Berceo - Milagro IX Gonzalo de Berceo La Madre precïosa que nunca falleció a qui de corazón a piedes li cadió, el ruego de su clérigo luego gelo udió; no lo metió por plazo, luego li acorrió. (¿1195?-¿1246?) Milagro IX 30 El clérigo simple La Virgo gloriosa, madre sin dición apareciol' al Obispo luego en visión; díjoli fuertes dichos, un bravielo sermón, descubrióli en ello todo su corazón. Era un simple clérigo pobre de clerecía, dicie cutiano misa de la Sancta María, non sabia decir otra, diciela cada día, más la sabia por uso que por sabiduría. Fo est misacantano al Bispo acusado que era idiota, mal clérigo probado; Salve Sancta Parens sólo tenie usado, non sabie otra misa el torpe embargado. 10 Vino ante el Obispo el preste pecador, habie con el grand miedo perdida la color, non podie de vergüenza catar contral señor, nuncua fo el mezquino en tan mala sudor. Dísoli el Obispo: preste, dime verdat, si es tal como dicen la tu neciedat; dísoli el buen ome: señor, por caridat si disiese que non dizría falsedat. Díjoli bravamientre: Don Obispo lozano, ¿contra mí porqué fuste tan fuert e tan villano? Yo nuncua te tollí valía de un gano, e tú hasme tollido a mí un capellano. 40 5 Fo durament movido el Obispo a saña, dicie: nuncua de preste udí atal hazaña; diso: dicit al fijo de la mala putaña que venga ante mí, no lo pare por maña. 15 El que a mí cantaba la misa cada día, tú tovist que facia yerro de heresía; jugástilo por bestia e por cosa radía, tollísteli la orden de la capellanía. Si tú no li mandares decir la misa mía, como solie decirla, grand querella habría, e tú serás finado hasta el trenteno día, desent verás que vale la saña de María. 45 Fo con estas menazas el Bispo espantado, mandó enviar luego por el preste vedado, rogol' quel perdonase lo que habie errado, ca fo en él su pleito durament engañado. 50 20 Mandólo que cantase como solie cantar, fuese de la Gloriosa siervo del su altar, si algo li menguasse en vestir o calzar el gelo mandarie del suyo mismo dar. Dísoli el Obispo: cuando non has cïencia de cantar otra misa, nin has sen, nin potencia, viédote que non cantes, métote en sentencia: vivi como mereces por otra agudencia. Fo el preste su vía triste e desarrado, 25 habie muy grand vergüenza, el daño muy granado, tornó en la Gloriosa ploroso e quesado, que li diese consejo, ca era aterrado, Tornó el ome bono en su capellanía, sirvió a la gloriosa Madre Sancta María, finó en su oficio de fin cual yo quería, fue la alma a la gloria, a la dulz cofradía. Estrofa: Cuaderna vía (cuatro versos alejandrinos monorrimos) Sílabas: Cada verso consta de dos hemistiquios de siete sílabas 1 2 3 4 5 6+1=7 1 2 3 4 5 6+1=7 7 + 7 = 14 Era | un simple clérigo || pobre de clerecí-a, 1 2 3 4 5 6+1=7 1 2 3 4 5 6+1=7 dicie cutiano misa || de la Sancta Marí-a, 35 7 + 7 = 14 55 60 1 Berceo - Milagro IX 1 2 3 4 5 6+1=7 1 2 3 4 5 6+1=7 non sabia decir otra, || diciela cada dí-a, 7 + 7 = 14 1 2 3 4 5 6+1=7 1 2 3 4 5 6+1=7 más la sabia por uso || que por sabidurí-a. 7 + 7 = 14 Rima: Rima perfecta con el esquema AAAA, BBBB, CCCC, etc. Era un simple clérigo pobre de clerecía, dicie cutiano misa de la Sancta María, non sabia decir otra, diciela cada día, más la sabia por uso que por sabiduría. A A A A -------------------------------------------------------------------------------Volver a Antología de poesía española home page . Texto electrónico por Fred F. Jehle <jehle@ipfw.edu>, basado en: Floresta de rimas antiguas castellanas, por Juan Nicholas Böhl de Faber. Hamburgo: Perthes y Besser, 1821. URL: http://www.ipfw.edu/cm1/jehle/web/poesia/clersimp.htm Versión modernizada 5 10 15 20 25 30 Había un clérigo sencillo, de muy poco saber, diariamente decia la misa de Santa María, no sabía otra, y ésta la decía de carretilla, pero ignoraba su significado. Fue acusado ante el obispo de que era idiota y malo: su saber se reducía a decir Salve santa parens, su ignorancia era absoluta. El obispo se puso furioso: «jamás de un sacerdote oí tales, cosas dijo; traed a ese desgraciado ante mí, sin excusa alguna.» Presentóse ante el obispo el cura pecador, pálido de miedo; la vergüenza le impedía mirar de frente al obispo; nunca, el pobre, había sudado tanto. Díjole el obispo: cura, dime la verdad: «¿es tal como dicen tu ignorancia?» contestó el buen hombre: «Señor, tened compasión de mí. «Si dijera que no, diría mentira.» Díjole el obispo: «ya que no sabes cantar otra misa, te prohibo que cantes ésta, y to sentencio a vivir, como mereces, vida seglar.» Volvió el sacerdote a su casa triste y desolado sentía vergüenza, y el perjuicio era grande; fue a la Gloriosa lloroso y afligido, a pedirle consejo, pues su pena era inmensa. La preciosa Madre que nunca defraudó a quien de corazón a sus pies se postra pronto escuchó el ruego de su clérigo, y no le dio largas, le socorrió en seguida. 2 Berceo - Milagro IX 5 10 15 20 25 30 La Virgen Gloriosa, poco habladora apareciósele al obispo y hablóle muy en serio, descubriéndole los deseos de su corazón. Dijole como enojada: «Señor obispo orgulloso, «¿por qué te portaste tan villanamente conmigo? «Yo nunca te quité el valor de un grano «¿por qué me quitaste tú a mi capellán?' «Al que cantaba nfi misa diariamente «tuviste por hereje; «le consideraste bestia o cosa sin valor «y le quitaste su capellanía. «Si no vuelves a ordenarle decir mi misa «como antes solía decirla, me enojaré: «y tú morirás dentro de treinta días «¡y sabrás cuánto pesa mi enojo!» El obispo se espantó. Mandó buscar al sacerdote censurado, y le rogó que le perdonara su yerro, puesto que se había equivocado con él. Mandóle que cantara como solía y que fuera servidor del altar de la Gloriosa, si algo le faltara para vestir y calzar que ordenaría le dieran de lo suyo propio. Volvió el buen hombre a su capellanía, sirvió a la santa y Gloriosa Madre; murió en su oficio como yo para mí lo deseara, y su alma, voló al cielo a la compañía de los santos. No podríamos escribir ni contar aunque viviéramos muchos años la décima parte de los milagros que por medio de la Gloriosa hace Dios. 3 Berceo - Milagro IX 4