Venecia: una potencia económica del siglo XV * Simulación de un viaje por el tiempo realizado por un periodista económico, a través de un programa de realidad virtual capaz de reproducir el comportamiento pasado de la economía. Incluido en el libro Momentos estelares de Econolandia. El mundo hacia finales del siglo XV En 1470 ya no existen grandes ciudades de varios cientos de miles de habitantes. Las de mayor tamaño en la Europa Occidental son París, como capital de la potente Francia, y las tres principales ciudades comerciales-industriales italianas: Venecia, Nápoles y Milán. En los cuatro casos superan el listón más alto para estos momentos de transición hacia la que llamamos Edad Moderna: los 100.000 habitantes. Córdoba es ahora una ciudad importante del Reino de Castilla con unos 30.000 habitantes, pero superada por la capital del territorio árabe en España, Granada, con más del doble de habitantes. También aquél Toledo que conocí hace dos siglos, como capital de Castilla, ha disminuido su población de los 40.000 habitantes de entonces a menos de la mitad, aunque forma parte del principal eje de tráfico mercantil (Sevilla-Toledo-Medina del Campo-Burgos y puertos del Norte). En parte, estas pérdidas de población de Córdoba o de Toledo son producto de un papel menos estratégico en la economía y la sociedad del siglo XV. Pero, en parte, son consecuencia de una crisis demográfica que ha afectado a la península y también a Europa en su conjunto. Pestes, guerras, usurpaciones de tierras, algunas condiciones climáticas adversas y el estancamiento económico, por razones tanto de tecnología de producción agrícola, como de limitación de tierras. La población de los países de la Europa Occidental se había más o menos duplicado en los tres siglos que transcurren entre mis viajes a Córdoba y a Toledo, superando ya los 50 millones de habitantes en 1270, de los que unos 6 correspondían a los reinos cristianos de la península Ibérica. A pesar de guerras y periodos agudos de hambre, la población de la Europa Occidental seguía aumentando, muy ligeramente, en el orden de los 5 millones cada 30 años. Las guerras no solo suponían pérdida de combatientes sino que mataban ganado, fuente de alimentación y trabajo, destruían reservas e instalaciones, es decir reducían drásticamente el escaso capital productivo de aquellos momentos y, por tanto, conducían a la miseria a los supervivientes. Pero, además, en 1314 el verano fue extremadamente frío y húmedo en Europa lo que, en una economía tan dependiente de la agricultura, supuso una importante carencia de alimentos, con cosechas escasas y cultivos podridos. En 1315 el tiempo fue aún peor con tormentas, lluvias intensas y desbordamientos. Los precios de los alimentos se quintuplicaron y se extendió la Gran Hambruna, la peor que recuerda la historia de Europa. Pero el problema sólo había hecho empezar. Ante la falta de un alimento mejor, se comían gatos, ratas, insectos e incluso cadáveres. Empezaron así pequeños focos epidémicos, por el momento controlables. En 1347 una nave genovesa llegó a Palermo, en Sicilia, y sus pulgas, ratas y la propia tripulación afectada difundieron progresivamente por toda Europa la gran epidemia de Peste Negra. Se calcula que durante los tres años que estuvo en su punto álgido, pudo suponer la muerte del orden de 20 millones de personas. A la falta de alimentación y condiciones higiénicas generales, se unieron unas costumbres poco propicias a la limpieza (defecaciones no controladas, escasez de lavados y jabón,...), así como un aprovechamiento al máximo de trajes sucios y raídos, incluso los de los muertos. En términos de población, todos estos acontecimientos supusieron una fuerte reducción. De los cerca de 65 millones de europeos occidentales que podían vivir al inicio de la gran epidemia de Peste, se pasaría a poco más de 40 millones a finales del siglo XIV. Mi llegada a Venecia en 1470 coincidía con un periodo de recuperación demográfica, pero comparadas las cifras con dos siglos antes, la población era prácticamente ahora la misma que entonces, poco más de 50 millones. De todas formas, la peste se había convertido en una epidemia que volvía reiteradamente a las grandes ciudades. En Venecia, una vez superada la primera oleada de 1348-51, la peste volvió reiteradamente hasta 1630 en veinte ocasiones. Eso sí, cuando mi visita ahora, en 1470, sólo los mayores recordaban ya la última epidemia de hace ya cincuenta y siete años. En cuanto a importancia económica, entre mis lecturas habituales pude encontrar un intento para valorar y repartir por países, el PIB mundial de aquella época. En el libro La economía mundial, una perspectiva milenaria, Angus Maddison calcula que ese PIB mundial se habría multiplicado por casi 350 entre 1.500 y principios del siglo XXI, es decir que la producción mundial de bienes y servicios sería sólo una milésima parte del actual. Según sus cálculos (sin duda muy arriesgados), Asía sería el gran productor del momento, concentrando cerca de dos tercios del PIB mundial, principalmente por el peso de China e India; a continuación estaría Europa con una participación del orden de una quinta parte; África acercaría su peso en la economía mundial al 10% y el pequeño resto (del orden del 3%) se situaría en el aún ignoto continente americano. En Europa, se piensa que entre los cinco grandes (Italia, Francia, Alemania, la antigua URSS y España) podrían concentrar el 75% de la potencia del continente. Concretamente el conjunto de repúblicas y estados que después constituirían Italia, suponía el 20% de la economía europea y en su territorio radicaban ocho de las once ciudades de la Europa Occidental con más de 50.000 habitantes (las tres excepciones eran París, Granada y, posiblemente, Lyón). La distribución de la riqueza dentro de los países era extremadamente desigual. Diversos estudios utilizando datos de algunas ciudades, indican que el 10% de la población más acomodada podía tener en sus manos entre la mitad y los dos tercios de la riqueza disponible, mientras el 60% de la población más pobre se repartía el 5, el 10 o, como mucho, un 20% del patrimonio de la ciudad. Por cierto, el patrimonio de un rico mercader de la Venecia de aquella época podría consistir (yo conocí personalmente a uno de esos comerciantes) en unos 100.000 ducados de oro atesorados, más inmuebles, tierras, joyas, ropas y provisiones alimenticias para periodos de carestía por el equivalente a otros 30.000 ducados. En total unos seis millones de euros al cambio actual, que habría que multiplicar muchas veces para representar su capacidad adquisitiva de entonces. Aparte del ducado de oro veneciano y otras monedas similares en Génova o Florencia, los países europeos pasan por un periodo de escasez de dinero, especialmente de oro. En Castilla incluso el maravedí de oro, orgullo de Alfonso VIII cuando lo introdujo hace dos siglos y medio, degeneró en un maravedí “blanco”, de plata, a las pocas décadas, con su sucesor Alfonso X el Sabio y ya ahora es una moneda depreciada de vellón (mezcla de plata y cobre). En pocos años, los Reyes Católicos introducirán el ducado de oro (o excelente) y el real de plata. Hace un año que se han casado Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, pero aún faltan unos pocos años para la unión dinástica de los reinos. “Yn Dey nomine. Amen. Manifiesta cosa sea a los que la presente verán en como en la muy noble villa de Valladolid jueves dies e ocho días del mes de octubre año del nasçimiento de nuestro Salvador Ihesuchristo de mil e quatrocientos e sesenta e nuevos años, e seyendo presentes los muy ilustres e exçellentes señores el muy exçellente e esclaresçido señor el señor don Fernando, rey de Siçilia, príncipe heredero de los reynos de Aragón, e la muy exçellente e esclarecida señora la señora doña Ysabel, fija del muy alto e poderoso señor rrey don Juan de gloriosa memoria, prinçesa heredera d’estos reynos de Castilla e de León... ellos estaban unanimiter conformes de contraher matrimonio en uno, segund que manda la Santa Madre Iglesia”. Por el momento Enrique IV, llamado el Impotente, ha nombrado sucesora a su hija Juana, la Beltraneja, cuando dos años antes había elegido a Isabel, lo que lleva a Castilla a una guerra civil de sucesión. También en Aragón hay revueltas; se pierden los condados de Rosellón y Cerdeña; se revelan payeses y burgueses en Cataluña. Por cierto, Cataluña ha experimentado un excepcional desarrollo comercial, marinero y bancario, que ha empezado a declinar hace unos 40 años y que llevó a un colapso monetario hace sólo 16. En poco tiempo se van a producir hechos que van a condicionar al mundo entero: el fortalecimiento de la Santa Inquisición y su nuevo tribunal permanente en Sevilla; la rendición del reino musulmán de Granada; la conquista del Nuevo Mundo. Por cierto, el infante Enrique el Navegante de Portugal hacía unos años que ya había fundado una escuela naval con el objetivo de explorar la costa occidental de África. En 1470 los portugueses ya estaban instalados en Madeira, Islas de Cabo Verde y Lagos. Faltaba muy poco tiempo para que se abriese la nueva ruta comercial que suponía rodear el Cabo de Buena Esperanza, camino hacia el Oriente. Castilla y León tenía en aquellas fechas unos 4 millones y medio de habitantes; entre los antiguos reinos de Cataluña, Aragón, Valencia, Navarra y Mallorca, reunían otro millón de habitantes. En el extremo oriental europeo, aquella Constantinopla que nos sorprendió por sus riquezas, poder y tamaño, con una cifra del orden de un millón de habitantes en el 970, había sufrido el saqueo de la Cuarta Cruzada en 1204 y diecisiete años antes de mi visita a Venecia, en 1453, había sido conquistada para el imperio otomano por Mohamed II el Conquistador. Ahora era la nueva capital de Turquía, Estambul, una ciudad importante con más de 100.000 habitantes pero lejos de su esplendor pasado. India estaba también bajo dominio islámico. Iván III el Grande se había proclamado zar de todas las Rusias, en un país poco habitado, con sólo seis millones de habitantes. En Europa se mantiene la importancia de Francia, aunque desgastada por la Guerra de los Cien Años con Inglaterra, sólo finalizada en 1453. Por el momento la parte norte de la futura Francia, junto con el conjunto de los Países Bajos (Holanda, Bélgica y Luxemburgo), forman parte del ducado de Borgoña que gobierna en esas fechas Carlos el Temerario y que es una de las cortes más refinadas de Europa, aunque sólo restan cuatro años para su desmembramiento. Los mayores ejércitos europeos son precisamente los de Francia (unos 40.000 hombres), Inglaterra (25.000) y España (20.000). El Imperio Germánico ha pasado a los Habsburgo. A mi llegada a Venecia, dirige sus destinos Federico III, padre de Maximiliano y bisabuelo del futuro Carlos I de España y V de Alemania que reunirá, medio siglo después, el mayor Imperio de la historia europea hasta esos tiempos. En mi breve e incompleto recordatorio de la Europa de finales del XV no podía faltar una referencia a la situación de la Iglesia de Roma, perdida en una de sus mayores crisis morales, con los Borgia y Paulo II como Papa en aquel momento. En el resto de Italia, Lorenzo de Médicis, el Magnífico, gobierna en Florencia y Toscana. A su corte acudirán Miguel Angel y Botticelli. Su hijo será el futuro Papa León X. El entonces amplio reino de Nápoles, así como Sicilia, están bajo influencia de la corona de Aragón tras la victoria de Alfonso V frente a franceses y genoveses. La República de Venecia controla la mayoría de ciudades en un radio de 170 Km a partir de la plaza de San Marcos, como Verona, Bolonia o Ferrara, así como las islas de Corfú, Chipre y Creta. Estamos en un momento de profunda transformación económica y social con innovaciones tecnológicas de importantes efectos en las próximas décadas. Hace ahora sólo 15 años que un entonces desconocido Gutemberg ha impreso la Biblia en Maguncia utilizando la nueva técnica de imprenta. Hace 10 años que el invento ha hecho presencia en Venecia. A Barcelona, pionera en la península, llegará algo más tarde, en 1473. Sin embargo, estamos todavía en una capacidad de producción de unos pocos cientos de páginas por día, a comparar con las 250 páginas por hora de principios del XVIII. Podemos encontrar también los primeros relojes mecánicos, armas de fuego, cuadrantes y astrolabios para navegación, esclusas para canales y progresivas mejoras en las artes más tradicionales como la fabricación de hierro o el corte de piedras. Venecia, 1470 ¡Era verdad lo que había escrito un embajador francés en su visita a la Venecia de esos tiempos!. “Escoltado por veinticuatro gentilhombres vestidos de escarlata fui llevado por la calle principal, que ellos llaman el Gran Canal y es tan ancha que, con frecuencia, las galeras se cruzan entre sí; y yo mismo he visto embarcaciones de cuatrocientas toneladas o más ir a anclar junto a las casas. Es la calle más bella y mejor construida del mundo, en mi opinión, y atraviesa toda la ciudad; las casas son muy grandes y altas, y hechas de piedra; las viejas están todas pintadas; las que se remontan a los cien años están recubiertas de mármol de Istria con incrustaciones de pórfido y serpentina. En el interior tienen muchas de ellas dos cámaras, al menos, adornadas con techos dorados, chimeneas de ricos mármoles, camas y portales asimismo dorados, y están lujosamente amuebladas. En suma, es la ciudad más admirable que he visto nunca, la más respetuosa para todos los embajadores y extranjeros, gobernada con la mayor sabiduría, y sirve a Dios con la mayor solemnidad”. Venecia no respondía ya a los patrones de una ciudad de finales de la Edad Media. Personalmente siempre habría sido consciente de la simplificación de considerar terminado ese período histórico con el descubrimiento de América en 1492 o con la caída de Constantinopla en poder de los turcos en 1453. Pero sólo ahora me daba cuenta de que Venecia, posiblemente, llevaba años inmersa en esa transformación profunda que hemos llamado Renacimiento. Hace ya años que en esta Ciudad-Estado se dominan las más refinadas técnicas de decoración, se fabrican gafas o relojes de arena con la técnica del soplado de vidrio, se producen brocados de terciopelo multicolor con hilos de oro y plata, se ha creado un auténtico mercado de títulos públicos y, en particular, de préstamos obligatorios con pago regular de intereses. Entre la ciudad de Venecia, Creta, Chipre, Jonia, Dalmacia y otros territorios de tierra firme e islas, el imperio veneciano superaba los dos millones de personas y se mantenía como una gran potencia económica de finales del siglo XV, aunque se enfrentaba a una competencia creciente en las rutas marítimas occidentales hacia Inglaterra o Flandes. Estamos ya en el mundo de Dante, de Petrarca y, a punto de aparecer en todo su esplendor, de Leonardo da Vinci, prototipo del humanismo renacentista, del hombre abierto a todo tipo de ideas, tolerante y ciudadano del mundo. Venecia lleva más de un siglo de república en un mundo de reinos, de gobierno laico en una Europa pendiente de la Iglesia, no ya de Roma sino también de las poderosas ramas en cada país. En Venecia y en otras Ciudades-Estado italianas el arte renacentista está ya en pleno apogeo. Alessandro Botticelli y Piero della Francesca están en su madurez como pintores. Pero también se difunden con rapidez las primeras construcciones renacentistas tanto religiosas como en palacios, viviendas y edificaciones civiles. Dentro de pocos años, el Papa Julio II (1503-1513) va a ofrecer al mundo el primer diseño del producto arquitectónico religioso más espectacular: la iglesia de San Pedro de Roma, que se terminará casi 100 años más tarde. De acuerdo con la nueva moda del momento (la cultura del Renacimiento) impera en el arte la imitación a Grecia y Roma, la belleza abstracta o idealizada, la naturaleza como modelo, la búsqueda de la serenidad y el equilibrio, la universalidad y eternidad de sus obras. Añadamos un fondo de música religiosa y motetes cantados en coro y tendremos una referencia de los gustos artísticos de aquellas fechas en Venecia, Roma, Florencia u otras partes de Italia, que forman la iniciativa artística de un fenómeno que durará a nivel europeo más de un siglo, hasta enlazar con el Barroco del XVII. En particular, a Venecia aún le quedan muchos años de esplendor por delante en pintura y arquitectura renacentista. Un veneciano ilustre, Tiziano Vecellio, que nacerá veinte años después de mi viaje será, para muchos, el mejor exponente de la pintura renacentista italiana e incluso europea. Por su parte, el vestido se ha ido exagerando durante las últimas décadas en toda Europa, en particular en los ambientes cortesanos. Calzados apuntados, talles comprimidos, mangas infladas cerca de los hombros, gorros y peinados rebuscados y todo esto bajo un código de colores. Amarillo para pajes y sirvientes; preponderancia del rojo en las galas; el negro signo de nivel social; el blanco para los niños; y después combinaciones recomendadas, principalmente en seda, como violeta y azul. El complejo y, comparativamente con otros países, moderno sistema político de Venecia reparte poder por todas partes, bajo el control de la oligarquía comercial, que comparte poder económico y poder político. El Dux es la cima de la pirámide de poder. Le asisten, en las funciones del día a día, los ministros de asuntos marinos, relaciones con el Senado, finanzas, guerra, fuerzas de tierra y ceremonial, más un ministro sin cartera encargado de agilizar los asuntos urgentes dentro de la compleja red burocrática. Los nombramientos de los principales cargos de la Administración, incluido el Dux, correspondían al Gran Consejo, al que pertenecían nominalmente los inscritos en el Libro de Oro, un registro de poco más de mil nombres correspondientes a unas doscientas familias distintas. Con carácter semanal, para evitar una concentración de poder, se elegían sesenta nuevos miembros para el Senado, a los que se añadían otros sesenta con permanencia anual, más el Dux y sus consejeros. Este era el principal órgano legislativo de la ciudadEstado. Para asuntos de urgencia se constituía el Consejo de los Diez. El Estado intervenía prácticamente en toda la vida social y económica de la República veneciana. Las principales familias, que sustentaban la economía, eran parte del propio Estado; los gremios estaban también dirigidos desde el poder central, con lo que sus jefes se convertían en responsables de la observancia de las disposiciones gubernamentales; el Estado era propietario de diversas empresas, entre las que destacaba sus propios astilleros; elegía los obispos y mantenía a la Iglesia al margen de las instituciones de poder. Con una terminología económica más moderna, podría decirse que era una economía de mercado pero con muy alta intervención pública. Se ha llegado a decir que “todos los comerciantes nobles de Venecia operaban como una gran compañía, cuya junta de directores era el Senado”. Antonio Pulido, Momentos estelares de Econolandia Para más detalle Algunos personajes célebres coetáneos en 1470 Selección de acontecimientos hacia 1470 en Venecia/Italia, España y resto del mundo Población de las mayores ciudades de Europa Occidental en 1500 PIB mundial por habitante de 20 países en 1500 Composición del patrimonio de un rico mercader italiano en 1445 Algunos personajes célebres coetáneos en 1470 Gobernantes Fernando I (Reino de Nápoles) Lorenzo el Magnífico (Florencia y Toscana) Galeas María (Ducado de Milán) Enrique IV, el Importante (Reino de Castilla) Juan I (Navarra) y (Aragón) Alfonso V el Africano (Reino de Portugal) Matías I Corvino (Hungría) Abú Abdalah Mamad IV (Argelia) Uthmán (Túnez) Mohamed II el Conquistador (Imperio Otomano) Luis XI (Francia) Eduardo IV (Inglaterra) Jacobo III (Escocia) Cristian I (Dinamarca, Suecia y Noruega) Federico III (Sacro Imperio Germánico) Iván III el Grande (Rusia) Otros personajes célebres Paulo II (Papa durante 1464-1471) Francisco Jiménez de Cisneros (cardenal y político, 1436-1517) Tomás de Torquemada (inquisidor general, 1470-1498) Luca Pacioli (intelectual veneciano, 1445-1517) Gutemberg (entre 1390 y 1400 – 1468) Jorge Manrique (escritor, 1440-1479) Personajes de futuro Erasmo de Rotterdam, pensador holandés, tiene 3 años Gonzalo Fernández de Córdoba; el Gran Capitán, tiene 17 años Nicolás Maquiavelo, político e historiador italiano, tiene 1 año Moctezuma, rey precolombino de México, tiene 4 años Américo Vespucio, marino y cosmógrafo italiano, tiene 6 años Leonardo da Vinci, inventor y humanista italiano, tiene 18 años Fernando de Rojas, escritor, tiene 6 años Cristóbal Colón, navegante, tiene 20 años Selección de acontecimientos hacia 1470 en Venecia/Italia, España y resto del mundo Venecia/Italia 1478 Conjura de los Pazzi contra Lorenzo de Medici en la República de Florencia 1489 Luca Pacioli escribe Summa de Aritmética 1513 Nicolás Maquiavelo publica El Príncipe España 1462 Guerra civil en Cataluña 1469 Matrimonio de Isabel y Fernando 1478 El Papa Sixto IV autoriza a los Reyes Católicos la fundación de la Inquisición en Castilla 1492 Descubrimiento de América en el primer viaje de Colón Se imprime la Gramática de la lengua castellana de Antonio Nebrija 1495 Cisneros es nombrado arzobispo de Toledo 1499 Se publica La Celestina de Fernando de Rojas Resto del mundo 1453 Conquista de Constantinopla por el otomano Mohamed II Acaba la guerra de los Cien Años 1455 Impresión de la Biblia por Gutemberg en Maguncia 1466 Nacimiento de Erasmus 1478 El Papa Sixto IV establece la Santa Inquisición Población de las 31 mayores ciudades de Europa Occidental en 1500 (millares de habitantes) Italia Nápoles Venecia Milán Florencia Génova Roma Bolonia Palermo Francia París Lyon Rouen Burdeos Países Bajos Amberes Gante Bruselas Brujas Ámsterdam Alemania y Austria Nuremberg Colonia Lubeck Danzig Augsburgo Viena Iberia Granada Valencia Lisboa Barcelona Córdoba Sevilla Madrid Gran Bretaña Londres 150 100 100 70 60 55 55 55 100 50 40 20 40 40 35 30 14 36 30 24 20 20 20 70 40 30 29 27 25 5 40 Fuente: de Vries (1984), pág. 270-77. Incluido en A. Maddison, La economía mundial. Una perspectiva milenaria. Ed. Mindi-Prensa, 2002, pág. 54 PIB mundial por habitante, 20 países y medidas regionales, 1500 (Dólares internacionales de 1990) Austria Bélgica Dinamarca Finlandia Francia Alemania Italia Países Bajos Noruega Suecia Suiza Reino Unido Total 12 países 707 875 738 453 727 676 1.100 754 640 695 742 714 796 Portugal España Otros Total Europa Occidental 632 698 462 774 Europa del Este 462 Antigua URSS 500 Estados Unidos Otros países de inmigración europea Total países de inmigración europea 527 400 México Otros países de Latinoamérica Total Latinoamérica 568 505 400 416 Japón China India Otros países de Asia Total Asia (excepto Japón) 500 600 550 565 572 África 400 Mundo 565 Fuente: Angus Maddison, La economía mundial. Una perspectiva milenaria. Ed. Mundi-Prensa, 2002, pág. 263 Composición del patrimonio de un rico mercader italiano a su muerte en 1445 Patrimonio Valor en ducados de oro Porcentaje de la riqueza Metálico 92.500 77,6 Joyas 2.225 1,9 150 0,1 1.495 1,3 483 0,4 Inmuebles 5.000 4,2 Tierras 12.300 10,3 Rentas capitalizadas 5.000 4,2 119.153 100,0 Provisiones Ropas Muebles y enseres Total Aleati, Una dinastía di magnati medievali, p. 753. El ducado de oro equivalía a 353 gramos de oro fino. Téngase también en cuenta que el valor adquisitivo del oro era en esa época mucho más alto que hoy. Incluido en Carlo Cipolla, Historia económica de la Europa Preindustrial, Ed. Crítica, 2003, pág 50 Antonio Pulido, Momentos estelares de Econolandia