La Gracia de Dios Toda bendición que tenemos es gracia que proviene de Dios. Nuestra familia, nuestra salud, nuestra fortaleza y fe son regalos del Creador. Es a través de su gracia que participamos en la vida trinitariana, ya que su presencia está en el alma. Es gracia divina que nos une por la fe y el bautismo a la vida, muerte y resurrección de Cristo. La gracia divina que recibimos en el bautismo, nos convierte en hijos de Dios. Somos una nueva creación. Dios nos concede su gracia en dos formas especiales; la gracia divina y la gracia actual. La gracia divina es un don que nos santifica. Esta gracia divina es concedida sin mérito. No hay nada que tenemos que hacer para ganarla, es gratuita. De ahí, precisamente nombre, gratia. ¡La gracia es gratis! Este don se nos da como gran señal del amor que Dios nos tiene. También es una invitación a la cual respondemos con fe. Como hijos de Dios y por la gracia del Espíritu Santo nuestra vida espiritual crece y madura. Es por la fe, que podemos creer en Dios y amarlo. Es decir nos capacita con las virtudes teologales de la fe, esperanza y caridad. Nos ayuda ser dóciles a la inspiración del Espíritu Santo. La gracia encuentra caminos y rincones abiertos en el corazón, dándonos la posibilidad de vivir y actuar de una manera recta. La gracia es la vida y amor de Dios en nosotros, claro es un don para compartir. María, Madre de Dios es llena de gracia por ser libre del pecado pero también porque cooperó con el plan de Dios. Cuando confiamos y cooperamos con el plan de Dios. Cada vez que actuamos con benevolencia estamos actuando con gracia. La otra forma en que nos concede su gracia es con la gracia actual. Se puede entender la gracia actual como una ayuda temporal de Dios. Nos ayuda actuar de forma correcta en una determinada situación; es decir que va y viene. ¿Quién no ha tenido una situación de vida difícil o trágica? ¿Quién nos da la fortaleza y el entendimiento para actuar con calma? ¿Quién no ha tenido momento de confusión o indecisión? ¿Con el tiempo y la oración no hemos recibido la iluminación de la inteligencia? Pues, estos son ejemplos de gracia actual que Dios nos presta en los momentos de necesidad. Ciertamente, tenemos la libertad de acoger o rechazarla. La gracia divina nos guía a la gracia actual. ¿Cómo agradecemos el regalo de gracia? Respondemos con fe y amor a Dios para que nuestras vidas sigan dando buen fruto. El cumplimento de una vida en comunión con Dios será la gloria del Cielo. Por: Rebecca Piña Cammarota