. Nº 757 resulta, claramente, un acto “NULO de NULIDAD ABSOLUTA”, atento los vicios graves que lo afectan. Ello por cuanto “…el acto viciado es el que aparece en el mundo jurídico por no haber cumplido los requisitos esenciales que atañen a su existencia, validez o eficacia…” (Dromi, Roberto en Derecho Administrativo). En tal sentido resulta indispensable en primer lugar caracterizar, desde el marco general, tanto las clases de vicios que afectan el acto como sus consecuencias directas, -en el presente caso su NULIDAD- que motiva esta presentación. Doctrinariamente sostiene el tratadista citado que: “...vicios del acto administrativo son las faltas o defectos con que éste aparece en el mundo del derecho y que, de acuerdo con el orden jurídico vigente, lesionan la perfección del acto, en su validez o en su eficacia, impidiendo su subsistencia o ejecución. La invalidez es la consecuencia jurídica del acto viciado, en razón de los principios de legalidad, justicia y eficacia administrativa….… “ “....la gravedad de la invalidez de un acto administrativo no debe medirse por la conducta del agente creador del vicio, sino por la lesión que produzca en los intereses de los afectados y en el orden público y jurídico estatal. Hay una relación de causa a efecto entre vicios y nulidades. Precisamente la nulidad es la consecuencia jurídica que se impone ante la transgresión al orden jurídico. Las nulidades actúan como antibióticos de la juridicidad, para el saneamiento del anti-derecho. Son un resultado obligado del antecedente: los vicios jurídicos….” (los subrayados nos pertenecen). Y siendo que la nulidad absoluta del acto administrativo comporta una relación entre diversos conceptos fácticos – hechos-, a los cuales el derecho les asigna una determinada consecuencia jurídica, no se puede más que concluir en la NULIDAD ABSOLUTA de la Resolución CSU757/05, en tanto con ella, literalmente, se “DEROGAN” normas de jerarquía superior: leyes 22140 y 25164 y decretos Nros: 8820, 1791/80, 1421/02 y cctes, y PROVOCA un cercenamiento palmario de derechos expresamente garantizados por la Constitución Nacional: artículos 14, 17, 75 inc. 22 (en cuanto impone la obligatoriedad de vigencia de los Tratados Internacionales) determinando una transgresión al orden jurídico de gran magnitud e intolerable: “ …Consideramos que el acto administrativo tiene un vicio grave cuando: …- Incumple deberes impuestos por normas constitucionales, legales, o sentencias judiciales. - Viola reglamentos dictados por autoridad superior. - No cumple con la finalidad debida o sea es irrazonable….” (Dromi, ob.cit., el subr.es nuestro). En efecto, la mentada Ley 22140 - Régimen Jurídico Básico de la Función Pública-, en su artículo 23 dispone: “El personal que fuere intimado a jubilarse y el que solicitare voluntariamente su jubilación o retiro, podrá continuar en la prestación de sus servicios hasta que se le acuerde el respectivo beneficio, por un lapso no mayor de seis (6) meses, a cuyo término el agente será dado de baja”. Su respectiva Reglamentación Decreto1797/80 determina: “ Artículo 23. El plazo comenzará a contarse: 1. mediando intimación, a partir de la notificación; 2. a solicitud del agente, desde el momento en que comunique al organismo la iniciación del trámite previsional, por medio fehaciente. No se dará carácter de comunicación al simple pedido de certificación de servicios. En ambos casos, este plazo quedará prorrogado hasta que sea efectivizado el beneficio cuando no se hubiera otorgado por causas no imputables al agente. Esta prórroga procederá en los casos en los cuales el agente hubiera comenzado el trámite previsional con anterioridad a la fecha de iniciación de dicho plazo o en un lapso no mayor de treinta (30) días contados a partir de la misma”. (último párrafo incorporado por Decreto N°307/88 B.O. 25/3/1988 )”. En igual sentido Ley 25.164 -Ley Marco de Regulación de Empleo Público Nacional-, Artículo 20: “El personal podrá ser intimado a iniciar los trámites jubilatorios cuando reúna requisitos exigidos para obtener la jubilación ordinaria, autorizándolos a que continúen en la prestación de sus servicios por el período de un año partir de la intimación respectiva”, aclarándose la disposición mediante la respectiva reglamentación: Decreto 1421/2002, que dice: “ARTICULO 20. Con posterioridad a la notificación de dicha intimación o a la presentación voluntaria de la solicitud de iniciación del trámite, el agente podrá optar por continuar prestando servicios durante UN (1) año, siempre que el beneficio previsional no hubiera sido otorgado con anterioridad. Dicho plazo deberá contarse, en el primer caso, a partir, de la pertinente notificación y en el segundo supuesto, desde la comunicación que el agente realice ante el organismo....”. También la propia la ley de Presupuesto, Nº 25237 (t.o, artículo 16), que pese a haber impuesto la obligatoriedad de intimar al personal del Sector Público Nacional que reviste en los Organismos incluidos en el artículo 8º de la Ley Nº 24.156 cuando éste reúna los requisitos máximos contemplados en el Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones para acceder al correspondiente beneficio jubilatorio, (de acuerdo con los plazos y procedimientos que establece el artículo 23 de la Ley Nº 22.140), su reglamentación y normas complementarias, refrendó que: “... A partir de la fecha en que se le acuerde el beneficio el agente será dado de baja…”. Finalmente llegamos a la norma que se ha venido aplicando en la Universidad Nacional del Sur, como “soporte” de una “renuncia condicionada”: el Decreto 8820/62, que dispone: “Mientras dure la tramitación de su jubilación, los docentes de todas las ramas de la enseñanza, podrán continuar desempeñando sus tareas, con percepción de los haberes correspondientes, cesando en sus funciones el último día del mes en el que la Caja Nacional de Previsión para el Personal del Estado comunica que ha sido acordado el beneficio” (Artículo 1º). Además, como si todo el andamiaje normativo que reglamenta sin condicionamientos la cuestión, resultare “escaso o desactualizado”, es imposible obviar lo dispuesto por la llamada Ley de Solidaridad Provisional, Nº 24.463. Dicha norma, modificando la ley 24241, reinstala la posibilidad “de reingresar a la actividad remunerada de los beneficios de prestaciones del Régimen Previsional Público, tanto en relación de dependencia como en carácter de autónomo, sin que se le suspenda ni disminuya el pago de prestación alguna”. Sólo establece la obligación del reingresado a la actividad de efectuar aportes, destinados al Fondo Nacional de Empleo. Contra todo ello se ha alzado – no sin irreverencia- el Consejo Superior Universitario de la U.N.S., dictando la resolución cuestionada. En ella se dice: “ Visto: la Resolución CU171/95, que reglamenta en el ámbito de esta Universidad el procedimiento para la renuncia por jubilación del personal docente, y Considerando: Que si bien los decretos 8820/62 y 1445/69 no han sido derogados, la práctica ha demostrado que han quedado desactualizados por aplicación de la nueva legislación provisional….Resuelve: Artículo 2º: La renuncia a la que se refiere la presente Resolución deberá presentarse con no menos de sesenta (60) días de anticipación a alguna de as fechas indicadas en el artículo primero, y el docente deberá optar por una de las alternativas siguientes: a) presentar la renuncia definitiva. b) Presentar la renuncia con opción a una designación interina sin percepción del suplemento por antigüedad y supeditada al cumplimiento de los plazos establecidos por el Decreto 1445/69. Artículo 3º: La posibilidad de la opción establecida en el inciso b) del artículo 2º de la presente, no operarán en los siguientes casos: a) personal que se encuentre gozando de otro haber jubilatorio o retiro de cualquier naturaleza. b) personal que continúe prestando servicios remunerados de cualquier naturaleza fuera del ámbito de esta Universidad. c) Personal que trabaje en el ámbito Provincial y que deba iniciar los trámites en aquella jurisdicción. Así, con esta norma se PRIVA a los docentes de esta Universidad, que atraviesan alguna de las circunstancias descriptas en el artículo 3º, de acceder a una designación interina con goce de haberes por todo el período de trámite del beneficio jubilatorio, hasta un máximo de dieciocho (18) meses, (y hasta uno mayor, por la vía de excepción que habilita el art. 5º de la resolución controvertida). Teniendo en cuenta entonces, que ni las LEYES NACIONALES, sus respectivas REGLAMENTACIONES, ni el DECRETO 8820/62, introducen distinción ni limitación alguna para quienes “gocen de otro haber jubilatorio o retiro, o quien continúe prestando servicios remunerados de cualquier naturaleza” (art. 3º. Res. CSU-757), la IMPOSICION que concreta la Resolución cuestionada, comporta la ABROGACIÓN de las normas jurídicas que regulan la cuestión, y la convierte en acto administrativo VICIADO de indiscutible ILEGALIDAD. Asimismo, la posición “contra legem” que adopta la Resolución 757/05, se ve patentizada en sus propios considerandos, donde, empece reconocer la PLENA VIGENCIA del Decreto Nacional 8820/62 ( ¡¡ que hasta el presente, la Universidad Nacional del Sur, aplicó sin observación alguna!!!), lo rotula como “DESACTUALIZADO”, modificando la letra y espíritu del Decreto 8820/62, e implantando nuevas condiciones fácticas que excluyen, a quien las posea, de verse favorecido con el beneficio que tal decreto legisla. Por ello es válido, también, afirmar que la Resolución CSU-757/05, en tanto acto administrativo generador de efectos jurídicos, resulta ARBITRARIA e IRRAZONABLE puesto que lesiona, en forma directa, derechos subjetivos amparados por las normas de máxima jerarquía (Constitución Nacional, arts. 14 bis, 16, 17 y Tratados Internacionales, en función del art. 75 inc. 22; ley 24.463) al haber desencadenado la discriminación entre docentes dependientes del Estado Nacional y el resto de los trabajadores del sector público (siendo que la Universidad Nacional del Sur se harta de aplicar la normativa de regulación del sector público a sus relaciones laborales con docentes) y, ocasionar un grave e injustificado daño patrimonial, representado por disminución de los ingresos mensuales habituales de quienes se verán impedidos de acogerse al mismo. III.-c.) La razonabilidad de las normas en general: pautas en materia de restricciones a los derechos: Nulidad de la Resolución CSU-757/05: Es imposible desconocer que el ejercicio de los derechos individuales no resulta completamente absoluto, sino que debe tolerar ciertas restricciones enmarcado en principios de convivencia, tolerancia y bien común, y hasta elevadas, en situaciones de excepción o emergencia. Pero también es sabido que los derechos subjetivos en cuestión, nunca pueden se atacados en su substancia o contenido mínimo y esencial, so pena de incurrir en arbitrariedad. De modo que la “restricción” debe ser proporcional al fin legítimo perseguido, por lo que toda norma o acto de gobierno deberá ser sometido a un examen de razonabilidad. Esto es, analizar si la decisión gubernamental adoptada frente a determinada coyuntura, resulta o no una medida “necesaria y proporcional”. Afirma Mónica Pinto en: "El principio pro homine, Criterios de hermenéutica y pautas para la regulación de los derechos humanos en La aplicación de los tratados internacionales sobre derechos humanos por los tribunales locales" (CELS-Editores del Puerto, Buenos Aires, 1997, pág. 166.) que: “………al efectuar un control sobre la compatibilidad de las normas en materia de restricciones y los tratados de derechos humanos, se debe atender además a la sustancia de la restricción. De acuerdo a la jurisprudencia del sistema interamericano de derechos humanos, estas restricciones deben ser “necesarias en una sociedad democrática”. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) resolvió que “necesario” no tiene la flexibilidad de otros términos como útil, razonable o deseable sino que implica la existencia de una “necesidad imperiosa..” “…. las restricciones que se impongan al ejercicio de los derechos humanos deben establecerse con arreglo a ciertos requisitos de forma –que atañen a los medios a través de los cuales se manifiestan—y a las condiciones de fondo –representadas por la legitimidad de los fines que, con tales restricciones pretenden alcanzarse…. lo que supone una norma de aplicación general que debe compadecerse con el respeto del principio de igualdad, no debe ser arbitraria, ni insensata ni discriminatoria” (Pinto, Mónica ob.cit.- los subrayados nos pertenecen). Tales parámetros han sido livianamente desechados en la Resolución CSU-757/05: 1) con la imposición de requisitos ajenos a los establecidos en las normas en vigencia, principalmente en el Decreto Nº 8820/62, provoca una prohibida “derogación” (atento el carácter de normas jerárquicamente superiores); 2) la “necesidad” de su dictado NO EXISTE, resultando exclusivamente funcional a los intereses económicos de la Universidad, y encuadrada sólo en criterios mercantilistas; 3) la “restricción” de derechos individuales que suscita no guarda proporción alguna con situaciones de “bien común”, y menos aún de “emergencia” que justifique la misma. Su dictado sólo puede interpretarse como “desprecio” por el derecho de sus trabajadores docentes a percibir idénticos salarios hasta el otorgamiento de su beneficio jubilatorio, sin tener que afrontar una merma (que aún temporal) resulta imposible de soportar en una economía en pleno proceso inflacionario. Es el mismo menosprecio con el cual justifica el pago de parte de los salarios en “negro”. . Manifiesta Roberto Dromi en la ob.cit., al referirse a la “La seguridad jurídica y el principio de legalidad”,: “… El Estado de Derecho se caracteriza por el sometimiento de los poderes constituidos al “bloque de legalidad” (leyes, reglamentos, principios generales, precedentes, tratados internacionales, Constitución Nacional, etc.). Este sometimiento no es un fin en sí mismo, sino una técnica para conseguir una determinada finalidad, que en nuestro sistema político-jurídico consiste en el reconocimiento de los derechos públicos subjetivos y el otorgamiento a los particulares de los medios necesarios para su defensa. Empero la experiencia nos demuestra que el habitante se encuentra abandonado a las constantes declaraciones de excepción dictadas por los soberanos de turno, basados en las doctrinas de Carl Schmitt. Este filósofo consideraba al gobernante o líder político como la expresión de una “voluntad política” que debía estar en condiciones de “tomar la decisión concreta fundamental sobre el modo y la forma de su propia existencia política”. Y, como tal, ese poder está “antes y por encima de cualquier procedimiento legislativo constitucional” y es “irreductible al plano de las normas…”. Es, quizás ésta, la única justificación que se debe buscar al prohibido (y vergonzoso) actuar de la Institución. III.-c.) Derechos conculcados: III.-c.1.) Derecho a trabajar: Puesto que con ella se compele a quienes posean otro beneficio o actividad extra-universitaria a renunciar en forma definitiva, privando al docente de su derecho a desarrollar sus tareas habituales y de avanzar en la carrera docente para alcanzar sus máximas posibilidades. III.-c.2.) Derecho a la estabilidad: De aquellos docentes que han accedido a un cargo por concurso, siendo que fue la propia Universidad quien lo convocó, estipuló las condiciones de acceso, habilitó al inscripto sin formular objeción alguna a la edad del concursante (próxima al máximo), y finalmente lo designó en el cargo por cuatro años. Si bien en este caso, la “intimación cursada al docente concursado, a iniciar su trámite de jubilación ordinaria por alcanzar la edad máxima” empece la vigencia de su designación, ya resultaba sumamente discutible, a la luz de la Resolución CSU 757/02, resulta intolerable. Hoy, no sólo se modifica el carácter de su vinculación (de titular-estable a interino por período limitado), sino que además se LE IMPONE el CESE DEFINITIVO. Así, la resolución recurrida conculca el derecho de tales docentes a la “estabilidad laboral que adquirieron al acceder a su cargo por el concurso”. III.III.-c.3.) Derecho a la igualdad: “… En el estado social de derecho, la tarea se encamina a la compensación de las desigualdades entre los hombres…” La resolución CSU-.757/05 viola el derecho consagrado en el artículo 16 de la Constitución Nacional que impone al Estado la tarea de promover las acciones para que los hombres puedan ser tan iguales como sea razonablemente factible (igualdad material). La acción positiva y prestacional a cargo del órgano Estatal que asegure tal derecho, ha sido quebrada: las situaciones excluyentes que la Resolución CSU-757 instaura CONSTITUYEN una DESIGUALDAD tan profunda (entre docentes y el resto del personal del sector público) que los DISCRIMINA. Al respecto, señala Roberto Dromi (ob. Cit.): “…. El modelo emergente de la reforma de 1994 es del estado social y democrático de derecho. Esto proyecta la igualdad ante la ley a una perspectiva social. Ya no basta la simple igualdad formal ante la ley, hay que sumarle la igualdad real de oportunidades con la respectiva obligación estatal –en un rol activo- de remover todos los obstáculos que impidan el desarrollo de las personas...” La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que debe ser utilizada como guía principalísima para la interpretación de la Convención Americana de Derechos Humanos, ha dicho que: “… el tratamiento del concepto de igualdad .. ha sido sustituido por el concepto moderno de la “igualdad jurídica”, entendido como una medida de justicia, que otorga un tratamiento razonablemente igual a todos los que se encuentren en igualdad de circunstancias, sin discriminaciones arbitrarias …………..y la no discriminación implica.. no ser objeto de distinciones, deberes, cargas o limitaciones injustas, irrazonables o arbitrarias..”. Refrendando estos conceptos, la Organización de los Estados Americanos, que en su Carta de Creación, capítulo VII, inc. a), determina que “ todos los seres humanos sin distinción de razas, nacionalidad, credo o condición social, tienen el derecho de alcanzar su bienestar material y su desarrollo espiritual, en condiciones de libertad, dignidad, igualdad de oportunidades y seguridad económica...” y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, art.11.-1): “Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de existencia. Los Estados Partes tomarán medidas apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo a este efecto la importancia esencial de la cooperación internacional fundada en el libre consentimiento”. III.-c.4.) Derecho de propiedad: Sostuvimos precedentemente que la Resolución CSU757/05 afectará (inminentemente) el derecho de propiedad de nuestros representados que, atravesando cualquier de las tres situaciones descriptas en el art. 3º de la Res.CSU-757, resulten intimados por la U.N.S. a acogerse a los beneficios de la jubilación ordinaria por haber alcanzado los requisitos de edad y años de servicios. El concepto genérico de propiedad alcanza a todas sus formas posibles, y ha sido acuñado Nación, quien señaló que: “…. por la Corte Suprema de Justicia de la el término propiedad utilizado por la Constitución comprende todos los intereses apreciables que el hombre puede poseer fuera de sí mismo, de su vida y de su libertad. Por ello, todos los bienes susceptibles de valor económico o apreciables en dinero alcanzan nivel de derechos patrimoniales rotulados unitariamente como derecho constitucional de propiedad”. Este derecho de propiedad queda garantizado con el carácter de “inviolable” que le acuerda el art. 17 de la Constitución Nacional, conjuntamente con todos los derechos individuales, de modo que ni el Estado ni los particulares pueden privar a una persona (física o jurídica) de los mismos en forma arbitraria, así como tampoco se los puede restringir, más allá de lo razonable. Pues si bien la Universidad goza de autonomía para el dictado de las normas que rigen todas sus relaciones, las cuales pueden sufrir alguna adecuación o modificación como cualquier ordenamiento positivo, el acomodamiento en modo alguno puede atacar la sustancia de las relaciones establecidas al amparo de una legislación de JERARQUÍA SUPERIOR Y PLENAMENTE VIGENTE. En este caso, esta alteración del derecho de propiedad es generada ante la aplicación de la Resolución CSU-757/05, para: 1) aquellos docentes que perciban otro beneficio o servicio remunerado ajeno a la Universidad (art. 3º), a quienes priva del salario que ha venido percibiendo por su trabajo por todo el período que insuma el trámite de otorgamiento de su jubilación; y 2) a quienes pudiesen acceder al trámite de renuncia en el marco del Decreto 8820, igualmente ven afectado su salario, ante la privación de los montos liquidados en concepto “antigüedad”, rubro que se declara como “incompatible” (arts. 8º y 9º Res. CSU-757). De modo que la afectación del derecho de propiedad que la Resolución recurrida provoca a nuestros representados, deviene ARBITRARIA, ante el despojo del mayor ingreso al que pueden aspirar, traducido en grave perjuicio económico; e IRRAZONABLE, en tanto no existe “incompatibilidad” alguna entre beneficios adquiridos o compensaciones por otras labores, y la permanencia en el cargo con percepción de salario hasta el otorgamiento efectivo del beneficio jubilatorio ordinario. Así, por todo lo expuesto, la Resolución CSU-351 deberá ser REVOCADA por contrario imperio por ese Consejo, impidiéndose con ello concretar los perjuicios denunciados. Que la proximidad de una de las fechas fijadas en el art. 1º de la Resolución CSU-757/05 (28.06.06), en la que adquirirá operatividad, concretando en forma cierta la afectación de los derechos subjetivos de nuestros representados, nos llevan a requerir a este Consejo Superior Universitario se DISPONGA la SUSPENSIÓN de la resolución cuestionada, hasta tanto se resuelva el recurso impetrado, con lo que, eventualmente el acto resultará “definitivo” y habilitante de la vía jurisdiccional. IV.- Derecho: Fundo el presente recurso en las disposiciones de los arts. 14, 14 bis, 16, 17, 75 inc. 22 y cctes. de la Constitución Nacional, Tratados Internacionales; Ley Nº 23551, art. 31 inc. “a”; Decreto Nº 467/88, art. 22; Ley 19549 (Procedimiento Administrativo) arts. 14, 17, 24 y cctes.; Decreto Reglamentario 1759/72, artículos 84, 89 in fine, y cctes.; Ley 22140, arts. 23 y cctes.; Decreto 1797/80, art. 23 y cctes.; Ley 25.164; Decreto 1421/2002, arts. 20 y cctes.; Ley 24463; Ley 25.237, arts. 16 y cctes.; doctrina y jurisprudencia aplicables al caso. V.- DOCUMENTACIÓN ACOMPAÑADA: Se agregan a la presente notas de docentes afiliados a la ADUNS, solicitando se asuma la defensa de sus intereses y derechos individuales. VI-PETITORIO: Por todo lo expuesto al Consejo Superior Universitario, solicitamos: Primero: Se nos tenga por presentados en el carácter invocado, y con la legitimación activa acreditada conforme lo dispone la ley 23551, art. 31 inc. a) y Decreto 467/88 art. 22, y r constituido el domicilio legal Segundo: Se tenga por deducida impugnación contra el Acto Administrativo de Alcance General que constituye la Resolución CSU757/05 e interpuesto en tiempo y forma propios el recurso de disponiéndose la RECONSIDERACION contra la misma. Tercero: Se dicte resolución suspensión de la resolución cuestionada hasta tanto el Consejo se expida definitivamente, sobre el presente recurso. Cuarto: Se REVOQUE por contrario imperio la resolución recurrida en todas sus partes de conformidad a los fundamentos expuestos. Proveyendo de conformidad SERA JUSTICIA